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No se llamaría Amor si no doliera. por Beitha KangChoi

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Notas del capitulo:

Un nuevo amanecer para Seth ha llegado, sin embargo aun tiene dudas sobre lo que realmente es, ahora solo solo parece ser más inmortal que antes, sino tener algunos razgos caracteristicos de un vampiro que de un lobo.

El pequeño Naim muestra tener más de una sorpresa para Seth cuando lo conoce.

Algo que Seth nunca esperó fue tener a Liam demasiado cerca a su hijo y tendrá que descubrír el proqué.

CAPÍTULO TREINTA Y OCHO: Imprimación y un Amanecer.

 

La ropa que Emmett llevaba estaba con sangre como también sus manos y parte de sus brazos, sin embargo no le importó cuando tomó entre sus manos el rostro de Seth al cual dio un beso en los labios; lo sintió, algo estaba recorriendo por el cuerpo de Seth a pesar de que su cachorro estuviera tan calmo, sabía que no estaba muerto, no podría, Emmett se aferraba a esa idea. Los pasos de los lobos se escuchaban más cerca por lo que a todo pulmón llamó a Jasper junto a Alice, si tenía que enfrentar a los lobos por cuidar de su familia, lo haría sin dudar.

 

Liam, por su parte, olvidó que Leah y Jacob estaban frente a él, y se incorporó teniendo en mente que Seth había muerto no solo a causa de un vampiro que se internó en su vida solo para hacerlo sufrir, sino también de aquella cosa que había nacido, que terminó asesinando a una joven, que en ese momento recordó que él mismo había dado el visto bueno, pero no pensando que Seth también moriría. Esa cosa era la culpable de que Seth arriesgara su vida en cada día transcurrido.

 

Para Liam, esa cosa era culpable de todo. Podía haber soportado ver a su amigo al lado de aquel frío, pero no muerto.

 

Con paso firme volvió a la casa, a pesar de que Paul, que en ese momento aparecía entre los árboles, le llamaba, Leah junto a los dos lobos se dirigieron hasta la entrada de la casa, al parecer Paul notó que toda la manada venía por lo que había nacido ese día. El sobrino del alfa continuó su paso adentrándose hasta visualizar a una rubia frente a una chimenea encendida, con seguridad Liam podía afirmar que todo eso era para poder mantener caliente a lo que tenía en brazos; giró el cuerpo ligeramente y encontró un abridor de cartas sobre una pequeña mesa la cual no dudó en coger y volvió a caminar acercándose, sus agudos sentidos sentían como lo que estaba en brazos de la rubia se movía y soltaba sonidos propios de un bebé. Quizás en ese momento si la rubia hubiera girado o se hubiera percatado de la presencia de Liam quien estaba con un abridor de cartas en mano, habría evitado o quizás retrasado el momento más importante para el lobo, sin embargo la rubia al ver como el pequeño bebé recién nacido se movía hasta el punto de llorar, lo colocó sobre su hombro dando suaves caricias en su espalda, en ese punto, Liam tuvo una vista completa del bebé el cual mantenía sus ojos cerrados moviendo sus pequeñas manos en el hombro de la mujer hasta acomodarse.

 

Un paso más y podría asesinar al niño, sin embargo Naim abrió los ojos, haciendo notar unos brillantes ojos azules lo que hizo que Liam se detuviera se golpe mientras pasaba saliva y poco a poco bajara el arma que tenía en la mano.

 

En una oportunidad, Liam se preguntó: ¿Qué se siente imprimar? Ahora él mismo podría dar testimonio de lo que se siente; en aquellos ojos azules se hundió por completo, y solo pudo ver a un joven de piel clara junto a una cabellera castaña clara, pero lo que más le sorprendió es poder escuchar los latidos de su corazón, aquellos ojos solo le hicieron ver que nunca fue Seth la persona que él esperaba, sino que había alguien muy parecido a él que esperaba por él; correr a su lado mientras escuchaba sus risas, ¿Era normal sentirse tan vivo de solo escuchar como ríe otra persona? Le escuchó pronunciar su nombre junto a una sonrisa y pronto todo dejó de funcionar para él, no había gravedad que sujetara su cuerpo, solo era aquellas sonrisas lo que mantenían al lobo vivo. Su piel no brillaba pero para Liam todo aquel chico brillaba con una sonrisa, y esos ojos le volvían a decir que había alguien que necesitaba de su cuidado.

 

Esos ojos se habían convertido en todo para Liam en solo un par de segundos.

 

Es… como sentirte sin gravedad, todo lo que haces es ver que él esté bien y puedes jurar que una sonrisa basta para que vivas por una semana entera. Imprimar es… cuidar de él y Naim necesita que lo cuiden. La imprimación es morir y vivir por esa persona, ser lo que él quiera que seas. Imprimar es… el todo para un lobo y él es mi imprimación.

 

Liam dejó rodar un par de lagrimas por sus mejillas mientras terminaba arrodillado con los labios entre abiertos ante lo que acababa de pasarle. El abrecartas quedó a un lado mientras Naim volvía a cerrar los ojos.

 

–Rayos…– fue lo único que pudo decir Liam tras lo que le había ocurrido. Nunca pensó que imprimaría al ser un hibrido, pero terminó imprimando de quien menos lo hubiera pensado, no era difícil asimilar que era hijo de Emmett y Seth, lo que aun le costaba asimilar era que lograra imprimar de alguien como él, un hibrido y varón, y que por extraño que parezca no le parecía desagradable, algo más se instauró en la mente y corazón del lobo esa noche.

 

He imprimado.

 

***

 

Cuando por fin Liam pudo salir de su estupor, escuchó como una batalla se daba frente a la casa de los Cullen, de inmediato salió para poder enfrentar a los lobos, era tan extraño sentir toda la adrenalina en el cuerpo por lo que acababa de descubrir, sin embargo lo sentía tan correcto que no dudó en ponerse frente a Sam quien en ese momento era demasiado alto para él, siendo el alfa de la manada.

 

– ¡Basta, Sam! ¡Se acabó!– Gritó Liam viéndose realmente molesto por el comportamiento que habían tenido los lobos. Sam intentó ignorarlo queriendo pasar por su lado pero Liam se movió a igual velocidad interponiéndose. –Si lo matan, me tendrás que matar a mí. – Sam rugió con fuerza ante tal descaro de su sobrino, por lo cual avanzó sin suponer que Liam le tomaría de la enorme cabeza intentando detenerlo, pero terminó lanzando por los aires al lobo más joven haciendo que entrara en fase y pronto todos los lobos dejaron su posición de ataque para verse sorprendidos, mirándose unos a otros. Sam se quedó sin moverse pero aun mostrando aquellos grandes y filosos dientes sin poder creer aun lo que estaba escuchando por parte de Liam.

 

El sobrino del alfa avanzó en medio de los Cullen y pronto Leah, Paul y Jacob se unieron a él, flanqueándolo al enterarse de lo que había ocurrido con él.

