Nunca en sus vidas, les plantearon un problema donde eligieron la mejor opción para ustedes y que algunas pocas personas beneficia, pero que sin saberlo dañaba solo a una. Mi mama siempre decía que no hay coincidencia en la vida, nacer, morir, matar, salvar. Nada es casualidad, entonces ¿Por que nos afecta tanto las decisiones que tomamos?
Volviendo a mi realidad me encontraba caminando por un largo pasillo de una gran iglesia al otro extremo se encontraba mi futuro ¿esposos? ¿acompañante? O ¿amante? No sabia como llamarlo. Cuando llegue a esta situación vender mi cuerpo a un hombre que no amo para poder salvar el apellido de mi familia, cuando me volví tan débil ante mis propias decisiones. Como podía ser tan injusto contra a una persona que a sido tan buena conmigo.
Miro a mi alrededor todos tenían sonrisas en sus rostros que no sabia si eran de verdad o falsas. Sigo adelante en compañía de mi padre quien va a entregar a su único hijo al matrimonio, escucho mi corazón como se acelera a cada paso que doy. Inconscientemente llevo mi mano derecha que sostiene un ramo de flores, a mi un poco abultado vientre, ¿como puedo engañar cruelmente a alguien?, creándole una hermosa ilusión y orgullo que tal vez en pocos años se convierta en una desgracia para el.
Todavía tengo una oportunidad, puedo salir corriendo de esta iglesia y desaparecer, nunca mas volver a ver mi familia ser feliz de verdad sin llevar una mascara que cubra mi rostro. Por fin llego delante del padre que a oficiar la boda y mi prometido HimChan, lleva un hermoso esmoquin de color negro muy tradicional, lleva su cabello negro que anteriormente era de color rubio que combina perfectamente con el tez casi moreno de su piel, y en su rostro una sonrisa adorna.
Extendió su mano y con duda la agarro, porque lo hago y porque me sigo cuestionando, solo hazlo mas que por tu bien, es por el bien de tu familia y de tu bebe. El padre prosiguió como toda típica boda, volví a la realidad cuando escuche esa frase ¿Choi Jun Hong aceptas a HimChan como tu esposo? Todos me miraron esperando una respuesta, mire los brillantes y grandes ojos de HimChan, no podía seguir con esa mentira y con voz temblorosa dije:
-NO.
Todos tenían una expresión de sorpresa en sus rostros, me acerque al oído de HimChan y susurre no quería que nadie escuchara lo que tenia que decir.
-No confundamos el amor con la amistad... perdóname pero puedo engañar a todas las personas, incluso a ti o a mi pero no puedo engañar a mi corazon.
El asintió algo triste pero yo sabia que me comprendía.
-Vete ya... se que el te sigue esperando, que seas feliz Jun Hong.
Se separo de mi con la misma sonrisa que siempre mostraba tal vez un poco triste o decepcionado, pero sabia que lo que me decía era verdad y no lo decía por obligación.
Me despedí con un beso en la frente, y salí corriendo no me importo dejar a mis padres ahí sin explicación. Divice mi auto a pocos metros. Corrí lo mas que pude en dirección al auto. Me acorde que mi llave estaba en el bolsillo de mi esmoquin blanco, las saque y abrí la puerta del piloto y me adentre en el.
Encendí el vehículo y pase por la fachada de la iglesia detalle a la familia Choi mi familia y también la familia Kim todos estaban afuera supongo que buscándome. Mi padre detallo mi auto y empezó a hacer señas para que me detuviera pero no hice caso y acelere lo que mas pude. Conducí unas cuantas calles hasta llegar a una avenida que me llevarían al centro de Seúl. Si era verdad lo que me decía HimChan, si Yong Guk en verdad me amaba me seguiría esperando.
Llegue a su departamento el vigilante me dejo pasar, como no reconocerme si me la pasaba últimamente mas en ese departamento que en mi propia casa junto a mi prometido o mejor dicho mi ex prometido.
Subí en el ascensor seguía bajo mucha presión lo cual no era bueno en mi condición. Marque el ultimo dígito del tablero era el Penthouse, cuando el ascensor llego a su destino abrió las puertas indicándome que ya me debía bajar, camine con lentitud hacía la puerta del departamento, encontré la llave de la puerta debajo del tapete de bienvenida, siempre odie esa alfombra.
