Al día siguiente Ranma chico se levanta temprano para salir en busca de Ryoga, durante la noche del día anterior había estado pensando solo en él, sintiéndose impaciente por verlo. Después de haber desayunado se disponía a marcharse, pero Akane que estaba cerca le detiene
- ¿A dónde vas? – pregunta curiosa, mirándolo con preocupación
- A caminar, nos vemos – responde tranquilamente, pasando de lado a la chica y marchándose. Akane lo observa mientras él se marchaba, Ranma no había dejado de sonreír en todo momento
- Ranma está demasiado raro, pero se ve tan alegre – razona la chica, entonces una idea pasa por su cabeza, haciéndola trastabillar - ¿Será que se ve con alguien? Ranma está con otra chica – concluye con tristeza, estaba casi segura que la actitud reciente de Ranma solo podía deberse a eso – Ranma – con tristeza agacha la cabeza, aunque ellos siempre discutían por todo, ella realmente quería a su prometido
Nuevamente a Ranma no le cuesta trabajo localizar a Ryoga, el chico era tan predecible que no era algo difícil de adivinar. Al llegar, Ryoga se encontraba empacando las últimas de sus cosas en su mochila
- Hola – saluda alegremente al llegar
- ¿Listo? – pregunta Ryoga en respuesta
- Si, vamos –
Ambos chicos emprenden el camino, se dirigían a algún lugar donde no pudieran verlos. Caminando alrededor de una hora llegan a un pequeño arroyo, donde deciden quedarse a orillas del mismo, sentándose uno al lado del otro. Por algunos momentos ambos se quedan en silencio, entonces girándose hacia él, Ryoga lo mira a los ojos
- ¿Pensaste en mi? – le pregunta con ternura
- Todo el tiempo – responde de la mira forma. Ryoga le sujeta la mejilla con su mano derecha y cerrando sus ojos se acercan, besándose después. Al separarse vuelven a mirarse mutuamente
- Me gustas mucho – expresa Ryoga
- Tú también me gustas – responde Ranma sonriendo. Después ambos se dejan caer sobre el pasto, mirando el cielo forrado de nubes
- Me agrada esto ¿Sabes? Aunque es algo raro verte de ésta forma – comenta Ryoga pasados unos momentos, Ranma gira su cabeza hacia él y lo mira fijamente
- Lo sé – responde con seriedad, mirando el cándido rostro de su amigo, Ryoga había cerrado sus ojos, haciéndolo lucir muy lindo, Ranma sonríe y se levanta un poco, apoyándose con el codo, se acerca al chico y lo besa en los labios, Ryoga le responde enseguida
- Te quiero – confiesa Ryoga sin pensarlo, aquellas palabras habían nacido desde lo profundo de su corazón, Ranma se sorprende un poco pero sonríe, acomodándose al lado del cuerpo de Ryoga, cerrando los ojos, sin hablar al respecto
Un par de horas más tarde, después que se habían quedado dormidos, ambos se disponen a irse, no sin antes darse un beso de despedida con la promesa de volverse a ver. Ranma regresa a casa de los Tendo casi al anochecer, al llegar se encuentra con su padre en el interior, enseguida éste le confronta
- ¿Dónde estabas Ranma? – pregunta de forma autoritaria
- Por ahí – responde poco interesado. Su padre intenta dar réplica a la respuesta pero al pasar Akane por el lugar, Ranma aprovecha para desviar la conversación – Hola Akane – saluda contento
- Hola – contesta la chica sin muchos ánimos. Al igual que la vez anterior, Ranma se acerca a su prometida para susurrarle al oído
- Hoy, también te ves linda Akane – dice amablemente, mostrando una gran sonrisa, molestando a la chica, quien ya sospechaba el por qué de tanta amabilidad, por lo que no responde. Ranma se va muy contento a su habitación, al llegar, el maestro Happosai lo estaba esperando con un balde de agua fría, cuando llega, éste se la avienta encima, convirtiéndolo en mujer
- Vamos Ranma, pruébate éste lindo sostén y modela para mí -
- Maestro, ahora no – dice de forma juguetona, sonriendo al viejo libidinoso, quien se sorprende sobremanera por aquella reacción
- ¿No me vas a gritar? ¿No me vas a golpear? – pregunta desconcertado
- ¿Por qué haría eso? Es una linda noche ¿No cree? – contesta con una gran sonrisa, mirando hacia la ventana donde la luna comenzaba a mostrarse
- Ranma ¿Te sientes bien? –
