Era de noche. Aproximadamente las cuatro de la madrugada, y los Get Backers seguían despiertos. Entre tantas cosas que hacer para su trabajo, ya no alcanzaban a dormir bien. Paul y Natsumi los habían dejado quedarse en el Honky Tonk, puesto que ya pasaban tres días y una lluvia interminable azotaba la ciudad, haciendo imposible la estadía en el interior del pequeño auto, y menos de noche. Y el joven Ban seguía empeñado en hacer volantes… Aunque… Ginji no le prestaba mucha atención.
- ¡Vamos Ginji! – Había pasado una hora desde que habían empezado a hacer volantes para promocionar su servicio de rescate. – Tenemos que hacer más volantes, los repartiremos hoy, en la tarde…-
El joven rubio enrojeció de golpe, y ocultó entre los volantes ya finalizados un pequeño escrito en el cual había estado trabajando recientemente. En realidad, era una carta. Tomó otra hoja en blanco y continuó haciendo los volantes.
El chico de cabellos castaños se acercó, intrigado, y tomó los volantes ya finalizados del lado de Ginji. Revolvió un poco los papeles, y dio al fin con una pequeña carta. Intrigado, Midou tomó la carta, y empezó a leerla. Era la letra de Ginji.
“Querido Ban:
Desde que te conozco, has cambiado mi vida. Gracias a tu apoyo, olvidé lo que significan el rencor, la soledad, y el miedo. Gracias a ti, a tu amistad, a tu compañía, ya no estoy solo. Ya no me siento solo. Y todo esto gracias a tu presencia, y a tus hermosos ojos azules. Sin embargo, últimamente he sentido algo… Distinto. Algo… Diferente. Mi corazón, late más de prisa cuando estoy contigo, siento arder mi pecho cada vez que me tocas, y cuando te me acercas, cada fibra de mi piel se estremece…”
Hasta allí llegaba. La carta no estaba finalizada del todo… Y lo dejaba con un fuerte sentimiento en el pecho y un ridículo rubor en las mejillas.
Su corazón latía rápidamente y sus ojos brillaban en la oscuridad del bar… Iluminados por una tenue luz que se encargaron de utilizar en la barra.
- Ginji…- Susurró, observando al emperador relámpago con cariño. Su hermoso rostro de eterna sonrisa y brillo, así, tan tranquilo…
- ¡Dime, Ban-chan! – Respondió de inmediato el rubio volteándose, haciendo sobresaltar al más alto puesto que juraba que no lo había escuchado. “Bueno…” Pensó. “De una en un millón, jamás volveré a tener oportunidad como esta”
- ¿Sabes, Ginji…? A mi también me haces sentir… extraño…- El castaño se aproximó al otro, tomándolo del rostro y forzándole a mirarle a los ojos. –Me haces pensar… En cosas como… Te ves tan hermoso…-
- B-Ban? D-De qué me hablas? – Tartamudeó el pobre Amano, que no tenía ni idea de lo que hablaba su amigo. Enrojeció casi de inmediato al sentir el tibio aliento del dueño del Jaggan sobre su rostro. Su corazón batiendo furiosamente en el interior de su pecho…
- La carta… La leí…- Respondió Ban, acercándose un poco más, tomándolo de ambas manos y dirigiéndolo a una de las meses, recostándolo en el mueble, y acorralándolo entre su cuerpo y la pared. – Yo también siento algo distinto… desde que te conozco, Ginji… Siento que… tengo tantas ganas de besarte….- Susurró, y rozó levemente sus labios con los del Emperador Relámpago, haciéndolo estremecer por completo, cerrando los ojos torpemente y aferrándose de manera involuntaria a su cuerpo, halándolo hacia sí por el cuello.
- B-Ban…- Gimió levemente Ginji, temblando, con el corazón latiéndole desbocado.
- Te quiero, Ginji… Desde hace tanto…- Y así sucedió. Unieron sus labios en el más tierno de los besos, en el beso más deseado por ambos. El dueño del Jaggan apoyó levemente el cuerpo de Amano sobre el mueble, para acariciar su cuerpo, y disfrutar de ese dulce tacto con la piel de Ginji. Sentía cómo el cuerpo del Emperador Relámpago se erizaba por sus manos tibias, y el contraste del frío ambiente en el bar…
- B-Ban… - Interrumpió levemente el rubio el beso, haciendo que Midou lanzara un quejido de inconformidad – Yo… Yo también te quiero, Ban…- Un suave jadeo salió de sus labios al sentir las manos tibias de Ban acariciando su piel por debajo de la ropa. Estaba totalmente a merced de ese hombre que le había robado el corazón con sus frías palabras… - Ban… Yo te amo… Tanto…-
Los besos se detuvieron.
El rubio subió su mirada castaña hacia el rostro de Midou.
Y juró que jamás volvería a ver una vista tan hermosa como esa en su vida.
Los ojos del hermoso Ban Midou, estaban cubiertos de un salado líquido comúnmente conocido como lágrimas. Y se veían tan puras en ese rostro perfecto…
- Nunca imaginé… que nadie me llegase a decir algo así… por ser un ser maldito… con este brazo… y estos ojos…-
- Ban… Esos ojos… - Limpió suavemente las lágrimas que caían por el rostro de Ban, sintiendo su propio rostro húmedo por las lágrimas del otro, que habían caído sobre su cara. – Esos ojos son los que me han hecho amarte desde el primer día en que te vi…- Sonrió sutilmente, y luego agregó, bromeando – Además, eres el ser más deseable sobre la tierra, ¿Quién no te va a amar? –
Midou rió, contagiado por la euforia y alegría del otro, diciendo entre risas – Seguro y Paul no… - Rió, pegando su frente al pecho de Ginji y quedándose allí, para escuchar el dulce sonido de los latidos de su corazón.
- Pues te aseguro que yo sí, Ban…- Suspiró el rubio, besándole la cabeza y subiéndole el rostro, para luego besar sus labios, probando su dulce sabor una vez más. – Y mucho…-
- Ginji… Gracias… yo también… te amo…- Susurró de vuelta Ban, colocándose de nuevo sobre él, y besándolo repetidamente sobre el rostro.
Así pasaron las horas, entre besos y caricias, declaraciones de amor y demás promesas, hasta que hicieron las siete en punto de la mañana y la puerta del Honky Tonk se abrió, justo cuando ambos Get Backers estaban sumidos en el más apasionado beso, revelando a Paul, Natsumi, y la negociadora Hevn, con buenas noticias para la ahora pareja. Tenían un buen trabajo y les pagarían en millones de yenes si lo cumplían.
Owari
Espero que les haya gustado!!! ^^ Muchos reviews, ¿ne?