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Caperucita roja y el lobo (BL) por sukechan

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Notas del fanfic:

espero que les guste . ya se que tengo algunas faltas.. jejejeje pero bueno espero que les halla gusto y me gustaria pedirles que me pasaran monbres de libros que les gustaria que hiciera uan vercion como esta besos SUKECHAN... 

Había una vez una pequeña familia constituida por una madre y su pequeño niño llamado Gerry pero todos le decían caperucisto rojo por la caperuza que siempre llevaba puesta sea invierno o verano. Aquel pequeño niño era amistoso con todos los animales, especialmente con los conejos con el que siempre se sintió muy identificado por un pequeño secreto que solo compartía con su madre, la cual desde que dio a luz tenía una extraña enfermedad incurable pero si tratable con unas medicinas caseras que su abuela mandaba.


Los días eran siempre lo mismo para Gerry que a lo único que siempre se dedicaba era a cuidar a su madre. Solo unas pocas veces había ido a visitar a su abuela porque su madre se lo prohibía, casi siempre le decía que su abuela no le gustaba que la molestasen por lo cual es ella la que siempre iba para dejar víveres y la medicina. Esa era una de las muchas razones por la cual Gerry no salía mucho de su casa pero de vez en cuando mientras su madre dormía profundamente salía a buscar flores alrededor de la humilde casucha.


Pero un día llego una carta desde la casa de su abuela << querida hija mía lamento el no poder traerte la medicina. Últimamente me he sentido mal dile a tu hijo que pase por mi casa que con gusto le dile la medicina>> la madre de Gerry con todas sus fuerzas se negó a que el valla a esa casa hasta que la enfermedad llego a tal punto que la dejo en cama, sin que ella pudiera moverse de ahí. Fue en ese instante en el que niño le pidió a su madre que le diera permiso de ir a buscar la medicina a lo cual la madre se volvió a negarse.


 


–       pero madre si sigues así morirás- dijo el pequeño algo entristecido


–       prefiero que este acá donde sé que estarás bien.


 


El pequeño no sabía qué hacer si desobedecía su madre esta se enojaría pero estaría bien pero si no lo hacia su madre moriría, pero él prefirió no hacer caso con el deseo de curar a su madre. Preparo una pequeña tarta de fruta y los guardo en una canasta luego se puso su caperuza que con la capucha tapo sus castaños y alborotados cabellos.


Con una gran sonrisa se despidió de su madre la cual le suplicaba de que no valla postrada en la cama pero aun así el niño no obedeció y siguió su camino


 


–       ve por el camino y nunca te detengas- grito con todas sus fuerzas la madre.


–       lo hare- le prometió para tranquilizarla


el pequeño niño se llevó una gran sorpresa al ver lo hermoso que era el exterior y lo puro que era el aire, como siempre estuvo encerrado en su casa apenas sabia lo hermoso que se sentía estar afuera, siempre le gusto ver desde su ventana como el día se perdía entre los arboles del bosque. Aunque ese no era el mejor momento para andar jugando por ahí, debía concentrarse en ir por el camino como le prometió a su madre pero unas hermosas flores silvestres llamaron su atención las cuales termino por recoger como un regalo para su abuela.


Siguió su camino paso a paso viendo lo grande que eran los árboles y lo espeso que era el bosque, lentamente iba caminando por el camino indicado pero el ver toda esa flora lo emocionaba hasta que un par de mariposas pasaron revoloteando a su alrededor, con las cuales se puso a jugar luego apareció una pequeña pareja de ardillas que le siguieron el juego hasta terminar frente a la casa de un conejo blanco con ojos rojos, los cuales hipnotizaron al niño.


 Los pequeños y dulces animalitos fueron guiando al niño a las profundidades del bosque, donde al darse cuenta de que estaba perdido a grito por ayuda pero nadie lo oía o mejor dicho nadie más que el lobo oía sus gritos desesperados. Atrayéndolo a su presa.


El niño tan perdido, sin saber qué hacer, ni como regresar recorrió al llanto tirado en el pasto con sus ojos todos llenos de lágrimas seguía gritando por ayuda hasta que una gran suelita se dibujó entre los árboles. Gerry contuvo el aire junto del susto pensando que se trataba de un oso u otro animal de gran tamaño pero se llevó un gran alivio al saber que no se trataba de ningún oso sino de un leñador que fue atraído por el llanto del niño.


