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Las alocadas y extrañas aventuras de una Fujoshi por YariSF

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Notas del capitulo:

Sinceramente procuré hacer este episodio corto, pero, por más que pude, me salió bastante largo u,u, aún así, tiene su lemon :D Pero ya al final > u > Espero y lo disfruten como yo lo disfruté al escribirlo xD

No hay mejor ocasión que tomar un delicioso capuchino junto a tus compañeras de clases, definitivamente nada se compara a esto, es realmente relajante, muy real, lo más reconfortante que me ha pasado en la vida…

Y no hay que obviar el hecho de que puedes obtener una mesa únicamente para ti, con excelente atención al cliente y en primera clase,  degustar una refrescante malteada de naranja mientras que los participantes del comité te ofrecen un fabuloso espectáculo, y debo sentenciar, no saben… lo fabuloso que es.

¿Creen que bromeo?

Pues verán, les contaré toda la historia, sin hacer caso omiso a cada detalle.

Primeramente, todos mis compañeros me suelen llamar Yari, la cual es el nombre que porto, les diría que tengo 19 años de edad pero ni yo misma me lo creería, aunque es verdad. Muchos usualmente me critican o me adulan por el extraño color que posee mi cabello, soy albina hecha y derecha, orgullosa de  tener mis mechones blancos, sin mencionar que tinté algunos azules rey iguales al color de mis ojos, solo para destacar, precisamente en la parte derecha de mi flequillo.

Esta mañana mis compañeras y yo, acordamos para ir después de clases a la nueva cafetería que habían inaugurado no hace mucho cerca de nuestra universidad. Debo decir que yo no estaba incluida en ese paseo, más bien, fui obligada a acompañarlas, yo ni tenía el más remoto deseo de acudir con ellas.  

Aquel café al cual nos íbamos a trasladar, estuvo entre las conversaciones de las estudiantes ya mencionadas anteriormente, durante horas de clases, no cesaban de hablar sobre aquel dichoso cafetín. Cabe mencionar que las cuatro chicas habían escuchado rumores, rumores sueltos por otras personas oportunistas que aprovecharon el momento de adentrarse en ese nuevo local. Comentarios respectivos al sitio, que según los dichos, era bastante lujoso para ser un café, y no solo eso... La única representativa anfitriona que lo caracterizaba, eran industriosos masculinos, ¿qué quiero decir con esto? Que solo trabajaban hombres.

De cierta forma, esas curiosas historias llamaron mi atención, debo reconocerlo, pero no fue por saber el hecho de que supuestamente estaban contratados hombres de buen parecido, sino por las imaginaciones que podría tener cualquier Fujoshi, una amante de parejas entre varones, teniendo en cuenta que no permiten mujeres para el cumplimiento de sus ventas, sería inevitable el pensar que existe Yaoi allí. O hablando más específicamente y de forma repulsiva, que los mismos trabajadores se manoseen entre sí.

Por otro lado, mis compañeras deseaban presenciar y descubrir con sus propios ojos, si todo lo que habían escuchado de esa cafetería era verdad, además que estaban vueltas locas por halagar a todo el personal.  Cuya excusa tomaron como amenaza para llevar a cabo la obligación que impusieron sobre mí, como yo simplemente me negaba a ir, inventaron diciendo que me hacía llamar Yari, la chica que solo tenía atracción por las mujeres, que estupidez…

¿Quién sabe? Podrían no equivocarse, tal vez si me gustaban las chicas y seguramente me le declararía a alguna de ellas, aunque fueran idiotas, en ese grupo todas eran atractivas.

Y bueno… Nos desviamos del tema.

Al haber terminado las clases nos dirigimos directamente a ese lugar. Cuando llegamos, lo primero que nos llamó la atención fue un precioso muñequito en toda la entrada, se veía tierno, y estaba vestido de mayordomo, con un letrero en su mano que decía: ‘Bienvenidas, clientela F’

Dicha frase nos hizo parecer pensativas, ¿qué significado tenía? Una de mis compañeras dio a entender que podría tratarse de algún seudónimo especial que utilizaba la compañía para referirse hacia los compradores, y otra no dejó de imaginarse que simplemente podrían querer insultar a los clientes, ya que si nos ponemos a analizar, la ‘F’ la contienen muchas palabras, como por ejemplo: ‘Feo’ ‘Fobia’ ‘Flaco’ ‘Fama’ ‘Fácil’ Y pare de contar. Aunque era casi imposible, ya que sería irrespetuoso o de cierta forma ‘ilegal’ digámoslo así, el crear una tienda para ofender a las personas.  Sin embargo, no le dimos mucha vuelta al asunto, o por lo menos ellas querían seguir su camino, en cambio yo, tarde o temprano descubriría el significado de aquel acertijo.

