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Blank Space por waka-yukari

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Notas del capitulo:

No sé si seguir con la fiesta o con el pasado de Tony, creo que mejor con la fiesta y luego con la explicación de las cosas que no entienden (?) xD 

-Santo Cristo, Tony-gritó atemorizada la pelirroja, el moreno cubrió de nuevo su cuello y miro para todos los lados del salón

-Da gracias a los  cielos que fue el viernes, ya es menos por ahora ¿estas feliz Romanoff? Es un maldito bastardo. No es un pueblerino cualquiera es un animal- Tasha se mordió el labio

- Tony, te juro que cuando lo conocí no parecía un loco- sus cejas se elevaron y la ira se apodero de él, la señalaba con su dedo índice mientras la acorralaba contra la pizarra del salón

- ¿Qué diablos no me has dicho?- la rusa inhalo fuertemente y cerró los ojos para decir toda la verdad

-hace unas semanas fui a un bar con Clint y entró Rogers para pedir información de  cómo llegar a su casa. Amablemente me acerqué a él para guiarlo y darle la bienvenida.  Además de que sabía que era como "él”: rubio, ojos azules, musculoso y atleta, pensé en que sería buena idea presentar te lo y que de una maldita vez enfrentes tu miedo y dejes de ser algo que no eres-gruño molesta la rusa. El  asombro lo invadió primero y poco a  poco la ira misma.

-Confío en ti, sabes todo acerca de mí, te lo confió no para que vayas haciendo mis temores realidad Natasha- Tony estaba rojo. Su amiga no había traicionado su confianza pero había tocado un fibra de su ser muy sensible y frágil. Algo que no debió ser descubierto y mucho menos forzado a salir de él.

-Lo siento Tony pero estuve contigo en ese momento, lo mucho que...lo siento, pero ambos sabemos que tú y Rogers, hay una fuerza que los une, un magnetismo y no puedes negarlo. Y menos ahora viendo cómo te ha marcado como suyo- Tony abrió la boca

-¿Te estas escuchando? No somos nada, no soy de él. Solo fue una estupidez de su parte, está demente, ni siquiera somos amigos de verdad. Solo formalidades- Si, como no. Miéntete a ti mismo Tony. Ya eres más de él que tú, suyo. Siempre.

-Bien, y dime ¿qué más sucedió?- un golpe de calor mareo a Tony y se reflejó en sus mejillas rojas. Sudo frío al recordar el mejor orgasmo de su vida y lo más patético de todo fue que por un beso. Un maldito beso solamente.

-Nos...Nos besamos y me corrí- Un risita ahogada salió de Natasha hasta convertirse en una carcajada de ironía. Se acercó a su amigo y lo tomo de las manos- Pero, me di cuenta de algo. Él tiene una motocicleta del año. Necesita el dinero, como dijiste hará todo para mantener la beca y...puedo, sacar provecho de eso. Yo le puedo dar el mundo entero, Natasha. Es una enferma necesidad que ha crecido en mí para retenerlo a mi lado.

-Está bien, siempre me pasa con Clint...me alegra saber que si lo disfrutaste de todos modos. ¿La fiesta seguirá adelante? Y por lo último, se llama amor- Tony se encontró con su mirada y asentó, sus labios juntos en forma de puchero. Y con un corazón casi a punto de salirle y negado de decir que fuera amor. Joder, apenas, muy apenas habían hablado, acababa de terminar la primera semana de clases. No era posible. Pero Natasha sabía muy bien el por qué. Tony ya estaba enamorado de él desde hacía muchos años.

-Maldición, sí. Te veré el sábado en mi casa, te necesito ahí, conmigo para todo- La rusa le sonrió y le beso la mejilla para dejar a un Tony ahí de pie en medio del salón envuelto en sus pensamientos- Supongo que tendré que invitarlo yo...ahora.

