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No se llamaría Amor si no doliera. por Beitha KangChoi

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Notas del capitulo:

A veces las lecciones mas importantes no vienen de padres a hijos, sino de hijos a padres, Emmett aprenderá eso, después de todo no se le puede juzgar al ser un padre primerizo.

Los momentos en familia cada vez se hacen mas preciado para Seth quien desea poder pasar más tiempo con su hijo, pero el peligro solo hace que ambos se alejen.

Esperaba que todo saliera bien, sin embargo nada puede cambiar una visión del futuro de Alice.

CAPÍTULO CUARENTA Y UNO: Lecciones de vida. Momentos en familia.


Al día siguiente observaron como Esme y Carlisle equipaban una pequeña maleta casa para poder hallar a los amigos del último mencionado y de esa forma poder evitar un final desastroso. Aquella mañana luego de que Naim desayunara lo que su tía Rosalie le había preparado, escuchó entre susurros el nombre Sam. Naim bajó de la silla y corrió hacia donde se hallaban sus padres, observando desde la puerta que no estaba a menos de unos tres metros de ellos, escuchó lo que decían y también vio como el alfa les entregaba una hoja y fue Carlisle quien lo recibió, dándose un corto tiempo para poder leer lo que había en aquel trozo de papel.


–Alice me dijo que te diera esto. Cruzaron nuestras tierras en la noche y Paul se fue junto con ellos por muy extraño que parezca. –


Naim elevó la mirada dirigiéndola al lobo mayor ya que Liam y Jacob estaban flanqueándolo.


En realidad ahora que se percataba toda su familia estaba ahí, pero menos Jasper y Alice, algo que le pareció muy extraño.


–Nos dejaron. – fue lo único que pudo escuchar a viva voz de parte de su abuelo.


– ¿Por qué?– preguntó Rosalie mostrándose consternada por lo que estaba pasando, Alice y Jasper nunca abandonarían la familia en un momento como éste.


–No lo dice. – Carlisle bajó la cabeza dándose una idea del porque, pero no encontraba una respuesta clara.


–Quiero leerlo. – habló por ultimo Seth acercándose y de esa forma soltándose de la gran mano que sujetaba su cadera en ese momento. Cogió la hoja doblada y leyó lo que había escrito.


“Reúnan a cuantos testigos puedan antes de que endurezca la nieve. Es cuando vendrán.”


Seth negó con la cabeza repetidas veces de forma lenta hasta que se dio cuenta de que aquella hoja era en realidad parte de un libro: “El mercader de Venecia”


Giró la cabeza y observó a su esposo mirándole algo consternado, volvió a doblar la hoja y la guardó en su chaqueta azul oscuro volviendo a la protección de los brazos de su esposo. Emmett vestía una casaca de cuero junto a una camiseta azul de un color gastado y los pantalones de un mismo color que su chaqueta, el sonar de la última mencionada se hizo presente al abrazar al menor y también cuando éste se separó nuevamente del vampiro.


– ¿Naim? ¿Pasa algo?– el menor salió de su escondite y caminó hasta quedar frente a Seth quien se puso a su altura y le dio un abrazo besando su frente mientras acariciaba su largo cabello.


– ¿Por qué está aquí el señor Sam? ¿Y tía Alice y tío Jasper?– la cara confundida de Naim hizo que todos comenzaran a mirarse entre sí intentando buscar una buena excusa creíble para un niño tan inteligente como él.


–A parte de dejar ese recado de Alice, también vine por otro asunto. – La voz de Sam pareció de cierta forma aliviar la tención y el silencio que se hizo luego de la pregunta de Naim. Sam colocó una rodilla sobre la madera del porche quedando frente a frente con el niño mientras Seth se incorporaba pero sujetaba de los hombros a su hijo sin ejercer presión. Sam abrió un poco más su saco y de éste sacó la pequeña gorra que Naim usó aquel día en el cual los niños de la reservación fueron crueles con él.


–Mi gorrita. – habló Naim tomándola lentamente de la mano de Sam y éste solo pudo sonreír de lado al ver como el niño se la colocaba con una tierna sonrisa en el rostro. Toda la familia estaba enterada de lo ocurrido con Naim y esos niños que al parecer por como lo relató Liam eran más pre adolescentes que trataron mal a un niño menor que ellos, mucho menor en realidad.


–Quiero ofrecerte disculpas en nombre de ellos, actuaron de forma imperdonable contigo, sin embargo también tengo yo la culpa por decirles cosas que en realidad no eran, por eso también les ofrezco disculpas a Emmett y a ti, Seth. – Sam se incorporó al mencionar el nombre de Clearwater, Seth solo pudo mirar a los ojos a Sam y asentir con la cabeza mientras sonreía de forma tenue, quizás sus disculpas fueran tarde pero Seth sintió que venían de una persona que estaba arrepentida en verdad, que, como en alguna oportunidad le dijo Emmett, solo estaba asustado y quería proteger lo que consideraba su familia.


–Aceptaría las disculpas si supiera que fue lo que pasó con mi hijo. – el timbre de voz de Emmett fue muy grave tanto que hizo a casi todos los presentes estremecerse; toda la familia había olvidado un punto importante, Emmett, padre de Naim, no sabía nada de lo que le había sucedió al menor ya que a petición de tanto Seth y su hijo, pidieron que nadie dijera algo o en verdad Emmett podría ver todo rojo al saber lo que le habían hecho al niño.


Sam observó el rostro de Seth mientras este negaba ligeramente con la cabeza y cerraba los ojos casi frunciendo el ceño y Sam recién pudo comprender lo que estaba pasando.


Un sonido entre toda la maleza les hizo girar la cabeza a todos los presentes y pronto pudieron ver que eran los niños que estaban involucrados en lo ocurrido y Emmett entendía cada vez menos.


– ¡Que hacen ellos aquí!– Liam gruñó desde el fondo de su ser al reconocer al muchacho que trató mal a su imprimación, quiso ir a golpearlo pero el agarre de Jacob le hizo detenerse. – ¡Sam, no dijiste que ellos vendrían!–


–Es mejor arreglar las cosas de una vez y ellos asumirán las consecuencias. – el alfa volvió a mirar al vampiro padre del niño y carraspeó la garganta para poder comenzar a explicarle lo sucedido, mientras que Seth estaba por demás ansioso por lo que fuera a suceder. –Tengo entendido que Naim escapó del cuidado de Liam cuando vio a esos jóvenes jugando cerca a la playa, me preguntó su podría jugar con ellos y solo pude decirle que ellos jugaban muy rudo y que tendría que tener cuidado, a lo lejos observé como todos solo mostraban asombro por el niño, al parecer casi es solo una leyenda el que un lobo y un vampiro pudieran concebir a un niño con ambos genes, pero uno de ellos lo empujó y comenzó a decir cosas fuera de lugar de ustedes y él, Naim se molestó, le lanzó el balón de fútbol a la cara y se fue llorando. Pero antes de eso le arrancaron la gorra de lana que traía puesta, la que ahora estoy devolviendo. El niño utilizó la magia que lleva en la sangre con todos nosotros, la sentí y es muy fuerte para un niño tan pequeño. –


Carlisle y Esme se miraron entre sí esperando la reacción de su hijo, hasta Rosalie miraba con detenimiento los movimientos de Emmett el cual solo dirigió sus ojos hacia el grupo de jóvenes que se detuvieron quedando a casi a quince metro de distancia de todos, el vampiro miró a cada uno de ellos, los cuales tenían la cabeza agachada o con la mirada desviada en algún otro punto, sin embargo vio a uno que le miró directamente a los ojos mientras fruncía el ceño.


