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Quién lo hubiera pensado [JiKook]. por Neverislate

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Notas del capitulo:

Quería agradecer a las personas que han dejado sus comentarios, de verdad. No han sido muchos, pero me han conmovido y me motivan a continuar con la historia. Me alegra que les haya gustado.

Por cierto, este capítulo está narrado desde el punto de vista de Kook al igual que los anteriores. 

¡Disfrútenlo! 

Había despertado hacía unos veinte minutos atrás. Por lo general no me levantaba temprano un día Sábado, pero tuve la mala suerte de ser chantajeado por alguien como Park Jimin, quien me despertó el día de hoy. ¿Cómo fue que consiguió mi número? No tengo idea, ¡de verdad! Por lo general no le doy mi número a nadie, aunque… Diablos.


Tengo un amigo, tal vez un único amigo en esa escuela. Él es mayor que yo y sospecho que debe de tener la misma edad que Jimin. En fin, él tiene mi número. Se lo di una vez ya que él se iba a ir de Seúl por un tiempo y claro, quería seguir en contacto conmigo, no me negué a dárselo ya que lo apreciaba, aún lo aprecio mucho. Supongo que fue él quien se lo dio al virus, pues… ¿quién más pudo ser? De seguro usó sus chantajes con él también, así que no estoy molesto.


En fin, hoy fui cruelmente despertado por mi acosador. Ahora creo que son las once de la mañana, me pregunto por qué quiere salir tan temprano. Dijo que pasaría por mí a las 11:30 y creo que ya estoy listo.


Ya comenzaba a aburrirme, eran las 11:20 aún, pero había acabado antes. Sin embargo, de la nada sonó el timbre de la gran puerta. Fue una de las empleadas la que atendió al llamado y yo sólo estaba echado en la cama de mi habitación, escuchando música con mis audífonos mientras observaba el techo. Aún quedaban diez minutos así que descarté la idea de que fuera mi acosador; me equivoqué.


Una de las empleadas vino a mi cuarto y me informó que un ‘’joven apuesto’’ estaba buscándome, dijo que esperaba por mí en la sala, así que a paso relajado me fui poniendo de pie. Me dirigí al lugar en el que dijeron que el chico estaría y precisamente, Jimin yacía sentado en uno de los sofás, mirando con curiosidad los cuadros de mi familia que estaban colgados por las paredes.


En cuanto me aproximé a él se puso de pie y me sonrió, así como los novios le sonríen a su futura esposa mientras la ven caminando hacia el altar; fue extraño y se me erizó la piel con sólo imaginarlo.


— ¡Baby Kookie! —Jimin exclamó mientras tomaba mis manos y sonreía tan ampliamente que podía ver su perfecta dentadura, pero… ¿Qué demonios con ese apodo?


— ¿Eh? —fue todo lo que dije y me zafé de sus manos en cuestión de segundos—. ¿Qué fue lo que dije sobre los apodos?


— Perdona, pero te sienta bien. Eres un bebé.


Simplemente no dije nada más al respecto, me rendí. Minutos más tarde ya nos encontrábamos fuera de mi exageradamente gran casa y caminábamos hacia el autobús; a mí no me gustaba que el chofer me llevara a todas partes, por eso siempre lo tomaba.


El viaje se me hizo corto en realidad. Jimin se esforzó en hacerme conversación y esta vez le seguí la corriente. Me hizo preguntas y yo se las hice a él, aunque en realidad no respondí nada, sólo evadía sus interrogantes. No me gusta hablar del pasado y tampoco dar información sobre mí, pienso que si de verdad alguien me quiere conocer lo hará por su cuenta y no preguntando todo; no sé.


Al fin llegamos. Calculo que ya son las 12:00 y comienza a darme algo de hambre, aun no entiendo por qué quiso que sea tan temprano la supuesta cita, como él la había llamado ayer. Tan sólo lo seguí, supuse que él tenía todo planeado y decidí no ser antipático por ese día, aunque en realidad sólo lo hacía por mi preciado libro.


No fuimos directamente al cine, eso me confundió. ¿No se suponía que allí íbamos? Tenía la ilusión de saciar mi hambre con las palomitas, diablos.


— Jimin.


— ¿Qué ocurre, Kookie? —nuevamente esa sonrisa depravada.