Entramos sin más, recibiéndonos dos hombres altos mientras que nos regalaban una gentil y alegrante bienvenida. Vestían trajes de negro y corbata, pude fijarme como los destellos aparecieron en las miradas ajenas de mis compañeras al verlos, no disimulaban para nada sus reacciones, aunque sí, debo admitir, aquellos sujetos uniformados decentemente, se veían realmente guapos.

Proseguimos, yendo detrás de los hombres que ahora nos llevaban a la mesa, dejándonos allí una vez al habernos sentado en las sillas. Tal parece que aquellos rumores si eran ciertos, con respecto al modelo y estilo del café, portaba un aura bastante elegante como para solo vender consumismo de bebidas.

Mis compañeras inmediatamente comenzaron a interpelar entre palabras sus opiniones, sus halagos y frases con respecto a esos dos Señores que nos habían recibido, comentaban que se veían realmente atractivos. Pero las conversaciones iban a seguir, gracias a que en ese preciso momento, dos meseros se presentaron en frente nuestro, vestidos como mayordomos, ofreciéndonos el menú de la casa, nos sonreían de manera cautivante que a cualquiera podría hacer sonrojar, además que también las facciones de sus rostros los hacían verse bien parecidos.  

Interesante cafetería, que quién sabe, estaría inspirada en una mansión, donde el personal, todos hombres cabe recalcar, vestidos como sirvientes, acatarían las ordenes de sus clientes, tratándolos como gente de la aristocracia o personas importantes. Algo que también me pude fijar, habían solo mujeres como clientela a esas horas.

Ordenamos lo que íbamos a pedir, las cuatro chicas solicitaron capuchinos, y por mi parte, simplemente quise una fría malteada de naranja, cabe recalcar, que es mi fruta favorita como también sabor predilecto. Ellos asintieron y a medida que recogían los menús de nuestra mesa, nos preguntaron que si deseábamos que el espectáculo que nos ofrecerían a continuación como especial de la casa, fuera a petición pública o privada.

Nosotras no entendimos, para nada, a qué se referían, o cual sería el espectáculo que nos iban a presentar. Una de ellas le cuestionó de qué se trataba, pero al parecer los dos meseros querían mantenerlo en secreto hasta que los actores llevaran a cabo su exhibición, por lo menos suponíamos que lo que nos iban a mostrar era una obra de teatro mientras esperábamos que nos entregaran nuestros pedidos, creo que a las chicas les pareció una buena idea, para que los clientes no esperen tanto, le presencian un espectáculo, ¡qué bien! Otra de mis compañeras hizo una diferente pregunta, con respecto a las elecciones, si escogían entre privada o pública, ¿dónde iba a ser la presentación? Uno de los mayordomos le explicó, que si era pública, la obra iba a ser proyectada encima de dicha tarima la cual nos señalaron, para que la clientela en general la pudiera apreciar, pero si elegíamos privada, iba a ser apreciada aquí mismo en nuestra mesa, se oía interesante.

A todas les pareció mejor la segunda opción, por lo menos para experimentar como sería una obra dedicada solamente a nosotras. ¿Y saben qué? Yo no tenía tan buen presentimiento de esto, por lo menos, para ellas no.

Terminaron escogiendo que el espectáculo fuera privado, haciendo que los meseros se miraran entre sí a las caras antes de irse con una aparentemente sonrisa maliciosa en sus rostros, eso me pareció tan extraño.

Nos quedamos a solas de nuevo, yo escuchaba las conversaciones de ellas mientras que permanecía callada, no paraban de comentar y aludir a aquellos hombres que vestían de sirvientes, que eran realmente guapos, fornidos, atractivos, y entre otras cosas. Sin embargo, esas charlas no duraron ni unos cuantos minutos, ya que otros dos chicos más habían llegado a nuestra mesa, nos sorprendieron, más que todo porque eran realmente bellos, aunque no nos saludaron con la típica bienvenida del lugar y sabíamos que trabajaban allí por la vestimenta que portaban. Solo se posicionaron en frente de nosotras, sin mirarnos, más bien, se observaban entre ellos, con sumo detenimiento, sus ojos fijaban entre sí, sin hablarse, solo se miraban.

