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Reflejo imperfecto por Yami Kagamine

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Notas del capitulo:

Hola!!, como se habrán dado cuenta, por ahí hubo un pequeño error, aparecía como nuevo, pero no había ninguna actualización, espero esta vez no haya errores, porque si he estado batallando un poquito…pero bueno.

Yo quería traerles este cap. como regalo de 14 de febrero, pero por lo mismo de que he estado batallando ya no pude T^T

En fin, espero les guste ^w^…y que esta vez no haya problemas -_-u

Su grandes ojos marrones se inundaban en miedo, incluso algunas lágrimas ya amenazaban con salir, mientras sus labios se fruncían. Cada parte de su rostro, incluso el leve temblor en su cuerpo, indicaban el pánico que sentía.

Acorralada y sin salida, mirando de forma fija los azules ojos que la miraban con temor creciente, era obvio que él tampoco sabía qué hacer, y aun así, sonreía tratando de darle ánimo, pero…

-todo estará bien…te lo prometo, tú… estarás bien.

Al final fueron palabras vacías, un juramento vago carente de sentido

-no te creo… ¡Jack!

-¡Jack!... ¡levántate ya!- Grito una infante voz, logrando sobre saltar al joven albino

-¡yo no fui!- grito mientras se levantaba de golpe, haciendo que el pequeño cuerpo sobre él cayera de bruces al suelo, desatando de inmediato un “pequeño” chillido.

-¡papá!...¡papá!...¡papá!- gritaba mientras sus ojos se llenaban en lágrimas y su rostro se enrojecía, siendo incapaz de detener la pequeña hemorragia en su labio inferior.

-¡Liv!- alarmado, salto de las sabanas, para llegar hasta donde la pequeña se hallaba sentada, llorando y gritando, dejando ver como un pequeño hilo de sangre y saliva salía de su boca- déjame ver- murmuro el muchacho, mientras levantaba el mentón de la niña, tratando de tener una mejor imagen.

Examino de arriba abajo, mientras Liv disminuía su tono de voz, reduciendo su terrible chillido, en pequeños sollozos, apenas con unas cuantas lágrimas sobre sus mejillas sonrojadas.

Y después de una minuciosa indagación en sus labios, dedujo que solo tenía un corte en el labio inferior, seguramente se había mordido cuando cayó. Aunque sinceramente a Jack le pareció exagerado el hecho de que gritara de esa forma…pero bueno, así eran los niños.

-ven iremos a que te curen, ¿vale?- dijo dedicándole una pequeña sonrisa, mientras se ponía de pie a la vez que cargaba a la pequeña en brazos-y para la otra, no hagas eso, me asustaste

-está bien- murmuro mientras limpiaba con la manga de su vestido, las pocas lagrimas que aún quedaban en sus ojos.

Ambos salieron de la habitación, Jack aun en pijama, importándole poco o nada, cada vez que un sirviente del castillo lo miraba. Caminaron entre los largos pasillos del palacio, buscando al rey, sin tener gran éxito, hasta que lograron llegar a una sala vacía, generalmente usada como recepción. Ahí, vieron como  una joven mujer se acercaba a ellos, a paso apresurado y bastante alterada.

-¡princesa!, ahí está, me tenía muy angustiada- hablo la mujer, mientras estiraba sus brazos, logrando que la pequeña soltara su agarre en Jack para intentar alcanzar a aquella dama.

-¿Quién es usted?- indago, quería estar seguro antes de entregar a la pequeña

-¡oh!, majestad, mis más sinceras disculpas- dijo la mujer, mientras hacia una pequeña reverencia- mi nombre es Wendy Darling, soy la nodriza de la princesa.

-pero ella ya no es lactante…-dijo con duda, mientras entregaba a la pequeña castaña. Sin embargo la hermosa mujer de cabellos rubios solo emitió una pequeña risa, debido a la expresión de confusión en el príncipe.

-no, no lo es, sin embargo, desde su nacimiento yo la amamante…- la mujer hizo una pequeña pausa, debatiéndose mentalmente si sería prudente mencionar a la antigua princesa de las nieves-incluso después de lo sucedido con la princesa Elsa, su majestad, el rey, me pido que permaneciera con la princesa, como su nana y tutora.

