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THILBO. por Eli97

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Notas del capitulo:

Hola,como estan, espero que este capitulo les sea de su agrado, es capitulo es tambien muy importante, cuando terminen de leerlo,diganme que creen usteds que vaya a pasar en el siguiente capitulo...

21

UNA PEQUEÑA VENGANZA

 

Había silencio en las entrañas de la montaña, los herreros se habían ido, las antorchas estaban apagadas y solo un pequeño resplandor salpicaba débil las paredes de roca. Dáin se inclinó para contemplar el resplandeciente mar dorado y espeso reposando en el enorme y profundo crisol hirviente, la cara se le coloreó de oro y una sonrisa se le curveó entre las comisuras, sostenía con ambas manos la simple corona gris del rey bajo la montaña, la acercó al oro líquido y sintió el calor en las manos. << Es tuyo, te pertenece a ti  >> Le había murmurado la voz en uno de sus sueños << Haz de ti un rey dorado >>

    —Un rey… —Respondió temblorosamente a ese recuerdo mientras sentía como se hacía más intenso el calor en los dedos—…que reina un reino de oro… debe portar una corona de oro.

Aflojó los dedos, la corona se deslizó por sus manos y calló en el metal derretido que se la tragó cual lava ardiente, siseando estentóreamente como una serpiente.

   —Sácala —Ordenó inmediatamente al herrero, el sucio y sudoroso enano tomó un gancho y lo sumergió también buscando la preciada corona, revolvió un poco tratando de dar con ella hasta que la halló y alzó el gancho que quedó cubierto también,  ahí estaba, colgando enganchada del aro mientras de las puntas escurrían espesos hilos dorados, brillaba como un pequeño sol.  Los ojos de Dáin centellearon,  una lágrima escurrió por su mejilla y calló al borde del cuenco evaporándose con un siseo << Haz de ti un rey >>  Escuchó en su cabeza

    —Un rey dorado —Susurró. Ahora era el nuevo rey bajo la montaña, el oro era suyo, era su emblema, corría por su sangre. De nadie más debía ser el trono, de nadie más.

 

— ¿Qué rayos estás haciendo ahí? Te hemos estado buscando —Kili estaba inclinado en la abertura del escondite de Bilbo, mirándolo un poco preocupado— ¿Estas bien?

Detrás de él podía verse el sol iluminar el jardín y arrancarle destellos a las torres y edificios del castillo. Ya era de tarde, seguro no habían pasado ni dos horas, Bilbo miró dolido a Kili y se arrebujó con su propio cuerpo en el rincón donde estaba encogido. Kili pudo notar aquella vibración de temor en el hobbit así que haciendo una mueca se metió en el escondite y gateando se acercó a él. Los rayos de luz que se filtraban por las hojas del arbusto proyectaron en el rostro del enano y en el cuerpo de Bilbo un patrón inquieto de sombras y luz. En el encerrado silencio, el tic-tac del pie mecánico de Kili fue el protagonista.

 — ¿Qué pasa Bilbo? —Kili acercó su mano al hombro del mediano.

    —No quiero salir, no quiero que Gandalf me encuentre —Contestó sin moverse. Kili soltó un suspiro y se sentó a su lado.

    — ¿Por qué no? ¿Qué pasó? ¿Qué fue lo que dijeron en la junta del Concilio?

¿Debía decírselo? Ni él ni Bofur habían querido acompañarlo a espiar la junta, sin embargo había prometido que les contaría lo que dijeran, y palabra de Bolsón era palabra de Bolsón. Además, de haberlo acompañado no habría podido usar el anillo y de seguro los habrían descubierto. Pero, de haberlos descubierto no habría podido escuchar lo que se había dicho en la junta y por lo tanto no se habría enterado de lo que se había planeado, hubiera preferido eso.  Las últimas horas en que había estado escondido en el arbusto meditó acerca de lo que habían dicho los magos y los elfos. Lo habían elegido a él para enfrentarse a Artoc, ¿Por qué a él? ¿Por qué no ellos? Definitivamente podía tener elección, podía negarse, decir que no, Gandalf lo entendería, Galadriel no podía obligarlo, nadie podía hacerlo. Thorin lo haría mejor, Fili, Kili, incluso Danief, todos menos él. Quería decírselo a Kili pero ni siquiera sabía por dónde empezar. Se incorporó para mirar al enano, que tenía apoyados los brazos en las rodillas.