 


–       dime pequeño ¿qué hacer por estos caminos?


–       Estoy yendo a la casa de mi abuelita- respondió el niño algo tímido.


–       ¿sabes que no deberías andar merodeando por ese bosque tan libremente? Por estos bosques habitan grandes y peligrosos lobos que no dudarían ni un segundo en matar un pequeño tan lindo como vos.


–       Disculpe es que me pedí, yo debería ir por el camino.


El hombre aprovecho la situación para decir que él también se dirigía ahí y que deberían ir juntos por un atajo que él conocía pero el niño se sintió algo hostigado e intimidado por el hombre que cargaba con una enorme hacha por lo cual se negó a ir al atajo, esquivando la primera trampa. Aun sonriente el hombre le indico el camino mientras desde lejos lo asechaba. Aunque el niño sospechara de que algo había cambiado en el ambiente. Ahora todo se había vuelto oscuro y silencios. Los dulces pajarillos que Vivian en los arboles habían desaparecido a igual de los demás animalitos del bosque pero peor aún era esas sensación que tenía, una de que estaba siendo observado desde las malezas.


 En efecto aquel leñador lo había seguido para verificar que realmente se dirigía a la casa de la su abuela, donde pensaba ponerle otra Tampa al pequeño e inocente conejito que no tardaría en morir. Así que caminando entre los arboles tomo el atajo para llegar la casa de la abuela mucha antes que el niño.


En cuando llego logro ver a la anciana postrada en la cama durmiendo.


 


–       vamos despierta anciana tango un regalo para usted- dijo el leñador sarcástico.


La mujer abrió los ojos rápidamente mientras sus pupilas se dilataban al ver la sombra de un gran hombre levantando un hacha en dirección a su cuello y antes de que ella pudiese gritar por ayuda este la degolló, dejando que la cabeza cayera al piso ensuciándolo con sangre. En cuanto al hombre tomo la cabeza y la llevo al sótano donde ella le gustaba experimentar con ratas y pequeños animalitos y la deposito en el suelo para que luego se la comiencen las ratas hambrientas. Lo único que tomo fue su piel, la cual se terminó de poner como si se tratase de una máscara. Solo faltaba que llegara el plato principal.


Tomo el pijama de la abuela y se lo puso al igual que lo lentes y la pequeña gorra que usaba la anciana para recoger sus cabellos. El cuerpo de la abuela aún seguía en la cama por lo cual el leñador termino por ponerla debajo de la misma donde luego de devorar al pequeño pensaría en qué hacer con él. Ahora solo quedaba esperar al niño así que se acomodó en la cama y se tapó con la abrigada manta.


                                                


                                                            ***


 El pequeño sin saber que se estaba entrando en la boca del lobo siguió caminado hasta que a lo lejos logro visualizar una casucha, esa era la de su abuela con una sonrisa en el rostro empezó a correr esa sería la primera y la última vez que iría a verla a su casa.


 


–       abuela está ahí- dijo abriendo lentamente la puerta.


–       Si pasa, nieto mío.


El hombre se hallaba imitando la ronca voz de la anciana esperando ahora el momento indicado para atacar.


 


–       abuela ¿porque tienes manos tan grandes?


–       Bueno eso es porque he estado trabajando mucho en el jardín y se me hincharon demasiado.


–       Y ¿porque tienes...


 La mirada del chico se desvió al suelo donde vio no solo una gran mancha de sangre sino también había una brazo sobre saliendo por debajo de la cama y de inmediato retrocedió, cayendo el suelo de la impresión, sus ojos temblaban al igual que todo su cuerpo mientras que la canasta había caído no muy lejos de la puerta, única salida de la casa.


 


–       ¿qué pasa nieto mío, acaso encontraste algo que no debías ver?- dijo el hombre sacándose el rostro de la anciana.


–       ¿A-abuela?- tartamudeo mientras lagrimas recorrían sus mejillas- ¿qué le hiciste a mi abuela?


