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Amor sin palabras por Wolfy_chan

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Disclaimer: Los personajes de Full Metal Alchemist le pertenecen a sus respectivos creadores, yo solo los utilizo con fines de entretenimiento, nada lucrativo.

Notas: este es un fic AU (Universo Alterno), por lo que no tiene que ver con la serie. Esta historia está basada en una fábula rusa titulada “La hija del bosque”, y esta le pertenece a su respectivo autor. Los personajes en esta historia van a ser algo OOC, para la conveniencia de la trama.

“Amor sin palabras”
Por Wolfy-chan

Roy llegó junto con el rubio al gran palacio donde vivía. El chico miraba el lugar con enorme curiosidad, sonriendo cada vez que veía los amplios jardines del lugar. A su vez, Roy contemplaba la pequeña sonrisa del chico, pensando en que esta hacía ver al chico aún más hermoso.

Al entrar en el castillo, una persona se abalanzó sobre Roy y lo jaló de tal forma que él y el chico tuvieran que soltarse, y que éste último estuviera a punto de caer al suelo. Roy vio frente a él a un muy emocionado Maes.

-¡¡¡Roy, tienes que ver a mi futura esposa, es lo más hermoso que podrías haber visto en tu vida, mírala, mírala, mírala míralaaaaaa!!!-le decía, al tiempo que lo arrastraba tras de él, guiándolo hacia una persona.

Roy puso los ojos en blanco y soltó un suspiro. Debió haberse esperado algo así, conociendo el carácter de Maes, pero no había pensado que iba a reaccionar de manera tan…entusiasta.

Una vez que Maes dejó de arrastrarlo, se aliso la ropa y miró a la mujer frente a él. Era una mujer unos centímetros más baja que él, de corto cabello castaño claro, piel algo bronceada y ojos azul cielo. Usaba un largo vestido rojo, con detalles de hilo dorado en el pecho y olanes blancos en los puños y el cuello del vestido. Roy no pudo más que estar de acuerdo con Maes. Esa mujer era muy bella, digna de la familia de la que pronto formaría parte.

-Buenas tardes, es un placer conocerle-le dijo la mujer, inclinándose levemente. Maes se acercó a ella y la abrazó por la cintura, causando en la muchacha un leve sonrojo.

-Ella es Glacier, es hija de un famoso artista…¿Te imaginas eso? ¡Ahora podré pedirle de favor a su padre que me pinte muchos cuadros, le pediré montones en donde Glacier esté posando!-le dijo Maes con orgullo y acercando más a él a la muchacha-Ah, cierto, lo olvidaba…Glacier, el es Roy, es mi hermano menor-la chica repitió la reverencia, que Roy correspondió con una ligera inclinación de cabeza-A propósito Roy, ¿dónde está la persona con que te casarás? ¿Acaso no encontraste la flecha?

Al oír eso, Roy inmediatamente volteó a ver a su rubio, que los miraba a todos desde lejos, sin atreverse a ir más cerca. Roy dio un paso al frente y extendió su mano con la palma hacia arriba, dándole a entender que quería que se acercara. Al ver que el otro no hacía ningún ademán de acercarse, le habló suavemente:

-Ven acá, no seas tímido, quiero presentarte a alguien-el chico lo miró dudoso por un momento, para después acercarse a pasos lentos. Una vez a su lado, tomó la mano que se le ofrecía y clavó su mirada en una pared, como sin atreverse a mirar a los otros. Roy lo miró divertido, para luego mirar a su hermano con una sonrisa-Este hermoso joven que ves a mi lado, él es el que va a ser mi futuro esposo.

Maes miró al chico, para luego acercarse y tomarlo de la barbilla para levantarle el rostro. Pudo ver que los ojos del chico reflejaban algo de miedo, pero lo atribuyó a que estaba nervioso al estar en un lugar como el palacio. Lo observó cuidadosamente, desde el bellamente esculpido rostro hasta las largas piernas. Mientras, el rostro del joven rubio se había teñido de carmín, nervioso al ver que ese hombre lo examinaba tan cuidadosamente. Después de un momento, Maes sonrió satisfecho y soltó la barbilla del chico.