 

Edward, por otro lado, giró la cabeza en dirección del lobo aun sin creer lo que estaba pasando con Liam. ¿Cómo lo tomaría Emmett? El vampiro, ahora padre, se notaba enojado por la osadía de aquellos lobos, nadie iba a lastimar a su familia, pero le resultó tan extraño que Liam de un momento a otro defendiera a su hijo.

 

–Liam se imprimó – soltó de golpe Edward, haciendo que toda la familia se quedara con los labios entre abiertos por tal noticia. Emmett giró la cabeza tan rápido que podría habérsele desprendido del cuello mientras fruncía el ceño al no creerlo, pero volvió su mirada a ambos lobos que ahora estaban debatiéndose unos a otros, la diferencia de estaturas era notable, pero Liam elevó tanto el cuello que se vio de su tamaño, no pensaba dejarse intimidar por su tío. –No pueden hacerle daño. Liam no permitirá que nadie lo lastime. Es una ley absoluta para ellos. –

 

Todos los que estaban presentes, vieron como Sam comenzaba a retroceder mientras sus dientes dejaban de verse y con un solo gruñido fue que toda la manda comenzó a salir de aquel territorio; Liam giró en su eje para poder hacer frente a la familia de su imprimación, era la primera vez que lo veía de esa forma y de alguna forma le llenaba de orgullo y felicidad. Volcó toda su mirada en Emmett quien solo pudo asentir con la cabeza de forma rápida y el lobo le devolvió el gesto.

 

Hasta ese punto, era el inicio de algo que Liam estaba ansioso por experimentar.

 

Una familia recibía a un recién nacido.

 

Emmett se convertía en padre.

 

Y esperaban que Seth despertara… convertido en algo que desconocían.

 

***

 

Jasper junto a Edward limpiaron el cuerpo de Seth de toda aquella sangre que había quedado en su cuerpo, tanto producto de las mordeduras de Emmett como la de las perforaciones que tenía en el cuerpo tras la pelea con Alec. Ambos vampiros esperaban porque Seth despertara pronto, ambos hermanos sabían que Emmett no podría soportar la muerte del menor de aquella forma. Tras dejar el cuerpo de Seth limpio sin rastro alguno de sangre, notaron también como había una abertura por sus costillas, toda la zona estaba morada, Jasper no pudo mirar más y pronto colocó una camisa blanca que cubriera el torso del menor, sin importar mucho el hecho de que aquella prenda solo era hasta los codos, abotonó dejando solo dos botones al aire; le colocaron de igual forma unos jeans azules algo ajustados, dejándole con los pies descalzos, cabía la posibilidad que Seth odiara levantarse con zapatos de vestir y lanzaría por la ventana. Edward colocó sus manos juntas, notando aquellos dos anillos en cada mano del menor. “Tienes que levantarte pronto, Seth, tu familia te espera.”

 

A pesar de que Emmett comentara que Seth estaba demasiado quieto, Carlisle siempre intentaba brindarle algo de esperanza manifestándole que era a causa de la morfina que se le había inyectado. Pero el más grande temor de Emmett era que nunca fuera así, que en verdad nada había funcionado y ahora el cuerpo de Seth estaba inerte porque había muerto y ya no podría volverlo a ver.

 

Quizás se acabó.

 

Aquella tarde el teléfono de la casa Cullen sonó, y quien atendió la llamada fue Edward, pero solo escuchó la respiración hasta que una conocida voz se escuchó del otro lado de la línea, quizás una voz que le iba a causar algunos problemas en el futuro, así lo sentía.

 

–Hola Edward. –

 

–Bella. –

 

– ¿Cómo… cómo has estado?–

 

–Pasaron muchas cosas pero bien, ¿Qué sucedió contigo? Solo desapareciste un día. – un bufido se escuchó del otro lado de la línea y Edward no comprendió el porqué.

 

– ¿Enserio? Edward… yo… no desaparecí, le dije a mi Charlie que me iría de Forks por lo que ocurrió con Victoria pero en todo este tiempo no he recibido ni una sola llamada de parte de ti o de… Jacob. Por lo menos esperé que alguno de ustedes preguntara por mí, pero nadie lo hizo, fue lo que Charlie me dijo. – Desde el encuentro con Victoria, nadie pensó en lo que sucedió con Bella, Edward se puso a pensar que todo se había centrado en Seth y Emmett y había cosas que habían sido dejadas de lado, quizás ahora ya eran muy irrelevantes. No recordó haber preguntado por Bella a Jake, y él tampoco mencionó algo. ¿Tanto había cambiado su vida que si se inmutó en preguntar por la chica en la que alguna vez estuvo enamorado?

 

–Pasaron muchas cosas luego de eso y… lo olvidamos. –

 

–“Olvidamos”. ¿Hablas con Jacob? ¿Todo está bien con él?– Edward quiso decir que ahora todo estaba bien que ella estaba muy lejos, que se encontraba feliz de tener a Jacob a su lado, por lo menos hasta que éste imprimara.

 

–Bastante bien, como siempre cuidando de Seth. – Hubo un momento de silencio que parecía no querer ser interrumpido, escuchándose solo la respiración de la humana.

 

–Escuché que… alguien se casó. – Edward sonrió de lado, era evidente que Charlie le había mencionado que hubo una gran boda para Emmett y Seth; quizás Bella no sabía no decirlo sin querer sonar sorprendida u ofender a alguien.

 

–Emmett y Seth se casaron, debes de saberlo bien ya que Charlie estuvo aquí junto a Sue. Mi familia se amplió. –

 

–Oh. Ya veo. Hubiera querido ir pero… no creo que haya sido prudente, a pesar que hubiera podido estar junto a Jake. –

 

–Tienes razón, no hubiera sido prudente. Solo fueron tres amigos de Seth a la boda y algunos parientes y por parte de Emmett algunos aquelarres cercanos que le dieron la bienvenida a Seth. – No sabía porque la conversación se estaba siendo tan hostil por parte de Edward, pero el solo escuchar a Bella mencionar el nombre de Jacob le sacaba de sus casillas, se supone que ya no existía una Bella que los iba a separar o hacer pelear y ahora parecía que todo se estaba desmoronando por la llamada de ella.

 

–Supongo que fue difícil para ambos tener a lobos y vampiros cerca en una boda. –

 

–Te sorprendería saber que todo fue perfecto. Pese a la distancia, todo estuvo tranquilo. – nuevamente aquel silencio que comenzaba a desesperar a Edward, quería colgar antes de que Bella saliera con alguna petición para el lobo o para él. No la quería cerca en ese momento.

 

–Edward… – el mencionado cerró los ojos rogando porque no dijera nada más y colgar la llamada. –Sé que terminamos nuestra relación por lo ocurrido pero… no logro olvidarte. –

 

–Bella, por favor. –

 

–Sólo tuve miedo, es todo. Pensé que Jacob podría cuidarme pero aun así sé que siempre me vería envuelta en todo. Estar siempre en medio de dos mundos termina por hacer que tomes decisiones rápidas y que no puedas pensarlas, pero sé que podría vivir tranquila a tu lado si tú… me convirtieras. – Edward negó con la cabeza mientras una sonrisa burlesca aparecía en su rostro para luego volverse en un rostro de enojo total.