     — ¿De qué te estas escondiendo? — Preguntó el Kili casi susurrando —Bueno, este lugar es agradable —Rodeó fugazmente el escondite con la mirada —Pero no es tan cómodo para quedarse a vivir… y tu silueta se ve desde afuera.

Bilbo bajó la cabeza y esbozó una sonrisa. No sabía que decir, ni siquiera tenía ganas de llorar, solo había querido estar solo. Pero a veces la compañía silenciosa es mejor que la soledad.

  —Me recuerda a casa —Bromeó Bilbo, Kili rio ligeramente y apretó amistosamente el hombro del mediano.

   —Thorin ya despertó, y Fili—Informó el enano, los ojos de Bilbo se abrieron como dos pelotas.

 —Thorin — Susurró sorprendido, se había olvidado de él, aún no había despertado cuando se había ido, no quería ni imaginar lo aturdido y asustado que debió de estar al despertar, y él no había estado ahí para consolarlo como había hecho con Danief — ¿Dónde está? ¿Hace cuánto despertó?

  —Están comiendo, se perdieron el desayuno así que casi han arrasado con la bodega del castillo.

Bilbo le pidió que lo llevara, y así fue. Juntos salieron del arbusto y caminaron hasta el comedor de Rivendel. La luz intensa nublaba la vista de Bilbo, así que los pasillos y habitaciones se veían más resplandecientes de lo que recordaba.  Thorin estaba de espaldas a la puerta, así que cuando entraron Bilbo solo alcanzó a ver como su cabello azabache subía y bajaba en su espalda por el movimiento de su cabeza al comer. Al otro lado de la mesa estaba Fili, sin camiseta y el  hombro envuelto en vendas, devorando salvajemente un plato de verduras, junto a él estaba Bofur inspeccionando con extrañeza una hoja de lechuga, y junto a él Danief, con el pecho todo vendado y una camisa blanca con bordados plateados encima.

El primero en verlos fue Danief, que sonrió alegremente.

  — ¡Hola Bilbo! —Gritó el cargador ondeando en el aire la mano. Bilbo solo pudo notar como se había hecho el silencio y al mismo tiempo que la cabeza de Thorin se había detenido en seco. Tímidamente correspondió el saludo de Danief y se acercó lento a Thorin que  súbitamente se puso de pie y se volvió hacia él produciendo un gran estruendo. Bilbo retrocedió un paso alarmado. Thorin tenía la expresión tan severa que Bilbo temió haber hecho algo imperdonable y no recordarlo.

    — ¿En dónde…demonios…estabas? —Bufó el rey enano casi sacando humo por la nariz y las orejas. Bilbo balbuceó mirando a Kili y luego a Thorin simultáneamente. Tragó una, dos, tres veces.

 —Ab-yo-ab-ah—No podía decirle que había estado escondido, que había espiado la junta del Concilio y que había usado un anillo mágico para hacerlo.

   —Lo encontré paseando en el jardín junto al rio, tío —Intervino Kili rápidamente —Estaba…estaba muy sorprendido p-p-por lo bonitas que eran las flores.

Thorin no apartó ni un segundo los ojos de Bilbo ni cambió ni un solo rasgo de su expresión.

   —No me importa… —Tomó a Bilbo fuertemente del brazo —Estaba preocupado — << Tan preocupado que arrasaste con la comida >> Pensó Bilbo — ¡Estuviste perdido seis horas! ¡Seis malditas horas! ¡Tenemos que estar juntos a todo momento!

 —Lo-lo siento, solo necesitaba… aire fresco —Se disculpó, Thorin le soltó el brazo con brusquedad y lo señaló con el dedo calloso y grueso bien recto.

   —No vuelvas… a hacerlo —Le advirtió —Ahora come, tienes que estar fuerte, te has puesto muy flaco y te vez horrible.

Aquello fue como una estaca para el mediano, Thorin se dejó caer nuevamente en el asiento y reanudó el asunto con su comida. Kili se había sentado junto a su hermano y Bilbo se sentó junto a Kili, nadie estaba junto a Thorin, tenía su lado de la mesa todo para él, y en ningún momento alzó la vista hacia Bilbo, ni borró su ceño fruncido. Bilbo arrugó la nariz y a regañadientes se llevó a la boca las ensaladas y vinos que le sirvieron.

