—Oh, ¿entonces ese fue el regalo que ChanYeol te dio cuando te pidió ser novios? Es lindo.
BaekHyun asintió, mirando con cierto orgullo el brazalete de plata en su muñeca izquierda. El chico bajito respondía cada una de las preguntas que provenían de uno de los hyung mayores: LuHan. No había sido capaz de verlo desde que regresó a Corea, pero gracias a MinSeok se había enterado de lo que ocurrió hace poco más de una semana atrás en casa de los cuatro chinos.
Era 31 de diciembre, y entre doce chicos habían decidido recibir el año nuevo en casa de JoonMyun (ya que era la más grande y bien podrían estar cómodos, además que él se había ofrecido antes). Era el único que tenía un apartamento para sí solo –o eso decía, porque Yixing casi vivía ahí–. JoonMyun, conocido también como SuHo, era el anfitrión esa noche, aunque no estaba solo, pues su preciado novio se auto-propuso como ayudante. Tenían bebidas, una cena y demás botana; definitivamente era una reunión en grande.
Los primeros en llegar habían sido LuHan y SeHun, junto con KyungSoo y JongIn. Aunque, bueno, en realidad se habían encontrado en la entrada, mientras el alto moreno tenía aprisionado al mayor petiso contra una de las paredes y casi le asfixiaba en un beso. SeHun ocultó su risa y LuHan carraspeó, llamando la atención de los chicos, quienes sonrojados se separaron y luego tocaron el timbre, siendo recibidos por un risueño Yixing. Poco después de que ellos entraran y tomaran asiento en respectivas parejas (y de que SeHun siguiera lanzándole pícaras miradas a su amigo, quien sólo desviaba la suya avergonzado), el timbre sonó de nuevo. Esta vez eran ChanYeol, BaekHyun, MinSeok y JongDae. Mientras que los primeros dos estaban de lo más felices y acaramelados, el segundo par parecía haber peleado, pues el mayor tenía los brazos cruzados sobre el pecho, ignorando lo que parecían súplicas de su menor.
BaekHyun corrió hacia LuHan y le abrazó con fuerza, haciéndose espacio en el sillón. SeHun supo lo que vendría y, por más que adorara a su novio y considerara al otro chico como un buen amigo, no estaba seguro de atender a esa plática, así que se levantó y fue con ChanYeol a saber de qué hablarían. Y así fue como inició la converación. Baek informó que MinSeok y JongDae habían discutido porque el mayor quería conocer a los padres de su novio, mientras que éste, por el contrario, dijo que no era necesario aún, terminando todo aquello en un castaño de lindos ojos todo enfurruñado y con otro castaño rogando por perdón a la vez que explicaba el por qué.
—ChanYeol puede ser bastante idiota, mas debo admitir que fue un bonito gesto… Sigo sin entender el traje de Chen, pero es mejor que no pensemos mucho en ello.
—Cierto —acordó LuHan entre risas—. Kris me contó que Tao también se había vestido de Santa, justo el día que yo llegué. Al parecer planeaba hacer algo “similar” conmigo y SeHun, pero creo que nos adelantamos un poco. Hubo ciertas cosas que no dijimos ninguno de los dos a nadie más cuando nos despedimos aquel día.
Como si lo hubiese invocado, el timbre sonó de nueva cuenta esa noche, y a juzgar por los que estaban presentes, esa sería la última vez que sonaría. Tao y YiFan entraron abrazados –más bien Tao se sujetaba al brazo de su novio–, saludaron a JoonMyun y a Yixing en la entrada y luego al resto que estaba en la sala de estar. JongDae y MinSeok se habían perdido hacía cerca de cinco minutos, luego de que el más grande dejara de hablar con KyungSoo y avisara su ida al baño. Claro, Chen no tardó en reaccionar e ir tras él. JongIn aprovechó y volvió a su lugar junto a KyungSoo, abrazándole por un costado y recargando la cabeza en su hombro (antes se había levantado para hablar con SeHun y ChanYeol cerca de la mesa con botanas). Los otros dos chicos altos siguieron su ejemplo y fueron con sus respectivas parejas, sentándose con ellos. Aunque ChanYeol en realidad levantó a BaekHyun y le hizo sentarse sobre sus piernas, a pesar de las negativas y reproches del mayor porque le soltara. En respuesta, el más chico sólo le apresó por la espalda y sopló su nuca. A veces podía ser muy posesivo y se había sentido demasiado ignorado desde que llegaron al lugar. SeHun fue más discreto, pues sólo tomó asiento junto a su novio, lo abrazó con un solo brazo y besó con delicadeza su mejilla.
Tao se ofreció como tercer ayudante y Kris, para no quedar solitario entre tanto cariño, hizo lo mismo. Entre los anfitriones y ellos dos acomodaron la mesa, pues ya era hora de la cena y debían prepararse. Cada quien estaba absorto en sus asuntos, sin distracciones. O eso fue hasta que un grito se escuchó al fondo, haciendo a todos regresar al planeta tierra y prestar atención, como buenos curiosos que eran.
—¡TE AMO! ¡TE AMO! ¡TE AMO!
—¡Más te vale que cumplas tu promesa, Kim JongDae!
Aquellos gritos avivaron la expectación de todos los presentes. Las voces no provenían del baño, sino del pasillo que llevaba al mismo.
—¿Se arreglaron? —preguntó LuHan, tratando de agudizar su oído.