 

– ¿Me pides que te transforme como condición para que estés a mi lado?– Edward no podía creer la poca vergüenza que tenía Isabella en ese momento. No era el vampiro quien rogaba por estar al lado de la humana, era todo lo contrario y aun así ella parecía no entender que ya nada gira en torno a ella.

 

–Podríamos estar junto siempre. –

 

–Bella, yo no estoy rogando por estar a tu lado. –

 

–Pero… pensé que aun me amabas. – la humana sonó algo desesperada al escuchar lo mencionado por el vampiro.

 

–Isabella, yo… ya no te amo. – Edward escuchó como la humana comenzaba a hiperventilar, solo escuchando una respiración errática por la bocina. Era mejor dejar en claro todo antes de que ella malinterpretara la situación. –Quizás solo sienta aprecio hacia ti, solo eso. –

 

–Yo…–

 

–Es mejor dejarlo así, y te recomiendo que no busques tampoco a Jacob, las cosas con él van excelentes, y realmente no quiero que nada se arruine. Fue un gusto hablar contigo. Adiós. – tan pronto como colgó la llamada se sintió mucho mejor, como si algo hubiera descendido de sus hombros con el sonido de la bocina contra el botón de corte. Ahora solo esperaba que ella no hiciera algo que terminara arruinando lo mucho que había logrado avanzar con el lobo.

 

***

 

Es cierto que dicen que cuando uno muere toda tu vida transcurre en un solo minuto, un minuto para que veas las veces que reíste, lloraste, sonreíste y te enojaste, Seth vio ese primer encuentro con Emmett, a pesar de estar medio inconsciente pudo ver sus ojos, su rostro. Una primera conversación con él el cual se fueron convirtiendo en muchas, las que estaban llenas de risas por los chistes de Emmett, y una que otro seria por las mentiras que Emmett terminaba diciendo. El primer beso, ese primer beso que Seth sintió y que ahora sentía como si fuera la primera vez, un tonto niño de 13 años enamorado de alguien mayor. La muerte de su padre no pasó desapercibida en sus memorias pero hasta ese momento notó que siempre el vampiro estaba con él, abrazándolo y dándole su hombro para que pudiera llorar a gusto.

 

Emmett.

 

El recuerdo que comenzó todo, una mujer de cabellera rubia diciéndole que aquel chico con el que se había dado su primer beso y del cual estaba enamorado era su esposo, la imprimación y luego un vació en el corazón. Noches oscuras donde no veía un rayo de luz, alucinaciones con él y gritos en la noche a causa del dolor que sentía.

 

Emmett.

 

Un mejor amigo haciendo lo imposible por verle sonreír y que al terminar se convirtieron en dos amigos. Jacob y Liam siempre estuvieron con él. Un nuevo beso al reencontrarse con el vampiro y pronto una proposición de boda que no hizo que alegrarle la vida, sonrisas de su parte junto a un hombre que profesaba su amor día a día. Un momento en el cual quiso lo que nunca pudo, hijos. Sin embargo aquel vampiro nunca lo dejó, se volvió nuevamente su apoyo.

 

Emmett.

 

Esa primera noche juntos, amándose como recién casados, cuando lo vio en su graduación, sintiéndose orgulloso por aquel logro que tuvo. Tardes que tuvo al lado de aquel vampiro, mientras le ayudaba con sus tareas, bromas que no paraban. Y nuevamente como lo dejaba en aquel hospital para que le lograran salvar la vida del ataque de aquellos brabucones. Sus padres estaban ahí junto a su hermana mientras le sonreían mientras cenaban como de costumbre, hombres que en realidad eran lobos, hombres  que en realidad eran vampiros, y vampiros que querían ser dioses, Los Vulturi. Esa vez cuando salió con Leah y volvieron todos cubiertos de lodo ya que llovía. Su madre dándole aquellos abrazos que amaba y su padre negando con la cabeza mientras sonreía. Pero se quedó en aquel recuerdo, ese primero que tuvo y que no recordaba por el tiempo; cuando Seth comenzó a dar sus primeros pasos, yendo donde estaba su hermana, que era solo una niña, junto a su madre que era una mujer tan joven y hermosa, y por ultimo su padre que le miraba orgulloso extendiendo los brazos para llegar a él. Y así lo hizo llegó a él y todos le dieron un abrazo entre risas y sonrisas.

 

Emmett.

 

En cada uno de sus recuerdos encontró un único rostro que siempre hacia que su pecho se oprimiera con tanta fuerza, aquel vampiro que le brindó su amor cada minuto de su vida, que nunca lo dejó solo pero que ahora era él quien le estaba dejando solo con… un bebé recién nacido.

 

Mi familia.

 

“Hasta que la muerte nos separe”

 

“No hay un ´Hasta que la muerte nos separe, Emmett´”

 

“Promételo”

 

“Te lo prometo”

 

Emmett.

 

Todos en aquella casa se quedaron quietos al percibir algo extraño en la misma, ahora había un poco más de silencio, sin contar que Naim hacía propios sonidos de un bebé en brazos de Esme. Pronto se pudo escuchar una inhalación y pronto una exhalación que dejó a todos confundidos, Liam se mantuvo en el marco de la puerta que daba hacia la sala, donde toda la familia se encontraba, Emmett se incorporó del sofá dirigiéndose a paso constante hacia la habitación donde su esposo descansaba, tenía miedo de encontrar a Seth muerto, y aquel suspiro que dio fuera el ultimo. Cuando abrió la puerta, notó como el sol había logrado ingresar por los ventanales, haciendo que la misma se vea más iluminada que de costumbre, y pronto se quedó en un profundo silencio que solo incomodaba al vampiro, se quedó recargado cerca al gran ventanal, esperando por alguna señal.

 

El ya no escuchar un sonido en la habitación comenzaba a desesperarlo; cinco minutos se convirtieron en diez y pronto una nueva inhalación que completó su ciclo, se mantuvo en el ventanal hasta que pudo ver a Seth abrir los ojos de golpe, haciendo que se mantuviera en su lugar sin hacer algún movimiento. Hubo algo que le hizo sonreír, ese hermoso sonido.

 

Un suave latido, casi imperceptible en realidad.

 

Emmett no sabía cómo reaccionar por lo que solo se mantuvo en su lugar esperando a que Seth se incorporara solo. Y al verlo elevar una de sus manos y observarla con detenimiento para luego pasar a ver distintas partes de la habitación le hizo sonreír, parecía un niño descubriendo cosas nuevas y en realidad era eso, Seth acababa de despertar de un mundo para sumergirse en otro totalmente distinto. Pronto sintió la mirada de Seth sobre sí mismo y solo pudo extender su brazo para que llegara hasta él y que pudiera notar que estaba para él.

 

El menor se incorporó de aquella especie de camilla caminando a paso lento hasta que pudo sentir la textura de la piel de Emmett, y subió hasta sus brazos; el vampiro tomó aquel rostro entre sus manos y a parte de unas bonitas pestañas, también observó unos enigmáticos ojos rojos con una ligera tonalidad de café oscuro en los mismos. Entonces ¿qué era Seth?

