El día siguiente había llegado y Baekhyun apenas se despertaba. Necesitaba levantarse para tomar un baño y, más tarde, ir a la casa de Suho para, ambos, partir al aeropuerto. ¿Pero por qué sus piernas no respondían? ¿Por qué su cerebro no “respondía” como debería hacerlo? Simple, porque Baekhyun estaba ido. Sí, su mirada estaba dirigida al techo desde hace al menos 2 horas y no se había movido porque su cuerpo estaba inmerso en la sensación de ser abrazado por Chanyeol.
Aunque su cerebro trataba de negarlo, su corazón lo gritaba con fuerzas. Su corazón se aceleró en el momento en que Chanyeol lo tomó desprevenido entre sus brazos. “Sus brazos…”. Al pensar esto Baekhyun agitó su cabeza y se metió una vez más entre las sábanas. Su rostro estaba tan rojo que bien podría prender las cobijas e incendiaría su casa, por lo que mejor se levantó y tomó un baño de agua fría. Al salir, vio la hora y se preparó para ir a la casa de Suho.
Una vez que llegó, una sirvienta lo recibió y dirigió a la sala. Suho realmente vivía en una mansión. Baekhyun se preguntaba cómo le hacía él para vivir entre tanto lujo, y para no aburrirse dio un recorrido a la pared en donde había una serie de reconocimientos dirigidos a él y a su padre en lo que se refería a los negocios. De repente, la casa de Chanyeol le llegó a la cabeza. La casa de Chanyeol se encontraba adornada con fotos de él y su mamá, mientras que la de Suho no tenía nada de eso. ¿Por qué?
— Oh, ya estás aquí –Suho bajó vistiendo camisa, pantalón negro y chaleco.
— Sí, ah… ¿Por qué tan formal?
— Necesito ir a un lado después de ir por Kyungsoo.
— Oh, comprendo.
— Vamos.
Ambos subieron al auto de Suho y éste comenzó a manejar. Por alguna extraña razón, ninguno hablaba. Era como si hubieran tenido un problema, a pesar de saber que no lo tenían. No obstante, Baekhyun decidió arreglarlo, por lo que en un semáforo, cuando el auto se detuvo, Baekhyun habló.
— ¿Pasa algo?
— Estoy… un poco distante, ¿cierto?
— Sí, ¿por qué?
— Me iré por unos cuántos meses.
— ¿Qué?
— Así como lo oyes.
— ¿Y… por qué?
— Negocios, como siempre.
— ¿No puedes oponerte? Es decir, este es nuestro último año.
— Es inevitable.
— ¿De verdad no te opondrás? –Baekhyun se veía triste.
— No creo que logre nada, pero tal vez acorte esos meses.
— Entiendo.
— Hey, Baek, no te preocupes, ¿sí?
— No puedo.
— Vamos. Tengamos un día de calidad hoy, ¿te parece?
— ¿Cuándo te vas?
— Mañana en la mañana.
— ¿Qué? ¿Eso significa que no regresarás a la escuela?
— Mi padre ha arreglado todo. Mientras estoy fuera, recibiré clases y enviaré trabajos. Estudiaré a distancia, si se puede decir.
— Suho, no quiero que te vayas.
— Ni yo quiero irme, pero no puedo hacer nada en contra de la voluntad de mi padre. Soy su único hijo, ¿qué más puedo hacer?
La plática se detuvo y el auto siguió avanzando. El camino al aeropuerto fue tenso, ninguno de los dos podía negarlo. Suho no quería decirle a Baekhyun porque sabía que se pondría de esa manera, pero Baekhyun, por su parte, estaba un poco molesto por que Suho le haya dado tan inesperadamente la noticia. Uno de sus amigos regresaba y él se iba, ¿quién lo diría?
Al llegar al aeropuerto, faltaban 10 minutos para que el vuelo de Kyungsoo llegara, por lo que ambos se sentaron en una banca a esperar. Suho mantenía estrujando sus manos y Baekhyun con la cabeza gacha. En lugar de verse felices por el regreso de Kyungsoo parecía que estaban en la sala de hospital esperando una mala noticia. Finalmente, Suho habló.
— Lamento… decirte esto tan repentinamente. Yo me enteré ayer en la noche, por lo que no quise abrumar tu cita.
— ¡No fue una cita! –Baekhyun se defendió, un poco sonrojado.
— Bueno, tu “salida”.