—No sé… ChanYeol, no me aprietes tanto.
—¡Tienes hasta finales de enero! ¿¡Entendido!? No pienso pasar otro San Valentín sin ser presentado como tu novio formal. ¡¡Llevamos saliendo dos años, carajo!!
—¡Lo prometo! ¡¡TE AMO!!
Luego de aquello vino un silencio, siendo cruzado solamente por las respiraciones de algunos, pues otros hasta habían decidido no respirar para no perderse de nada.
—Creo que han solucionado su problema… ¿Alguien quiere arriesgarse e ir a avisarles que ya está la cena? —musitó el dueño de la casa, sosteniendo una carcajada cuando todos le miraron de vuelta con una expresión de “No me jodas, no quiero ver sus porquerías”.
—Yo me arriesgo —dijo KyungSoo y se levantó con dificultad (debido al agarre de su novio).
—¿Quieres ir aprendiendo cosas para aplicarlas luego con JongIn? —bromeó ChanYeol, causando carcajadas en los demás, que luego se congelaron al recibir una fulminante mirada por parte del bajito.
—No necesito verlos a ellos. Me ha bastado con verlos a ustedes dos ayer cuando fui con JongIn. Teniendo una habitación y la casa de Yeol, ¿de verdad tenían que manosearse junto al árbol de navidad? Sucios exhibicionistas —agregó, negando con suavidad.
Aquella frase fue como el detonante que hacía falta. Las carcajadas a todo pulmón no se hicieron esperar, provocando que el rostro de los implicados se tornara a rojo, antes de unirse a las risas de los demás.
—¡Eh! ¿De qué tanta risa y sin mí? —preguntó JongDae, quien venía tomado de la mano con MinSeok y se aparecían con una gran sonrisa. Ya no era necesario ir por ellos, así que KyungSoo fue junto a JoonMyun y le hizo una seña al resto para que se acercara.
—Es porque nos reíamos de ti —dijo Kris, sonriendo de lado.
—Discutíamos sobre quién se llevaría un trauma para decirles a ustedes dos que era hora de cenar —comentó SuHo, encogiendo los hombros.
Con una mirada entrecerrada que pretendía mostrar molestia por parte de JongDae y con un bufido avergonzado de MinSeok como respuesta, los doce chicos prosiguieron a cenar. Fue una cena sencilla, pero bastante divertida. Hablaban entre bocados sobre todo lo que les había sucedido durante ese largo año. Un largo año donde en ciertos meses parecía no haber esperanza alguna en sus sueños o en lo que anhelaban. Sin embargo, también estaban ahí los meses llenos de ilusión, de risas y de buenos tiempos; la mayoría vividos entre esos doce amigos que se habían conocido y hecho cercanos por razones extrañas de la vida, pero que, sin duda alguna, no era por coincidencia alguna. Motivos había y brindaron por ello.
Cuando terminaron de comer –más bien de decidir levantarse de la mesa, pues hablaron más de lo que comieron–, eran cerca de las 11:45 de la noche. Salieron al patio trasero, donde había un jardín adornado con luces navideñas de muchos colores, lo que le daba un toque agradable al ambiente. Habían también sillas de descanso, todas unidas, dando la sensación de ser una sola, y una mesa al centro de todo. Desde ahí se veía con claridad el cielo nocturno y al frente había un proyector que reflejaba a una pared la hora. Eran las 11:52 cuando se acomodaron en los asientos, ignorando el frío viento que corría de vez en cuando. La noche acababa.
Los doce se sentaron en parejas, como era de suponerse, pues al mismo tiempo buscaban darse un poco de calor… En el buen sentido.
—Faltan 6 minutos —avisó Yixing al ver cambiar el último número de la columna de minutos en el reloj.
—¿Todos tienen ya su propósito para el próximo año? —preguntó BaekHyun, mirando alrededor, recibiendo asentimientos con sonrisas.
—Yo sólo quiero estar sano y estar con las personas que más quiero —respondió Yixing, como sólo él podía—. No pido nada más.
—Tan lindo, como siempre —murmuró JoonMyun, sin poder evitar la sonrisa en sus labios.
Los demás estuvieron de acuerdo en lo que a su “nivel de lindura” respectaba, pues el resto sí tenía un propósito “más definido”, desde conseguir un empleo, pasar al siguiente año en la universidad, hasta conseguir que su novio lo presentara a sus padres antes de febrero (ya saben de quién hablamos).
—Un minuto —anunció ChanYeol, tomando la mano de su pareja.
La emoción crecía conforme podían observar los segundos cambiar digitalmente en la proyección. Los ojos de nadie se separaban del tiempo, era momento de prepararse. Era el momento por el que se habían reunido: recibir el año nuevo, dejando uno más atrás en sus vidas. Cuando el reloj marcó las 11:59:50 tuvo un cambio. En pantalla ahora se mostraba una cuenta regresiva, comenzando desde el 10. Sin pensarlo, los doce se fueron levantando de sus asientos, ansiosos por lo que sabían que seguiría. Empezaron murmurando «10, 9, 8, 7», pero pronto sus voces fueron tomando intensidad «6, 5, 4», hasta que algunos casi gritaban.
«3…
2…
1…»
Y fue ahí, justo ahí, en el mismo instante que los fuegos artificiales comenzaron a hacerse paso en el negro cielo que todos corearon un fuerte y claro:
—¡FELIZ AÑO NUEVO!