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[EXO - SeKai / KaiHun] Úlfhéðinn: Piel de Lobo por I_feel_that_

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Notas del fanfic:

Bienvenidos a otro de mis inútiles escritos. No sé escribir otra cosa que no sea KaiHun, ayúda. (?)

Lo importante es que es un OneShot.

¡Gracias por leerme!




Worli.

Úlfhéðinn: Piel de Lobo








JongIn frotaba fuertemente la tela de sus zapatillas favoritas con un paño remojado en detergente para ropa que no contenía lavandina.

Sabía que la sangre no saldría así de fácil y que lo más probable era que KyungSoo se internaría en el lavadero con sus químicos para manchas; pero, frotar lo relajaba de alguna manera morbosa.

Tomó el cepillo del aparador y comenzó a rasquetear la superficie que estaba de un bordó apagado. Su subconsciente le decía que el color de su calzado se desgastaría por la fricción, que era mejor dejarle en remojo, o directamente lanzarle el par a su compañero para que se encargase… aunque luego debiese dar un millón de explicaciones, como, por ejemplo, de quién era la bendita sangre.

 

Salió del baño resoplando. Tiró a sus “bebés” contra la pared del cuarto, rebotaron y rodaron por su cama. El sol mostró el desastre que había creado, pues ahora ya no eran de un solo color y había arrancado todos los strases de ellas. Maldijo.

 

Tomó su chaqueta original de Adidas del respaldo de la silla del ordenador y salió del departamento en meros susurros de protesta, inentendibles incluso para él.

 

 

-

 

 

ChanYeol encontró al par abandonado y demacrado y las sostuvo en alto para ver el daño, sin comprender del todo. Las dejó donde estaban y fue hacia la sala, donde BaekHyun intentaba aplicarle polvo cicatrizante en la ceja izquierda a SeHun.

El labio inferior de éste estaba inflamado y morado, sin duda uno de los mejores puñetazos jamás dados en la vida, pues había partido exactamente por la mitad el músculo logrando que se deformara en ángulos extraños.

Su tabique estaba presionado por un pequeño torniquete en el afán de mantenerlo donde debía estar y lo rodeaba una aureola morada que comenzaba a cambiar de color en tonos poco saludables.

El rostro de su menor estaba perlado en sudor y lágrimas de pánico, casi irreconocible.

 

ChanYeol se peguntaba si estaría obrando bien al no haberlo llevado directamente a un hospital, dejando que pasase por la sala médica del edificio de su compañía. Pero, su conciencia le hablaba de noticieros escandalizados, periódicos ardientes, prensa curiosa y directivos furiosos por haberlo sacado a la luz. Optó por salvarlos a todos y no sólo a SeHun.

 

Un quejido hizo que saltara brevemente en su lugar, haciéndolo enfocar a ambos chicos.

 

-          Está roto. ¿Cómo quieres que no te duela?- BaekHyun dijo en un tono bajo, su voz apagada.

-          No puedo abrir el ojo…- dijo el otro en susurros ahogados, con las palabras mal logradas debido a la hinchazón. Tomó al más grande por el antebrazo, símbolo de miedo.

-          Claro que no…- dijo dubitativo, mirando hacia el más alto, como si intentase obtener la aprobación para hablar.- Si vieras cómo tienes el párpado…

 

SeHun no dijo nada más en lo que duró su sanación.

Lo medicaron y lo recostaron en su cama con todas las luces apagadas.

 

ChanYeol y BaekHyun se fundieron en el sillón mirando la nada. Los minutos comenzaron a pasar y el menor por fin oyó los sollozos de su hyung. Lo atrajo hacia él en un mudo abrazo y comenzó a besarle el cabello para transmitirle seguridad, pues todos estaban en medio de la nada misma, en un lugar sin espacio ni gravedad.

 

Se lo habían advertido a SeHun, propusieron la separación unas millones de veces… Se habían agotado de repetirle que era peligroso, que tuviese cuidado. Y ahora, era muy tarde, el daño ya estaba hecho.

 

 

-

 

 

JongIn pateó el destartalado columpio de madera y por fin lo desmoronó. Se rió, qué ironía.

Metió sus machucados nudillos dentro de los bolsillos de su chaqueta y miró en dirección donde el sol ya casi ni se veía.

