‘’Pero no olvido tu perfume mágico’’
¿Que el que, Sakura? —Gritó un hombre de cabello plateado mientras abría su único ojo visible, y miraba a la muchacha con un gran gesto de asombro. No podía imaginarse lo que le acababa de contar, simplemente no le entraba en la cabeza.
Danzou fue el que lo sentenció—Habló la chica dirigiendo su mirada al piso. Se sentía totalmente impotente. No había interferido en el castigo hacia el pelinegro, y el sentimiento de culpa apenas la dejaba dormir. Quizás si tan solo hubiese alzado la voz…si tan solo hubiese demostrado su inconformidad.
Viejo de mierda…—murmuro el peligris mientras apretaba sus puños. La rabia lo carcomía por dentro. Ahora todo parecía calzar perfectamente. Naruto, y él de misión justo en esa fecha, que tonta casualidad. Claro, como el viejo sabía que ellos interferirían a favor del último Uchiha, no se había querido arriesgar, y los había sacado del juego. Miro a la pelirrosa a su lado y apretó los dientes — ¿Y tú? ¿Qué hiciste tú?
La mujer se estremeció ante la voz de su ex-maestro. Mordiendo su labio inferior, aguantando las ganas de largarse a llorar ahí mismo. Kakashi simplemente suspiro decepcionado, girando con sus pies, y dirigiéndose a la mansión Uchiha. Tenía una visita que hacer. Aún no podía asimilar lo que la chica le había contado. Naruto tenía la justa razón de estar furioso con todos. A paso lento, pero firme, fue caminando por las calles, escuchando a las personas hablar acerca de lo ocurrido hace tan solo tres días. Agudizó sus oídos, no le gustaba para nada aquella situación, y sabía que a Sasuke tampoco.
Qué pena por el chico, su hubieses visto como quedó su espalda—hablo una mujer de estatura más baja que el promedio, poseía el cabello castaño y ojos negros. Se encontraba acompañada de otra persona que rondaría su misma edad, y de una muchacha joven muy agraciada, a la cual se dirigía.
Fue peor escucharlo gritar en el último tramo del castigo—habló la otra mujer. Mantenía su cabello amarrado en un moño alto. Dirigió su vista a la más joven del grupo—Fue terrible.
Uchiha-san no merecía eso—por primera vez habló la muchacha, ganando la atención de las otras dos mujeres.
Claro que no hija. Esta vez Danzou-sama se pasó. Naruto-san no alcanzo a llegar, he oído que lo habían mandado a alguna misión. Hubiesen visto su cara cuando vio caer a Sasuke-kun al piso—dijo la castaña.
Hatake entrecerró su ojo visible mientras metía sus manos a los bolsillos de los pantalones. No quería ni pensar en lo doloroso que debió haber sido para que Sasuke-tempano de hielo- hubiese gritado. Continuó caminando oyendo claramente los comentarios que hacían.
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No—renegué mientras ponía resistencia para no continuar siendo arrastrado. Naruto se encontraba frente a mí, tomando mis manos desde las muñecas, se hallaba retrocediendo mientras inevitablemente yo avanzaba—Naruto, ya te dije que no.
Oh, claro que si ttebayo, llevas tres días sin un baño decente—Me rebatió con una sonrisa de burla mientras aplicaba un poco mas de fuerza, ocasionando que me deslizara unos centímetros.
Puedo hacerlo solo—discutí apretando los dientes. Ninguno de mis métodos estaba dando efecto. Vi como claramente nos adentrábamos al baño, la puerta había sido abierta por uno de sus pies.
Claro que no puedes—volvió a sonreír retrocediendo unos cuantos pasos más—Aún te dificulta moverte dattebayo
Suspire pesadamente sintiendo mi orgullo por el suelo. El muy usuratonkachi quería darme una ducha, ¡Una ducha! Podía hacerlo solo, y ya se iba a esterar el muy tonto.
Ohg—tropecé con mis mismo pies, y ante todo pronóstico, sumado a la fuerza que ejercía el dobe, me fui hacía adelante. Sucedió, que el muy idiota perdió el equilibrio, y cayó hacia atrás, y eso no fue lo peor, sino que Naruto mantenía firmemente agarradas mis muñecas, por lo que yo me fui con el directo a la bañera. El dobe se llego a sumergir, no sé en qué momento soltó mis manos, pero están estaban apoyadas una sobre mi hombro, y la otra por mi cadera. Iba a gritarle lo imbécil que era hasta que me fijé que todo mi peso lo apoyaba sobre su pecho, aún con los labios entre abiertos, fue elevando la mirada, topándome con sus ojos. Solté un suspiro sin siquiera darme cuenta. Sus pupilas estaban totalmente fijas en mí.
