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Nuestro secreto por hellblack_sasuke-

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Notas del capitulo:

Hola a todos. Sé que tengo tiempo si actualizar, sin embargo he de decir que se debió a problemas de inspiración y a que no estaba segura acerca del final del fic.

Lo que sucede es que si no tengo el final no puedo continuar xD.

Entonces como me trabé porque me llegó una ola de dudas existenciales enormes D: no sabía bien como manejar el rumbo de la historia.

Lo bueno es que las ideas al fin se han aclarado jejee, y ya traigo la actualización, a su vez y para sorpresa de todos ustedes, ya tengo un poco adelantado el fic, así que espero este año terminarlo.

Sin más que decir, espero que les guste el capítulo, como siempre cualquier duda que tengan favor de hacérmelo saber.

Muchas gracias como siempre por leer y estar aquí, se los agradezco enormemente.

Referente al capítulo de hoy, es algo triste xD y creo que se ambientarían muy bien con Born to die de Lana del Rey.

Pueden escucharlo durante todo el fic o en la parte final más que nada. El capítulo lo hice con esta canción, tal vez les agrade :D

Besos, y que lo disfruten :D

-“Supongo que algunos malos hábitos como guardar la esperanza hasta el final, son cosas que nunca cambiarán en mí. Debí de haber pensado que no era tan fácil como alguna vez soñé. Qué idiota” –pensaba el chico mientras estaba acostado en la cama de su habitación. Recién había terminado de hacer la limpieza de su sitio, con la sorpresa de que apenas el rostro del muchacho que manejaba el camión de la basura se había transformado al recibir el objeto tan inusual que Sasuke le había entregado.

Con los ojos entre cerrados volteó a la cima del mueble donde se había posado ese regalo que con tanto ímpetu y recelo guardaba en ese espacio casi estéril por tanto tiempo. Al fin ya no estaba.

Por fin se fue –murmuró para sí mismo y volvió a rodar sobre su cama. La cabeza la tenía frente a la almohada, aunque ahora estuviera dudando en sí había hecho lo correcto o no, igual algún día tendría que pasar. Los cuentos felices no existen. El amor no es suficiente en situaciones como esa. Aunque estuviera en el proceso de sanación, igual los odiaba a todos en ese preciso instante. Se odiaba por ser tan inmaduro como en esas ocasiones; pero siempre le exigieron tanto, que se aburría de aparentar cosas que a veces no era- ¿en dónde estará ese idiota? –se dijo, para luego cerrar sus ojos y ver en cámara lenta lo sucedido hace meses.

Un borroso día de 2015

Parecía por demás un día común y corriente de esa semana, del mes, del año. Hacía calor, pero el viento era fresco, y aunque esa estación no era la favorita de Sasuke igual no le importaba mucho. Lucía como si con Kakashi las cosas que incluso odiaba, resultaban ser inolvidables… en el buen sentido de la palabra; o al menos eso era lo que pensaba antes de vivir lo inimaginable otra vez.

Entró al salón como de costumbre, últimamente la situación se había tensado un poco, especialmente porque Naruto de vez en cuando lanzaba habladas que dejaban a los demás estudiantes pensando en la relación que Kakashi y él mantenían. Sin embargo, a sus propios ojos, él y el peliplata se encontraban muy bien; de hecho hace apenas dos semanas que no se veían porque el mayor tuvo que salir a un congreso fuera del país. En verdad que estaban como nunca. Sasuke irradiaba una extraña aura de plenitud, muy atípica para su persona, que aunque a algunos como Sakura les alegraba con locura, para otros como Naruto, no podían evitar la sensación de malestar por no poder lograr sus objetivos… aunque solo era cuestión de tiempo, como en esos cuentos donde se tiene hasta la media noche de hacer lo que sea, antes de que se acabe el hechizo.

En esos últimos días, el menor no se había comunicado con Kakashi por falta de tiempo esencialmente, además de que no era su intención interrumpirlo mientras realizaba trabajos de ese estilo, pero a pesar de ello le extrañaba un poco que desde el fin de semana, el peliplata no lo había buscado para nada. Incluso por más ocupado que estuviera, no era típico de él actuar de ese modo. Pero de nuevo volvió a sonreír y esos pensamientos raros se esfumaron al saberse que Kakashi seguramente ya habría bajado del avión, ya estaría rumbo a la escuela y que en cualquier momento cruzaría por aquella puerta del salón para seguir el semestre como ya se había hecho costumbre.

Transcurrieron cerca de quince minutos, el susodicho no aparecía y eso ciertamente tampoco era normal; Kakashi siempre llegaba puntual a sus clases. Supuso que debería estar retrasado porque algo se le cruzó en el camino; el tráfico, el avión se pudo haber salido después de su horario establecido, el cansancio, pudo quedarse dormido… Decidió mandarle un mensaje a su celular-¿Dónde estás?- texteó suponiendo que recibiría una respuesta rápida… pasaron otros diez minutos, y nada- algunos de sus compañeros decidieron irse, a lo que el menor optó por llamarle. Colocando el manos libres, tecleó su nombre y esperó a que la llamara se enlazara. Fue ahí que comenzó a ponerse nervioso, en cuanto entraba la llamada, le decían que la línea de celular al que quería contactar había sido dada de baja, cancelada o que no existía; ¿Cómo?

