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Descubierto por SumTheHeaven

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Notas del capitulo:

Ciao!

¿Cómo están? ¡Pues aquí hoy un nuevo capítulo de "Descubiertos"! Este capítulo es bastante cortito, más que nada por que la introducción a lo que está por venir, pero espero les guste mucho:3 ¡Ya vendrán cosas más emocionantes de la novela!<3

Por ahora, les dejo disfrutar*-*.

 

Capítulo 8; {Siempre mejor}

— Yo—Ran comenzó, apenas pudiendo sostener su habla. Tanto ella como Shiho se hallaban en la cocina, tomando un café para el frío tiempo—No sabré que decirles, es decir, me comporté como mala amiga, sin siquiera escuchar las verdaderas razones por las cuáles se me mentía, no sé cómo darles la cara—explicó avergonzada, aún se sentía extraña dándose estas confianzas con la adulta frente a ella, después de haberla visto por largo tiempo sólo como una niña.

Shiho rió bajito, puesto que entendía a la perfección aquel sentir. Después de todo, ella no se creía capaz ni se sentía merecedora de una libertad como la que tenía, después de todo el daño que causó.

— Creo que no deberías preocuparte—la científica consideró. Estábamos hablando de Kudou, no de la policía, era diferente la reacción y la forma de pensar—Él entiende, comprende a la perfección si tú no quieres hablarle. El que lo hagas será suficiente, después de todo, necesita de tu apoyo, él no te negará eso—explicó, sonriendo al ver el rostro de ilusión de Ran.

Aún estaba débil, tenía que admitir que su cuerpo se sentía cansado, pero hablar con Ran la mantenía animada, tratando de ignorar sus más fuertes síntomas. La fórmula que había encontrado la debilitaba horriblemente, puesto que apenas resistía habiendo estado acostumbrada durante mucho tiempo al cuerpo de una niña.

— Gracias,—finalizó Ran, bebiendo del humeante contenido que la mantenía abrigada del frío exterior, incluso presentándose al interior de la mansión. 

 

— ¿Mouri-san?—Kaito se adentró a la cocina, sin embargo su voz resonante cortó la pequeña sorprendida de Conan, que no podía creerse que la chica estuviese allí, después de todo.

— ¡Ah, Kuroba-san, Shinichi!—dijo nerviosa, sus dedos dejando con intranquilidad la taza sobre la mesa, mirando ésta en busca de las palabras adecuadas para comenzar. No sabía que podía decirles después de todo, pero los otros dos esperaron aturdidos las explicaciones necesarias—Pues, la verdad yo—decidió comenzar, quedándose en la nada en cuestión de segundos. Quería decir mil cosas, pero a la vez no parecía entender que palabras deseaba usar para hacerlo—Qui-quiero disculparme, con ambos, yo—suspiró, apegándose a la idea que tenía hasta el final, su mirada con decisión se posó en ambos muchachos, que mantenían su atención—Cometí un error. Juzgué mal todo, aunque sigo pensando en que estoy en mi derecho de enojarme, ¿Sabes, Shinichi?—se dirigió a este, especialmente—Para mí primero haber visto lo de Conan y Kid, y después contigo, yo no sabía que pensar, fue injusto.—regañó, recibiendo la mirada arrepentida de Kudou—pero decidí, que igualmente, tenías razones para hacer todo esto y quiero respetarlo, porque somos amigos hace mucho. 

— Me alegra que usted acepte el que Shin-chan haya hecho todas esas cosas, Mouri-san.—Kaito comentó, con ligero alivio, permitiéndose abrazar el pequeño cuerpo que permanecía observando a Ran.

— ¡A callar!—rugió la muchacha, mirándolo con ligero despectivo. Aun no podía olvidar todas las cosas antes sucedidas, si no era por Shinichi, había miles de razones para estar molesta con Kid.

Kaito la miró con sorpresa, Conan codeándola pícaro. Shiho rió, sacando de su metida todos los demás presentes. Nadie se esperaba que la muchacha castaña comenzara a reír, pero al hacerlo, se llevó la atención.

 — Aun así, tenemos problemas—anunció Kaito—Están buscándote, Shinichi y de encontrarte, estaremos en problemas. 

 

— ¿Serías capaz de algo así, Shinichi?—la voz de Ran se alzó. Ella era la única en tomarse la molestia de oponerse, los otros dos lucían en desespero pero callados, porque hicieran lo que hicieran, no cambiarían el querer del detective.

— No me dará problemas—aseguró ligeramente sonriente—Además es la única forma de atraerlos. Shinichi Kudou aún no puede continuar existiendo, al menos será bueno que no para ellos—Consideró el pequeño, pensándoselo bien.

En realidad, era lo más arriesgado que cometería en su vida, pero encontraba que una solución soluble era fingir su muerte, o más bien, la de Kudou, enfrente de la organización, ya estaban metidos hasta el fondo en ambas, pero no convenía que fueran dos tras Shinichi, mucho menos cuando su misión era ayudar a Kaito, no hacérselo más imposible. Que resultara o no, sería un tema distinto.

— Entonces ¿Lo has deducido todo, no es así, Tantei-kun?—pronunció Kaito, acercándose al menor con doble intención. El pequeño recibió su caricia, incómodo, con ambas miradas de las chicas sobre él. Para Ran, era como ver un manga Boys Love de los que Sonoko le prestaba de vez en cuando.

— ¡Parad ya!—Ran intervino—¡Lo siento, lo siento! pero no puedo soportar ver Shota con Conan-kun—se sonrojó, pensándoselo del todo. Su mente pervertida no quería permitirse ver a su amigo con ese cuerpo en una situación subida con el ladrón, pero no estaba pudiendo evitarlo. Shiho ladeó una sonrisa, ella ya estaba acostumbrada.

Kaito no evitó estar en risas, causando el gran sonrojo de los dos amigos que se vieron en incómoda situación. Relajar el ambiente parecía más propio de ellos, pero tenían que respirar tranquilos.

— Mejor vamos a cenar,—replicó Conan, avanzando hasta la cocina, en compañía del resto.

 

Ran se fue después de ello, al igual que Shiho. Ambas volviéndose a respectivas casas, Kaito decidió quedarse en la guardia del detective, puesto que sospechaba de las intenciones de este, además, el pequeño ya no podía volver a casa de los Mouri, y la mansión se hacía solitaria por la noche. 

— ¿Te apetece dormir?—Kaito propuso, sonriendo. 

— Supongo que sí.—aceptó Conan, devolviéndose hasta él, el mago agarrándole para cagarlo hasta la habitación del menor. Habrían de dormir ambos en la cama pequeña de Shinichi, pero eso no le venía nada mal a Kaito, que divertido se veía imaginándoselo.

El mayor ascendió las escaleras con lentitud, robando suaves besos del menor que correspondía a duras penas. Al llegar a la habitación, compartieron sus caricias durante horas, con la luz apagada y en total silencio, aprovechándose el ladrón de la sumisión del menor, que aceptaba sonrojado cada toque del otro, deleitándose. Le resultaba irónico a su vez que regresando a ser Conan, ahora tuviera más contacto con el mayor, pero era comprensible si estuvieron tratando el tema del robo con su hurto de identidad.

— Shinichi—llamó Kaito, la cabeza del más pequeño subiendo hasta él desde su pecho. Este le miró con atención—¿Quieres tener una cita mañana conmigo?—.

Notas finales:

Lo sé, lo sé, les dije, muuuuuuy cortito, pero bueno, ya están próximos el resto de ello, así que espero les agrade^^. ¡Muchas gracias por leer!

Arrivederci!


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