-Hola Tsui. –dijo subiéndose al árbol con una sonrisa.
-Hola. –respondió con seriedad mientras miraba a su alrededor.
-Yo sé dónde está. –comento juguetonamente.
-¿Qué? –pregunto sorprendido, para luego girarse poniendo al visitante contra una rama. - ¿Dónde está? ¡¿Dónde?!
-Está hacia el norte... –respondió con medio. – En el lago… él puede vernos.
Tsui desaparece en un abrir y cerrar de ojos.
-¿Tsui? ¿Tan importante es ese humano para tí?
Otro baja en la rama.
-Es que no lo sabes…
-¿Qué cosa?
-Ese chico humano lo salvo…
-¿Eh?
Tsui corría a toda velocidad, recordando…
-¿Estas bien?
Tsui abre levemente sus ojos.
-¿Un humano? –pensó para sí. – Estoy con mi verdadera forma y no me tiene miedo. Que interesante… Yashiro, se parece a ti…
El niño se sienta de rodillas y coloca sus manos solo la herida del estómago.
-¿Qué haces? –pregunto casi sin fuerza.
-Ya lo veras…
El niño cierra sus ojos, Tsui ve hacia su alrededor.
-¿Estás en medio del bosque solo?
El niño entre abre sus ojos, entre los cabellos que le cubrían sus ojos celestes, comenzó a brillar y una luz sale de sus manos.
-¿Qué es…?
Un humo violeta sale de la herida y se comienza a cerrar. Cuando termina, el niño se levanta lentamente con dificultad y cuando se está alejando, cae al suelo. Tsui se levanta para ir hacia él pero un humano se acerca a él y lo levanta.
-Debe de ser su madre…
Cuando se lo llevan, la ropa se le resbala levemente, dejando ver una marca de un gato negro en su hombro…
-¿Él es mi próximo humano…? ¿Él que he buscado tanto tiempo?
Hikaru sale del lago y levanta la mirada, al sentirse vigilado. Mira hacia las ramas de un pequeño árbol seco.
-¿Un gato? No. –se dijo para sí, murmurando. Levanta la mirada - Eres bastante fuerte a pesar de esa forma… Nunca te vi por aquí ¿Estás de paso?
El gato se acerca y maúlla.
-O será que estoy hablando con un simple gato… -se pasa la mano por la cara. – Tengo que dejar de estar tanto tiempo por aquí, ya me está afectando.
Maúlla de nuevo, el chico se pone de cuclillas. Los ojos celestes del gato, comienzan a brillar y los del humano lo siguen.
-Ya está… Ahora ya estamos conectados…
-Ah, hablaste. Ya me estaba asustando. – comento con un sonrisa. – pensé que estaba imaginando esa aura.
-Finalmente…
-¿Eh?
- …te encontré.
1 año después…
-Tsui, ya deja…
-Pero... Hikaru… Uno más y no te pido…
-No. Tenemos que trabajar…
Tsui estaba en el hombro de un humano con camisa blanca y jean, mirando el paisaje de la montaña.
-¿Listo? –pregunto Hikaru lanzándose a saltar entre los árboles.
-¿Tú lo estás?
Ambos sonríen, mientras saltan en los árboles.
En tanto, unos kilómetros adelante, en el templo de Nagira, unos hombres del norte se acomodaban alrededor de la figura del dragón.
-¡Tengan cuidado! ¡Nagira está ahí!
Un hombre, con cabello castaño largo y anteojos, le toca el hombro.
-Tranquila, todo estará bien. Ellos son los mejores en su trabajo.
Los hombres comienzan a recitar las palabras de purificación.
-Pero que ilusos… -comento una voz a la espalda del castaño.
Gira hacia la voz, encontrándose con un chico, que no pasaba los 17 años, de pelo oscuro y ojos celestes con un gato sobre su hombro con las mismas características. El gato maúlla.
-Sí, ya lo sé. No necesitas recordármelo. Además, no creo que pase de nuevo…
-¿Quién eres?
-Si quieres saberlo, has de presentarte primero. Cuestión de educación…
La figura del dragón dispersa una energía oscura, lanzando a los oradores a distancia.
-A trabajar se ha dicho.
El chico corre hacia la piedra y lanza un cuchillo rompiendo el sello de papel.
-¡¿qué es lo que haces?! –replica el castaño. - ¡Si haces eso…!
-Nagira saldrá… y finalmente se resolverá todo. –dijo con seguridad mientras a su alrededor el viento se movía violentamente.
Nagira comienza a salir.
-¡Takatsui!
