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Confusión por Akira Lawliet

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Más tarde en casa de los Tendo, Ranma se encontraba fuera de la habitación de Akane, llevaba ahí no menos de 2 horas, intentando que la chica le abriera

 

- Vamos Akane, tienes que volver a hablarme – dice por enésima vez

 

- En verdad está herida Ranma – dice el padre de la chica, que se encontraba también ahí

 

- Si, dudo que vuelva a hablarte – comenta el padre de Ranma sin importar que aquellas palabras hieren a su hijo, por primera vez sentía que algo no estaba bien

 

- No hay nada como un buen té, le daré uno a Akane – dice la mayor de las hermanas, quien acababa de llegar, portando una charola con té

 

- Akane… Akane, por favor, tenemos que hablar – insiste el chico. Ésta vez tiene suerte, ya que Akane abre por fin la puerta de la habitación, se veía muy molesta y así lo demuestra, mirando duramente a su prometido

 

- ¿Qué no entiendes que no quiero verte? Ranma, no sabes lo humillada que me siento – dice al chico a la cara, después mira a los demás presentes - ¡Todos son unos mentirosos! Déjenme sola – grita antes de cerrar la puerta

 

- ¡Akane! Tú entiende que en verdad me preocupas, por favor, perdóname – grita en dirección a la puerta de la habitación, sin encontrar respuesta aparente. Del otro lado de la puerta Akane susurra el nombre de su prometido

 

- - - - -

 

Meses después, aparentemente Akane ya se había olvidado de la humillación vivida con el asunto de P-chan, a quien no habían vuelto a ver, se podría decir que todo seguía igual en casa de los Tendo, sin embargo, las cosas con Ryoga empeoraban, sin encontrar una lógica a aquellas locas acciones, no dejaba de pensar en Ranma y eso le molestaba, inquietamente pensaba que comenzaba a sentir algo más por él, algo más que la rivalidad y amistad que siempre había caracterizado su muy extraña relación.

 

Ryoga, aunque aún se encontraba en aquella ciudad, aunque creía encontrarse en algún lugar muy lejano, pensando que jamás volvería para toparse con el doloroso pasado, sus dudas con Ranma y la desilusión con Akane, sin embargo, (y muy a pesar de sus deseos de alejarse) caminando tranquilamente por las calles se encuentra con Ranma, quien al verlo le muestra una amplia sonrisa, estaba feliz de verlo, ya habían pasado varios meses desde la última vez, sin embargo Ryoga evita mirar aquella sonrisa, aún así Ranma se acerca

 

- Hola Ryoga – saluda alegremente

 

- Hola – saluda sin muchas ganas el aludido

 

- ¿Cómo has estado? ¿Todo bien? -

 

Ryoga voltea al suelo y no dice palabra alguna, causando desconcierto en su amigo

 

- ¿Ryoga? -

 

- Ranma ¿Que significa para ti nuestra amistad? – pregunta de repente, confundiendo a Ranma

 

- ¿A que se debe tu pregunta? – cuestiona enseguida

 

- Contesta, por favor – dice en tono inquieto, mostrándose ansioso por la respuesta

 

- Bueno pues, no se, es algo especial – dice sin pensarlo, sin mostrar especial expresión

 

- ¿Especial en que sentido? – cuestiona enseguida

 

- ¿Eh? bueno, pues yo... – sin saber qué decir se queda callado unos momentos, después se percata que Ryoga lo mira fijamente con una mirada que él jamás había visto en él, por lo que se siente incómodo y da un paso hacia atrás

 

- Contesta Ranma – ordena impaciente, confundiendo aún más a su amigo

 

- Estás muy extraño, yo me voy – dice un poco molesto, dándose media vuelta y disponiéndose a irse, pero Ryoga lo sujeta del brazo, haciéndolo voltear

 

Ranma se extraña del comportamiento de Ryoga, pero aún así no hace un esfuerzo porque Ryoga lo suelte, así que él aprovecha para jalarlo hacia él, quedando de frente muy cerca, ambos se miran fijamente a los ojos, después de un rato de compartir miradas, Ryoga se acerca un poco más y se dispone a besarlo, jalándolo un poco más de la camisa. Anonadado por aquella acción, Ranma se paraliza unos momentos, pero antes que su amigo logre su cometido reacciona y avienta a Ryoga lejos de él

 

- ¿Que se supone que haces? – enojado se aleja de ese lugar corriendo, llevándose muchas dudas con él, dejando a Ryoga solo, bastante molesto con él mismo

 

- ¡Idiota! Eres un idiota Ryoga ¿Por qué hiciste eso?