- Si, claro, de maravilla – Ranma chica se retira de la habitación, tarareando una canción alegremente, mientras tanto Happosai le miraba atentamente, no dando crédito a esa reacción
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A la mañana siguiente y después de un buen baño de agua caliente, Ranma desayuna con la familia, mientras come todos lo observan ya que estaba más contento de lo normal, se mostraba bastante animado. Aunque era extraño, nadie estaba preocupado, solamente Akane, odiaba la idea de que Ranma estuviera con otra mujer, a quien quizás la haría su esposa y se olvidaría de ella
Ese día Ranma y Ryoga no se ven. Akane miraba a Ranma entrenar arduamente en el Dojo, se veía muy animado, ella lo contemplaba sin que él se diera cuenta. No es hasta que se detiene para descansar que ve a la chica de pie cerca de la puerta, observándolo atentamente, Ranma le corresponde la mirada por unos momentos
- Ranma ¿Tienes un momento? -
- Claro, dime Akane – contesta acercándose a ella mientras se acomodaba una toalla alrededor del cuello para secarse el sudor
- Estoy muy preocupada por ti -
- ¿Qué quieres decir con eso? – pregunta con disimulo, sabía bien que no se había estado comportando de manera normal
- Últimamente has estado actuando de una forma muy extraña – comienza por explicar la chica - Estás demasiado contento, comes más poco de lo normal y… - hace una pequeña pausa porque un nudo se había formado en su garganta - Hasta me has llegado a decir que soy linda – termina su explicación con el rostro sonrojado
- No me pasa nada malo – responde calmado - ¿Y sabes? Tú eres una chica muy linda, eso no es mentira – exalta amablemente, sonriendo con sinceridad
- ¡No quiero! – grita molesta, mirando fijamente a Ranma a los ojos, haciendo que se sorprenda - Devuélveme al Ranma que conozco – reclama bajando un poco la voz – Devuélveme al Ranma que se pelea por la comida con su papá, devuélveme al Ranma perezoso y poco atento – sus ojos comenzaban a humedecerse - Devuélveme al Ranma que pelea conmigo y me dice que soy la chica más fea y odiosa que jamás haya conocido, devuélveme al Ranma del que... -
- ¿Te enamoraste? – Interrumpe Ranma - ¿Eso ibas a decir? – pregunta serio, correspondiendo la mirada fija de la chica
- Yo – intenta contestar, siendo nuevamente interrumpida
- Él está aquí – comenta un poco nervioso, acercándose a Akane, colocando sus manos sobre los hombros de la chica - Algo hermoso está pasando ahora en mi vida – comienza por explicar el chico, haciendo que con esas palabras iniciales los labios de Akane tiemblen - Perdóname porque no te lo puedo decir… Akane, últimamente he pensado más acerca de nosotros –
- Ranma, tú… - nuevamente la chica es interrumpida por Ranma, quien se acerca un poco más y estirando su mano izquierda la coloca sobre la barbilla de Akane, levantándole el rostro
- Te quiero ¿Entiendes? – Al oír aquellas palabras Akane se sorprende en demasía, abriendo con amplitud los ojos, sin embargo su sorpresa es mayor cuando el rostro de su prometido se acerca tanto al suyo que podía sentir su respiración, poco a poco los ojos de Ranma se cierran mientras ella aún admirada lo observa
Akane no podía creer lo que pasaba, los labios de Ranma estaban sobre los suyos, era la primera vez que el chico la besaba, ella observaba su rostro, viendo la expresión de Ranma al besarla, poco a poco cierra sus ojos también, tomando a Ranma por el cuello y correspondiendo a su beso. Momentos después al separarse, Ranma da la espalda a la chica, colocando sus brazos sobre su nuca
- Vamos Akane, ya es tarde, hora de dormir – sin decir nada más se comienza a marchar, Akane aún estaba muy sorprendida, había sido incapaz de pronunciar palabra alguna, estaba confundida, primero Ranma le decía que algo bueno pasaba en su vida y que no se lo podía contar, pero después le decía que la quería, incluso se habían besado, su confusión era mayor cada vez
Esa noche Akane no había podido dormir, todo era muy confuso, en su cabeza solo rondaban dudas, inclusive a la mañana siguiente había dudado en salir de su habitación, porque vería a Ranma y no sabía que iba hacer al tenerlo enfrente.
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