-ya veo…- menciono sin más, analizando a aquella mujer; Era joven, seguro no pasaba de los 30, su cabello era rubio cenizo recogido de forma sencilla y sus ojos de un tono azul cielo, de piel clara y una sonrisa amable, portando con gracia un humilde vestido azul. Nadie podía negar que era hermosa.

-si me permite, debo curara el labio de la princesa- hablo, logrando sacar a Jack de sus pensamientos. Incluso se podría decir que sorprendió al joven, pues ella se dio cuanta más rápido del pequeño corte en el labio de la menor.

-si, adelante- menciono, apartándose un poco para darle paso a la salida…hasta que recordó algo-espera- sujeto el brazo de la mujer impidiendo que se marchara- ¿Dónde está Hipo?- pregunto sin formalidades, no tenía porque ¿o sí?, él también era parte de la realeza de Arendelle

-me parece que su majestad, estaba en el puerto, despidiendo al último barco que nos visitó-

-¡¿Qué?!- grito, logrando un pequeño salto en la más joven, quien luego comenzó a reír al ver a Jack tan alterado- ¿Cómo que el ultimo?, ¡es muy temprano!- y ante lo dicho, ambas mujeres, lo miraron como si le hubiese crecido otra cabeza

-odio contradecirle, majestad, pero ya son cerca de las 3 de la tarde- y entonces Jack solo abrió los ojos a mas no poder, para luego correr hasta la ventana más cercana y mirar por ella, comprobando que el sol, ya estaba justo sobre el reino, indicando lo obvio: era tarde.

-¿tanto dormí?- pregunto para sí mismo, pues le resultaba sumamente raro, casi siempre era de los primeros en levantarse. Su cabeza era un lio…hasta que recordó la noche anterior, ¡Ah!, ahora todo tenía sentido. Pues el rey lo mantuvo despierto hasta altas horas de la madrugada.

-si no necesita nada más, nos retiramos- y como último le dedico una sonrisa dulce, para así salir de la sala

 

---

Su mejillas comenzaban a doler, ¿Quién diría que sonreír en exceso es malo?, bueno pues ahora podía comprobarlo, estaba cansado, no había dormido más de 3 horas, no había probado bocado en todo el día y encima, sus obligaciones no se hacían esperar. Empezando por Berk, ya que al parecer en la ausencia de Valka, los dragones más joven hicieron de las suyas, incendiando más de una casa y robando más de una oveja.

Y al regresar a eso la una de la tarde, se le informo que debía despedir a todos sus invitados, lo que implicó una ducha rápida y un cambio de imagen radical, para llegar volando en Chimuelo- quien estaba de pésimo humor, pues tampoco había comido nada en todo el día- hasta el embarcadero. Y así estar casi dos horas bajo el sol agobiante, sonriendo y agradeciendo la visita.

-¿ese fue el último?- pregunto, para luego posar su mano sobre su boca y emitir un pequeño bostezo

-así parece, majestad- respondió uno de sus subordinados, cabe mencionar que incluso los sirvientes podían ver el agotamiento en su rey, y eso era raro, pues generalmente era casi imposible verlo sin energía.

-bien, ¿Qué sigue en la lista?- pregunto, mientras comenzaba a caminar en dirección al palacio… ¿y porque no se subía en Chimuelo?, simple, el malhumorado dragón lo había abandonado, ya que no logro soportar más su estómago rugiendo, exigiendo unos cuantos kilos de pescado, y por eso dejo a su humano, sabiendo que estaba a salvo.

-vera al parlamento, pero será dentro de tres horas…tal vez pueda descansar un poco antes de reunirse con ellos- menciono el hombre, mientras seguía al rey, al igual que un par de guardias- ¿no desea esperar hasta que llegue el carruaje?

-no, así está bien- sonrió, tratando de convencerse así mismo, pues lo reconocía, los pequeños Nader Mortífero con los que tuvo que lidiar, lo agotaron, pero el castillo no estaba lejos y creía que podría llegar más rápido caminando que esperar al carruaje .

Así siguieron su camino, Hipo saludaba cortes a las personas con las que se encontraba, más de uno felicitando su reciente coronación…hasta que.

-¡Hipo!- una juguetona voz, fue lo último que escucho, antes de caer al suelo con un peso extra, incluso el par de guardias se pusieron en alerta, desenfundando sus espadas y apuntando a la persona que estaba sobre su rey, hasta que notaron la manta de cabellos blancos. -¡cabeza hueca!, ¿Por qué no me despertaste?