 

Al llegar corriendo a casa de los Tendo, Ranma se encuentra con Kazumi en el camino a su habitación, la chica amablemente le dice que la cena está lista, pero a Ranma no le importa y se va argumentando que no tiene hambre, así que se retira a su habitación, los que habían oído aquellas palabras se asombran sobremanera, a excepción de su padre, quien aprovecha para comerse su ración, a pesar de las miradas de desaprobación de Soun. En cambio la más preocupada es Akane.

 

Al llegar a su habitación, confundido Ranma golpea la pared con fuerza, manteniendo el puño en ella por unos instantes, mirando hacia el suelo

 

- ¿Qué te está pasando? – se pregunta, quedándose pensativo unos momentos - ¿Será que Ryoga se está…? No, él no puede sentir algo por mí, él ama a Akane, además es estúpido ¡Soy hombre también! – se responde con una sonrisa nerviosa, tratando de convencerse que eso es una tontería - Olvidaré todo esto, tal vez fue solo un malentendido, sí, solo eso – vuelve a sonreír, respirando profundamente mientras cierra los ojos, pero al hacerlo la imagen del rostro cercano de Ryoga le hace reaccionar, abriendo ampliamente los ojos - ¡¿Qué está pasando?! – grita molesto, poniéndose ambas manos en la cara, estaba confundido

 

- - - - -

 

Al día siguiente desde muy temprano en la mañana, Ranma chica había despertado y sin desayunar se había puesto a entrenar en el jardín, aquel hecho era bastante raro, ya que él no solía saltarse comida alguna. Akane, quien era al parecer la única preocupada,  miraba a Ranma desde la puerta. El chico da un par de golpes más antes de detenerse y girar su cabeza en dirección a su prometida, volviéndose a voltear en cuestión de segundos

 

- ¿Te pasa algo? Estás muy extraño desde ayer – pregunta la chica

 

- No… estoy bien, gracias – responde en tono distraído y con voz baja

 

- Dijiste gracias – susurra la chica sorprendida, él no solía ser amable nunca, ahora estaba más preocupada que antes – Pero… -

 

- Ya te dije que nada – contesta molesto, elevando el tono de su voz

 

- Ranma – dice para sí. Sin responder el chico se retira enseguida de ahí, no tenía ganas de ver ni de hablar con Akane, se sentía extraño y lo único que quería en esos momentos era oír de labios de Ryoga lo que le sucedía.

 

Ranma, aun convertido en chica, sale de casa de los Tendo para buscar a su amigo, quien seguramente aún se encontraba en los alrededores, desde que Ranma lo conocía nunca había fallado en sus predicciones y ésta no era la excepción, por lo que le encuentra como siempre en medio del bosque, acampando. Ryoga, que se encontraba preparando Ramen instantáneo escucha pasos y voltea enseguida, mirando a su amigo de pie frente a él, ambos se congelan al verse, manteniendo la vista en el otro por unos momentos, Ranma intenta hablar pero entonces poniéndose de pie Ryoga se le adelanta

 

- Déjame hablar primero a mí… - Ranma consiente y lo deja - Lo siento, te pido perdón por el comportamiento del otro día, no fue nada, olvídalo – dice nerviosamente, dudando de sus palabras, ya que se había decidido a no contar nada al chico de sus sentimientos, sin embargo Ranma no se convence de ello

 

