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Amor Yaoi
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Celebrando el Año nuevo, festival, besos y terminando la últma noche del año con amor por 1827Forever1827

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Notas del fanfic:

Katekyo Hitman Reborn no me pertenece, es de Akira Amano. 

Si me perteneciera haría varias continuaciones Yaoi con las parejas que me gustan, ya que por todo el mundo hay fans del Yaoi.

Casi una semano pasó desde que Hibari y yo nos hicimos novios, ya era 31 de Diciembre y faltaban horas
solamente para media noche. Este año mis padres decidieron ir al festival que se lleva a cabo todos los años
en el templo de la ciudad, regresAríamos a casa para brindar antes de media noche y lo que me tiene tan
nervioso es que Hibari aceptó ir con nosotros.

Estaba en mi cuarto arreglandome para salir, mi madre mi padre se preparaban igual que yo, mi madre
preparó un banquete para mañana lo cual espero ansioso, mamá es una gran cocinera.

Cuando estuve listo bajé, en la sala mis padres me esperaban, mamá chillo al verme y papá lloró en
silencio. Yo solo les sonreía con una gota detrás de mi cabeza mientras mi madre no parba de tomarme
fotografías.

-Bueno, ¿Nos vamos?- pregunté.

-¡Si!/Si- asintieron mis padres, uno más efusivo que el otro.

Salimos de casa, caminabamos con tranquilidad. Hacía algo de frío pero dentro de todo estaba bien. Había
quedado con Hibari para encontrarnos frente al templo, de ahí entraríamos todos juntos.

Conforme ibamos llegando se escuchaba más ruido, era casi de noche y habían algunas nubes cubriendo el
cielo nocturno. Mi corazón latía algo fuerte, esperaba que Hibari hubiera llegado ya.

Ya en la entrada no vi a Hibari, nos quedamos esperandolo un momento hasta que apareció. El se veía tan
bien, traía una Yukata negra que resaltaba su blanca piel y su formado cuerpo. Le quedaba perfecta.

-Lamento el retraso- se disculpó dando una reverencia a mis padres. Luego me miró por un rato con su
típica sonrisa, no pude evitar sonrojarme. Se acercó a mi, tomó mi mano y le dió un beso. Me pude rojo y oí
a mi madre chillar de emoción- Te ves hermoso.

Y es que por primera vez acepté usar uno de los Kimonos que mi madre me confeccionaba, quería que a
Hibari le gustara. Era de seda color rojo sangre con matices negros, tení un lindo estampado de colibrís en
azul claro, el obi era negro con dos cordones azul claro tambien. En el cabello me puse un broche de una
mariposa lila muy linda.

-G-Gracias- dije avergonzado.

-Bueno, entremos- dijo mi padre, que ya había dejado de llorar.

Hibari me puso su brazo y lo tomé, me sonrojé un poco pero sonreía, estaba contento de estar así con el.
Subimos las escaleras y entramos al festival, de inmediato pude notar varias miradas sobre nosotros, me
puse nervioso. Mi madre parecía no notarlo, mi padre estaba con una ceja alzada y a Hibari no parecía
importarle.

-Ignoralos- me dijo Hibari a lo que voltee a verlo.

-Pero... ¿Por qué nos miran?- No me digan que es porque somos chicos.

-No es porque seamos chicos si eso piensas- me leyó la mente- No, no leí tu mente.

Hice un puchero- No hagas eso- el solo sonrió de lado.

-No te pogas nervioso, no es a ti a quien miran, es a mi- no entendí eso- Mi comité es el encargdo de la
seguridad del festival.

-Ehh, ¿En serio?- no lo sabía.

-Si- miró a los lado como buscando algo- Tus padres no estan- se detuvo.

-¿Eh?- mire a mi alrededor y era cierto, mis padres no estaban por ningún lugar- ¿Donde estará?

-Ya los vi- Hibari me señaló una ceseta de tiro, mi padre intentaba conseguirle a mi madre un conejito y ella
lo miraba mientras comía un Takoyaki, un algodón de azucar y... ¡Hamburguesa!

No es justo, ellos se divierten y comen solos. Además las hamburguesas son mi comida favorita. Fruncí el
seño.

