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Voy a ser... por Inferna-sama

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Notas del fanfic:

 Midotaka/Akamido --- Slash --- Angst --- Hurt/Confort --- Lime

 (13+)

Disclaimer: Kuroko No Basuke no me pertenece ni ninguno de sus personajes, son creación de Tadatoshi Fujimaki y su editorial es Shueisha.

 

 En esta ocasión he trabajado en conjunto con un escritor del foro que ha decidido no subirlo por su cuenta ya que le afectarían, a falta de la mención de su pseudonimo por otorgarle el crédito que se merece, le llamaré por el menos común UroborosSS, él tomó el punto de vista de Akashi por completo y parte de Shintaro.

 

Notas del capitulo:

Advierto no ser la mejor de las escritoras y UroborosSS a su vez se declara escritor novato, la escritura probablemente tenga falta de prosa o trama de difícil comprensión, sí aún así está dispuesto a leerlo, hagalo.

—¿Qué le dijiste Shintaro? —su tono exigente me había molestado pero estaba en todo su derecho a exigir.

—Le dije que… — Pensé un momento en las consecuencias, si, había perdido esa capacidad hace unos minutos cuando Akashi Seijuro me hizo una pregunta directa, frente a todo el equipo, y al emperador no se le niegan respuestas.

Flashback

“Realizaba mi calentamiento con normalidad, corriendo en círculos en una amplia cancha, se nos había ocurrido ir todos los ex compañeros de Teiko acompañados por unos cuantos a jugar, el primero en llegar fue Akashi, que desde que dejó sus pertenencias en una banca comenzó a correr, llevaba algunos treinta minutos más que el resto y seguía, el lugar era bastante alejado, por lo que al estar tan “deshabitado” le pareció atractivo a Kagami, quien sugirió la idea por kuroko.

Finalmente el pelirrojo paró y se hizo a un lado de la fila de trote, tomó una toalla y se sentó a solas, me sentí algo satisfecho, yo ya estaba perdiendo el aliento y  apenas era el calentamiento, ese pequeño hombrecito lograba dejarnos en ridículo cuando le venía en gana.

—Shintaro, sí dejaras de jadear o distraerte quizás no harías vueltas tan grandes y seguirías al grupo — sugirió mientras me observaba, al ojo del emperador no se le escapaba nada, de todas maneras me limité a seguir el consejo sin decir nada, aun estaba divagando, y cuando menos lo noté estaba golpeando el suelo con mi cara, esa no me la esperaba.

La torpeza no era natural en mí, no de esa manera, así que descarté de inmediato que me hubiese caído solo, alcé el rostro recolocándome los lentes, que por cierto no habían sufrido ningún daño y escuché las risas de Aomine sobre Kagami, que se encontraba quejándose sonoramente en el suelo, entonces un dolor terrible me hizo llevar ambas manos a mi cabeza, ¿qué había ocurrido?.

Vi a Akashi levantarse de inmediato y correr hacia mí con algo de nerviosismo en el rostro, era extraño quitarle su expresión habitual de indiferencia, me alarmó, debo admitirlo, intenté ponerme en pie cuando llegó a mi lado.

—     No, no, siéntate, mira hacia arriba, no te pasa nada, tranquilo ¿sí?— pestañee confundido al oírle, ¿no me pasaba nada?, ¿entonces por qué…?

—     ¿Qué ocurre? — aun con la intriga intenté no reflejar ansiedad en mi voz, podía alarmarlos, no entendía nada.

—     Estás bien — tomó mi mano y la estrechó con suavidad, desde hacía un tiempo Akashi me prestaba un poco más de atención y empezaba a sentirme raro al respecto, hacía poco tiempo había descubierto mis preferencias sexuales gracias a un insistente Takao Kazunari, quizás solo me convenció, el punto es que desde entonces cualquier roce que el pelirrojo me ofrecía se sentía como algo más, nadie aparte de Takao, mi actual pareja sabía eso sobre mí, no me sentía listo para decirlo abiertamente y él tampoco, aunque no planeaba darle mucha importancia a lo de Akashi, últimamente me martirizaba recordando que es el emperador y que no se le puede restar importancia, él ni siquiera se daba cuenta, o al menos no parecía saber nada al respecto— tu emperador te cuida — musitó dándole poco valor a la frase, para mí fue mucho más, significó algo, me gustó oírlo, no pude evitar que un sonrojo se cruzara por mis mejillas cuando colocó una toalla en mi cabeza, desvié mi vista de reojo lejos de la suya solo para encontrarme con las curiosas miradas confundidas de los demás incluyendo la de Takao con algo de preocupación, el color en mi rostro se hizo arder aun más, era molesto, la formalidad me hizo evitar esconderlo como idiota o decir algo al respecto.

