— Te ves muy feliz, Channie.
— ¿Tú crees? –Chanyeol sonrió–. Sí, supongo jejeje.
— ¿Puedo saber por qué?
— Creo que… Creo que me estoy enamorando.
— Oh, ¿en serio?
— Sí –Chanyeol se sonrojó.
— ¿Y quién es?
— Eh…
— ¿Es ese chico Baekhyun?
— ¡M-mamá! –Chanyeol se sonrojó mucho al ser descubierto.
— ¿Le atiné? –dijo su mamá con una sonrisa.
— ¿Cómo supiste…? –Chanyeol se sentía un poco apenado.
— Simples señales. ¿Y? ¿Le dirás sobre tus sentimientos?
— No lo sé… Jamás he sido bueno con las palabras…
— Bueno, debe de haber una forma de hacerle saber lo que sientes, hijo.
— ¿Crees que me acepte?
— Por supuesto que sí.
— ¿Y tú lo aceptarías?
— Claro. Quiero que Baekhyun sea mi yerno –su mamá sonrió.
Chanyeol no resistió más y se levantó a abrazar a su madre. Se sentía demasiado feliz que creía que iba a explotar. Las madres siempre se dan cuenta de las cosas, así que Chanyeol tenía que decirle tarde o temprano por qué sonreía como tonto todos los días. Su mano estaba mejorando, así que por su bien, no tuvo prácticas con Kris ese día. En cambio, quiso salir a dar un paseo tranquilo. Sin preocupaciones o ruidos algunos. Sin embargo, no esperaba encontrarse con ella.
— ¡Hola, Channie!
— Hola, Min, ¿qué te trae por aquí?
— Mi mamá me pidió comprar algunas cosas –Minjae sonrió–. ¿Y tú?
— Sólo salí a caminar un rato.
— Me alegro que te haya encontrado.
— ¿Ah, sí? ¿Hay alguna razón?
— Bueno, no hay alguna en especial –Minjae se sonrojó.
— Entiendo… Ah… ¿Quieres que te acompañe?
— ¡Sí!
— Vamos.
Minjae no dijo nada más y corrió a agarrar el brazo de Chanyeol. Este tipo de acciones no le molestaban a Chanyeol. De hecho, para él, Minjae era como la hermana pequeña que nunca tuvo. Claro que Chanyeol estaba enterado de los sentimientos de ella hacia él, pero no tenía las fuerzas suficientes para rechazarla como tal. Sabía que eso significaba lastimarla, y por ningún motivo deseaba hacerlo. Chanyeol tenía claro que no decirle la verdad iba a crear un dolor más fuerte en un futuro, ¿pero qué podía hacer?
— ¿Y a dónde tenemos que ir?
— En realidad, Channie, quiero que me acompañes a otro lado antes.
— ¿Estamos haciendo algo que tu mamá no sabe?
— Pónte de mi lado sólo por hoy, Channie, por favor.
Pese a que Chanyeol sabía que estaba mal, accedió. Así, los dos fueron a la plaza de la vez pasada. Ella compró dos helados. Ni siquiera le preguntó a Chanyeol de cuál quería. Escogió uno de fresa y se lo extendió con una sonrisa. Chanyeol no estaba muy seguro de qué tramaba, pero la siguió a donde ella quería ir. Parecía un poco distante, por lo que se sintió un poco preocupado. No fue hasta que llegaron a la parte más alta de la plaza que ella se detuvo y miró a Chanyeol con cierta tranquilidad que daba miedo.
— ¿Estás bien? –preguntó él.
— Honestamente, no lo sé.
— ¿Por qué lo dices?
— Porque… no creo poder ocultarlo más.
— ¿Eh?
— Yo… poco después de que te conocí…
— …
— Estoy enamorada de ti, Channie.
Chanyeol se congeló en ese momento. Jamás pensó que ese día iba a llegar tan repentinamente. Y lo importante era que alguien más se había congelado en ese momento. Ese alguien era Baekhyun, quien los estuvo siguiendo desde el momento en que los vio juntos en aquella plaza. Al oír la confesión de la chica, Baekhyun cerró sus puños con fuerza y sus piernas comenzaron a temblar. Sentía coraje por la tenacidad de ella, sentía ansiedad por saber la respuesta de Chanyeol y sentía miedo por saber la verdad. ¿Qué quería escuchar Baekhyun?
— Yo…
— Decidí callarme, al principio, por la diferencia de edad entre tú y yo…
— …
— Después, porque no quería entrometerme demasiado.
— …
— Pero ahora… Ahora ya no me interesa nada. Te conozco lo suficiente como para admitir mi amor por ti.
— Min…
— Tu voz, tu personalidad, tu forma de tocar el piano… Me gusta todo de ti, Park Chanyeol –la chica sollozó.
— Min, yo…
El corazón de Baekhyun comenzó a latir demasiado fuerte. Tanto que decidió irse de ahí. No soportaría escuchar la respuesta de Chanyeol, pese a que era lo que más deseaba su corazón. Baekhyun era alguien contradictorio, y por lo mismo, no esperó lo suficiente.
— Agradezco mucho que me hayas dicho esto –empezó a hablar Chanyeol–. Sin embargo… no puedo corresponderte como quisieras que lo hiciera…
— Chan…
— Lo lamento…
— ¿No te gusto?
