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You found me por Callejon_Diagon91

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Notas del capitulo:

¡Hola! Bueno, aquí dejo el capítulo dos, así a ver si me doy más prisa en escribir el siguiente (?) -3- Bueno, como siempre, espero que os guste y que por favor, comentéis TT__TT

 

Ah, decir que la división de K y M me lo he pasado por donde yo me sé (?) xD Y que los he dividido como me ha parecido u/u 

Creo que eso es todo, disfrutad el capi! :)

Capítulo dos. Las Rosas Negras

Esa noche te encontré soñando, las estrellas te arropaban. Y Sonreías. Era una de esas sonrisas que sabes que adoro.

Y esa noche te encontré soñando, volabas con las estrellas. Y Sonreías. Era una de esas sonrisas que sabes que me vuelven loco.

Y esa noche te encontré soñando, las estrellas te cantaban.

Enano, sigue soñando en las estrellas, pronto iré a buscarte.

 

-¿Perdón? Creo que no te he entendido bien-pregunté entre desconcertado y divertido-¿Has dicho Las Rosas Negras? ¿Qué clase de nombre absurdo es ese?-Kyungsoo rió meneando la cabeza antes de responderme.

-Pues la clase de nombre que se le pone a los más populares de este internado. Y escúchame bien jovencito-dijo en un tono que me sonó bastante maternal-ni se te ocurra contradecir sus órdenes o deseos-.

-¿Y eso por qué?-pregunté un tanto desafiante. Ninguna persona cuyo patético sobrenombre fuera “Rosa Negra” iba a decirme qué hacer o qué no hacer. Vamos, ni de coña.

-Son los más ricos de este internado. Sus familias son las más influyentes y las que más capital invierten. Por ende, son los que causan más problemas y menos castigos reciben-intervino Jongin.

-¿Veis este pie?-pregunté seriamente, señalándolo mientras lo levantaba un poco. Ambos asintieron al unísono-Pues irá a parar en el espinoso y negro culo de alguno de ellos si intentan darme una orden-Jongin soltó una carcajada, pero Kyungsoo me miraba con una especie de lástima y compasión.

-No sabes lo que dices-dijo Kyungsoo, esbozando una sonrisa cariñosa-Todos nos ponemos chulitos al principio, Baekhyun. Pero créeme, no te conviene meterte en su camino. Tú les dejas tranquilos y ellos te dejarán en paz. Suele funcionar así-.

-Ya veremos-contesté enfurruñado, dando el tema por zanjado-¿Vamos a por algo de comer? Me muero de hambre-pregunté, mientras mi estómago lo corroboraba con un gracioso ruidito.

-Claro, además, tenemos que presentarte a los chicos-dijo Jongin, levantándose de la cama.

-¿Los chicos?-pregunté intrigado, poniéndome la dichosa chaqueta del uniforme. Me miré en el espejo de cuerpo entero que teníamos en la habitación una vez más, sin acostumbrarme a ver esa imagen de mí.

-Va Baekhyun, que ya te he dicho que estás como un tren con el uniforme puesto-dijo Jongin divertido, poniéndose detrás de mí. Yo miré con cara de pocos amigos hacia el espejo, y el aludido rió entre dientes antes de sacarme la lengua.

-¿Muchas confianzas te tomas tú, eh?-le pregunté girando la cabeza para mirarle. Su cara era la viva imagen de la inocencia. Suspiré esbozando una resignada sonrisa.

-Bueno, ¿nos vamos ya o vais a seguir admirándoos en el espejo un rato más?-Kyungsoo nos esperaba en la puerta, con los brazos puestos en jarras mientras daba golpecitos con el pie en el suelo.

-Mira que me encantas cuando te enfadas-le dijo Jongin pasando por su lado y dándole un cariñoso pellizco en la mejilla. Salió tras él y yo les seguí, intentando no perderme entre el gentío que iba y venía por los pasillos.

Nos dirigimos al comedor, que se encontraba en la planta baja. Era enorme. Bueno,  enorme era decir poco. Había filas y filas de mesas de madera y al fondo tres mesas gigantescas llenas de comida. Deduje que sería un buffet libre. Mi estómago rugió con fuerza ante la visualización de la comida. Kyungsoo me explicó que había cuatro turnos de comida, uno por cada curso del internado, pero como era puente y aún les quedaban tres días de vacaciones esa norma no se aplicaba porque muchos de los alumnos se habían largado con sus familias o de viaje.

