La alarma de Baekhyun comenzó a sonar exactamente a las 8:30 de la mañana. Cuando la apagó, por un momento no recordaba por qué la había puesto, pero los recuerdos llegaron de golpe y eso hizo que se levantara precipitadamente, escogiera una ropa casual y se metiera a bañar. A Baekhyun no le agradaba el agua fría, por lo que espero unos cuantos segundos para que el agua caliente saliera y pudiera tomar un baño relajante. Después de eso salió del baño y se cambió a gusto. Se peinó partiendo su cabello en dos y haciéndolo en ondas. Una vez que estuvo satisfecho con su apariencia, bajó a desayunar.
— Buenos días, hijo –lo saludó su madre–. ¿Puedo preguntar a dónde vas tan guapo?
— No lo soy… Y amm… Sólo iré a pasear.
— Me parece bien. Anda, desayuna. Tu padre y yo no estaremos.
— ¿Ah no? ¿Por qué?
— Necesitamos ir a París, para negocios.
— Oh…
— ¿Estarás bien sin nosotros?
— Por supuesto.
— Ya sabes que puedes llamarnos si tienes algún problema.
— Sí, mamá.
— Bueno, nos vamos. Te cuidas, hijo.
— Sí. Oye, por cierto, ¿cuánto tiempo tardarán?
— Una semana o semana y media. Todas tus tarjetas tienen dinero.
— Oh, de acuerdo.
— Nos vemos, hijo.
La madre de Baekhyun salió de la casa y por un momento él quiso gritar de la emoción. Eran en estos casos que él agradecía que tuvieran viajes. De esta forma Baekhyun podía disponer del tiempo destinado a trabajar con la mayor libertad posible. Teniendo todo esto en mente, Baekhyun terminó de desayunar rápidamente y le pidió a su chofer llevarlo al lugar indicado.
— ¿Pasó algo bueno, joven?
— Muy bueno.
— Me alegro.
Brandon, el chofer, era muy cercano a Baekhyun. Sí, él supo desde que lo conoció que sería una grata compañía. Además, su relación no era simplemente dueño-chofer, para nada, era mucho más que eso, pero Brandon insistió que no lo demostraran tanto frente a sus padres. Más frente a su madre, a ella le molestaba que Baekhyun tuviera amistades con sus empleados. Finalmente, al llegar al lugar, Baekhyun se despidió de Brandon e inmediatamente entró al local, tocó la campanita del mostrador y la dueña salió.
— ¡Baekhyun, viniste!
— Sí. Cumplo lo que prometo.
— Eso me parece muy bien, muchacho. Bien, déjame explicarte lo que hay que hacer.
— Sí.
— Hoy yo limpié, pero los siguientes días tendrás que hacerlo tú. Se limpia todo, las vitrinas, el piso y el mostrador. Los instrumentos se limpian en la noche.
— Entiendo.
— Bien, debes tener un conocimiento profundo sobre este tipo de instrumentos para que la gente que te pregunte no se quede con la duda.
— De acuerdo.
— Si no hay gente puedes hacer lo que quieras, pero la música que reproducimos aquí no la puedes cambiar.
— Ajá.
— En la parte de atrás tenemos baño, y si tú quieres, te puedo hacer de comer, para que no tengas que comprar –la mujer sonrió.
— Oh, suena bien.
— Me alegro. Serás el segundo que pruebe mi comida.
— ¿Segundo?
— Sí, Channie fue el primero.
— ¿Channie?
— ¿Sabes algo de él? –preguntó la chica que de repente llegó.
— Channie también trabaja aquí, Baekhyun –la mujer lo miró y después a su hija–. Llegará la semana que viene, puesto que fue a visitar a su abuela.
— ¿Una semana? ¿Por qué tanto? –lloriqueó la chica.
— Déjalo, él merece tener vacaciones de vez en cuando.
— Mph, está bien. Haré todo lo posible por verme más guapa y Channie se enamore de mí –la chica dio un giro y salió de la tienda.
— ¿Su hija está enamorada de “Channie”? –preguntó Baekhyun.
— Sí.
— Oh… ¿Y él la corresponde?
— Honestamente no lo sé –la mujer suspiró–. Daría lo que fuera por que él fuera mi yerno, pero no sé si él siente lo mismo por mi hija…
— ¿Desde cuándo siente eso por él?
— Mmmm… más o menos un año.
— ¿Un año? ¿Y no se lo ha dicho? –Baekhyun de verdad estaba sorprendido.
— Ya la hirieron una vez, así que no se quiere arriesgar.
La mujer bajó la mirada con un poco de nostalgia y Baekhyun no entendió nada de lo que estaba sucediendo. La chica debía confesar sus sentimientos, eso era claro para él, puesto que, si Baekhyun estuviera en su lugar, lo haría sin perder el tiempo. Baekhyun había tenido muchas parejas, pero nunca duraron mucho. Su relación más larga fue la de un mes, y él considera que fue la más aburrida de todas. Posiblemente ese tipo de experiencias eran las que no le permitían ver que las personas también sufren al amar a alguien, pero era obvio que Baekhyun nunca había conocido ese sentimiento.
— Bueno, ya que sabemos que Channie estará aquí una semana, estarás solo aquí, Baekhyun –la mujer sonrió–. Una vez que él regrese los dos serán compañeros –sonrió.
— ¿Cree que nos llevemos bien?
— Me imagino que sí. Channie es muy amable, así que no creo que se vaya a portar mal contigo.
