Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¡Todos contra Haizaki! por Momoka Black

[Reviews - 14]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

One-shot regalo a mis fans. ¡Feliz navidad!

Kuroko no baqsket no me pertenece, los creditos son de su autor.

Notas del capitulo:

¡Felices fiestas! ¡Feliz navidad!

 

Era una tarde demasiado calurosa en Japón, específicamente en las calles de Tokio donde por las mismas se paseaba Haizaki Shougo como todo un gamberro altanero y prepotente. Este mocoso con aires de grandeza y con el genio de los mil diablos se divertía a lo lindo molestando a los demás, deleitándose por el sufrimiento ajeno y oprimiendo al más débil para satisfacer sus bajos instintos.

Caminaba por las calles recordando todo lo que había hecho en el último mes y saboreando de los buenos recuerdos que circulaban por su retorcida mente. Especialmente en lo que a intereses amorosos se refiere: sus presas fueron a como él deseaba pero no se rendiría. Le encantaban las que se resistían a su sumisión. En especial los bonitos de cabello negro.

—Me pregunto qué haré hoy, esas mocosas tontas no me divirtieron.- se preguntó rascándose la cabeza y pateando una lata que estaba por la calle-¡Ya sé! Iré a patear traseros en las canchas de basket. Iré a ver si está ese tonto de Tetsuya.

Se rió mofándose y yendo de todas maneras hacia los mencionados lugares donde los encontró demasiado vacíos.

—Hmp, ¿Dónde estarán esos imbéciles?- masculló y luego notó algo brillante en el suelo: sus ojos se encendieron y rápidamente corrió a ver que era. Se encontró con un papel de letras doradas que decía su nombre y que tendría una muy agradable sorpresa a las doce en punto.

Socarronamente sonrió sentándose en una de las bancas que estaban cercanas al lugar y espero pacientemente, cualidad no dada en él, para ver cuál era la sorpresa que le esperaba.

Un minuto.

Dos minutos.

Tres minutos.

Las doce en punto fueron.

Y su sorpresa aun no llegaba.

Bufando se levantó y comenzó a despotricar contra todo ser inerte que se encontraba alrededor. Estaba molesto, muy molesto. Como no estarlo: le tomaron el pelo.

—¡¡¿Dónde demonios está mi sorpresa?!!

—Aquí.

En menos de dos segundos, todo su mundo se volvió negro.

 

Un tic tac resonando en el lugar al igual que un pequeño dolor de cabeza le hicieron abrir los ojos. Un momento, no estaba en el parque ni sus alrededores: el lugar era una bodega algo oscura y únicamente se veía el alumbrado por una luz del techo, estaba en una silla atado de pies y manos con unas cuerdas y no veía a nadie en el lugar. ¡¿Dónde demonios estaba?! Pero más importante… ¡¿Quién demonios le hizo esto?!

—¡Malditos! ¡Quien haya sido me las pagará!

—Vaya, veo que sigues siendo tan bastardo como siempre.

Una ronca voz se dejó oír en el ambiente y Haizaki prestó atención a la misma: se le hacía conocida y sospechosamente familiar. Fijo su mirada y pronto ante sus ojos estuvo un moreno peliazul con una cara de malaleche: Aomine Daiki, el as de la Kiseki no Sedai.

—Aomine, ¿Quién lo diría? Debí sospecharlo desde que pasó lo de Ryouta. No sabía que tenías las agallas para enfrentarme tu solo.- se rió Haizaki socarronamente mientras trataba de liberarse- Ahora suéltame, maldito, para que pueda darte tu merecido.

—Eso no será posible, Shougo, me temo que tendrás que quedarte un tiempo aquí.- la siseante voz y pronto unos ojos heterocromaticos aparecieron entre las sombras-Hay unas cuantas cosas que tenemos que decirte.

Ante sus ojos aparecieron Akashi Seijuuro, Midorima Shintarou, Murasakibara Atsushi, Kagami Taiga, Hyuga Junpei, Kasamatsu Yukio, Kiyoshi Teppei, Nebuya Eikichi, Hayama Kotaro, Imayoshi Shoichi ¡Hasta el ex entrenador de Seirin, Aida Kagetora! Pero quien más le aterraba era el último miembro: su ex capitán de Teiko, Nijimura Shuuzou. Todos ellos le veían con ansias homicidas y a punto de descuartizarlo.