-Mira, allí están-comentó Jongin señalando una de las mesas que se encontraban más cerca de la comida. Había tres chicos sentados en ella, también de rasgos asiáticos.

-Vaya, carne fresca-comentó uno de los chicos nada más llegamos a la mesa. Yo me quedé detrás de Kyungsoo, sin saber muy bien qué hacer.

-Chicos, os presento a Baekhyun, acaba de llegar, así que sed buenos con él u os daré dos leches a cada uno-advirtió Jongin, sentándose al lado de uno de los chicos.

-Hola, la carne fresca os saluda-dije esbozando una sonrisa y sentándome también, al lado de Kyungsoo. Todos rieron ante mi comentario.

-¿De dónde eres?-preguntó el de “la carne fresca”.

-Corea del Sur-respondí-¿Vosotros sois todos coreanos?-pregunté.

-Todos menos Yixing, él es chino-contestó Jongin.

-Vale, Yixing –dije para acordarme-¿Vosotros cómo os llamáis?-pregunté mirando a los otros dos chicos.

-Yo soy Minseok-respondió sonriente el chico junto al que Jongin se había sentado. Muy mono, tenía la cara redonda y una sonrisa muy graciosa. Miré al chico que faltaba. Tenía un aire un tanto más maduro.

-Yo soy Junmyeon-se presentó, esbozando una dulce sonrisa mientras inclinaba levemente la cabeza.

Kyungsoo, Jongin y yo nos levantamos a por algo de comer, y mientras ellos escogieron en seguida yo me quedé recorriendo maravillado las mesas. No recordaba haber visto tanta comida junta en mi vida. Atisbé de lejos unas natillas de oreo, y vi que solo quedaban unas, así que me apresuré a cogerlas antes de que alguien se las llevara, pero justo cuando las iba a coger, vi una mano con la misma intención que yo.

-Eh, yo he llegado primero-dije aferrando mi mano a las natillas y levantando la cabeza hacia el dueño de aquella mano que intentaba arrebatarme mi preciado postre.

-¿Y? Las quiero yo. Dámelas-el chico en cuestión me miraba con indiferencia. Más alto que yo, tenía unas gafas que le ocupaban media cara y el pelo negro como el carbón muy bien peinado. Extremadamente guapo, su cara se afeaba por esa mueca de asco que llevaba dibujada.

-No quiero, he llegado primero y son mías. Búscate otro postre-le contesté, aferrando más la mano a aquellas natillas.

-¿Te está molestando Chanyeol?-preguntó un chico con cara de pocos amigos que había aparecido de la nada, enviándome una mirada desafiante. Yo no cedí, y seguí con la vista fija en el chico con las gafas gigantes, retándole a que intentara quitármelas.

-No-contestó secamente, levantando por fin la mano del postre. Yo lo cogí antes de que cambiara de idea y me dirigí a mi mesa, donde me esperaban cinco chicos completamente estupefactos.

-¿Qué?-pregunté nada más sentarme.

-¿Qué acabas de hacer?-me preguntó Kyungsoo.

-Ir a por la comida, como vosotros-contesté indiferente, mientras atacaba mi muslo de pollo frito.

-No, no, me refiero a qué acabas de hacerle a Chanyeol-insistió. Dejé con disgusto el pollo en el plato antes de girarme a mirarle.

-No le he hecho nada, solo que he llegado primero, y pretendía quitarme las natillas simplemente porque las quería y punto-contesté, encogiéndome de hombros.

-¿Sabes acaso quien es él? ¿Recuerdas lo qué te he contado antes acerca de las Rosas Negras? Pues es nada más y nada menos que el líder-dijo él, antes de meterse un buen puñado de macarrones con queso en la boca.

-Pues como si quiere ser el Papa. Esas natillas eran mías y punto. Además, no es el hecho de las natillas en sí, si no que no tiene por qué tenerlo todo siempre que quiera. Me revienta la gente así-contesté mientras echaba un vistazo a la mesa donde estaba el tal Chanyeol. Ni siquiera estaba comiendo.

-Mira, Xiumin, ahí viene Luhan-comentó entre risitas Jongin de repente, dándole un codazo a ¿Minseok? Sí, creo que se llamaba así.

-¿Xiumin?- pregunté intrigado, mirando a Jongin.

-Sí, bueno, es que… A ver, a mi mis amigos me llaman Kai-señaló a Minseok-A él lo llamamos Xiumin, Kyungsoo es D.O., Junmyeon es Suho y a Yixing lo llamamos Lay ¿me sigues?-preguntó, divertido ante mi cara de desconcierto.