Bien, era hora de volver, de todas maneras comenzaba a dolerle la cabeza y había dejado su medicina en la cocina.

Sabía que se había sobrepasado, de hecho, quizá no habría vuelta atrás pues era irreparable, la había cagado; pero no estaba arrepentido.

 

Cuando abrió la puerta del departamento lo primero que escuchó fue la alborotada voz de JoonMyun, y luego vio a BaekHyun hecho un ovillo en el sillón con ChanYeol a su lado en un estado tan ido como el del otro, escuchando por inercia al líder de todos.

 

-          ¡¿Cómo dejaron que esto pasara?!- gritaba fuera de sí, JongIn jamás lo había visto tan alterado en su vida.- ¡Sabían que no debían dejarlo solo!

-          Hyung, no comprendes la situación.- ChanYeol dijo, forzando su calma.

-          ¿Que no la comprendo? ¡¿Qué debo comprender?! ¡Tú, mejor que nadie, sabe todos los problemas que nos traerá esto!

-          BaekHyun y yo hicimos lo que pudimos, pero cuando llegamos ya era bastante tarde.

 

JongIn carraspeó para anunciarse y tres pares de ojos lo observaron. KyungSoo debía estar grabando para su drama, pues no estaba a la vista.

 

- ¿Dónde estabas?-  exclamó rayando el límite de su cordura, con los ojos casi fuera de sus cuencas. Realmente no recuerda haberlo visto tan enfadado en su vida.

 

Él no contestó. Miró hacia ChanYeol y vio en sus ojos lo que necesitaba.

Caminó con prisa, cruzando descaradamente por la mitad del living, y encaró hacia el pasillo que daba a las habitaciones.

 

-          ¡Yah! ¿A dónde vas? ¡JongIn!

-          Déjalo.- ChanYeol dijo en tono resolutivo.

 

El bailarín entreabrió la puerta de la habitación que compartía con SeHun y con la poca luz que se colaba del pasillo pudo divisarlo tendido en la cama, muy quieto. Adivinó por su postura que estaba despierto y atento.

 

-          JoonMyun no está dejando dormir.- él dijo en susurros, cerrando la puerta detrás de si y acercándose a la cama.

 

Un resplandor lo cegó un momento, el más pequeño había encendido la luz de la mesa de noche.

A JongIn se le contrajeron todos los músculos del estómago, y sintió cómo toda su sangre se agolpaba en su cerebro, dificultándole la sinapsis a sus neuronas.

SeHun lo observaba con su ojo bueno, el cual estaba rojo por el constante llanto. Su mirada estaba llena de preguntas, llena de preocupación, había dolor, tanto físico como mental, había culpa, arrepentimiento, y algo muy parecido al anhelo. JongIn dirigió su atención a los diferentes hematomas y les dedicó diez segundos de inspección a cada uno, luego se sentó en la cama y dejó de observarlo.

 

-          Innie…

-          Está en terapia intensiva.- dijo antes de que formulase cualquier pregunta.- Pero, mejora.

 

SeHun se recostó lentamente, con cuidado, y miró el cielo raso.

 

-          Supongo que eso te tranquiliza. –JongIn dijo con una mueca que quería esconder una risa sarcástica.

-          Lo que me tranquiliza es saber que no tendrás cadena perpetua por asesinato. –El menor dijo, tajante.

-          Eso no me preocupa.

-          Pues a mi sí.

 

JongIn lo miró y el otro le devolvió la mirada con un solo ojo.

 

-          ¿No lo entiendes?- dijo por lo bajo, acercándose a él, posicionando sus brazos uno a cada lado de su cuerpo, la mandíbula tensa, clavando la mirada en la suya.- Mira lo que te hizo, SeHun. Si yo no hubiese intervenido, te habría matado…

-          Él no lo hubiese hecho. –Lo interrumpió.

 

Si su compostura no estuviese tan trabajada, seguramente le hubiese comenzado a gritar por obstinado, por ciego, por idiota.

 

-          ¿Por qué nunca me escuchas? ¿No te lo dije ya? Él no te ama. Está obsesionado contigo… hace meses que lo único que haces es llorar.

-          No lo entiendes, no lo hace a propósito.

 

Resopló. Dejó que sus ideas se aclarasen, pues sabía que no le quedaba mucho tiempo antes de que comenzase a gritar. Tenía un punto a su favor, pues el corazón de SeHun flaqueaba, ya no estaba seguro de nada, lo sabía, comenzaba a predominar el dolor, la duda, el desasosiego.

