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No se llamaría Amor si no doliera. por Beitha KangChoi

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Notas del capitulo:

A veces los pequeños ultimos momentos suelen ser los mas significativos, por tal motivo es que Seth y Emmett deciden ver a su pequeño hijo.

Aro Vulturi encuentra dos joyas mas que quiere añadir a su corona, pero para eso necesita una pelea.

CAPÍTULO CUARENTA Y DOS: Por fin cara a cara.


No creyó que explicarle a Emmett lo que Alice le había dejado fuera tan difícil y complicado.


Desde que le mostró los documentos de Liam y Naim, Emmett no tardó en caminar como león enjaulado mientras intentaba buscar algún cabo suelto para que la “supuesta” visión de Alice no se hiciera realidad, pero con media hora ya avanzada, no logró encontrar nada.


Y Emmett tuvo miedo por su familia.


Seth acompañó aquel silencio con lágrimas en el mismo estado, solo podía pensar en su pequeño niño y en aquel que no vería la luz.


Emmett pensó en lo mismo, ¿Cómo podría sobrevivir su pequeño Naim en un mundo tan cruel como éste? Naim era especial y era un niño. Vivió de primera mano lo que unos idiotas jóvenes le hicieron a su hijo, no podría ni pensar lo que harían personas adultas con él.


Naim no estaba listo para el mundo o quizás era el mundo quien no estaba listo para alguien tan especial para Naim. Su hijo.


Y luego no puedo pensar más que en su otro hijo, en aquel que crecía dentro de Seth, su esposo, compañero y amigo.


Emmett soltó un suspiro que, pese a que el funcionamiento de sus pulmones se hubiera detenido hace muchos años, logró calmarlo para poder sentarse al lado de Seth y abrazarlo.


–Perdóname. – pudo murmurar Emmett teniendo entre sus brazos a Seth, mientras ambos terminaron recostados en el sofá de su casa. –No pude cuidarte como era debido, como un compañero debe de cuidar. Creo que… hubiese sido mejor que estuvieras lejos de mí, por lo menos tendrías una vida tranquila junto a una familia unida. –


Seth se incorporó de golpe del pecho de su imprimación mientras en su rostro aun se veían lágrimas frescas. Su expresión facial era de sorpresa por las palabras de su esposo.


– ¿Qué? ¿De qué estás hablando?– Seth empezó a negar con la cabeza mientras su ceño se fruncía cada vez más. –Mi familia es tranquila y es unida. No podría pedir más de lo que ya tengo. – Su voz se endureció de la rabia que estaba conteniendo en ese momento, las palabras de Emmett le dolieron y no pudo más que soltar un suspiro mientras bajaba la cabeza y sus lágrimas se secaban con el pasar de los segundos.


–Seth…–


–Quizás ahora no soy totalmente normal, pero si lo fuera seguro que ahora no habría un bebé aquí. – El hibrido tocó su abdomen dándole una sutil caricia son su pulgar. –Si no hubiera imprimado seguro que mi vida hubiera sido tan monótona, adoro a mi hermana y a mamá pero no podría compararlo con ser solo un joven humano. Y nuestro Naim no es el niño más normal de todos. –Seth sonrió de forma nostálgica aun sin poder mirar al vampiro que estaba observándole. –Pero es un niño con un corazón enorme, capaz de perdonar a quien le hizo daño y seguir dando amor a las personas que ama. Nuestro hijo es encantador y no podría pedirlo de otra forma, Emmett; y claro, mi esposo es un vampiro, hombre y que tiende a ser celoso con lo que ama, pero no podría cambiarlo. Mi esposo y mi hijo no son personas ordinarias, son lo más maravilloso que me pudo pasar, y podría arriesgar todo por ellos una y mil veces.


Emmett, si éste es el fin, entonces sabré que he vivido bien, lo tuve todo, quizás por muy corto tiempo pero lo tuve. Ahora lo tengo. –


Emmett elevó su mano y acarició la tersa mejilla empapada en lagrimas y la acunó en su gran mano incorporándose lo necesario para acercarse a besar aquellos labios y poder darle algo de calma a su esposo, por el contrario Seth no dudó en cerrar sus brazos cual candado en el grueso cuello del vampiro, teniendo esa necesidad de estar lo más cerca posible del mismo, poder sentir su presencia unida a la de él.