—     ¿Midorima-kun está bien?

—     Mido-chin va a morir — Murasakibara y sus peligrosas frases pronunciadas con tanta frescura.

—     Mira kagami, a Mido le dio una hemorragia vernos así, estas cosas no están solo en mi imaginación.

—     Oi, ¿De qué hablas idiota? — cuestionaba Kagami totalmente alterado, esos dos algo se traían.

—     ¡Midorin estás sangrando mucho!

—     Momoi, por favor déjalo, no será por mucho, sí lo pones nervioso él va a… — le pedía amablemente a la peli rosa que con sus palabras me había llevado al borde del pánico, luché por mantenerme inexpresivo al respecto hasta que me fijé en Akashi, dejó de hablar de repente y me veía fijo, ¿qué pasaba ahora?, ¿era grave?— Shintaro — hablándome tan despreocupadamente como siempre— ¿tenías fiebre desde antes?

—     ¿eh? — recordaba estar perfectamente al salir de mi casa, lo estaba, podía jurar que… el sonrojo.

—     Olvídalo, te ayudo — ese enano  nunca dejaba que su altura lo detuviera en nada, me tomó del antebrazo y me puso de pie, no me moví en lo absoluto, ese muchacho en realidad tenía fuerza.

—     Gracias — intenté hacerle una reverencia como me he era costumbre al agradecer pero solamente logré conseguir un mareo terriblemente molesto, me paré en seco.

—     Shintaro basta, alza la cabeza dije — dijo en un tono molesto, severo. — Shintaro, ¡es una orden! — sentenció con cierto fastidio, con dificultad hice lo que se me pidió sintiendo finalmente el cálido liquido recorrer mi rostro, enserio estaba sangrando, esta vez no pude contenerme y temblé preocupando al más bajo — es suficiente — le vi fruncir el ceño y tomarme por las caderas, caminó sosteniéndome fuertemente de espaldas a él hasta la banca en la que anteriormente había colocado sus cosas, me obligó a recostarme en el respaldo de la silla, sacó algo de agua y la vertió sobre mi frente mojando también mi cabello.

—     Akashi, estoy bien — dije más como una exigencia, quería que parara, la situación me frustró un poco, tener que verme tan débil frente a él, mi  problema no eran los demás, era él — Puedo cuidarme solo.

—     Uno esperaría algo más sutil Shintaro — su sonrisa se ensanchó, lo había notado, no le agradaban los inútiles, a mi tampoco, y ninguno de ambos lo era, a pesar del esfuerzo que ejercía para ignorar su interés en mí, siempre estaba intentando mostrarle que era decente, que nos parecíamos, que lo entendía y que estaba a su nivel, y parecía estar satisfecho con eso, pero cierta persona no.

—     Shin-chan, no puedo creer lo imprudente que eres, sí te golpeas de esa manera es  mejor que te sientes — Takao era diferente a Akashi, más bien totalmente contrario, no se parecían en nada, aparte de que ambos jugaban baloncesto claro está.

 

Takao siempre estaba cuidándome o necesitando cuidarme, no sabía sí me creía en realidad imprudente o algo por el estilo.

 

—     Cálmate Takao, estoy bien, enserio.

—     Oh cállate, iré por unas gasas o vendas — rodó sus ojos por el lugar con una amplia sonrisa

—     Yo tengo vendas, sin embargo las gasas estarían mucho mejor para él — sentenció el pelirrojo.

—     Pues bien, entonces voy por ellas — musitó el azabache a media cuadra de distancia

—     Espero que traiga muchas.. — expresó el aun presente con una ceja alzada y expresión de quien se plantea una seria cuestión.

—     ¿Por qué?, no es tan grave ¿o si? .

—     Claro que no, pero sí sigue corriendo de esa manera probablemente él también necesite unas, mientras tanto, ¿puedo? — señaló con un ademán el sitio libre a mi costado izquierdo

—     Por supuesto.

 

M e sentía mejor, mientras esperábamos veía jugar a Kise y Kagami en un equipo contra Murasakibara y Aomine, una combinación que no se daba todos los días, y cundo creí que vería encestar a Kagami, nada, borroso.