—Oh vaya, miren como tiemblo: La Kiseki no Sedai y sus tontos secuaces.

—Deberías temblar, estúpido de mierda- siseó Kotaro a punto de lanzársele pero Nebuya le detuvo.

—Calma, Kotaro, deja que Akashi dé las órdenes.

—¡¿Qué mierda significa esto?! ¡¿Qué es lo que planean?!- bramó Haizaki molesto y enfadado por la situación.

—Verás, Shougo, te hemos traído aquí por motivos que a todos nos interesan y que nos unen perfectamente.- los ojos de Akashi se tornaron aterradores- Te has metido con nuestras respectivas parejas, de alguna manera y eso es algo que no podemos permitir.

—¿De qué estás hablando, loco? ¡¿Cómo demonios me metí con sus parejas?!- chilló Haizaki removiéndose- ¡Eso es una mentira!

—¡Me estás llamando mentiroso!- el primero en arremeter contra él fue Kagami, quien lo agarró por las solapas de su chaqueta con tal fuerza que lo levantó con todo y silla- ¡¿Acaso no andabas molestando a Kuroko hace casi cuatro semanas, imbécil?! ¡Te atreviste a golpear a Kuroko, jodido gamberro de mierda!

—Pero eso fue…

Haizaki recordó lo que el otro había mencionado: por esas fechas mencionadas, Haizaki andaba por las calles cerca de Seirin cuando vió a Kuroko llevar unas cuantas bolsas llenas de aperitivos. Tenía hambre y Kuroko con mucha comida fue una oportunidad que no pudo desperdiciar. Así que, como todo vil maleante, atacó a su ex compañero para quitarle la comida y de paso joderle la existencia. El pequeño se resistió y el otro le arreó un golpe en la cara que lo dejó noqueado. Iba  a agarrar el contenido de una de las bolsas del peliazul cuando su mano fue mordida por una inesperada bola de pelos. Haizaki huyó, con un poco de comida dejando atrás al chico tirado y al perro ladrándole.

—¿Vienes a defender a tu damisela, Taiga? Sabía que el tonto de Tetsuya no podía siquiera…-un puñetazo lo silenció y fue tan fuerte que le dio una vuelta completa con todo y silla quedando en la misma posición.

—Cuidado con como hablas de MI novio, Haizaki.- Kagami sonrió con malicia- Además, un pequeño amigo vino a hacerte pagar.

—¿No me digas que tu algodón de azúcar vino?- rió adolorido por el golpe pero lo único que escuchó antes de verse tirado fue unos bramidos rabiosos y pronto estuvo en el suelo con los dientes pelados de un enorme perro, sobre él,  en su rostro a punto de morderlo. Recordó a ese perro: era la asquerosa bola de pelos que lo había mordido.

—No, Nigou viene a cobrar venganza por lo que le hiciste a su amo.

—Tranquilo, Bakagami, déjanos algo a nosotros.- Aomine lo tomó del brazo y lo puso detrás de él.- Déjalo, Nigou, no comas porquerías: Tetsu matará a Bakagami si te llegas a enfermar- Dio un silbido y Nigou se fue para atrás justo al lado de Akashi- Ahora sigo yo: sempai ayúdeme.

—Como digas, Aomine- junto a él Kasamatsu se fue arremangando sus mangas y Haizaki se puso a pensar.

—Espera, Aomine, ¿Sigues molesto porque lastimé a la rubia de Kise en los partidos de la Winter Cup?- se carcajeó y no pudo seguir porque Aomine le dio un golpe que lo dejó sin aliento.

—¿Tu qué crees, estúpido? ¿Qué iba a dejarte andar como si nada después de que lastimaste a Kise, idiota?- lo agarró por la ropa dándole un golpe en la cara- Por tu culpa Kise no pudo estar en una pasarela en Kyoto dañando así su imagen de modelo.

—Ash, ni que fuera para tanto- escupió sangre el otro y su vista reparó en Kasamatsu cambiando su mirada a una seductora- ¿Y tú, belleza? ¿Qué te trae por aquí?