–Solo te puedo prometer una cosa, Seth.  – Mencionó el vampiro una vez se separó de los labios del menor y no titubeó en mirarle a los ojos. Seth esperaba a las palabras de su compañero mientras acariciaba la mano que le sujetaba de la mejilla de forma amorosa. –Antes de que los Vulturi me maten, yo mataré a Aro para que no se acerque a nuestro hijo. Es el único y último regalo que podría darle a Naim. – Seth pasó de forma dolorosa la saliva acumulada en su boca al escuchar las palabras de Emmett.


La pareja solo pudo mantenerse abrazada mientras pensaban en lo que sucedería mañana, aun no le explicaban a su niño que se tendrían que separar y que posiblemente sea para siempre.


***


Por la noche todos los que serían testigos por parte de Naim se unieron en una fogata donde comenzaron a contar historias, el menor de todos escuchaba claramente algunas risas y comentarios sarcásticos pero estaba lo suficientemente apartado y a la vez cerca para poder cuidarlo, Seth se encontraba con él y ambos hablaban de la visita a la abuela Sue y a Charlie. Seth pasó saliva y sacó una pequeña caja que tenía un listón azul y se la colocó frente al niño.


–Te dije que te daría tu regalo, ¿No es así?–  Naim le regaló una gran sonrisa haciendo alarde de sus bonitos hoyuelos y unas medias lunas por ojos. El menor no tardó en quitar el listón azul y dejarlo a un lado mientras ya abría lo que estaba en la caja, notando que era como una especie de medallón ovalado de plata; el relieve se observaba un claro símbolo que lo había visto en alguna oportunidad entre las cosas de su papá Emmett, tía Rosalie, tío Jasper, tío Edward y tía Alice: el escudo de la familia Cullen, pero había una variación, en lugar de aquel león se hallaba un lobo idéntico al tatuaje que su papá Seth tenía en su brazo. Naim no dejó de sonreír ante lo bonito que era esa mezcla, con algo de dificultad por sus pequeños dedos, logró abrirlo y notó que era una foto en la cual estaban sus dos progenitores abrazados y sonriendo, su pequeña cabeza giró hacia el lado izquierdo notando una inscripción en relieve.


– ¿Qué dice aquí, papi?– Seth sonrió ante la inocencia de su pequeño y no dudó en sonreírle mientras lo acercaba más a si mismo dándole un beso en la frente. Las palabras inscritas que mencionaba Naim estaban en italiano.


“Más que a mi propia vida.” Es todo lo que te amo, hijo. Lo que nosotros tres te amamos.– Naim no dudó en tocar la mejilla de su papá y sintió mucha tristeza lo cual hizo que el niño también pusiera esa expresión en su rostro. –Mañana Liam te llevará a un lugar seguro, quiero que obedezcas todo lo que él te diga y si es seguro, podrás volver a Forks a ver a la abuela Sue. –


– ¿Papá y tu no vendrán con nosotros?– Seth no pudo más que cerrar los ojos y derramar un par de lagrimas y al abrirlos divisó el rostro de su hijo. Seth solo pudo negar con la cabeza de forma lenta.


–No, mi amor, papá y yo nos tenemos que quedar para ver que todo salga bien y tú estés bien. –


– ¿Nos veremos después de que yo esté bien?– Seth no pudo más que morder su labio inferior intentando controlar todas sus emociones que podrían alterar más a su hijo.


–Solo no olvides cuanto te amamos. – Y Naim a sus cortos meses de edad comprendió lo que eso significaba. No vería a sus papás, quizás… por mucho tiempo. Un tiempo muy largo. Y no podría conocer a su hermanito.


Seth solo abrazó a su hijo callando sus lagrimas que salían de forma estrepitosa mientras el pequeño Naim también derramaba un par sintiendo toda esa tristeza que sin querer le estaba trasmitiendo su papá. Naim solo se dejó llevar por aquel abrazo, siendo arrullado por aquellos brazos que le brindaron amor desde la primera vez que lo cargaron y le vieron al nacer.


No muy lejos del lugar Emmett había visto aquella escena y sintió como el corazón se le encogía, las dos personas que más amaba en su vida estaban anticipando ya su separación y no pudo más que soltar un suspiro de forma automática para calmar esas ganar de llorar sin poder hacerlo en realidad. Observó una vez más aquella escena y vio como ambos menores se miraban a los ojos con una sonrisa y lagrimas a la vez.