 

–Eres hermoso. – murmuró el vampiro acariciando aquellas pálidas mejillas que se teñían ahora con un ligero tono rojizo.

 

Seth solo amaba sentir como Emmett acariciaba su rostro y lo apretaba contra él. Sentirse nuevamente al lado del hombre que amaba le llenaba el corazón con algo que nada podría reemplazar. Emmett cogió su mano y lo guió hasta un espejo de cuerpo entero en el cual Seth se animó a mirarse, se tocó el rostro mirándose más de cerca en el espejo y no se logró reconocer por lo que sonrió, tocando luego su cabello el cual le había crecido cerca de  cinco o quizás diez centímetros, pero fueron sus ojos lo que le asombraron, nunca pensó que llegaría a ser uno de ellos y en realidad no sabía que era como Emmett o era algo totalmente distinto ya que sus ojos no estaban totalmente rojos sino tenían como pinceladas de un café oscuro que le confundía. Tocó su lado izquierdo notando que ya no había una abertura en ésta ni en ninguna parte de su cuerpo pero sintió un lento ritmo en su pecho que le hacía formularse más y más preguntas, pero eso no tendría que afectarle ahora, estaba vivo y podría pasarla junto a su esposo.

 

El nuevo neófito se giró observando al vampiro y no pudo reprimir rodear con sus brazos el cuello de Emmett, atrayéndolo hacia sí mismo.

 

–S-Seth… aunque no lo parezca, cariño, eres más fuerte que yo en éste momento. Me podrías… romper. – el menor lo soltó sonriendo y Emmett solo pudo sonreír de igual forma mientras recuperaba la compostura.

 

–Naim… quiero verlo, ¿Está bien?–

 

–Él es… un niño hermoso. Se parece mucho a ti. – Seth sonrió de solo escucharlo y pronto se giró para poder salir de la habitación pero Emmett le detuvo.

 

–Cariño es mejor que antes… te alimentes. –

 

– ¿Qué?–

 

–No sabíamos si ibas a despertar, o cómo ibas a hacerlo, pero ahora que miro tus ojos, es mejor que vayamos a cazar algo. – Pronto Seth sintió una molestia en la garganta, casi como si estuviera a punto de enfermar pero multiplicándolo por mil. Se tocó la garganta y Emmett solo puso abrir el ventanal y junto al menor saltaron para poder buscar un lugar donde cazar con tranquilidad. Seth se animó a correr y pronto estuvo igualando la velocidad de Emmett; había solo maravillas a donde fuera que mirara, cada pequeña cosa aumentada era una verdadera maravilla, los sonidos de los animales amplificados, y lo que contenía los rayos de sol, esas partículas de todo y nada.

 

Emmett rodeó con sus brazos el cuerpo de Seth haciendo que éste se detuviera.

 

–Corriendo de esa forma siento que escapas de mí. –

 

–No iría a ningún lado si no es contigo. – ambos sonrieron y pronto Emmett le giró, quedando el más alto tras el menor, pidiéndole que cerrara los ojos y Seth obedeció. El sonido de varias cosas como el crujir de los arboles con el viento y de los animales comiendo o realizando sus tareas de siempre le hicieron sonreír, hasta que pudo percibir el olor de algo que no pensó fuera tan dulce y agradable.

 

Sangre humana.

 

Sin pensarlo dos veces comenzó a correr rumbo a la fuente de aquel delicioso olor y el viento solo le ayudaba a que en su garganta se juntara más y más saliva a causa de lo que quería probar. No le importó estar descalzo y de esa forma escalar una pared de roca solida. Emmett fue tras él queriendo llegar donde se encontraba el menor para lograr detenerlo o todo sería un desastre total y los Vulturi pronto estarían en Forks por lo ocurrido.

 

Cuando logró atraparlo, lo estampó contra la propia pared de piedra donde se encontraba un pequeño lugar en el cual claramente muchos escaladores habían descansado.

 

–Seth, escúchame. Tienes que controlarte. Perdóname no sabía que habría gente aquí. – el menor se logró soltar del vampiro mayor comenzando a dar vueltas en su mismo lugar hasta que negó con la cabeza y se quedó en el borde del abismo.

 

–Tengo que salir de aquí. –

 

–Yo te puedo ayudar. – y al completar la frase el vampiro solo pudo observar como su esposo saltaba hacia el vacio en un afán por salir de aquel lugar donde se podía sentir el olor a sangre fresca de humano. –O quizás no. – Sonrió de solo saber que su cachorro estuviera consigo, quizás ahora estaba diferente pero en el fondo seguía siendo él, Emmett lo sentía de esa forma.

 

Tras hacer que Seth cazara un gran “gato” como el vampiro lo había llamado comenzaron su regreso a casa, ahora los pantalones de Seth estaban rasgados en las rodillas y a pesar de haber estado descalzo todo ese tiempo no sintió molestias por pequeñas piedras o ramas incrustadas en las plantas de los pies. Emmett sujetó de la cintura al menor y le dio un beso en la mejilla, cuando estaban a pocos metros de la entrada, divisaron en la misma a Liam quien se mostraba sonriente y no tardó en correr hacia la pareja, Seth no tardó querer abrazarlo pero algo lo detuvo. Liam pensó que era su olor, por lo que pidió a Seth que le diera una olida a ver si algo había cambio en él y la respuesta de Seth solo hizo que Emmett como Liam rieran, “No pensé que era verdad lo que los vampiros decían, ¿En verdad todos tenemos ese olor?” La conversación hubiera seguido siendo normal si no fuera por un comentario que soltó Liam, haciendo que Seth comenzara a preguntarse qué es lo que había ocurrido con su amigo, “Ustedes se ven bien juntos, hacen una buena pareja”. Si alguien más hubiera dicho aquellas palabras quizás hubiera sido el mismo lobo mayor el que hubiera desmentido tal cosa y comenzaría a blasfemar en contra de Emmett por quitarle la oportunidad de estar con Seth, pero en el rostro de Liam solo se notaba plena sinceridad a lo que estaba diciendo.

 

– ¿Y Naim? ¿Puedo verlo?– Liam mostró una sonrisa mucho más amplia de solo escuchar el nombre del recién nacido, haciendo que pronto retrocediera sobre sus propios pasos y corriera hacia el interior de la casa. Dentro de la misma todos los Cullen esperaban por Seth, el cual comenzó a recibir halagos por su apariencia y también que ahora era un Cullen más. Al llegar hacia Esme, la vampira le entregó con cuidado al bebé quien se comenzó a mover, agitando sus pequeñas manos, y pronto Seth no pudo evitar derramar algunas lágrimas de solo verlo y poder tenerlo en sus brazos, había sufrido tanto para poder tenerlo hoy consigo, había dado su propia vida por ver a aquella pequeña criatura hoy con vida.

 

Notó que algunas de sus lágrimas cayeron en el rostro del bebé y acercó su rostro hasta juntar su frente con la de su pequeño hijo.