Detalle aquellos ojos que me miraban, recordando los inicios cuando formamos el equipo siete. Nuestra primera misión fuera de la aldea. Nos toco la aldea de las Olas, casi nos matan allí. Pasaron por mi mente varías imágenes de nosotros, y cada cosa pequeña que compartimos. Fui bajando la mirada hasta centrarla en la boca del blondo, en sus labios. Sin ser consciente, comencé a acercar mi rostro al suyo. Anhelaba como nunca tocarle los labios. Me percaté de cómo su mano iba rozando la piel de mi cintura, e iba subiendo cada vez más. Los músculos de mi cuerpo se tensaron al sentir un pequeño escalofrío y…
Ugh—gimoteé. Sus dedos habían rozado una de mis heridas, y no había alcanzado a ahogar el sonido en mi garganta. Naruto abrió enormemente los ojos como despertando de un trance, y alejo sus extremidades de mi. Boqueo un par de veces girando su vista para encontrar un escape—Usuratonkachi
¿Uh? Sasuke-teme, avisa si te vas a tirar encima ttebayo—Apenas termino de decir aquello, un tic se apodero de una de mis cejas. Naruto rió nervioso—C-creo que es mejor que… Maldición…
Mire, hacia donde se dirigía su vista, encontrándome con que miraba una de sus manos, justamente la mano que había estado por mi cintura, percatándome de un pequeño rastro de sangre allí. Seguro se me había abierto una de las lesiones. Me fui incorporando un poco, hasta al menos quedar sentado. Salió rápidamente de la tina, dejando el piso completamente mojado. ‘’No te muevas mucho’’ me había dicho sacando de unos de los muebles, un botiquín.
Iré a preparar algo de comer ttebayo—murmuro luego de desinfectar la herida. Dejo la pequeña maleta de primeros auxilios dentro del mueble, y se giro para mirarme—Cualquier cosa, llámame.
Me quede observando la puerta después de cerrada. En mi mente solo había una pregunta a todo… ¿Qué había sido aquello?...
Decidí ignorar lo que había ocurrido. Me desvestí con el mayor cuidado que pude y comencé a bañarme.
Idiota, tonto, imbécil, dobe, usuratonkachi, idiota… Estoy seguro que el muy imbécil me iba a besar. Porque eso pasaba, ¡El dobe me iba a besar, y no al revés!
Salí de la ducha, aún echando humos por la conclusión a la que había llegado. Me puse la ropa que antes había sido colocada cuidadosamente sobre uno de los muebles. Al menos, ahora ya podría usar alguna camisa con tela suave, pero algo, era algo.
Sasuke —Ladee la cabeza al ver a Kakashi sentado en la esquina de la cama. No despegaba su mirada de mí. Fruncí el ceño. No les bastaba con haberme hecho eso en público, si no que ahora, se lo contaban hasta a los que no lo vieron.
¿Qué? —hablé con prepotencia tomando asiento en la cama. Ambas vistas estaban pegadas a la puerta del baño. Suspire pesadamente queriendo que todo fuese una pesadilla, solo eso.
Me entere de lo que paso—eso era obvio, por algo estaba ahí, ¿No? —Lo lamento, si tan solo hubiese estado aquí…
Estabas de misión. No lo podías evitar—cerré los ojos apretando los puños. Me incomodaba hablar de ello, y agradecía al cabeza hueca de Naruto, que no lo mencionara. Era un tema que quería olvidar a toda costa.
La aldea, según escuche, la mayoría piensa que no lo merecías—habló suavemente. Miraba de reojo las reacciones de su ex-alumno, y no podía evitar sentir más rabia aún contra el actual Hokage.
Hmp—torcí la boca. Una parte de mi interior se relajo un poco—Es mejor que te vayas. Quiero descansar.
Vi como se levantaba de su asiento, y me dirigía una fugaz mirada, para luego salir de la habitación. Escuché un par de voces luego de que bajara por la escalera, y supuse que estaría hablando con Naruto.
Naruto…
Tks… dobe —pensé en voz alta mientras acomodaba unas almohadas y me recargaba en ellas.
Aún no pruebas mi comida, y ya me estas insultando ttebayo—respingué al escuchar la voz del Uzumaki, mientras entraba a la habitación. Traía consigo una bandeja con dos platos de comida—Echaste a Kakashi-sensei, teme.
Hn—voltee la mirada, esperando pacientemente a que la dejase sobre mis piernas. La verdad era que me sentía levemente avergonzado. Pero nadie tenía que enterarse.
Eres un enojón, el solo venía a ver como estabas ttebayo—Tome los cubiertos, ignorándolo con maestría. Pareció darse cuenta porque entrecerró los ojos, e hizo un puchero con los labios. Luego de eso, no hubo ninguna interrupción durante la comida