Inseguridad.
Esa era la palabra que más podía describir a Tao, como alguien inseguro.
Quizá sus amigos no lo decían con mala intención pero eso no quitaba el hecho que le doliera cada vez que se burlaban de él.
Ya suficiente era tener esas bolsas negras bajo los ojos, las odiaba. Esa característica suya era la principal y más grande que odiaba de si mismo. A nadie le gustaba ver eso, parecía que siempre estaba cansado y con una cara demacrada, lo peor es que ni siquiera con maquillaje se podían ocultar, era horrible que sólo lo identificaran por esas cosas.
Otra cosa que odiaba, era el color de su piel. Baekhyun mencionó en una ocasión que su tono de piel era verde, a nadie le gustaba ese tono de piel. También tenía ojos muy pequeños, nada especiales y sin brillo, conclusión: Unos ojos totalmente horrorosos.
Sin mencionar la cientos de veces que le decían que era feo. Siempre que decían eso sacaba su lado arrogante diciendo que nadie se comparaba a él, pero la verdad es que si no lo hacía empezaría a llorar como bebé.
Y ahí estaba otra cosa que odiaba, ser un maldito bebé llorón, lloraba por todo, era demasiado sensible y para acabaren vez de que lo apoyaran o algo por el estilo sólo se burlaban más de él.
Siempre se burlaban de su acento, no tenía nada de malo pero lo hacían. Empezó a practicar artes marciales para al menos destacar en algo, pero como siempre nada le salía bien.
No sabía cantar, no sabía bailar, no sabía rapear, ¡no sabía hacer nada bien!
Vaya, realmente tenía muchas inseguridades, JA.
Quizá no le importaría tanto, pero hay un motivo muy grande para odiar todo de él y ese motivo estaba justo ahora enfrente de él viéndole el trasero a otra persona que no era él.
Tao estaba enamorado de Kris desde el momento en que lo vio,
Pero, lamentablemente, Kris nunca se fijaría en alguien como Tao, al rubio le gustaba las personas como Luhan.
Un chico, lindo, tierno, de ojos hermosos y cálidos, piel extremadamente suave y tez blanca.
Tao quería ser como él y así ser del agrado de Kris, pero nada funcionaba, incluso intentaba hacer aegyo. ¿Cómo terminaba? Con alguna clase de burla hacía él, eso decía que ni siquiera llegaba a ser lindo.
Gracias a Dios, había alguien que realmente apreciaba a Tao y no es que los demás no lo hicieran pero eran a veces muy insensibles.
Esa persona era Xiumin, el pequeño chico nunca se burlaba de sus bolsas, o de sus ojos. De nada, de hecho siempre le decía que era muy atractivo, siempre decía que tenía muchas habilidades y que era genial.
Para el chico Panda eso significaba mucho, se podría decir que sin Xiumin estaría ahora mismo cortándose las venas en algún rincón.
También el mayor sabía que Tao estaba completamente enamorado del más alto y le decía que se animara a enamorarlo, hasta quizá correspondía sus sentimientos, lo cuál Tao sólo atinó a reír mientras unas lágrimas nostálgicas salían de sus pequeños ojos.
Quizá Xiumin tenía razón, podrían intentarlo pero sus inseguridades eran más grandes que su voluntad y el amor que le profanaba a Kris.
Esas estúpidas inseguridades empezaron gracias a sus padres.