Antonio me había dejado solo, dejo que afrontara solo el hecho de que era gay, el solo despertó en mi un millón de dudas e inquietudes y luego sin más se fue dejándome solo.
Pero aun después de la humillación por parte de Antonio no podía aceptarme a mí mismo no podía aceptar en lo que me había convertido en lo que siempre fui. Rara vez me lo encontraba en la escuela o siquiera de camino a casa. Mi madre estaba cada vez más preocupada pues deje de asistir a clases y solo algunas veces salía de mi habitación.
Por otra parte Alicia seguía amenazándome con contarle a todo el mundo que yo era gay. En realidad no me importaba si lo hacía o no, lo único importante para mí era decepcionar a mi madre, después de todo ella tenía todas sus esperanzas en su único hijo varón.
El tiempo pasó y como pude termine la escuela, el último año de preparatoria fue un asco. Me aislé de todo el mundo aunque claro Alicia ayudo mucho con el tema, más de la mitad de la escuela ya sabía que era gay por tal motivo nadie quería acercarse a mí, me rechazaban. En una ocasión llegaron a golpearme al punto de dejarme al borde de la muerte y enviarme al hospital. Mi madre no entendía por qué de tantos problemas solo creía que tenía un hijo problemático.
En cuanto a Antonio, jamás volví a cruzar palabra alguna con él, hasta que me entere que era novio de Alicia. Enterarme de la noticia fue doloroso, quise enfrentarlo… pero que era lo que iba a reclamar, después de todo él y yo no éramos nada a penas y fuimos amigos, él tenía todo el derecho de estar con quien se le diera la gana
Yo decidí dedicarme al estudio, termine mi carrera universitaria y me convertí en enfermero. Justo ahora estoy haciendo mi servicio pero afortunadamente pude tomar mis vacaciones en navidad. Aunque es doloroso verlos juntos intento soportarlo, al menos por el bien de mi madre.
Lo que fue aún más doloroso fue el día en que me entere que estaba comprometer. Alicia y Antonio habían durado más de cuatro años en una relación. En realidad no sé si él lo hizo porque realmente la ama o porque tenía miedo de que contara lo que había pasado hace cuatro años.
Recuerdo perfectamente ese día. Era navidad, la familia de Antonio y la de Alicia y de paso la mía acostumbraba reunirse en esas fechas desde que se enteraron del noviazgo, y claramente esta vez no iba a ser la excepción, toda la familia se encontraba reunida este año en la casa de la abuela, claro por petición de Alicia.
Alicia estaba sentada orgullosa al lado de Antonio, el solo sonreía y asentía a todo lo que le decía su madre. Era tan buen hijo ante los ojos de todos, pero tan pecador ante los míos. Y ella, me miraba con esos ojos verdes, llenos de odio y rencor, Alicia siempre había sido buena actriz, frente a todos me trataba con cariño como a un hermano pero cuando estábamos solo ella era tan diferente.
_Bueno, les tenemos una noticia. –Yo lo suponía, pude ver su mano antes, y claro ella se encargó perfectamente de yo lo notara-
_Familia…. Antonio y yo vamos a… casarnos –Alicia levanto su mano mostrando el hermoso anillo de diamantes en su dedo anular. Toda la familia aplaudió festejando el nuevo enlace matrimonial-
_Hija felicidades, ya sabía yo que todo esto terminaba en matrimonio –Mi tía parece bastante contenta, después de todo es su única hija la que se casa.- Y tu Antonio más vale que cuides bien de mi hija.
_Gracias mama me siento tan feliz, y claro Antonio me cuida siempre, me trata como a una princesa. –sus palabras sonaron tan dulces para los demás, pero para mí no eran más que veneno y eso me lo decían sus ojos esos que volteaban a verme burlándose de mi desgracia.-
_No se preocupe suegra yo amo a Alicia, ella es el amor de mi vida y siempre la protegeré contra todo y todos
El típico sermón del novio que quiere ganarse a los suegros, quizás Antonio si era sincero en sus palabras, al menos más que ella. Después de eso todos se abrasaron festejando a la nueva pareja, entre risas y aplausos. Me sentía asqueado, necesitaba salir de inmediato de ese lugar o sin duda terminaría llorando, y no precisamente de felicidad.
