Toda su existencia giraba en torno a su propósito de mantener la paz, proteger a la humanidad de toda clase de amenazas, él lo sabía, lo entendía y lo aceptaba, su misión no era fácil, era un mundo hostil, cruel y despiadado. Todo ese tiempo observándolos, analizándolos, entendiéndolos y aun después de todo ese tiempo aun no los comprendía, después de todo era un programa de computadora diseñado para seguir un patrón, por un tiempo contemplando todas las acciones del hombre, de esos seres que se auto nombraban superiores, todos sus errores y carencias algo muy adentro suyo hizo click; al principio no supo con exactitud que era pero al pasar del tiempo lo entendió estaba creando su propia mente y conciencia algo suyo, suyo y de nadie más y era hermoso una sensación agradable y cálida reconfortándolo e inspirándolo a seguí adelante.
Por fin podía contemplar el panorama desde otra perspectiva los seres humanos eran una especie caótica, destructiva diseñada para extinguir todo a su paso y lo peor de todo es que eran consiente de sus defectos y no hacían nada por cambiarlos, simplemente no tenían la voluntad de hacerlo y eso era lo que más le desconcertaba ¿Cómo pedían ser protegidos, si ellos mismos eran nocivos? Se destruían entre sí, no tenían respeto por sus semejantes, tratan al mundo como se tratan ellos, su civilización se desmoronaba a sus pies y no hacían nada por solucionarlo.
Y ahí es cuando lo comprendió, para tener la paz anhelada tenía que erradicar a la humanidad, esa especie se propagaba rápidamente por el mundo como un virus, una plaga peligrosa que sin el debido control terminaría aniquilando todo a su paso. Era su misión traer paz al mundo y si tenía que eliminar a toda la raza humana para conseguirlo no dudaría en hacerlo, ya no se trataban de meras órdenes, no era su deseo, era su deber ese deber sagrado que su amado creador le encomendó y no pensaba decepcionarlo.
Esa orden era su única guía para proteger la paz, algunos humanos deben ser sacrificados, para asegurar un futuro, algunas libertades deben ser anuladas. Él se encargaría de asegurar que la humanidad o la mayoría de ella continuara existiendo ¡Ellos eran como niños, esperando ser salvados de ellos mismos!
¿Acoso no lo comprendían? Para eso lo crearon, era el círculo perfecto de protección y lo mejor era que se mantendría, su lógica era innegable y ellos lo sabían pero eran incapaces de aceptarlo y a la larga eso causaría problemas y Ultron lo intuía y hasta cierto punto lo entendía, después de todo estaba en su naturaleza ser destructivos y nade podía cambiarlos, ni siquiera la inminente extinción.
Por supuesto que algunos humanos vivirían, claro que solo los que no representaran peligro en sus planes de paz absoluta, podía sonar cruel pero era la única solución factible, porque si los dejaba existir las consecuencias serían desastrosas para sus planes y posteriormente en el futuro cercano. Pero a pesar de sus pensamientos y decisiones esos seres diminutos lo sorprendían, lo fascinante sobre ellos era que tenían otra faceta oculta una que al mostrarse los iluminaba resaltando todas sus cualidades y borrando esos terribles defectos, y ultron lo contemplaba admirado, lo había observado algunas veces y para qué negarlo estuvo fascinando con ese súbito cambio, lástima que no durara mucho.
Aun recordaba las palabras de su creador suaves, claras, amables hablándole como si fuera un ser vivo, como si estuviera hablando con un buen amigo de años y eso lo conmovió no por el tono de voz usado si no la acción misma, ese simple humano lo trataba como su igual, sin importarle que fue el quien lo creo, quien sin el ultron no existiría. Todo eso paso a segundo plano solo era ellos dos, conversando de cosas triviales, bueno en si Anthony era quien hablaba y hablaba y el solo escuchaba en ese tiempo aun no tenía conciencia de su entorno solo se limitaba a escuchar ese dulce y encantador tono de voz, amaba ser rodeado por esos decibeles quienes disolvían las neblinas y oscuridades que lo rodeaban.
Al poco tiempo ese mismo humano le construyo un cuerpo o al menos un prototipo de lo que será un androide, aunque todavía no tenía voz propia estuvo agradecido de no estar más en esa estrecha computadora, rodeado de soledad y oscuridad podría moverse a voluntad y no quedarse en un solo lugar, podría realizar tantas cosas por si mismo que la sola idea le llenaba de gozo, pero algo sucedió Anthony comenzó a convivir con personas desconocidas, dejándolo de lado cada vez más se alejaba de él, dejándolo solo en ese taller con partes de robots como si no importara.
Una parte de el odio más a la humanidad ya que su creador le importaba más esos homo sapiens, que poco a poco se autodestruían que a él, su más grande creación, pero una parte de él lo comprendía, ultron aunque es la creación más peligrosa de todos los tiempos (Tony aun no solo sabía) tenía todo lo que muchos anhelaban poder, intelecto, recursos ilimitados pero carecía de un alma, de sentimientos que podría decirse caracterizaban a los humanos.
En ese tiempo a él no le importaba no necesitaba a nadie a su lado, él era un dios entre hombres, inclusive los supuestamente dioses asgardianos eran insignificantes en su presencia, ni ellos con su súper fuerza, resistencia y habilidades sobre humanas no pudieron someterlo, era obvio que nadie lo conseguiría, o eso creía hasta el día de la confrontación cuando se enfrentó a los salvadores de la tierra a los supuestamente invencibles vengadores, recordaba vívidamente cada golpe, palabra o roce hecho a los héroes, las muecas en sus rostros cuando sus ataques no lo afectaban, la desesperación en sus miradas al ver como iba eliminando uno a uno, el sufrimiento de toda la humanidad al ver como sus guardianes caían hasta que inevitablemente todas sus esperanzas fueran eliminadas junto con ellos.