— ¿Adónde me llevas, acosador? —arqueé una ceja mientras cuestionaba, me hacía gracia llamarlo así.


— Supongo que tienes hambre, ¿cierto? Te llevaré a comer. La película comienza más tarde en realidad, fue una excusa ya que quería pasar todo mi día contigo… —Luego de decir aquello bajó la mirada y su sonrisa cambió, no sé si era nerviosa o tímida, pero extrañamente me pareció linda.


— ¡Virus! ¿Sigues sacando excusas para todo? —Exclamé en un tono divertido, no estaba molesto en realidad—. Luego tendré que vengarme por todo esto. Nadie me hace levantarme temprano un sábado sin atenerse a las consecuencias.


— Estoy dispuesto a sufrir la condena con tal de una cita contigo.


— Te dije que no es una cita.


— ¿No? ¿Ya no quieres tu libro?


— ¡Jimin!


— Sólo bromeo, bebé. Pero sigue siendo nuestra primera cita.


— Y la última.


— Eso lo veremos… —susurró aquellas palabras y tomó mi mano con total normalidad. ¿Qué se cree?


No pude zafarme de aquel agarre y él no hacía más que burlarse. Ese día Jimin traía puesta una camiseta sin mangas que dejaba a la vista sus ejercitados brazos, sólo les di un vistazo y me rendí. Estaba claro que él tenía mucha más fuerza que yo.


Caminamos hasta una pizzería a la que nunca había ido, pero tenía buena pinta. Yo en realidad no salía mucho, pero eso era porque no se me antojaba. En fin, esa era la razón por la que no conocía muchos lugares.


Entramos al local y mi adverso me llevó hasta una de las mesas más apartadas de todos, eso me gustó ya que no me gusta estar rodeado de muchas personas, me sofoco. Nos sentamos de frente y él sonrió para mí, yo sólo tomé el menú y oculté mi sonrisa con este. ¡No era mi culpa que se me contagiara!


— ¿Te gusta la pizza, verdad?


— Jimin, eso debiste preguntarlo antes de traerme hasta aquí, ¿no crees?


— ¿No… no te gusta? Si quieres vamos a otro lado. —Lo noté nervioso, su sonrisa era extraña y le temblaban las manos, así que decidí no ser tan cruel por ahora.


— Me gusta, pero si tenías dudas debiste preguntar antes. Bobo.


— ¡Hey! Me asustado, bebé malvado.


— Eres un tonto.


— No olvides que soy mayor que tú, me debes respeto.


— ¿Deberte? ¡Já! No te debo nada, confórmate con esto.


— Llámame ‘’hyung’’.


— Nunca. Y ya pide la pizza que muero de hambre. —Luego de que dije eso él simplemente llamó a uno de los meseros. Por su cara me pude dar cuenta de que el asunto de llamarlo ‘’hyung’’ no había concluido, sé que volvería a insistir… pero me niego rotundamente a ello. ¡Eso nunca!


El mesero se acercó con una sonrisa radiante y una libretita en las manos. Él me pareció extraño, todavía más acosador. Mientras nos atendía no dejó de mirarme, pero lo hacía de una forma muy inusual. Quién sabe cuántas veces se mordió el labio inferior mientras me miraba. Tocó mis manos más de una vez de forma ‘’accidental’’ ya que se puso a acomodar ciertas cosas en la mesa, servilletas, etc. Jimin lo notó y su ceño se frunció de inmediato. Su mirada hacia el chico fue casi asesina y lentamente fue apretando los puños, lo que me incomodó un poco.



— Jamón y queso. —Dije de manera rápida, aunque no me habían preguntado nada.


— ¿Cómo? —Cuestionaron ambos en sincronía.


— La pizza. Me gustan con jamón y queso. ¿Y a ti, Jimin? —Sólo intentaba desviar el tema. Me sentía acosado, pero vi los deseos de golpear que mi acompañante tenía, así que traté de evitar que sucediera.


— A mí también. Queremos una pizza para dos de jamón y queso. Yo quiero una coca-cola… ¿Y tú, mi niño? —¿Qué apodo fue ese? ¿Acaso trataba de darle celos al mesero? Jimin… ¿eres así de infantil?


