Disclaimer: Los personajes de Full Metal Alchemist le pertenecen a sus respectivos creadores, yo solo los utilizo con fines de entretenimiento, nada lucrativo.
Notas: este es un fic AU (Universo Alterno), por lo que no tiene que ver con la serie. Esta historia está basada en una fábula rusa titulada “La hija del bosque”, y esta le pertenece a su respectivo autor. Los personajes en esta historia van a ser algo OOC, para la conveniencia de la trama.
“Amor sin palabras”
Por Wolfy-chan
Epílogo
3 Años Después.
Un amplio bosque, a las afueras de Rizembul, se alzaba majestuosamente al atardecer. Era un bosque lleno de vida, con los árboles y plantas de un brillante color verde y algunos animales viviendo en él. Ese bosque incluso había llegado a albergar por bastante tiempo a un humano, pero desde hace poco más de tres años, éste había dejado de habitar allí.
De repente, se escucharon resonar pasos en medio del bosque, sobresaliendo en el silencio del lugar. En una zona donde se encontraba atravesando un río, llegaron un grupo de personas. Eran tres personas que parecían campesinos y había otras dos personas al frente del grupo. Una era una muchacha de largo cabello rubio y ojos azules, que usaba una falda a la altura de las rodillas color negra, al igual que las botas altas, y una blusa de manga larga con olanes en los puños. La otra persona era un muchacho de cabello rubio oscuro y ojos grises, que usaba unas botas cafés, pantalones y chaleco azul oscuro y una blusa blanca.
El grupo se acercó a la orilla del lago y miró el claro junto a él, encontrándolo vacío, sin un alma en él. El muchacho rubio puso una expresión de angustia, haciendo que la muchacha pusiera una mano sobre su hombro.
-Al…No te angusties, ya verás que lo encontraremos-le habló tratando de reconfortarlo.
-Winry…¿Y si resulta que las personas que estaban al servicio de Envy solamente nos engañaron? ¿Y si Envy mató a mi hermano? No quiero pensar en esas posibilidades, pero estoy muy asustado-murmuró con tristeza, para luego mirar con rabia hacia atrás-Maldito Envy, incluso después de muerto no nos puede dejar vivir tranquilos.
Winry dio un ligero apretón al brazo de Al, intentando darle calma. Alphonse Elric le sonrió levemente y volteó hacia el horizonte. Hace algunos meses Envy había muerto, al parecer en una pelea que tuvo con un noble, pero ellos no se habían enterado más que hacía 2 días. Desde hace cuatro años habían estado viviendo fuera de Rizembul, y si se habían enterado de el acontecimiento fue por parte de un mensajero, que los había localizado al ser enviado por algunos de los sirvientes de la casa, que aún recordaban y eran fieles a los hermanos Elric. Al enterarse, habían regresado inmediatamente. Alphonse había llegado con la esperanza de encontrar a su hermano, por lo que no había tardado en preguntar por el a los que habían servido a Envy. …ste era el segundo día que buscaban en el bosque, pero aún no encontraban rastros de él y Al comenzaba a desanimarse.
Cuando estaban a punto de irse, escucharon a alguien acercándose y se detuvieron para ver quien era. Llegó un muchacho, de pelo castaño y ojos negros y vestido como un guardia, que mostró sincera sorpresa al verlos ahí.
-¿Qué hacen aquí todos ustedes?-les preguntó con recelo.
-Somos de Rizembul, estamos buscando a alguien-le contestó Al, cuando se le ocurrió una idea-Disculpe, ¿no sabe usted de una persona que haya estado en este bosque?-el muchacho lo miró confundido, para después hacer un gesto de recordar algo.
-¿Se refiere al Señor Ed?-Al, inmediatamente al escuchar ese nombre, sintió renacer sus esperanzas.
-Es un muchacho rubio, de ojos dorados y muy impulsivo, ha de tener unos 19 años-le dijo esperanzado al guardia, que al escuchar esto sonrió alegremente.
-Entonces no hay duda alguna, usted me está describiendo al Señor Ed a la perfección. Si usted gusta, puedo llevarlo con él-en esos momentos, Al le agradeció a todos y cada uno de los dioses por el favor concedido y asintió frenéticamente a la oferta-Pero antes, ¿usted tiene algo que ver con él?-Al le sonrió.
-Soy su hermano menor.
