Ciertamente no recuerdo porque circunstancia conocí a Sehun. A decir verdad no recuerdo nada. No es que tenga amnesia, si no que he vivido tantas cosas con él. He tenido tantas emociones difícil de explicar, inclusive comprender.
Solo sé que cuando reaccione tenía la cara de Sehun sobre mi pecho, acariciando mis brazos. Mientras que yo acariciaba su sedoso cabello. Como llegamos a esa situación. Lo he dicho y lo volveré a decir. No recuerdo.
Nuestras miradas conectaron, haciendo que él se acercara mis labios. Al principio fue solo un roce, me miro tan calculadoramente, haciendo que mis vellos se erizaran. No paso mucho cuando sentí la dulce y agonizante presión. Sus finos labios sobre los míos, en una danza más que perfecta.
Enrede mis brazos sobre su cuello, atrayéndolo más. Incitándolo a profundizar, a que probara mi cavidad. A que sintiera mi sabor. Pero me aparto con una sonrisa gatuna.
—Creo que no hemos determinado los términos de esta relación—Me dijo. Si pudiera recordar les diría a que se refería, pero mi cabeza no puede—Quiero que seas mi pareja. A las fiestas donde me inviten te llevare y te presentare como mi pareja.
—Mocoso…—es lo que dije, pero me callo, poniendo su dedo índice sobre mis labios. Su sonrisa se ensancho volviéndose maliciosa.
—Más respeto. Solo te harás pasar por mi pareja. Vivirás conmigo. Fácil—descendió, besando mi labio y bajando llegando a mi cuello, acariciando con su nariz mi piel.
Tampoco supe el momento en el que nuestra ropa desapareció, dejándonos en la desnudes. Pero si recuerdo el cómo me levante alejándome de él. Sehun se sentó, dejando que su espalda chocara con el cabezal de la cama. Sus piernas extendidas, dejándome ver su erección sin descaro.
—Vamos Kyungsoo. Tú serás mío—Me reí por lo que había dicho. Su mirada era lujuria pura, estaba impaciente. Comencé a correr para hacer su deseo realidad, pero pare en el camino. Algo mucho mejor me había llegado a la mente. Decidido inicie de nuevo el camino, pero en vez de montarlo como Sehun quería, golpee sus muslos, provocando un sonido agudo. En mi rostro apareció una sonrisa, la cara de Sehun de dolor además de que se masajeaba los muslos para disminuir el dolor.
—Mata ilusiones—Sehun seguía masajeando sus muslos. También podía jurar que su erección había desaparecido.
—Es uno de mis tantos encantos—me incline solo para levantar mi pantalón y poder irme. Pero cuando estoy por cruzar la puerta…
—Kyungsoo—hay algo diferente en su voz.
— ¿Qué?—contesto de malagana. Me giro y veo a Sehun con el brazo extendido. Me hace una señal para qué tome su mano ¿Me arrepentí de hacerlo? Claro que no. Nunca. Con un suspiro tomo su mano, me acerca a la orilla y él se acomoda, haciendo que yo quede entre sus piernas.
Comienza a acariciar la piel de mi vientre, da un beso a mi ombligo para después volver a bajar. Sus manos acarician mis muslos. Si antes era sumiso, con aquel acto me volvía aun más sumiso. Mis manos viajaron a su cabeza comenzando a cepillar su cabello castaño, dejándome llevar por las increíbles caricias que me daba. Ahora besaba mi pecho, mientras hacía dibujos abstractos en mi espada.
Sentí como se paraba, paso sus dedos por mi mejilla mientras dejaba un beso a cada lado, nos miramos mientras uníamos nuestros labios. Y con eso me deje llevar. Me gusto el sentir su piel rozando con la mía. La forma en la que nuestros labios se buscaban y la forma en que entrelazo nuestras manos. De nuevo volvió a sentarse, haciendo a su espalda chocar con el cabezal.
No necesitaba que me digiera que quería, lo sabía perfectamente. Coloque mis piernas a cada lado de él. Sus manos automáticamente llegaron a mi cintura, al igual que automáticamente iniciamos otro beso. Sus pulgares acariciaban el hueso sobresaliente de mi cadera, mientras yo besaba su cuello dejando marcas escarlata.
El vaivén iniciaba y era tan placentero, hacia que soltara gemidos bajos durante el beso, que ambos negábamos abandonar. Perdí el calor de una mano, pero no tardo en regresar con algo frio. Me aleje para que pudiera lubricar sus dedos. Fue difícil ya que Sehun se negaba a dejarme ir de su regazo. Bajo su mano buscando mi entrada, cuando sentí rozar sus dedos suspire. Sehun sonrío y beso mi pecho. Coloque mis brazos detrás de mí y me apoye para darle a mi amante una mejor vista.
El primer dedo entro, comenzó a moverse para después sentir el segundo dedo. Sehun comenzó a dilatar mas mi entrada haciendo tijeras en mi interior. No pasó mucho cuando el tercero llego, otro suspiro salió de mí. Pero quería más contacto, necesitaba más. Algo que tres dedos no podían darme.