 

–Mi bebé, no sabes cuánto te he esperado. – Una pequeña mano se sintió en su mejilla y se separó con cuidado de Naim para verle a la cara y notó aquellos fuertes ojos azules que le observaban y sintió algo tibio recorrerle el cuerpo de solo tener la pequeña mano de su hijo en su mejilla. Se sintió extraño y pronto un jarrón salió volando en dirección a la pared a lo que rápidamente Carlisle lo tomó en pleno vuelo y Seth solo pudo tener la mirada en todos los presentes.

 

–Así que cuando está feliz también hace eso. – mencionó Emmett casi de forma obvia.

 

– ¿Qué fue eso?–  Seth mantuvo a su hijo en sus brazos y miraba en ocasiones al mismo junto a Emmett.

 

– ¿Recuerdas que sucedió algo similar hace un tiempo?– Seth comenzó a recordar y efectivamente algo parecido ya había sucedido, cuando el ventanal comenzó a crisparse y sabían que ello lo estaba haciendo su hijo. El neófito de casa asintió con la cabeza al cuestionario del vampiro. –Digamos que hace eso cuando está enojado y por lo visto, también cuando está feliz. –

 

–Naim puede controlar todo lo que está a su alrededor y podemos decir que su motor son sus emociones. Como él ha mostrado puede, literalmente, manipular cualquier objeto y ahora que es un bebé es más difícil que él pueda controlarse. Intentamos que permanezca siempre al lado de Jasper para que lo contenga pero… – Seth elevó las cejas esperando a que Carlisle continúe con lo que le estaba mencionando sobre su hijo, pero fue Jasper quien completó la frase.

 

–Es un duro adversario. Las emociones que manifiesta Naim son mucho más intensas que las de un humano normal o vampiro. –

 

– ¿Pero cómo?– Seth aun intentaba comprender como es que un bebé podía hacer tales cosas.

 

– ¿Cómo Alice puede ver el futuro? ¿Cómo Jasper controla las emociones? ¿Cómo Edward puede leer la mente? Es su don, mi amor. – Emmett se acercó a Seth y se dedicó a mirar el rostro de su bebé el cual solo abría y cerraba los ojos, ese azul era muy enigmático.

 

–He podido notar que un don se desarrolla cuando todavía es humano y luego de manifiesta cuando es convertido, pero en el caso de Naim… tendría que haberlo heredado de alguno de los dos. – ambos padres se miraron y luego a su hijo. Carlisle intentó continuar pero fue Emmett quien comentó a continuación.

 

–Yo no desarrolle algún don, entonces… –

 

–Hay una posibilidad que lo haya heredado de Seth. – el menor sintió la mirada de cada uno de los miembros de la familia y se encogió de hombros mientras acomodaba el escaso cabello claro de su hijo quien no dejaba de mirarle fijamente.

 

–Entonces ¿pueda ser que yo tenga un don?– preguntó algo tímido el menor haciendo que Emmett le abrazara más fuerte de la cintura. Liam se mantenía al margen de la conversación, solo teniendo los ojos encima de Naim y Seth, no quería que algo pasara y Seth se descontrolara ahora que al parecer era más vampiro que lobo.

 

–Quizás aun no ha despertado en su totalidad, ¿No sientes algo distinto?– preguntó Esme y Seth negó con la cabeza.

 

– ¿Hay algo en particular que hicieras cuando eras un humano? Quizás podamos darnos una idea. – Edward intentó aportar con algo más pero a la negativa de Seth solo hizo que el vampiro lector de mentes se internara en sí mismo para poder descubrir cuál era el don de Seth.

 

– ¿A parte de parecer un verdadero imán hacia los peligros?– Emmett habló mientras sonreía haciendo que Seth sonriera y que Naim también lo hiciera captando la atención de toda la familia.

 

–Me preocupaba por ti, que es distinto. –

 

–Es verdad, Seth siempre se ha preocupado más por los demás a que por sí mismo. – finalizó Alice, esperando que eso hubiera ayudado en algo a pesar de ser algo casi obvio.

 

–Tendríamos que comprobarlo. – Mencionó Rosalie cruzada de brazos mientras sonreía algo divertida por lo que planeaba hacer para saber si aquel era el don de Seth. El menor volvió su mirada  a su pequeño hijo y notó como el mismo le miraba muy atentamente, pestañeando en oportunidades.

 

– ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente? ¿Dos meses?– Emmett negó con la cabeza a tal pregunta.

 

–Solo dos días, casi tres. –

 

–Pero si solo tiene días de nacido, ¿Cómo puede mantener la mirada fija en mí? ¿No debería de tener más tiempo para eso?–

 

–Recuerda que el niño es la combinación de dos especies distintas, Seth y respondiendo a tu pregunta, un niño mantiene la mirada fija a partir del mes de nacido, su desarrollo va algo rápido. – Carlisle se acercó para poder visualizar mejor al nuevo integrante de la familia, notando como es que miraba con una pequeña sonrisa a Seth, su esposa tenía razón, Naim solo era un bebé con buenos sentimientos.

 

–Creo que ya pasó mucho tiempo, quizás Naim deba dormir. – Liam se acercó a paso lento mientras intentaba cargar al menor pero inmediatamente la dura voz de Emmett le detuvo un momento.

 

–Liam, creo que Naim se encuentra bien. –

 

–Sí, pero no se debe de exagerar. – Seth giró su mirada hacia su amigo y frunció el ceño por el comportamiento que estaba teniendo en ese momento, era casi como si quiera separarlo de su propio hijo y eso no lo iba a permitir.

 

– ¿Cuál es tu problema?– Liam se vio reflejado en aquellos ojos rojos que delataban estar enfadándose, nadie en casa sabía si Seth volvería a convertirse en un lobo pero no querían saberlo si estaba Naim en medio de una pelea.

 

Rosalie por otro lado se acercó al lado de Jacob sonriendo burlonamente mientras palmeaba el hombro del lobo. –Uh, díselo Liam, será una buena forma de averiguar si aún se puede convertir en lobo y ver su don. – el mencionado tensó la mandíbula ante las palabras de la rubia y tuvo miedo de averiguar esas dos cosas.

 

–Esto va a estar bueno. – Mencionó Edward con una sonrisa torcida de solo imaginar lo que Seth haría al saber la verdad.

 

–Aguarda un segundo, cariño. – Emmett le habló de forma cariñosa mientras tomaba con cuidado en brazos al bebé el cual siguió con la mirada a Seth quien no se miraba nada contento, algo le estaban ocultando y sabía que tenía que ver con su hijo, lo intuía.

 

–Seth, escucha. – pasó saliva mientras se preparaba para decirle la verdad al menor de los Clearwater. –Tú sabes que esto… es cosa de lobos. – el menor entrecerró los ojos de solo escuchar eso, tenía una respuesta para lo que Liam lo estaba diciendo pero se negaba a aceptarlo.

 

–Según tú, ¿Qué es cosa de lobos? Hay muchas. – La rubia se alejó con una sonrisa mientras iba a ver a Naim quien estaba con los ojos bien abiertos mirando a Emmett y pronto la atención de una cabellera rubia lo distrajo.