-¿Qué?- descolocado y con ayuda de su subordinado, se sentó sobre el suelo, aun con una persona sentada sobre él, logrando sonrojarlo, al ver los hermosos ojos zafiro, los cuales sobresalían en el fino rostro.

-¿y porque traes esas ropas?- pregunto el muchacho, mientras tomaba entre sus manos las mangas de la chaqueta blanca y tiraba de la tela, como si estuviera analizándola- no te sienta- vale, que a Hipo le quedaba bastante bien la ropa de rey, pero Jack se había dado cuenta de que no reflejaban su personalidad, en cambio su ropa vikinga, sí que lo describía a la perfección.

-Jack, quítate- murmuro, al notar como más de una persona, incluyendo a su escolta, los miraban extrañados y un poco divertidos.

-vale, vale- hablo el más joven, para así ponerse de pie y ofrecer ayuda al rey, quien no dudo en tomar la pálida y fría mano.

-¿Qué haces aquí Jack?- retomo su andar, siendo seguido por su escolta, mientras que Jack lo miraba con el ceño fruncido ¿acaso no lo recordaba?

-¿no lo recuerdas, torpe?- y ante el insulto, un pequeño gesto de disgusto se formó en las facciones del castaño

-no- dijo sin más, provocando un suspiro cansado por parte del albino. Pues bien Hipo recordaba que a noche se la paso de maravilla, con aquel de mirada celeste, pero no entendía por qué el muchacho estaba tan ansioso.

-¡Ah!...eres imposible, prometiste llevarme a ver a los dragones- entonces Hipo sintió un balde de agua fría caer sobre él

-lo siento, lo olvide, ya he regresado de Berk- murmuro apenado, mientras rascaba su mejilla, tratando de evitar la penetrante mirada celeste

-¡nada de eso, ahora me llevas!-

-lo siento Jack, pero debo hacer otras cosas

-como dormir- menciono el sirviente, interrumpiendo la plática, ganándose una mala mirada del castaño

-¿dormir?, ¿enserio?- hablo el albino, con la expresión en blanco, esa era una excusa bastante torpe

-no tienes derecho a reclamar nada, tú tienes la culpa de que este tan cansado-

-¿yo?, tú eras el que exigía una y otra vez que continuara-

Y ninguno se dio cuenta de que los otros tres hombres, se detuvieron en seco, mirando cómo tanto el rey como el príncipe se detenían frente a ellos, mirándose de forma desafiante

-pero porque a ti te gustaba-

-ahora resulta que como quería ayudarte a relajarte, yo tengo la culpa-

Ahora los tres hombres se sentían incomodos, sintiendo sus mejillas arder

-si, además fuiste muy brusco, me duele todo el cuerpo

-pues tu no fuiste un gatito durmiendo… ¡eres bastante rudo cuando quieres!-

Y ellos seguían mirando en silencio, ahora con una gota de sudor bajando por su nuca

-pues…pues…pues, ¡tú me arañaste!

-¡eso fue sin querer!, ¿crees que al momento me preocupe por eso?

-¡deberías!, ¡no vuelvo a pasar la noche contigo!

- ¡ja!, ya te veré al rato, pidiendo que valla contigo, ¡acéptalo, te la pasaste genial!

-¡Ah!, vale, tú ganas, pero aun así, es tu culpa, ¿Cómo es que aguantas tanto?

-practica, querido, practica- y con ello, el albino emitió una pequeña risa

-¿m-majestad?- ambos miembros de la realeza, voltearon, para encontrarse con un trio de hombres completamente colorados, mirando estupefactos al para que no entendía su reacción

-¿qué sucede?- se animó a preguntar Hipo

-no es bien visto que el rey hable en público, sobre su intimidad- dijo agachando la mirada

-¿intimidad?- preguntaron al unisón el par de jóvenes…!Oh demonios!

-¡no hablábamos de eso!- el primero en reaccionar había sido Hipo, quien con los colores en el rostro, solo atino a gritar, mientras que Jack se hecho a reír

-¿Quién diría que tienen la mente tan sucia?-

-no es divertido- advirtió el castaño

Iniciando así, una nueva disputa entre ambos miembros de la realeza, ignorando por completo a los otros tres, quienes se morían de vergüenza al pensar mal de su rey….Aunque permanecía la duda de que es lo que había causado el desvelo del castaño.

