Las personas están en continuo movimiento, unas vienen y otras van, unas mueren y otras nacen, pero siempre manteniendo el equilibrio global. No obstante las necesidades de dichas personas no son las mismas, ni tampoco su economía, ni su situación social, las leyes y los derechos humanos eran un gran invento si, pero se pasaban o no llegaban, unos que las normas les era indiferente y otros que las acataban con detalle, no es que esto último estuviera mal, pero había que pensar con lógica,ya que las necesidades de una persona por que igualdad no es lo mismo que equidad, y eso era un concepto que la sociedad aún no entendía y que Hoseok, un joven estudiante de la facultad de derecho, lo tenía muy en mente.
El adoraba ayudar a las personas, desde pequeño le habían enseñado eso, y tampoco vio motivos para pensar de otra manera. Puede que no todas las personas tengan el mismo color de piel o los mismos rasgos, ni tampoco teníamos los mismos recursos, pero eso no quitaba el hecho de que somos seres humanos, y como tales, teníamos necesidades básicas, por lo que debíamos ayudarnos unos a otros para que a ninguno le faltara.
Si los demás animales eran capaces
¿Por que no los seres humanos?
Estaba en su segundo año de carrera, el joven de pelo castaño, quería ser un buen abogado, defensor de lo que era correcto, lastima que gracias a su carácter amable, le jugaran malas pasadas, sobre todo en el ámbito amistoso, ya que en cuanto al amoroso, no había experimentado aún lo suficiente pero de las experiencias que tuvo, el sabia que se volcaba por completo en sus relaciones, pero todo llevaba a un mismo lugar, aprovecharse de el, de mala manera, y más cuando se trataba sobre los estudios, sus notas eran magnificas y sus trabajos de diez, por lo que todos querían echar un amable vistazo a estos, ya sea como amigos o como pareja con el fin de ''comparar respuestas'' Una táctica muy vista, pero el siempre caía.
No obstante, el no era tonto, ni mucho menos, sabía lo que querían esas personas, apenas tenía dos verdaderas amistades, pero eran suficientes, no necesitaba falsos amigos.
Y a causa de ello también se había ganado muchas enemistades, eso era algo que le disgustaba pero no podía hacer nada contra eso.
''Jung HoSeok, su trabajo sobre derecho penal es formidable, le felicito'' Dijo un hombre mayor de tez morena y notorias arrugas sobre su faz, rondaría los 60 años fácilmente.
''Muchísimas gracias profesor'' Agradeció el cumplido el joven, ya no tenia más asignaturas ese día, al igual que sus compañeros, los cuales la gran mayoría ya se habían ido exceptuando dos o tres alumnos que seguían recogiendo sus apuntes desordenados.
''Si sigue así estoy seguro de que obtendrá una matricula de honor ¿Ya tienes pensado en donde hacer las practicas?'' Pregunto de forma amable.
''Bueno, tenía pensado contactar con algún bufete de abogados'' respondió con una leve sonrisa, agradecía la simpatía de su profesor, pero no dejaba de ser un muchacho en la flor de la vida y ansiaba con salir de ahí, llegar a su apartamento y quitarse los zapatos, descansar un poco y estar con amigos.
El ya lo sabía, sus notas eran las mejores, sobresalía entre todos los alumnos de la facultad de derecho, y no es que fuera mejor o más listo que los demás, ni mucho menos, el solo mostraba dedicación y esfuerzo, era un muchacho responsable, si tenía que estar horas y horas frente a un libro, lo hacía, y cuanto antes, era un método fácil y sencillo pero la vagueza humana no a todos les dejaba hacerlo y al parecer, eso era un motivo por el que muchos allí en el campus sentían cierto asco inexplicable hacía el castaño.
Muy similar es el caso del triunfador Kim Seok Jin, que con sus recienes 22 años, había logrado lo que todo emprendedor y amante de la moda soñaba, tenía un trabajo fijo como redactor de una de las columnas en una de las revistas de moda más importantes del país.
La suerte siempre sonreía al joven de hombros anchos, el dinero nunca fue un problema para su familia o para el a decir verdad, cierto es, que ese puesto de trabajo lo consiguió gracias a ciertos contactos familiares, no obstante, talento no le faltaba, era bueno en ello, un exquisito gusto para la moda y su don de gentes, hacia que todo el mundo admirara su trabajo y leyera sus artículos.
Razón no faltaba para que muchos criticaran lo que otros admiraban, Kim ki bum un reportero con grandes dotes para ello, era uno de las numerosas personas dispuestas a entrar en la vacante del antiguo redactor de aquella columna, sin embargo de entre todos ellos, tuvieron que escoger a Seok Jin y eso era algo que a Kim ki Bum le quemaba la sangre.