Sacudí la cabeza confundido, todo se veía como un cuadro de manchas de colores difuminadas, eso aun me permitía distinguir a los jugadores, por sus extravagantes cabelleras, pero el resto me molestaba, llevé las manos a mis sienes en busca de mis anteojos, pero no estaban allí, voltee de inmediato  hacia mis espaldas, odiaba esas estúpidas bromas que hacía la gente de quitarme los lentes, pero no había nadie.

—     Hey cálmate — la suave voz de mi pequeño acompañante llamó mi atención y llevé mi rostro hacia el color rojo más próximo, él me los había quitado— ¿mejor?, se mojaron con el agua.

—     Eh si.

—     Shintaro — la seriedad en su rostro tan repentina como siempre me dejaba petrificado, nunca llegué a acostumbrarme con totalidad a eso.

—     Akashi — respondí secamente incitándole a proseguir

—     ¿Me amas? — ¿qué?, debía ser un sueño, ¿qué rayos estaba pasando?, en ningún momento hicimos mención del tema,  en ningún momento hice algo para que surgiera, y de repente… — quiero una respuesta, y no cuestiono dos veces lo mismo, aclaro que será la única ocasión en nuestras vidas en la que la emita, sí se te hace ofensivo por favor házmelo saber de manera directa, de no ser así, de no ser tan obvio, por favor responde como se debe — explicó como sí se tratara de las trivialidades a las que tanta referencia hacíamos al hablar.

Lo pensé seriamente, era peligroso tardarse en responder, lo era aun más ofrecerle una respuesta no apropiada y era aun peor responder lo que era, pero ¿por qué amar?, ¿por qué no un “te gusto”?, ¿por qué tan directo?, ¿por qué tan especifico?, ¿Por qué tan Akashi Seijuro?.

Nos encontrábamos en presencia de todos, exceptuando a Takao, estaba seguro de que el hecho de que el azabache no estuviera presente no había intervenido en lo absoluto, porque lo hizo en un tono audible para todos en el lugar, algunos siguieron en su asunto, otros pararon, uno simplemente fingió demencia, pero lo hizo, y sí hubiera estado él, apuesto a que igualmente lo habría hecho, también podía apostar a que ese pequeño detalle, mi relación, tampoco estaba exenta del ojo del emperador, entonces, en realidad lo quería saber.”

Flashback End

—Le dije que sabía perfectamente la respuesta — musité

—Shintaro Midorima, sabes que me molesta… — bajó su vista dejando las gasas

No podía emitir ningún argumento en mi favor, nada era válido, de hecho, nada de lo que ocurría era justo, ni para mí ni para Takao, Akashi me había acorralado y no hubiera podido hacer nada al respecto ni aunque lo hubiera intentado, era ilógico desviar un tema con él, era ilógico creer que pensaba a su manera, con Seijuro enfrente nada era tan fácil como el simple sentido común, con la necesidad de ejercer la lectura entre líneas en sus diálogos, el sobre análisis de las situaciones, todo lo hacía necesariamente complicado, y esta vez no era la excepción.

— ¿Cuál era esa respuesta? — cuestionó sin observarme, sin darme la oportunidad de diferenciar su intención al respecto. — Deja de pensar tanto y respóndeme— su tono lúgubre me ponía nervioso y en realidad, ¿cómo decirle a mi novio que me gustaba alguien más?, ¿cómo se hace?, es simple, no se hace. — ¡Entiende!, yo no soy él, me importa un comino cómo lo digas, solo hazlo — me sobresalté al escuchar su variación tan repentina retrocediendo un poco incapaz de articular palabras. — ¿solo él es digno de tu voz?

¿Cómo responder?, es todo lo que cuenta, según Akashi, la victoria es una función común, es como respirar, es parte del ciclo común de vida de las personas pensantes, en mi caso, puedo decir algo parecido, las respuestas son todo el resultado del análisis de un ser, una capacidad indispensable e integrada desde el nacimiento, como ganar, difiere de esto último en que en el momento de responder lo último que importa es la respuesta, si no la manera en la que es emitida, debe ser capaz de dejar claridad, insinuación de lo requerido y sensación de absolutismo acerca de la misma. Nuestras filosofías no eran muy diferentes a pesar de la variante principal: su forma de aplicación, sin embargo, ese era el dilema ahora, iba contra mis principios hacer algo descuidado, aunque el no hacerlo probablemente era capaz de traerme más problemas.

—     No es así, lo sabes.

—     ¿Porqué sí es tan obvio es lo único que estás dispuesto a responder?