Ese muchacho fue.


En un abrir y cerrar de ojos Emmett ya se encontraba corriendo en dirección de aquel joven quien le miró de forma retadora, aquel adolescente fue quien trató de forma tan cruel a su hijo.


– ¡Por Dios!– La expresión de Esme solo hizo que tanto Carlisle, Jacob y Edward fueran tras el inmortal el cual solo mostraba los dientes mientras fruncía su ceño. Los demás jóvenes tuvieron tiempo para poder lanzarse hacia un lado, dejando al objetivo de Emmett solo y a su merced y en un abrir y cerrar de ojos el adolescente dejó de sentir como el aire corría por sus pulmones mientras observaba el rostro enojado de aquel vampiro.


–Tú… te atreviste… ¡A TOCAR A MI HIJO!– Gritó el padre mientras ya Carlisle junto a Edward se posicionaban flanqueándolo sujetando sus brazos. El vampiro solo necesitó de una de sus manos mientras ejercía más fuerza viendo como el muchacho intentaba soltarse mientras clavaba sus cortas uñas en la mano del vampiro al cual no le afectaba en nada aquel inútil acto para salvar su cuello.


–Emmett, detente, es un niño. – habló Carlisle intentando que su hijo entre en razón sin embargo solo hizo que Emmett apretara más fuerte y de un solo impulso lo lanzara lejos haciendo que el cuerpo del adolescente cayera rodando un poco para distribuir el golpe.


– ¡NO! ¡NAIM ES UN NIÑO! ¡ÉL NO LO ES!– Emmett volvió a utilizar su velocidad para poder hacer sufrir y matar al bastardo que le hizo daño a hijo, estaba a solo un paso y fue cuando Seth apareció frente a él, haciendo de escudo para el adolescente.


–Emmett, detente, por favor. –pidió su esposo colocando sus manos sobre su pecho para intentar calmarlo.


–Me ocultaste que ese maldito pulgoso hirió a nuestro hijo, Seth. Soy su padre. –


–Y no te dije por esto. Te ibas a descontrolar, Emmett, podrías cometer cualquier locura, él todavía no es un lobo, sigue siendo un humano y si lo matas…–


– ¡SE LO TENDRÍA MERECIDO! ¡NADIE TOCA A MI FAMILIA!–


El adolescente por su parte recuperaba el aliento y se incorporaba poco a poco adolorido por lo que el vampiro hizo con él.


–Malditos… fríos despreciables. – Seth cerró los ojos ante aquellas palabras y por su parte Emmett miró en dirección del maltrecho humano.


– ¿Qué dijiste?– habló Emmett con voz de ultratumba tomando de las muñecas a su esposo y con cuidado quitarlo de su camino.


–Emmett, por favor. –Pidió Seth casi al borde de las lágrimas.


Emmett al tener de cerca al adolescente solo pudo mirarlo antes de pensar matarlo y hacerlo sufrir como se merecía. Por el contrario el adolescente le miraba de forma estoica sin embargo dentro de él tenía miedo, el tamaño de aquel vampiro era bastante, quizás con facilidad llegaba a los dos metros y por cómo le miraba le iba a despedazar. Sus amigos siempre le decían que a veces no había un filtro entre su cerebro y su boca y claro está que su orgullo era más enorme que su cuerpo.


Sabía que hizo mal al tratar de esa forma al niño pero se había dejado llevar siempre por los comentarios que Sam o algunos otros chicos hacían sobre los Cullen y sobre aquella criatura que nació de la unión de un lobo y un vampiro.


Nunca pensó que moriría a manos de un vampiro, padre de un niño mitad vampiro y mitad lobo.


Emmett intentó dar un paso más para poder cogerle del cuello y de una vez rompérselo pero sintió como lo detenían, pensó que sería su hermano junto a los lobos pero no fue así, cuando giró para verificar quienes eran, vio a su menor hijo con lagrimas en los ojos al ver de forma tan descontrolada a su papá por querer matar a alguien que le hizo daño, le dio miedo ver así al hombre que siempre le regaló sonrisas y sacó otras. Los pequeños brazos de Naim estaban extendidos mirando fijamente a su papá.


–Naim, suéltame ¡Ahora!– el pequeño cuerpo del niño se estremeció al escuchar como su papá elevó la voz, era la primera vez que lo hacía para con él.


–No le hagas daño papá, por favor. – Emmett no podía creer lo que su hijo le estaba pidiendo.


–No seas lo que ese chico piensa, Emmett. – habló esta vez Edward. –Hazle caso a tu hijo. –


–Él no comprende, papá. Ese niño no me conoce, no conoce a mi familia, no conoce a mis papás. Él no sabe que papá Seth y tu se quieren mucho y que eso no es traición. – el niño sorbió su nariz mientras aun lágrimas caían por sus ojos, bañando sus mejillas ya rojas por el llanto. –Que yo no soy una cosa rara, solo soy un niño que tiene magia y que sus papás son especiales. Uno de mis papis es lobo y otro es un vampiro y eso no es malo, nos hace especiales. Él no comprende eso, papi. Pero yo sé que tu sí. La abuela Sue me dijo que yo soy como soy porque ustedes se querían mucho, y que se querían tanto que me dieron vida a mí y que nunca debo de renegar de quien soy. No me importa que me digan raro, porque sé que en mi familia eso no lo soy. Mi familia es única. –


Emmett dejó de tensar el cuerpo al escuchar las palabras de su hijo, si tan solo pudiera soltar un par de lagrimas lo haría de total orgullo por su pequeño niño, muy aparte de ser alguien muy inteligente, era un niño con un corazón de oro, tal como lo era Seth.


El adolescente que había escuchado todo lo que el niño había hablado le hizo recapacitar en mucho y cuando vio como padre e hijo se quedaron callados, pensó que era su turno de pedir disculpas, después de todo Sam amenazó con hacer de todo para que nunca fuera un Quileute. Cuando se dispuso a pronunciar las palabras, los azules ojos del niño se posaron el aquel chico.


–Te perdono pero no vuelvas a decir cosas feas de mis papás ni de mí, eso me hace sentir triste y terminaré llorando. – el joven apretó la mandíbula al sentirse impotente por no haber pronunciado aquellas palabras que podrían haber puesto en mejor estado las cosas. Pero rápidamente su mirada se posó en el papá del niño quien aun le miraba enfadado y dio un par de pasos hacia atrás.


–Si vuelves a tocar a mi hijo, te asesinaré y no estará Naim para cuidar tu patético ser. No te acerques a él, no lo mires y nunca te atrevas a hablarle. – Emmett giró su mirada hacia su hijo y pronto su expresión se relajó y pronto vio como el niño bajaba sus brazos y corría hacia los brazos de su papá mientras lloraba más fuerte.


