Gumball se encontraba sentado en el sillón rosado de su habitación y en sus manos había uno de sus muchos libros de ciencia que tenía, a el príncipe le encantaba toda esa clase de libros: investigaciones, enciclopedias, química, física, biología, etc. Se encontraba tan concentrado en su libro que no nota la presencia de cierto vampiro que lo espiaba a través de la ventana de la habitación.
Marshall lee había ido a visitar a su querido novio, ya que necesitaba algo de inspiración para terminar de escribir su nueva canción; pero al ver a Gumball tan concentrado decidió hacerle una pequeña bromita.
Gumball se levantó y dejo el libro en un estante y tomó otro de mayor grosor, fue de nuevo al sillón y se sentó a leer.
El vampiro observaba a Gumball, quien llevaba su “pijama” que consistía en unos boxers rosas y la camisa que Marshall le había regalado cuando eran niños; esperaba el momento oportuno para entrar a la habitación; al ver a su novio cabecear un poco decidió que era el momento indicado, se hizo invisible y abrió la ventana para que su cuerpo entrara y al estar adentro de la habitación posó su vista en el príncipe que se encontraba en el borde de quedarse dormido, se acercó flotando al príncipe para que no escuchara sus pasos y al estar cerca de su rostro; Marshall agrando sus ojos y abrió lo más que pudo su boca mostrando sus colmillos y lengua haciendo un chillido aterrador que hizo que no solo Gumball despertara sino también que se asustara y como acto-reflejo al susto tomó el libro que tenía entre sus manos y con este proporcionó un golpe al rostro del vampiro.
-ahhhh!!- gritó al ver la cara tan aterradora que hacia Marshall
-auch- se quejó Marshall -¿Por qué golpeas a tu novio?- dijó sobándose la mejilla con una de sus manos
-fue tu culpa por asustarme- se levanta del sillón y acomoda el libro donde estaba -¿Qué te trae por aquí, Marshall?
-estaba aburrido en mi casa así que decidí visitarte ¿acaso quieres que me vaya? –fingió estar ofendido y dio una sonrisa de lado, tomó su guitarra en forma de hacha, que anteriormente estaba en su espalda, y comenzó a tocar una melodía que Gumball desconocía. –basta con mirarte para que empiece a arder mi corazón, para que tu fuego me llene el cuerpo de pura pasión, sin pensarlo un día cuan mariposa me posé en tu flor pobre e ingenuo niño caí rendido a tu favor- Gumball miraba a Marshall maravillado por la hermosa manera de que tocaba esas dulces notas –hazme de una vez sentir que esta pasión no tendrá fin y que no fue un error hacerte el amor. Por favor déjame besar tu ser el mundo que otros no ven, solo intoxícame que feliz seré ahogado en tu calidez…- dejó de tocar y bajó hasta tocar el suelo con sus pies –aún no está terminada….
-es hermosa- respondió Gumball refiriéndose a la canción que claramente estaba dirigida a él.
-pero no más que tu- se acercó flotando ligeramente hacia Gumball hasta juntar sus labios en un beso cálido y tierno usando solo sus labios, pero poco a poco el vampiro aumentaba la intensidad del beso hasta convertirlo en un apasionado beso de lengua, las lenguas de los dos buscaban explorar toda la cavidad del contrario, sentir el dulce sabor de su saliva que era más dulce que el néctar de la miel.
Marshall caminaba hacia la cama de Gumball que estaba perfectamente ordenada que pronto desordenarían a causa de una de sus travesurillas pervertidas….