De nuevo cayendo en ese redundante ciclo de interrogación en el que fuera como fuera llegaríamos a la misma conclusión, “¿acaso no te importo?”, una pregunta que me obligaba a retirarme de la conversación al expresarse, no por ser ofensiva si no por absurda.

— ¿Es que no te importo?

Allí estaba,  me di la vuelta, en algún punto mi impotencia se disfrazó de indiferencia y la frivolidad me sobraba al respecto, no para con Takao, él me tenía preocupado, pero la forma de emisión del mensaje lo es todo, solamente me fui sin mediar palabra, estaba derrotado, sentí que había fracasado como novio, pues sí me preguntaba sí era importante para mí era porque probablemente no se lo demostraba como era debido, pero muy por el contrario, parecí un obstinado egoísta sumido en la prepotencia que se rehusaba a atender las atormentadoras inseguridades de su pareja, ahora se entiende ¿verdad?, por cosas como esas pensaba de la manera en que lo hacía, la manera de responder lo era todo.

Mi amado Kazunari pareció rehusarse a ver aquello, pues cerró sus ojos y se retiró de inmediato, ya era tarde y no había nadie más en aquel desolado parque fértil de plantas y olvidado por la atención humana a tal punto de desarrollarse más frondosamente de lo que debía en cuanto a flora, tomé asiento en una de las bancas pensando, pensando en cómo había llegado a ese punto, sí eran tantas las inseguridades en nuestra relación… ¿valía la pena luchar por ella?.

Takao siempre estaba pensando cosas fuera de lugar, y sí nunca le había faltado físicamente, ¿por qué pensar de una manera tan extremista?, ¿acaso no confiaba en que seguiría como hasta ahora sin rozar pieles ajenas?, éramos simplemente novios, ni siquiera teníamos vida sexual, nuestra relación era seria pero no lo suficientemente madura para celarse por el hecho de gustar de alguien más, en ese momento lo capté, por supuesto, nunca le había hecho daño acercándome indebidamente a nadie más porque nunca había gustado de nadie más.

Probablemente pensaba así porque era algo nuevo, no conocía las reacciones que podría tener al respecto, pero debería confiar en que no se me saldría de las manos, es decir, para mi Akashi Seijuro era solo otra persona, intentaba no pensarle de otras formas y evitaba el contacto directo, era muy precavido, ¿cómo osaba Kazunari malpensar de mis acciones cuando me preocupaba tanto por el asunto?, que a pesar de no pasar desapercibido del todo el pelirrojo, tomaba muchas medidas al respecto, me extrañaba más que molestarme, ¿Era Akashi una amenaza a los ojos de Takao acaso?, ¿Qué tan tentador podía ser?...

 

Akashi’s POV

Después del entrenamiento que para mis ex compañeros había sido un juego amistoso perdido ante mí, me pareció correcto trotar hasta bajar el calor corporal gradualmente para no sufrir la posibilidad de enfriarme rápido y enfermar, me encontraba dando vueltas por una ancha acera que rodeaba el extenso parque que ya había perdido toda luz del día y se alumbraba escasamente por los postes creando una atmosfera agradable, mi cuerpo empezaba a ceder ante el cansancio, por lo que supe que era tiempo de caminar.

Había sido un día interesante, empezando por: que Taiga y Daiki aún no nos confesaban lo que demostraron y continuando con el mal golpe de Shintaro, eso último me había alarmado un poco, pero como siempre ese peli verde, hablaba de la manera correcta, siempre tan serio  y educado, tan a tiempo y forma, algo había en sus palabras que me hacía pensar exactamente lo que él quería, parecía no funcionarle muy bien con el que me daba la certeza que era su pareja, pero con el resto, lo lograba, me hizo creer que estaba bien.

Observé, limitándome a hacer solamente eso durante el evento, eso era lo que mejor sabía hacer, descubriendo detalles, era preferible que la gente me hablara con gestos discretos e involuntarios a que lo hicieran titubeando, sobre explicando, prefiero reservarme y sacar mis conclusiones, después de todo, con ellas nunca me equivoco, los rubores en las pálidas mejillas del megane eran algo que por supuesto no podía pasar desapercibido para mi, nos parecíamos demasiado.

 Yo capto imágenes, él palabras.

Debía empezar a hablarle de la manera que él lo hacía sí quería que me entendiera, estaba poniéndose diferente en su forma de responder a mi estimulación, estaba flaqueando.

El amor no es más que otra guerra, en la que no se pelea terreno si no atención.

