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Too young to die por Andhara

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Notas del capitulo:

Hello Helloooo! Aquí estamooos!

Este capitulo me gusta mucho y nose muy bien porque. Disfrutad estos capitulos calmos, puede que sean los ultimos ;) ajajajjajajaa

Muchisimas gracias a Lee haki y a Baal (que porfin a vuelto a mi lado :'D) por sus maravillosisisisismos reviews que me ayudan a seguir y probablemente sin ellos abandonaria.

Todos a leer y a ver que os parece jiji 

Cancion del título:Search and destroy de Iggy Pop o The Stooges o nose, de los dos supongo. Esta cancion es muy muy Shino, la letra es genial jajajaja

 

Shino tamborileaba sobre su pecho. Tenían las pieles pegajosas por el sudor veraniego y Ryu notaba como los dedos de Shino se pegaban y despegaban al ritmo de una canción que solo sonaba en su cabeza.

-¿Que canción es?-preguntó Ryu, curioso de la utilidad de su cuerpo.

-Holidays in the sun.-contestó aun abstraído.

-¿Sex Pistols?

-Bingo.-había acertado y Ryu se sintió ligeramente orgulloso. El punk no era de sus géneros favoritos, pero le gustaba compartir cosas con él.

El calor era asfixiante. Tenían todas las ventanas y puertas de la casa abierta. Tumbados sobre las sabanas y sin ropa que les cubriera. Pese a eso seguían ahogados por la temperatura.

-Aquí hace mucho calor. En tu casa se está mejor.-dijo Shino quedándose sentado sobre la cama.

-En mi casa está toda mi familia.

-Prefiero ir y arriesgarme a que tu madre me denuncie por violarte que pasar este jodido calor.-dijo con voz molesta.

-También está mi hermana ahora.

-A ella si quiero conocerla, ves. ¿Se parece a ti pero con tetas?-Shino sonrió pícaramente.

- Serás capullo. Es mi hermana.-dijo Ryu captando los pensamientos impuros del pelirrojo.-Dicen que nos parecemos. Aunque es más bajita.

-Más le vale, sino sería un monstruo. – Shino rió estrepitosamente y se levantó.

Ryu le observó el cuerpo desnudo y delgado. Le encantaba contemplarle descarado. Deseó que su calzoncillo no existiera, para poder ver la continuidad de los músculos de su abdomen. Sabía perfectamente lo que se escondía bajo la tela, pero nunca le dejaba de sorprender. El pelo le estaba creciendo mucho últimamente, se seguía rapando una mitad, pero la otra le llegaba ya al pecho, por encima de los pezones. Tenía las puntas quemadas por el tinte y el sol. Era un corte salvaje y despreocupado.

-Estás sexy hoy.-dijo en un acto repentino.

-¿Hoy?-Shino arqueó la ceja, insinuando que él estaba sexy siempre. Se sentó a horcajadas sobre él.- ¿Nos duchamos? Estoy un poco guarro-dijo ladeando la cabeza. Ryu asintió y juntos se dirigieron al baño entre golpecitos amistosos y tocamientos impuros.

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Ryu abrió la puerta de su casa e hizo a Shino pasar. Él se adelantó por el pasillo, cuando de repente Ryu vió, desde la distancia, como Megumi salía del comedor. La chica saludaba a voces, confundiendo a Shino con su hermano y exigiendo porque no había comprado helado. La escena se congeló por unos segundos, Shino con las manos en los bolsillos y un cigarro en la boca, mirando a la muchacha desde arriba. Megumi, sin pestañear mirando atónita al pelirrojo. Finamente reaccionó, alternando la vista entre las figuras masculinas y poniéndose colorada por segundos.

-Pensaba que no estabas.-dijo Ryu mientras cerraba la puerta.

Megumi emitió un sonido agudo e inclasificable.

-Hola. Soy Shino.-alzó la mirada para volver a mirar a Shino.