    — ¿Dónde está Ori? ¿Está mejor?—Preguntó Bilbo para romper un poco el silencio de cubiertos y mandíbulas.

—Sus heridas son muy graves, así que debe estar en reposo hasta que sanen lo suficiente — Se asomó Bofur para responder.

   — ¿Sigue dormido? — Bilbo se alarmó.

—Si pero no volvió a entrar en Trance, Lady Galadriel volvió a hacerle eso en la frente y me dijo que pronto podría caminar con seguridad.

  —Lo apostaría —Dijo Danief con la boca llena —Mis heridas cicatrizaron en unas cuantas horas, y ya casi no las siento, la medicina élfica es realmente increíble.

La mesa se llenó de gemidos aprobatorios, excepto los de Thorin, que permanecía completamente callado casi sin poner atención a lo que se decía.

     —Me consta a mí también —Kili se tomó la pierna sana y la dejó caer sobre la mesa haciendo un desastre — Una flecha de orco me dio una vez en esta pierna, y mi amada Tauriel aplicó la medicina élfica para sanarla, de no haberlo hecho habría muerto, podrido y negro habría quedado.

Dio un sorbo a su copa mientras su hermano lo obligaba a bajar la pierna.

  — ¿Qué hay de ti, Fili? —Inquirió Bilbo —Veo que estas mejor.

Fili tenía el pecho desnudo y las vendas del hombro las llevaba sujetas por el cuello, los elfos le habían dicho que debía permanecer así mientras terminaba de sanarle la herida, y el realmente no tenía problema con hacerlo, sin embargo se sorprendió así mismo temiendo que Danief lo viera de esa manera, ¿Por qué? Tal vez porque apenas lo conocía, tal vez porque resultaba diferente a todos los demás hombres que conocía, incluso diferente a Bilbo. Había algo en la forma en que aquel hobbit hablaba, caminaba, sonreía, miraba, que lo hacía tener un pudor que jamás —probablemente —había tenido con otro enano. Cuando había despertado del trance y recuperado la noción de la realidad, había temido que todo lo sucedido con los fantasmas de luz hubiera sido un sueño, que en realidad nunca hubiera salvado a Danief, que él estuviera muerto, con los huesos destrozados, fulminado en alguna parte del bosque junto al cadáver del águila. Pero al mismo tiempo había temido que lo que había visto en su sueño se fuera a volver realidad. 

  (— ¿Dónde están los demás? —Había preguntado a Kili al poco rato de despertar y haberse tranquilizado un poco, ya había visto a Thorin en la otra cama así que no hacía falta preguntar por él, aunque aún no despertaba,  habría querido preguntar sobre Danief específicamente, si estaba vivo, si en realidad lo había salvado, si sus heridas no habrían sido tan graves como para matarlo, pero no quería que interpretaran su preocupación como un sentimiento especial hacia Danief, porque realmente no lo era, no podía serlo.

     —Ya han despertado, Danief está en la otra habitación, sus heridas son graves pero se recuperará, y Bilbo… ya despertó también —Le respondió Bofur, Fili dio un gran respiro de alivio interior—Las heridas de Ori se complicaron.

 —E-e-ellos… ¿Entraron en trance también?

Kili asintió.

  — ¿Ustedes?

—Extrañamente no — Negó Kili— Ni Bilbo, pero ahora ustedes también.

  — ¿Qué fue lo que pasó? ¿Por qué las heridas de Ori se complicaron?

Al parecer había pasado mucho mientras ellos dormían, porque Kili le contó la loca historia de cómo Ori había atacado dormido a Bofur, de cómo Galadriel había interrogado a Danief y como esta misma elfa les había hecho un no seque en la cabeza a Ori, Thorin y a él para sacarlos del trance. << Eso lo explica >> Pensó Fili, recordando lo que había visto en el sueño, la voz de aquella criatura resonó en las paredes de su memoria —Yo te conozco…Fili… he visto a través de tu alma…. conozco cada detalle de ti… conozco cuáles son tus temores, sé que es lo que más te preocupa….puedo ver…cuales son…tus más profundos…deseeeeoossss—. Se estremeció y trató de alejar el recuerdo, pero era imposible, recordaba claro como el agua todo lo que le había hecho pasar la maldita criatura. ¿Cómo había podido saber todo eso? Temía volverse loco como lo había hecho Bilbo, y no quiso siquiera pensar en la idea de que cada vez que durmiera sucediera lo mismo. Sin embargo, antes de que la bestia le mostrara sus deseos, de pronto todo se había vuelto calma y una gran serenidad lo invadió, tal vez por eso era que el trance no le había afectado tanto como a Bilbo, porque el saqueador había tenido que sufrir toda la tortura. Pensó en Kili y se sintió contento de que aún no hubiera pasado por eso, pero luego recordó a Danief y se sintió terrible. Se sentía obligado de ir a ver como estaba, sus heridas habían sido graves, seguro que lo último que quería era estar solo. 