–       Eso es un secreto- término por decir mientras desgarraba el pijama, dejándolo solamente en pantalones.


El niño se hallaba paralizado, no podía mover mucho menos articular alguna palabra o sonido pero aun así se las apaño para poder levantarse y correr hacia la puerta, que llevaba al sótano.


 


–       ¿quieres jugar al escondite? Ejejejjej por mi está bien solo te daré 10 segundos. Comenzamos; 1, 2, 3.


El pequeño bajo las escaleras mientras oía como el hombre centraba en voz alta, todo estaba ello no objetos horripilantes, por todos lados había sangre y un olor a descomposición pero aun así ese no era el momento desesperadamente busco un lugar donde esconderse hasta que encontró un lugar en un armario del donde colgaban cuerpos de conejos que aun conservaban su pelaje.


El hombre termino por llegar al uno y bajo corriendo hacia el sótano, las escaleras rechinaban al igual que los tablones del piso poniéndole los pelo de punta a Gerry, que tapándose la boca con sus pequeñas manitos trataba de no hacer ni el más mínimo ruido aunque el olor nauseabundo lo mareaba.


 


-         Veamos estas escondido acá- grito mientras miraba debajo de la mesa.


El ruido que hicieron las sillas al caer asustó al niño que inconscientemente trato de dar un paso atrás haciendo la madera del viejo mueble rechinara. El sonido alerto al hombre que de inmediato supo la ubicación exacta del pequeño, que comprendio que se acercaba su fin y aun así guardo silencio aferrado a su corazón, el cual latía frenéticamente. Los pasos del hombre eran lentos, haciendo que cada uno de ellos hiciera sonar la desgastada madera y poniendo al niño aún más nervioso.


 


-         Sal pequeño conejito, que sé que te has escondido en tu madriguera- dijo mientras levantaba su pesada hacha para partir en dos la puerta del mueble.


Acorralado en el fondo estaba el niño que temblaba de miedo al escuchar cada sonido, palabra o simplemente respiración de ese hombre, el cual podía visualizar perfectamente atreves de la madera que estaba enfrente de él levantando el hacha para partirlo a la mitad así que cerro sus ojos con fuerza para evitar verlo pero lo único que oyó fue un gran golpe y el como la madera era arrancada y partida dejándolo expuesto, a la vista y acorralado. Todo lloroso con una mirada de horror desesperado por huir pero aun así sin escape esa era la expresión favorita del lobo a punto de devorar a su presa de un solo bocado.


 


-         Así que estabas escondido en este lugar y ahora que hemos jugado a lo que vos querías porque no jugamos a lo que yo quiero ¿sí?


El ver como la las mano del hombre se depositaba en su pálido rostro lo hacía temblar mientras este se empezaba a relamer. Sus fuertes brazos acercaron al niño hacia él con delicadeza mientras su mirada solo mostraba el deseo.


 


-         Te vez algo acalorado, que te parece si te sacas un poco la ropa.


Sin importa lo dulce y melodiosa que sonase su voz desgarro todas las ropas del niño solamente dejando que tuviese puesto la caperuza a la  cual le bajo la capucha para apreciar los cabellos del niño aun aterrado. Paso sus dedos entre todos esos sedosos y castaños cabellos mientras poco a poco le dirigía su cabeza al miembro del hombre, que se hallaba erecto debajo de los ajustados pantalones. Ahora el pequeño sabía bien en qué situación se encontraba y sabía que si no lo hacia la manera adecuada su vida se reduciría a los segundo en lo que le tomara al hombre matarlo y fue por eso que con sus propias manecitas abrió el zipper del pantalón metiendo su mano para agarrar el pene de su atacante, el cual empezó a lamerlo como si se tratase de algún caramelo. Rápidamente empezó a lamerlo con más frecuencia haciendo que el hombre excitado lo obligase a metérselo a la boca, donde en un principio se ahogó.


 


–       eres precioso, no creo que pueda contenerme- dijo entre jadeos el hombre.