-Entonces lo llevaré de inmediato a donde está, de seguro lo hará muy feliz el verlo-le dijo el guardia, sonriendo de felicidad al pensar en la alegría de su Señor, para después guiar a Al y sus acompañantes al castillo.
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Roy salió del elegante salón y se estiró, algo entumido por haber estado tanto tiempo sentado. Había estado en una reunión con varios nobles desde la mañana y apenas había terminado ahora, ya cerca de las dos de la tarde. ¡Cómo era posible que todas esas personas fueran tan tercas! Si acaso estaban discutiendo algo, los nobles hacían mil y un argumentos para intentar convencer al otro que estaba en lo correcto. Algunas veces incluso casi había terminado con una migraña. ¿Cómo le había hecho su padre para aguantar por tanto tiempo estas discusiones? No tenía la más remota idea.
Deteniéndose en el pasillo, intentó pensar dónde estaría su esposo. Después de reflexionar unos segundos, pensó que lo más seguro era que a estas horas estuviera en el jardín con Havoc y Fury. Con paso lento, se dirigió a los jardines, ansioso por ver a su hermoso Edward.
El Führer Bradley había renunciado a su título hacía poco más de un año, alegando que ya era muy viejo para tanto estrés y que Roy podía manejar las cosas mejor que él, por lo que ahora Roy era el que portaba con el título. Al principio había sido muy difícil y pesado para él, pero con los consejos de su padre y el apoyo de Edward, que lo relajaba con caricias y besos y le decía que él podía hacerlo, justo como él le había dicho cuando le enseñaba a hablar de nuevo; Roy había podido ajustarse al ritmo de trabajo y había mantenido la prosperidad del lugar.
Al llegar a los jardines del palacio, vio a Ed hablando con Havoc y Fury en una mesita del jardín, éste último sosteniendo a una niña de unos tres años en su regazo. La niña era la pequeña Elysia, la hija de Maes y Glacier. Era una niña muy parecida a su madre, con el mismo cabello castaño claro y sus claros ojos azules. Sobra decir que Maes se había vuelto loco por ella. Desde que la pequeña había nacido, Maes había pedido pintura por pintura hasta casi poder llenar el salón principal con ellos. Y, obviamente, no perdía oportunidad de arrastrar a alguien con el para mostrarles las fotos. …l y Glacier habían tenido que salir para resolver un asunto fuera del reino, así que les habían dejado a Elysia para cuidarla.
Se acercó por detrás de Ed, poniendo un dedo sobre sus labios para indicarles a su hermano y a su cuñado que no delataran su presencia. Cuidadosamente, se colocó detrás de Ed y cubrió sus ojos, esperando a ver si adivinaba.
-Roy, se que eres tú-declaró tranquilamente Ed, tomando las manos de Roy para quitarlas de sus ojos y verlo con una sonrisa. Roy lo miró asombrado.
-¿Cómo supiste que era yo?
-Roy, te conozco demasiado bien, fue muy fácil-le contestó Ed, rodeándole el cuello con los brazos-Además, tú eres el único que usa guantes casi todo el día.
Roy hizo una mueca, para después sonreír y besar con ternura a su Ed, enredando su lengua con la del rubio. El rubio le dio más acceso abriendo más su boca, y se separaron sólo hasta que el aire se lea acabó.
-Me alegro que al fin hayas podido salir Roy, creo que en tu lugar yo ya hubiera mandado a todos esos tipos al diablo-le comentó Havoc, viendo divertido el sonrojo de Ed al terminar el beso. Aunque ya tenían más de tres años de casados, Ed aún reaccionaba ante los afectos de Roy como si fuera la primera vez.
-Yo también me sentía así, pero sabes bien que no puedo hacer eso, así que tuve que contenerme-le contestó Roy, acariciando la mejilla de su rubio esposo.
Fury, que hasta entonces se había mantenido callado, los miró diciéndoles:
-Saben, desde hace algún tiempo, Havoc y yo hemos considerado un asunto, y ahora que decidimos hacerlo, queremos comentárselos-la pareja miró a Fury, animándolo a continuar-Havoc y yo vamos a adoptar un hijo. Al escuchar esto, Roy los miró con asombro y Ed se cayó de su silla.
-Valla, es algo que no nos imaginábamos, ha sido algo muy sorpresivo, pero los felicito sinceramente-les dijo Roy, sobreponiéndose al susto. Fury les dirigió una linda sonrisa.
