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THILBO. por Eli97

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Notas del capitulo:

Hola, aca les dejo el 3er capitulo.

3

LA MASCARA DE MADERA

 

Como había hecho antes, el rey enano volvió a guardar silencio, su ceño fruncido revelaba que estaba meditando algo, Bilbo habría dado lo que fuera por saber que era lo que pasaba por su mente en esos momentos.

   —Has dicho que el clima ha estado muy intranquilo en la Comarca, ¿No? – Dijo Thorin por fin.

Bilbo extrañado por aquella pregunta tan fuera de cuadro, asintió con la cabeza y encogiéndose de hombros hizo un gesto de obviedad.

     — ¿Eso que tiene que ver?

 —Tiene todo que ver, Bilbo – Respondió Thorin acercándose un poco – ¿No te has preguntado… – Dio un paso más cerca—…la razón…— otro paso—….de esa variación?

Bilbo dejó que la proximidad entre ellos se fuera estrechando, como desafiándolo a que no se movería no importaba que tan cerca se pusiera, estaba dispuesto a saber la verdad.

   —Como ya te había dicho – El mediano se cruzó de brazos  — Me tiene sin cuidado, lo que no veo claro es la relación que tiene el asunto del clima con la razón de que hayas venido hasta aquí, de que hayas dejado tu reino solo para venir a bañarte... Thorin —  se acercó. Thorin le sostuvo la mirada y vio la oscilante luz naranja de la chimenea reflejada en el aro de sus pupilas. Bajó la mirada evitando la de Bilbo, se miró los pies desnudos  que tocaban la tibia madera que cubría el piso y se sintió un completo estúpido.

—Tienes que creerme Bilbo – Suplicó el enano – Por favor, yo, jamás te mentiría.

A Bilbo no le venían a la cabeza muchas razones que dieran explicación a los drásticos cambios de humor que Thorin había manifestado desde que le había mencionado lo del clima hacia algunos pocos minutos.  Estaba asustado, alterado, y ahora su expresión revelaba súplica.  

¿Y si era cierto lo que estaba diciendo? ¿Qué posibilidades había de que detrás de las intenciones de Smaug hubiera un mago oscuro llamado Jacower que ante el asesinato del dragón ahora buscara venganza? Y aunque fuera cierto, ¿Por qué buscaría esa venganza en Bilbo si no había sido él quien había asesinado a la bestia parlante? << Si por lo menos Thorin le diera sentido a sus mentiras habría recordado que yo ni siquiera estuve cerca de matar al dragón >> Se dijo Bilbo para sus adentros << Fue Bardo quien disparó la flecha negra a su pecho, fue él quien lo asesino. Si lo que Thorin dice es cierto entonces el tal Jacower estaría buscando su venganza en Bardo y sus hijos, o tal vez, más extremadamente, en los habitantes de la Ciudad del Lago, pero no en mi >>

Thorin soltó otro suspiro, esta vez de exasperación y retrocedió para recargar la espalda en el sillón

 – Soy un completo estúpido – Se lamentó sin mirar a Bilbo – Había planeado decirte esto de una manera más….profesional, convincente. Necesito que me creas, y necesito que sepas que lo que te digo no es mentira –  Hizo una pausa y soltó una risita  – Pero mírame, parezco un completo loco.

Bilbo lo contemplo unos segundos esbozando inconscientemente una sonrisa.

 —La verdad es que si —Bromeo Bilbo, paso junto a él en dirección a la mesita junto al sofá donde había dejado la pipa, la tomó y se dio cuenta que se había apagado, caminó hacia la mesa junto a la ventana por la solía contemplar los atardeceres y arrancó un pedazo de papel de un pergamino, lo enrolló y fue a encenderlo a la chimenea, acto seguido metió el mechero improvisado a la boca de la pipa y aspiro soltando al mismo tiempo nubes pequeñas de humo gris. Thorin rio también, Bilbo alzó la mirada de la pipa hacia la de Thorin y sus miradas se sostuvieron con gran intensidad hasta que Bilbo la desvió toscamente hacia su pipa antes de sentarse en el sofá.