-So-soy Megumi, la hermana de Ryuga.

-Encantado.-Shino sonrió.

-Bueno…yo me voy.-se dio la vuelta rígidamente y volvió a entrar al salón.

-Ves para arriba si quieres.-indicó Ryu. Shino obedeció y subió las escaleras a paso lento.

Ryu entró al comedor, encontrándose con su hermana sentada con la mirada clavada en la mesa.

-Megumi.-rió ligeramente y se sentó a su lado. -Tranquilízate, no pasa nada.-Megumi le miró.

-¿Os estoy estorbando, verdad?

-Que no pasa nada.-suspiró brevemente y le sonrió lleno de ternura.- Bueno, ya le has visto. Él también tenía ganas de verte a ti, ayer mismo me lo dijo.

-Ryu.-le miró fija y seriamente.- Es guapísimo. Madre mía. Como puedes sostenerle la mirada, a mí me ha puesto nerviosísima.

Ryu rió, a él también le había intimidado siempre su mirada, tan penetrante. Se levantó de la mesa.

-Me voy para arriba que me está esperando.- Megumi asintió y Ryu se dirigió a su habitación.

Al llegar Shino estaba sentado en su mesa de escritorio, mirando el techo y fumando lento.

-¿Cuántos años tiene?-dijo al escucharle entrar.

-21.

-Es guapa.- bajó la mirada y Ryu sintió el picotazo de sus ojos, tal y como había descrito Megumi. Ryu se sentó en la cama y Shino acercó la silla hasta que pudo poner los pies sobre su regazo.- Me ha recordado a una niña del centro, con el pelo tan largo y negro.-hizo una pausa mientras navegaba en sus recuerdos de infancia.- ¿Nunca te he contado nada de eso ¿verdad?-Ryu negó con la cabeza y Shino sonrió amargo.

-No tienes que contármelo si no quieres.-dijo tranquilo. Después de tanto tiempo había asumido que la vida de Shino estaba repleta de recovecos oscuros y condenados a mantenerse esquivos.

-Mis primeros recuerdos ya son allí. Según tengo entendido mi madre era drogadicta o algo así. Supongo que mi padre también. Puede que ya lleve años muerta, quien sabe. La cuestión es que le quitaron mi custodia y acabe de bien pequeño en un centro de protección de menores. Era un sitió triste ¿sabes? Estaba lleno de soledad pese estar atestado de gente. Taro llegó más tarde. Su padre había matado, o empujado a morir más bien, a su madre y de poco le mata a él. Era un niño llorón y miedoso, pero un día le pregunte si quería jugar y acabó la tarde mostrándome toda su dentadura. Vaya piños tenía el hijo de puta.-Shino rió ante el recuerdo.- Taro estaba apadrinado por una familia, le iban a visitar y le regalaban cosas. Llegó el momento que quisieron sacar a ese niño sonriente de allí, antes de que la miseria le robara la sonrisa. Teníamos 12 años cuando Taro se fue y me quedé solo. La resta ya la sabes.-pegó una calada y soltó el humo lentamente, arrastrando los segundos silenciosos. Atrapado en un recuerdo triste.- Después de recuperar la vida estuve muchos meses interno en un psiquiátrico infantil, como si fuera un puñetero loco. Cuando volví al centro aun lo parecía más y estuve a punto de creérmelo. Los niños son crueles, joder. Llegaron a la conclusión de que no me había reintegrado adecuadamente y que me estaba desestabilizando mentalmente otra vez. Lo putos genios decidieron que lo mejor era soltarme en un piso de delincuentes drogadictos cuatro años mayores que yo. Y allí estaba, con 15 años en un piso tutelado. Tutelado 5 minutos una vez a la semana, la resta era un puto descontrol. Acabé de mierda hasta el cuello. Había un chico en el piso…no recuerdo su nombre. Tenía 17 años y se avergonzaba de su propia condición. Ren, uno de los chicos mayores y un punk declarado, escupía en su propio huerfanismo, se lo mostraba al mundo y decía: así soy, si no os gusta os jodéis hijos de puta. Él, en cambio, intentaba huir y su máxima aspiración era camuflarse entre la gente normal. Recuerdo sus miradas atemorizadas y de despreció, como si le pudiéramos contagiar, como si pudiera huir de la desgracia en la que ya vivía. Con aquellas dos alternativas tan extremas entiendo perfectamente a mi yo adolescente.-rió ligeramente.- Los años fueron pasando y todos mis compañeros de piso se fueron yendo. Acabé solo con nuevos críos llenos de soledad  y odio, como yo. Tuve dos caminos muy claros en ese momento. Seguir con el legado, enseñarles a esos chicos todo lo que sabía y atarlos a la marginalidad para siempre. La otra opción era salir de ese círculo vicioso y vivir mi vida de una puñetera vez. En cuanto cumplí los 18 me mudé, y en eso estoy.-su pose se volvió más distendida y empezó a mover las manos.- No pretendo reinsertarme ni ninguna mierda así, se demasiadas cosas. Pero llegó un punto que eso no era ser punk ni ser mierda, era ser un desecho. No social, un desecho espiritual, y eso es una puta guarrada. – Shino se quedó callado y volvió al presente.