— …
— ¿Nos contarás?
— Por supuesto.
— No te enojes conmigo, Baekhyun.
— No podría.
Suho le sonrió a Baekhyun para apretar su hombro y hacer que éste se estremeciera. Entre risas, no escucharon que un chico en especial les gritaba. Notaron su presencia hasta que estaba frente a ellos, y más que recibir un abrazo recibieron un golpe en la cabeza. Ambos se quejaron.
— ¡¿Qué fue eso?! –dijo Suho.
— Su castigo.
— ¿Por qué? –preguntó Baekhyun al sobarse la cabeza.
— ¡Les estoy hablando desde las escaleras y no me hacen caso!
— Ir de vacaciones te debería de haber relajado y sigues con el mismo humor de siempre…
— ¡¿Qué dijiste?!
— Estamos felices de verte, Kyungsoo –dijo Baekhyun parándose y abrazándolo–. ¿Nos trajiste algo?
— Byun “convenenciero” Baekhyun, no te traje nada por la sencilla razón de que no quise comprarte algo.
— ¡¿Ah?! ¡Qué cruel!
— Basta ya, niños, vámonos ya.
— ¡No somos niños!
— Ah, sí, lo siento. Vámonos ya, bebés.
Suho se ganó otro golpe en la cabeza, propinado por Baekhyun y Kyungsoo, sin embargo, después del golpe los tres rieron y salieron del aeropuerto. Todos entraron al auto de Suho y, en el camino, Kyungsoo comenzó a contar resumidamente sus vacaciones. En todo momento bromearon hasta que Kyungsoo sacó el tema de un “chico fastidioso”, por lo que Suho y Baekhyun se hallaron atraídos hacia ese tema en particular.
— ¿”Chico fastidioso”? ¿A qué te refieres? –preguntó Suho.
— Ahhhh, no me lo recuerdes –Kyungsoo cruzó sus brazos.
— Anda –animó Baekhyun a Kyungsoo–, si lo mencionas es que algo pasó.
— No quiero.
— Sí quieres –contraatacó Suho–. Ya cuenta.
— … –Kyungsoo frunció el ceño–. Está bien.
— ¡Yay! –Baekhyun gritó.
— Lo conocí en el aeropuerto…
Kyungsoo esperaba a sus padres en lo que éstos arreglaban unas que otras cosas que habían dejado pendientes. Kyungsoo suspiró en lo que se levantaba para ir a la máquina expendedora por un café. Sin embargo, sólo pudo darle un sorbo porque, inmediatamente que bajó su mano, un chico pasó frente a él chocando uno de sus brazos con su café recién comprado, dirigiéndolo al suelo y regándolo por completo. El chico se detuvo y volteó a ver a Kyungsoo, quien se quedó atónito tras lo que le pasó.
— ¡Lo siento! –gritó el chico–. Yo, ah… te lo pagaré, pero hoy… ¡Lo siento!
Entonces Kyungsoo explotó.
— ¡OYE! ¡REGRESA AQUÍ, MALDITO!
— ¿Es en serio? ¿Estás tan molesto porque no te pagó un café?
— ¡No! ¡Nos vimos otra vez y no me lo pagó!
A dos días de las vacaciones, los padres de Kyungsoo decidieron visitar algunos sitios turísticos. Para los padres de Kyungsoo, la cultura era muy importante, gusto que no compartía su hijo, y se le hacía sumamente aburrido caminar, visitar, etc. Sus padres apartaron lugares para un recorrido por un museo con un guía, lo cual ellos sabían que iba a matar de aburrimiento a su hijo, entonces le dieron dinero para que diera una vuelta en lo que ellos hacían la suya.
Kyungsoo odiaba en gran medida que le recordaban su baja altura (en comparación con muchos hombres), por lo que ese día no fue la excepción.
— ¡Hey, bajito! ¿Qué se te perdió? –mencionó un hombre ya grande, robusto y sonriéndole.
— ¿Cómo me llamaste?
— Ba-ji-to. ¿Hay algún problema con ello?
— Vuélveme a decir así y te parto la cara.
— Oh, lo siento. ¿Te parece “adorable”?
— ¡Ahh!
