Taeyeon sentía felicidad al saber que, por fin, por fin, su sueño se iba a realizar. Desde que era pequeña conoció a Baekhyun. Iban juntos a la escuela primaria. Taeyeon era la niña estudiosa que no quería defraudar a sus padres, pero en sus épocas de niñez no era muy bonita que se diga. Usaba brackets, y unos lentes extremadamente grandes, y esas características la convertían en el blanco perfecto de las burlas.
Pese a esto, Baekhyun era el único que parecía no importarle, y eso significaban buenas noticias para Taeyeon. Sin embargo, ella no se acercó jamás a él. Mientras más iban creciendo, los sentimientos de Taeyeon no cambiaban. Pasó de ser un conocido a un amigo, de un amigo a un ídolo, de un ídolo a un amor imposible para ella… No obstante, Taeyeon no se rendía. Ella pensaba que, hiciera lo que hiciera, él jamás la vería de otra manera.
Por lo mismo, Taeyeon se esmeró demasiado en su físico. Comenzó a ir al gimnasio, seguir una dieta exhaustiva, maquillaje diario, arreglos en el cabello… Se puede decir que se transformó completamente. No obstante, Baekhyun seguía tratándola igual que siempre. “¿Por qué?”, se preguntaba ella, “¿por qué a pesar de todo lo que he hecho él sigue sin darse cuenta, sin decirme algo o siquiera hacerme un cumplido?”. La falta de “observación” de Baekhyun hacía que Taeyeon se frustrara, molestara y también se deprimiera.
Gracias a eso, y sin querer admitirlo, su amor por Baekhyun se convirtió en nada más que un deseo obsesivo por tenerlo junto a ella, a cualquier costo. Los deseos hambrientos por la atención de Baekhyun hicieron que su madre se fijara en ella. Taeyeon, tras su cambio de imagen, se colocó como nuera predilecta, pero más allá de su físico, la madre de Baekhyun sólo estaba interesada en los beneficios económicos que esto implicaría.
Así pues, viendo la oportunidad de su vida, tomando como anzuelo lo que quería Taeyeon, pudo engañarla y hacer lo que ella quisiera con tal de que todo encajara perfecto en su plan. Sin embargo, el día que vio a su hijo besarse con otro hombre le hizo hervir la sangre. De todos los posibles escenarios fallidos jamás se le ocurrió ese. ¿Cómo era posible? ¡No! La madre de Baekhyun se negaba a aceptar que su hijo era homosexual. Tenía que gustarle Taeyeon. Y si no lo hacía por las buenas, lo haría por las malas.
Pero ella era astuta. Tenía que analizar bien su siguiente movimiento. Y, claro, pronto se dio cuenta que debía pegar donde más le dolía a Baekhyun. Mandó a empleados a seguir a Chanyeol, tomó fotos de su madre y él, del lugar donde trabajaba y de las personas con las que se veía. Con estas herramientas estaba garantizado el chantaje. Fácil, si Baekhyun no se casaba con Taeyeon, Chanyeol iba a sufrir de la manera más baja posible: matarían a su mamá. Y no contentos con ello, también a él.
Escuchar eso heló a Baekhyun. Para otras personas se les haría absurdo, pero no a él; porque él sabía de lo que era capaz su madre. Así que, con el corazón roto, aceptó. En la noche de ese mismo día se encontraba llorando a más no poder en su cuarto. No quería que le pasara nada a Chanyeol, no quería que lo hirieran de ninguna forma; y si de repente le decía que debía casarse con una mujer haría todo lo posible por impedirlo, y eso lo pondría en riesgo.
Baekhyun entonces encontró la clave “si hago que me odie, entonces no le harán nada; se alejará de mí y no habrá ningún problema”, pensó en voz alta. Pero una voz interna le dijo
¿Y serás capaz de lograrlo?
“No lo sé”, fue su respuesta.
¿Serás capaz de vivir con la culpa de su separación?
“No”, respondió en su cabeza, “pero debo hacerlo. Debo alejarlo para salvarlo. Es lo mínimo que puedo hacer para salvar al amor de mi vida…”, y cayó dormido. Le esperaban días largos y pesados.
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Chanyeol no quería salir de su habitación. Se encontraba devastado. Había perdido la cuenta de las veces que tuvo que ir al hospital por deshidratación. En todas esas ocasiones, por suerte, Kyungsoo estuvo ahí para ayudarlo, pero este ya se estaba cansando. No quería verlo así. No quería que Chanyeol se resignara a vivir por lo que Baekhyun le había hecho.
En realidad, Kyungsoo tenía sentimientos encontrados. Su mejor amigo había actuado de una manera completamente diferente a como él lo conocía. De hecho, Kyungsoo no se tragaba la idea de que Baekhyun estuviera con una mujer, estaba más que seguro que era una mala coartada para perjudicarlo, así que trató de hablar con él, pero ignoró todas sus llamadas y visitas.
