Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Too young to die por Andhara

[Reviews - 29]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Quien se lo esperaba?

Nadie! Ni yo misma. Es lo que tiene tener que entregar un trabajo hoy, que te pones a pensar y mira...Me ha entrado la morriña de estos nenes

A ver que tal

Cancion de titulo: Nettles de Arctic Monkeys (la más punk que tienen, diria)

One-shot

-Shin, si no colaboras no te podré cargar hasta casa ¿sabes? -dijo Taro entrecortadamente por el esfuerzo.

Shino rio con estrepito, como le gustaba hacer cuando había bebido demasiado. Que todos escucharan su risa. Que todos vieran como se reía del mundo. Era un chico feliz ¿acaso no era obvio?

-¡Shin!- Taro gritó exasperado, soltándole de repente.

Shino, por suerte, tubo los reflejos suficientes para agarrarse a la bomber del moreno.

-Eh, eh. ¿Que son esos modos?  -dijo con el ceño fruncido y una sonrisa escapándosele por la comisura del labio.

- ¿Esos modos? ¿Cuáles son los tuyos? ¿Ponerte hasta el culo cada puta semana y que yo te lleve a casa? Si no fuera por mí ya estarías ahogado en tu propio vomito en una cuneta. Pagas de forma poco grata mi compañía.

Shino se irguió. Ninguna sonrisa cruzaba ya su rostro.

- ¿Si no fuera por ti, dices? No me hagas hablar carbón de mierda. Vete a tu puta casa, que no sé dónde debe estar, de todas formas. ¿Te recuerdo donde vives ahora?

Taro bajo la mirada con los puños prietos. Shino sonrió internamente, era un buen perrito sumiso. Callaba cuando debía.

-Ahora ayúdame a llegar a MI casa si quieres entrar en ella esta noche, o las que vengan.

-A veces me das asco Shin, te lo juro. -dijo Taro volviéndole a cargar.

-Lo se soy repugnante. ¿No es genial?

--------.

- ¿Quieres saber una cosa?

-No, no quiero. -dijo mientras recostaba a Shino en su mugroso colchón.

-Sí, sí quieres. -dijo Shino frunciendo el ceño con actitud infantil. Llevaba el pelo corto y negro, como cuando eran pequeños. Taro no sabía si era eso, o si realmente parecía menor, pero su rostro había perdido años y en ocasiones parecía que su mente también. - El día que dormiste aquí. ¿sabes?

- ¿Cuándo? - dijo Taro, sin saber bien por donde iban los tiros.

-Sí joder. Cuando nos volvimos a ver. La primera.

-Ah, ya se. Cuando quedamos por primera vez.

-Sí, ese. Pues ese día soñé que me hacías una mamada. Pero fue muy realista, tío. A veces te miro y aun dudo si fue verdad.

- ¿¡Qué?! ¿Qué coño dices? No te he hecho una mamada nunca Shin, ni tengo planes hacértela. –gruñó mientras le sacavaba las botas.

-Pues en el centro me hiciste una paja.

Taro levantó la cabeza, apresurado. Shino pudo ver su rostro colorado.

- ¿Qué? -dijo nervioso. - Eso no fue así Shino, no te inventes cosas. Era un juego, no cuenta. No, no.

-Claro que cuenta, Taro. Pregúntale a cualquiera.

- ¡NO! -dijo con fuerza, visiblemente incómodo.

Shino rio estrepitoso, agarrándose la barriga.

-Si no contará… ¿Te pondrías tan nervioso? -pronuncio felino, con su sonrisa torcida. -Igual que cuenta la mamada, al menos para mí. O quizás no, creo que no me corrí.

- ¡Calla Shin! ¡Calla!

Shino volvió a reír. Acarició la cabeza de Taro, aun agachado desabrochándole las botas. Tenía el pelo largo y suave. A veces Shino deseaba tenerlo así, para poder tocárselo a si mismo por las noches y acallar el sonido atronador de su mente. Taro le miró a los ojos y sonrió ligeramente, sin mostrar los dientes. Sentía compasión, Shino lo sabía.

-Gracias Taro. Por cargarme hasta casa. Todas las noches.