Aun ahogando el soltaba lágrimas de gran tamaño las cuales caían inmediatamente al suelo mientras el hombre se halla el borde del éxtasis así que antes de que se pudiese corriese empujo mucho más adentro al niño, haciendo que su pene entrara prácticamente en su pequeña y estrecha garganta, donde ni bien termino de entrar se corrió, dejando al niño sin más opción que tragárselo.


Pero aún no había terminado con el seguirían hasta el final por lo cual alzo al niño y bruscamente le introdujo su pene, que para mala suerte del niño era enorme. Un gran dolor invadió su cuerpo mientas un grito seco salió de su garganta mientras sus ojos se ahogaban en sus propias lagrimas cosa que excitaba aún más al hombre que casi instantáneamente lo tomo de sus piernas mientras hacía que el pequeño subiese y bajara a la largo de su pene sacándole gritos de dolor y suplicas mientras trataba de soporta el mayor de los dolores que hacia sufrido antes. El ser penetrado de esa manera no solo era doloroso sino también lo era humillante, pero aun así el niño se aferraba fuertemente al cuello del hombre donde sin poder controlar el dolor le clavaba las sus uñitas, las cuales dejaban una gran marca hasta algunas que llegaban a sangrar pero no parecía que el hombre le doliera ni siquiera que le molestase un poco simplemente está lo suficientemente excitado como para no notarlo pero las embestidas del hombre eran fuertes y con demasiada frecuente hasta que termino por depositar niño en la mesa donde siguió embistiéndolo mientras lamia su cuello y manoseaba cada parte del pequeño cuerpecito sobre todo los pezones, de los cuales tiraba con mucha fuerza de manera muy dolorosa. Hasta que llego al punto en el dejo su cuello para saborear esos rosados pezones que desde luego se tomó la libertad de morderlos.


El niño lloraba y gritaba son lágrimas en sus ojos humedecidos todo su cuerpo se hallaba lleno de moretones, que mostraba la violencia con la que lo sujetaba mientras que de su parte trasera solo salía sangre otra prueba que mostraba el sufrimiento del niño. “detente por favor” “déjame ir te lo suplico” “duele demasiado” eran las palabras que gritaba mientras estaba siendo abusado. Pero su única salvación, la única cosa que lo ayudaría a escapar se halla en la punta de la mesa esperando a que lo recogiera. Un pequeño cuchillo, con el cual su abuela cortaba las extremidades de animales aunque estaba demasiado lejos como para alcanzarlo fácilmente pero aun así aprovechando que el hombre mordía sus pezones estiraba su brazo para alcanzarlo, lo estiraba con todas sus fuerzas hasta que logro tocarlo con uno de sus dedos aunque eso no ayudo en nada puesto el hombre lo volvió alzar y lo estampo contra la pared.


 


–        es tan bueno que no puedo parar- grito antes de entrar en orgasmos ignorando que el cuchillo que el niño deseaba recoger ahora se encontraba en el piso- sé que te duele pero ahora déjame reconfortarte un poco.


Las manos y la lengua del hombre recorrían cada sentimiento del cuerpo del niño, tocando todos sus puntos sensibles, dándole algo de placer tras sufrir un gran dolor. De inmediato Gerry empezó a reaccionar ante la estimulación dejando escapar un gran gemido de placer, su pequeño e inmaduro pene se iba parando poco a poco en cuanto era acariciado por el hombre, que aún seguía invadiendo su cuerpo. Las embestidas se hacían cada vez más suaves hasta que el intruso fue retirado.


Gerry con todas sus fuerzas trataba de no caer en ese perverso juego pero debía admitir que se sentía demasiado bien. Las carisias seguían y su cálido cuerpo trataba de resarce con el del hombre que para finalizar hizo que el pequeño se corriese por primera vez, sacándole el más exquisito de los gemidos, uno lleno de pureza e inocencia.


-         Fuiste un buen chico- dijo jadeando el hombre.


El juego había terminado haciendo que el ganador le arrebatase la vida al perdedor, así como sucedía todos los días en la naturaleza el más fuerte se come al más débil. Así como como el lobo saboreaba a su presa y así como el hombre había probado cada parte del chico aunque había llegado el momento de acabar con toda esta historia. El hombre ahora satisfecho mataría al niño para que pudiera mantener silencio por toda la eternidad.