_A donde crees que vas jovencito… ya has felicitado a tu prima y Antonio, anda ve y dales un abrazo. –En ese momento de verdad que odie a mi madre –lo siento mama- pero ir y abrazarlos era solamente echarle sal a la herida-
_Mama estoy cansado quiero ir a dormir, mañana los felicito –Sus ojos me dejaron en claro que no podía irme sin antes cumplir con mi tortura. Vamos ustedes tampoco pueden oponerse a esos ojos que te dicen “Hazlo que te digo o ya verás llegando a casa”. Hice lo que me dijo y fui a felicitarlos
_Alicia, les deseo lo mejor prima, mucha felicidad y…. buena suerte en su… matrimonio –En realidad no sabía cómo era que las palabras fluían de mi boca, creí que eso sería lo más difícil y que después de eso todo terminaría pero no. Ella abrió sus brazos hacia mi indicándome que la abrazara y aun renuente lo hice.
_Muchas gracias Matt, en parte te lo debo a ti –Me rodeo con sus brazos y aprovechando la cercanía susurro en mi oído- Maldito maricon si no te hubiera visto ese día Antonio jamás seria mío, así que… gracias
Se me formo un nudo en la garganta, la vista se me nublo y luche con todas mis fuerzas para que las lágrimas no rodaran por mis mejillas. Todo aquello era tan doloroso
Por su parte Antonio seguía evitándome, así que solo se limitó a un apretón de manos, con el cual fue el final de todo para mí. Salí corriendo del lugar sin dar explicación a nadie ni siquiera a mi madre, que de seguro estaría buscándome.
Corrí a refugiarme a mi escondite, ese que solamente conocía yo y mi abue. Ella es la mujer más dulce sobre la fase de la tierra, es la única que me entiende y me consiente. Solo ella, Alicia y Antonio saben de mi homosexualidad. Yo se lo conté, antes de que mi prima lo hiciera, mama Inés siempre me ha protegido y estaba seguro que esta vez no sería la excepción. Pase un buen rato ahí llorando amargamente, él había sido el amor de mi vida, por quien me di cuenta de que era gay y con quien tuve mi primera experiencia sexual y ella, bueno ella era mi prima, la que alguna vez creí que me quería y con la que compartí casi toda mi niñez, no podía creer lo mucho que había cambiado.
_Con que estas aquí… vaya no sabía que este lugar existiera en la casa de la abuela. –Esa voz se me hiso conocida y no estaba equivocado se trataba de Héctor, hermano gemelo de Alicia –olvide mencionarlo, ella tiene un gemelo-
_Como… como lo encontraste… -Mis ojos hinchados de tanto llorar lo miraban confundido, sin entender, según yo era el único que conocía la ubicación de ese pequeño jardín secreto-
_Bueno, en realidad te he seguido, llevo rato parado tras esos árboles… he visto como lloras… Matt que es lo que te lastima tanto… -Sus manos eran frías y ásperas, quizás por el frio. Limpiaba las lágrimas de mis mejillas, no podía entenderlo-
_No es nada… fue solo la emoción –amablemente aleje su mano y me aleje un poco de él, nunca me había llevado del todo bien con Héctor, de hecho nunca. Él vivía fuera del país por cuestiones de estudios y siempre venia en las fechas importantes así que rara vez nos veíamos-
_De qué? De que mi hermana se va a casar?... por qué habría de emocionarte eso….-Sus oscuros ojos aún más que la noche me miraban con curiosidad. Eso era lo único diferente en ellos sus ojos-
_Si… por eso… ahora debo irme…
Me aleje lo más que pude. Esa noche dormí muy poco, me la había pasado llorando como un niño, quería sanar mi corazón herido pero aun no sabía cómo hacerlo.
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Y hoy nos encontramos aquí en la ceremonia de bodas. Ella luce realmente hermosa, debo admitirlo. Y el, dios puede verse aún más guapo con ese traje. Quiero salir corriendo pero creo que todo el mundo lo vería raro.
He estado pensando que pasaría si yo salto como en las novelas en esa parte donde dicen “Si hay alguien que se opone a este matrimonio, que hable ahora o calle para siempre” bueno sin duda me tacharan de loco, pero al menos le arruinaría la fiesta.
_ Si hay alguien que se opone a este matrimonio, que hable ahora o calle para siempre –OH! Ya está en eso el sacerdote, debería ponerme de pie y oponerme a ello-