—¡¿CÓMO TE ATREVES A LLAMARME ASÍ, HIJO DE #$%?!- Kasamatsu le arreó una patada que lo mandó a volar hasta estamparse contra la pared y destrozando así la silla. El furioso pelinegro corrió hasta él y pronto comenzó a golpearlo sin piedad- ¡¡DÉJAME PONERTE ALGO MUY EN CLARO, IMBÉCIL!! ¡¡LA ÚNICA PERSONA QUE PUEDE PONERLE UNA MANO ENCIMA A RYOUTA, APARTE DE AOMINE, SOY YO, PENDEJO!!

—Así me gustan, fieros- balbuceó el otro y pronto Kasamatsu lo volvió a patear y mandarlo a estamparse contra la otra pared.

—¡¡NI EN TUS SUEÑOS, PU$%&#!!

—Yukio-san, por favor, guarde la calma.- intervino Akashi acercándose a él ya que arecía un toro embravecido- Tendrá más tiempo para desquitarse.

—G-gracias Akashi…

—No agradezcas, estúpido, ahora sigo yo- calló el pelirrojo a Haizaki para después levantarlo de los pelos y mirarlo con furia.-Me las vas a pagar por meterte con mi novio.

—¿Qué? ¿Tú también? ¿Tienes novio?

—Sí, yo también. Verás, Shougo: hace exactamente tres semanas ibas caminando por el distrito de Shibuya y te topaste con Furihata Kouki  MI NOVIO,-de la nada le mostró una fotografía de un bonito y pequeño castaño al cual reconoció de inmediato- a quien le quitaste su billetera y le robaste su chaqueta que YO le regalé para que luego la vendieras por internet y así te compraras más videojuegos estúpidos.

—El muy idiota me tiró su gaseosa en mi chaqueta…

Tuvo que salir corriendo porque Akashi sacó unas tijeras y le correteó queriéndolo hacer tiras. Era veloz, el pequeño psicópata era muy veloz.

—¡¡VAS A APRENDER TU LUGAR, MALDITO!! ¡¡NADIE SE METE CON EL NOVIO DE AKASHI SEIJUURO Y VIVE PARA CONTARLO!!

—¡¡Detente, loco!! ¡Armas tanto por un enano!

—¡¡AHORA SI SACASTE BOLETO, IDIOTA!!

—Akashi, para- el pelirrojo se detuvo mirando al chico de lentes de Touou quien apareció detrás de Haizaki y lo levantó como si fuese un perrito- Ahora me toca ajustar cuentas con este tipo.

—Es todo tuyo, pero guarda algo para el final.

—¿Y tú quién eres, rarito de los lentes?- Haizaki tentaban mucho a su suerte, y lo que provocó que el mencionado le diera un golpe en la cara además de uno en las costillas.

—En primera soy tu sempai, mocoso impertinente.- le agarró de los pelos y le sonrió de manera psicópata- Lo otro, por las mismas fechas en que atacaste a Furihata-kun, también atacaste a mi novio- ahora le sacó una fotografía de otro castaño el cual era más tierno todavía que el anterior-Le atacaste mientras iba por el parque con una canasta de comida y luego lo arrojaste por unas escaleras.

Haizaki recordó de igual manera esa experiencia: una mañana, Haizaki andaba corriendo por el parque para calentar un poco antes de entrenar. No había comido antes de su casa y ahora tenía un hambre de los mil infiernos. De la nada le llegó un aroma exquisito a comida y lo olfateó hasta donde estaba: el delicioso aroma provenía de la canasta que un chico traía. Como hizo con Kuroko, atacó al chico y en el forcejeo el pequeño se resistió, cayó y rodó por olas escaleras. Haizaki se fue, como todo buen sinvergüenza, a su casa comiéndose uno de los bocadillos de la canasta.

—¿Qué? Eran unos buenos bocadillos y tenía hambre…

—¡¡Le rompiste un brazo, maldito!! ¡¡Por tu culpa no ha podido jugar al basket y ni nos ha podido hacer la comida!!

—¡¿Fue él?! ¡¿Por culpa de este imbécil es que Ryou no nos cocinará por dos meses?!- bramó Aomine viéndolo con rabia remangándose la playera y armándose con un bate- ¡¡Tú me las pagas, jodido muerto!!

—Espérense, chicos, Haizaki aún no sufre- el mencionado miró a Kagami muerto de miedo. Algo le decía que no iba a salir bien librado- Ahora siguen los que de verdad le tienen muchas ganas. ¿Quién inicia?

—Yo Kaga-chin, sigo yo- Haizaki tragó saliva al ver a Murasakibara alzarse en toda su estatura de titán y sin pensárselo dos veces, el grandote le dio con una vara en la cabeza-Te aplastaré, mugroso.

