Luz sin gravedad
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Contigo hasta morir
He caminado por mucho tiempo, los días y horas parecen no atormentarme, es extraño el ver cierto cambio en mis hábitos de viaje, pese a detenerme a dormir y comer de vez en cuando, no es lo mismo al estar alejado de cierto ojiesmeralada. La fecha del primer encuentro es mañana. Y yo estoy… en algún lugar… ¿Cómo pude perderme a tan solo veinticuatro horas de volver a vernos?
No puedo creerlo, he pasado entre tanto: batallas, guerras, desastres naturales, desastres provocados por hombres desquiciados… he sobrevivido a el mismo Conde Milenario… ¿Cómo es que sigo con mi pésimo sentido de orientación?
Quiero llegar al ‘punto de encuentro’. Fue divertido planear esto con Harry, durante el verano nos veríamos en ciertas fechas, en ciertos lugares… sin importar la hora. Supongo que él ya había previsto los problemas que experimentaría. Me pregunto si estará bien, mi constante movimiento no permite contactarnos, ni siquiera yo sé dónde podría estar en un par de horas o si volveré al mismo lugar.
Esto es… frustrante.
Pero, de algún modo, me emociona el saber que podré velo mañana. Me he acostumbrado a él, a su presencia, a su verde mirada, a la curiosidad que aparece en ciertas ocasiones y que trata de disimular… su voz, su aroma, el sonido de su risa. Es extraño, ahora que no lo veo tan seguido, ni que tengo la certeza que estamos en el mismo lugar… su presencia es más nítida.
Me asaltan los recuerdos de los momentos que compartimos. Me sorprendo detallando su rostro, sus movimientos, sus gestos, las expresiones que ponía cuando me contaba sobre él, o cuando llegamos a compartir comidas y postres.
No puedo evitar que una calidez invada mi cuerpo.
Ese chico… se ha convertido en alguien especial para mí.
Espero que venga. En verdad espero que podamos vernos. Ya no aguanto estar así, necesito verlo, necesito comprobar que mi cercanía con Allen no ha sido un sueño, un hermoso sueño con un ángel, sólo quiero verlo, quiero que me sonría, quiero que diga mi nombre con un tono relajado, así sin formalidades, si etiquetas ni precauciones.
Estar sin él me está matando. Tal vez suene desesperado, patético o caprichoso. No me importa. Sólo quiero dejar de sentir las noches tan largas ante el hecho de estar lejos de él. Quiero que lo dulces dejen de saber amargo. Necesito alejar el tormento que provoca su ausencia.
Allen. Allen. No olvides nuestra… cita… ¿Cita?... ¡Es una cita! No puedo creerlo, una cita con Allen, una cita. Siento que lloraré de felicidad. Hicimos planes para vernos durante el verano, fijamos lugar y fecha, sip, es una cita. Oh Merlín… espero que su tío no se oponga. Aunque, serían citas no-oficiales… no, prefiero pensar que son citas.
Oh rayos… Por un momento me sentí una chiquilla pensando la primera cita. No estoy tan lejos de la realidad, pero, actúo como niño. He notado esas miradas de parte de Allen, esas donde me ve como un niño, un niño pequeño jugando a crecer. Debo hacer que esas miradas cambien, debo ser un hombre, uno en el que Allen no dude en buscar apoyo, abrigo, protección… debo ser el hombre que Allen merezca a su lado.
Me gustaría ser quien pueda estar siempre al lado de Allen.
Él ha vivido tanto, su fase fantasmagórica quedó atrás y, ruego que atrás se quede. Él ha vuelto a probar la comida, a disfrutar de los sabores; ha vuelto a dormir, ya se entrega al mundo de los sueños; Allen ha visto demasiado… lo que ha visto, lo que ha sentido, todo lo que más de una vida puede soportar… mi Allen. Me alegro tanto que me permitiera acercarme a él.
Supongo que todo lo que ha vivido es lo que le hizo crear esa falsa sonrisa que muestra a los demás, esa sonrisa que muestra a todo el mundo, menos a mí. Logré ver su sonrisa verdadera, su sonrisa sincera y divertida, logré hacer que él riera, logré hacer que él bromeara y compartiera un poco de su vida.
Si he logrado todo esto, entonces también puedo ser capaz de convertirme en el hombre que él necesita. Seré el hombre que lo ame a cada instante. Seré el hombre que le acompañe en la eternidad.
La ‘tarea’ que me fue encomendada por Neah ha sido más sencilla de lo que pensé. Y sé a lo que se refiere con las Reliquias de la Muerte, ya sé dónde puedo encontrarlas, sé que ya poseo una, sé que debo reunirlas antes de decirle a Allen esto que siento. Lo que no sé, es para qué las necesita Neah, no sé por qué no las ha buscado él, ¿Para qué querría Neah ser el amor de la muerte cuando es evidente que él, al igual que Allen, no morirán?
Al fin lo encuentro, El Caldero Chorreante, vaya lugar difícil de hallar. Ya es hora de la cena, tal vez Harry ya no está, tal vez él volvió a su casa antes de la caída del sol, tal vez… no lo sabré si sigo aquí afuera esperando en lugar de entrar y verlo con mis propios ojos. Veré su ausencia o lo veré a él, después de todo, sé que Harry debió haber estado aquí.
Entro a la casi vacía estancia. Sólo el encargado en la barra y dos sujetos en una de las mesas están presentes. No puedo evitar el vuelco en mi pecho, llegué tarde Harry no está. Me bajo la capucha de mi abrigo e intento adivinar en cuál mesa pudo haber estado Harry a la espera. Ahí, en una mesa de la esquina derecha, un joven que no había notado, me mira como asegurándose que no soy algún tipo de ilusión.
Se levanta y con la luz más cerca de él, puedo ver que se trata de Harry, mirándome con sus ojos esmeraldas, conteniendo las ganas de correr-reír-¿llorar?... ¿Tanto le hice esperar? Me acerco a él con pasos rápidos, al estar frente a su expectante mirada, solo atino a decir lo que se debe decir en este tipo de situaciones.
--Lo siento. –dijo el peliplateado.
--¿Lo sientes? –contestó/preguntó el ojiesmeralda –¿Por qué?
--Te hice esperar demasiado. –dijo Allen con arrepentimiento.
--Allen, es la primera vez que nos vemos dese que salimos de Hogwarts, un ‘hola’ es lo que espero escuchar de tus labios, no un ‘lo siento’. Por volverte a ver estoy dispuesto a esperar todo lo que sea necesario, después de todo, estoy al tanto de tu ‘problema’ con las direcciones. –dijo Harry.
El peliplateado pareció ser atacado por varias emociones durante el pequeño discurso del joven Harry. Primero fue algo de pena, luego asombro y por último, una mezcla entre diversión y molestia. Cuando terminó de procesar las palabras de Harry, Allen hizo algo de lo que hasta él se sorprendió. Se lanzó a los brazos del Griffindor.
No creí que le extrañaría demasiado, su cercanía es algo a lo que acostumbró. Antes que el raciocinio llegué a mí, antes que me arrepienta de lo que acabo de hacer, quiero disfrutar este momento entre sus brazos. Sólo espero que no note lo desesperado que estaba por volverlo a ver.
Tenerlo así, así de cerca, así de esta manera, así es como quiero tener a Allen Walker. Quiero tenerlo sólo para mí. Quiero tenerlo aún más allá de la muerte. Mi Allen, mi dulce, tierno, frágil, Allen.
>>Continuará...