 – Tus mantas son muy buenas – Comentó el enano, y Bilbo se sintió feliz de que dijera algo – Ya no tengo frio.

  – Me alegro – Espetó el Hobbit dedicándole una fugaz mirada adornada por una sonrisa forzada. En su interior él solo quería seguir mirándolo, podía sentir el pesar de la mirada de Thorin; tenía el semblante de un lobo acechando cuando observaba a alguien, con esos profundos ojos marrones oscuros, y sus pobladas cejas, su nariz recta y grande, y su rostro tan imposiblemente simétrico. <<Basta, basta >> Le repetía la vocecita interior a Bilbo.

Thorin estiró los brazos hacia arriba al mismo tiempo que lanzaba un gran bostezo que más pareció el gemido de un oso con sueño.

– Necesito hablar seriamente – Exigió el Hobbit– Tengo demasiadas dudas sobre lo que me has.

  – Habrá mucho tiempo para explicar en el camino – Dijo Thorin – Tengo mucho sueño, ¿Dónde puedo dormir?

Bilbo tardó un poco en reaccionar.

– Espera… ¿c-c-como que en el camino?– Tartamudeo, confundido – ¿A qué te refieres?

 – El camino a Erebor – Anunció el enano, extrañado de que Bilbo no lo hubiera entendido antes –Debemos partir mañana por la mañana, cuanto antes es mejor

Bilbo no se lo podía creer, estaba estupefacto, se había quedado congelado con la pipa a mitad de camino hacia su boca.

     –E-e-espera, oye… ¿Qué? ­­­– Las palabras a penas le salían, se puso de pie como un resorte – Yo no voy a ningún lado, todo está perfecto…. Yo

  –No hay opción Bilbo – Thorin se acercó a él y lo tomó del hombro – La Comarca, ni siquiera Bosón Cerrado es segura para ti, si te quedas estará en peligro tu vida, y la de todos los demás también.

Lo último que Bilbo vio fue su cuerpo desvanecerse y caer sobre los brazos de Thorin. Era la segunda vez que se desmayaba a causa de un enano, Thorin seguro lo dejaría dormir para no tener que discutir sobre el tema. ¿Hacer otro viaje a Erebor? El ultimo había sido casi imposible, pasar por el bosque negro un infierno, ¿Qué creía Thorin que era? Entre tantos pensamientos, como era habitual al dormirse, Bilbo comenzó a soñar.

Se encontraba rodeado de grandes y grises montañas  formadas enteramente por rocas afiladas con puntas y despeñaderos amenazantes, al pie de las montañas, descansaba un oscuro valle cubierto por un bosque de árboles enfermos y desnudos,  con ramas retorcidas y negras como el carbón, la hojas y frutos que debieron algún día haber crecido en ellos yacían sobre el suelo dura; las hojas muertas tapizando como un tapete el suelo y los frutos apilados unos sobre otros en estado de putrefacción, consumidos por largos y rosados gusanos que se retorcían unos contra otros buscando alimento.  Bilbo caminaba entre esos árboles, encontraba en sus retorcidos troncos rostros fantasmales de alargados rostros y bocas abiertas, pisaba en su caminar los frutos podridos le dejaban los pies cubiertos con una sustancia pegajosa y los gusanos aplastados que aún se movían. Conforme avanzaba a lo lejos se alcanzaba a  ver un claro, cubierto de un pastizal pálido y falto de color. Cuando llego, entre el crujir de las ramas y hojas muertas se escuchaba apenas audible una voz áspera, hablaba en una extraña lengua inentendible para Bilbo, se oía lejana como si la llevara el viento, y junto al crujir del bosque se comenzó a escuchar más fuerte. Todo comenzó a vibrar, y justo en el centro del claro, una espesa nube negra apareció con un latigazo, y al disiparse  reveló una siniestra figura, un hombre alto con el rostro cubierto por una máscara de madera seca con unas aberturas de cuchillos como ojos. Amarrado al cuello y cubriéndole los hombros usaba la piel de un oso pinto que arrastraba por el suelo, vestía una túnica gris con extraños símbolos dibujados con alguna  clase de pintura negra. Y en la mano izquierda sostenía entre sus puños de manos nervudas un largo cetro negro hecho de ramas talladas coronado por una extraña gema dorada en cuyo centro se movía una clase de fuego anaranjado. Se podía escuchar la respiración famélica que producía aquella criatura, Bilbo podía sentir el pesar de su mirada, le hacía sentir una terrible tristeza.