No obstante, lo que más destrozaba el corazón de Kyungsoo era la situación de Chanyeol. Verlo tan acabado, tan triste, tan mal… Ya no podía más con esa vista. Peor aún porque cada vez estaba más cerca la fecha del viaje. Kyungsoo no quería presionar a Chanyeol sobre el tema, y honestamente se le había hecho una fantástica idea poder ir con él a ese viaje, pero ahora ya no sabía qué pensar. ¿Realmente era lo mejor irse así sin más?
Los pensamientos de Kyungsoo se vieron interrumpidos por un leve sonido proveniente de su celular. Era un mensaje, de Baekhyun.
En la cafetería cerca de tu casa, en 30 minutos.
Era un mensaje bastante cortante para ser de Baekhyun, y por un momento Kyungsoo pensó que sería una trampa, pero después descartó la idea. Se preparó mental y físicamente para salir y eso hizo. Esta vez no ocupó su auto. Quiso llegar lo más pronto posible al lugar de encuentro. Si realmente era Baekhyun quien quería verlo, Kyungsoo estaba preparado para decirle todo lo que estaba guardado en su pecho.
O al menos eso pensó, porque cuando llegó a la cafetería, Baekhyun ya estaba ahí, sentado en el lugar del fondo. Kyungsoo se acercó lentamente y se sentó frente a él. Cuando Baekhyun volteó a verlo sus ojos estaban rojos e hinchados, se veía el cansancio en ellos, y por un momento Kyungsoo quiso preguntarle por qué se veía así, pero no lo hizo. Lo señaló con una mano para que hablara.
— Apenas ayer en la noche recuperé mi teléfono gracias a una sirvienta, y vi que me llamaste muchas veces.
— 20 por día, más o menos -dijo Kyungsoo con un tono molesto.
— Son muchas -Baekhyun hizo una pausa-, creí que no vendrías.
— No lo iba a hacer, pero después pensé que hoy me podía desquitar por todo el silencio que has guardado, así que heme aquí.
— Supongo que sí. No tengo ningún argumento en contra.
Baekhyun se sentía lo suficientemente cansado para no pelear con Kyungsoo. Sabía que su amigo iba a estar molesto, y mucho, pero quizá esa iba a ser la última vez que lo iba a ver.
— ¿Qué quieres decirme, Baekhyun? -el nombrado se estremeció un poco por la dureza de las palabras de su amigo.
— En realidad, sólo quería tener una conversación normal contigo.
— ¿Normal? ¿NORMAL? ¿Qué es lo que pasa contigo, Baekhyun? Nada de lo que ha pasado últimamente es normal. No me contestas, te encierras en tu casa, fuimos a tu casa y me ignoraste completamente, y ahora no me dices nada. ¡Eso no es normal! -Kyungsoo alzó la voz y se ganó muchas miradas del local, así que cerró la boca.
— Ya lo sé -Baekhyun susurró y las lágrimas ya se hacían presentes en sus ojos-, sé que todo lo que he hecho últimamente me pone como el malo del cuento, pero créeme que sólo estoy siendo un peón…
— Baek -volteó-, no puedo ayudarte si no me dices qué ocurre… Honestamente tengo unas ganas inmensas de golpearte, pero también quiero abrazarte y decirte que todo está bien… pero necesito que me digas qué está pasando…
— No puedo, Soo… En serio no puedo… No quiero involucrarte…
— Si te está pasando algo es obvio que me involucra.
— Esta vez no, Soo -Baekhyun lo miró con una gran tristeza-, he tomado decisiones que no tienen marcha atrás…
— ¿Cómo qué? ¿Botar a Chanyeol de tu vida? -Baekhyun se sorprendió.
— ¿C-cómo…?
— Él me lo dijo… De hecho… yo…
Kyungsoo cerró los labios. Estaba a punto de confesarle a su mejor amigo que le gustaba su ahora ex novio. No, debía callar. Sólo empeoraría las cosas.
— Me siento lo que sigue de peor por lo que hice…
— Si te sientes así no debiste hacerlo en primer lugar.
— Debí hacerlo…
— ¡Basta ya, Baekhyun! ¡Si Chanyeol es el amor de tu vida no debiste hacerle eso! ¡Ha estado pasándola muy mal desde ese día! ¡Tú sólo repites “debí hacerlo”, pero si realmente lo quisieras no hubieras hecho nada para perjudicarlo!
Ya estaba. Kyungsoo se había cansado.
— ¿¡Por qué te importa tanto?!
— ¡Porque yo…! ¡Yo a él…!