“Ten ojos solo para mí, porque mis ojos, que todo lo ven, te observan solo a ti”

No es más que el banal deseo de poseer la mente de otra persona, ocupando sus pensamientos contigo mismo, es una riesgosa apuesta difícil de ganar y sin aviso al perder, se vale todo, la estrategia es la clave, y se debe tener al enemigo cerca pareciendo inalcanzable, se domina con imponencia y se violenta con carácter.

Lo que yo sentía probablemente no era amor, pero no tendría la oportunidad de probarlo si no lo investigaba, en una persona como yo, que sabe todas probabilidades, la incertidumbre me mantiene exento de sus males, por lo que, simplemente se trataba de confirmar, de divertir.

Eso no significaba que lo viera como un juego, en absoluto, para el emperador se trataba de una guerra, pero no contra Kazunari, para nada, él simplemente estaba al lado de mi objetivo, quien osaba retar al emperador con esa mirada filosa y sin real certeza del argumento que defendía cuando hablaba era Shintaro, el atrevido de Shintaro, llegando a mi presencia sin una razón, es más que un juego.

Me dirigía a la banca en la que confiadamente dejé mis pertenencias cuando divisé una silueta en un asiento contiguo a ese, seguía en el lugar, Shintaro seguía allí.

—     Es bastante tarde, ¿sabes? — cuestionó sin si quiera observarme, agudicé mi vista, no tenía cara de estar bien, pero  sí de estar pensado.

—     ¿qué te causa tal confusión? — musité arriesgándome a no ser comprendido.

—     ¿De horario? — hablaba con aburrimiento, si, me había entendido, esperé un momento para que respondiera algo finalmente relevante. — No es un tema que te llame la atención.

—     Vaya, un “¿qué te interesa?”, muy bien maquillado, enserio, considera volverte escritor, tienes una versatilidad increíble para expresar una oración de tantas formas — reí logrando apenarlo, escondió nuevamente su vista de la mía.

 

Entonces elegí el tablero, cada que se me presentaba una situación que necesitaba de mi creatividad para ser resuelta, me gustaba imaginar que se trataba de algún tipo de juego de estrategia que acostumbraba jugar muy a menudo, era toda una suerte que en esta ocasión,  con quien jugara fuera mi compañero habitual en ellos, no por eso sería gentil, iría con todo.

“Ajedrez, primer movimiento, piezas blancas.

Cuarto peón de izquierda a derecha. Dos casillas al frente. Player POV”.

—Shintaro, siempre me ha gustado como hablas.

—No te intentaba ofender… lo sabes, no lo haría — aun no me observaba, continuaba con el intercambio, demasiado tímidamente para mi gusto, era alguien que se preparaba tanto y nunca atacaba, las oportunidades hay que hacerlas, la red para atrapar en un juego también, pero sí nunca se ataca es como haberla perdido.

 

“Primer movimiento, piezas negras.

Primer peón de derecha a izquierda, Una casilla al frente. Green Player POV”.

                 —Lo sé, tú no eres así — tomé asiento en la banca a su lado en una     distancia a la que usualmente no me hubiera situado, le tenía muy cerca,      le observaba buscando contacto visual esperando su reacción.

“Piezas blancas.

Reina, movimiento de tres casillas diagonales a la izquierda. Red Player  POV”

 

—No soy capaz de desviarte un tema porque no tiene caso, así que te lo    diré como probablemente tú lo harías, directo: no quiero hablar de eso contigo — finalmente me observó con seguridad, con esa que le contagiaba, noté desde un principio que la usaba de esa manera solo cuando estaba conmigo, como sí se auxiliara de ella cada que se sentía confundido o intimidado ante mí, pues nadie más le había causado temblar de esa manera.

 

 

“Piezas negras.

Cuarto peón de izquierda a derecha dos casillas al frente. Green Player POV”.

 

Pero después de todo, no era nada más que eso, brazadas de ahogado.

 

— ¿Estás intentando compararme contigo?...— le vi con seriedad, quizás con severidad, ese tipo de expresiones siempre se afloraban involuntariamente en mi — ¿Estás poniéndote a mi altura?, no podrías hablar como yo ni aunque quisieras. — musité sin inmutarme.

 

“Piezas blancas.

Reina, cuatro casillas diagonales a la derecha. Alfil negro eliminado. Red Player POV”.

 

Le estaba apostando a todo, le iba a obligar a explotar, a deshacerse de ese juego pasivo, a ir en contra del emperador, que huyera de mí era restarme importancia, le obligaría a confrontarme incluso con la probabilidad de perder.