-¿Que pasa?- me preguntó Hibari que miraba mi seño fruncido.

-No nos esperaron- miré a Hibari- Ellos ya se divierten, además las hamburguesas son mi comida favorita
- señalé a mi madre que comía con gusto.

-Entónces vamos a comer- fuimos al puesto y Hibari pidió dos hamburguesas- Las hamburguesas tambien
son mis favoritas- dijo tomando su orden y pagando al vendedor que nos miraba como si nos hubiera
salido otra cabeza.

-¿En serio?- nos acercamos a mis padres, ambos comíamos mirando a mis padre frustrado y a mi madre
sonriente.

-Si- se acercó al puesto de tiro después de terminar su hamburguesa, que rápido. Tomó un rifle y con mucha
facilidad le dió al conejito que tanto quería mi mamá. Ella chilló y tomó el muñeco para darle un pequeño
abrazo a Hibari.

Yo desvié la mirada a las muñecos, todos eran muy lindos y se veían perfectos para abrazar. El que más me
gustó fue una pequeña obeja del tamaño de una pequeña almohada, era tan linda. Se veía muy suave y me
daban ganas de abrazarla. Sin que me diera cuenta estaba sonriendo, y Hibari debió darse cuenta ya que
con otro tiro le dió y me lo consiguió.

Continuamos caminando juntos, yo ya había terminado mi hamburguesa (que estaba muy buena) y tenía
en un brazo a mi ovejita y en el otro el brazo de Hibari. Mis padres iban en lo suyo (ellos vestían
normalmente, ya que decían que no querían resfriarse), y Hibari tomaba un jugo de uva.

Hibari se detuvo y lo miré, miraba al frente sin expresión alguna. Miré a mis padres y estos estaban
extrañados tambien, así que miré al frente encontrandome a unos metros una pareja (parecían una). Eran
dos chicos, uno rubio y el otro pelirrojo. El chico pelirrojo tenía casi mi misma estatura, vestía un Kimoso
rojo con detalles negros, el chico rubio era más alto y grande que yo, incluso más que Hibari.

Los dos se nos acercaron.

-Kyoya- al parecer conoce a Hibari, me molesta que le diga por su nombre. Además su mirada, lo mira
como si...

Pov´s Autora (desde aquí narro yo ^.^)

-Cavallone- dijo sin sentimiento en su voz.

-No seas tan formal, sabes que me puedes llamar por mi nombre- dió una gran sonrisa y luego miró a
Tsuna, frunciendo ligeramente su seño sin que se notara- ¿No nos vas a presentar?- miró al Azabache.

-Los señores Sawada- miró a los padres de Tsuna- Y Tsuna- sonrió mirando al Castaño- Mi novio.

Tsuna sonríe sonrojado, su padre llora en silencio, su madre chilla, el chico pelirrojo sonríe levemente. Y el
rubio, ya que los demás estaban ocupados, mira de arriba a abajo al Castaño, apretando los dientes y los
puños.

-El es Cavallone Dino- siguió Hibari llamando la atención de todos- Pero a el no lo conozco- refiriendose al
pelirrojo.

-M-Mucho gusto, mi llamo Kozato Enma- hizo una reverencia- Soy el novio de Dino.

-Mucho gusto- siguió Tsuna con una linda sonrisa.

-Bueno, seguiremos paseando- siguió caminando con Tsuna y sus padres, pasando de largo al rubio.

-Hibari, ¿De donde conoces a Dino-san?- preguntó Tsuna.

-... De la escuela.

Tsuna asintió, aunque no muy convencido por la tardada respuesta de su novio.

Estuvieron paseando un momento más hasta que Tsuna y su madre se cansaron, eran casi las 11 p.m y
dentro de media hora terminaría el festival, para que las familias regresaran a casa a celebrar. Hibari y el
padre de Tsuna se ofrecieron a ir por unas bebidas y algún postre, dejando a madre e hijo sentados en unas
bancas.

Minutos después el pdre de Tsuna apareció cargando con todo, le dió a su hijo un helado y a su mujer un
jugo.

-¿Y Hibari?- preguntó Tsuna a su padre.

-Ah, se encontró con su amigo Dino y se fueron a hablar de algo. No se que era, me dejó con las cosas- puso
cara mala.