Abrí la puerta y me adentre al departamento, estaba vació, en verdad se había ido sin mi, no... No podía ser, todos me podían abandonar pero menos el. Seguí caminando recordando todo lo que había pasado en ese lugar que había sido testigo de nuestra relación. Peleas, juegos, risas, cada vez que me hacía el amor, cuando le conté que tendríamos un hijo. Todo lo bueno se había ido con el.
Me acerque a la habitación principal estaba ordena y la cama tendida me acerque a ella, me senté no aguante mas y mis lagrimas eran testigos de mi sufrimiento. Porque me dejaba, cumplí mi promesa, ¿Por que el no lo hizo? .
Tal vez era cierto lo que me decían mis padres que el nunca me amo y solo fui un juguete que le duro muy poco. Un dolor en mi vientre se hizo presente me arrecoste y quede mirando al blanco techo, y otra pequeña puntada se hizo parecía como si una bala me perforara el estómago, pero ese dolor no se como el que sentía mi corazón.
Solo podía llorar será que mi sacrificio fue en vano, seguía mirando al techo, mientras recordaba, y el dolor se así cada vez mas fuerte, me levante con dificultad de la cama y me dirigí al baño, sentí como algo se escurría por mi pierna, al ver al piso vi como un camino de sangre, me sentía algo débil. Y sin ni siquiera haber llegado al baño, todo se volvió negro.
No se cuanto tiempo pase inconsciente, y el dolor que antes sentía en mi vientre a hora lo sentía en mi cabeza pero era algo leve. Sentí algo blando bajo mi cuerpo supuse que estaba en la cama, la incógnita era quien me había puesto en ella.
Me levante de la suave cama, para volver a inspeccionar el viejo departamento y ver quien me había colocado en la cama. Note como también me habían cambiado de ropa llevaba puesto una camisa blanca dos tallas mas grande de la que acostumbraba usar y para finalizar unos chores holgados azul celeste.
En la silla cercana de la cama estaba mi esmoquin blanco que estaba lleno de sangre en la parte del pantalón. Salí de la habitación y en el sofá acostado seguramente durmiendo estaba la persona que me había causado tanto sufrimiento. Me acerque con lentitud al sofá y me agache para quedar a la altura de su rostro, y sin poder aguantar mas bese esos esponjosos labios. Sonreí al ver como se despertaba, y como un resorte se enderezo y se levanto del sofá , mi sonrisa se borro al ver lo serio de su rostro.
Con mi rostro bajo me enderece yo también no era capaz de mirar a Yong Guk a los ojos, sin previo aviso mi Hyung me abrazo solo pude esconder mi rostro en su formido pecho y llorar de ¿Tristeza? ¿Alegría? No sabía el porque de mis lagrimas y no me interesaba saberlo.
-Pensaba que en verdad no ibas a venir... ya no soportaba el hecho de que entregaras tu cuerpo y corazón a alguien mas.
-En ese caso solo podía entregar mi cuerpo ya que mi corazon y mente siempre hubieran estado contigo, y aunque hubiera llovido o ocurrido cualquier desastre nunca hubiera faltado a esta cita.
-Entonces si aceptas mi propuesta de irnos juntos de aquí, abandonar todos los lujos y comodidades de nuestras vidas y criar a nuestro hijo juntos.
-Contigo hasta el cuarto de limpieza seria un hogar.
Sonreímos como par de idiotas enamorados. Dejamos todo, nuestras familias, lujos, empleos en Seúl y nos mudamos a Busan. Cada noche Yong Guk me preguntaba si me arrepentía y yo solo respondía. <<Si estamos tu y yo, no importa, el paraíso será cualquier momento y en cualquier lugar>> creo que después de todo leer poesía no fue mala idea.
5 años después.
Pov de Bang.
Desde aquel día en que me encontré a Zelo en un charco de su propia sangre, en ese momento mi alma cayo al nivel de mis pies, sentí como el miedo se apoderaba de mis sentimientos y llame a mi gemelo Yong Nam con ayuda de el lave y cambie de ropa a Zelo, Yong Nam me convención que llamara a un medico el cual no tardo en mucho, solo nos había dicho que por el nivel de estrés el bebe se había sofocado lo que causo su perdida de sangre según el algunas veces la perdida de sangre era normal en algunas casos, pero que si seguía sucediendo lo llamáramos de inmediato.