Luego de una larga pausa en silencio, volvió a observarlo con esa mirada suya que atravesaría paredes de hierro, la que hace que el corazón de los demás se detenga durante un segundo completo.

 

-          ¿Tuviste miedo?- susurró, indagando en la pupila de su compañero de hito en hito. El otro enmudeció, su boca magullada se secó y su ojo sano comenzó a preparar solución salina. JongIn le acarició la cabeza mientras lo miraba llorar, empujando hacia abajo el nudo en su garganta.- Nadie que te amase podría jamás hacerte sentir miedo, SeHun. Los que te aman no te lastiman. En ningún sentido y de ninguna manera. –Prosiguió, hablando suave y paciente.

-          ¡Lo sé!- finalmente dijo, entre su llanto desbocado, demasiado alto, demasiado agudo.

 

JongIn lo abrazó, hundiéndose en su cuello, sintiendo cómo su amigo lo abrazaba fuertemente al ritmo de las sacudidas de su dolor, permitiéndose elevar su pena y su miedo hasta que fluyera de él como un volcán, sacando todo del interior de su alma.

 

 

 

 

 

 

No quiso abrir la puerta, en verdad que no quiso, pero lo llamaba desesperado del otro lado, decía que en verdad necesitaba verle. SeHun no era mala persona, quizá un poco crédulo, y un tanto infantil, pero no mala persona.

Se replanteó si había hecho bien en abrir la puerta cuando se percató de que el rostro en frente suyo cambiaba de expresión luego de que anunciase que no era buena idea el seguir viéndose.

En verdad se arrepintió de haberlo hecho cuando unas manos lo sostuvieron por los brazos y lo zarandearon bruscamente, terminando por dejarlo en el piso.

Llamó mentalmente a sus compañeros cuando el gran puño de su ex novio le hizo ver estrellas, devolviéndolo al suelo cuando se había puesto de pie.

Comenzó a gritar el nombre de JongIn cuando una patada certera le quebró la nariz, produciendo un sonido horrible. Lo había pisado como una cucaracha.

Pensó que se avecinaba el final cuando los golpes en su estómago no cesaban, y su aire lo abandonaba. Eran furiosos, descontrolados, completamente personales y premeditados.

Cuando su subconsciente quiso reclamarlo, demasiado impactante como para seguir despierto, divisó una gran silueta derribando al muchacho que lo golpeaba. Supo que era JongIn pues vio los zapatos deportivos plateados que él le había regalado en su primer cumpleaños cuando ya eran un grupo. “Para profesionales de baile” había exclamado, encantado.

Y luego se dejó ir, abrumado por el dolor, el pánico, el miedo, la realidad.

 

JongIn sabía muy bien que sus brazos tenían una fuerza increíble, pues ChanYeol se lo repetía una y otra vez cuando se golpeaban jugando, y lo recordaba latentemente mientras le propinaba puñetazos secos en la mandíbula al monstruo que estaba debajo de él. Supo en todo momento que su fuerza no tenía límites mientras lo paseaba por toda la sala a patadas en el rostro. Pero, no tenía la habilidad de detenerse cuando la furia lo invadía, y ver a SeHun moribundo en el piso era un fuerte incentivo para volverse loco. No había vuelta atrás.

Para cuando ChanYeol lo separó del cuerpo inerte del otro, nunca fue muy consciente de “cuándo” exactamente, su ropa estaba manchada en sangre, era como si le hubiesen lanzado pequeñas dosis de pintura roja, intensa, caliente. BaekHyun chillaba y sostenía al inconciente SeHun. JongIn había entrado en estado “berserker”, sus pupilas dilatadas, su semblante ido, como si su mente estuviese en otra fase, sus manos ahora goteaban glóbulos rojos y su boca modulaba en completo mute.
Era un caos.

El alto lo zamarreó y lo hizo entrar en razón.

“¡Llama al manager!” “¡No! ¡A él no!” “¡Llama a una ambulancia!” “¡ChanYeol! ¡SeHun no despierta!” “¡JongIn, llévalo al hospital de la agencia!” “¡BaekHyun, cálmate! ¡Llama una ambulancia para él!”

Un caos.