Tsuna no supo por qué pero tuvo una mala sensación.

-Voy a buscarlo- se levantó dejando a sus padres bebiendo.

Caminó por un rato mirando a todos lados, buscando a su novio, no lo veía por ningún lado. Hasta que a
unos metros divisó a Enma si recordaba bien, el novio de Dino. Se acercó a él ya que parecía buscar algo.

-¡Enma-kun!- lo llamó.

-¡Ah, Tsuna-kun!- se acercó al Castaño- ¿No has visto a Dino? No lo encuentro por ningún lado- se veía
preocupado.

-No, mi papá me dijo que se encontró con Hibari cuando compraban unos jugos. Dijo que se habían ido
a hablar de algo- explicaba algo intranquilo.

-No puede ser... ¡Tsuna-kun, tenemos que encontarlos! ¡Sinó los vamos a perder!- estaba fuera de si.

Tsuna no dijo nada, solo empezó a buscar con Enma en todos lados. Lo que dijo el pelirrojo lo aterró, no
veía como podía perder a Hibari, pero definitivamente no quería que eso pasara.

Recorrieron todo el templo en poco tiempo pero nada, no los encontraron. No fue sinó hasta que buscaron
en el bosque alrededor del templo que los divisaron en un claro oculto. Parecían hablar de algo. Con
cuidado de no hacer ruido se escondieron para escuchar, ¡Al diablo la privacidad!

-¿Me vas a dejar en paz de una vez?- dijo Hibari.

-No, no hasta que respondas a mi pregunta- exclama el rubio. Los dos estaban frente a frente, separados
por unos dos metros.

-No te importa lo que haga o deje de hacer.

-Si me importa- se acercó unos pasos- Kyoya, ¿Cuando vas a entender que nosotros debemos estar juntos?

El pelirrojo no podía creer lo que escuchaba, el Castaño miraba todo con expresión serena, esperando. No
quería sacar conclusiones sin saber todo.

-Si bien es cierto que tuvimos algo se terminó- Hibari se cruza de brazos- ¿Recuerdas? Hace un año dejamos
esa relación que teníamos, y fuí libre de hacer lo que quisiera. Ahora estoy con Tsuna, y lo quiero. No porque
tu quieras regresar me voy a separar de el o engañarlo contigo. Yo no soy como tu.

-No dijiste que lo amas, significa que tengo una oportunidad- se acercó queriendo acariciar la mejilla del
Azabache, pero este se retiró- ¡Kyoya!- lo miró molesto.

-Lo tuyo en un capricho- puso nueva distancia entre los dos- ¿Que esperas conseguir?

-A ti.

-Esa no es una respuesta- suspiró- Te conozco, y se que no estas con alguien a menos que te sea beneficioso.

Tsuna se sorprendió, Enma ni siquiera miraba, ya suficiente tenía con que su "novio" no lo quisiera.

-O me vas a negar que cuando estabas conmigo era porque así nadie se atrevería a meterse contigo- lo miró
a los ojos calmado- Un torpe como tu atrae solo problemas, era obvio que me quisieras como escudo.

-¡MENTIRA!- se avalanzó sobre Hibari, cayendo ambos en el cesped- ¡YO TE AMABA, TE AMABA
¿ENTIENDES?- le tiró una bofetada.

Hibari no hacía nada para sacarselo de encima.

-¡SI NO DEJAS A ESE MOCOSO POR LAS BUENAS Y TE VUELVES MÍO ENTONCES SERÁ POR LAS
MALAS!- sacó un cuchillo de su abrigo con toda la intensión de clavarselo en el estómago.

Hibari se puso alerta, pero solo escuchó un golpe sordo y Dino calló inconsiente sobre él. Se lo quitó de
encima y vió a Enma derramar lágrimas y con una rama en las manos, y más allá pudo ver a Tsuna que lo
miraba preocupado.

Tsuna se le acercó, sacó un pañuelo de la manga del Kimono y lo puso con suavidad en la mejilla roja de su
novio. Hibari veía ese rostro preocupado, sus ojitos brillantes reteniendo las lágrimas. Tomó la mano con el
pañuelo sobre su herida, regalandole a su lindo novio una sonrisa. Este solo se le quedó mirando un
momento para después liberar su mano, tomar el rostro albino del Azabache y besar con cuidado la herida.