—¡¿Por qué diablos me golpeas, troll?!- Haizaki se sintió como Armin en Shingeki no Kyojin cuando Murasakibara pronto comenzó a darle carrera queriendo alcanzarlo y arrancarle la cabeza.

—¡¿Por qué?! ¡¿Todavía lo preguntas?!- logró alcanzarlo y luego lo agarró por el cuello- ¡¡Te atreviste a golpear a mi Muro-chin!! ¡¡Y luego casi te lo violas!!

—¡¿Quién jodidos es Muro-chin?!- gritó Haizaki y pronto Murasakibara encendió la mirada apretándole más el cuello. Akashi al ver tuvo que interceder.

—Yo te diré quién es “Muro-chin”: Se trata de Himuro Tatsuya, el otro as del equipo de basket de la preparatoria de Yosen.- de pronto apareció una pantalla, de quien sabe dónde fregados, y en su cubierta pronto apareció la imagen del dichoso Muro-chin.

—Ahh, esa fiera belleza.- tosió Haizaki riéndose y haciendo que el pelimorado apretara más su agarre-Tuve que domarlo a la fuerza, no se dejaba…

—¡¡Imbécil!! ¡¡Le rompiste dos costillas!!- gritó Kagami y luego Haizaki fue sacudido como muñeco de trapo por el gigante pelimorado- ¡¡Y luego lo golpeaste!!

—La única persona que puede ponerle un solo dedo encima a Muro-chin soy yo. Te voy a aplastar gusano- eso se lo recalcó el gigantón con tanta rabia que Haizaki casi se orina en sus pantalones. ¡¡Lo iba a matar!! ¡¡Y no solo él!! ¡¡Todavía quedaban más!!

—Murasakibara, no acapares a este insecto para ti solo- sintió escalofríos cuando Midorima se quitó las vendas de los dedos y se ajustó los lentes.-Me toca jugar a mi, ya que Oha Asa dice que hoy estoy en primer puesto de buena suerte.

En menos de lo que lo soltó el pelimorado, Midorima arremetió contra él queriendo darle con un garrote. Haizaki volvió a correr para salvar su vida y no morir a manos del furioso peliverde.

—¡¿Ahora que te hice?!

—¡¡No te hagas el imbécil, Haizaki!! ¡¡Andabas manoseando a mi novio!! ¡¡Te atreviste a espiarlo en los vestidores de Shutoku!!

—¡¡Estás loco!!- a cómo podía esquivaba los golpes que el otro le mandaba- ¡¡Ni siquiera sé quién es tu novio!!

—Para refrescarte la memoria, Shougo, este es su novio- de nueva cuenta Akashi intervino cambiando la imagen a una de un chico pelinegro de ojos azules y sonrisa bonita. Haizaki hizo memoria de esa belleza y pronto recordó…

Fue una mañana en la escuela de Shutoku que Haizaki tuvo que asistir para un partido contra la escuela anfitriona y la suya. La verdad no tenía muchas ganas de ir pero solamente para joder a Midorima. Mientras estaba en los vestidores, vio a un alegre pelinegro el cual tarareaba una canción mientras se cambiaba.

Haizaki tragó saliva viendo las contorneadas piernas del más pequeño y su delgada cintura, tanto que no se resistió y le llegó por detrás tomándolo de la codiciada cintura y apegándolo a él.

—Hola, bocadito…

—¡¡Waaaaaaa!! ¡¡Auxilio!! ¡¡Sempai!! ¡¡Hay un pervertido en el vestidor!!

Haizaki tuvo que huir para que el bonito bocadito, como le puso, no le viera el rostro. Escapó justo a tiempo cuando vio a otra persona llegar a los vestidores. Minutos más tarde, en las canchas lo vio y al peliverde no. Sonrió con maldad al ver que no estaba el tipo para fastidiarlo, pero si su bocadito para saborearlo…lástima que no pudo ya que en toda el partido, su bocadito fue celosamente custodiado por dos mastodontes y un sabroso rubio, quien le aventó unas piñas por andar echándole piropos.

—¿Ese sexy bocadito es tu novio? Pudiendo estar con alguien como yo…- sin embargo no pudo continuar ya que el otro le dio un garrotazo que lo hizo ver estrellitas.