Nunca se hubiera imaginado tener una familia, por muy corto tiempo pero la tenía. Y se sentía tan orgulloso de cada uno de ellos. Su esposo era un luchador, su hijo mayor era de un corazón blando y leal a los suyos y su pequeño no nato sentía que hubiera sido igual de luchador y fuerte como ambos padres.


–Creo que nunca les agradecí por lo que ambos hicieron por mí. – Liam junto a Jacob hablaban con los demás vampiros contando diversas anécdotas e historias de los vampiros más viejos. La voz de Emmett salió disparada captando la atención de Rosalie y Carlisle, los cuales estaban cerca a él.


– ¿Y qué hicimos?– La voz apacible de Carlisle se hizo escuchar.


–Me dieron una segunda oportunidad con una familia para después tener la mía propia. – Rosalie esbozó una sonrisa girando la cabeza observando cómo Seth arrullaba a Naim con una historia para poder dormir. Pronto sintió como un fuerte brazo rodeaba sus hombros.


–De nada, hijo. – Carlisle palmeó la dura espalda del fortachón con una sonrisa. –Estoy muy orgulloso del hombre en el cual te has convertido, teniendo más responsabilidades y una familia que amas y te aman mucho, Emmett. –


– ¿Cuidarás de Naim por nosotros?– habló Emmett girando la cabeza hacia la rubia la cual seguía observando a padre e hijo en aquella tienda de acampar.


–A pesar de que Naim es un niño totalmente encantador y que es mi ideal de hijo, tienes que aprender a cuidarlo tú, Emmett. Haré que ambos no quieran escapar de su responsabilidad como padres. – En un lenguaje traducido para Emmett y Carlisle, ello solo significaba que Rosalie cuidaría sus espaldas para que ellos sobrevivieran y cuidaran de Naim como la familia que eran. Tras un lenguaje que podría tomarse como irritante, Rosalie demostraba que era una mujer digna de admirar. Y Emmett lo sabía.


–Gracias, Rose. – Murmuró lo más bajo posible cerca a la oreja de la rubia haciendo que la misma soltara una sonrisa torcida.


***


Aquella madrugada muchos comenzaron a alistarse para encontrarse listos para la mañana, momento en el cual los Vulturi aparecerían y todo comenzaría; las únicas personas que en ese momento se encontraban en un lugar apartado a los demás eran Carlisle, Seth y Emmett, quienes decidieron darle un último vistazo a esa pequeña vida que estaba gestándose.


En aquella blanca habitación todos se quedaron mudos al visualizar una imagen totalmente diferente a lo que pudieron observar una primera vez; se observaba en su totalidad un bebé de aproximadamente 8 meses de gestación, pero algo que sorprendió mas a Carlisle fue que el abdomen de Seth solo presentaba una ligera hinchazón, como si hubiera subido de peso, no desarrollo un gran vientre y en éste caso, los padres escucharon la explicación del sabio doctor.


–No se me hace extraño pero si curioso. En oportunidades el feto llega a acomodarse a la perfección en el cuerpo que habita haciendo que el embarazo pase casi desapercibido hasta el momento del parto. Éste bebé es muy inteligente, logró adaptarse a tu cuerpo sin problemas, sin embargo aun es difícil poder visualizarlo en su totalidad, lo bloquea. – Seth observó a Emmett y le regaló una sonrisa, aquel pequeño regalo estaba casi listo para ver la luz y eso entristeció el corazón de ambos padres. Su pequeño milagro quería mostrarse, conocerlos y pareciera que todo iba en picada para no lograrlo.


–Igual a Naim. – Seth habló mientras sentía como Carlisle limpiaba el abdomen del menor.


–Éste parece no ser tan sensitivo y temperamental como él, es más tranquilo y apacible. –


–Entonces, ¿pueda que no tenga ningún don?–


–Eso no podría decirlo, hijo. Quizás muestre algo al momento de nacer o después…– Y entonces Carlisle dejó de hablar haciendo que la habitación se quede en un incomodo y doloroso silencio. –Lo siento. –


–Aun nada está dicho. Pueda que Alice nos haya dado una idea de lo que podría pasar, pero… podemos alterarlo. – Seth guardaba en su corazón aquellas esperanzas y pese a que la situación pareciera no mejorar, Seth intentaba verlo positivamente.