Tiro al niño, como si se tratase de cualquier cosa, se sentó arriba de él dejándolo inmóvil y poso sus manos en el delicado cuello del niño ahorcándolo sin piedad.


 


-         Te lo he dicho por estos bosques habitan lobos que no dudaría en matar a un pequeño tan lindo como vos- dijo mientras apretaba con aun más fuerza, casi rompiéndole el cuello al niño.


El fin se acercaba lentamente, el dolor se iba yendo mientas su cuerpo le decía que se rindiera, dándole el fin a su vida << No, no moriré. No sin hace dado todo>> se dijo el pequeño recobrando sus fuerza y su voluntad. <<No moriré. No acá. No por el>> su manos traban de liberar su cuello, el cual se hallaba suportando una gran presión por parte el leñador. Arañando, tratando de liberarse de él  como fuera pero aun así era imposible o lo era hasta que:


 


-         Aaah.


Un grito de dolor había salido del hombre el cual ahora simplemente se agarraba el ojo con mucha fuerza puesto estaba sangrando d una manera atroz, dándole al niño una oportunidad de escapar, la cual no desperdicio y corrió hacia la puerta dejando todo atrás. La medicina, su ropa y su inocencia, a la cual le fue obligado a perder. Ahora ese pequeño corría con todas sus fuerzas para escapar pensando en la suerte que tenía el poder haber recogido el cuchillo a tiempo justo antes de que muriera asfixiado.


Corrió y corrió como nunca lo había hecho en toda su vida, pero aun así es no era lo suficientemente rápido como para no ser alcanzado, ya que había pedido mucha sangre en el camino, dejando marcado todo el recorrido del niño. Toda esa sangre que provenía de su parte trasera haciendo que corriera más lenta de lo que correría sino estuviera herido de esa manera… pero ahora que haría, no importara a donde fuera el lobo lo encontraría. A su casa no debería ir ahí estaba su madre indefensa.


Su madre.


Su amada madre, la cual se había prometido cuidar, la que ahora se hallaba esperando en su casa por la medicina.


No podría dejarla así, no debería morir no sin antes dejarle la medicina a su madre.


Así que junto toda su valentía y fuerza mental para esperar al que el lobo viniese por él. Con el cuchillo a mano como única defensa y arma lo espero no dejaría que lo mátese tan fácilmente o no hasta que pudiese dejarle a su madre la medicina.


El conejo que en algún momento estuvo arrinconado y suplicando por ayuda se levantaba lleno de odio le clavaria el cuchillo al lobo para liberarse de él y para liberarse de todo del todo el rencor que le tenía por lo que le había hecho minutos atrás.


 


-         Lo matare- se repetía una y mil veces el niño juntando fuerzas.


Hasta que a los lejos se veía como el lobo tomaba rápido el paso y lo alcanzaba rápidamente. Ahí entre la oscuridad de la noche el pequeño todavía siendo cubierto por su caperuza roja y por la sangre que recorría sus piernas. Pero ninguno de esos poseía el color rojo que se refregaban en los ojos del niño como si fueran dos linternas en la oscuridad. Su cuerpo apenas era visible pero sus ojos ardían como el fuego. El leñador quedo sin palabras al verlos era hermosos pero a la vez intimidantes y sombríos. Se era aquel pequeño secreto que compartía con su madre…


 


-         Que pasa conejito, te haces el malo por solo tener esos hermosos ojos…- la voz del hombre se empezó a entre cortar.


Y al bajar la miraba vio como el pequeño niño le había clavado el cuchillo en el corazón, haciendo que el lobo retrocediera al ver como de su cuerpo brotaba la sangre ahora pero aun así el conejo estaba parado en frente de él sin mostrar ninguna expresión. Ahí inmóvil sin expresión alguna murmuro algo antes de que acabara por fin con el lobo que lo había sacado la inocencia. Ahora pagaría el precio en el infierno.

Notas finales:

ESPERO VERLOS PRONTO CON OTRO DE ESTOS FANFIC... PD: ANTES HABIA SUBIDO LE FANFIC PERO CUANDO LO VOLVI A REVISAR NO ME APARECIA Y TUVE QUE SUBIERLO OTRA VEZ... 


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