-Es un chico precioso, me parece que es perfecto para ti-le dijo a su hermano menor. Luego se volvió hacia el rubio, los ojos brillándole con emoción-¿De dónde eres? ¿Cuál es tu nombre? ¿Qué edad tienes? ¿Roy te gusta para que sea tu esposo?

El chico, intimidado por la cantidad de preguntas que el otro le lanzaba, se aferró al brazo de Roy y escondió el rostro en su hombro. Roy acarició suavemente el cabello del chico con su mano libre, en un intento por calmarlo, y se dirigió a su hermano.

-Maes…temo que él no puede responderte esas preguntas.

-¿Y por qué no?-le preguntó un confundido Maes.

-Lo que sucede…es que el no puede hablar Maes-le aclaró el pelinegro.

-¿Es mudo?

-No, eso no es lo que sucede-le contestó y procedió a relatarle todo lo que había sucedido cuando había ido a buscar la flecha. Al finalizar, Maes miraba algo entristecido al muchacho.

-Pobre chico, me pregunto por qué no puede hablar, y qué era lo que hacía solo en el bosque.

-Eso no importa tanto ahora-le dijo Roy, acariciando ahora la mejilla del chico, que sonreía complacido ante el contacto-Lo que importa ahora es que está conmigo y que ya no tendrá que estar solo en ese bosque.

Maes y Glacier se miraron, enternecidos por la escena de Roy y el rubio juntos. El chico parecía sentirse protegido y calmado ahí, en los brazos de Roy, sonriendo con una enorme calma; en cuanto a Roy, sus ojos se iluminaban al ver al pequeño en sus brazos y le sonreía con una enorme ternura. Maes hizo una nota mental de pedirle al padre de Glacier que retratara a Roy y al rubio de esa manera, de seguro sería una imagen que atesoraría toda su vida

El sonido de pasos acercándose interrumpió el tranquilo momento. Los hermanos voltearon hacia donde venía el ruido y vieron a uno de los sirvientes de su padre.

-Señor Maes, señor Roy, su padre los espera en el salón, quiere que lleven a sus pretendientes-les indicó éste y se giró para irse.

Cada uno tomó de la mano a su pareja y se dirigieron al enorme salón. Era un lugar grande, con amplios ventanales que estaban cubiertos por finas cortinas y una larga mesa con sillas, hechos de caoba francesa. Al final de la mesa, el Führer estaba sentado esperando a sus hijos, y Havoc estaba en una de las sillas laterales, con una persona sentada a su lado. Al acercarse, Roy y Maes pudieron verlo. Era un chico bajito, de cabello negro acomodado en puntas, piel clara y ojos negros, cubiertos por lentes de armazón negro. Daba un aspecto algo delicado, del mismo modo que un niño. Al verlos llegar a donde ellos, se levantó y, sonriendo, los saludó:

-Muy buenas tardes señores, señorita. Es un gran placer conocerlos.

Maes, Roy y Glacier le contestaron con una ligera inclinación, mientras que el rubio lo miraba ladeando la cabeza, para después dejar salir algo que sonaba como un pequeño gemidito, como intentando devolver el saludo. Roy miró esto con algo de tristeza. Debía ser desesperante para el chico el no poder comunicarse de una manera que lo entendieran.

Havoc se puso de pie y jaló de los hombros al chico de lentes, sorprendiendo a éste un poco. Sonrió alegremente, con su inseparable cigarrillo en la boca.

-Roy, Maes, él es Fury, mi futuro esposo. El es el hijo de un comerciante que es bastante rico. Es una verdadera ternura, les gustará tenerlo de cuñado-ante el comentario de Havoc, Fury sufrió un ligero sonrojo, sintiéndose algo incómodo por los halagos.

-Hijos-oyeron que llamaba el Führer, haciendo que éstos lo miraran con atención-No sean maleducados, preséntenme a las personas que los acompañan.

Tanto Glacier como Fury inmediatamente se dirigieron frente al Führer, dispuestos a empezar con las presentaciones. Al ver que el pequeño rubio no se movía, Roy lo empujó levemente.

-Anda, ve a que te conozca mi padre-lo alentó.

…ste lo miró asustado, pero lo obedeció y caminó al lado de los otros y deteniéndose frente al padre de Roy, mirando el piso como si de repente encontrara algo fascinante en él.