Solo asentí con algo de alivio, mi hermano me ayudo a cuidarlo solo pro un par de horas después se marcho deseándome la mejor suéter, desde ese dia que volví a recuperar a Zelo y mi hijo no nato, no me volvía a recuperar separar de ellos, después de aquella huida, me instale junto con Zelo en Busan, gracias a mi apellido el cual es muy conocido de toda Corea conseguí una casa de dos pisos que casi era una mansión por su gran altura y espacio que ocupaba en la urbanización.
Nunca entendí porque la familia Choi no me quería si teníamos la misma cantidad de dinero y el mismo estatus a nivel social y lo digo así porque ambas familias eran multimillonarias gracias a que eran dueñas de la mayoría de las empresas de petróleo. El dinero era lo que me sobraba, pero al parecer eso poco importo porque el mismo dia en que les pedí permiso para ser una pareja oficial, estos ya estaban oficializando el compromiso con HimChan. Pero eso ya no importaba.
Estaba en mi oficina que se encontraba en la casa, arreglando uno que otro papel, esta que nos gritos hicieron acto de presencia en la casa, vi como mi niño de 4 años entraba corriendo a mi oficina.
-Papi, papi.
Traía una sonrisa muy tierna en sus rostros. Había muchas cosas que Geun había heredado de Zelo y era su piel, su sonrisa y sobre todo la manía de hacer pucheros para conseguir lo que quería. Geun corrió hacia mi y se escondió en el hueco donde se colocaba la silla.
-¿Por que te colocas ahí campeón?
-Estoy jugando con omma a las atrapadas.
Sonrió de nuevo y se hizo bolita debajo del escritorio. A los pocos minutos entro Zelo con una sonrisa.
-Hola amor... ¿Por casualidad no has visto a Geun? Lo estoy buscando pero no lo encuentro.
Una risa casi inaudible llego hasta mis oídos.
-Hola cariño, por aquí no a entrado debe estar escondido en su habitación o en algún lugar del patio.
Sonreí y con mi dedo apunte a debajo del escritorio, con una sonrisa de oreja a oreja Zelo se acerco al escritorio en hurtadillas le di un poco de espacio y se agacho con rapidez para encontrar a Geun.
-Ahhh-. Geun grito por el susto que le había dado Zelo, yo solo pude reírme a carcajadas. Zelo lo saco de su escondite, lo alzo en sus brazos y le empezó a hacer cosquillas en el aire.
-No e...eso.. No se... vale, Appa te ayudo a encontrarme-. Dijo en medio de risas Geun y cuando Zelo paro de hacerle cosquillas a mi niño y lo volvió a colocar en el piso y Geun finalizo con un puchero en sus labios.
-Claro que no, échale la culpa a mi instinto maternal que siempre sabe donde te escondes.
-¿Y donde se encuentra ese instinto maternal? Debo hablar muy seriamente con el.
-¿Y de que quieres hablar con el?
-Quiero decir que nunca le diga a Omma donde estoy escondido, así seria mas fácil ganar y que Ommi me de mis premios-. Dijo Geun con una sonrisa.
Esa tierna confesión nos saco una sonrisa a Zelo y a mi.
-Bueno ya vámonos bebe, Appa tiene trabajo. Dijo Zelo.
-Pero yo quiero quedarme con Appa. Dijo Geun con otro puchero en sus labios-. Yo no quiero que Appa tenga trabajo.
-Lo se Cherry (Zelo siempre llamaba a Geun Cherry por su manera de sonrojarse), pero no podemos hacer nada.
Ambos individuos hicieron un puchero, y me miraron como me podía negar a esas caritas de ángel.
-Bueno por un día que no firme un papel, no creo que se acabe el mundo, porque no vamos a comer helado por ahí.
Tanto Geun y Zelo saltaron de alegría y me abrazaron con todas sus fuerzas ocasionando que los tres cayéramos en el suelo en medio de risas y juegos pasamos la tarde, comimos helados, fuimos de compras aunque en una ocasión casi que me llevo una que otra tienda. Bueno es lo que me merezco por haber encaprichado a mis dos amores. Pero me hacen sumamente feliz, pero si tengo que pasar todo ese sufrimiento solo para volver a tener a ellos dos lo volvería a pasar sin duda alguna.
FIN ¡