Siguió intentándolo tratando de no verse muy obvio, pero el resultado era el mismo. Media hora había pasado, hasta que uno de los profesores entró para darles el anuncio que hizo flaquear a Sasuke. Al principio una breve introducción que no decía nada, pero si lo suficiente como para saber de qué iba todo eso. Era imprescindible.

-Lamento informarles de este modo, pero necesito que les avisen a sus compañeros que su profesor Hatake Kakashi ya no dará clases aquí en la facultad y tampoco en la preparatoria. Al parecer está pasando por una situación personal muy fuerte que lo obliga a dejar de esta forma todas sus actividades laborales. Él personalmente me pidió que les diera sus más sinceras disculpas por tener que irse así y sin haberles comentado antes; pero fue algo que no tenía previsto.

Por lo tanto, estarán a cargo de un nuevo profesor que a más tardar a fin de semana el departamento les proporcionará. Por las calificaciones no se preocupen, el maestro se encargó de dejar todo eso listo para que ni su nuevo relevo ni ustedes vayan a tener problemas…

-De repente solo escuchaba bla, bla, bla, eso no tenía sentido. De inmediato salió del salón tratando de no llamar la atención, un malestar lo invadía, ¿qué significaba todo eso? Debía ser una broma, no tenía mucho que había hablado con él, ¿por qué no le comentó nada?

Caminó por el largo pasillo atravesando salón tras salón, sólo sabía que estaba confundido, lucía como a una película, como a uno de sus libros que había escrito; simplemente era, irreal.

Ya fuera del campo visual de la mayoría de la gente en la facultad, tomó de nuevo su teléfono celular sin dejar de insistir una y otra y otra vez… siempre le respondía el mismo tono. ¿Por qué dio su número de baja? ¿Qué estaba pasando? ¿A dónde estaba Kakashi? ¿Qué le pasó? El profesor dijo que tuvo un problema personal, pero si hubiera sido así, ¿por qué no le dijo? Además, ¿qué tipo de problema? Si ese hombre ha estado solo desde hace mucho tiempo, ¿qué demonios sucedía? Los nervios de Sasuke ya estaban sobrepasándolo por lo que decidió mandar al carajo sus demás clases, tomar su coche e ir al departamento del mayor. Seguramente estando ya ahí, le daría una buena explicación, sí. Así sería.

Condujo como loco, tenía mucha ansiedad y el ardor en su estómago lo quemaba, sentía la sangre subiendo a su cabeza, su sentido de alerta estaba al límite. Estacionó una calle antes del complejo de departamentos que ya conocía, caminó, entró, curiosamente no estaba el guardia que siempre lo recibía en la recepción… un mal presentimiento lo inundó.

Tomó el elevador, los segundos se le hacían eternos, la puerta se abrió, corrió hasta donde estaba la puerta que lo separaba de Kakashi, insitió varias veces, pero nada. Se quedó unos momentos más ahí, decidió volverlo a llamar, la respuesta fue la misma… estaba más confundido que antes. Golpeó con un poco más de fuerza la madera con la que estaba hecha la puerta y esta vez, cedió. Abriéndose un poco, el menor sintió algo de duda, como si en el fondo supiera que lo que vería no le iba a gustar. Definitivamente así fue.

El departamento estaba vacío. Sin nada. Como si no hubiera existido, como si Kakashi jamás hubiera vivido ahí, no quedaba nada; ni un mueble, una alfombra, ni basura… nada. Se adentró más en el lugar, a cualquier lado que miraba, era lo mismo. Y hasta que se acercó a la ventana vio el letrero de que el departamento estaba en venta.

-“Esto no puede estar”… -Sasuke se agarraba el cabello jalándolo un poco en señal de desesperación, se colocó en cuclillas tratando de comprender lo que sucedía, el por qué de todo eso, la situación como tal; hasta que el policía que siempre lo recibía entró al lugar y de la forma más amable solamente pudo decirle que Kakashi se había mudado desde hace unas dos semanas. Aparentemente le había dicho que tenía que irse del país por un tiempo debido a cosas del trabajo, y le encargó que en caso de que viera a Sasuke, le entregara un sobre pequeño. Dicho paquete fue recibido por el menor en ese momento; el hombre no tuvo más que para dedicarle un gesto amable, pero una mirada de lástima. Él siempre supo sin saber y a pesar de eso no podía negar que sentía seguramente algo de pena.

Sasuke le dio un último vistazo al lugar, inconscientemente sabía que sería la última vez que entraría ahí, que estaría ahí, que viera de pies a cabeza el lugar que albergó tantas cosas, tantos recuerdos… y entonces salió para encerrarse en su coche. Estaba a punto de llorar pero no quería hacerlo; necesitaba ser fuerte, pero ya captaba la situación. Kakashi lo estaba dejando, otra vez.

