CHOCOLATE BREAK FREE
[ DELUHI FANFIC ]
¿Hojas pentagramadas? Listas.
¿Lápiz y sacapuntas para hacer las partituras en sucio? Listos.
¿Bolígrafo para entintar después? Listo.
¿Guitarra? Lista.
¿El ordenador portátil encendido? Listo.
¿Silla cómoda para trabajar lo que restara de la noche ahora que sus compañeros de banda estaban por irse de su hogar? Más o menos lista… En realidad los asientos disponibles todavía eran ocupados por ese trío de tontos que ya estaban planeando largarse a disfrutar de la noche y parte de la madrugada. Él por su parte permanecía sentado en una muy incómoda silla con toda una atmosfera de “Aguarden, idiotas. Músico trabajando” que al parecer sus amigos disfrutaban de ignorar… Qué no era que la reunión de selección de canciones para el próximo tour ya había terminado hacía una hora. Pues sí, llevaba una hora tolerando los alardeos a sus espaldas.
-Venga, Leda. Deja eso y ven con nosotros. – Era la cuarta ocasión que Aggy insistía en lo mismo.
-Ni siquiera tienen un destino claro, Aggy-kun. – Hacía su mejor esfuerzo para enfocar la mirada en esos juegos de cinco líneas, a pesar de llevar los auriculares puestos para estudiarse los compases a la perfección, la molesta voz del bajista se dejaba oír por encima de la melodía.
- Estamos entre ir a comer curry acompañado de unas cervezas o irnos directamente a beber, hombre. – Agregaba Juri un poco más de cerca, probablemente se había puesto en pie para tratar de convencerle… No estaba seguro, pues no se atrevía a darles la cara y dejarse convencer… Además, el alcohol no le sentaba del todo bien.
-Comí antes de que ustedes llegaran, no tengo hambre por ahora… - Le interrumpían sin consideración. Para ese momento ya estaba cometiendo el error de cortar la música por periodos bastante largos y no escuchaba las notas como en realidad lo deseaba… Ya solo faltaban los argumentos de Sujk, los cuales normalmente eran pobres… pero, por extraño que pareciera, eran los que realmente terminaban por hacerle ceder… Tal vez fuera su poca insistencia la que acababa por darles el “si” a esos tres. Sujk nunca le atosigaba y eso le agradaba.
- ¡Bah! ¡Como quieras, Leda!
¿Uh? ¿Tan rápido se marchaban? Eso era lo que le dejaba ver la molesta voz de su bajista… Algunos pasos apresurados y luego el portazo en la entrada. ¿Eso era todo? Se animó a quitarse los auriculares y mirar por encima del hombro hacía el camino que habían tomado sus amigos hasta la salida de su departamento. Silencio total… Nada. Estaba solo, tan solo como había rogado estar con sus gestos y desaires de los últimos minutos.
Entrecerró los ojos mirando el pasillo que llevaba del pequeño estudio en casa hasta el recibidor. Bajó la guitarra del regazo y poniéndose en pie la dejó reposando sobre su silla… Ahí le faltaba algo, pensaba empuñando las manos y caminando pesadamente rumbo a la salida. ¡¿Por qué Sujk no había insistido en esta ocasión?! ¡Claro que deseaba salir con ellos! Siempre quería salir con ellos, pero si no mostraba algo de disciplina y severidad sentía que su autoridad como líder algún día se iría al carajo… Era su manera de dejarles ver que se tomaba en serio el trabajo, pese a ser el más joven de los cuatro.
¿Cuánto tiempo llevaba mirando la puerta de salida con rencor? ¿Cuánto rato llevaban las uñas encarnadas en las palmas de las manos al tenerlas en sendos puños todavía? No lo supo, pero salió de su ensimismamiento hasta que el timbre sonó y en un acto reflejo, y sin pensárselo dos veces, abrió a quién quiera que fuera a interrumpirle el mal trago.
-¿Sensei? – Ladeó el rostro desconcertado al ver solo al baterista al pie del umbral de la puerta. - ¿No te habías marchado con esos dos?
- Toma. – Sin responder a nada de lo que le pudiera preguntar, el mayor le extendió un acartonado vaso estampado con aquel logotipo verde característico de Starbucks en el frente. A su nariz llegó el característico aroma a chocolate… Dudativo extendió las manos y con ambas tomó la bebida; al instante sus dedos percibieron el calor que aquella infusión desprendía y, ridículamente, algo en su pecho se expandió… La calidez le invadió el cuerpo por completo. – No estoy seguro. Pensé que no querrías beber hoy, por eso el chocolate… Fui al Starbucks que está a dos calles de aquí.
Leda bajó la mirada para ver la plástica tapa color negro que protegía su vaso. No sabía qué decir… Ni siquiera esperaba que alguien de ellos volviera con él, mucho menos que lo hiciera para obsequiarle algo o por que estuvieran realmente al pendiente de sus necesidades. No cuando se veían tan ansiosos por divertirse.
-Gracias… - Alcanzó a balbucear con voz realmente ronca. Solía ocurrirle eso cuando se ponía inexplicablemente nervioso… La garganta se le cerraba sin que pudiera controlarse.
- No hay de qué. – Se encogió de hombros el baterista. Metiendo las manos a los bolsillos de su holgado y cómodo pantalón viró la mirada hacía el pasillo. – Debo irme, esos dos deben estar esperándome en el curry. Suerte con las partituras, aunque…
-¿Aunque…? – Presionaba el guitarrista ahora que Sujk comenzaba a retroceder por donde había venido a pasos lentos, dejando sus palabras en suspenso.
-Aunque creo que lo estás haciendo bien, Yuuto. – Carajo… No le gustaba cuando percibía que su nombre sonaba demasiado bien en los labios de cierto tipo de personas y justo ahora venía a darse cuenta de que Sujk era de ese “cierto tipo”. – No necesitas esforzarte de más para que nosotros estemos al tanto de cuanta seriedad le das a Deluhi. Procura no desvelarte demasiado…
Sujk había sonreído levemente antes de partir, elevando una mano a modo de despedida…
Él se quedó embotado contemplando como esa ancha espalda se alejaba con pasos rápidos…
El chocolate se le enfriaría aún entre las manos si continuaba de pie en el marco de la puerta, fantaseando con el imaginario rastro que Sujk dejase con su partida. Ladeó una sonrisa y suspiró… Llevándose el vaso a los labios para comenzar a beber, se preguntaba hacía cuanto tiempo era que se había percatado de la importancia que le daba a ese tipo de gesto que Sujk tenía para con él… ¿Hacía cuanto que Sujk le interesaba?
Cerró la puerta detrás suyo y caminó de vuelta al estudio.
-Chocolate gratis ¿no? – Susurró para sí mismo una vez que volvió a tomar asiento.
No reparó ni en el ordenador ni en la guitarra, se dedicó a mirar la ciudad a través de la ventana y a beber el chocolate caliente… curiosamente, una de las golosinas favoritas de su baterista.
A pesar de que esos tres se largaran… Cerrando los ojos le parecía que ese hombre volvía a aparecer en el pasillo alegrándole un poco la noche y haciéndole mucho más ameno el trabajo que le restaba todavía.
Sería una agradable velada “a solas” con sus pensamientos con dulce aroma a chocolate.