— También. —Llevé mi mirada al chico parado junto a nuestra mesa. Lo miré con seriedad y sé que lo intimidé. Mis ojos son de un color bastante oscuro y eso, mesclado con mi mirada de odio, pues… cohíbe. Él alto chico sólo anotó todo con rapidez y preguntó si queríamos algo más. Ambos sólo negamos con la cabeza y él hizo una reverencia antes de retirarse, casi corriendo. Yo comencé a reír.


— ¿Qué diablos fue eso? Kookie, ¿siempre te pasa? ¿Tan deseado eres?


— Sólo mírate.


— ¡JungKook!


— Es la verdad, ¿no? Se te nota, al igual que a ese chico se le notó y al igual que a muchos de nuestra escuela. —Sé que sonaba egocéntrico, pero era la verdad y no es algo de lo que me guste alardear, me desagrada mucho en realidad.


— Es cierto… Todos nos fijamos en ti, pero tú sólo aceptaste salir conmigo. Me siento afortunado.


— Me has chantajeado para venir, Jimin. Esto no cuenta.


— Aun así… Tuve suerte de que se te cayera el libro —suspiré luego de que dijo eso y él sólo liberó una sutil risa. A pesar de todo, su constante acoso comenzaba a causarme gracia.


El joven de antes no tardó en llegar en realidad. Traía en una bandeja la pizza que habíamos pedido, junto con las bebidas y dejó todo en la mesa. Tengo esa costumbre de siempre tener mis muñecas apoyadas en el borde de la mesa y mis manos ligeramente cerradas, como si formara círculos con mis dedos. En mi opinión, me parezco a los muñecos lego por traer las manos de semejante manera. En fin, el mesero volvió a rozar ‘’accidentalmente’’ mis manos y dejó una nota dentro de estas, la cual apreté de inmediato. Creo que Jimin estaba distraído mirando la pizza así que no lo notó. El tercer chico tomó la bandeja vacía y me hizo un guiño antes de marcharse, ¿qué se cree?


— Ni creas que no me di cuenta.


— ¿Qué?


— La nota, el guiño, todo. Kookie, sé que soy distraído, pero no tanto. ¿Qué dice? —¿Por qué actuaba así? Jimin ya parecía mi esposa y diablos, mi piel se erizó nuevamente.


— Jimin, eso no importa. Comamos que tengo hambre. —Supuse que en el papel salía el número del mesero o algo por el estilo, no tenía interés en él ni en nadie, no importaba.


— ¿Me la puedes dar?


— ¿Estás celoso?


— Demasiado. Dame la nota.


— ¿Odias la idea de que luego tenga una cita con él también?


— Odio la idea. Dame la nota.


— ¿Temes que me divierta más con él que contigo?


— ¡Sí, demonios! ¡Dame esa nota! —No pude evitar reír al escucharlo y asentí con la cabeza.


— Vale, ten. —Extendí el famoso trozo de papel hacia mi mayor y él la leyó con desesperación, se veía gracioso.


— Kim Tae Hyung. —Leyó en voz alta y arrugó la nota mientras fruncía el ceño, se veía furioso y me asustó un poco.


— Jimin. ¿Eres mi madre?


— No lo soy.


— ¿Eres mi hermano?


— Tampoco.


— ¿Eres mi esposa?


— ¿Qué pregunta es esa, Kookie? Claro que no lo soy. —Respondió entre risas.


— ¿Acaso eres mi novio?


— No. Lamentablemente, no. —Lo último lo murmuró, pero aun así escuché.


— ¿Entonces?


— ¿Entonces qué?


— ¿Por qué tan celoso? Jimin, relájate. Por muy musculoso que seas, ambos sabemos que no podrías acabar con la mayoría de los alumnos de la escuela. —Él volvió a reír.


— Lo sé… Pero me molestó su comportamiento. Estás conmigo ahora y él sólo me ignoró. ¿Qué tal si yo hubiese sido tu novio? Habrí-


— Pero no lo eres. —Lo interrumpí, me gustaba hacerlo. Él hizo una pausa y asintió con la cabeza un par de veces, pero luego me sonrió de esa forma tan propia de él.


— Admitiste que esto es una cita, baby Kookie.