–Ya de por sí es un bebé muy fuerte. – Carlisle comenzó a guardar todos los instrumentos que utilizó mientras emitía una sonrisa por la conversación que estaba escuchando entre sus dos hijos.


– ¿Ya han pensado en algún nombre?– el mayor de los tres se hizo escuchar y Seth logró sentarse mientras colocaba una mano en su vientre prestando atención a su suegro.


–En realidad…–


– ¿Alguna idea que nos puedas dar?– Emmett colocó un brazo alrededor de los hombros de su esposo.


– ¿En serio me están pidiendo alguna recomendación?–


–Será su nieto después de todo, Carlisle. – El vampiro rubio mayor logró ampliar mas su sonrisa de solo escuchar las palabras de Seth; nunca pensó tener una familia, tener hijos y menos un nieto, y ahora tenía seis hijos y próximamente dos nietos, era mucho y era feliz.


– ¿Y si es niña?– preguntó Emmett haciéndose la idea.


–En la ecografía no se pudo observar mucho, así que será nuevamente una sorpresa. –


–Carlisle, espero sus ideas. – el doctor se giró por fin dándole la cara a ambos padres y se cruzó de brazos mientras se apoyaba en el cristal tras de sí.


– Alexandrine. – Soltó sin pensarlo mucho. Ambos padres se miraron hasta que terminaron emitiendo una sonrisa y ello hizo que Carlisle se avergonzara un poco pensando que quizás aquella no fue una decisión correcta. –Philipe. –


–Son nombres hermosos. –habló Seth de solo imaginar a su bebé ser llamado por alguno de aquellos.


–Pensé que serian demasiado “antiguos”. –


–Lo clásico nunca pasa de moda. – habló Emmett quien solo logró que ambos presentes rieran por aquel mal chiste.


La atmosfera del lugar mejoro notablemente, casi olvidando lo que al amanecer vendría. A pesar de que hoy sería un día decisivo para todos, siempre podría caber algo de alegría y buen humor.


***


Mientras Seth se comenzaba a colocar prendas que serían más cómodas para una posible batalla, Emmett no pudo evitar mirar desde el marco de la puerta la espalda desnuda de su esposo mientras estaba cruzado de brazos; en definitiva la inmortalidad había resaltado lo mejor de su niño, porque sí, para el vampiro, Seth seguía siendo un niño y a pesar de que se había quedado con aquella fisionomía de un chico de 18 años aproximadamente, el rostro del hibrido era la de un niño, quizás la de un adolescente.


Le observó colocarse una camiseta gris de cuello redondo  de mangas cortas y nuevamente observó aquel tatuaje del mismo; en ese solo instante pudo pensar y ver por todo lo que tuvieron que pasar para poder estar juntos, y no se arrepentía de nada, quizás solo de ser idiota y dañar con sus acciones a su ahora esposo, solo eso cambiaría.


Aquellos ojos dorados se toparon  con aquellos preciosos ojos que le habían cautivado desde un inicio y no pudo más que regalarle una sonrisa.


– ¿Qué?– preguntó el menor de ambos al ver a su esposo en el marco de la puerta de la habitación de ambos.


–Nada. Solo me envidio a mi mismo por tener a un guapo chico como mi esposo. – Seth sonrió negando con la cabeza ante las palabras del vampiro y se acercó mientras tomaba una chaqueta oscura para colocársela.


–Y yo  también ya que estoy casado con un guapo hombre que cuenta malos chistes pero que para mí son los mejores. –


–Auch. – Y aquel gesto del vampiro logró que ambos terminaran riendo. –Pase lo que pase hoy… –  Seth de inmediato le cayó con un beso y apoyó su mejilla en el hombro de su esposo.


–No digas nada.  Solo… peleemos por nuestra familia. –Y Emmett no tuvo más que objetar, esas fueron las palabras adecuadas para un momento como ese.


Seth terminó de cambiarse una vez se colocó unos zapatos negros que parecían unos tenis, Emmett no pensó ver a su querido lobo con aquel par y éste se justificó mencionado que en verdad tenían la comodidad de unas zapatillas.


Salieron de casa dirigiéndose hacia la de los Cullen, lugar donde todos se concentrarían, su pequeño Nain estaba en brazos de Liam ya que al parecer no tenía muchos ánimos el día de hoy, estaba listo con la pequeña mochila que Seth le había preparado. Seth le tomó en brazos y después besó su mejilla, deseaba tenerlo cerca lo más que se podía ese día y ese momento.