 

–Hay… cosas que no se pueden controlar. Y ocurre con cualquier persona. – Las alarmas de Seth se encendieron al escuchar eso y pronto dio un paso más hacia Liam quien quiso retroceder pero no lo hizo ya que debía de enfrentar tarde o temprano aquel tema. Rosalie cargó al bebé y cogió consigo un pequeño biberón con leche para alimentarlo y después hacer que durmiera.

 

–Será mejor que se lleven a Naim. – un  Perfecto en tono de sarcasmo salió de los labios de Liam. Esme y Rosalie fueron quienes salieron de aquella habitación para dirigirse a una más apartada de la casa donde el bebé no pudiera percibir fuertes ruidos. Emmett se acercó y colocó una mano en su hombro.

 

–Mejor no me toques, Emmett, podría hacerte daño. – el mencionado quitó la mano del hombro de Seth y dio una mirada al lobo. Liam pensó que quizás vampiro pelearía más a su defensa y por lo visto se equivocó.

 

Seth se acercó un poco más y pronto cogió de la nuca al lobo, llevándoselo hacia la salida de aquella casa para al final lanzarlo algunos metros lejos de la misma mientras Seth aun se encontraba sin bajar los escalones hasta tierra firme. Al ver como Liam se incorporaba no pudo aguantar más y terminó gritando por lo enojado que estaba.

 

–Tu… ¡TE IMPRIMASTE DE MI HIJO!– los habitantes de aquella casa a excepción de Rosalie y Esme salieron para poder ver lo que Seth haría.

 

– ¡Sabes que no se puede elegir en eso, solo ocurre! – mencionó mientras se incorporaba del suelo.

 

– ¡ME DIJISTE QUE NO PODIAS IMPRIMAR!– El cuerpo de Seth estaba ligeramente inclinado hacia adelante, y Emmett junto a Carlisle solo esperaban ver si Seth se transformaría.

 

– ¡Yo también lo creí! Pero me equivoqué. Emmett me permitió estar al lado del bebé todo este tiempo y no vio ningún inconveniente. – el mencionado quien mantenía los antebrazos recostados en la baranda de madera se hizo el desentendido por un momento mientras carraspeaba la garganta.

 

–Bueno… aun estoy en dudas. – Carlisle le mandó una mirada de reprimenda al no apoyar en nada a Liam.

 

– ¡Sólo pude cargarlo una vez! ¡Solo una vez Liam! ¿Y tú ya pretender quitármelo?– Seth bajaba los escalones de madera de forma amenazante mientras se dirigía hacia el lobo. –Es solo un bebé Liam. ¡Es mi bebé!– las manos de Seth se estamparon en los pectorales del lobo mandándolo a volar unos tantos metros hasta caer nuevamente en duro suelo y volver a incorporarse. Pronto unas fuertes pisadas se oyeron hasta que se pudo ver a un imponente lobo gris, Paul llegó corriendo ligeramente al escuchar los gritos de Seth provenientes de la casa y ahora estaba ahí presenciando como Seth estaba tomando que el sobrino del alfa estuviera imprimado de su hijo recién nacido.

 

–Todo está bien, Paul. – el mencionado se mantuvo quieto observando a toda la familia fuera de la casa y pronto posó sus ojos en Jasper el cual devolvió la mirada pero fue el lobo ésta vez quien desvió la mirada fijándola en Seth y Liam.

 

–Te alejaras de mi hijo, Liam. –

 

–Sabes que no puedo estar lejos de mi imprimación. – Seth volvió a estampar sus manos en el pecho del mencionado para volver a hacerlo volar hasta caer nuevamente en el frío suelo. Paul gruñó en dirección a Seth al ver como Liam se incorporaba con algo de dificultad.

 

–Emmett, detenlo. – Mencionó Carlisle quien comenzó a sentir pena por el lobo.

 

–Liam dijo que afrontaría las consecuencias. Seth es asombroso ¿no?– mencionó con una sonrisa amplia sin dejar de ver cada uno de los movimientos de su esposo.

 

Paul comenzó a acercarse mientras ligeros gruñidos salían de su garganta.

 

– ¿No lo entiendes, Liam? No debiste de imprimar de mi hijo, tú has visto todo lo que pasé por tenerlo, cada lágrima, cada dolor en cada hueso de mi cuerpo, cada sacrificio que hice porque esté a mi lado. ¡Yo no quiero que pase lo mismo por lo que yo pasé! ¡No quiero que sufra!

 

Liam comprendió bien ese punto, quizás a Seth no le importaba mucho que haya imprimado de Naim, lo que si temía era que también sufriera a causa de la imprimación, tal y como él sufrió, y todo por tener un hijo. Aun no estaba del todo seguro que su lobo iba a pedirle aquello, pero se rehusaba a aceptar algo que claramente no sucedería, solo imprimó, nada más.

 

–No sucederá, Seth. Nunca. –

 

– ¡LO MISMO DIJSITE CUANDO TE PREGUNTÉ SI PODÍAS IMPRIMAR! ¡Y DIJISTE QUE NO!– Cogió a Liam por la camiseta que llevaba puesta y lo volvió a lanzar hacia el grueso tronco de uno de los arboles, haciendo que un ruido seco se escuchara. Paul al ver la reacción tan agresiva de Seth, se interpuso y fue cuando Seth lo cargó con tanta facilidad que asombró a la familia mientras tiraba al lobo contra el mismo árbol en el cual terminó Liam, sin embargo fue el lobo quien se quejó ya que fue bastante fuerte el impacto.

 

Carlisle dio un paso en dirección al mismo para querer verificar como se encontraba pero al girar la cabeza hacia su derecha observó como Jasper también había avanzado al ver el estado del lobo, pero inmediatamente tensó el cuerpo para no hacer algo que lo delatara y pronto desvió la mirada volviendo al lado de Alice quien también había notado el movimiento a pesar de los esfuerzos de Jasper.

 

–Paul, lo siento mucho. – se disculpó Seth al ver como había dañado a su amigo por un arranque de ira que tuvo.

 

–Él estará bien. – Liam colocó una mano en el lobo del lobo para darle un poco de conforte por aquel rudo accionar. –Seth… – El lobo comenzó a dar unos pocos pasos en dirección al nuevo hibrido que tenía en frente hasta quedar a una distancia considerable. –Lo único que quiero es que Naim esté a salvo. Quiero que él sea feliz. Si te das cuenta, nunca nada tuvo sentido, me refiero a ti y a mí; siempre fue Naim. – Seth desvió la mirada pensando en las palabras de Liam. Sin embargo el miedo no se iba de su corazón, aun temía que su hijo tuviera que sufrir lo mismo que él, eso le aterraba, pero le daba el beneficio de la duda al lobo, por el momento.