Emmett cargó el pequeño cuerpo de su hijo y no pudo más que arrullarlo mientras acariciaba su pequeña espalda que casi sentía era del tamaño de su mano. Su niño le mostró que podía ser justo en momentos difíciles y pensar en frío cuando así se necesitara. Su pequeño Naim era como Seth.


***


Pronto el viaje de Carlisle y Esme inició, así como también el de Liam, Emmett, Seth y Naim, y la primera parada era con el clan Denali, convencerlos a ellos de que su hijo era un niño inmortal fue un verdadero reto, sin embargo cuando el niño colocó la mano de la hermosa vampira rubia llamada Tanya, sobre su pecho, lo sintió, sintió aquel pequeño y casi débil corazón palpitar y escuchó como la sangre fluía en sus venas a un velocidad casi humana, ese niño era también humano.


–Yo crecí aquí. –  mencionó Naim con total inocencia mientras colocaba su pequeña mano justo en el borde del pantalón que Seth llevaba, por el botón del mismo. –Y mi hermanito también está aquí y será como yo. –


Aquello fue otro punto que también tuvieron que aclarar a los Denali.


Pronto la casa de los Cullen comenzó a ocuparse cada vez más, los primeros en llegar claramente fueron del clan Denali y seguidos de amigos de Egipto de Carlisle, hubo un joven que llamó la atención de Seth y fue aquel joven llamado Benjamín, se notaba que era alguien vivaz y lo primero que hizo Naim fue abrazarlo para mostrarle que no era un niño inmortal, sus dedos rozaron la piel de su cuello y el vampiro de apariencia joven se sintió maravillado por las sensaciones que sintió en un solo segundo y pronto escuchó la risa del niño al percibir lo alegre que era Benjamín.


El mismo vampiro le miró con una sonrisa mientras el niños deshacía el abrazo, el vampiro joven le miró a los ojos y cogió una de sus manos, haciendo que tuviera la palma de la misma hacia arriba, el vampiro cogió una flor que aun tenía un poco de rocío de la mañana colocándolo sobre la palma de la mano junto a la flor y mientras Benjamín cubría con su mano la más pequeña, algo en la misma se sentía como si se estuviera moviendo. Benjamín quitó su mano y pronto comenzó a mover su propia mano, haciendo un pequeño espectáculo para Naim quien solo sonreía por lo que veía; el agua hacia formas muy lindas y la flor pronto flotó dando vueltas girando hasta ir a lo más alto de las copas de los arboles haciendo reír al niño.


–Benjamín puede influenciar los elementos. – Habló Edward.


–Y yo aun no puedo con el mío. – mencionó Seth fascinado  al ver lo que Benjamín hacía.


Pronto más vampiros arribaron a la casa Cullen, entre ellos Senna y Zafrina provenientes del Amazonas. Ello solo era una señal de que no todo estaba perdido, por el contrario todo comenzaba a verse con mejor aspecto. Rosalie junto a Edward fueron en busca de algunos aliados que estaban más cerca, un patriota llamado Garrett, muy amigo de Carlisle en realidad.


Incluso personas de Irlanda llegaron a Forks solo porque Carlisle les pidió aquel favor. Sin embargo la llegada que comenzó a preocupar a Emmett fue la de Charlotte y Peter, pero más el ultimo mencionado. Sería una visita muy incómoda si Peter tendría conocimiento de que Emmett se enamoró de Seth siendo aun un niño humano.


Otro problema que se unió a la llegada de 18 vampiros en total, fue el incremento de transformaciones por parte de los Quileutes y aunque Sam estuviera al tanto de ellos, pronto Liam tuvo que ayudar ya que eran cada vez más jóvenes y necesitaban control. Y aunque Liam lo odiara, tuvo que cuidar por unos minutos del patético ser de aquel chico que maltrató a su imprimación, al fin pudo saber su nombre; Joshua.


Las vampiras provenientes del Amazonas sorprendieron a Emmett y Edward cuando ésta -Zafrina- dio a conocer su don, mostrando el poder que tenía sobre la mente cuando les mostró su hogar, Seth que estaba parado a su lado sintió un flash de una frondosa selva pero luego de ello no pudo ver más y por ello mismo cogió la mano de Emmett y fue cuando pudo ver lo que Zafrina estaba haciendo para ellos, pero cuando cogió la mano del vampiro, Emmett dejó de observar lo que la vampira le estaba mostrando, de forma tan estrepitosa que tuvo que pestañear varias veces.


–Vaya… en verdad es asombroso. – Seth miraba hacia las inmensas copas de los árboles y fue cuando Zafrina dejó de utilizar su don. Seth sonrió volviendo su mirada su esposo y el mayor le sonrió haciendo más fuerte el agarre en sus manos.


–No tenía idea de que tu compañero fuera una especie de escudo, Emmett. – el vampiro frunció ligeramente el ceño al escuchar tal término de parte de Eleazar


– ¿Un escudo?– manifestó Seth aun mas confundido.


–Recuerdo que pude conocer algunos… pero no como tú. – Edward se manifestó mientras intentaba recordar alguien como Seth.


–Puede ser una excelente defensa, pero… inversa en éste caso. – volvió a hablar Eleazar.


Mientras el matrimonio prestaba tención a las palabras del vampiro perteneciente al clan Denali, Kate llegó por detrás tomando la mano de Emmett haciendo que todos giraran en dirección a los mismos, Kate utilizó su don en Emmett pero éste simplemente no tuvo alguna reacción incluso mientras observaba las delicadas chispas amarillas y el electrizante color azul salir de ambas manos unidas.


–Claro, en definitiva eres un escudo para quien tienes cerca, Seth. – La vampira soltó a Emmett y éste se sintió algo extraño de saber que por fin podía darle nombre a lo que Seth era en ese momento, pero un flashback llegó a él cuando Edward le mencionó en alguna oportunidad que eran los Vulturi quienes intentaban buscar algo que no tenían entre sus filas, y en definitiva no tenían a alguien como Seth o incluso… Naim. –Esto debió tirarlo al suelo. –


–O tu voltaje ha sido sobrevaluado. – Garret habló con sorna mientras se colocaba al lado de Carmen. La rubia y lacia Denali se giró mientras sonreía ladina ante el comentario de vampiro.


–O solo funciona con los débiles. – Kate elevó la palma de su mano haciendo el ademán de querer tomar a Garret y el vampiro por pura curiosidad se acercó mientras tenía los ojos entrecerrados.


–Garret, no lo hagas. – Fue un sabio consejo de parte de Carlisle sin embargo el espíritu aventurero del inmortal le hizo hacerse de oídos sordos y fue solo su dedo índice el cual tocó la palma de la mano de Kate y pronto sintió todo aquel voltaje recorriendo su cuerpo, haciendo que soltara un grito ahogado y terminara arrodillado frente a la hermosa vampira rubia.


–Eres una mujer asombrosa. – Kate esbozó una sonrisa un poco más tierna al escuchar las palabras de Garret, todos habían visto como aquel par se habían visto a los ojos, podría parecer le inicio de algo.


Carlisle junto a Tanya se observaron por un instante al sentir tal olor y sonido proveniente de algunos kilómetros de distancia. Giraron la cabeza hacia la derecha para saber de quienes se trataban aunque se daban una idea ambos líderes. Sin embargo los ruidos de parte de Liam junto a los nuevos miembros de la manada los alertaron y pronto fueron a la fuente de todo aquel alboroto.