Esos cortos minutos.


Liam se le habló a Naim, mencionándole que se iría a reunir con los demás chicos de la manada y el pequeño solo asintió sin mencionar una palabra, escondiéndose más en su pequeña gorra  y cuello de su papá Seth.


Todos caminaron en grupo hacia el lugar donde todo ocurriría, sus pasos a pesar de ser cortos le hacían avanzar más y más hacia la zona de peligro, Emmett dejó avanzar un par de pasos a su esposo y visualizó a su pequeño Naim con una expresión triste en el rostro; su índice fue a parar en la punta de la pequeña nariz de su hijo, provocando que el niño elevara la cabeza para ver a su otro progenitor y en el proceso no pudo evitar hacer viscos al tener el dedo de su papá en su nariz y tan cerca.


Esa simple acción provocó que Naim riera y todos los que estaban presentes se les escapara una pequeña sonrisa al ver al niño de mejor humor.


Después de eso Emmett rodeó por los hombros a Seth y su brazo estuvo cerca de su hijo dándole pequeñas caricias sobre aquella gorra afelpada.


El camino para todos no resultó tan largo, después de unos pocos minutos más llegaron y todos comenzaron a tomar sus posiciones, Seth dejó sobre la nieve a su hijo y no dudó en tomar su mano para poder cuidarlo de lo que fuera a suceder en ese momento.


Solo se podía escuchar el viento chocar contra la nieve y crear pequeños remolinos.


El corazón de Seth se sentía agitado mas no se podía escuchar de aquella forma.


Los pequeños ojos de Naim iban de un lugar hacia otro, en el aire no se sentía un olor en particular, sin embargo al mirar hacia arriba pudo ver la expresión de su papá Emmett más seria de lo normal, se notaba tan tenso y no dudó en tomarle de la mano y regalarle una pequeña sonrisa, no quería verlo tan serio, y al tocar su mano claramente había miedo en él y también en el de su papá Seth quien también le agregaba tristeza.


Y entonces lo vio.


Sus pequeños ojos se achinaron un poco más y lograron ver algo rojo y negro dirigirse hacia ellos.


Había demasiados y sintió como Seth se colocó parcialmente delante de él. Lo estaba protegiendo.


El pequeño Naim abrió más sus ojos azules al visualizar a tres figuras que sobresalían de los demás, esa piel tan pálida y casi transparente como la piel de una cebolla, no dudaba que se veían como verdaderos seres salidos de un cuento y no estaba seguro si uno de hadas o uno de terror.


Escuchó como su tío Edward mencionaba que alguien llamado Aro estaba buscando a su tía Alice y rápidamente visualizó quién de ellos estaba mirando hacia todos lados y lo identificó, siendo al parecer el líder de los tres que venía a la cabeza de todos.


Unos aullidos junto a gruñidos se escucharon y Naim no evitó mirar hacia atrás y visualizar a todos los lobos de la manada posicionarse listos para cualquier cosa, sin embargo solo dos de ellos se acercaron hacia donde estaban los amigos de su abuelo Carlisle.


Jacob en su forma lupina se colocó al lado de Edward, viéndose imponente y Liam se colocó al lado de Seth, listo y preparado para atacar si fuese necesario. Los demás lobos en la parte posterior solo esperaban la orden de Sam y las jaurías harían lo suyo.


Los llamados casacas rojas, se detuvieron y pronto descubrieron su rostro en totalidad, haciendo hacia atrás la capucha que los cubría.


Todos los que estaban presentes observaron como Carlisle caminaba a paso firme hacia el frente.


–Aro, hablemos como solíamos hacerlo. De una manera civilizada. – su voz salió tranquila y cargada de diplomacia.


–Palabras justas, Carlisle, sin embargo fuera de lugar considerando el batallón que has reunido contra nosotros. –


–Te doy mi palabra, esa nunca fue mi intensión. No se ha roto ninguna ley. –


– ¡Vemos a la niña, no te burles de nosotros!– Habló Caius estando visiblemente molesto por las palabras del líder de aquel aquelarre.