''Uoh, eres sexy, tal y como me habían dicho'' Dijo un joven pelirrojo, apoyado en la pared exterior del edificio donde se encontraba la sede general de la revista ''Buenas tardes'' agregó al final cuando el de los hombros anchos se giraba para mirarle con cierto asombro.
''Es de noche'' corrigió el de pelo castaño encarando una ceja.
'' Y también listo, eres más interesante de lo que pensaba'' Mascullo el más bajito con cierta ironía en sus palabras mientras se acercaba al mayor con cierto desdén pasando su dedo sobre el trabajado brazo del otro.
''¿Te conozco?'' Pregunto Seok Jin, incomodo a causa de la osadía del menor, que a simple vista y por su tono de voz, podía rondar los 17.
'' JungKook, puedes llamarme kookie, un placer'' el rintintin de sus palabras hicieron estremecer el cuerpo del más alto. '' Y tu eres Seok Jin'' Sentenció pegando su cuerpo al otro.
El mencionado alejo un poco al tal JungKook e hizo una mueca de desaprobación, obviamente no conocía de nada a ese muchacho, si no, se acordaría, claro que se acordaría, lo acababa de conocer y ya los sudores fríos ya recorrían la palma de sus manos.
''Mira...esto...jung...jungkook, es muy tarde como para que estés, vuelve a tu casa, tus padres estarán preocupados'' sugirió tajante el mayor mientras hacia fuerza para que el pelirrojo no se acercara más de lo debido nuevamente.
''Uhm...creo que olvidé como se iba'' dijo JungKook con un tono inocente en su voz y un destello lujurioso en su mirada, directa y penetrante a los orbes oscuros de Jin.
Las calles estaban semi vaciás, las farolas centelleaban jugando a ser estrellas alumbrando poca cosa, lo que sería la calle, todo era oscuro cual betún y eso al castaño de Hoseok le ponía la piel de gallina, su apartamento no estaba muy lejos de la facultad, de hecho estaba a 10 minutos en autobús desde allí, pero ese día, a causa del cansancio, se quedo dormido y se vio obligado a esperar al siguiente autobús.
''Hace bastante frio'' Escuchó una voz proveniente a su derecha.
''¿Eh?'' Se quedo estático al ver a la persona sentada junto a el, seguramente, esperando el autobús.
''Que hace bastante frío'' Repitió con una sonrisa amable.
''¡Ah! La verdad es que ahora que lo dices, si que hace'' Trato de ser amable el pelicastaño, no es que no fuera extrovertido, todo lo contrario, pero la situación de por si, el ambiente tan oscuro ,desolado y un extraño hablándote de la nada, no era algo que le agradara del todo.
El joven desconocido para Hoseok, llevo su mirada a la carpeta que el muchacho llevaba entre sus manos, con las iniciales de la facultad de derecho.
''Oh ¿Universitario?'' pregunto como si nada señalando la carpeta, a la vez que el más alto asentía con la cabeza. ''Derecho supongo'' agrego soltando una leve risa, haciendo que Hoseok esbozara también una.
''Por cierto, soy Kim TaeHyung'' Se presento aquel desconocido, ya no tan desconocido que llevo su mano hacía la del palicastaño dando un ligero apretón de manos.
''Jung HoSeok, encantando'' dijo correspondiendo al saludo.
La llegada de un autobús hizo que ambos desviaran la mirada, Ho seok se levanto rápidamente, haciendo un gesto con la mano avisando al conductor de que esperaban por su llegada.
''¿Subes?'' pregunto el más alto.
''No, yo cojo el siguiente'' Respondió con una sonrisa de oreja a oreja haciendo que las orbes de sus ojos se dejaran de ver, algo que tal vez a Hoseok le pareció lindo.
Este se subió al autobús divisando al pelinaranja allí sentado mirándole en la lejanía mientras el vehículo se movía, el mayor hizo un gesto con la mano como segunda despedida, pero que al parecer no pudo ser vista por el muchacho, o tan solo fue ignorado. Un pensamiento rápido paso por la cabeza del estudiante de derecho, miro su reloj, las manecillas marcaban las 12:45.
''Pero si este era el último autobús'' Susurro para sus adentros mirando en la lejanía la calle oscura, entrecerrando los ojos para poder divisar al joven, cosa que no pudo.
Puede ser aquello que llaman destino, Jin creia en eso, sin embargo Ho seok, prefería inclinarse por la casualidad, pero tal vez esto no fuera obra de ninguna de esas dos fuerzas ¿O si? El caso es que el juego para el promiscuo de Jungkook y para taehyung acababa de comenzar,y como no, la luna siempre de testigo, ella era la única que sabían del principio de sus planes crueles, que era su trabajo,si ,pero seguían siendo actos con el fin de arruinar la vida de otra persona y este no sería un caso diferente.
Por ahora.