-Woohyun-
Todos en silencio esperando la señal de salida, la música resonando en sus oídos y los latidos de su corazón yendo a un ritmo desenfrenado. Las luces suben, el público grita emocionado, 1, 2, 3... Un cálido ambiente lo recibió en el escenario, el suelo brilla con las luces mientras el techo se pinta de colores; las pantallas tras su espalda solo confirman una cosa, ese es el sueño que quiso seguir toda la vida.
-MyungYeol-
<SMS - Myungsoo>
Cuando no estás. Cuando tú no estás no tengo ganas de hacer nada, los minutos se vuelven horas, las horas se vuelven días, me siento encerrado en una cárcel sin salida, Las paredes me encierran, siento que el espacio cada vez es menor; quiero escapar, salgo por un momento y regreso a la soledad. La televisión me aburre, las cobijas no me calientan, si no me abrazas la noche es fría y eterna, las estrellas dejan e reír y me llenan con sus lágrimas. Solo cuando regresas la luna sonríe, las estrellas relucen más que antes y puedo sentirme protegido entre la calidad de tus brazos.
Así que dime, amor, ¿cuándo vendrás a regalarle vida a este cuerpo que te pertenece? Tus caricias alimentan mi cuerpo y tus besos son el oxígeno que necesita mi alma.
-MyungYeol-
Sus labios rozaron la yema de su propio índice, mandó un beso a la fotografía frente a él en ese momento, una donde se encontraban él y su amado abrazados. Era una foto un tanto antigua, tomada por una fan en un concierto, él se encargó de enmarcarla y colgarla en la pared principal de su sala de estar. El corazón le bombeaba demasiado, estaba tan nervioso que algunas gotas de sudor resbalaban de sus sienes y el menor se encargaba de limpiarlas con la manga de su suéter.
z88;Tic toc, tic toc, los segundos pasaban, ya casi era la hora en que su esposo acostumbraba a llegar. “Si vienes, por ejemplo, a las cuatro en punto; desde las tres empezaría a ser dichoso.
z88;Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto, descubriré así lo que vale la felicidad.”. Era una de las frases del libro favorito de su mayor.
z88;Las agujas del reloj marcaron las 10, el pomo de la puerta comenzó a girar y las temblorosas manos de Myungsoo estrujaron con un poco de fuerza los tallos del ramo de rosas; la puerta se abrió, dando paso un muchacho de complexión delgada, alto y con el cabello negro. El menor estaba seguro que en cualquier momento su corazón se saldría de su pecho.
z88;Sungyeol se acercó al más bajo, rodeó la cintura ajena con los brazos, el menor correspondió con una sonrisa iluminando su rostro y depositó un beso en los labiales de su amado.
z88;—Te amo —murmuraron al unísono.
z88;Así esa noche, ambos chicos dentro de la habitación descubrieron el precio de
la felicidad, a lado de ese otro que hace latir con fuerza al corazón.
-Sunggyu-
Los recuerdos llegaron a su mente mientras saludaba a sus viejas amigas: las olas. El sol acariciando suavemente su piel, la arena caliente bajos sus pies. Suspiró. Llevaba un puño de globos atados a un solo cordón, en cada uno escribió un recuerdo que necesitaba borrar, aquello que lo atormentaba y lo mantenía despierto y entre lágrimas todas las noches.
Cerró los ojos y conteniendo el aliento dejó escapar sus memorias que fueron directo al cielo, perdiéndose poco a poco en la nada. Así dejo ir la inocencia del niño que fue y estaba dando paso a una nueva persona, más fuerte y con mejores sentimientos.
-Sungyeol-
Las lágrimas corrían por sus rosadas mejillas, a pesar de que no se encontraba enfermo, su situación era crítica, ´qué era peor que morir? Morir mientras vives. "¿Por qué eres tan idiota?" Las últimas palabras que escuchó de los labios impropios continuaban resonando en su cabeza, aún después de un par de semanas que su prometido se marchara por la puerta principal de la que fuera su casa como pareja, la herida seguía ahí presente, como si solo hubiera pasado un día de eso.
Suspiró profundo, el aire lleno de nostalgia inundó sus pulmones y liberó la humedad que sus ojos se esforzaron por retener, incluso para sus amigos era difícil verlo así, pero no se puede hacer nada cuando se muere por amor; a paso lento llegó hasta el marco de la entrada del baño con la vista fija en el inodoro, su mente de llenó de recuerdos y las risas del pasado, la tristeza acarició su delgado y débil cuerpo mientras este caminaba sin vida hasta la fría porcelana que lo esperaba con los brazos abiertos. Todos eligen como destruirse, algunos se lastiman, otros llenan su cuerpo de drogas que los hacen caminar por las nubes, él solo decidió sacar de su cuerpo lo que no necesitaba.
"Estoy bien", se repetía mentalmente una y otra vez mientras las arcadas y la sensación de algo golpeando el interior de su estómago lo atacaron. Intentó levantarse luego de haber tirado de la cadena, pero su llanto y el vómito lo debilitaron bastante, dejándolo solo con la fuerza necesaria para acurrucarse junto al frío azulejo de la habitación, abrazó sus delgadas piernas mientras sus labios no dejaban de repetir esas mismas palabras con las que siempre respondía a todos: Estoy bien, estaré bien...