–Vladirmir. Stefan. Están muy lejos de casa. – Emmett se colocó frente a Seth para cubrirlo con su olor y cuerpo, aquellos vampiros no eran de su agrado, tenían un respeto mutuo pero eso no quitaba que ellos eran como abejas a la miel si encontraban un buen olor en algún humano. Emmett se recordaba siempre que el olor de Seth cambió luego de convertirse en un hibrido, es como si todo se hubiera potenciado a la billonésima.


Y aun había sangre corriendo por el cuerpo de su esposo. Eso le preocupaba aun más.


– ¿Qué están haciendo aquí?– preguntó Kate algo reacia a la presencia de aquellos dos vampiros.


–Oímos que los Vulturi vendrían a enfrentarlos. Pero no lo harían solos. – habló quien a su parecer era Vladimir, según Seth.


–No hicimos lo que ellos piensan. – intentó defender Carlisle.


–No nos interesa lo que hayan hecho, Carlisle. –


–Hemos esperado un milenio para enfrentar a esa basura italiana. – la voz más ronca de aquel vampiro de nombre Stefan sorprendió a Seth haciendo que su corazón se acelerara un poco más.


–No planeamos pelear con los Vulturi. – intentó nuevamente razonar Carlisle.


–Lástima. Los testigos de Aro quedaran decepcionados. –


–Disfrutan las peleas. – complementó su compañero Stefan.


– ¿Los testigos de Aro?– Eleazar avanzó hasta quedar a la par de Carlisle.


–Aún esperan que escuchen. – La voz de Vladimir sonó lastimera siendo totalmente falsa haciendo que Seth saliera detrás de Emmett observando totalmente a los dos vampiros, sin embargo la presencia de aquel vampiro albino le hizo no separarse de Emmett. Ambos vampiros giraron en dirección de Seth e inhalaron algo del aroma que desbordaba el hibrido en ese momento soltando una sonrisa mientras divisaban aquellos anillos de casados en la pareja.


–Un neófito casado con un vampiro, eso es tan surrealista. – Stefan sonrió en dirección del menor e inhaló nuevamente. –Pudiste ser una exquisita cena cuando eras humano, aun pudo sentir lo dulce de tu sangre corriendo por tus venas, más dulce que un neófito común y corriente. – el viejo vampiro entrecerró los ojos analizando de pies a cabeza al niño mientras que inconscientemente pasaba toda la ponzoña acumulada en su garganta.


–Y es parte de mi familia, Stefan. Los de nuestro clan y junto al de los Denali están aquí para cuidarlo y no creo que quieran una pelea antes de tiempo, sabiendo que los superamos en número. – los dos vampiro recién llegados sonrieron de lado sin quitar su mirada del cuerpo de Seth el cual solo pudo colocarse de perfil mientras se apegaba al cuerpo de Emmett mientras su pareja rodeaba uno de sus brazos en la cintura del mismo.


–Estamos acostumbrados a la buena comida, única y exótica. Y puedo asegurar, Carlisle, que el nuevo integrante de tu familia… lo es. – Emmett avanzó un paso hacia ellos pero Seth logró frenarlo con toda la fuerza que poseía. Los vampiros solo pudieron soltar sonrisas burlonas a la reacción de Emmett.


–Si desean permanecer aquí hasta que los Vulturi lleguen, deberán seguir algunas reglas. Y una de ellas es no acercarse a Seth y Naim. – habló Eleazar. –El territorio de los Cullen. Su casa. Sus reglas. –


***


Luego de aquella mañana, la noche se hizo un poco más densa al comenzar una conversación, claramente nadie quería pelear al escuchar el relato de Eleazar; los Vulturi no solo querían sangre, querían a alguien que fuera único con su don y esa persona era Alice, sin embargo nada quitaba que quisiera tener también en su guardia a Edward, Seth o incluso al pequeño Naim. El poder hacia que las personas se corrompieran y los Vulturi lo ansiaban. Darían lo que fuese por el poder. Emmett terminó hablando y pidiendo que no solo pelearan por su familia sino por cada clan que estaban reunido en aquella casa, por cada vampiro que tenía un don especial, si no detenían a Aro ahora, podría ir por cada uno de aquellos que tenía un don especial. Cada clan podría perder a un solo integrante de su familia, pero los Cullen perderían a cuatro y Emmett perdería a su familia entera.


Liam junto a Jacob se levantaron y claramente dijeron que apoyarían en la pelea, nunca retrocederían ante un vampiro. Poco a poco cada clan y nómada se unió a la pelea contra Aro, sin embargo Senna se percató de aquel pequeño pero muy significativo comentario de Vladimir, “No fue tan difícil.”


Los días fueron transcurriendo y Carlisle intentaba armar una buena ofensiva, sin Jasper que los guiara era un poco más difícil pensar en lo que el enemigo pensaría en ese momento. Carlisle solo esperaba que sus hijos estuvieran bien, donde quiera que ahora estuvieran.


Pronto la familia y los invitados tuvieron más interés en el don de Seth, el cual les podría servir mucho cuando estuvieran en el campo de batalla.


Kate se encargaría de entrenarlo, a su muy peculiar forma. Lo primero que ayudaría en la pelea sería proyectar a más de uno su don, pero el verdadero reto sería que el mismo también se incluyera dentro de su escudo, si Seth no podría protegerse entonces sería en vano todo y probablemente perderían si las cosas no salen bien.


Kate soltó un suspiro para poder tener paciencia con lo que harían a continuación. –Intenta visualizarlo, ve como se mueve, de qué color es, ahora solo imagínalo expandiéndose. Haz que emane de ti. Todos estaremos a una gran distancia, tienes que poder proyectarlo a quien lo necesite sin necesidad de tocarlo. – Seth frunció el ceño mientras concentraba todas sus emociones en darle forma, color y textura a su don, saber cómo era, saber cuando estaba presente. El menor cerró los ojos y pudo sentirlo, claramente como algo se desprendía de sí mismo, como una brisa fresca y cálida. Pero no era suficiente.


Seth se encogió de hombros al no lograr mucho. Y observó algo triste a Kate quien giró en dirección de Emmett. –Creo que necesita algo que lo motive. – Seth no comprendió hasta que vio como Emmett daba unos pasos dudando, pero confiaba en su cachorro.


–No. – habló Seth dando un paso en dirección del vampiro.


–Está bien, podré aguantarlo. – Emmett le regaló una sonrisa para luego prepararse para lo que vendría.


–Eso dice ahora. – murmuró lo suficientemente audible Garret, quien se encontraba al lado de Edward.


–Concéntrate Seth, o le va a doler. – mencionó el lector de mentes haciendo que el menor se pudiera más tenso. No quería que lastimaran a su imprimación.


–Alto, aun no estoy listo para esto. –


Emmett extendió la mano y pronto Kate le tocó haciendo que Emmett se retorciera cayendo de rodillas, y Seth solo pudo tocarlo para evitar que el dolor continuara.


–Perdóname, pero no estaba listo. – Emmett se incorporó con algo de dificultad al sentir aun atisbos del voltaje en su cuerpo. Abrazó al menor al notarlo tan preocupado.


–Oye, no lo estas motivando. – habló Edward cruzado de brazos al ver tal espectáculo.