Los otros dos se presentaron ante el Führer, haciendo profundas reverencias y mostrándole sus respetos. Cuando llegó el turno del chico, éste sólo pudo pensar en una forma de compensar su falta de plática. Hincándose en el suelo, con un puño apoyado a su lado y bajando la cabeza, le mostró su respeto al hombre frente a él. Pero incluso eso le costaba. Estando de esa manera se sentía vulnerable, pero lo soportaba sólo porque Roy se lo había pedido.

-¿Qué pasa muchacho? ¿No piensas presentarte como es debido?-la alta y autoritaria voz del Führer hizo que el chico se tensara, temiendo de alguna represalia.

-Padre-interrumpió Roy, viendo que la reacción del chico-, aunque quiera, él no puede contestarte, no sabe hablar.

El Führer miró fijamente al chico, algo sorprendido por lo que su hijo le había dicho. Vio que el chico seguía en la misma posición, esperando algo.

-Levántate muchacho, regresa con Roy-le dijo con voz amable.

Así lo hizo él, aferrándose al brazo del pelinegro en busca de protección. Roy le sonrió con amor y volvió a ver a su padre, que de inmediato le dijo:

-Hijo, este es un caso ciertamente inusual…¿aún quieres casarte con éste chico?-Roy le sonrió con confianza.

-Por supuesto que quiero, me he quedado prendado de él con sólo verlo-al ver la expresión de su padre, le dijo-No te preocupes padre, seré feliz con él, y me aseguraré de que él también lo sea-mientras hablaba, miraba con ternura al rubio.

Eso fue suficiente para su padre. Ese mismo día se celebraron las bodas de los tres muchachos. Glacier, Fury y el muchacho habían sido vestidos en finos trajes blancos. Al momento de hacer la pregunta, Roy había soltado un firme “Acepto” y el chico sólo había sonreído, mostrando su acuerdo. El beso, el primero que los dos compartían, había sido tímido, y algo temeroso de parte del rubio, pero dado con indudable amor. Se habían separado muy pronto para el gusto de Roy, él sonriendo y el otro con el rostro teñido de un rojo furioso.

Al anochecer, Roy guiaba al chico a su habitación, amplia, con finos muebles, un baúl con ropas y un amplia cama con edredón y almohadas de pluma de ganso. También había un espejo de cuerpo completo y la habitación conectaba con un lujoso baño con una bañera de marfil, que tenía sales aromáticas y aceites para preparar el baño.

El chico parecía algo intimidado por los lujos, pero se le pasó casi de inmediato. Roy lo sentó en su regazo, haciéndolo el a la vez en la cama. Miró sus ojos, que brillaban como oro líquido, observándolo con cariño. Sin poder resistirlo, capturó sus labios con los suyos, disfrutando su suavidad. Al principio el rubio lo miró asombrado, sin responder, pero después de un momento devolvió el beso, abriendo su boca para dejar entrar la lengua del pelinegro. …sta acaricio la lengua del rubio de manera juguetona, enredándose y saboreando la dulce cavidad. El menor hizo lo mismo, enredando sus dedos con pasión en la oscura cabellera de Roy, éste a su vez rodeándolo de la cintura y acariciando sus cabellos, que para él eran como hilos hechos de Sol. El calor aumentaba en su cuerpo, por lo que intentó meter su mano dentro de la fina camisa, pero al hacerlo, el rubio se separó de inmediato, un brillo de temor en sus ojos. Roy sólo le sonrió y acarició su mejilla.

-No temas, esperaré hasta que tú lo decidas-y dicho esto, se acostó junto a él, buscando velar sus sueños

Continuará…

Bueno, éste es el segundo capítulo, a ver que les parece. Espero sus comentarios, me hacen sentir muy bien. Agradezco a AGUILA FANEL y a Mikeas, que dejaron los primeros comentarios de mi fic y me lo halagaron mucho. Sinceramente, yo pensé que me iban a decir que tenía que mejorar algo. Muchas gracias por su apoyo a esta escritora principiante, me dan ánimos de pensar que no lo hago tan mal ^_^ -Wolfy-chan.

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