Hibari se sintió cálido, abrazó a Tsuna agradecido del trato tan tierno que tenía con el. Luego se separaron.

-Lo lamento- dijo Enma, a lo que los dos lo miran- Lamento que este...

-No te tienes que disculpar- dijo Hibari con voz neutra mientras se paraba.

-Pero...

-Es culpa de él, siempre ha sido debil y lo seguirá siendo- le pone el brazo a Tsuna y este lo toma
- Volvamos, le diré a mi gente que se haga cargo.

-¿Que le va a pasar?- preguntó preocupado Enma, después de todo aún quería a Dino.

-Es mejor que no sepan- toma a ambos chicos y salen del bosque.

Fueron con los padres de Tsuna los cuales estaban algo preocupados, más cuando vieron la mejilla roja de
Hibari. Pero este los calmó alegando que fue un accidente a causa de los encargados de uno de los puestos.
Tsuna estaba por hablar cuando su madre lo tomó de la mano y se lo llevó a otra parte corriendo.

-¿A donde van?- preguntó Hibari.

-Es una sorpresa- habló Iemitsu poniendose frente a Hinari y colocando una mano en su hombro- Es algo
para agradecerte que quieras tanto a nuestro hijo- sonrió por primera vez a Hibari.

Hibari no entendió, pero asintió a las palabras de su"suegro" y fueron a un pequeño escenario de madera
perfectamente cuadrado. Sinó mal recordaba las bailarinas danzaban tradicionalmente.

Unos momento después todas las luces del festival se apagaron, se oían a personas sorprenderse, otros
quejarse, y niños llorando con miedo. Cuando creyó que la energía se había ido y tardaría en regresar la luz
volvio, pero solo en el escenario.

Miró impresionado este, la luz en el centro iluminaba una figura castaña de ojos avellana. La reconocería
en cualquier lugar, ¡Era su novio!

-Tsuna- susurró.

-Hermoso ¿Verdad?- dijo Iemitsu- Se que a mi hijo no le gusta, pero incluso el lo sabe y es que tiene talento
para los bailes tradicionales- mira orgulloso a su hijo- Desde pequeño su madre lo había estado llevando al
templo cerca de nuestra antigua casa a practicar. Siempre renegaba y pataleaba pero al final siempre
terminaba cediendo. Siempre cumpliendo los caprichos de su madre- con voz algo nostálgica.

Tsuna llevaba un Kimono tradicional de varias capas en color rosa pálido, en el cabello un par de broches
de mariposas blancas, unas zapatillas tradicionales y un enorme cascabel con mango largo de madera
(parecía un palo con grandes cascabeles encima. Sinó busquen la danza Kagura de Nanami de "Kamisama
Hajimemashita" contra el Tsuchigumo)

Hibari no podía dejar de admirarlo, era tan hermoso, tan angelical. Cuando la música empezó Tsuna se
puso en posición y comenzó a bailar. Sus movimientos eran fluidos y precisos, delicados, suaves. Todo
mundo estaba encantado con ese pequeño Castaño que llamaba mucho la atención. Y Tsuna estaba
concentrado. Su expresión calmada era perfecta, a veces sonreía encantando a todo mundo con su
jovialidad.

Cuando terminó la multitud estalló en aplausos, muchos se lamentaban por no haberlo filmado o sacado
fotografías, pero es que estaban tan embelezados por esa belleza que no podían moverse, no querían
perderse ningún movimiento de ese pequeño angel.

Tsuna bajó del escenario y fue dentro del templo a cambiarse el Kimono tradicional, estaba avergonzado.
Nunca había bailado para tanta gente. Pero en verdad quiso hacerlo para Hibari, quería darle un regalo,
demostrandole cuanto lo ama.

Cuando terminó salió a buscar a sus padres y novio, de nuevo tenía su Kimono, los vió cerca de la entrada
del templo y fue con ellos. Al llegar Hibari no podía dejar de mirarlo, y en consecuencia Tsuna no podía
evitar sonrojarse más y bajar la cabeza avergonzado.