El gato se pone al frente, los ojos de ambos comienzan a brillar y Tsui toma se forma original. El chico saca unos papeles y comienza a realizar un canto mientras el cuerpo del espíritu frente a ellos finalmente los atacaba.
-¡Hikaru!
-¡Listo!
Un Nagira oscuro los ataca y lo esquivan. Tsui distrae al dragón mientras Hikaru se acerca a su cabeza, Nagira aparta al gato y lo golpea. Lanzándolo hacia el árbol.
-¡Hikaru! ¡Maldito!
Tsui comienza a atacar a Nagira.
-¡Tsui! ¡Él todavía es Nagira! –dijo Hikaru saliendo maltratado entre los árboles.
Tsui se acerca a Hikaru.
-Intentemos de nuevo…
-Bueno.
Esta vez intercambian de lados, cruzándose una y otra vez. Esquivando los ataques con facilidad. Hikaru usa a Tsui para ganar altura, esquivando otro ataque en el aire, llega a su cabeza.
-¡Tsui!
Tsui comienza a emanar energía de color celeste, al igual que Hikaru mientras pegaba los papeles en la parte posterior de la cabeza del dragón y recita unas palabras. Con la energía acumulada posa sus manos sobre él, mientras Tsui lo trata de contener en el lugar.
El público no puede creer lo que está sucediendo ante sus ojos.
Hikaru obre sus ojos brillantes y el dragón ruge en los cielos nocturnos mientras el humo violeta salía de él. Hikaru pierde el equilibrio mientras Nagira cae al suelo, pero Tsui lo sujeta poniéndolo en el suelo nuevamente.
-Hikaru, estás sangrando. –observo mientras se acerca con culpa hacia su rostro.
-Estaré bien, no es nada. –dijo despreocupadamente mientras acariciaba su cabeza.
-¡Nagira! –grito una chica joven mientras corría hacia el dragón que poco a poco se tornaba de color blanco.
-Creo que funcionó… -musito Hikaru con una sonrisa.
Tsui apoya su cabeza sobre el pecho del chico.
-Tranquilo, ya paso ¿Quieres que te dé un poco de mushi cuándo lleguemos?
Tsui levanta la cabeza, con brillo en sus ojos.
-¡Sí!
El castaño se acerca a ellos.
-¿Takatsui?
-Ah, sí.
El de cabellos castaños hace una reverencia, al igual que los hombres que lo acompañaron.
-Somos sus servidores, de su templo principal del norte.
Nagira se levanta levemente.
-Tsui, mira, se levantó.
-Tan rápido…
Tsui y Hikaru se levantan y se acercan a él. Ignorando a los hombres que miraban el suelo.
-¿Quiénes son ustedes? –pregunto con cautela mientras cubría a la joven.
-Somos los que te sacamos ese paracito. –comento Hikaru con una sonrisa.
-Espera… Takatsui, tú…
-Sí, sí… Lo hicimos por ya sabes quién. Ha bajado demasiado la guardia…
-¿Ya encontraste al humano?
-Sí, se llama Hikaru Takashima.
-Mucho gusto. Tengo un favor que pedirle…
-Un favor, supongo que se lo puedo conceder pero en mi estado actual…
-¿Ves? Te dije que tuvieras más cuidado.
-¡Ya entendí! ¡Solo has lo de siempre!
Hikaru enfurruñado, y se acerca a Nagira con un suspiro. Acerca sus manos a su cabeza y se concentra. Nuevamente comienza a salir luz de sus palmas y las heridas sanan poco a poco.
Luego de unos momentos Hikaru cae sentado en el suelo.
-¿Te sientes mejor? – pregunto mientras se quitaba el sudor de la gente y se tomaba su herida.
-Me agradas…
-¿Eh? Gracias.
-¿Qué necesitas de mí?
-El dragón Nagira, tiene la habilidad de atar… hay algo que nosotros queremos conseguir y necesitamos encontrar la manera de atarlo hasta que terminemos.
Tsui se acerca a Hikaru.
-Hikaru…
-Sí, sí…
Nagira cierra los ojos unos momentos, y unos listones blancos aparecen frente a Hikaru, quién los toma con delicadeza.
-Esto te servirá y además me gustaría concederte un objeto.
-¿Un objeto?
-Parece que estás más que acostumbrado a nosotros. Es un regalo.
Un pendiente blanco y celeste aparece en la oreja de Hikaru.
El castaño, queda boquiabierto, aún no cree que fue lo que paso. No podía dejar de mirarlo, al joven que sería el rey del norte.