– ¿Quieres intentarlo?– Emmett habló algo indignado al escuchar las palabras casi en son de burla de su hermano. El lector de mentes solo elevó las palmas de sus manos en son de paz, no se acercaría a Kate al ver que su voltaje era poderoso.


Emmett dejó de abrazar a Seth para volver al inicio. Seth inhaló fuerte y se volvió a concentrar, sentía su don desprenderse de su cuerpo pero aun a menos de dos metros de distancia, no alcanzaba a Emmett y el vampiro volvió a sufrir las descargas eléctricas de Kate.


– ¡Kate, basta!– Seth avanzó un paso en dirección de la vampira y fue cuando la misma soltó del cuello a Emmett quien cayó hacia el suelo aturdido por su voltaje.


–Necesitas un incentivo. ¿Voy a ver si Naim ya está desayunando o… probamos con el menor?– Habló la rubia acercándose peligrosamente a Seth quien no dudó en hacerle frente mientras le observaba a los ojos y fruncía el ceño.


– ¿Estás loca?– de forma instintiva Seth llevó una de sus manos hacia su abdomen. La rubia se giró en su totalidad enfrentando a Seth mientras Emmett se incorporaba y tomaba distancia de aquellos dos aun algo confundido pero listo para seguir.


–Bien, éste es todo mi poder. – habló Kate mostrando la palma de su mano. Seth volvió a tomar aire aun enfadado por las palabras de Kate y pronto sintió su don salir de él con tanto empuje que tuvo que frenar su cuerpo para no irse de cara al suelo. Su don abrazó en su totalidad a Emmett, cubriéndolo como una capa protectora. El vampiro algo asustado había cerrado los ojos, sin embargo al notar como la fría mano de su pariente le tocaba y solo sentía un ligero hormigueo en el cuerpo los abrió y observó como chispas azules salían al contacto con su piel. Su asombro se vio reflejado en su rostro cuando Kate lo soltó y observó a Seth.


–Duele pero puedo soportarlo. – el menor sonrió al saber que pudo cuidar a su imprimación sin tocarlo y no pudo más que mostrar una radiante sonrisa de lo feliz que estaba. Ser un lobo le trajo sorpresas que nunca pensó existirían pero ahora ser un hibrido y con un don, era en verdad algo no creíble.


Kate sonrió al ver lo feliz que estaba el menor.


–Veo que tu don se hace fuerte cuando te enojas. –


–Está en mis venas Kate, soy un lobo. No somos muy tolerantes. –


–Entonces que esa sea tu fuente para todo, en ese campo de batalla tendrás que cuidar de dieciocho vampiros que tienen familia y un hogar, pero también estará tu familia, Seth, tus dos hijos y pareja. Ellos confían en ti. – El menor asintió con la cabeza decidido a perfeccionarlo.


–Lo haré de nuevo. – habló decidido mientras Kate sonreía de lado al ver la fortaleza de aquel niño, pese a su corta edad tenía en sus hombros el deber de cuidar a todos los que estarían presentes y entre ellos estaría su propia familia. De cierta forma lo admiraba.


Pero no se lo diría.


El entrenamiento siguió y fue dando sus frutos, ahora podía cuidar a las personas que estaban a su alrededor, pero faltaba lo más importante; cuidarse a sí mismo.


Kate utilizó su mínimo voltaje, no quería lastimarlo o al bebé que tenía, pero al ver como éste tocaba su abdomen y tomaba la mano de Kate, fue la vampira quien se sorprendió al ver aquella osadía. Sin embargo hasta pudo sentir como algo denso rodeaba el cuerpo de Seth y no lograba lastimarlo en lo absoluto, ¿será que el bebé que crecía en su interior le estaba dando esa fuerza? Si es así, entonces no se imaginaba como sería el niño cuando éste naciera.


***


En la noche, Seth se encargó de contarle una historia a Naim para que peste durmiera, regularmente lo hacía Rosalie o Esme, pero ellas estaba también en entrenamiento por las noches mientras que en las mañanas cuidaban del niño cuando sus dos padres entrenaban.


Seth estaba por finalizar el libro cuando observó como los ojos de su niño caían hasta cerrarse y no pudo más que sonreír al verlo tan tranquilo, pero no era ajeno a lo que estaba pasando. Su hijo saca deducciones muy rápido para su edad. Y no es que fuera un niño normal, su hijo era increíble.


Acarició sus largos cabellos que le recordaban a los de su esposo y se giró para apagar la lámpara de la habitación de su hijo y pronto escuchó la suave voz del niño llamarle haciendo que Seth se volviera a acostar junto a él.


– ¿Papi?– Seth emitió un sonido onomatopeyo al escuchar llamarle. – ¿El tío Jasper y la tía Alice junto a tío Paul escaparon porque nos vamos a morir? ¿Es verdad lo que ellos dijeron?– los ojos azules de Naim se hicieron ver al tener a su papá tan cerca.


– ¿Quiénes dijeron eso?–


–Los que son amigos del abuelo Carlisle, los que hablan raro. – Seth supo de inmediato de quienes se trataban, Vladimir y Stefan, pero le dio más miedo saber que se acercaron demasiado a su hijo y nadie los vio.


–No. Creo que ellos nos dejaron para protegernos. Para eso está aquí toda ésta gente. Nunca permitiría que alguien les hiciera daño a ustedes, los amo demasiado. – Naim sonrió mientras asentía con la cabeza y pronto el sueño volvía a llamarlo. Seth hizo que su niño se recostara de lado mientras el neófito lo abrazaba para protegerlo hasta de las pesadillas.


Cuando sintió su respiración más tranquila, abandonó la habitación dándole un beso de buenas noches y pronto se desmoronó en el sofá de la sala mientras revisaba la  hoja que Alice había dejado, no le encontraba sentido. Emmett le acompañó mientras le abrazaba por la cintura recostándose a su lado y dándole indirectas para pasar una noche juntos y que eso le hiciera colocar sus pensamientos en otra cosa que no sea los Vulturi.


Aquellas grandes manos delinearon el cuerpo del menor hasta llegar a los botones de su camisa a cuadros haciendo que Seth sonriera por lo poco sutil que podría ser su esposo.


–Gracias. – El menor frunció el ceño al no saber a lo que se refería su pareja. –Gracias por darme algo por lo cual pelear. Por darle sentido a mi vida. Por la familia que ahora tenemos. Gracias. – le besó los labios cerrando los ojos para poder disfrutar más de aquella cercanía que tenía con el menor.


–Gracias por salvarme la vida. – el murmullo del menor fue suficiente para hacer sonreír al vampiro y mostrar aquellos hoyuelos.


–Sería bueno que tomes un baño para que puedas… podamos relajarnos. – Seth asintió con la cabeza mientras se mordía el labio inferior. Había cosas no que cambian en ambos y había otras que sí. Como por ejemplo el disfrutar haciendo el amor.


Una vez que Emmett se perdió en el pasillo Seth se incorporó de inmediato y en un segundo estuvo al lado de aquellos libros que Jasper se había empeñado en colocar ya que sería bueno que su sobrino leyera algo de buena literatura. Recordó que entre ellos estaba justo lo que estaba buscando, “El mercader de Venecia”.