Kyungsoo se lanzó encima del tipo y le dio puñetazos en la panza. Éste se quejaba, pero no mucho puesto que los golpes que recibía provocaban un daño mínimo. Para el grandulón, era curioso ver cómo un chico bajito se enojaba y su rostro se volvía un rojo intenso por la furia. Era divertido, pero ya no lo fue más cuando otro chico alto cargó al de encima de él con suma facilidad por sus axilas y lo llevó lejos. Cuando Kyungsoo fue bajado, comenzó a dar golpes al aire y sólo se detuvo cuando el chico alto lo tomó de las muñecas.
— ¡Tranquilízate! –gritó.
— ¡No! ¡Suéltame! ¡Haré trizas a ese canalla!
— ¡No!
Puesto que Kyungsoo no detenía sus patadas y forcejeos, el chico alto hizo lo único que le vino en mente: abrazarlo. Poco a poco, Kyungsoo comenzaba a detenerse. Sin embargo, algo pasaba en su interior. Su corazón se aceleró, sí, pero él pensó que era por la agitación que tuvo; estaba equivocado. Cuando el chico alto se separó de él, le sonrió y lo soltó para acomodarle el cabello. Kyungsoo se sonrojó un poco.
— ¿Ya estás tranquilo?
— S-sí –Kyungsoo se alejó y miró a otro lado.
— Espero que no causes otro alboroto –el chico alto rio.
— ¡No lo hubiera causado si ese tipo no hubiera empezado!
— Como digas. Escucha, me tengo que ir. Mi abuela me espera.
— Sí, claro.
— ¿Estarás bien?
— Sí, no soy un vándalo, ¿sabías?
— No lo creo.
El chico se fue y le sonrió, por lo que Kyungsoo ocultó su sonrojo y regresó, más calmado, al área donde se encontraban sus padres, quienes se encontraban satisfechos con la visita guiada y decidieron que era tiempo de regresar. Kyungsoo volteó a ver si encontraba una vez más al chico de hace un momento, pero no lo vio. En cambio, siguió a sus padres mientras recordaba que ese mismo chico fue el que tiró su café en el aeropuerto.
Kyungsoo no contaba con que el chico lo veía desde atrás, con una sonrisa.
— Wow… vaya historia –dijo Suho mientras recargaba su mentón sobre el respaldo de la silla.
— Lo divertido fue que te dijeron “bajito” jajajaja –confesó Baekhyun.
— Ja-ja, como eres el más alto de la Tierra…
— Bueno, bueno. Basta ya de tu enojo por el chico de tu sueños –Suho rio bajito.
— ¡Escuché eso!
— Me alegro. ¿Y tú? ¿Cómo te fue en tu “salida”?
— Ah… pues…
— ¿Salida? –Kyungsoo estaba confundido–. ¿De qué hablan?
— Resulta que Baekhyun consiguió un trabajo, conoció a un chico y salió con él –Suho resumió todo en pocas palabras.
— Woah, woah, ¿tuviste una cita sin mi autorización?
— ¿Desde cuándo necesito tu autorización?
— ¡Entonces sí estás saliendo con él!
— ¿Qué? ¡No! Sólo somos…
— ¿Entonces cómo te fue?
— P-pues… fui a su casa y su mamá nos cocinó.
— ¿Cocina bien tu suegra?
— Sí… No, espera, ¡no es mi suegra!
— Sí, sí, continúa. ¿Al menos es guapo? –preguntó Kyungsoo.
— Pues… no me he dado cuenta de eso…
— ¡Ajá! ¡Otra señal de que estás enamorado! Oh, mi bebé Baekhyun está creciendo –Suho se limpió una lágrima imaginaria.
— ¡Agh! ¿Quieren seguir escuchando o no?
— Claro, por supuesto.
— Bien… Después de comer, su madre me contó que él no tiene padre porque los abandonó cuando él era chico…
— Oh…
— Desde entonces él se ha encargado de sacar adelante a su familia…
— Vaya –Suho no pudo bromear por ello–. ¿Y qué más?
— Me fui solo a mi casa, pero él…
— ¿Él?
— Él… me dio un abrazo… –el sonrojo de Baekhyun regresó– y todo mi cuerpo tembló… Jamás me había sentido así…
— Entiendo –habló Suho–. Crees lo que creo, ¿verdad? –miró a Kyungsoo.
— Sí. Entonces estás progresando con él, ¿no?
— No sé –respondió Baekhyun.
— Ah, no hay problema. Y a todo esto, ¿cómo se llama el susodicho que se atrevió a acelerar tu corazón y a sonrojarte?
— Chanyeol…