********************************

No, no lo haría. Dos semanas y aún no se reportaba con él. Él tenía que hacerlo, era el Presidente del CU pero todos los foráneos estaban sobre Rogers. Era difícil ser el capitán de equipo y el presidente de la junta de estudiantes foráneos como él. Y los estudios.

Como Rogers le había dicho a Stark; tenía que mantener su beca de deportes para poder costear su Universidad y con el dinero restante algunas facturas y necesidades básicas. Steve trabajaba medio tiempo de guardia de seguridad en la caseta de una de las divisiones de Industrias Stark que estaban a fueras de la ciudad en turno nocturno. Si, la vida de Steve era una mierda pero valía la pena. Vivía solo, no tenía familia. Tenía un pequeño departamento que un amigo de él le había prestado para su estancia, así era un peso de menos encima. Solo quedaba lo restante. ¿La moto? Bueno, siempre había trabajado y al fin al inicio de ese año se pudo comprar su motocicleta. Al fin. Escuela, entrenamiento, descanso y trabajo. Rutina diaria.

-¿Tony? Habla Rogers- metió sus manos a los bolsillos y con su oreja sostuvo su móvil- ¿ya sabes algo de lo que conversamos en tu casa?- O más bien de ese orgasmo fantástico y único. De marcarlo como suyo.

Sabía que Tony lo odiaba después de lo que había hecho. No había mostrado ningún signo de placer y lo había marcado, dejándolo con una gran mancha de semen en sus pantalones caros y temblando, sin ningún beso. Pero, demonios, desde el momento en el que lo había visto delante de su pupitre con olor a almizcle y con ese porte, sabía que tenía que hacer a ese playboy suyo. Del cual había escuchado tantas maravillas y lo describían como un chico guapo y deseado por todos, hombres o mujeres, en la ciudad. Y veía por qué, solo que esa actitud arrogante...eso. Lo hacía desearlo como un loco. Ahora habiéndolo marcado, podía ir lento y jugar el juego que Tony estaba planeando, sin ninguna prisa.

Stark lo subestimaba por ser un "pueblerino" y lo pudo leer al ver la cara de Tony al ver la motocicleta del año que poseía. Sabía que Tony le diría que podía darle el mundo entero. Comprarlo con dinero pero como se veía que apenas lo conocía. Dos semanas y su mundo se había vuelto un caos. Y su polla. Todo por un playboy heterosexual. Rogers lo había sido hasta ese día.

-Bien, salgo para tu casa en unos minutos- colgó el móvil, tomo su casco y se dirigió a la mansión Stark

Esta vez fue un recibimiento normal y no un “tratar de impactar o quedar bien” con el nuevo de la ciudad. Tony lo esperaba en la puerta viendo su móvil muy entretenido, sin darse cuenta que Rogers había llegado.

-Hola, Tony, gracias por…- pero el moreno seguía sonriéndole a su pantalla. Eso le hirvió la sangre el rubio, haciendo que acorralara el cuerpo de Stark. Respiró cerca de su oreja- ¿Me prestarás atención o seguirás con ese maldito aparato?- El corazón de Stark se detuvo y levanto su mirada

-Lo siento, yo…- guaro el móvil- adelante, pasa. Veamos lo pendiente- Tony se deslizo por debajo del brazo de Rogers. Nervioso camino hasta la biblioteca y se cubría el cuello. Eso complació a Rogers. Usaba camisas menos reveladoras. Las puertas se abrieron en automático.- Jarvis, abre la presentación y muéstrale al señor Rogers las propuestas para cada punto a tratar- Dios, tanta elocuencia en su voz, educación y preparación. A su corta edad y ser el dueño de una empresa era demasiada responsabilidad. Steve analizo cada solución a las quejas, todo era minimalista y al punto a tratar.

- ¿Y bien? Levanta el proyector, Jarvis- Rogers arqueo una ceja y lo miro perdido.

-¿Quién es Jarvis?- Oh, sí, eso.

-Jarvis es una fuente inteligente artificial, algo así como mi amo de llaves, lo desarrolle hace algunos años así que aún está en fase beta para mi gusto-

-Gracias, señor- respondió el I.A.