Cuando abrió el libro que tenía en las manos pudo verificar que fue de ahí de dónde sacó la hoja. Pasó a la siguiente hoja y en el reverso del mismo había algo escrito. “J. Jenks. Seattle. Destruye esto.” De inmediato Seth grabó aquello en su mente y se dispuso a quemar tanto el libro como la hoja, ahora tenía lo que necesitaba. Alice se había asegurado que solo Seth recibiera le mensaje y claramente eso significaba que tendría que estar alejado de Edward o en todo caso utilizar su escudo para que no se diera cuenta de lo que había averiguado y encontrado. Y algo extra para saber es que su mente estaría libre de Aro al no conocerlo y por ende nunca haberlo tocado.


A la mañana siguiente necesitaba tener una coartada y nada venía mejor que dejar a Liam y Naim en casa de Charlie junto a su mamá y hermana, con todo lo que estaba pasando había olvidado que eran ya fiestas navideñas y regularmente nunca olvidaba aquellas fiestas ya que siempre su mamá le tenía un regalo para esos días, ahora era su hijo el cual le tocaba disfrutar de aquella atención. Seth sentía que eso era a lo que los padres llamaban “pasar de tus propios placeres a los de tus hijos”. Hasta ahora parecía un sueño el tener a Naim siempre a su lado, abrazándolo y hablándole de su día o del libro que leyó sin ayuda y de lo bueno que era.


Tenía un hijo.


Rayos, en verdad tenía un hijo de su imprimación y ahora venía uno más en camino. Sonrió de forma inconsciente mordiéndose el labio inferior al tener nuevamente presente que lo que estaba viviendo no era un sueño, era la total y cruda realidad.


–Dicen que cuando uno sonríe o ríe solo es porque de sus maldades se acuerda. – la voz de Liam le despabiló haciendo que girara en su dirección y luego regresara a mirar al frente ya que estaba conduciendo hasta casa de Charlie. Seth no dejó su sonrisa mientras conducía el auto.


–Solo me doy cuenta que… tengo ahora una familia y que estoy casado. – Liam elevó una ceja al no entender el punto de su amigo.


– ¿Y qué hay como 27 vampiros en casa de tus pacíficos suegros?– Seth no pudo evitar reír por eso, ya que le pareció muy obvio su comentario.


–Y que tengo suegros. – Liam acompañó a Seth en sus risas hasta que el último soltó un suspiro mientras giraba en una curva, su pequeño hijo estaba en el asiento de atrás acomodándose su gorrita ya que le había dicho a su papá que quería estar muy presentable al ver al señor Charlie, sería la primera vez que lo vería y no estaba seguro cómo reaccionaría, de cierta forma tenía miedo. Su largo cabello caía hacia adelante mientras una chaqueta cubría su pequeño cuerpo.


–Se que quieres que Naim pase tiempo con Sue y Charlie pero eso le dijiste a Emmett, quiero la verdad. – La sonrisa en la cara de Seth se desvaneció al saber que había cosas que no podría ocultarle a su amigo, sin embargo podía hacer la prueba.


–Si no llevo a mi hijo con mamá, entonces Charlie comenzará a hacer más preguntas, ya de por si mamá se las arregló para decirle una historia creíble. – Para Charlie Swan, sheriff de Forks, Naim Kiran McCarthy-Clearwater Cullen era un niño que había adoptado la pareja de casados, según la historia de Sue, Naim era hijo de un pariente lejano de Emmett el cual había fallecido y al ser Cullen el único familiar directo, entonces éste lo adoptó siendo ahora su hijo, algo que preocupaba a Seth es que le había dicho que era un bebé de pocos meses de nacido, ¿Qué pensaría al ver a ese bebé ya caminando y hablando?


–Será interesante ver la reacción de Charlie a todo esto. – Liam sonrió de lado de una forma tan siniestra que Seth solo pudo reír ante eso.


El camino hasta llegar a casa de Swan fue más corto de lo que ambos pensaron y ni bien el auto se estacionó en la entrada de aquella casa adornada con luces y debidamente con la nieve paleada, Naim se deshizo del cinturón de seguridad y abrió la puerta sonriendo al ver a su abuela salir de aquella casa con una sonrisa.


– ¡Ahí está mi pequeño!– Naim soltó una corta risa y se lanzó a los brazos de su abuela abrazándola con fuerza mientras la mujer besaba su mejilla y lo elevaba del suelo. Seth salió del auto observando aquella escena y eso le bastó para saber que en caso algo les sucediera a ambos padres, estaría Sue y los Cullen para cuidar del pequeño y darle una vida “normal” y sobretodo llena de amor.


Liam se acercó hacia Charlie y se saludaron con un fuerte apretón de manos.


–Realmente pensé que sería más pequeño, Sue me dijo que era un niño de meses de edad. – Habló Charlie a Liam y éste solo pudo sonreír un poco más amplio al escuchar las palabras del hombre sin saber bien que responder.


–Naim, quiero que conozcas a Charlie Swan, él tenía muchas ganas de conocerte, mi pequeño. – Naim aun en brazos de su abuela observó a los ojos al hombre y fue el mismo quien se sorprendió al ver tales ojos, le pareció de alguna forma hipnotizante, Naim abrió los brazos para poder sentir como era en verdad aquel señor, su papá Seth le mencionó que Charlie cuidaba y quería mucho a su abuela pero Naim quería asegurarse que era un ser bueno y no haría daño a su abuelita. Charlie algo dubitativo se acercó hasta tomar en brazos al niño y sintió como éste rodeaba su cuello en un abrazo, sintió las tibias manos del niño tocar su nuca y fue cuando algo fresco, como brisa en primavera le rodeó y no evitó sonreír. Naim abrió los ojos al sentir que aquel hombre en realidad amaba tanto a su abuelita que no había rastro en él de maldad, por el contrario solo se hallaba preocupación y devoción hacia los que él quería.


Él era un buen hombre para su abuela Sue.


Charlie lo dejó con los pies en el suelo y no evitó sonreír al ver como los ojos del niño brillaron aun más luego de aquel abrazo.


Seth y Liam se dieron una mirada rápida junto a una sonrisa. Su pequeño no podía de dejar hacer aquello con todo aquel que conocía.


–Pasen. Está listo el almuerzo y Leah llegará pronto. – anunció Sue.


–Y tenemos que decorar el árbol. – La expresión de Naim se hizo más hermosa al asombrarse de solo oír aquellas palabras. Nunca antes había decorado un árbol de Navidad y realmente le encantaría hacerlo. Los vídeos y fotos que había visto le mostraban casas decoradas de forma tan perfecta que emocionaron a Naim, sería su primera Navidad después de todo.


–Yo tengo que hacer algunas cosas. – habló Seth y todos le prestaron atención. Naim dejó de sonreír al saber que su papá no estaría con él, su padre Emmett le había comentado que no podría acompañarlos en el auto para ir a ver a su abuela y al señor Charlie, que aun había cosas que tenía que hablar con los invitados en su casa. Eso lo comprendió, pero no comprendía porque Seth se tenía que ir. Naim se alejó de los dos mayores y fue directo hacia su papá. Seth se acuclillo y tomó las dos manos de su hijo y las besó regalándole una sonrisa.


– ¿A dónde vas?– La voz de su hijo parecía decepcionada.