-Ojalá ustedes algún día también lo hagan, un pequeño sería una gran alegría-Roy sonrió ante el comentario del hombre de lentes.
-Tal vez algún día-le dijo, para después ver a Ed aún en el suelo, y decidió que sería un buen momento para divertirse un rato-¿Dónde está Ed? ¿Acaso se hizo más pequeño de lo que ya era?-eso ocasionó la ya conocida reacción de el rubio.
-¿¡A QUI…N LE DICES TAN PEQUE—O QUE NECESITAS UN MICROSCOPIO PARA VERLO Y AÚN ASÍ SE VERÍA PEQUE—O!?-fue el potente grito de Ed.
-No lo sé…¿a ti?-esto fue suficiente para que Roy tuviera que correr de un rubio de ojos dorados que lo perseguía para castigarlo-¿Qué sucede, ahora además de bajo eres lento?
Ed sólo aumentó su velocidad, poniendo en problemas a Roy, pero sin poder evitar una sonrisa en su rostro.
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El guardia llegó con el grupo a la entrada del palacio, dejando a todos ellos asombrados al verlo. Se volteó a verlos y les dijo:
-Le avisaré al Führer de su presencia, los llevaré con el Señor Ed en unos momentos-una vez dicho esto se fue, yendo en busca de Roy.
Al y Winry miraban con asombro el gran palacio frente a ellos, además de los amplios y hermosos jardines. Al, sin embargo, prestaba más atención a la entrada, estando pendiente de si alguien salía, impaciente por ver a su hermano.
De repente, escucharon sonidos de pasos apresurados y alguien que gritaba que una vez que atrapara al otro se arrepentiría de haberse metido con su estatura. Algo confundidos, giraron su vista hacia donde venían los sonidos, para ver una escena algo extraña.
Un hombre alto, de cabello y ojos negros, con un traje formal, huía lo más rápido que podía de un rubio, más bajo que el primero, de cabello y ojos dorados y una mueca algo demente en su rostro. El pelinegro se dirigía hacia donde ellos estaban, al parecer intentando entrar al palacio a refugiarse, pero el rubio saltó cual animal de presa y logró tirarlo al suelo, sentándose a horcajadas en su estómago y manteniendo sus manos atrapadas en una suya por encima de su cabeza.
-Te advertí hace mucho tiempo que no te metieras con mi estatura, no me escuchaste, ahora sufre las consecuencias-después de decir esto, el rubio comenzó a hacerle cosquillas al pelinegro con su mano libre y sujetó con más firmeza sus manos, mientras el otro se retorcía en el suelo, sin poder contener la risa. Intentó decirle al rubio que se rendía y que lo dejara ir, pero las cosquillas no lo dejaban hablar.
Al y los demás los miraron con extrañeza, e incluso ya estaban por alejarse de ellos, cuando Al vio más detalladamente al rubio. Cuando lo reconoció, sus ojos se llenaron de asombro y con voz temblorosa dijo:
-¿E-Ed?-el rubio lo volteó a ver, dejando de hacerle cosquillas al otro, que también volteó a ver quién llamaba a su pequeño. El rubio lo miró sin reconocerlo, hasta que al fin, su memoria lo recordó.
-¿Al?-Ed no podía creerlo, era su hermanito, no lo había desde hacía mucho tiempo.
-¡ED!-con este grito, Al se abalanzó a su hermano, que se había levantado del suelo al reconocerlo, y lo abrazó con fuerza, lagrimas de felicidad resbalando de sus mejillas al volver a ver a su hermano-¡¡Te he extrañado mucho!!-Ed, correspondiendo a su abrazo, sólo lo pudo estrechar contra sí.
-Yo también te he extrañado Al-se mantuvieron un rato así, hasta que se separaron para mirarse, los dos sonriendo y con las mejillas húmedas por las lagrimas de alegría. Entonces, Ed se acordó de algo y fue con Roy, lo levantó del suelo y lo llevó con el frente a Al-Al, te presento a mi esposo, el Führer Roy-volteó hacia Roy, con una sonrisa amplia-Roy, el es Al, mi hermano menor.
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Ya eran cerca de las seis de la tarde, todos estaban reunidos en el salón principal, comiendo y hablando. Al y Ed se la habían pasado hablando de lo que había sido su vida desde que los habían separado, y los demás sólo escuchaban atentamente.