    — ¿Dónde está  Danief? —Preguntó —Debo hacerle saber que me debe un favor—Mintió, Kili le indicó donde y con un ligero dolor en el hombro, fue hacia allá.

El hobbit estaba acostado boca abajo con el pecho desnudo mirando desde su lugar hacia la ventana, tenía la mejilla recostada sobre sus brazos entrelazados y dejaban ver el hilo de vello claro bajo sus axilas,  las mejillas de Fili se colorearon al recordar que él tampoco llevaba prenda puesta más que los pantalones de lana, pero de alguna manera las vendas lo cubrían un poco.

   —Hola —Llamó indeciso, notó las respiración pausada y tranquila en el pecho del cargador, como su piel bronceada brillaba ante la luz que entraba por las ventanas y como debajo de sus pantalones se asomaban tímidos el comienzo de sus muslos <<…tus más profundos…deseeeooossss >> Un escalofrió le recorrió y temió por un segundo estar dormido de nuevo, Danief giró la cabeza hacia él y sus ojos se abrieron como platos.

  —Fili —Balbuceó, Danief habría querido tomar una de las sabanas y cubrirse pero el elfo médico le había dicho específicamente que debía dejar las heridas descubiertas, así que maldijo todo lo llamado divino y material —Ho-o-hola, ¿Cómo estás?

 — ¿Puedo pasar?

—Pero claro, perdona si no me pongo de pie, me dijeron que no debía cambiar de posición hasta que comenzaran  a cicatrizar mis heridas… 

   —No te preocupes… —Fili caminó hacia la cama, tomó la silla de madera que había a un lado y la colocó frente a Danief.

 —Antes de que digas algo, no sabes… no sé qué decir, Fili, no sé cómo agradecerte ni devolverte el favor… rayos, salvaste mi vida, estoy en deuda contigo…. Yo no sé…

  —No tienes que decir nada —Le interrumpió Fili ladeando ligeramente la cabeza hacia los lados — Sé que habrías hecho lo mismo.

¿Lo habría hecho? Se preguntó el enano, las posibles respuestas lo inquietaron, no recordaba haber pensado nada al lanzarse desde la altura en que estaba para salvar al hobbit, cuando lo vio caer supo que no debía permitir que llegara al suelo, ¿Si yo hubiera caído… él se hubiera lanzado para rescatarme?

Se acomodó inquieto en la silla y contemplo el brillo en los ojos de Danief, se lanzaría ahora.

    —Quiero que sepas que eres parte de nosotros —Comenzó a decir, una sonrisa se dibujó en el rostro de Danief y Fili no pudo evitar esbozar una también, se miró lo pies —Y que yo… yo haría cualquier cosa por cualquiera que es mi amigo…—Temió ser interpretado — Porque aunque apenas te conocemos, sé que eres bueno… —Mierda, estaba diciendo demasiado—Y pues… bueno, creo que eso es todo… yo… eso es todo.

Se puso de pie y le extendió el puño para que Danief lo chocara con el suyo, éste un poco desconcertado enrolló los dedos y dio un golpecito, Fili asintió y sin mirarlo dio media vuelta y salió.

Al llegar de nuevo con Kili y Bofur, descubrió que Thorin acababa de despertar y no paraba de preguntar por Bilbo, ninguno supo contestar, mucho menos él, fue con Danief para averiguar dónde estaba, pero este tampoco sabía nada, había mandado a Kili y Bofur a buscarlo, y el mismo se había unido, Danief había querido ayudar pero Fili lo detuvo, pues se haría daño. Pasó bastante rato y su búsqueda no tuvo frutos, Fili convenció a Thorin que dentro de Rivendel estaba seguro,  no habría apostado por eso, pero Thorin pareció tranquilizarse y en cuanto sus estómagos comenzaron a rugir no dudaron en ir al comedor. Para esto Danief ya se encontraba mejor, la búsqueda por Bilbo había durado unas tres cuatro, él mismo estaba sorprendido por la velocidad de la medicina élfica, ya se podía poner en pie así que un elfo medico llegó para vendarlo por última vez. )

   —Creo que la herida ya se curó — Contestó Fili palpándose la venda — ya no me duele nada. Me a….