–Tengo que ir por una sorpresa para ti, mi amor. Es tu primera Navidad y deseo que sea especial para ti. – Naim sonrió nuevamente al escuchar las palabras de su papá a pesar de que lo dijo en un susurro para que nadie más a excepción de Liam pudiera escuchar a aquellos decibeles. Naim asintió con la cabeza y Seth le dio un beso en la frente para luego subirse a su auto; vio como Naim volvía a correr hasta llegar al lado de Sue y tomarle de la mano para subir aquellos escalones, Liam por su parte frunció ligeramente el ceño al escuchar las palabras de su amigo, en definitiva Seth estaba escondiendo algo.


***


Quizás no se esperó recibir aquellos indicios de parte de Alice. Claramente le decía que Naim tendría un futuro, uno bueno al lado de Liam pero no la compartiría en el proceso ni sería parte como padres que eran. Morirían a manos de los Vulturi pero su pequeño hijo estaría bien, le hubiera gustado que el bebé que se gestaba dentro de él también sobreviviera pero al parecer no sería así.


Las lagrimas terminaron rodando por sus mejillas una vez llegó a casa de Charlie, no pudo salir del auto, necesitaba desahogarse un poco, tan solo un poco hasta que su niño saliera de aquella casa en la cual se podía escuchar risas por parte de todos. ¿Qué pasaría con Sue y Leah? Por lo menos ahora Charlie podría cumplir esa tarea y aun no le dice a Sue del nuevo bebé.


Cuando el pequeño Naim estuvo dentro del auto no pudo evitar hablar y hablar de lo que habían hecho aquella tarde junto a Charlie y su familia, también mencionó que había una chica que no conocía pero que al parecer era hija del señor Swan. Frenó al escuchar aquello y rápidamente giró para ver a su hijo el cual pensaba que había dicho algo mal como para que su papá le viera de esa forma.


– ¿Qué dijiste, hijo?– Naim se hizo más pequeño en el asiento de atrás.


– ¿Está mal lo que dije?–


–No, no, mi amor, solo que me sorprende que Bella esté aquí. –


–Cuando hablé con ella y toqué su mano sentí feo. – Naim se quedó callado mientras pensaba un poco. Seth no mencionó nada hasta que el pequeño volvió a hablar. –Sentía maldad pero también tristeza. Fue raro. – Seth frunció el ceño y soltó un suspiro para después sonreírle y que su niño no estuviera preocupado por aquella mujer, claramente estaba dolida por Jacob y Edward, ninguno de los dos se casó o estuvo con ella y ahora estaba con el alma resentida. Se preguntó si le habrá dicho algo cruel a su niño o le habrá preguntado sobre la familia Cullen.


Salieron del auto y Seth cargó al niño en brazos mientras éste le abrazaba rodeando su cuello al subir a la segunda planta donde Emmett, Carlisle, Edward y Jacob estaban hablando y hasta bromeando al parecer. Naim bajó de los brazos de su papá y fue directo hacia los brazos de Emmett quien le recibió con un beso en la mejilla mientras reía por los comentarios de Emmett y Jacob.


Al ver que todo disfrutaban de la conversación, Seth salió de la casa Cullen y fue hasta la suya donde rápidamente se dirigió hacia el closet de la cual sacó algunas cajas y una mochila de su hijo que regularmente utilizaba para ir a quedarse una noche a casa de Sue. De las cajas sacó dinero, fajos de éstos, nunca dejaría que su hijo tuviera alguna necesidad si es que tenía el dinero para cubrirla. Metió el dinero en la mochila de su hijo junto a algunas cartas que escribió rápidamente para él en las cuales le decía que siempre confiara en Liam quien siempre lo cuidaría que volviera a Forks a ver a su abuela y tíos solo si era seguro y solo si Liam lo permitía, pero sobretodo recalcaba que lo amaba y que Emmett estaría orgullosos de ver el hombre en el cual se convertiría.


Aun faltaba decirle a Emmett que sin duda intentaría buscar una alternativa para eso, sin embargo si Alice le había dado aquellas pistas, eso quiere decir que no habría marcha atrás con aquella visión y con el futuro que ambos tendrían; como ambos terminarían.


Por último empacó el sobre manila que contenía los pasaportes de Naim y Liam y cerró sin poder volver a contener el llanto, solo les quedaba un día para estar juntos, entonces haría que fuese especial para su hijo y que siempre lo recordara.


Haría que fuese especial para toda su familia.


***


Seth se quedó observando con amor como su pequeño hijo era cargado por Charlie para poder colocar un último adorno al árbol, aquella infantil risa y aquellos hermosos ojos, quería recordar a su pequeño de esa forma, siempre con una sonrisa y ese bonito cabello largo que le daba un verdadero aspecto andrógino que simplemente lo hacía verse como todo un ángel.


El neófito se giró y observó la ventana, nevaba y la nieve se hacía más dura con el pasar de los minutos, claramente mañana se desataría el infierno en Forks.


Sintió unos brazos rodearle por detrás dando una sutil caricia en su abdomen.


–Aun tenemos un día con él, con todos ellos. – La voz de Emmett le hizo recostarse en el pecho del vampiro sin dejar de mirar la ventana.


–Tengo miedo de lo que vaya a pasar mañana. – Emmett giró el cuerpo de Seth al escuchar mencionar aquellas palabras, besó su frente mientras le sujetaba la cadera con ambas manos.


– ¿Y que se supone que va a pasar mañana?– Seth bajó un poco la cabeza al escuchar aquella voz, ni si quiera sintió su olor o sus pasos llegar. Bella le sorprendió.


–Naim hará su primer viaje solo junto a Liam. – la sencillez y veracidad con la que habló no hizo más que sorprender a Seth. Su esposo podría sorprenderlo de vez en cuando.


–Su hijo… cierto. – Bella no parecía creer del todo lo que Emmett dijo, ella ya estuvo en medio de la familia Cullen y también de la manada, sabía bien que algo iba a pasar pero al parecer ella no estaba en los planes como antes.


–Es difícil para un padre separarse de sus hijos. – Bella miró a los ojos a Seth y notó claramente como éstos brillan de más lo que significaba que estaba utilizando lentillas, pero ¿Por qué Seth utilizaría tales cosas? –Supongo que lo entenderás cuando seas madre, Bella. –


–Pude haber tenido un futuro con Edward. – casi pareciera que Bella estaba atacando a Seth.


–Pero no fue el caso. –


–Claro, ahora tú eres parte de los Cullen al estar casado con uno. Me pregunto, ¿Qué habrá pensado Rosalie al respecto? Que su compañero esté con un “niño” y que terminaran con una familia. Que alguien de la nada le quitara todo. – El cuerpo de Emmett se tensó al sentir la cizaña en las palabras de Bella, ¿Dónde quedó aquella chica tranquila y hasta torpe?


–Fue difícil al inicio pero terminó por asimilarlo, después de todo Rosalie es una persona madura, no se aferró a un recuerdo o aun “quizás”, tampoco intentó volver con Emmett ni lo intentó seducir. Y la respeto y quiero por eso. Porque hasta ella sabe cuándo es que se pierde y se debe dejar de lucha, ya que eso solo te haría ver como una mujer sin valor alguno. – Seth fue duro en sus palabras, por más hija de Charlie que fuera, nunca dejaría que alguien insultara a su familia y sobre todo a su matrimonio.