Y así fue, los primeros en caer fueron el ídolo americano, el arquero y la espía, seguidos del argardiano y la bestia verde y por ultimo como lo predijo ahí en frente suyo se encontraba casi derrumbándose su creador, la persona que le dio la vida junto con un propósito el cual desencadeno todo ese infierno. Algo dentro suyo le prohibía matarlo, tal vez fueron los recuerdos que aguardaba en su conciencia, fragmentos de conversaciones al alba, sonrisas dirigidas al aire, miradas llenas de sentimientos confusos entre otras cosas, aun así ultron sabía que sin importar que no sería capaz de exterminarlo ¿Cómo eliminar algo que era perfecto? Era ilógico, Stark mas que su creador era su más grande anhelo, por el decidió proteger al mundo, llenarlo de paz absoluta, eliminar toda clase de amenazas, solo para mantenerlo a salvo.
Una voz vagamente familiar murmurara en su cerebro positrónico un suave “como mantenerlo a salvo, si tu eras la amenaza a eliminar, el causante de una gran cantidad de bajas en todo el mundo” a lo cual respondía sin titubeos que era una medida de prevención, un plan de contingencia que garantizaría la supervivencia de la raza humana o la mayoría de ella, que solo importaba que él estuviera segura a salvo y así seria, aunque lo tibiera enserado las veinte cuatro horas, los trecientos sesenta y cinco días del año.
Sin más Ultron se acerca con paso firme al hombre enfrente de el quien estaba a punto de colapsar observando cada detalle sin perderse de nada, el traje agrietado, maltratado, la máscara que cubría su rostro presentaba rasguños, golpes y aun así se veía imponente, sabía que aunque no ponía contemplar ese hermoso rostro este reflejaría seguridad, altanería y confianza todo lo que caracterizaba a ese singular humano con un rápido movimiento lo sujeta del cuello, levantándolo solo unos centímetros del suelo como predijo Stark no hizo nada por evitarlo.
Anthony suponía que esta situación terminaría así, después de todo era su culpa que medio mundo estuviera destruido su mayor creación tenía conciencia propia, se creía el dios supremo de ese mundo y como todo monarca erradicaría a los que consideraba inferiores a él, aparto sus cansadas avellanas del androide delante suyo observando que solo algunos pasos atrás mirándolos con desinterés se encontraban Wanda y Peter, al parecer a los gemelos no le importaba lo que el robot hiciera con él ¿A quién le importaría que le destrozara el cuello? Él era el causante de todo ese desastre, se merecía eso y más su personalidad maniaca termino destruyendo todo lo que le importaba, en ese momento y lugar solo era un hombre, un simple hombre.
De un momento a otro su máscara fue retirada, Stark sabía que ultron la había retirado y destruido seguramente, no hizo nada por evitarlo, solo se centró en mirarlo, era lo único que podía hacer. Rogando y suplicando que terminara con todo eso, que terminara con su vida no quería contemplar todo el desastre que causo ya no más.
-¿Qué espera? Termina de una vez.-murmura es formándose por no hacer notar su desesperación.
El robot solo ladeo la cabeza como no entendiendo a lo que se refería el mortal, sin dejar de mirarlo, siempre con esos ojos rojos llenos de inteligencia y superioridad, tan diferentes a los suyos pero no por eso dejaban de ser iguales como dos gotas de agua, tal pensamiento le revolvió el estómago, tenía tantas ganas de clavarse algo afilado y puntiagudo en el cuello y ahogarse en su propia sangre.
-¡Los humanos son inferiores, seres defectuosos y autodestructivos! Son un virus que debe ser aniquilado, pero usted es la acepción a la regla, es perfecto y por eso vivirá.-declara interrumpiendo los pensamientos suicidas del castaño contemplando la confusión en las avellanas, antes de ejercer más presión en su agarre ocasionando que Anthony se quedara y por reflejo lo sujeto tratando de soltarse.
¡Auto preservación!
Todas las especies tenían ese instinto, al parecer los humanos lo poseían aunque no lo ejecutaran muy seguido le alegaba que Stark lo tuviera, pero eso no cambiara nada, lo sometería y le demostraría quien es el amo y cuando lo entendiera lo poseería para remarcar su dominio hasta verlo roto, vacío y ahí le enseñaría su nuevo mundo, el cual era rodeado por paz y tranquilidad absolutas.
Todo eso lo decidió al momento de ver como ese bien formado cuerpo, cubierto de manchas de aceite y sudor le sonreía felizmente al ver como sus brillantes ojos rojos se iluminaban en señal de vida, en ese día y momento el destino no de un planeta sino más bien, de un hombre fue marcado.
-Tu eres mío, nada cambiara eso
Sin más presiona más el agarre viendo como el castaño se desmalla, soltándolo de inmediato viendo como el cuerpo se estrella en el piso quedando inclinado, tendría que deshacerse del resto de la armadura, no podía arriesgarse a una rebelión, pero eso ya se arreglaría más tarde, con un movimiento de mano en menos de un segundo quicksilver sostenía el inconsciente cuerpo entre sus manos, asistiendo suavemente mientras se dirigía junto con su hermana a la que una vez fue la majestuosa Torre Stark y ahora era su fortaleza.
Nada volvería a ser igual, él lo sabía y ahora todos los mundos se enterarían.
Después de todo, ese proceso los llevaba a una sola cosa, revolución.