-Muy bien Stark, tus propuestas satisfacen las necesidades de mis compañeros. Gracias por tratar este tema urgente – se puso de pie- es hora de marcharme, gracias de nuevo- extendió la mano pero Tony se limitó a tocar el lugar donde estaba su marca. Marca de posesión.

-Sí, de nada. Verás, antes de que te vayas…yo…-Rogers se cruzó de brazos haciendo que su camiseta blanca se pegará más a su cuerpo, haciendo que las rodillas de Tony se derritieran y algo más despertará su lívido.- Este fin de semana daré una fiesta de bienvenida, para ti… ¡para los foráneos!- corrigió- y quería ver si tu quisieras ir- Rogers sonrió de lado.

-Con gusto, Stark, estaré ahí el fin de semana…- un poco vacilante pero sin dejar su postura de “soldado”, recta y firme se aproximó a él. Con su dedo índice todo la marca.- ¿Aún te duele?- Tony se estremeció ante ese toque, apretó los ojos y gimió muy bajo.

-¿Por qué lo hiciste? Dolió como un carajo, Rogers.- Steve abrió su boca pero nada salió de ella. Y en verdad ni él lo sabía. Tuvo la necesidad de hacerlo.

-¿Por qué lo hicimos Tony? Esa es la pregunta. Debo irme, voy tarde a mis asuntos personales- Steve dio la media vuelta sobre sus talones y ser marcho. Nuevamente dejándolo ahí. Dinero y deseo.

Las lágrimas invadieron al moreno, su corazón dolía como una patada en el culo.

-Jarvis, cierra todo, no quiero ninguna interrupción- subió al segundo piso donde estaba el cuarto de baño. Entró y se desvistió. El agua caliente arrojo vapor, el ardor alivio la tensión en sus hombros. Se recargo en los azulejos fríos y eso lo hizo arquear su espalda. La marca que Steve le había dejado cobro vida, enviándole una punzada a su polla. Esta erecta, sensible y dolida. Goteaba por atención. Diablos, nunca lo había hecho…no desde hace mucho. Su mano envolvió su polla y poco a poco la comenzó a masajear, de arriba abajo. Imaginando los labios de Rogers apretando y succionando la cabeza, hizo eso con su semen pre-eyaculatorio y con su mano ahueco la cabeza, imitando su fantasía. Su espalda estaba arqueada, sus labios atrapados por sus dientes. Su otra mano libre bajo hasta su entrada donde lentamente jugo con su entrada. Necesitaba ser llenado. Rogers. Gritaba Tony a todo pulmón. Metió dos dedos lentamente, lento. Ardor y dolor, se retorció y se detuvo. Al fin pudo moverlos a un ritmo de una follada. Los curveo un poco y gritó ¿Qué había hecho? Su mano estaba manchada de semen, sus piernas le fallaron. Tuvo que recargarse contra los azulejos.

-Un orgasmo…Mierda, ese lugar que toque…mierda- no sabía nada de como masturbarse o dilatarse.

Cerro la regadera y tomo una toalla, se secó y se cambió por unas pijamas. Lentamente se dirigió a un cuarto pequeño, olvidado en uno de los rincones de la casa. Un cuarto decorado para un niño, miro en el fondo esa pared vacía y el armario cerrado con llave. Era su cuarto de niño y de adolescente. Todo había comenzado ahí. Vio, debajo de la cama eso. Se acercó y se agacho para sacar un polvoriento y viejo álbum de cromos “Jugadores de la NFL XX”. Sus manos temblaron y se fue directamente a la mitad del álbum, de donde habían arrancado la hoja. Respiraba agitado, entre cortado, excitado. De un golpe lo cerró.

-¡VETE A LA MIERDA, VETE A LA MIERDA!- cerró de nuevo su cuarto de niñez y se dirigió al de él. Para pasar una tarde dormido y sin interrupciones. 


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