Baekhyun de repente sintió curiosidad por conocer más sobre ese chico. Odiaba admitirlo, pero él se fijaba mucho en la apariencia de las personas y, en base a ellas, podía definir su personalidad. Sí, Baekhyun era un tanto extraño en ese tipo de aspectos, pero eso es lo que lo hacía especial.
Baekhyun esperó a que la mujer regresara para preguntarle.
— Disculpe.
— ¿Sí?
— ¿Cómo es… “Channie”?
— Jajajaja, veo que te es incómodo decirle así. Podrías llamarlo como su nombre verdadero.
— ¿Y cuál es?
— Chanyeol.
— Oh, de acuerdo. ¿Cómo es Chanyeol?
— ¿Verdad que te sientes más aliviado así? Jeje. Eh… ¿de qué forma?
— Físico.
— Mmmm… pues es alto, delgado, tiene el cabello negro…
— ¿Qué más?
— Sus ojos son grandes…
— ¿Y?
— Sí que eres curioso. ¿Por qué preguntas?
— Ah, pues… Sólo… quisiera imaginarlo.
— ¿No sería mejor que esperaras una semana?
— B-bueno…
— Todo a su tiempo, Baekhyun.
La mujer sonrió y se despidió con la mano al tiempo que salió del local. Baekhyun seguía enlistando las diversas características que le habían sido dichas y trató de imaginar a alguien con aquellas características, sin embargo, recordó que su imaginación era pésima y dejó de darle vueltas al asunto. Lo que restó del día fue bastante tranquilo. La gente pasaba y preguntaba por algunas cosas, pero no compraban nada. La música llevaba un ritmo constante, pero no era molesta.
Cuando Baekhyun menos vio ya eran las 7:00 de la noche, y había algo que le preocupaba. Baekhyun nunca preguntó a qué hora debía de cerrar o empezar a limpiar los instrumentos, por lo que entraba en pánico poco a poco. Sin darse cuenta el reloj comenzaba a avanzar y avanzar hasta que dio las 8:40 de la noche y Baekhyun seguía ahí, atrás del mostrador y esperando en silencio. De repente, un mensaje llegó a su celular.
“¿Sigues enojado?”. Era de Kyungsoo.
Baekhyun soltó una leve risita y después se sintió un poco culpable. Recordó que no había asistido a la despedida de Kyungsoo en el aeropuerto, por lo que no debía hacer sentir más miserable a su amigo. Abrió la ventana para responder el mensaje y escribió.
“No”, corto y conciso.
Justo cuando Baekhyun guardó su celular, se escuchó la campanilla de la puerta y él respondió con un “buenas noches”, pero recibió una respuesta totalmente distinta.
— ¡Baekhyun! ¿Todavía sigues aquí?
— ¿Eh? S-sí, señora.
— ¡Ay, no, muchacho! Nosotros cerramos a las 8:00.
— No lo sabía, jajaja.
— ¿Por qué no preguntas, muchacho, jajaja? Bueno, puedes irte.
— ¿Qué? ¿No dijo que tenía que limpiar los instrumentos?
— Por hoy te dejo ir, pero sólo porque no sabías a qué hora salías, ¿de acuerdo?
— Está bien.
— Te espero mañana a la misma hora.
— Sí. Hasta mañana.
Baekhyun se despidió de la dueña y llamó a su chofer para que pasara por él. No tardó mucho tiempo, y Baekhyun menos al subir. Él tenía una sonrisa en su rostro, pero ni él mismo podía explicar por qué la tenía. Una vez que llegó a su casa se dedicó a tomar una ducha y después recostarse en su cama. Tomó su celular y marcó el número de Suho. Baekhyun pretendía hablar con él sobre su primer día de trabajo, pero no contestaba. Colgó y esperó un momento para volver a hablar, pero recibió otro mensaje.
“¿Estás seguro?”
Ahora Baekhyun de verdad se estaba carcajeando. Kyungsoo de verdad se estaba sintiendo mal por la situación. Por esto, Baekhyun no perdió tiempo y ahora marcó su número en lugar del de Suho. Tardó unos segundos antes de contestar realmente, y Baekhyun sabía que Kyungsoo siempre tardaba cuando se encontraba indeciso de contestar o no alguna llamada. Por fin, Kyungsoo contestó.
— ¿Bueno?
— Tardaste en contestar –respondió Baekhyun tratando de no reírse.
— No sabía si debía aceptar la llamada…
— No te sientas mal. Yo no me siento así, por lo que tú tampoco deberías.
— Sí… pero quiero reparar el daño.
— ¿Cómo?
— No sé, puedo comprarte lo que quieras.
— Kyungsoo, eso sabes que no es muy importante.
— ¿Entonces?
— Sólo regresa sano y salvo, ¿está bien?
— Baekhyun…
— Es mi única condición.
— …
— Anda, dime, ¿cómo te está yendo?
— Pues… aburrido, sí. Incluso al llegar aquí me topé con un tipo molesto.
— ¿Molesto?
— Sí. Chocó conmigo a propósito.
— ¿Cómo sabes eso?
— Larga historia.
— Oh, bueno. Yo hoy fui a trabajar.
— ¿T-trabajar? ¿Tú? No hablas en serio.
— Hablo muy en serio. Hoy fue mi primer día.
— No comprendo… ¿Para qué trabajar? ¿Ya no te quieren tus padres?
— ¡No digas eso! Quise intentarlo, eso es todo.
— Oh, ya veo. ¿Entonces te irás de ahí en una semana, aproximadamente?
— No puedo en una semana…
— ¿Por qué no?
— Porque en una semana llega alguien.
— ¿Alguien? ¡Deja el suspenso, Byun!
— Lo cierto es que no conozco a ese alguien, pero me gustaría hacerlo.