 

—Yo no... Akashi... — parecía estar queriendo rendirse, prendería esa chispa aun con humillación sí hacía falta.

 

“Piezas negras.

Primer peón de derecha a izquierda. Una casilla al frente. Green Player POV”.

 

— No puedes igualarme, no lo intentes, me molesta — le solté con repugnancia al tema.

“Piezas blancas.

Reina una casilla a la izquierda, Rey eliminado”.

 

— ¿Cómo me dices algo así? — su voz se iba a quebrar, tan predecible. Pero...

— Me gusta tu manera de hacerlo, no intentes responder con la mía, me da gusto escucharte como tú, yo hablo con demasiada altivez como para soportarla de alguien más, mi orgullo es más grande que mi tolerancia — me recosté en el respaldo de la banca alzando la vista al cielo, si, era hora de ir por el premio.

— Tú... — su vergüenza era notoria y su rostro transparente.

— Interrumpir a alguien cuando habla es mal educado Shintaro— no, no le vería, él tendría que pedir, yo presionaba, pero yo no pedía nada, no lo haría.

—te gusta la forma en la que hablo... en la que te hablo.

— Y mucho, casi no pareces esforzarte por responder.

—Sabes mi filosofía sobre eso

— Si, parecida a la mía, nos parecemos mucho, no me cuesta hablar contigo, me gusta... — me veía aún, era el momento— me gustas.

 

El silencio se hizo su espacio, pero no uno incomodo, si no ese que resulta de solventar un grave problema, ese tipo.

 

—También me gustas.

— Hubiera preferido que te me confesaras primero pero eres demasiado cobarde para tomar decisiones, tuve que presionarte un poco ¿sabes?

—Lo noté, pero decírtelo hubiera sido interrumpirte. — nuevamente escondía su vista de la mía.

— No hagas eso — ordené observándolo y regresando a mi postura inicial.

— ¿Hacer qué? — Seguía haciéndolo.

— Mírame, sí te hablo mírame, sí me hablas mírame, no me importa sí te diriges a un tercero también, prefiéreme por sobre él, mírame — exigí con un tono serio.

— Akashi... — tomé su rostro y lo dirigí hacia el mío sin acortar distancias

— ¿Ves?, no cuesta, solo dime que lo harás.

 

Asintió como esperé que lo hiciera, no se trataba solamente de un juego, se trataba de mi red, de nuestra diversión, era algo diferente a la necesidad carnal de estar al lado de otra persona, se trataba de saber que estaba allí, estaba confirmado, si lo era, desde un principio lo creí, pero no hubiera sido tan interesante de haberlo dado por hecho simplemente, si era amor.

Era la necesidad intelectual de que estuviéramos allí el uno para el otro, sin derecho a más, era una unión meramente psicológica.

Pero como dije, yo no se lo iba a pedir, “¿pedir qué?”, él lo sabía, él lo haría.

 

—Akashi, no estoy seguro de esto como de nada, pero dime tú sí no está bien, sé que está mal de hecho, pero quería — le interrumpí.

                — Acepto

                — No digas nada a — lo hice de nuevo.

                — Sé de Takao.

                — Por favor no te irrites conmigo en un futuro sí me sofoco o confundo con la decisión...

— Shintaro, te conozco lo suficiente, sé cómo actuarás con esto, y también sé cómo lidiaré con ello. Cálmate.

 

Estaba jugando con fuego, de eso estaba seguro, pero con Shintaro, jugaría a lo que fuera.

Hay cosas de las que uno debe estar seguro, de lo que hace y de lo que piensa, hay cosas que es mejor dejar en incógnita, sabía cómo actuaría el megane de aquí en más, sabía cómo tratar con eso, pero mejor sí todavía no estudiaba el resultado, en primera, porque no había forma de que resultara conveniente, y en segunda porque estaba cometiendo un robo, esas cosas se terminan pagando de la misma forma, era mejor sí esta vez me aventuraba, de todas formas a mí todo me salía bien, esta vez no tenía por qué ser diferente.

Akashi’s POV end

Notas finales:

Finalizado el primer capitulo

Esperamos haberles atrapado en la trama.

 Agradeceremos mucho cualquier tipo de comentario, crítica, opinión o idea, responderemos complacidos por ello, sabemos qué queremos con esta historia y aseguramos darle seguimiento, cada dos semanas por tarde.

De nuevo gracías.


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