Parecía un poco extraño verlos allí levantados, sin dirigirnos la palabra y tampoco sin conversar entre ellos mismos, las chicas y yo nos miramos entre sí, pero ya yo empezaba a tener consentimiento de lo que pasaba…

De pronto, uno de ellos extendió lentamente su mano derecha al frente, llevándola hacia arriba en dirección al rostro del otro, comenzándola a acercar poco a poco, con la intención de… Tantear con mucha suavidad y delicadeza la mejilla contraria, mientras lo observaba de manera cálida. En eso le siguió la otra mano, tomando su mejilla izquierda, acariciándola con la misma suavidad que la anterior… oh, oh, esto no estaba llevando por buen camino. De reojo miraba a mis compañeras que ya parecían estar cambiando su semblante, y cada vez más sus sonrisas de emoción disminuía al ver que aquellos dichos chicos comenzaban a aproximar sus rostros con mucha lentitud sin apartar sus ojos.

Ya me parecía extremadamente curioso, todo en aquel café, la forma en cómo los meseros, los que daban la bienvenida, y ese letrero en la entrada, se referían al público como ‘clientela F o Señoritas F’ El que el lugar fuera tan elegante, el que solamente trabajaran hombres, y por si no lo habían notado antes, siempre se presentaban ante nosotras, específicamente un dueto de hombres, eso era bastante extraño, ¿no creen?

Y lo que mis compañeras no se esperaban, aquellos dos hombres habían juntado sus labios, formalizándolos en un encantador y delicado beso, suavizando desenfrenados entre roces, presos en aquellos sonidos que ya se empezaban a notar cada vez que movían sus bocas arrinconadas, estaban siendo expuestas a la humedad, al entrelazamiento que iba profundizando su besar, querían entrar en los labios del otro, sus lenguas deseaban enredarse, tocarse, saborear el paladar de cada uno. ¡Oh por dios! ¡Ya había entendido todo el recorrido! Cual era la temática de ese cafetín. Aunque mi rostro disfrutó aquella escena que estaba presenciando ya que inconscientemente una sonrisa bastante prolongada se había dibujado, una sonrisa de satisfacción, la borré de inmediato para así poder voltear a ver a mis compañeras, no era como si me preocupaba por ellas o por la expresión que podían tener, sino que seguramente no se lo esperaban y lo más probable es que hayan quedado devastadas, cosa que al parecer así fue y no me equivoqué, en sus rostros estaba dibujado horror. Por un lado, creo que aquello me ocasionaba algo de gracia.

Esta vez los dos chicos fueron acorralados por la desesperación, ahora simplemente se acariciaban mientras que sus labios deseaban comerse con todas sus fuerzas. El más alto posicionó la mano izquierda detrás del cabello de su contrario, para acercarlo más aún, mientras que su otra mano se intercalaba por su espalda y se interponía entre la vestimenta de éste, traslandola a tocar su piel, su mano ansiaba subir y llegar hasta su nuca, devorarlo con caricias hasta arrancarle la camisa.  El pequeño gemía ligeramente por cada roce que su tacto recibía, sumándole las lamidas que el mayor depositaba lentamente por su cuello, la manera en como succionaba ansiosamente el lóbulo de su oreja, los humeditos dientes varoniles que lo hacían estremecer al sentir las mordidas en sus hombros delicados.  

¡Quería ver más de eso! Pero al parecer mis compañeras no lo estaban soportando.

‘’ Que asco… Quiero salir de aquí. ‘’

Mencionó una de ellas, manifestando varias muecas de desagrado hacia lo que estaba viendo, realmente las demás estaban exactamente igual, ¿qué era lo que no les gustaba? ¡Si esto era un regalo traído del cielo!

En seguida ellas accionaron, como si se fueran a levantar, pero repentinamente y sin aviso alguno, el mayor apresó al otro contra la mesa, posicionándose sobre ésta, habían hecho que las chicas se volvieran a sentar, haciendo su expresión de repulsión más intensa. Acapararon lo redondeado de la madera, desarreglando lo ordenado que se encontraba el mantel.