 – Jacower – Masculló el Hobbit, la figura no se movió, permaneció parada frente a él largo rato. Sin embargo, no dejaba de oírse en el aire aquella voz rasposa y ahogada que no paraba de hablar en una tosca lengua, poco a poco, la voz se comenzó a convertir en carcajadas que aumentaban y aumentaban cada vez, Bilbo se tapó los oídos y la voz seguía riendo, era una carcajada fantasmal. El sonido seguía aumentando y aumentando, el pobre Hobbit presionaba  los oídos con las manos para aislar más el sonido y no le lastimara, pero era inútil.

Entonces paró, por unos segundos el crujir del bosque volvió a reinar el silencio. Pero  se oyó un rugir furioso y duro, tosco como un golpe que resonó por las picudas montañas y retorcidos árboles.

   —Yo… soy… Terot.

Articuló la figura enmascarada el áspero rugido con una furia indescriptible levantando el semblante y levantando su cetro para ponerlo frente a él, que al bajar nuevamente y tocar el suelo emanaron de él las llamas de un fuego abrazador que envolvió a la figura negra y  que al instante se extinguieron llevándose al oscuro mago con ellas.

La imagen de Smaug cubierto de oro apareció frente a Bilbo fugazmente, como un flash. Asustado, el Hobbit se encontró a si mismo lanzando al aire un chillido ahogado y las sabanas de su cama agarradas con fuerza entre sus puños. Los rayos del sol se filtraban entre las cortinas de la habitación proyectando líneas naranjas en la cama y el suelo. Afuera las aves cantaban sus melodías matutinas y los murmullos de los hobbits se oían en la lejanía.  Bilbo parpadeo tratando de averiguar que había sido aquella pesadilla,   << Terot >> Repitió en sus adentros. Pero cerró los ojos con fuerza y sacudió la cabeza para sacar la imagen de aquel hombre de su mente.

Lanzó al aire un bostezo al mismo tiempo que estiraba la espalda para hacer tronar sus vertebras antes de ponerse de pie y dirigirse al comedor para ver si Thorin se había levantado ya. Pero estaban todas las habitaciones en las que podría estar, vacías. Caminó por el pasillo y descubrió la puerta de la habitación junto al baño entreabierta. Con la mayor cautela posible la abrió un poco más para que entrara su cabeza y ver si ya estaba levantado Thorin, para su fortuna la puerta no hizo ninguna clase de rechinido, pero descubrió al rey bajo la montaña  profundamente dormido enterrado boca arriba entre los edredones de la cama. Su respiración podía oírse desde donde estaba Bilbo y su pecho hinchiéndose al ritmo de sus exhalaciones e inhalaciones se notaba bajo las colchas. Bilbo lo observó unos segundos pero el movimiento de su pecho no era lo único que sobresalía. Más abajo, justo en la entrepierna del enano, aunque cubierto, se alzaba un pilar que sostenía en esa parte los edredones como una pequeña carpa de circo. Los sueños de Thorin habían hecho que su masculinidad reaccionara y se elevara.  Bilbo al darse cuenta sintió como sus mejillas hervían sonrojadas y rápidamente sacó la cabeza del cuarto y avergonzado al máximo se quedó afuera de la habitación. Tentado en volver a asomarse se dirigió rápidamente hacia la cocina reprimiéndose a sí mismo y comenzó a preparar un apetitoso desayuno.

<< Contrólate Bilbo, no es normal >>

 

Notas finales:

Sigan leyendo. ;D


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