“Lo amo”, Kyungsoo gritó con todas sus fuerzas en su cabeza. La idea de que Chanyeol estaba sufriendo por algo que no valía la pena y que él estaba ahí para él lo estaba matando. Quería regresar en el tiempo y que Chanyeol se enamorara de él y no de su mejor amigo…
— No puedo deshacer lo que hice, y aunque me pese mucho debo vivir con lo que he decidido.
— Ojalá las cosas fueran distintas…
— Ojalá…
Hubo un silencio enorme. Gracias a la música de fondo que estaba en la cafetería nadie notaba que ambos amigos no sabían qué decir. Baekhyun miró la hora en su reloj y ya era tiempo para regresar a su casa sin que su madre se diera cuenta que salió. Debía decirle adiós a su amigo.
— Bueno, Soo, es hora de que…
— ¿Qué harás?
— ¿Eh?
— ¿Cuál es esa decisión que tomaste?
— … -Baekhyun suspiró profundamente-, pronto lo sabrás. De hecho, te llegará una notificación hasta la puerta de tu casa -y diciendo eso, se marchó.
Kyungsoo no entendió lo que Baekhyun quiso decirle, y eso lo llenaba de una frustración enorme. Le dolía el pecho y su estómago estaba hecho un nudo, así como su cerebro era un completo desastre. Sólo quería descansar de todo lo que estaba pasando. Pero sus pensamientos se vieron interrumpidos porque su celular comenzó a vibrar. Lo sacó del bolsillo de su pantalón, y cuando vio el nombre, contestó de inmediato.
— C-Chanyeol, ¿cómo estás?
— Hola, Kyungsoo, eh… ¿puedes venir a mi casa?
— Por supuesto. Voy para allá.
Kyungsoo guardó rápidamente su celular y se apresuró a tomar un taxi para dirigirse a la casa de Chanyeol. Fácilmente pudo hacer una llamada a su chófer personal, pero no lo hizo. En realidad, le aceleraba el corazón el escuchar la voz de Chanyeol y que haya sido él quien lo haya llamado.
Una vez que llegó, Kyungsoo tocó el timbre y fue el mismo Chanyeol quien le abrió la puerta. No le dijo nada, simplemente le extendió el brazo para que pasara y este lo hizo. Se sentó en uno de los sillones y Chanyeol le siguió segundos después. Nadie decía nada. Sólo se escuchaba el tic tac del reloj en la pared y eso ponía nervioso a Kyungsoo. Volteó a ver a Chanyeol y este se encontraba mirando al piso. Kyungsoo intentó decir algo, pero fue el muchacho frente a él quien comenzó la charla.
— Kyungsoo, yo…
— … ¿tú…?
— Tengo que decir que… haga lo que haga, no puedo dejar de amar a Baekhyun…
Kyungsoo sintió un golpe muy fuerte en el pecho.
— ¿Aunque te haya engañado?
— A pesar de todo… -Chanyeol comenzó a llorar-. Mi corazón sólo ha sido sincero con él y no puedo hacer nada al respecto…
— …
— Todos estos días he pensado que quien tuvo la culpa de todo fui yo…
— Eso no es cierto, Chanyeol.
— Sí, yo tuve la culpa por no darme cuenta antes del tipo de persona que era Baekhyun…
— …
— Pero…
— ¿Pero?
— Pero debo cumplir una promesa…
Chanyeol, quien tenía las manos juntas, las apretó con fuerza, así como los dientes, se mostraba decidido, pero eso le provocaba ansias a Kyungsoo. ¿De qué estaba hablando? ¿Cuál era esa promesa que dijo?
—En la mañana recibí una visita.
— ¿De quién? -Kyungsoo pensó por un momento que se trataba de Baekhyun.
— Uno de los sirvientes de la madre de Baekhyun.
— … -Kyungsoo estaba que moría del coraje-, y lo sacaste a patadas quiero pensar.
— No. En realidad, sólo me dijo un mensaje y se fue. Me dejó una tarjeta con el número de ella.
— ¿Y qué te dijo?
— Que quiere que toque el piano en la boda de Baekhyun.
¿Qué cosa? ¿Kyungsoo había escuchado bien? ¿¡Cómo había sido capaz?! ¿¡Aparte de burlarse de Chanyeol ahora lo quería humillar frente a todo el público?! ¡No! ¡Eso sí que no lo iba a permitir! El enojo se hizo visible en la cara de Kyungsoo y Chanyeol se dio cuenta de ello, por lo que rápidamente tomó las manos de Kyungsoo en las suyas.
— Tranquilo, yo…
— No lo harás.
— …
— Dime que no lo harás, Chanyeol, por favor…
— He pensado en ello en lo que te esperaba…
— ¿Y…?
— Y decidí ir.
— ¿Qué? ¿Estás mal de la cabeza?