Al le había contado a Ed que Envy lo había enviado con una anciana de nombre Pinako Rockbell, que vivía con su nieta Winry. Al había tenido una existencia tranquila allí, en compañía de la anciana y la muchacha, que lo ayudaban en todo lo que podían. También le contó de la época donde había estado fuera de Rizembul, que fue cuando contrajo matrimonio con Winry. Y tampoco omitió cuando le habían avisado de la muerte de Envy y de las veces que habían estado buscándolo en el bosque, hasta que lo encontraron ahí. Ed estaba muy feliz de que su hermano hubiera tenido una vida tranquila, no hubiera querido que sufriera algo como lo que él había sufrido.
…l a su vez le había contado cuando Envy lo mandó al bosque y lo dejó ahí sin nada para sobrevivir. Le contó cómo el primer mes tuvo que cazar animales y comer plantas para poder sobrevivir, hasta que a final de mes los guardias le trajeron comida; le contó de la amenaza de Envy y los maltratos que recibía de los guardias, que lo trataban como la peor de las sabandijas. También le habló de cuando conoció a Roy y de la flecha que los había unido, que estaba colocada sobre una repisa en el salón, junto con las de los hermanos de Roy; le habló de su boda, de los meses en que Roy le enseñó a hablar de nuevo y del baile cuando por fin pudo hablar ante todos. Y finalmente le habló de cuando Roy fue nombrado como el próximo Führer y cuando se había convertido en él y del nacimiento se Elysia y todo lo que le había sucedido desde los 3 años de estar casado con Roy. Al no pudo evitar entristecerse al escuchar la vida que tuvo que llevar su hermano, pero se sintió bien de que tuviera a alguien que se preocupara y lo amara tanto como Roy.
Finalmente, la hora de irse llegó, por lo que todos fueron a la puerta del palacio para despedir a los invitados.
-Hermano, recuerda que eres bienvenido a Rizembul todas las veces que quiera, visítame seguido y no me olvides.
-Lo mismo digo Al, me quedo tranquilo porque sé que vas a estar con tu esposa y te hará compañía.
-Si hermano, y tú también tienes a alguien que te cuide, y además te quiere mucho.
Ante el comentario, Ed miró a Roy con una sonrisa y le dio un abrazo de despedida a su hermano, que se fue a paso lento hacia su ligar natal.
Al anochecer, Ed miraba las estrellas desde su ventana, pensando en todo lo que había hablado con su hermano. Al sentir unos brazos fuertes y cálidos rodearlo, sólo se acurrucó más en ellos, buscando más comodidad.
-Parece que el que tu hermano viniera a verte te dejó muy pensativo-le comentó Roy.
-Sí, es que me ha alegrado mucho verlo-le dijo en respuesta, cerrando sus ojos-Y además…me sorprende que, después de todo lo que pasé en el bosque, las cosas hayan terminado tan bien-Ed sintió unos labios suaves besar su frente, por lo que abrió sus ojos para mirar a su esposo.
-Si las cosas fueron así fue porque tu lo merecías. Las cosas pasan por una razón, si no hubieras estado en ese bosque todo ese tiempo, ¿crees que te habría encontrado?-Ed sólo le sonrió y colocó su cabeza en el espacio entre el cuello y el hombro de Roy.
-Creo que tienes razón, no fue tan malo después de todo-después de decir esto, levantó la cabeza y miró a Roy a los ojos-Te amo Roy Mustang.
-Yo también te amo Edward Elric-al terminar de decir esto, Roy besó a su pequeño, al principio con suavidad, para después ahondar el beso y enredar sus lenguas con pasión, sintiendo lo mismo que las primeras veces. Así, al terminar el beso, se abrazaron y se quedaron juntos, uno al lado del otro, como iba a ser hasta el fin de sus días.
OWARI
Notas de la autora: Este ya es el capítulo final de “Amor sin palabras”, fue algo muy especial para mi hacer este fic y que, siendo el primero, me hayan hecho tan buenos comentarios de él. Nuevamente, agradezco a todas las personas que me halagaron el fic y me dieron ánimos, se los agradezco como no tienen idea. En fin, ya me despido, a ver si pronto hago otro fic, estaba pensando en hacer otro con esta misma pareja, pero aún no es seguro. Bueno, espero que les guste el final de este fic, nos vemos en el próximo que haga- Wolfy-chan.
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