—Ni en sueños estarás con MI novio, basura. Takao es solo mío.

—Déjame algo, Midorima, ahora es el turno de los sempais.- susurró Hyuga viéndose muy amenazante y tronándose los dedos.-Kotaro, Nebuya, agarren a este imbécil.

—E-espera, te juro que no m-me metí con tu novio- el pobre de Haizaki temblaba como gelatina cuando los dos anteriores lo agarraron-¡Te lo juro!

—No te creo, bastardo.- siseó el megane agarrándolo de las pocas greñas y fulminándolo con sus feroces ojos- Basura inmunda, rata poca cosa. Hasta aquí llegaste.

—¡Te joderán hasta la muerte, gamberro!- gritó de manera tenebrosa el grandote usándolo como papalote para luego aventarlo a una pared-¡Eso te pasa por meterte con Reo-nee!

—¡¿Ahora quien jodidos es Reo-nee?!- escupió el magullado gamberro viendo como uno de sus dientes caía.

—¡¡Él es Reo-nee!!- Kotaro le quitó el control a Akashi y ahora lo oprimió para mostrarle la imagen de un hermoso joven pelinegro de ojos violetas y dulce sonrisa. Fue que al verlo Haizaki recordó…

Hace unas dos semanas Haizaki caminaba en dirección a una cafetería para comprar unos bocadillos y un café. Esto porque debía hacer un trabajo muy importante y ninguno de los tontos de su escuela quiso hacerle el trabajo. Y más porque su sensei de matemáticas le dijo que si no hacia el trabajo lo iba a obligar a asistir a las clases en verano y Haizaki odiaba las clases de verano.

En sus refunfuñamientos no notó que en lugar de entrar a la cafetería entró a una florería y chocó con un chico haciendo que botase las flores que llevaba en la mano.

—¡Agh! ¡Ten más cuidado be…!- no pudo terminar su insulto al verlo: pelinegro, cuerpo divino, ojos preciosos y destilaba ternura por todos sus poros.-Belleza…♥¬♥

—Lo siento, iba un poco distraído. ¿En qué puedo ayudarle? ^u^

—*¬*- el otro bobo se sentía en el paraíso al escuchar su voz. ¡Un ángel! Y uno demasiado hermoso y delicado. Ya lo imaginaba gimiendo en sus brazos, pidiéndole más…

—Oh, claro que puedes ayudarme…tu y yo, en una cama, devorándote…

—Piérdete, cerdo, ni loco estaría contigo.- Reo dio media vuelta y se dispuso a marcharse pero no contó con que el otro lo apresaría fuertemente por la cintura y comenzara a manosearlo-S-suéltame…

—Tú serás mío, bombón, a las buenas o a las malas.

De la nada, sintió un fuerte golpe en su cabeza que lo hizo soltar a Reo. Chilló sobándose el chichón y luego se vio siendo correteado por una regordeta ancianita de lentes la cual traía en sus manos una escoba.

—¡¿Cómo te atreves a violarte a mi hermoso y dulce Reo?! ¡¡Pu%$# mocoso urgido!! ¡¡Deja que te agarre!! ¡¡Te bajaré la calentura a madrazos!!

 

—Esa mirada, esos ojos, esos lentes…-murmuró Haizaki al ver a Hyuga y no tardó en deducir- ¡E-Eres el nieto de esa loca anciana!

—¡Cállate, idiota!- Hyuga le dio un trancazo como solo él sabe- Mi dulce abuela ya te dio una paliza porque te querías violar a MI Reo, pero te salvaste de que viniera otra vez.

—¿Ya estiró la pata?

—¡No, tonto! ¡Se lastimó la espalda por darte tu merecido, baka!-Hyuga lo pateó haciéndolo volar por los cielos.

—Ouch, el sempai sí que tiene fuerza…- Haizaki no terminó de decirlo cuando estaba siendo levantado como un perrito por el ex entrenador de Seirin.- Le juro que no me metí con su hija…

—¡Pero si te metiste con mi esposo, mocoso!

De nueva cuenta, el pobre idiota voló por los aires y luego terminó sin dos dientes más producto de los golpes dados por el furioso hombre.

—¿Esposo? ¿S-Se casó? ¿No estaba con la madre de su hija?