Además… ¿Cómo es que el rey se volvió tan íntimo del príncipe de la noche a la mañana?

 

---

-Su alteza real, el rey Hipo de Arendelle- hablo con voz fuerte y firme el guardia, presentando así, al castaño ante el parlamento

-majestad- dijeron los ocho hombres al unisón, a la par de que se levantaban de sus asientos y hacían una reverencia.

 Mientras que Hipo solo inclino un poco su cabeza, dando a entender que podían tomar asiento y así lo hicieron. Y al ver que ya todo el parlamento tomaba asiento, él lo hizo de igual forma, frente a ellos en una cabina que sobre salía de las demás, siendo esta la más alta.

- Primero que nada, nuestras más gratas felicitaciones, majestad, todos aquí sabemos que será un rey esplendido- hablo un hombre de avanzada edad, con el cabello ya pigmentado en canas, los ojos cansados color marrón, la piel arrugada y ligeramente tostada, el más anciano, por lo que sabía Hipo.

-gracias…pero se bien, que felicitarme no es la razón de su visita, así que por favor sean directos- hablo con voz y mirada firme, pero a la vez benevolente. Ese era un truco que aprendió de Elsa, pues debía dejar en claro que él era el rey, nadie debía oponerse a su mandato, pero tampoco podía quedar como un dictador.

-está en lo correcto, majestad- fue el turno de tomar palabra, de un hombre robusto, con el cabello negro, ojos grisáceos y piel clara.-la razón por la que hemos solicitado es la siguiente- termino, mientras dirigía su mirada a otro hombre; el más joven entre el parlamento.

-mi señor, tanto usted como nosotros, sabemos que no importa que tan fiero sea un guerrero o que tan sabio sea un rey, usted no puede llevar la carga de dos reinos separados por el mar, dos reinos completamente distintos en cultura y tradición…nosotros no sabemos cómo se administre Berk, pero aquí, nos regimos por un señorío, eso implica un rey y una reina, tenemos al rey, pero…-

 Guardo silencio el hombre, al detectar la penetrante mirada esmeralda, sin lograr identificar los sentimientos en ella, pero algo estaba seguro, Hipo había entendido el mensaje.

-lo que queremos decir, es que muchas damas de la aristocracia se ven fuertemente atraídas hacia usted y sería una descortesía y desperdicio no aprovechar eso…tomando en cuenta a la pequeña Liv- agrego, al notar como el castaño fruncía el ceño, pues Hipo siempre demostró abiertamente su desagrado a las relaciones por conveniencia.

-Por lo que entiendo, ustedes proponen un compromiso- hablo de forma un poco cortante, vale, Hipo era pacifico, casi siempre dispuesto a escuchar, pero esta vez estaba irritado.

Aún no había logrado dormir por haber estado jugando con Liv, Jack y Chimuelo, incluso tuvo que salvar a Jack de ser devorado por el dragón, después de que el joven congelara la cola del reptil. Sumándole a ello, el hecho de que hablaban de un tema bastante complicado para él.

-así es señor- comento el más anciano

-bien…ya los escuche, ahora escúchenme a mi…- dijo mientras se ponía de pie- sus argumentos carecen de sentido, Arendelle no siempre ha tenido un rey y una reina, este reino ha sabido sobrevivir en otras ocasiones, con solo un rey, o bien, con solo una reina.

>>Segundo; Berk no necesita que alguien lo gobierne, solo necesita a alguien que oriente a sus habitantes, es por eso que soy capaz de dirigir ambos archipiélagos.

>>Y finalmente, Liv ha vivido dos años sin una figura materna,  entiendo su preocupación, debido a que ella es muy inquieta, pero tengan por seguro que la princesa, tiene buena influencia femenina, empezando por su nana, también está la princesa Anna, incluso Astrid ha sido gran apoyo para Liv.-

Finalizo, mirando al parlamento, esperando a que alguien rebatiera su comentario.