-Lo hiciste muy bien- se acercó Hibari a el, dandole un tierno beso y atrapandolo entre sus brazos.

-Gracias- sonrió contento y rojito.

Los padres de Tsuna se sonreían entre ellos.

-Bueno chicos, nosotros nos vamos- habló Nana- Mañana nos reunimos para brindar ¿Ne?

Tsuna estaba confundido- ¿Eh? Mamá...

-Bueno- lo interrumpió su padre- Hibari cuida de Tsuna, los esperamos mañana en casa- sonrió.

Los padres del Castaño se fueron casi corriendo, los chicos se quedaron ahí, Tsuna miraba por donde sus
padres desaparecieron con una gotita. Hibari por su lado al asimilar lo dicho sonrió de lado.

-¿Nos vamos?- puso su brazo para que Tsuna lo tomara.

-¿A donde?- tomó el brazo ofrecido empezando los dos a caminar.

-A mi casa.

No dijeron más, solo continuaron su camino en un cómodo silencio.

....................................................................

-Te amo Tsuna- Hibari besaba al pobre Tsuna que se aferraba a su Yukata temblando. ¿La razón? Su novio
le había soltado el Kimono y estaba completamente abierto. Además le causaba escalofríos con sus caricias.
Desde aquella vez hace una semana no se habían tocado ni una sola vez.

Con cuidado se recostaron en la cama del Azabache, la poca luz que entraba por la ventana le daba un
toque romántico e íntimo al ambiente. Hibari se enderezó y miró a Tsuna, el cual respiraba con dificultad
sin quitarle la vista de encima. Sin que lo esperara Tsuna cambió las posiciones, no supo como, pero que
importaba. Lo único ahora eran esos dulces labios que le daban la bienvenida.

Se basaron con ganas, con hambre. El beso era feroz y demandante, Tsuna soltaba la Yukata de Hibari
mientras su espalda y caderas recivían caricias del mismo. Se separaron, Tsuna repartió besos por el cuello
y pecho del Azabache, Hibari por su parte suspiraba, pero no iba a dejarle todo a su lindo novio. No, por
eso tomó entre sus manos los gluteos canela y los estrujó sin pudor alguno, una y otra vez.

Tsuna gemía, se sentía muy bien. Se enderezó quitandose el Kimono por completo, más bien deslizandolo
por sus brazos. Para Hibari esa imágen era erótica, muy provocativa. El tambien se enderezó tomando
entre sus brazos el frágil cuerpo, repartió caricias y besos que tenín como recompensa deliciosos suspiros en
su oído.

-Hibari- llamó Tsuna al Azabache- Cómeme.

Hibari se descontroló, Tsuna lo estaba provocando, así que le daría lo que quería. Se deshizo de su Yukata
por completo quedando en boxers igual que Tsuna, pero inmediatamente los hizo desaparecer a ambos.
Ambas intmidades estaban despiertas y clamando atención, pero todavía faltaba. Le abrió las piernas a
Tsuna poniendo su rostro entre ellas, separó los gluteos y empezó a dar lametazos a la entrada rosada.

-¡Ahhhh!

Tsuna gemía, era la sensación más deliciosa y avergonzante del mundo, por eso finas lágrimas de placer y
vergüenza salían de sus avellanas. Tomó en sus manos la cabellera Azabache hundiendola másen su zona
íntima, a lo que Hibari sonrió de lado y penetró el año con su lengua. Metiendo y sacando. Acostumbrando
y ensanchando la entrada.

Una vez lista subió y tomó de nuevo los labios rosas de su lindo novio, se acomodó bien entre las piernas y
de una vez lo penetró. Tsuna gimió de dolor en el beso, pero Hibari no lo soltó, solo entrelazó ambas manos
con las de su pequeño. Esperando a que se acostumbrara.

Mientras lo hacía se apoderó del cuello, besaba, lamía y chupaba, dejaba marcas de propiedad. El siempre
fue posesivo y ahora con su amado lo sería aún más. Un tiempo más tarde sintió las caderas de Tsuna
moverse, pero no hiso movimiento alguno, solo se quedó quieto. Quería ver que tanto lo deseaba su novio.