– ¿Todo bien?– Leah apareció viendo tenso el ambiente y como la mirada de su hermano no dejaba la de Bella quien en cualquier momento parecía que fuera a golpear a Seth. – Mamá y Charlie nos llaman para abrir los regalos. Naim está preguntando por ustedes. –


–Si nos disculpas, Bella, iremos a ver a nuestro hijo. – Emmett habló ejerciendo algo de presión en el cuerpo de su esposo al ver que éste no planeaba moverse. Leah frunció el ceño al no saber lo que había pasado, sin embargo siguió los pasos de ambos hombres hasta sentarse al en el amplio sofá mirando hacia Liam y Naim que estaban sentados sobre la alfombra observando todos aquellos regalos.


– ¡Bien! ¡Tiempo de regalos!– anunció Charlie a viva voz para que todos estuvieran presentes. –Bien, Liam, tu primero. – el lobo se puso recto al escuchar su nombre, por fin le daría su regalo a Naim, quien era su primera Navidad. Liam cogió uno de los regalos y se lo entregó al niño quien lo recibió con una gran sonrisa para después abrazar a su amigo y pronto disponerse a abrir el regalo. Era un muy lindo brazalete hecho a mano con dos dijes, el primero de ellos era un lobo de plata y el otro una bonita luna llena.


–Sue, Charlie, no tuvimos tiempo de envolver el suyo pero aquí está. Es de parte de Seth, Leah y yo. – Emmett le entregó un sobre a Sue la cual miró algo sorprendida a Emmett. Charlie tomó asiento en un sofá individual y pronto Sue se sentó sobre las piernas del sheriff mientras abría el sobre.


–Son cinco días de pesca en el río Fraser junto con una reservación en un cómodo lugar. Para ti y Charlie. – habló Seth viéndose envuelto de la cintura por su compañero.


–Salen mañana. – completó Emmett con una sonrisa.


–Eso es increíble, muchas gracias. –


–Es asombroso pero yo no puedo irme mañana. – mencionó Charlie mientras arrugaba el entrecejo.


–Ya arreglé todo en tu trabajo. – Leah habló mientras se metía unas cuantas golosinas a la boca.


–Muy astuta y extravagante. – mencionó Charlie tomando el sobre y releyendo una vez más el contenido del mismo. – ¡Será un viaje único!– Sue junto a Charlie rieron por la reacción del primero. Mientras Bella se sentaba al lado de Leah a una distancia considerable, ella era la única que no estaba disfrutando de la celebración. Sentía que las cosas no deberían ser así, por el contrario debería ser ella quien estuviera regalando un costoso viaje a su padre enfrente de los dos hermanos y no al contrario. No tenía sentido.


Seth se acercó hasta su hijo acuclillándose y dándose un beso en la frente.


– ¿Qué tienes ahí, bebé?– el menor le mostró aquel brazalete y no pudo evitar sonreír por aquel detalle. – ¿Te lo hizo Liam?– el niño asintió con la cabeza.


–Pero debo confesar que tuve ayuda de Jacob. –


–Claro, ya que Liam es manco. – el mencionado miró algo serio a Leah quien hizo el comentario.


–Ja, ja, que gracioso comentario. – habló Liam con sarcasmo.


– ¿Te lo pongo?– Naim estiró su brazo y pronto Seth le colocó el brazalete que le quedaba algo suelto pero era igual de lindo.


–Está bonito, mira papá. – Emmett prestó atención al llamado de su hijo y no hizo más que sonreír ante tal gesto de Liam.


–Me parece un gentil gesto de Liam. Se ve bien en ti, hijo. – sonrió de lado al ver el brazalete que ahora su hijo llevaba.


Podría hacer cualquier cosa con tal de seguir viendo aquella dulce sonrisa que le recordaba tanto a la de su compañero Seth.


La sorpresa de la mañana en definitiva fue el pedido que Naim hizo.


–Papi, ¿puedes por favor cortarme el cabello? Mañana será un día especial, ¿verdad?–


Nadie a excepción de las tres únicas personas que estaban involucradas sabía a qué se refería el niño con “día especial”.


Sin embargo Seth y Emmett autorizaron aquello, ambos padres observaron cómo caía mechón tras mechón de cabello al piso con cada corte que daba Sue, no sabía lo que estaba ocurriendo pero su corazón le estaba anunciando algo, no sabía qué cosa era pero al parecer iba a ser importante. Cuando Sue pasó quitó aquella manta para que no le cayera ni un cabello a Naim el niño se giró observando a su padres esperando que su primer corte de cabello haya sido un éxito o en verdad se pondría triste.


Todos los presentes observaron al niño y éste no pudo más que sonrojarse al tener tantos ojos sobre él.


–Me veo bien, papá. – Emmett soltó un ligero bufido sin dejar de verlo.


–Eres el niño más lindo que haya podido ver antes. – Naim pronto se vio en un espejo que Charlie trajo para él y se vio; el corte de cabello le dejó una nueva apariencia, ya nadie podría decir que se veía como una niña ya que no era el caso, su cabello se hizo pequeñas ondas en algunos lugares dándole un estilo tierno al niño.


Mañana sería un día importante, Incluso Naim pudo sentirlo a pesar de que aun no le hecho dicho nada, con solo tocar a alguna persona podría sentir por lo que en realidad estaba pasando ésta, lo que sentía su ser. Naim debió tocarle sin que yo no me diera cuenta y pudo sentir mi tristeza junto a mi infinito amor por él. Para él sería un día importante mañana ya que sería el último en el cual nos vería con vida, la intuición de mi hijo puede ser tan magnífica como temeraria. Ni si quiera sé cómo le explicaré lo que mañana sucederá pero confío en que sea mi alma la que hable y no el miedo en mi ser.


Hijo, siempre serás mi mayor orgullo, Emmett y yo siempre te amaremos, pase lo que pase.

Notas finales:

Hola pueblo, ¿Cómo están?

Muchas gracias por sus reviews, Un(a) lector(a) anónimo me pidió que le dedicara éste capítulo, sin embargo :c nunca me dijo su nombre, pero de igual forma espero que lea éste mensaje. 

Se nos acaba el fic, cada vez estamos más cerca del final, casi a nada de culminar éste hermoso fic que me a abierto las puertas a miles de fans de muchos países.

Gracias a todos ellos que vieron el vídeo que hice para ustedes en el cual hablo de éste fic :) Por si lo quieren ver, el canal de Youtube se llama "Bea & Mel" :3 por si lo quieren ver.

Espero en verdad que éste capítulo tenga muchos más reviews que el anterior. :) Cada uno de ellos me anima a continuar escribiendo. Y no olviden que son gratis y pueden explayarse todo lo que ustedes quieran. (¡AMO LOS QUE SON TESTAMENTOS!)

Nos leemos pronto y muy probablemente sea el último capítulo T-T, lo que Alá, Buda y Goku deseen.

Nos vemos pronto chicos, cuidense.

¡Panditerroristas al poder!

¡TSC al poder!

PD: No olviden darle manito arriba y dejar un comentario si encuentran el vídeo y decirme que vienen de Amor Yaoi (:


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