  —Veo que están disfrutando de la comida —Elrond estaba parado en la entrada del comedor con las manos entrelazadas escondidas detrás de la espalda y con Gandalf a un lado, ambos con expresiones rígidas. Bilbo sintió como un frio le recorrió por el pecho hasta los brazos, << Mierda, mierda ¿Por qué? >> Maldijo, por un momento había olvidado lo que se le había destinado a hacer, pero ahora la realidad regresaba y tenía la  forma de un elfo y un mago.

 —Lo más que podemos —Respondió Kili burlón.

Thorin que no había dicho absolutamente nada,  en ese momento se puso de pie y caminó hacia Gandalf, ignorando completamente a Elrond.

 —Gandalf, hemos permanecido demasiado tiempo sin hacer nada, no podemos dejar que esa cosa siga avanzando, los únicos que no han entrado en trance son Kili y Bofur, tenemos…

   —Lo sé, Thorin, tranquilízate —Puso una mano nudosa en el hombro del rey enano, que estaba de todo menos calmado, el rey enano apretó los puños al escuchar la respuesta de Gandalf

—No puedo tranquilizarme mientras esa cosa…

  —Thorin, por favor, hemos venido a informarles acerca de lo que se deliberó anoche, llegamos a un acuerdo acerca de lo que se debe hacer…

   —Esperen… —Thorin miró a Elrond y luego a Gandalf simultáneamente — ¿Hicieron una junta sin nosotros?

 —Era una junta del Concilio Blanco —Explicó Elrond —Ninguno de ustedes es miembr….

  — ¡Me importa un carajo! —Exclamó el enano furibundo moviendo toscamente el hombro para apartar la mano del mago — Teníamos derecho de estar presentes si es sobre nuestras vidas sobre lo que se discute.

 Kili y Bofur se miraron entre sí, mientras que Bilbo, ajeno a todo, se moría por dentro. En un estado normal se habría sentido feliz de que Thorin hubiera tenido la misma opinión que él, pero ese no era el caso en esos momentos.

   —Thorin tiene razón, debieron decirnos —Fili se adelantó.

 —Ustedes no son los únicos afectados, es un problema que nos concierne a todos.

 —Y por eso mismo debimos estar presentes… ¿Qué fue lo que decidieron?... sin nuestro consentimiento claro está.

 —Creímos que el mejor lugar para discutirlo era en la sala…

  —Se discutirá aquí.

Kili y Bofur miraban expectantes como el rostro de Thorin se tornaba de color rojo, se sentían realmente culpables con Bilbo, mientras, Danief no sabía si quiera cuál era su posición en aquel embrollo.

Gandalf se acercó a Thorin para tranquilizarlo, se inclinó hacia su oído y le susurró.

  —Thorin, insisto, este no es un buen lugar para decírselos, me temo que en el asunto se ha involucrado un poder más grande, y me temo que la intervención de ese poder podría no ser del agrado de todos los elfos que andan por aquí. 

Thorin lanzó a Elrond una mirada mortal y a regañadientes asintió.

   —Bien —Gruñó impotente —Pero iremos todos.

 —Es imprescindible que lo hagan… si gustan seguirnos.

Elrond y Gandalf dieron media vuelta y comenzaron a caminar. Thorin, con un gruñido y un ligero movimiento de cabeza les ordenó que hicieran lo mismo, se puso en marcha junto a Fili tras los altos personajes. Bilbo había sacado la mano del bolsillo y ahora caminaba solo, detrás de Kili y Bofur. Sentía como las piernas le temblaban y tenía un nudo en el estómago. ¿Qué voy a hacer? Pensaba, ¿Cómo voy a decirles que no lo quiero hacer? ¿Quiero hacerlo? 

   — ¿Qué crees que nos vallan a decir? —Danief lo había alcanzado y Bilbo ni siquiera se había dado cuenta hasta que hoyo su voz.

      —Emmm…pues…la verdad, no tengo idea…

—Debe ser algo importante… digo, por algo no quieren que nadie más lo escuche.