- ¡No me mientas! – responde molesto, odiaba que trataran de verle la cara de tonto – Tendrás que decirme qué te sucede – continua de forma determinante - Porque me has hecho dudar – termina después de titubear un poco, su voz había sonado más baja de lo normal. Al oírlo Ryoga no puede evitar sonrojarse

 

- Me hiciste sentir… atraído hacia ti – comenta sonrojado, causando sorpresa en su amigo, quien se queda callado – Pero yo… es que Akane… - aunque estaba a punto de decirlo se calla, Ryoga instintivamente frunce el ceño y desvía su mirada

 

- Si, entiendo – contesta triste, aunque también estaba molesto, aún así no podía odiar a Akane, ya que él sentía mucho cariño por ella

 

- Ryoga, dime qué sucede – dice tímidamente el chico

 

- Me gustas – confiesa sin titubear, aunque se sonroja sobremanera. Los ojos de Ranma se abren más de lo normal y también se sonroja, sin dejar de mirar a su amigo

 

- ¿Estás seguro? Quizás solo sea porque me sucede esto – explica casi sin poder decir aquellas palabras debido al nerviosismo, señalando su cuerpo – Debes estar confundido, sabes que en realidad soy hombre, que yo… - sin dar paso a que termine de hablar, Ryoga se acerca a Ranma y lo abraza, haciéndolo sentir extraño, pero a la vez bien. Después de algunos segundos lo suelta y se acerca a donde preparaba su Ramen, toma el agua caliente y se la vierte a Ranma, convirtiéndolo de nuevo en hombre

 

- No es eso, créeme cuando te lo digo, de verdad me gustas – confiesa de nuevo, ésta vez con menos titubeo y más confianza, algo que en definitiva era extraño en él, ya que no solía ser así en cuestiones amorosas, sin embargo ésta vez se sentía tranquilo, por lo que acercándose un poco más a Ranma extiende hacia su rostro su mano derecha, al sentir el tacto y sin pensarlo, Ranma cierra sus ojos, entonces Ryoga acaricia su mejilla, después le acaricia el labio inferior con su dedo pulgar y tomándolo por fin del cuello lo besa tiernamente, aún cuando lo duda un poco Ranma le responde el beso, colocando sus brazos alrededor de la espalda de su amigo

 

Ambos se quedan sumergidos en un largo beso, sin importar que alguien pudiese verlos, al separarse Ranma abre sus ojos, mirando asombrado a su amigo, la primera vez que había sido besado por un hombre él se encontraba convertido en mujer, además en aquella ocasión Mikado lo había besado contra su voluntad, aquel beso con Ryoga era completamente distinto a todos los anteriores

 

- ¿Ranma? – llama Ryoga a su amigo, mostrando una sonrisa - ¿Estás bien? – preocupado de su falta de respuesta lo observa fijamente, entonces su amigo reacciona

 

- Si, perdón – apenado se aleja un paso de Ryoga

 

- Ve a casa, necesitas pensar… piensa en mi – sonrojado aún más Ranma tan solo asiente, sin decir nada más, le da la espalda a su amigo y se marcha tranquilamente

 

Enseguida que se aleja un poco de Ryoga, Ranma corre en dirección a casa de los Tendo, una sonrisa extraña se dibujaba en sus labios, era la primera vez que se sentía así: raro, confundido y feliz. Al regresar a casa se encuentra con Akane, quien iba de salida, el chico la mira fijamente y se acerca un poco, haciéndola sonrojar

 

- Akane, creo que hoy te ves muy linda – le susurra al oído, aumentando el sonrojo en el rostro de la chica, quien estaba muy sorprendida, jamás Ranma se comportaba de esa forma

 

- Ran… Ranma ¿Qué sucede? – pregunta preocupada y titubeando, el aludido no dejaba de sonreír

 

- Todo bien – contesta de forma simple, se aleja de Akane y se dirige al interior de la casa, la chica se gira hacia donde había desaparecido su prometido, mirando en esa dirección por algún tiempo

 

- No, algo no está bien – piensa la chica mientras una ráfaga de aire hace danzar su cabello, tenía un mal presentimiento, su corazón latía con prisa, inquieto

- - - - -

Continuará...


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