— Tal vez, pero… debo ir…
Baekhyun y Chanyeol eran sumamente tercos, lo suficiente para hartar a Kyungsoo. ¿Por qué tomaban decisiones a la ligera? ¿Por qué no pensaban en otros antes de decidir? ¿Por qué tenía que pasarle eso a él? Estar entre la espada y la pared…
— ¿Y para qué vas a ir? -Kyungsoo seguía molesto.
— Tal vez sea una locura, pero… quiero intentarlo por última vez.
— ¿De qué hablas?
— Quiero ver si Baekhyun me ama o no.
— ¿¡Qué rayos te pasa!? ¿Acaso no te lo dejó más que claro el día que te lo dijo?
— Lo sé, pero…
— ¡No hay peros! ¡No irás! ¡No permitiré que te lastime más de lo que ya lo hizo!
— En realidad, tengo un plan para cada respuesta…
— ¿Qué…?
— Si dice que no quiere casarse… seré el hombre más feliz del mundo y haré lo que sea para que me dé una oportunidad nuevamente…
— No tienes que ser tú el que ruegue.
— Si dice que sí en el altar… quiero que nos vayamos de aquí…
— ¿Irnos?
— Tomar el viaje e irnos de aquí… Tendré un nuevo comienzo, pero no puedo hacerlo solo -Chanyeol sintió su garganta cerrarse-, así que por favor, Kyungsoo -tomó rápidamente su brazo-, si las cosas no salen como las quiero… ven conmigo… Contigo a mi lado… no me sentiré solo…
Kyungsoo no sabía qué decir. Chanyeol empezó a llorar y las lágrimas estaban cayendo en su mano. Kyungsoo se arrodilló frente al chico delante de él y lo abrazó fuertemente. Sabía que era una locura, porque Baekhyun se veía triste pero decidido cuando habló con él, así que estaba más que seguro que su amigo diría que sí en esa boda…
Aún con el corazón roto Kyungsoo se quedó hasta la noche para tranquilizar a Chanyeol, y aunque no le gustaba nada la idea de que aceptara ir a tocar a ese evento, lo que sí le prometió era que lo acompañaría a donde él quisiera. Después de todo, Kyungsoo sólo quería lo mejor para él. Y si eso significaba ir con él hasta el otro lado del mundo, lo haría, no importando qué.
Cuando dieron las 10:00 de la noche, y Chanyeol yacía en su cama dormido, Kyungsoo acarició su cabello por última vez y cerró la puerta de su cuarto. Bajó y antes de irse, la madre de Chanyeol lo detuvo para darle las gracias. Ella se encontraba muy preocupada por su hijo, pero la tranquilizaba el hecho de que Chanyeol tuviera alguien a su lado. Kyungsoo se limitó a darle un abrazo e irse a su casa.
En esta ocasión tampoco llamó a su chófer. A decir verdad, en el camino él también dejó ver unas cuantas lágrimas. Le dolía todo lo que estaba pasando, y mucho. No podía dejar de pensar en que estaba en una situación difícil. Quería ayudar a su amigo, pero este no lo dejaba, así que, ¿qué podía hacer? Y por otro lado estaba su amor imposible. Aun si elegía ir con él… ¿Chanyeol lo podía ver de otra forma?
No. Kyungsoo sacudió rápidamente su cabeza. Aceptó ir con Chanyeol para apoyarlo, no para aprovecharse de la situación…
Cuando llegó a su casa, como siempre, sus padres no estaban, así que Kyungsoo se dirigió sin problema alguno a su habitación. Se quitó la chamarra que llevaba puesta y se acostó boca arriba, posó el dorso de su mano izquierda en su frente y la otra mano en su vientre. Suspiró un par de veces antes de cerrar los ojos. Lo despertó de repente los toques en su puerta.
— Joven Do, llegó una carta para usted, ¿la dejo en el buzón o se la entrego?
— Deslízala por la puerta, ¿sí? Quiero descansar en este momento…
— Como guste.
La sirvienta hizo lo que le indicó y el sobre ya se encontraba en el cuarto de Kyungsoo cuando ella se alejó. Iba a dormir cuando recordó lo que le dijo Baekhyun:
“De hecho, te llegará una notificación hasta la puerta de tu casa”
Por ello se levantó apresuradamente y tomó el sobre. Solamente decía a quién iba dirigido, por lo que Kyungsoo se sentó en su cama, prendió la lámpara de su buró y rompió el sello. Sacó la tarjeta del sobre y de inmediato frunció el ceño.
“Estás invitado a nuestra boda, Baekhyun y Taeyeon…”
Kyungsoo no siguió leyendo porque el estómago comenzó a dolerle, al igual que la cabeza. Aventó la tarjeta al piso y se dispuso a dormir. Era lo único que podía hacer.