—Tu si que eres un imbécil, Shougo- musitó Akashi, retomando el control, y cambiando la imagen de la pantalla mostrando a un apuesto pelinegro de ojos azules y piel tostada. En ese momento, Haizaki tuvo otro recuerdo…

Ese incidente pasó mientras acudía a la academia de Touou para uno de los juegos de práctica del torneo. Esta vez a su preparatoria le tocó asistir a la mencionada academia y al igual que con Midorima, buscaría a Aomine para joderle la existencia y hacerle pagar por los golpes que le dio en la copa de invierno.

Al llegar a la academia se puso a curiosear por el mencionado lugar y luego sus ojos captaron a cierto pelinegro de cabello sensual con una bata y entrando a un laboratorio. Haizaki, cual vil depredador, se dispuso a ir y perseguirlo por el lugar. Se escondió y lo vio quitándose la bata para luego ponerse un oscuro saco y sacar un peine para cepillar sus cabellos.

Haizaki, viendo su oportunidad, se acercó como león al acecho y antes de que pudiese poner una mano encima en el pelinegro, este le soltó semejante derechazo que lo hizo ver estrellitas y pajaritos.

—No tientes a tu suerte, mocoso, ve a que se te baje la calentura.

El sensei dejó ahí al otro todo mareado por el trancazo. Ya en el partido Haizaki no le quitaba la mirada de encima y por ello, ordenó a todos sus jugadores-en especial a Aomine- que les dieran una paliza literal. El juego acabó con el marcador 116-12 a favor de los furiosos de Touou.

 

—¿Qué podía hacer? El entrenador esta como quiere…

Haizaki era muy masoquista y muy estúpido, decir esas palabras delante del hombre que es pareja del que acaba de acosar era como echarle alcohol y gasolina a un incendio. Se salvó por los pelos cuando el mayor ya casi se le aventaba pero no contó con que otro le agarraría y le soltaría otro trancazo.

—¡¿Ahora tu porque me pegas?!

—Por meterte con MI Makoto.- ahora sí que sabía de quien se trataba. Tembló como gelatina al ver a Kiyoshi Teppei tronarse los dedos y mirarlo de manera sádica.

No había que ser un genio: era la misma expresión que tenía Hanamiya Makoto. Claro que conocía al mencionado: hace una semana, el mismo le había metido una verdadera paliza por quererse propasarse con él. Lo iba siguiendo por el parque cuando al momento de atacar el atacado fue él: el furioso pelinegro le dio tal paliza que le dejó los ojos de cotorra xD.

—Teppei, ahorita le das lo que se merece. Necesito darle el toque final al asunto.

Oh no, escuchó la voz que no quería escuchar nunca en su pobre y estúpida existencia.  Se puso más asustado que Kagami ante una horda de Nigous y peor que si estuviera viendo a la muñeca Anabelle. Quiso correr pero no pudo porque su horror más terrible, entiéndase por Nijimura Shuuzou, lo estaba agarrando de los pocos pelos que le quedaban y literalmente estaba barriendo el piso con el además de darle una buena tanda de puñetazos.

—Maldita escoria aborrecida, sucia rata de alcantarilla, jodido depravado de mierda. Puedo tolerar que te burles de mi, y que mi sufrimiento te cause gracia, pero hay algo que no puedo permitir.- le jaló hasta ponerlo cara a cara y fulminarlo con sus ojos de hielo- Y esa es que te hayas atrevido a posar tu mirada en mi novio. Tienes las suficientes pelotas para atreverte a tocarlo.

—¡J-jamás haría algo como eso! ¡N-ni siquiera sé quién es tu novio!

—Te refrescaré la memoria, estúpido bastardo, mi novio se llama Izuki Shun. Para que te ubiques más pronto-le dio dos golpezotes en la cabeza- mi novio es el armador del equipo de basket de la preparatoria de Seirin. Seijuuro, hazme el favor de poner la imagen de Shun, creo que este pobre idiota ya no tiene neuronas para recordar.

—Desde luego, Shuuzou.

Akashi puso la imagen del mencionado y fue cuando Haizaki rememoró el haber visto al bonito ángel en aquel onsen…

Curiosamente, hace unos días, Haizaki estaba en un onsen para destensarse y como no: buscar presas en dicho lugar para satisfacer sus muy bajo instintos. Él fue solo, ninguno de sus amigos lo quiso acompañar. “Cobardes y aguafiestas” los llamó. Se metió en las aguas termales y se relajó al instante. Buscó con su mirada a las posibles presas pero ninguna cumplia con su estereotipo: puros castaños y rubios, ninguno pelinegro.