Sehun me coloco encima de él, me abrazo con posesividad. Beso mi hombro y cuello.
—Déjame entrar—dijo en susurro. Amaba su voz excitada, era más grave de lo normalmente era. Coloque bien las plantas de mis pies sobre el colchón, haciendo que ascendiera, Sehun posiciono su pene, me obligo a bajar lento, para no lastimarme. Me aferre a su hombro. Con forme pasaba el dolor baja más, más y más sobre su longitud. Hasta que la cubrí, permanecí inmóvil. La conocida presión en mis labios llegó. Algo que con gusto acepte, tome lo cabellos de su nuca cuando comenzó a moverse. Al principio fue lento, pero me di cuenta que yo era el que estaba arriba. Comencé a subir y bajar lo más rápido que podía. Me aferre al cabezal cuando su cadera se levanto mientras yo bajaba. Dando en el punto exacto.
La habitación se lleno de gemidos, gruñidos y el sonido de piel chocando. Ambos buscábamos nuestros labios los uníamos pero lo único que nos separaba eran las embestidas poderosas de Sehun. Pero tampoco pasaba mucho cuando volvíamos a unir nuestros labios. En numerosas ocasiones nuestra respiración agitada chocaba en la cara del contrario. Los ´´más rápido´´ se volvían frecuentes hasta que ambos alcanzamos nuestro límite.
—Te dije que serias mío—dijo Sehun con irregularidad.
—No lo arruines.
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Pero eso solo fue el comienzo. Las cosas fueron aumentando su curso. A tal grado de llegar a cuestionarme que significado le daba Sehun a la palabra ‘Pareja’.
Porque si, cuando lo invitaban a una fiesta, él me presentaba como su pareja. Pero solo eran frialdad en casa, nunca me dirigía segundas miradas. Los roces no pasaban a más después de aquella noche. No compartíamos habitación. Tampoco había algo que nos conectara como una pareja.
Por las mañanas me levantaba, preparaba el desayuno para él. Un día antes preparaba su traje de trabajo. Porque en realidad vivíamos juntos pero éramos como dos extraños. Había momentos en los que decía que yo le pertenecía. Mi corazón se aceleraba por el tono que usaba, era posesivo. Pero no era un juguete, era una persona. A la cual solo lucia y tomaba en cuenta cuando salía a alguna fiesta. Como su acompañante.
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Una noche por una extraña razón Sehun durmió conmigo. Le iba a dar la espalda pero él me acerco, abrazándome por la cintura, disfrutando de su delicioso aroma a indiferencia y cariño.
Las noches siguientes fueron así, pero por las mañanas era distante. Era una mañana de invierno cuando me llamo para llevarle el desayuno a la oficina. Claro que lo hice, prepare lo que me pidió. Tome la llave de uno de sus coches y me dirigí a la oficina donde trabajaba.
Cuando llegue estaba ocupado con un empleado. Su nuevo asistente. Kim Jongin. El chico era apuesto, pero Sehun tenía rasgos más maduros. Eso le hacía ver guapo.
—Jongin el es Kyungsoo—Jongin sonrió complacido—mi pareja—eso no hizo que Jongin quitara la sonrisa de su rostro.
Me acerque a Sehun para darle un corto beso en los labios, haciéndole saber que solo era de él. Le entregue su desayuno y me fui del edificio.
Cuando llegue de nuevo a mi hogar. Pero eso era mi hogar, junto con Sehun. Me desplome en el sillón. Pero Morfeo ya tenía planes para mí.
Cuando desperté Sehun estaba frente a mí. Observándome con una mirada cálida, sus dedos rozaron mi mejilla. Me sentí gozoso de sentir su tacto en mi piel. Me sentí feliz al verlo sonreír, pero me sentí aun más feliz al verlo acercarse y besarme.
Esa noche dormí acurrucado a él.
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Su cambio fue tan radical. Ya no éramos extraños. De nuevo me volví a preguntar qué significado tiene la palabra ‘pareja’ para Sehun. Porque la mía era errónea y necesitaba saberlo de sus propios labios. Saber que era para él. Saber si hay algún sentimiento hacia mí en su gélido corazón.
En las noches compartíamos cama. Pero Sehun creó un fetiche. Mientras yo estaba acostado, él colocaba su cabeza en mi pecho, sus manos acariciaban mis muslos. O si no era su cabeza era su barbilla. Nos mirábamos por un largo tiempo hasta que uno de los dos se acercaba y besaba al otro. En ocasiones eran besos hambrientos, aunque también estaban esos momentos en los cuales sus besos eran caricias.
Algo que también cambio fueron sus miradas ¿que era la frialdad para esos ojos? Las expresiones en sus ojos lo delataban. Delataban todo lo que quería decirme y no podía.
Antes mientras comíamos no me miraba, ni cuando cocinaba. Pero ahora siempre esta observándome, cada cosa que hago, cada movimiento. Él lo ve. Pero soy una persona realmente curiosa ¿Qué pasara por su cabeza cuando me ve?