Bilbo no respondió. En esos momentos subían los primeros escalones de una escalera corta que llegaba a una sala con forma de encrucijada, con cada escalón que subía Bilbo sentía una fuerza en las rodillas que le decía, No vallas, no subas, es tu perdición. Pero al final terminaba por subirlos. Una gotita de sudor escurrió de su frente hacia su mejilla cuando subieron el último peldaño detrás de la compañía.

  — ¿Te encuentras bien? —Danief se percató de lo perturbado que parecía estar Bilbo, de nuevo no contestó y Danief pensó que se trataba de la forma en que lo había tratado Thorin, se sintió un poco mal, aunque en realidad no era su culpa. Cruzaron la pequeña sala hacia acceso frontal a las escaleras, era un arco tallado en piedra blanca que daba entrada a un puente techado también de piedra que cruzaba un pequeño riachuelo cristalino.

     —Sé que Thorin fue un poco rudo contigo — Comenzó Danief, Bilbo no dio señales de haberlo escuchado —, pero debes saber que estuvo buscándote como loco, tenía mucho miedo de que te hubiera pasado algo, si Fili no lo hubiera calmado habría destruido todo Rivendel con tal de encontrarte.

Eso Bilbo si lo escuchó, giró la cabeza para mirar a Danief pero no supo que decir. En realidad no le sorprendía que ante ciertas situaciones Thorin actuara de esa manera, no podía juzgarlo, no sabía que era lo que había visto en su trance, había muchas posibilidades de que eso tuviera que ver con la forma en que se había comportado, aun así, no podía perdonarle que lo hubiera humillado frente a todos, le había gritado como si fuera un niño pequeño, como si no pudiera defenderse él mismo. << Puedo defenderme yo solo, no siempre he necesitado la ayuda de él o de otro enano >> Pensó << He blandido la espada contra mis enemigos muchas veces, ya es hora de que Thorin se dé cuenta de eso >>

    —No fue un poco rudo, fue bastante —Replicó Bilbo llevando la mirada resentida a Thorin que caminaba más adelante con pasos pesados y rígidos mientras atravesaban por el puente de piedra —,  entiendo por qué se preocupó, pero no porque actuó de esa manera…. Tiene que aprender a controlarse.

No supo porque en ese momento empezó a sentirse tan molesto con Thorin, sintió un hambre en el interior no de comida o sed, si no de venganza, una pequeña venganza << Thorin cree que soy incapaz de llevar esta situación, no me cree tan fuerte como para enfrentar a Artoc, bueno… ya lo veremos >> El miedo se esfumó lentamente, ahora se sentía enojado. El resto del camino fue de completo silencio, Danief había hecho algunos comentarios pero Bilbo ni siquiera le prestó atención. Se llevó la mano al bolsillo y jugueteó el anillo girándolo entre su dedo índice y pulgar.

  —Dígannos de una vez.

Ordenó Thorin cuando ya todos habían llegado a la sala de Concilio, la misma en la que se había hecho la junta que Bilbo había espiado. Lady Galadriel y Cirdan estaban ahí, parados solemnemente con las manos entrelazadas escondidas detrás de la espalda. Radagast estaba sentado en una de las sillas de piedra de la mesa, miraba hipnotizado el atardecer posarse en el valle y arrancarle destellos plateados al rio que transitaba al pie de la levadura del castillo.  Elrond y Gandalf se colocaron junto a los elfos.

    — ¿Dónde está el otro mago? —Preguntó Kili percatándose de que no estaba con ellos.

 —Saruman decidió marcharse ya que la decisión que se tomó no está dentro de lo que él considera que se debe hacer — Respondió Gandalf, al escuchar esto Bilbo se sintió un poco feliz pues aquel mago le había parecido muy sospechoso. 

   —Entonces, dígannos que les ha parecido a ustedes que se debe hacer— Apuró Thorin impaciente. Lady Galadriel sonrió ligeramente y lo observó desde su altura.

  —Luego de algún rato de discutirlo y considerar las opciones, llegamos a la conclusión de que la mejor manera de enfrentar a esta bestia, es utilizando su arma como una debilidad

Los rostros de incertidumbre de los enanos y de Danief a Bilbo le parecieron divertidos.

   — ¿Los trances? —Inquirió Bofur

—Así es —Asintió Cindar.

  — ¿Y cómo rayos va a ser eso posible? ¿Lo van a enfrentar ustedes o qué?