Decidió moverse de lugar, yendo inmediatamente a las zonas privadas del onsen- a pesar de que sabía perfectamente que no debía ir- y encontró el lugar casi vacío. Gruñó molesto y ya se andaba saliendo cuando vio a alguien entrar a las aguas y fue que su vista se nubló.

Literalmente vió a un ángel, un ángel de delicados y cortos cabellos negros; piel fina y exquisitamente blanca y sedosa; ojos semi platinos con unas largas pestañas; cuerpo delicado y perfecto para él. Tragó saliva cuando vio a su proclamado ángel sumergirse un poco y salir del agua como si fuese una sensual sirena mostrando sus encantos.

“De aquí soy” se dijo a si mismo, y no se lo pensó dos veces cuando estuvo literalmente encima de él y queriendo quitarle la toalla diminuta que apenas le tapaba, y de paso manosearlo un poco.

—¡¿Q-Qué haces?! ¡Suéltame pervertido!

—Solo relájate, preciosidad, ya verás que lo vas a disfrutar.

En el forcejeo el pequeño pelinegro logró darle un golpe con la cabeza y salir corriendo lejos. Haizaki, después de que se le pasó el golpe, fue a buscarlo pero escuchó a lo lejos los sollozos y a su juicio escuchó como el pequeño le decía algo a su novio. ¡Rayos! Se dijo, y mejor se fue corriendo.

 

—Tuviste las agallas suficientes para hacerle eso a mi novio, idiota. Jugaste con fuego, y ahora te toca pagar las consecuencias.- la sonrisa macabra de Nijimura no le agradó para nada- Despídete de este mundo, basura.

—N-no sempai, l-les juro que no lo vuelvo a hacer- tartamudeó Haizaki muerto de miedo y viendo como los otros se agrupaban- se los juro…

—Demasiado tarde, Shougo, es hora de pagar.

—¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!

 

Haizaki se despertó de golpe notando que estaba en una habitación blanca, y no en esa oscura bodega. Notó que estaba lleno de vendas, parecía una momia. Sueros, aparatos, y no tenía varios dientes. Vaya que la paliza debió ser dura. Buscó aterrado con la mirada a los que lo agredieron y suspiró aliviado al no verlos cerca.

—Hola, hasta que despiertas.- vio a una alegre enfermera entrar con una tabla- Llevas varios días dormido, ¡Vaya tunda la que te dieron!

—¿Q-qué me pasó?

—Vaya que no te acuerdas: fuiste al zoológico de la ciudad y por accidente caíste en la zona de felinos, los cuales te atacaron. En tu escape, llegaste a la zona de gorilas, quienes no te dejaron sano, y para rematarla fuiste a parar a la zona de osos. Tienes buena suerte de tener amigos quienes se arriesgaron por ti para salvarte.

Haizaki rió internamente y de manera nerviosa, si esa pobre inocente supiera que sus amigos que lo trajeron al hospital eran los felinos, gorilas y osos que lo masacraron a golpes.

 

El pobre Haizaki salió del hospital después de unas tres semanas y con la angustia de toparse a los de la Kiseki no Sedai, si los veía no dudaría en correr. Iba caminando por la calle cuando en sus torpezas se tropezó y se cayó de bruces. Accidentalmente había golpeado a una persona.

—Auch, fíjate…

—Kise es mío, bastardo, mantente alejado.

Haizaki chirrió al escuchar la tenebrosa voz de Aomine y más cuando le vió. No perdió tiempo y corrió lejos para alejarse del moreno. Se refugió en un establecimiento, en un Maji Burger, y cayó de sentón en una de las sillas. El pobre estaba espantado.

—Estuvo cerca…

—Si quieres seguir vivo…

—Y no tener ni un hueso roto…

—No te acerques a Tetsuya/Makoto.

Vi con horror a Kagami y a Kiyoshi los cuales lo veían de manera tan terrible como si estuviesen en una película de terror. Haizaki volvió a escaparse del establecimiento como alma que lleva el diablo y alcanzó a llegar a un callejón donde un gato lo hizo chillar como niña.

—Jajaja, por fin tienes tu merecido mocoso…

—Eso te pasa por ser un don Juan…

—Así aprenderás a respetar lo que te es ajeno…

—Ni se te ocurra molestar a Ryou/Reo/Katt-chan.