-S…Sí… Podríais haber empezado por ahí, ahora que me había aprendido vuestros nombres…-todos rieron, y al final, acabé riéndome yo también.

Acabamos de comer y ellos decidieron ir a una de las salas recreativas que poseía el internado. Mi cuerpo tras la ingesta de alimentos empezaba a notar ya las horas sin dormir y reclamaba sin piedad unas buenas horas de descanso. Así que disculpándome y asegurándole a Kyungsoo cinco veces que no me perdería, me dirigí a nuestra habitación. Me quité el uniforme y depositándolo con cuidado en la percha me desplomé tal cual en la cama.

-Maldito gafotas gigante…-susurré justo antes de dormirme, cosa que después no recordaría haber dicho.

Me desperté y por un momento no recordaba donde estaba, hasta que vi a Kai durmiendo plácidamente y me vino todo a la cabeza. No ha sido tan malo, pensé mientras me sentaba en la cama y miraba a mis dos compañeros de habitación durmiendo como angelitos. Reí entre dientes cuando Kyungsoo emitió una especie de ronquidito y miré el reloj que había encima de la mesita de noche. Eran las tres y media de la mañana. Habría dormido como unas doce horas, y ahora mismo me encontraba más fresco que una lechuga.

Me desperecé y fui en búsqueda de mis preciados vaqueros y mi sudadera. Me vestí y tras ponerme mis converse favoritas, salí sigilosamente de la habitación. Recorrí distraídamente los pasillos, intentando recordar cada giro que realizaba para poder volver después. Me crucé con algún que otro alumno que estaba de incursión nocturna, y un par de parejas que se reían de algún secreto que seguramente solo llegarían a conocer ellos. Subí escaleras hasta que llegué al último piso, donde no había nada más que un pasillo con dos puertas, una a cada lado. Aprecié como una de ellas estaba entreabierta, e intrigado me acerqué para ver qué había detrás.

Más escaleras hacia arriba. Genial, pensé, mientras subía con pesadez aquellas escaleras que parecían interminables. El aire fresco me sorprendió de repente tras otra puerta que encontré al final de las escaleras, espabilándome por completo. La salida daba a una de las torres, que conectaba por una especie de pasillo con la torre del otro lado. Había otra puerta idéntica en la otra torre.

-Guau-exclamé, mirando al cielo. Estaba limpio, e infinidad de estrellas lo decoraban. La luna, enorme e imponente, patrullaba la noche. Sentí la presencia de alguien detrás de mí, y girándome le vi. Estaba con los ojos cerrados, tumbado en el tejado, tranquilo, relajado. Sin esa mueca de asco en la cara y sin esas gafas que le tapaban casi todo el rostro, era aún más guapo. Sentí un pinchazo en el estómago.

-Deja de mirarme-dijo de repente, provocando que me sobresaltara. Y que me sonrojara un poco. Pero solo un poco, que conste.

-Perdón… Yo, no creía que hubiera nadie-contesté, nervioso, pasándome la mano por el pelo.

-Pues ya ves que sí-contestó secamente. Yo me quedé plantado sin saber muy bien qué hacer, hasta que opté por sentarme en el suelo a observar el cielo. En casa, cuando estaba triste por mi padre, miraba las estrellas y sabía que él estaría cuidándome desde allí.

Permanecimos en silencio un rato, cada uno sumido en sus pensamientos, con la brisa fresca meciéndonos suavemente. No hacía un frío excesivo, o quizá fuera porque yo llevaba puesta la sudadera más caliente que tenía.

-Aunque te diga que te vayas no lo harás ¿verdad?-preguntó de repente, rompiendo el silencio.

-No, no lo haré. Que yo sepa este tejado no es tuyo, y puede venir aquí quien quiera-contesté, un tanto indignado. Él no dijo nada más, pero a los pocos segundos oí como se levantaba y con paso tranquilo se dirigió hacia la puerta, perdiéndose en las escaleras. Menudo idiota, pensé, antes de tumbarme donde momentos antes había estado él. 

Notas finales:

Eeeeeeeen fin, de nuevo gracias por leerlo y nada, espero que dejéis un review, yo no sabía lo importante que era hacerlo hasta que he empezado a publicar, pero realmente animan y te impulsan a seguir adelante, ya que aunque esto se haga porque se quiere, requiere su esfuerzo y está bien saber si gusta o no gusta u-u

 

¡Gracias de nuevo! ^^


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