Tsuna se autopenetraba, enredaba las piernas en las caderas de Hibari para mayor impulso y profundidad,
deseaba sentir a su novio. Lo miró a los ojos, este no se movía así que no lo pensó. Solo actuó.

-¡Uh!- gimió Hibari, Tsuna lo había mordido en el hombro con algo de fuerza. Seguro que dejaría una
marca- ¿De verdad quieres ser comido?- preguntó sonriendo de lado como siempre.

Como única respuesta Tsuna se aceró a su oreja, la lamió para después morderla, por último le sopló.

Hibari no pudo más, su pequeño Omnívoro se lo había buscado. Lo comenzó a embestir rápido, logrando
en Tsuna un rostro de satisfacción a centímetros del suyo. Tsuna se aferró a su cuello soltando sus manos
de las contrarias, Hibari apoyó las suyas en el colchón para sostenerse y penetrarlo más a gusto.

Las embestidas eran rápidas, la habitación estaba llena de gemidos y por la ventana de la habitación se
veían los fuegos artificiales marcando el final del año. Tomó a Tsuna entre sus brazos y se sentó con el,
reclamó un beso dulce y comenzó a estimular su miembro. Los gemidos ahogados y los espasmos
marcaban el comienzo del fin de esa demostración de amor. Ya casi estaban.

Se separaron.

-¡Kyoyaaa!- terminó gimiendo el nombre de su amado.

-...- Hibari tambien terminó llenando el interior de Tsuna de su semilla. Se dejaron caer con cuidado, el
sondo de las explosiones y los colores que se mezclaban en el cielo por momentos los alcanzaban a ellos.
Era un momento especial.

Tsuna empezaba a sentir los efectos del cansancio, pero antes de dormirse sonrió y con cariño acarició los
cabellos de Hibari- Kyoya.

-...- Hibari levantó la cabeza para ver esa sonrisa, las caricias en su cabeza le estaban relajando y y sentía
el sueño querer apoderarse de el.

-Feliz año Nuevo.

Hibari sonrió y se acercó a besar con dulsura los labios de su Tsunayoshi, quien no pudo más y se rindió al
sueño. Salió con cuidado de el, pero le cerró bien los gluteos y las piernas antes de que su semen saliera.

Se acomodó a su lado y lo atrajo para acomodarlo entre sus brazos, le besó en la cabeza y con la sábana
los cubrió. Tsuna no lo sabía, pero después de su baile sus suegros le habían confesado que Tsuna era un
Doncel, por lo cual podía tener hijos. Así que ellos, más bien su madre, le había pedido el favor de tener hijos
pronto, al parecer quería ser una joven abuela.

El nunca había pensando en tener una familia, casarse o enamorarse de alguien. Pero ahí lo tienen,
enamorado de un hermoso, adorable, amable, lindo, sexy y cautivador Omnívoro, solo imaginarselo con su
pansita de embarazado le daba una tremenda ternura, pero imaginarselo con un hermoso Kimono blanco
para su boda era lo mejor. Nunca creyó que conocer a Tsuna lo cambiaría tanto.

Y eso que tan solo llevaban una semana de noviazgo.

Pero quizá es porque han estado saliendo todos los días desde esa Noche Buena, Tsuna tiene algo especial
que le hace cambiar, que le hace querer ser mejor persona.

Atrajo más a su novio en su abrazo, pensar en un futuro con el le gustaba. Es más...

-Quiero estar contigo... Siempre- besó su frente- A partir de este nuevo año estemos juntos para siempre.

-... Kyoya...- murmuró Tsuna entre sueños- Te amo.

Hibari sonrió con calidés, solo Tsuna y sus futuros hijos lo verían de esa manera. Y estaba de acuerdo con
eso. Comenzando este nuevo año procuraría velar por su felicidad...

La felicidad de su nueva famila.

Fin... Tal vez.
Notas finales:

El LEMON lo hice más rápido para enfocarme más en lo romántico. Ya he visto muchos LEMON´S largos y con lo mismo, por lo cual quise hacerlo diferente.

Espero que les haya gustado y lamento mucho mi tardanza.

Les deseo un feliz año nuevo y toda la suerte del mundo.

Nos vemos.

CIAO CIAO~


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