-Para algo estoy, ¿no? - Taro volvió a sonreír. Shino no quería admitirlo, pero sabía que le necesitaba allí y le daba las gracias por eso.

-También siento decirte estas gilipolladas. No follo mucho. Ya sabes. -Shino se rascó la nuca.

-Por qué no quieres. –Taro por fin se levantó, las botas abandonadas ya en el suelo.

-Puede…

Con la mirada clavada en el suelo Shino no puedo evitar pensar en él. En su porte serio y sus ojos negros. En cómo le miraba. Shino estaba acostumado a las miradas de desprecio, a las de compasión, a las de asco y rabia, pero nunca nadie le había mirado con devoción y Ryu rebosaba de ella. Cuando Ryu le miraba, Shino se sentía menos desgraciado. Pero bueno, eso eran tonterías, ya nadie le miraba así. Algunas noches entrar a su piso o a su cama se volvía de los actos más insoportables. Llenos de recuerdos, llenos de rabia. Tan lleno que a Shino le desbordaban. Esas noches se tenía que mudar a la cama con Taro, que era lo único que no estaba en esa casa cuando Ryu la contamino. Taro en si le recordaba a su vida pasaba, antes de Ryu y después. Si se esforzaba Ryu podía no haber existido nunca. ¿Acaso quedaba algo de él aparte de su propia pena?

-Tu podrías consolarme este pesar. -dijo Shino con su bravuconería ladina.

- ¡Que te jodan! -dijo Taro riendo a carcajadas con su amplia sonrisa.

-Te podrías echar una novia. A mí no me importaría que la trajeras aquí. Porno gratis, oiga.

-Tss. ¿Para qué quiero una? Ya te tengo a ti y estoy seguro que eres el triple de tiquismiquis. – reían amenos.

-No, no una de esas. Una de verdad, que os queráis y eso.

- ¿Ahora crees en el amor? - Taro lanzó una carcajada burleta al aire mientras se sentaba a su lado. Parecía que iba para largo.

-La vida es solitaria. Compartirla está bien. Supongo. -dijo Shino encogiéndose de hombros.

Sí, eso suponía. Debía estar bien tener alguien en quien confiar. Lo suponía, porque él no sabía sentir nada que no fuera dependencia. Pequeña hormiga repugnante. Tan débil como un palillo, tan fácil de quebrar…Sí, definitivamente debía estar bien tener alguien que te hace la vida más fácil de vivir. Pero eso él no lo tendría nunca, él solo se la sabia complicar.

- ¿Por qué dejaste que se fuera? -la pregunta llego rápida, inesperada y mordaz.

Taro nunca había preguntado. No tan directamente. Shino sintió una mordida salvaje y gutural en el cerebro. Como si una gran bestia le estuviera agarrando la cabeza entre las fauces. Un pinchazo empezó a presionarle la sien. Shino levantó la mano al intento de comprobar que no tuviera graves perforaciones en el cráneo. Al bajar la mano realmente esperaba encontrar sangre en sus dedos delgados.

- ¿Shin? -Taro le llamó, haciéndole volver a la tierra. No había ningún puma en la habitación, solo él, Taro y su desdicha.

- ¿Eh? No.…no…no me quería. No quiero a alguien a mi lado que no me quiere en el suyo. Bueno, no es que no le quisiera. Joder… Cuando me dijo que se iba a Kyoto. No…no puedo explicarlo. Fue como caer al puto vació, como si el suelo que me sujetaba se desmoronase. Al principio creo que fue rabia de que me dejara. Me he dado cuenta que tenía miedo de echarle de menos. Tampoco me ha servido de mucho. - rio amargo.

-No hace falta que te rías. Sé que no te hace ni puta gracia. - Taro le coloco la mano en la rodilla cariñosamente.

-Sí, puede que tengas razón. -dijo Shino mientras los ojos se le humedecían y sentía como la comisura del labio le empezaba a vibrar.

No, definitivamente ya no hacía falta. 

Notas finales:

Ai mis niños...como los echo de menos. Mi nuevo fic no acaba de arrancar y aiii nose, les echaba de menos

Os gustaria algun one-shot más del tipo? Con Ryu quizas?

Os amo!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).