Se miraron durante unos segundos intensos. Shino sonrió pero Ryu le mantuvo la mirada.

-Eres…fascinante.-dijo abstraído por la vida que nunca comprendería, sintiéndose pequeño y simplón.

-No, Ryu. Soy un desgraciado. No lo confundas.

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Se paró delante de los frigoríficos, pasando los ojos por las cantidades industriales de helados que allí se amontonaban. Abrió la nevera y sacó uno de los cubos de chocolate. El calor en su piso era angustiante y confiaba en que el helado le ayudara a mitigar esa sensación. Arrastró el pequeño carrito hasta la caja, colocando poco a poco su compra en la cinta transportadora. Una mujer mayor a sus espaldas empezó a murmurar.

-Estos gamberros. No tienen ningún respeto por sus mayores.-logró medio entender y medio deducir Shino.

-¿Tiene algún problema señora?-se giró directamente, sin reparos ni tacto.

-Más bien que te pasa a ti. Debería darte vergüenza hablar así a una anciana como yo. Me gustaría saber que piensan tus padres de las pintas de delincuente que llevas. Sois la vergüenza de este país.- Shino apretó los puños ante la mención de la familia.

-La esperanza de vida es el orgullo y la desgracia de este país. ¿Podría compensar el daño que yo le hago a su patria sacándose del medio, no cree? – la mujer frunció el ceño y murmuró algo inteligible mientras Shino pagaba. Cuando se dirigía hacia la puerta escuchó como advertía a la cajera de que seguro que se llevaba algo sin pagar. - ¡Que le jodan, señora!-dijo Shino mientras salía, alzando el dedo del medio y enfocándolo hacía la mujer.

Unas horas después Ryu llegó a su piso para comer al salir del trabajo. Comieron juntos y Ryu le explico banalidades del día. Shino no escuchó muy atento, pero de todas formas le gustaba conversar de cosas sin importancia con el moreno. Le mantenía calmado, como si por un momento fuera normal y su vida también.

-Hoy me he peleado con una vieja en el super.-dijo distraído mientras removía su plato con el tenedor.-Me ha llamado maleante, maleducado, ladrón y desecho social. Desecho social tú, vieja hija de puta, que cobras la pensión del trabajo honrado. No del mío, pero sí del tuyo, por ejemplo.-sentenció señalándole con el tenedor.

-¿Pero que le has hecho tú?- dijo Ryu con curiosidad. Tales insultos no se decían normalmente por que sí.

-No es la primera vez. A las ancianitas no les gusta que un chico con pendientes y el pelo teñido vaya antes en la cola del super. Son así de amargadas.-por un momento Ryu fue consciente de que Shino aún estaba más estigmatizado de lo que creía.