— Me gustas como si fueras mi hermana.
— Eso es cruel de tu parte…
— Lo siento, pero así me siento…
— ¿Hay alguien?
— ¿Qué?
— ¿Hay alguien ya en tu corazón… que no me permite entrar en él?
Chanyeol no quería abrir más la boca y dejar todo como estaba para no seguirle haciendo daño, pero no podía callar a su honestidad. Iba a doler, sí, pero la verdad es mejor saberla lo antes posible…
— Sí.
— …
— Me gusta alguien…
— Ya veo…
— Min. Puede que yo no te haya correspondido, pero estoy seguro que habrá alguien que sí lo haga.
— Para mí, Chan –ella lo miró con ojos llorosos–, no habrá nadie que me haga sentir lo mismo que tú…
— Min…
— Gracias por tu sinceridad, Chan. Necesitaba decírtelo y liberar a mi pecho de la incertidumbre…
— Min…
— Nos vemos.
— Min. ¡Min!
Pero ella salió corriendo y dejó en Chanyeol un gran hueco. No quería herirla, pero merecía saber la verdad para no ilusionarla más. Chanyeol se recargó en la pared y respiró hondo. Bajó y salió de la plaza de camino a su casa, sin embargo, decidió pasar a la tienda de música. Puesto que se fue caminando, el tiempo pasó rápido y pronto anocheció al llegar a ella. Abrió la tienda con su llave y fue escaleras arriba para llegar al salón donde yacía el piano y… ¿Baekhyun?
— ¿Baek? –preguntó Chanyeol, sorprendido.
— No sabías que estabas aquí…
— Ni yo de ti.
Un silencio incómodo se sintió de repente en el salón. Baekhyun hablaba con un tono seco y cortante, y Chanyeol no sabía por qué. Cuando se acercó a él, Baekhyun giró la cabeza y veía a otro lado del salón. Por la oscuridad del cuarto (ya que Chanyeol no prendió las luces al entrar) y por ese acto, Chanyeol no pudo ver su rostro con claridad. Chanyeol se sentía raro y no sabía por qué. Necesitaba aclarar las cosas, ¿pero cuáles?
— Baek, ¿te ocurre algo?
— No, nada.
— ¿Estás seguro?
— Sí, lo estoy Chanyeol.
— No me mientas. Se nota que te ocurre algo.
— Dime algo, Chanyeol.
— …
— ¿Te gusta alguien?
Era la segunda vez que escuchaba esa pregunta. ¿Por qué Baekhyun se encontraba tan interesado en ello? Chanyeol no sabía qué decir. Su cabeza se atrofió y, de pronto, Minjae vino a su mente…
“Gracias por tu sinceridad, Chan. Necesitaba decírtelo y liberar a mi pecho de la incertidumbre…”
Necesitaba ser sincero con Baekhyun. Aunque éste no le correspondiera, necesitaba decirle lo que sentía o si no sus sentimientos se iban a quedar rezagados sólo en su corazón, formando llagas dolorosas que incrementarían de tamaño y eso provocaría un desenlace fatal. Era ahora o nunca, era hablar ahora o callar para siempre…
— ¿Recuerdas que te dije sobre contarnos todo lo que nos pasara?
— Sí, claro.
— Bueno, esa respuesta no cabía en la promesa por la razón de que…
— …
— Quien me gusta es…
Los latidos de corazón de Baekhyun incrementaban en casa segundo y de repente se detuvieron por la presión de unos labios en los suyos. Los labios de Chanyeol eran cálidos y no hicieron movimiento alguno. Sólo se presionaron sobre los de él con suavidad y delicadeza. El corazón de Baekhyun tomó su ritmo acelerado de repente haciendo que la sangre se le fuera toda a la cara. Cuando Chanyeol se separó, Baekhyun permaneció en su lugar sin hacer o decir nada.
— Lo lamento –Chanyeol se alejó–. N-no quiero que me odies, Baekhyun, por favor… yo sólo… –Baekhyun lo calló con otro beso.
— No hables mucho, Chanyeol.
— Esto…
— También me gustas, Chanyeol –Baekhyun sonrió–. Pero no tenía el valor de decirlo…
— ¿Hablas en serio?
— ¡Por supuesto que sí! ¿Crees que estoy mintiendo?
— No, no es eso, pero a lo que me refiero es que… ¿Me correspondes?
— No me estás escuchando, ¿verdad?
— Claro que sí… Es sólo que… ¡estoy feliz!
Chanyeol empujó a Baekhyun y ambos cayeron al piso. Baekhyun quiso sobarse por el golpe, pero Chanyeol comenzó a besarlo con necesidad, amor y desenfreno que el dolor no fue más un tema en qué pensar. Jamás creyó que Chanyeol iba a ser tan bueno para besar que en ese momento se estaba volviendo loco por que el calor de su boca era demasiado para soportarlo en las condiciones en las que se encontraba.
— Chanyeol…
— Baek, me gustas tanto…
— A mí también me gustas, pero, detente un momento…
— ¿Por qué?
— Necesitamos calmarnos… Apenas es nuestro primer día como novios…
Chanyeol, al escuchar la palabra “novios” se emocionó tanto que volvió a abrazar con fuerza a Baekhyun.
Su Baekhyun.