A Bilbo comenzaba a exasperarle la actitud agresiva que había adoptado Thorin, lo mismo parecía sentir Gandalf, pues miraba al enano con enojo.

—Primero tiene que calmarse, rey Thorin — Lady Galadriel lo miró con gran profundidad, Thorin pareció sentirse un poco nervioso, incluso a él le había parecido extraño que le llamaran rey fuera de Erebor —Su actitud es completamente involutiva e infructuosa, necesito saber que se tomará lo que discutimos con toda la calma que pueda obtener —Thorin permaneció callado, tomó una gran bocanada de aire y la exhaló —Tomaré eso como un sí.

     —Comprendimos que los poderes de la bestia pueden alcanzar amplias intensidades, un claro ejemplo es el hecho de que la mayoría de ustedes hayan entrado en trance estando protegidos por Rivendel, y eso es realmente preocupante.

  — ¿Por qué deberíamos estar protegidos de los poderes de Artoc estando aquí? — Danief parecía más desubicado que los demás — No entiendo, ¿Hay alguna clase de poder en este castillo o algo así?

—Rivendel y todos aquellos quienes habitan o llegan a él, son protegidos por el poder de Vilya, uno de los tres anillos de los elfos, forjado por los Mírdain, que me fue entregado a mí. El propósito de los anillos de los elfos es preservar la civilización élfica en todo lo que simboliza, significa y es —Explicó Elrond al tiempo que mostraba su mano dejando ver un resplandeciente anillo insertado en su dedo. El rostro de Danief se iluminó — Vilya otorga el poder de la curación y la protección de los enemigos.

  —Estamos convencidos de que se puede combatir a Artoc desde los trances —Dijo Galadriel —, en ellos es cierto que la mente de la víctima es vulnerable pero también lo es la de Artoc, solo hay que saber cómo entrar.

   —Por favor, ilumínennos —Pidió Fili — ¿Cuál sería esa manera?

—A pesar de resultar arriesgado, hemos decidido hacer un pequeño sacrificio —Anunció Cirdan, Kili susurró un bufido burlón lo suficientemente fuerte como para que Bilbo y Danief lo escucharan — Y es  que no hay manera de estar lucido en un trance, a menos que se tengan los poderes para eso… los tres anillos de los elfos, juntos, otorgan lo que se necesita para enfrentar a Artoc. Así utilizar su propia arma para vencerlo.

Tanto Cirdan como Galadriel dejaron ver también sus manos, en los cuales resplandecieron como estrellas sus anillos. Los enanos parecían sorprendidos.

    —No creo… no es posible que… —Thorin estaba confundido —Me es imposible creer que vayan a hacer un sacrificio de esa magnitud… ¿Ceder sus anillos a alguien y  despojar de sus poderes a sus reinos y su raza sin siquiera tener la certeza de que su plan va a funcionar? ni siquiera yo lo consentiría.

  —Afortunadamente, rey Thorin, no planeamos dar los anillos, eso sería una locura —Cirdan le dedicó una sonrisa sardónica —Creemos que quitándole a las joyas de los anillos un pequeño fragmento cada uno, y luego unir esos fragmentos en una sola pieza, se podrían otorgar sólo los poderes que afectan al portador, y no de toda la raza.

 —Más sin embargo no saben si realmente el resultado va a ser ese —Insistió Thorin cruzándose de brazos.

—Creemos conocer nuestros anillos lo suficiente —Elrond miró a Thorin —, hemos estudiado su poder durante generaciones, es la única opción que tenemos que podría dar resultado.

  —Estoy muy confundido —Confesó Fili — ¿Acaso es posible hacer algo como eso? ¿Cómo van a unir los tres fragmentos?

   —Desafortunadamente, los Mírdain, o como solía conocérseles, Los Altos Herreros Élficos, fueron asesinados hace tanto tiempo que no queda ningún otro ser que no sea elfo que lo recuerde, sin embargo, Celebrimdor no dejó que su conocimiento se perdiera con su muerte, provocada por el temible Sauron —Cuando la elfa pronunció aquel nombre, Bilbo sintió un estremecimiento, algo le cosquilleó las yemas de los dedos y entonces se llevó la mano al bolsillo para satisfacer esa necesidad, aquel nombre resonó en su cabeza como un eco en una cueva, Sauron. Galadriel seguía hablando  —, en secretó educó a un aprendiz para que aprendiera todo lo que él había aprendido, nadie sabe de su existencia, excepto nosotros, y ahora ustedes, es un secreto que Celebrimdor entregó a mí y otro elfo llamado Ereinion junto con los tres anillos, eso hace que no pueda revelarles su nombre, pero lo he convocado a aquí, donde es más seguro, para forjar la joya que nos permitirá derrotar a este enemigo. 