-¿Te suele pasar?-preguntó con un deje de condescendencia en la voz.

-De vez en cuando. Es divertido a veces.- hizo una sonrisa socarrona.- Es un desafío intelectual.-dijo mientras se golpeaba la sien con un dedo.-A una vieja no puedes soltarle una patada en la boca, si haces eso vas al cuartelillo.-parecía que lo supiera por experiencia, pensó Ryu.- Las tienes que derrotar con el ingenio.- Shino tenía una sonrisa divertida y el moreno intuyó que en el fondo le gustaba discutir y berrear.

-A veces me das miedo.-declaró Ryu , asustado de la mente perversa del chico. Shino amplió la sonrisa y siguió comiendo.

-¿Te gusta el helado de chocolate?-se levantó de la mesa y abrió el congelador, sacando el enorme tarro y un par de cucharas.

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Sin saber cómo había llegado allí Ryu se encontró atado de manos en la cama de Shino, con los brazos sobre la cabeza. Sintió el helado frio contra el pecho y Shino lo lamió antes de que se deshiciera, lleno de gula y lujuria. El vello se le erizó y se sintió tremendamente desprotegido ante la desnudez y la incapacidad de moverse.

-¿Quieres?-dijo Shino con el helado en la mano. Ryu estaba tremendamente asustado (y cachondo), pero asintió con la cabeza y abrió la boca esperando por la cucharada. El helado llegó, pero no como él había pensado. Shino sostuvo los dedos embadurnados de chocolate delante de su cara e hizo un ademan con la cabeza. Ryu lamió tímido y Shino sintió la razón desaparecerle por completo.

-Buen chico.-dijo mientras acababa de lamer sus propios dedos y bajaba hasta la entrepierna del moreno. Si era sincero, había encontrado una mejor utilidad al helado que la de mitigar el calor.

El sexo era sucio y salvaje y aunque ninguno de los dos lo dijera en voz alta, les gustaba. Estaba muy bien dormir abrazaditos, pero morder y embestir con violencia era aún mejor. Ryu empezó a sentir un escozor en las muñecas por el roce del cinturón. El sudor perlado de la frente de Shino le caía al pecho. Este se revolvía sobre él en embestidas hoscas y gruñidos guturales, apretaba los dientes ante el esfuerzo y el calor les asfixiaba.

Por la casa silenciosa sonaban los gemidos sordos y respiraciones agónicas de los chicos. A Shino le pareció escuchar de fondo música rock en una radio, quizás en algún piso vecino. Sonrió entre bufidos. Recordó como hacía unos meses había pensado que estar con Ryu sería como sexo punk. No estaba tan equivocado.

-¿De qué te ríes?-dijo Ryu con el ceño fruncido y entre gemidos ahogados. Aun llevaba las manos atadas y se revolvió bajo su peso.

-De ti no, idiota.-le mordió la boca y la mandíbula. Ryu bufó de placer-Estaba pensando que me gusta esto. Hacerlo así. Sudados. Atados. Me pone.-dijo con una sonría torcida.

-Callate.-dijo Ryu avergonzado, intentando ocultar como le excitaba ese gesto.

Shino rió con alegría y acurrucó la cabeza contra su frente. Ryu le abrazó la espalda como pudo y el alma de Shino dió un suspiro de alivio. Eso era el amor. Eso era sentirse querido.

Notas finales:

Taraaaaaaa! Que bonito es el amor cuando llegaaaa! lalalalalala

La cancion que Shino tamborilea es Holidays in the sun de Sex Pistols, efectivamente. Sospecho que es una cancion bastante dificil de tamborilear, pero la escuche ese dia y me dieron ganas de ponerla jajajaajaja

Shino es mas bonico, pobrecito mio.

Reviews! reviews! quiero reviews!!!! Hacedmeee feliiiiz vaaaaaa! 

Nos vemos en una semanita!

Muakis


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