El más alto castigó al otro con profundos besos sobre su torso, humedeciendo su ombligo, queriendo dar a revelar ya el delicado pecho ajeno. Pero antes, encaminó sus labios poco a poco hacia la profundidad de su hombría, deteniéndose en aquella zona sensible del organismo varonil.

Por sobre sus ropas besó, haciendo que su contrario tarareara un sonido silencioso y lindo, dando después a dar leves roces con sus labios, para terminar luego con un mordisco rápido en todo su lugar, eso hizo que la voz de su acompañante saliera en un vociferante gemido de placer. El chico era bastante masoquista.

De inmediato, el de arriba afirmó sus muñecas para no dejarlo escapar, y subió sus labios sin aguantar la lujuria que recorría por todo su cuerpo, a su pecho, interponiéndose debajo de su camisa con intención de tantear su piel con sus propios labios, buscando ansiosamente aquellos pezones que ya deseaba verlos irritados.

Se oía al de abajo gemir sin cesar, las delicadas puntas que llamaban la atención en su pecho, estaban siendo lamidas descontroladamente por el opresor, succionadas y mordidas, el pequeño ni podía abrir muy bien los ojos por aquella sensación tan electrizante que el mayor le hacía sentir.

¡Quería vociferar al cielo, y dar gracias por este amado obsequio que me había otorgado! Pero mis compañeras ya deseaban vomitar por tanta asquerosidad que se presentaba ante sus ojos.

‘’ ¡Vámonos, idiotas, vámonos de aquí! ‘’

Gritó una sin poder aguantar más, levantándose de la silla, y las otras como pudieron salieron de su sitio, yo no quería irme…

‘’ Yari, vamos, no podemos quedarnos viendo esta repulsión… ‘’

‘’ Eh pero yo… ‘’

Me tomaron de un brazo, sacándome de mi lugar. Yo quería quedarme, no era como ellas, yo si amaba observar esa clase de escenas, pero tampoco lo podía dar a conocer así tan a la ligera, podría ser fujoshi, pero tampoco me gustaba vociferarlo a los cuatro vientos, dar a revelar cuál era mi verdadera naturaleza.

‘’ Tan lindos que eran todos los chicos, pero resultó ser un cafetín de gays… Que decepción. ‘’

Mencionó una al ya haber salido de la tienda, la cual las demás por supuesto estaban de acuerdo con ella, de cierta forma me molestó lo que dijo, pero no iba a ponerme a refutar, allá ella si les gustaba o no, ¡yo deseaba mi Yaoi! Cada quien tiene sus gustos.

‘’ Oigan chicas… Yo, no me siento muy bien, creo que mejor me voy a mi casa  a descansar ‘’

Actué una toz, con la intención de lograr que ellas siguieran su camino sin mí. Por un momento pensé en que había fracasado ya que me preguntaron qué tenía, que no se creían en realidad que estaba enferma, pero de tanto excusarme, terminaron aceptando que probablemente era verdad, así que decidieron dejarme ahí. Se despidieron de mí, sin agradecerme por haberlas acompañado por cierto, y se fueron. Esperé que se alejaran solo un poco más, e inmediatamente me devolví, a ese mismo lugar, a ese mismo cafetín, para así poder entrar, no crean que me voy a quedar con los brazos cruzados sin ver como terminaba esa escena.

Pero antes de adentrarme, busqué el nombre de la cafetería para averiguar cómo se llamaba, ya que éste estaba muy alto y no dimos a detallarlo las chicas y yo cuando entramos.

Y específicamente, el café se llamaba: ‘Yaoi Café’ ¿tan obvio lo habían puesto que ni siquiera yo me di cuenta? Por eso todo el personal se refería a nosotras como ‘Clientela F o Señoritas F’ Porque era una cafetería especialmente para Fujoshis. 

Notas finales:

¿Qué les pareció? xD 

Pobre chicas, siento lástima por ellas (?) xD Okno. 

Dejen bonitos reviews ^^ 

Ahora, ¿qué le sucederá a Yari la siguiente vez? :D 

Descúbralo en el siguiente episodio, ¡nos vemos! :D


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