¿Quién le hubiese dicho a su padre que no era como él creía? Muy seguramente habría mandado a la mierda a cualquiera que le dijese que el capitán Rogers había estado casado con un hombre y que él era el fruto de ese amor.
—¡Steve! Deja que el niño abra las alas. Que tú ahora seas un amargado no significa que tengas que amargarle… —Aramis escuchó un golpe, seguramente el puño de su padre contra la mesa de centro.
—¿Y si haces como durante los últimos trece años y te olvida de que existe?
¿Qué era peor? ¿Qué tu padre no te dejase disfrutar de lo que más te gustaba o que tu recién descubierto nuevo padre hubiese pasado de ti durante trece años? Um… Combo peligroso… Entonces el rubio decidió dejar de espiarles, no estaba bien, además tenía MUCHAS cosas que buscar en internet, para empezar necesitaba saber si había algo sobre ese tal Athos y el divorcio de sus padres. ¿A él también le habrían ocultado toda aquella historia? Se pasó las manos por los ojos, sacó el ordenador de su funda.
Bien, ¿cómo demonios buscas a tu hermano hijo de dos superhéroes en internet? Esa era la parte más divertida ¿”Ayuda, mis padres que resulta que son Capitán América y Iron Man nos han separado a mi hermano y a mí, solo sé que se llama Athos”? No, así no encontraría nada… ¿”Supuestos hijos de superhéroes”? No, así tampoco… Entonces se le encendió la bombilla, ¿y si buscaba “Hijo de Tony Stark”? Le faltó tiempo para buscar aquello en google y ¡bingo! Así supo que su hermano tenía un año menos que él y que se llamaba “Athos Grant Stark”, bien, ahora solo le quedaba contactar con él y quizá reunir a sus padres de nuevo. Al menos a él le vendría genial, una mansión llena de tecnología con la que jugar y lo mejor de todo eso una posible paga millonaria, ¿dónde debía firmar?
Se preguntaba cómo irían las negociaciones entre sus padres, pero prefirió no intervenir, mejor quedarse lejos cuando su padre estaba peleando con alguien, más cuando esa persona parecía ser su ex-pareja. Cogió el teléfono para llamar a uno de sus amigos, uno que podría conseguirle toda la información disponible sobre su supuesto hermano. Marcó el número y esperó pacientemente a que diese señal, una vez tuvo a su amigo al otro lado de la línea le pidió la información, le costaría quedarse sin almuerzo los tres siguientes días, no había problema, podría robarle la mitad a Johnny o a Peter si ponía cara de bueno. En un e-mail su amigo le mandó toda la información que pudo conseguir, su instituto, su fecha de nacimiento, su cuenta de twitter, la de instagram, su Facebook…. Vamos, todo lo que se podía averiguar por internet.
Al día siguiente planeaba escaparse a última hora y presentarse en la escuela de su hermano para contarle aquella verdad que acababa de descubrir, aunque lo cierto era que aún estaba bastante impresionado por todo lo que estaba ocurriendo. Se acercó de nuevo a la puerta para saber si seguían discutiendo sobre su información, pero solo escuchó un extraño silencio, ¿qué estarían haciendo esos dos? Bah, le importaba poco. “Si Aramis se entera de esto puedo asegurarte de que no dejará títere con cabeza” le escuchó decir a Steve.
—Que bien me conoces, papá… —murmuró el adolescente mientras organizaba su agenda para cumplir un nuevo compromiso.
Tony dijo algo que el chico no llegó a entender, entonces escuchó cómo su padre le gritaba que volviese, ¿habrían aclarado el tema de sus estudios? Se puso en pie y se arregló un poco la ropa antes de abrir la puerta y entrar de nuevo en el salón, los dos hombres estaban sentados en el sofá. Se tomó las manos por la espalda mientras miraba a aquellos dos hombres.
—El señor Stark se ofrece a darte una beca para que estudies en la academia de robótica del centro… ¿Quieres estudiar allí?
Según recordaba allí era donde estudiaba su supuesto hermano pequeño, lo que significaba poder hacerse amigo suyo y quizá lograr acercarse más a su padre. Una ligera sonrisa ladeada asomó por sus labios y su mirada azul pasó por los dos hombres antes de responder.
—¿Estás de coña? Llevo toda mi maldita vida esperando ir a un lugar donde la gente hable mi idioma y no me miren como un bicho raro cada vez que se me ocurre hablar sobre robótica, ¿sabes?
Tony sonrió del mismo modo que el muchacho mientras Steve plasmaba en su cara una mueca de fastidio, le hubiese encantado que Aramis fuese bueno en los deportes o en los idiomas, así no tendría que volver a encontrarse con su ex-marido. Suspiró y miró al multimillonario que parecía realmente contento de haber “ganado” aquella especie de pelea.
—Yo mismo me encargaré de supervisar tus trabajos y eres bienvenido en mi torre cuando quieras, quizá podrías ayudarme con mi armadura —Y le guiñó un ojos.
Aramis no podía creerlo, si Tony era tan maravilloso, ¿por qué narices su padre se había atrevido a separarse de él? ¿Acaso era imbécil? El suero del supersoldado debió dejarlo en condiciones psíquicas lamentables, al parecer. Se acercó a Tony para estrecharle la mano, pero éste tras estrechársela le dio un abrazo.
Después de aquel encuentro padre e hijo volvieron a quedarse a solas en el apartamento, el primero estaba algo disgustado, una parte de sí quería que su hijo siguiese a su lado y que no se dejase embaucar por Tony, aunque bien sabía que el chico era impresionable. El segundo por su parte estaba que no cabía en sí de gozo, se dirigió a su habitación, entonces escuchó la voz de su padre, sonaba extraña, como si estuviese angustiado o apenado.
—He hecho la compra… Te he traído esos cereales que te gustan, ya sabes, esos que llevan chocolate por dentro…
Aramis se volteó, hacía muchos años que no tomaba eso, quizá desde los once años, pero apreció el esfuerzo de su padre. No quería que se sintiese mal aunque hubiese tomado malas decisiones. Se acercó a él y le abrazó con una sonrisa.
—Muchas gracias, papá —susurró con la cara apoyada en su pecho, aún no era tan alto como él—. Eres el mejor padre que podría desear —dijo por reconfortarle.
Entonces se fue a su habitación e informó a sus amigos que había conseguido una beca de Tony Stark para empezar a estudiar robótica. De momento guardaría el secreto de que él era su padre, primero quería conocer a su hermano y tramar con él un plan para reunir a los dos cabezotas que tenían por padres.
Al día siguiente se despertó al sonar el despertador, valga la redundancia. El buenos días, los pasos… Se levantó de la cama y salió de su habitación para ir a ducharse, en aquel momento lo olió, ¿su padre le había preparado el desayuno? Siguió a su olfato hasta la cocina y vio en la mesa una taza de chocolate caliente, tortitas con sirope de chocolate y zumo de naranja. Se relamió y dejó la ducha para después.
—Buenos días —dijo amablemente su padre con una sonrisa.
Vaya, vaya, al parecer estaban peleando por su amor, lo que significaba que podía sacar cosas muy buenas de esa situación, empezando por desayunos caseros y acabando por regalos robóticos superguays o ver la armadura de Iron Man en vivo y en directo.
—Buenos días —se metió un trozo de tortita en la boca antes de decir “papá”, así que seguramente ni siquiera entendió lo que había dicho su hijo, pero no le importaba.
Aquel era el día más importante de su vida y poco le iban a importar los modales en la mesa, más bien le interesaba pensar un plan para que no notasen su ausencia a última hora e ir a conocer a su hermano sin que nadie le pillase.