Con otro grito, Haizaki salió espantado y huyendo del entrenador de Seirin y de los capitanes del equipo del mismo y de Touou. Vio el parque pensando en una posible salvación. Respiró tranquilo al no ver a nadie cerca ahí mismo.

—Ya viste lo que te pasó por andar de coqueto, nanodayo.

—Espero que esto te sirva de lección.

—Nunca vuelvas a acercarte a mi Takao/Muro-chin.

Era oficial: ya estaba loco. Ahora era el turno de Murasakibara y de Midorima de darle un sustito de muerte y hacerlo correr como gallina en fuga. Nunca en su vida había corrido tanto como ahora, y nunca le había tocado que le pusieran en  su lugar. Tal vez era que la vida le estaba enseñando que estaba metiendo la pata y bien gacho. Al terminar de correr se dio cuenta de que estaba en una calle totalmente desierta y pronto dos siluetas salieron de las sombras.

—Tus acciones te han llevado a este punto, Shougo, espero que con esto no vuelvas a cometer tus fechorías.

—Más te vale alejarte de Tokio, porque si te vuelvo a ver cerca de MI novio, desearás no haber nacido.

El pobre huyó entre gritos y tanto Akashi como Nijimura lo observaron con unas macabras sonrisas y pronto fueron acompañados por los otros restantes. Todos ellos estaban satisfechos porque sus planes resultaron exitosos y  se desahogaron sus frustraciones y deseos vengativos.

—Plan “Todos contra Haizaki” ha resultado todo un éxito.

—¿Saben qué? Esto me ha dado mucha hambre- bostezó Aomine recargándose en Kagami- Oe, Bakagami, vayamos a tu casa y haznos de comer.

—¿Me viste cara de chacha, Ahomine? No tengo ganas de cocinar, esto me ha dejado muerto de cansancio.- miró a los demás presentes- ¿Qué hacemos?

—Les propongo ir a una de las casas de playa de mi familia- propuso Akashi sacando su celular y escribiendo unas ordenes al personal de la misma- Debemos celebrar nuestra victoria.

—Estoy de acuerdo, pero avisémosles a los chicos- Kiyoshi se tronó el cuello y sacó su celular- Le avisaré a Makoto y que reúna a los demás.

—Mejor yo le aviso a Katt-chan, niño bobo, los chicos están en su casa.- el castaño mayor se apresuró en enviar el mensaje-  Mi Katt-chan se ofreció a cuidar a Ryou-kun y a los demás chicos que resultaron heridos.

—Curioso, ¿No? Es una reunión de ukes y nosotros tenemos la nuestra de semes.- murmuró Imayoshi ajustando sus lentes- Mejor vayamos a verlos, ya extraño a mi Ryou.

—Quiero dulces, y quiero ver a mi Muro-chin, a mi pastelito de zarzamora- gimoteó el grandote de Murasakibara- Quiero llevarle dulces para que se mejore.

—Estoy de acuerdo, con Shoichi, necesito ver a Reo cuanto antes.- suspiró Hyuga poniendo los ojos en forma de corazón- Mi adorado Yasha…

—Llamaré a Takao, y de paso que le diga a Miyaji-sempai.- intervino Midorima- No pudo venir por entretenerlos, pero me pidió que le diera una paliza de su parte al inepto de Haizaki.

—Y yo debo ver a mi Shun, no lo he visto desde esta mañana y ya lo extraño.- murmuró Nijimura caminando hacia su lujoso deportivo oscuro.- ¿Quién se viene conmigo?

Con Nijimura se fueron Kagetora, Kagami, Hyuga, y Kiyoshi y en el deportivo de Akashi se fueron Aomine, Midorima, Murasakibara e Imayoshi en dirección hacia la casa del entrenador de Touou dispuestos a celebrar por su reciente victoria. 

Y así, Haizaki, gracias a las palizas que le dieron estos celosos y posesivos machos, nunca en su vida volvió a osar meterse con chicos ajenos. Mejor buscaba solteritos, porque con la experiencia que tuvo, no deseaba volverla a repetir nunca en lo que le restaba de vida.

 

FIN

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado el fic. Dejen sus reviews porfis.

Felices fiestas.

Les desea Momoka Black ♣♠♦♥


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).