 

Esa misma noche Liam se quedó en casa de los Cullen durmiendo en el sofá, Seth sabía que no podría luchar contra la imprimación, él lo vivía siempre y era difícil estar lejos de tu imprimación sin volverte loco. No volvió a tocar el tema en toda la tarde mientras solo permanecía cargando a Naim el cual le sonreía pese a no tener un solo diente y eso le hacía ver mucho más tierno, miraba sus ojos y solo podía sonreírle y darle uno que otro beso, lo alimentó también y fue cuando Emmett le comentó que en la solución de leche le agregaban unas dos o tres gotas de sangre debido a que la primera vez que lo alimentaron no se sació, pero luego de agregarle lo mencionado solo bebía una sola botella y termina durmiéndose.

 

Vio a su hijo bostezar a lo que volvió a sonreírle y teniendo a Emmett a su lado se sintió feliz de tener su propia familia, pero algo saltó a su mente al pensar en eso, ¿Leah y mamá? Los ronquidos de Liam hicieron que riera ligeramente y olvidara por un momento el tema.

 

–Te ves feliz. –

 

–Soy feliz Emmett, mucho. Tengo un esposo y un hijo, ¿Qué más podría pedir ahora?– giró el rostro para poder ver a Emmett y pronto éste volvió su mirada hacia la ventana por la cuan notó que venían Edward, Jasper, Alice, Esme y Carlisle.

 

–Por fin llegaron. – mencionó y luego se pudo escuchar como Naim volvía a bostezar mientras movía los brazos de forma inquieta intentando frotarse los ojos. Vio a Rosalie venir con una gran sonrisa mientras se acercaba directamente al bebé.

 

–Mi turno. – mencionó cargando con cuidado al bebé el cual comenzó a removerse haciendo que se le fuera incomodo a la rubia cargarlo. Seth lo acomodó bien y sostuvo la mano del bebé para que pudiera sentir que todo estaba bien y que él no se iba a ir.

 

–Hora de dormir, bebé. Prometo que mañana dormirás conmigo, ya no pienso irme a ningún lado, estaré contigo siempre, ¿sí? No destroces nada de ningún lado, creo que a tu abuelo Carlisle comienza a molestarle ver volar jarrones en la habitación. Sé un buen niño. Buenas noches. – se acercó hasta besar su frente y su pequeña mano la cual aun su hijo aferraba a la suya. –Te amo hijo. – pasó un dedo por las facciones del bebé y éste soltó su mano o mejor dicho a su dedo. Rosalie observó a Seth con una sonrisa y pronto se llevó al bebé a otra habitación.

 

Pronto observó como los vampiros se acercaban al matrimonio mientras Liam continuaba durmiendo en el sofá a pesar de que se removía cada nada.

 

– ¡Feliz aniversario de bodas!– mencionó Alice con una gran sonrisa.

 

–Yo creo que para eso falta. – Alegó Seth sin comprender bien a lo que se refería.

 

–Entonces feliz cumpleaños. – volvió a intentar la vampira.

 

–Técnicamente y eso espero, deje de envejecer hace como… ¿tres días?– mencionó nuevamente Seth.

 

–Bueno igual lo vamos a celebrar, así que aguántate. – La vampira sonrió ampliamente mientras le entregaba una llave y Seth la cogió con duda, al verla notó que tenia la apariencia de las llaves antiguas, y eso le gustó. Alice decidió ser la guía y pronto salieron de casa dejando solos a una vampira, un lobo imprimado y a un bebé de tres días de nacido. Caminaron por el medio de bosque, y al estar cerca la vampira cubrió los ojos del menor y al llegar al lugar la misma quitó sus manos haciendo que Seth  quisiera regresar a casa con su hijo, pero ambos vampiros lo detuvieron pese a que Seth mencionaba no poder aceptarlo al ver que era un casa de un tamaño considerable y que le haya costado demasiado dinero a los Cullen, por ese lado Seth no había cambiado en nada.

 

Al ingresar a la casa, Seth observó lo que era una sala-comedor con una chimenea encendida, los colores iban de un rojo, blanco y crema claro. El menor inmediatamente pensó que era como estar verdaderamente en casa y con su familia.

 

– ¿Te gusta?–

 

–Es preciosa Emmett. – el vampiro comenzó a mostrarle cada una de las habitaciones que en realidad no eran muchas, comenzó por la de su hijo y sonrió al notar que habían un par de peluches en forma de lobos sobre la cuna. Se veían destellos en el techo y pudo notar una lámpara que formaría estrellas si ésta se encendía. Y los colores eran entre azul, celeste y blanco, le gustaba que fuera acogedor. Salieron del lugar y pronto Emmett le llevó a otra sin pensar lo que encontraría.

 

–El armario. – Seth de inmediato ingresó mirando la cantidad de ropa que había dentro, quizás no llegue a utilizar ni la mitad, sin embargo agradecía que hubieran más zapatillas y no zapatos de vestir, aunque ahora estaba reflexionando sobre andar descalzo. –Alice escogió todo. –  Seth cogió una de las zapatillas y la colocó cerca de él.

 

–Entonces tendré que agradecerle por esto. – dijo para volver a dejar la zapatilla con su par. Seth salió del armario que en realidad ocupaba toda una habitación y vio una habitación a lo cual ingresó al notar la tenue luz que proveía. Una vez dentro observó una cama mucho más grande y la habitación misma lo era.

 

–Nuestra habitación. – Seth bajó ligeramente la cabeza de escuchar aquello, y pronto los pasos de Emmett tras de sí se escucharon acercándose a él. Una gran mano pasó por su cintura, levantando lo suficiente para introducirla bajo aquella camiseta que ahora llevaba, sintiendo su piel erizarse y Seth cerró los ojos.

 

–Una cama. Los vampiros no duermen, y no sé si yo pueda hacerlo. – un beso tras su oreja hizo que entreabriera los labios.

 

–Yo no pensaba dormir. – el agarre en la cintura de Seth fue lo suficientemente fuerte para que la espalda del menor chocara contra aquel duro pecho y abdomen, besos comenzaron a regarse por su cuello y fue cuando el menor cogió de la camisa del cuello al vampiro y lo pudo lanzar con totalidad facilidad a la cama, saltó sobre él quedando sentado sobre aquel fuerte abdomen mientras ambos comenzaron a besarse con ferocidad, a Emmett le importó poco aquella camiseta que utilizaba su esposo y terminó rasgándola haciendo más fácil que Seth se la quitara, el menor por su cuenta también hizo lo mismo con la camisa de Emmett, partiéndola por la espalda para poder sentir el cuerpo de su esposo.

 

Quizás fuera por la costumbre pero Emmett se alejó lo suficiente para poder ver los ojos del menor y pudo notar que seguían con la misma tonalidad roja; los pantalones de ambos terminaron en alguna parte de la habitación mientras continúan tocando la piel de cada uno, sintiéndose tan cercanos como cuando estuvieron en Brasil, y hacia mucho de eso, hacia mucho que no tenían sexo e iban a remediarlo esa misma noche.

 

Seth cerró los ojos cuando sintió como Emmett ingresaba en él, ésta vez no hubo dolor o algo que se le asemejara, por el contrario solo una corriente de deseo se difuminó por todo su cuerpo, elevando las caderas para poder tener más contacto con él. Los dedos de Seth pasaron por el corto cabello del vampiro, pudiendo verse ambas alianzas en manas manos, aquellas que significaban que estaba junto al vampiro para siempre, no solo hoy o mañana. Que para ellos no existía la muerte.