— ¿Qué? ¿Cuándo? —Cuestioné mientras tomaba una rebanada de pizza y le di una mordida, esperando por su respuesta.


— ‘’¿Odias la idea de que luego tenga una cita con él también?’’. Dijiste ‘’también’’. —Dijo eso con una amplia sonrisa que dejaba a la vista su dentadura. Demonios, no pensé lo que dije.


— Que rica esta la pizza, ¿no? —Sólo desvié el tema, él volvió a reír y comenzó a comer.


— Es cierto, está deliciosa.


Pasaron quién sabe cuántos minutos y al fin terminamos de comer. El tema del mesero quedó atrás y la nota debió de mezclarse entre el montón de servilletas ya usadas. De verdad la pizza estaba bastante rica y aunque quedé satisfecho con el tercer trozo, yo seguí comiendo únicamente por gula.


Jimin pidió la cuenta y ni siquiera miré al mesero, me dediqué únicamente a ignorarlo. Levanté mi vista hacia mi adverso ya que planeaba preguntar cuánto le debía, pero él ya había pagado todo; seguía tratándome así.


Después, ambos volvimos a estar fuera de la pizzería e hicimos lo mismo que antes. Él caminaba, yo simplemente lo seguía. Él me hacía pregunta, yo desviaba el tema. Aunque nuevamente tomó mi mano y eso también fue igual que antes, con la diferencia de que abrí la boca para quejarme.


— No voy a perderme, Jimin.


— No me quiero arriesgar, te pueden robar y tú eres mi cita, así que debo cuidarte —se puso a reír luego de decirme aquello y con mi mano libre lo golpee en el abdomen con mi puño. Aunque bueno, en realidad no lo golpee, sólo fue un roce y el sólo se retorció un poco por simple reflejo.


— ¿Tienes excusas para todo?


— Eso espero…


De seguro ya iban a ser las dos de la tarde, tardamos demasiado en comer y caminamos a paso lento. Al fin habíamos llegado al cine, pero no hicimos la fila para las entradas, sospecho que ya las compró por internet o algo así. Pasamos directamente por las palomitas y esperamos en la corta fila. Me sentía extraño. Jimin estaba pagando todo y su comportamiento era lindo, pero yo igual puedo contribuir, me trataba como a una chica.


— Yo pagaré las palomitas.


— No, claro que no. Yo te invité, así que yo pagaré.


— Jimin, no soy una chica.


— Sé que no lo eres, pero soy así. Yo quise invitarte, de verdad quiero pagar todo yo. Si quieres salimos de nuevo y tú me invitas a algo, ¿eso es justo para ti?


— ¿Es… otra excusa, verdad?


— Algo así, pero no del todo.


— Tal vez te invite, tal vez. Entonces… quiero palomitas y una soda, ¿bueno?


— ¿Sólo eso? ¿No se te antoja algo más?


— No, no. Comí mucho recién —sonreí mientras le respondía y él se percató de ello porque la emoción se vio claramente reflejada en su rostro.


Después de que le respondí llegó nuestro turno y fue Jimin quien habló. Pidió una promoción de palomitas para dos que venía con dos sodas grandes y dos barras de chocolate, sé que era por la promoción así que no le di importancia. Nuevamente pagó todo y me pasó las palomitas para él llevar los chocolates en un bolsillo y las bebidas en cada mano. Era hora de la película y nos dirigimos a la sala correspondiente. Nos hicieron entrega de lentes 3D que llevé yo y al estar dentro, comencé a subir por la escalera. Jimin decía ‘’sigue subiendo’’ más de una vez ya que yo me detenía cada tres escalones. Llegamos a la última fila de arriba, genial. Nos sentamos en los asiento de al medio de la susodicha fila y me hizo entre de mi bebida, junto con el chocolate. Di una vista a la pantalla gigante y aún no había nada, estaba en blanco. Le di a mi acompañante uno de los lentes y me puse los míos, creo que me veo gracioso, pero mi acosador no hacía más que sonreír como idiota al mirarme; me parecía graciosamente adorable.


La película al fin comenzó, era una de terror; nuevamente acertó. 

Notas finales:

¿Les gustó? Yo espero que sí... Por favor dejen review con sus opiniones o no sé, de verdad me ayudan. 

Espero actualizar pronto y gracias por el apoyo. 


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