–Primero, el pequeño es un niño. ¡Él no es un niño inmortal!– la voz de Carlisle se escuchó más fuerte e hizo sobresaltar a más de uno en ese momento. –Todos ellos lo atestiguan. – Los presentes, amigos del líder del clan observaron al rubio hablar y algunos asintieron con la cabeza pese a que estaban plantados en su lugar con claros signos de temor en ellos. –Míralo tú. – La mano del rubio se extendió en dirección a Naim y éste solo pudo observar a su abuelo. –Ve el color de la sangre en sus mejillas. –


–Solo mentiras. – habló Caius pero fue callado por Aro.


–Yo juzgaré eso pero... de una persona más central a la historia. –


Todos se quedaron callados en aquel momento esperando por la solicitud de Aro y no dudó en mirar en dirección de la pareja de casados.


–Seth Black. Por fin tengo el honor de conocer al famoso hermano de Jacob. – Aro no pudo evitar su fascinación al posar sus ojos en el joven neófito y aquella sonrisa de un demente lo acompañó. Seth tensó su mandíbula al conocer y escuchar a la persona de quien en alguna oportunidad le habló Jacob. –Observando que el niño de peculiares ojos colgado de tu mano está entre tú y tu compañero, Emmett ha de estar involucrado en su totalidad.  – Aquello descolocó al menor, ya que pensaba que sería él quien enfrentaría al líder de los Vulturi y no Emmett. Seth giró en dirección de su esposo y con la mirada ya le pedía que no fuera con él, que se quedara con ambos.


Emmett se giró y se agachó lo suficiente para dejar un beso en la mano de su hijo y sonreírle sin mostrar sus perfectos dientes; observó a Seth quien tensaba cada vez más su mandíbula.


Seth colocó a su hijo en medio de Liam y él mismo.


El caminar de Emmett pese a ser lento y contante, logró llevarlo frente a Aro en poco tiempo.


Seth, sin embargo, no perdió tiempo y comenzó a probar su don para llegar hasta su esposo y protegerlo de lo que fuera a suceder, pero la distancia era demasiado, no habían practicado para una distancia tan larga.


Aro mantuvo su mano en el aire esperando por el fortachón y pronto tomó su gran mano en medio de las suyas para poder obtener información de lo que realmente quería tener conocimiento.


El solo contacto y transe en el que colocó a Emmett le hizo poder ver fragmentos sobre Seth y él. Como se conocieron, los ataques de la pelirroja, su boda, lo ocurrido en su luna de miel, el ataque de su propio cuerpo contra en el aquel entonces lobo y el embarazo y nacimiento de Naim junto al desarrollo de su don, la muerte de su querido Seth y también su renacer y el manejo de su propio don e incluso la ecografía que realizaron momentos antes; aquella última información sorprendió a Aro y soltó la mano de Emmett.


–Me encantaría conocer a ambos. – la sorpresa  no se borró del rostro de Aro y no dejó de ver a Naim y Seth. El semblante de Emmett se volvió inseguro sin saber qué hacer, no quería poder en riesgo a su familia y a la familia de los demás, con duda giró sobre su propio eje.


–Naim. Seth. –los mencionados se miraron simultáneamente mientras Liam no evitó gruñir al saber que su imprimación estaría en peligro frente a vampiros. Edward junto a Jacob se acercaron y flanquearon a los dos mencionados, su caminar fue constante y pronto terminaron al lado de Emmett quien brindó una caricia a la pequeña gorra de lana de su hijo.  El rostro de Aro solo mostró más sorpresa al tener de cerca a ambos protagonistas de los pensamientos de Emmett.


– ¡Oh! Seth Black, o mejor dicho, Seth Cullen, por fin tengo el gusto de conocerte, ¿Me permites?– Aro extendió su mano hacia el neófito esperando su respuesta.


–Aro Vulturi, debo imaginar. El gusto es tuyo. – contraatacó Seth soltando una sonrisa ladina y ofreciéndole su mano; Aro jaló ligeramente al menor más cerca haciendo que las alarmas de todos se dispararan y estuvieran listo para atacar, sin embargo no pasó de eso. Sintió como el vampiro ingresó en su mente y no dudó en comenzar a bloquear su mente, sin embargo en ser nuevo en eso dio solo atisbos de su vida, entre ellos su embarazo y el nacimiento de su primer hijo. Aro soltó la mano del joven neófito algo molesto pero Seth se mantuvo a la misma distancia.


Igual que su hermano, pesó Aro.