   El silenció había reinado en la sala por un segundo, a lo lejos podía oírse el trinar de los pájaros y el leve repiqueteo de las aguas del rio Bruinen, que era el que transitaba a un costado de Rivendel.

  — ¿Y debo suponer que quien se va a encargar de llevar esa joya va a ser uno de ustedes? —Supuso Thorin, pero Galadriel negó ligeramente con la cabeza, el rey enano la miró con desconcierto.

 —Es evidente que en quien se ha manifestado primero el poder de Artoc es en quien debe de recaer esta responsabilidad.

   — ¿A qué se refiere? —Bofur tenía cara de no entender.

 —Se refiere a que el portador de la joya y quien tenga que derrotar a Artoc será quien haya tenido el primer trance…

Bilbo vio como lentamente Thorin, con la expresión congelada, fue girando la cabeza hacia él,  ya había comprendido quien debía ser el portador.

 — ¿Gandalf? — Todos miraron a Danief — Tu tuviste la visión de Artoc, tu eres quien…

—No querido Danief —Gandalf soltó una risita divertida—, la visión que yo tuve no fue provocada por Artoc, fue una manifestación que se presentó para advertirme. Quien será el portador de la joya… —A Bilbo le pareció que los segundos iban más lentos, le sostuvo la mirada a Thorin, quería darle a entender que ya lo sabía todo—… es Bilbo.

Todas las cabezas se giraron al unísono hacia el mediano, los ojos de Thorin se abrieron cual flores en la mañana. El mediano sacó la mano del bolsillo y dejó vagar la mirada.

   —Bilbo sufrió del primer trance... por lo tanto es quien Artoc ha elegido como su centro de tormento—Eran las mismas palabras que había dicho la elfa en la junta del Concilio —Es él quien debe vencer a la bestia.

 —No —Gruñó Thorin, tenía la vena del cuello tan resaltada que por un momento Bilbo temió que le fuera a estallar — ¿Están dementes? Malditos elfos infelices — Fili lo detuvo antes de que se abalanzara contra Galadriel, quien mirándolo desdeñosa no se movió ni siquiera un milímetro — Suéltame… es un suicido, de ninguna manera. ¡Suéltame maldita sea!

Bilbo apretó los puños, rechinó los dientes y llenó el pecho de valor.

   — ¡Basta, Thorin! — Se desgañitó. Thorin se detuvo en seco y lo miró con la expresión congelada —. Si soy la única persona que puede hacerlo… lo haré.

 —Bilbo… —Logró mascullar. Ver la expresión tan perturbada del enano le causo al mediano tanto gozo que tuvo que aguantarse las ganas de sonreír.

  — ¡Cállate y déjame hablar! Ya tome mi decisión, y no hay nada que puedas hacer al respecto.

Se dio media vuelta y caminó por el sendero de piedra para luego perderse en la altura de las escaleras. ¿Qué es lo que acababa de hacer? Había aceptado hacer justo lo que no quería hacer solo para vengarse de Thorin, aunque se lo merecía, sin embargo, al final, quien sería el afectado sería él mismo, ¿Quién tendría que enfrentarse a Artoc? Él, ¿Quién probablemente moriría? Él, el estúpido hobbit.

  — ¿Cómo voy a hacer esto? —Se preguntó así mismo al llegar a la soledad de su habitación — ¿Cómo?

Respondió de nuevo al cosquilleó de sus dedos y frotando el suave tacto del anillo se sintió tonto por estar tratando de encontrar respuestas en aquel brillante aro dorado ¿Qué iba a saber él, que no tan lejos de allí, en un reino color esmeralda, un rey también empezaba a mirar el oro diferente?

 

 

Notas finales:

Como comentario, en lo que respecta a la historia de que Celebrimdor, quien forjo  los tres anillos de los elfos, tuvo en secreto un aprendiz para no dejar todo su conocimiento morir, es una historia tambien inventada por mi, al igual que la joya de trinitas.

 


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