 




-

 

-          Despertó.- anunció JoonMyun tres días más tarde, mientras desayunaban. El manager acababa de irse luego de anunciárselo.- Dijo que no recuerda cómo se hizo los golpes.

 

BaekHyun, KyungSoo y ChanYeol lo miraron. JongIn se encontraba en la habitación de SeHun ayudándolo a comer.

 

-          ¿Eso es bueno o malo?- preguntó el menor de los presentes, dejando sus palillos sobre su tazón de arroz.

-          Es bueno. Le hicieron unos análisis de alcoholemia, parece ser que estaba ebrio cuando vino al departamento y él tiene problemas con varias bandas callejeras… podría haberse peleado con cualquiera.

-          Pero… ¿Y nosotros? –Inquirió, KyungSoo, sus ojos muy atentos.

-          Manager le explicó a los médicos que ChanYeol lo encontró en el lobi del departamento y que luego llamó a la ambulancia. –Explicó el líder.

-          ¿Y se lo creyeron? – BaekHyun preguntó, ansioso.

-          ¿Por qué no habrían de hacerlo? Somos los menos sospechosos de entre todos sus conocidos. –ChanYeol opinó.

-          ¿Entonces no lo llevaran a juicio?- KyungSoo apremió..

-          No, él no quiso.

 

Se miraron.

 

-          La culpa carcome a los seres humanos hasta reducirlos a cenizas.- remató el rapero.

 

 

-

 

 

-          Innie…- SeHun dijo en una pausa que JongIn había hecho de alimentarlo.

-          ¿Mmm?

-          Gracias.

 

El mayor lo miró y lo encontró sonriéndole, una mueca extraña por la inflamación, pero no menos bella.

También le sonrió, le acarició el cabello, pues temía tocar cualquier otro sector de su adolorido cuerpo.

 

-          De nada.- dijo y volvió a alzar los palillos con más arroz.

-          Innie.- volvió a llamarlo.

 

JongIn sólo lo miró expectante.

 

-          Alguien que te ama, es alguien que no te lastima, y que no te hace sentir miedo.- hizo una pausa en la que el mayor sólo asintió.- Entonces, ¿Alguien que te ama es una persona que te cuida, te protege y te hace sentir seguro?

 

JongIn tosió disimuladamente y dejó los palillos en el plato.

SeHun volvió a sonreír y le tomó la mano.

 

-          JongInnie me ama. ¿No es así?- pronunció quizá más para sí mismo que para su acompañante.- Espero que sí, porque yo lo amo, en verdad.- le tembló la voz al decirlo, y sus ojos se habían clavado en la mano que sostenía, pero JongIn sabía que lo decía con una completa sinceridad.

 

El bailarín dejó de lado el cuenco con la comida, se sentó en la cama y con cuidado le besó el oído izquierdo, luego se deslizó por su rostro y le besó la frente, bajó hacia su mentón, subió hacia su ojo sano y besó su párpado. Finalmente, aferró más fuerte la mano de SeHun y la posó sobre su propia mejilla.

 

-          Velo de este modo… Mataría por ti, SeHun-ah.



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Notas finales:

Nota de color: Berserker: http://es.wikipedia.org/wiki/Berserker





Odio los OneShot porque hay poco estapio, tiempo, lugar, para desarrollar ideas que me vienen como una epifanía y de las que podría sacar una trilogía de 800 páginas por libro.(?) Yeah, sure.
Hablando en serio, no soy buena con los OneShots, pero es momento de que practique.

Esta historia es una reversión de un antiguo OneShot que hice basado en otro fandom. Lo edité casi por completo pero la idea era la misma a grandes rsgos, porque JongIn es La Bestia y lo vale.

Eeeespero que les guste, aunque siento que abuso de los puntos y aparte. (?)

¡Muchas gracias por leerme! Y recuerden daele amor a Sinapsis, el cual ya está terminado: http://www.amor-yaoi.com/viewstory.php?sid=104681

También, recientemente creé un LiveJournal para colgar todos mis escritos para dejar de utilizar AmorYaoi como principal herramienta para subir mis fics. En él actualizo diariamente con mucho amor por el KaiHun e historias cortas. Por si quieren seguirlo: http://i-feel-that.livejournal.com/

¡Has la próxima vez! Y recuerden, los reviews son el mayor combustible para un escritor.



Worli.


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