 

Los fuertes gemidos de Seth comenzaron a escucharse en toda la casa, en cada estocada que Emmett daba en su interior solo hacía que el menor le abrazara con más intensidad sin dejar de mover sus caderas a la par del mayor, sus dedos recorrieron toda la espalda desnuda del vampiro, sintiéndose nuevamente parte del cuerpo de Emmett. Cuando Seth abrió nuevamente los ojos sentía algo tibio emanar de su derecha y al girar la cabeza observó la misma chimenea de la sala y al volver su vista hacia el frente observó el rostro de su esposo siendo bañado por la luz de las brasas, pasó una mano por su nuca atrayéndolo a un nuevo beso mientras Emmett acariciaba sus muslos acercándolo más a él mientras sentía la invasión del vampiro, y cogiéndose de sus amplios hombros, se dejó caer sobre el pene de su esposo, volviendo a soltar una jadeo e iban nuevamente por una segunda o quizás más de una cuarta ronda aquella noche. Emmett sujetó sus caderas con fuerza mientras balanceaba las mismas para que nuevamente volvieran a experimentar el clímax. Ahora no había miedo de por medio de romper algún hueso de Seth, su cachorro se había vuelto más fuerte y eso le reconfortaba, poder amarlo con total libertad. Seth se acercó besando los labios del vampiro dando una mordida al finalizar mientras pegaba su frente a la del mayor y pronto sintió como Emmett terminaba corriéndose en su interior de forma violenta, haciendo que soltara un jadeo y tras algunos movimientos más de Seth él también terminó llegando mientras ocultaba su rostro en el cuello del vampiro, jadeando y tras unos pocos minutos volvió su mirada a los dorados ojos de su esposo.

 

–No me voy a cansar de decirlo pero… eres precioso. –  Emmett le dio un beso corto mientras sus brazos rodeaban la cintura del menor con fuerza.

 

–Terminaras gastando esa palabra. –

 

–No me importa si es que se trata de ti. – el vampiro besó el hombro del menor y al nuevamente percatarse de no haber visto alguna lesión o moretón en el cuerpo del menor sonrió. –Me alegra tanto no haberte lastimado ésta vez. –

 

–Tú nunca me lastimarías Emmett. Eso tienes que recordarlo siempre. Sin embargo yo, pude haberte roto en algún momento. – el menor delineó el grueso cuello del vampiro para mirarle a los ojos al decir aquellas palabras.

 

–Pero no lo hiciste. – Seth elevó un poco las caderas colocando las manos en los pectorales del vampiro mientras sentía como el pene del vampiro se deslizaba fuera d él haciendo que el menor hiciera una pequeña mueca que Emmett pudo admirar. Volvió a recostarse sobre el pecho del vampiro haciendo que el mismo le rodeara con sus fuertes brazos. – ¿Cuándo fue que nos teletransportamos aquí?–

 

El vampiro terminó riendo a la pregunta del menor. –Quizás cuando terminamos destrozando la cama de nuestra habitación. – Seth sonrió ante aquella mención y nuevamente se mantuvo quieto, sintiendo que en verdad en su pecho aun albergaba un palpitar tenue.

 

– ¿Crees que nos podremos detener?– se incorporó del pecho de vampiro mirándole a los ojos. –Me refiero a que… ni si quiera recuerdo cuantas veces lo hicimos, ni si quiera necesité de un descanso o respirar en medio de los besos. Sé que no te has contenido en tu fuerza tampoco. – el vampiro acarició con su pulgar los costados del menor tras escuchar aquello.

 

–Y no pretendo detenerme nunca si es que estas a mi lado. Se supone que soy tu imprimación, así es como debe de ser. – el rostro del vampiro dejó aquella sonrisa para mostrarse algo decaído y Seth acarició su mejilla para que le mirara a los ojos. –Tuve tanto miedo de perderte. Verte muriendo, ensangrentado, ese trozo de costilla perforando tu corazón... – Seth le cayó colocando un dedo en sus labios y besó su mejilla de forma suave.

 

–No iba a dejar a mi compañero pelear solo, y si tuvo que pasar para que te des cuenta de que no pienso irme de tu lado, entonces lo repetiría siempre. Para que recuerdes que no soy amigo de la muerte, que me odie al igual que a todo vampiro por no tenerlo.

 

Hoy estoy aquí contigo, Emmett. Tenemos un hijo maravilloso que ahora necesita de los dos. Y creo que también un lobo imprimado tras de nuestro bebé que también lo cuidará con su vida. Te amo, y no me arrepiento que nuestra historia sea de ésta forma, con todos los errores y peligros que hubo, no lo podría cambiar porque es algo nuestro. –

 

–Solo promete no volver a asustarme así, nunca. – Seth asintió con la cabeza reiteradas veces mientras un par de lágrimas traicioneras bajaban por sus mejillas. –Te amo. – Seth respondió de igual forma mientras volvía a besar sus labios con hambre y nuevamente decidieron amarse en medio de unas saladas lágrimas que pronto se convirtieron en jadeos y gemidos por parte del matrimonio. Poco les importó que el fuego en la chimenea hubiera muerto y las velas en casa se consumieran tras una larga noche de pasión.

 

Hay cosas en mi vida que no podría cambiar, una de esas es como conocí a Emmett, como el amor me mataba día a día, como un bebé me mantuvo entre la vida y la muerte y como terminé muriendo para poder tener ahora una hermosa familia por la cual podría entregar mi vida si fuera necesario. Sentir una vez más el cuerpo de Emmett sobre el mío y como aquellas manos volvía a acariciarme, me hizo volver a darme cuenta que tengo en mi vida a alguien que no me dejaría nunca. Mi amigo, mi imprimación, mi amante y mi esposo, todos ellos son solo Emmett. No sé lo que soy, pero sé que lo que sea que ahora soy, me ayudará a poder estar toda una eternidad con mi familia sin preocuparme por nada que no sea mi hijo y esposo.

 

Lo que sea que ahora soy, ahora es parte de mi larga vida.

Notas finales:

¡Hola pueblo!

En verdad los extralé bastante, asíc omo extraño cada uno de sus reviews :C Es verdad que he estado ausente, sin embargo solo haber recibido un review de su parte me plantea si realmente continuan con la historia o ya le hecharon tierrita.

Les dejo una nueva actualización, quizás la parte que muchos han estado esperando.

Un saludo enorme a "Anónimo", quien fue el único que me dejó un review en mi anterior capítulo :c gracias de toda patata.


En esta oportunidad espero más reviews de su parte :c pensé que podría traerles dos capítulos este mes pero no he notado actividad de su parte :c.

No se olvidenq ue seguirme en mi página oficial de FACEBOOK, por ahí posteo muchas preguntas, imagenes de EmmSeth, o algunos adelantos de mi fic o de otros. También lo hago en mi Instagram :3

Gracias por los leidos, que ya falta muy poco para llegar a las 58 000.

Los quiero.

¡TSC AL PODER!

¡PANDAS AL PDOER!


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