En la sala, los días de descanso. Siempre coloca su cabeza en mi regazo, me obliga a peinar su cabello con mis dedos, mientras él juega con los dedos de mi mano desocupada. Los mimos entre nosotros se vuelven más frecuentes.
Una vez llego Jongin y por accidente abrí vistiendo solamente una playera de Sehun. El asistente me miraba de forma pecaminosa, me maldije mentalmente porque el único que tenía derecho de verme así era Sehun. Pero no paso mucho cuando bajo, automáticamente me oculto con su cuerpo. Jongin extendió el papel que le iba a dar, cuando Sehun lo tomo cerró la puerta en su cara.
Ese día me follo en el piso de la entrada y en la sala. Me obligo a repetir que era suyo. Yo con mucho gusto lo decía, ya era verdad. Era y seré de Sehun.
—Eres mío. Recuérdalo—decía entre gemido.
—Lo soy. Lo seré por siempre—tal vez hacia mal ya que formaba a un Sehun posesivo, pero no me importaba. Lo quería.
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El atardecer se colaba por la ventana, haciendo el paisaje perfecto para dibujar. Según Sehun.
—Pero sabes que lo haría más perfecto—negué con la cabeza.
—Tu desnudo, posando mientras yo te dibujo. ¿Qué te parece?—sonreí, porque en definitiva amaba a Sehun romántico.
Me levante de la cama y comencé a desvestirme, mi amante sonrió complacido.
—Me gusta cuando eres sumiso.
—Entonces te gusto todo el tiempo—dije.
—Así es, me gustas todo el tiempo.
Del armario saco una libreta de dibujo y del cajón un lápiz. Sentía su mirada en cada parte de mi cuerpo, fría y calculadora. Como cuando lo conocí. Pero en esta ocasión había algo diferente. Algo que no lograba descifrar. Se sentó en el borde, con el paso del tiempo me di cuenta que a Sehun le gustaba tocar mis muslos, pero a la hora de poseerme le gustaba tomar mis caderas al grado de dejarlas marcadas.
Como en esta ocasión que acariciaba mi muslo.
—Eres hermoso—escapo de sus labios—perfecto.
Dejo la libreta y el lápiz en el tocador. Iba a ver el dibujo, pero no me dejo. Tomo mi cara entre sus manos, me observo. Contemplaba cada parte de mi rostro, como si buscara guardarme en sus recuerdos. Lleve mi mano hacia su pecho, para ser más específico al lugar donde se encuentra el corazón. Mis ojos se abrieron porque latía muy fuerte. Levante la vista y él esta sonriéndome.
—Le gustas—paso su mano por mi cuello, dejando un camino de color negro. El carbón del lápiz, haciendo juego con el color de mi piel. Eso hipnotizo a Sehun más.
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Piel chocando se escuchaba en la habitación. Nuestros besos con los chasquidos cuando nos separábamos para volver a juntarnos. Mis piernas se enredaron en la cintura de Sehun, pero sus manos presionaron sobre mis muslos dejando su marca.
Como si fuera posible las embestidas se volvieron más rápidas y contundentes. Me deshacía entre sus brazos, besos. Entre su aliento chocando en mi cara, me deshacía debajo de su cuerpo. Con sus dientes tomo mi labio mordiéndolo, haciendo que gimiera de dolor y placer a la vez.
Una gota de sudor cayó en mi pecho, tome su rostro y lo bese lo más pasional posible. Quería que Sehun se diera cuenta que tenía mi corazón, quería que se percatara que era completamente de él. Que ya no había necesidad que me hiciera repetirlo. Era suyo y de mis labios salía naturalmente.
Ya no habría nadie que tomara su lugar.
—Te amo—dije mientras mi orgasmo me poseía. Estrellas chocaron en mis ojos, fue lo más dulce. La sustancia cálida de Sehun se libero en mi interior. Pero aun no dejaba de moverse. Beso toda mi cara y cuello.
—Te amo. Mucho—al fin había contestado. Era feliz, era correspondido.
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La brisa nocturna entraba desinteresada a la habitación. Estaba boca abajo, disfrutando de los dedos de mi amante danzar en mi espalda, dibujando promesas. Beso y marco cada parte de mi cuerpo.
Manipulo mi posición haciendo que quedaba boca arriba, sus dedos comenzaron a pincelar mi clavícula, bajaban llegando a mi torso, Delineo la aureola de mis pezones, se acerco y las lamio con lascivia. Cuando paro sonrió mirando mis labios, imite su gesto para cercarlo y besarlo. Nuestras lenguas no jugaban. Movíamos nuestras cabezas para acoplarnos hasta que termine encima de su regazo.
Sehun es intenso y pasional. Es romántico y posesivo. Sehun solo me sonríe a mí. Porque me recuerda a cada minuto que me ama y yo lo hago.
Sehun es simplemente Sehun. Frio e inexpresivo con los demás. Pero cálido y cariñoso conmigo.