Rodó sobre la cama regresando a la época actual, tenía que hacer nuevos trabajos y sinceramente ya estaba aburrido de ellos. Mejor dicho, desde que ese imbécil se fue, le daba flojera escribir. Incluso muchas veces se planteó el dejar la carrera y dedicarse a cualquier otra banalidad, pero sabía que sería una decisión muy estúpida así que optaba por pensar en otras cosas. Independientemente de todo, tenía que darle sentido otra vez a su vida, como en los viejos tiempos, como cuando al fin después de tres años superó a Suigetsu. Sí… el innombrable.

Hablando de eso, nunca volvió a saber más de ellos. En cuanto entraron a la universidad todo se acabó. Bueno, casi todo porque aún tenía que ver algunas jodidas caras familiares de vez en cuando, pero al menos Hinata, Shikamaru, Tenten, Kiba, Karin… ya estaban fuera del mapa. Y para alivio suyo, sabía de muy buenas fuentes que al menos a Kiba le estaba yendo muy mal. ¡Sí, el jodido karma¡

Gracias a sus encuentros con Juugo, se enteró de chismes de lavadero que aunque le importaban, fingía no hacerlo; ahora sabía que Hinata entró a la facultad de veterinaria, pero su relación con Suigetsu solo aguantó un año más, después de eso ambos se mandaron al carajo. En cuanto a Tenten, estudió una carrera estúpida mientras encontraba a alguien que la mantuviera y cuando lo encontró ahora se dedicaba a una vida de sumisión y golpes. ¡Ja, malditas zorras! Sasuke bailaba de alegría al escuchar y acordarse de eso cuando estaba triste, ¿y cómo no? Si recibían su merecido…. Y Kiba, ese bastardo inepto; lo corrieron de su casa debido a problemas familiares fuertes; tal vez eso a Sasuke le provocó algo de pena, pero seguro que se lo buscó. Así que poco después tuvo que dejar la universidad para conseguir algún trabajo y lugar donde vivir. Lo último que supo fue que intentó regresar y que el techo de su cuarto se le había venido encima. ¡Ja, maldito idiota¡ En cuanto a los otros, era como si hubieran desaparecido o muerto, cualquiera de las dos.

Los fue superando, especialmente ese último año ya no le dolían más. Al recordarlos en su cabeza, no significaban nada, ni siquiera coraje o rencor; lo cual era muy bueno obviamente porque le costó como ¿qué? ¿Tres años? Tan pocos que parecieron toda una vida. Por ese lado, al menos se sentía bien consigo mismo al saber que podía contra cosas como esas… así que si pudo con Suigetsu y la depresión tan fuerte que le vino, también podría con Kakashi.

En resumidas palabras, gracias a Sakura y esporádicamente a Juugo fue que se enteró de que a casi todos les terminó yendo muy mal, además de que todo mundo rompió con todo mundo nada más salieron de la preparatoria. Al final había ganado, pasó todo lo que había pronosticado, así que no había porque lamentarse ya por esas cosas. El innombrable ya no era innombrable, la rabia se había ido, la envidia se había muerto; a pesar de todo le iba bien y… en tres días tendría a su hermano de regreso en casa. La familia reunida al fin. Tenía motivos para estar feliz, no podía desaprovecharlos… sólo necesitaba tiempo. Tiempo para procesar las cosas, fuerza de voluntad para ya no pensar en el pasado e indiferencia para no pensar en por qué o qué hubiera pasado.

Puede que haya superado a Suigetsu gracias en gran medida a Kakashi, pero esta vez no necesitaba un nuevo clavo para sacar al anterior… pero es inevitable no sucumbir uno que otro día, o en el mismo momento donde te estás planteando no hacerlo, incluso a Sasuke le daba risa su forma de contradecirse… mientras se juraba no quererlo más, olvidarse de él, planeando su nueva y exitosa vida… lloraba a mares mientras bebía jugo de naranja con un energizante por todas esas noches de desvelos por estar pensando en ese malnacido.

Tal vez en esos malnacidos… bueno, ¿a quién le importa en quién estuviera pensando? No era como si Kakashi de verdad pensara en él… aunque no podía negar que no terminaba de comprender, ¿por qué?

Ciertamente y en el fondo, estaba cambiando. Tal vez era su forma para superar el dolor y olvidarse un poco de lo mal que lo ha pasado, pero comenzaron a crecer en él, hábitos que no terminan de ser buenos, especialmente si nunca se había comportado de ese modo.

 

Sólo se le podía ocurrir una manera para describir su torpe, estúpida y accidentada vida amorosa. Tanto en un pasado, como en el mismo presente y en su próximo futuro. Tan triste y mísero, que pareciera que algunas personas están destinadas a sufrir como mártires por más intentos que realicen para salvarse de la hoguera. Sí, esa nueva palabra le gustaba; de ahora en adelante sería su favorita: Irrealizable.

Porque el amor es un cuento de hadas muy mal contado. Tanto, que apesta.

Notas finales:

Bueno, que puedo decir, el amor apesta a veces.

¿Por qué Kakashi decidió hacerle lo mismo dos veces y ahora de ese modo tan cruel?

Nos leemos en el siguiente :D

Agradezco mucho porque estén conmigo

Besos, bebés


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