-tiene razón, majestad…pero, ¿usted conoce al clan Dunbroch?- Hipo solo asintió ligeramente- entonces sabrá que nuestra relación con ellos no es muy estrecha, pero deseamos cambiar eso, una alianza con el clan Dunbroch, seria en demasía beneficioso, sus guerreros son fuertes, sus tierras fértiles, y tienen gran sabiduría en cuanto a magia.

-mi pueblo natal, jamás se llevó bien con ellos, dudo que el clan Dunbroch desee una alianza.-

-majestad, la tradición de los Dunbroch, dicta, que cualquier guerrero, hijo primogénito y heredero al trono de uno de los diferentes reinos, puede competir por la mano de la princesa, y para nuestra suerte, la princesa ha entrado en edad casadera y usted siendo soltero, cubre cada uno de los requisitos para competir.-

Y entonces Hipo no oculto su molestia.

-Mi soltería, es asunto mío, si desean una alianza, yo mismo iré como embajador, pidiendo audiencia con el rey y la reina. Creo que ya han comprobado mi capacidad para persuadir a la gente, ¿o me equivoco?.

-no, majestad- hablo el parlamento al unisón

-entonces, si no hay más que decir…- y con un pequeño ademan, les indico a los hombres que podían retirarse

 

---

Estaba que no cabía de asombro, realmente estaba sorprendido, pues él había creído que el castaño era el típico rey que se regía por órdenes del parlamento, pero ahora comprobaba todo lo contrario.

-Jack, me aplastas- murmuro la pequeña, saliendo por debajo de Jack

-lo siento- devolvió con una sonrisa. A la vez que se movía un poco para dar espacio a la niña

-hay que salir de aquí, papá ya se va-

Y con esas últimas palabras, Jack asintió, para luego cerrar la pequeña ventanilla por donde habían observado la reunión, que supuestamente solo el rey podía escuchar, pero bueno, Liv y él, rompían con todo regla.

Ambos se escabulleron entre aquel pequeño pasillo, para Liv no era un problema, pero para Jack, el estrecho corredor era un problema. Y cuando por fin ambos quedaron fuera, Jack jalo una lámpara de pared y el pasadizo se cerró.

-¿majestades?- demonios…

Ambos miraron en dirección a aquella voz, topándose de inmediato con todo el parlamento viéndoles de manera interrogante

-¡hola!, cuanto tiempo sin verles…-hablo Jack con una pequeña sonrisa, y un nerviosismo creciente en su ser, si el parlamento se enteraba de que estuvieron espiando, les iría mal, muy mal.

-¿Qué hacen aquí?, tan cerca de la sala de reunión- demando saber de inmediato el más anciano entre todos

-pues vera…-

-yo los cite aquí- La voz de Hipo se hizo presente, calmada pero con un toque frio

-exacto- finalizo Jack, cargando a la pequeña y posarse detrás del castaño, había aprendido un pequeño truco: Hipo manejaba muy bien al congreso.

-si es así…nos retiramos majestad-

Y con lo último, los hombres caminaron directo a la salida del palacio, donde ya los aguardaban sus respectivos carruajes.

-Liv, ya te he dicho, que no espíes las reuniones- tanto Jack como la pequeña castaña, se tensaron al escuchar al rey hablar ¿lo sabía?- y tu Jack,  en lugar de que le des buen ejemplo la ínsitas al desastre- sí, si lo sabia

-lo siento- aunque lo decía de dientes para afuera, eso lo comprobó sus risilla traviesa- pero teníamos curiosidad

Y antes de que Hipo pudiera hablar, una voz inocente y esperanzada interrumpió

-papá, ¿te casaras con la princesa Du…Duntro?-

Ambos varones miraron a la pequeña que se aferraba a la playera del albino, ambos ignoraron el hecho de que pronuncio mal el apellido de la princesa. Solo concentrándose en los ojitos esmeraldas que veían al castaño con ensoñación, incluso una sonrisa inocente y pura se formaba en sus labios, parecía una alegría creciente en su pequeño ser.

Tal vez Liv si añoraba una madre…

Notas finales:

Si ya se, me encanta el drama, mil y un misterios y problemas en mis historias xD

Y yo sé que se están preguntando ¿Qué hicieron en la noche? Pues, eso se los diré en los próximos capítulos.

Por cierto la nana de Liv es la chica que sale en Peter Pan, ¿y porque?, no sé, me pareció la más calificada

Y…ya me voy porque tengo sueñito :S

bye bye~ 


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