–Al parecer posees el mismo don que tu hermano mayor. – Jacob gruñó en respuesta sin separarse de Edward. –Desesperante en realidad. –


–Somos familia después de todo. – Seth se atrevió a mirar a los ojos de aquel vampiro.


–Y puedo observar que la inmortalidad te sienta en su totalidad. Puedo darme una idea de lo que le espera a Jacob. Pero no responde a mi pregunta de cómo un lobo… termina siendo vampiro, y pese a haber muerto, su corazón sigue bombeando sangre que solo se ha vuelto mas... atrayente. – Aro pasó la ponzoña que se le acumuló de solo aumentar su  atención en el olor que tenía consigo el compañero de Emmett.


–La naturaleza aun no explica muchas cosas. –


–Nunca había escuchado de un humano varón llevar vida en su vientre. – Al mencionar aquello Aro, todos los testigos por parte de los Vulturi comenzaron a murmurar.


– ¡Eso no es más que una aberración!– contra acató Caius.


–Silencio. – Levantó la mano Aro para hacer callar a su hermano. – ¡Poseedor no solo de un don, sino de dos!– Elevó la voz para hacerse escuchar mientras Seth retrocedía hasta sentir como la pequeña mano de Naim sujetaba la suya. – ¡Un escudo mental y dador de vida! ¡Da vida a híbridos con dones!– sus ojos se posaron en el pequeño Naim quien a su parecer poseía ojos tan enigmáticos y sonrió mirándole a los ojos. Y pudo escucharlo.


Su pequeño corazón bombeando.


La estérica risa de Aro le sorprendió al menor de todos haciendo que retrocediera un paso. En definitiva aquel hombre no era parte de un cuento de hadas, quizás de uno de terror psicológico.


–Escucho su raro corazón yendo al ritmo del de su hermano no nato. – los rojos ojos de Aro no dejaron de verlo hasta que se deleitó con la dulce voz del niño.


–No es raro, yo no soy raro, Aro, y mi hermano tampoco. Y soy un niño, no una niña. – El mencionado no dudó en extender la mano para poder conocerlo mejor. El niño miró a su papá Seth y éste solo pudo asentir mientras tensaba la mandíbula. El niño soltó la mano de su papá y comenzó a caminar los siete pasos que los separaban, los gruñidos por parte de Jacob y Liam se escucharon claramente pero eso no amedrentó a Aro quien se había centrado en conocer al niño.


–Hola, Aro. – Los ojos del vampiro observaron cada parte de aquel infantil rostro, no pudiendo alejarse de aquellos azules ojos que le daban un aire tan olímpico que incluso le recordó al profundo mar azul y cabe resaltar que era como un pequeño ángel, aquellos cabellos sueltos castaños le aclaraban su tersa piel y Aro podría asegurar que era más hermoso que los niños inmortales que había visto y eso claramente se debía que por sus venas corría sangre que alimentaba aquella belleza infantil. Naim observó la mano que estaba frente a él, sin embargo colocó su mano en el antebrazo del vampiro haciendo que lo bajara de a poco y muchos se sorprendieron de ver al gran Aro Vulturi doblegado por un niño de meses de nacido, el niño no dejó de verlo a los ojos hasta que sintió como se acercaba más y como sus pequeños brazos rodearon su cuello, pasándolo por debajo de aquella negra cortina de cabellos bien acomodados, sus manos  tocaron la gélida piel y entonces pudo sentir tantas emociones juntas, mientras Aro, tras cientos de años, sentía algo cálido rodearlo, una especie de calor que no sintió incluso cuando fue humano.


En aquel proceso observó claramente los primeros recuerdos del niño en el vientre, la voz de Seth siempre haciéndole compañía, la vista privilegiada al observar a Seth por primera vez y como éste murió, el renacer del joven neófito y las cientos de veces que ambos estuvieron juntos compartiendo cuentos y conversaciones; las tutorías con cada integrante de la familia, incluso cuando practicaba su don estando solo en casa ya que temía lastimar a alguien.


Emmett y Seth estaban tensos de ver el audaz movimiento que había hecho su hijo, Aro en cualquier momento podría atacarlo teniendo su pequeño cuello tan cerca y a su disposición.


–Magnifico. – No dudó en murmurar Aro al ver las maravillas que el niño había logrado estando solo. El vampiro intentó hacer que el niño le soltara, sin embargo Naim apretó más sus pequeños bracitos en el cuello de Aro, haciendo que el inmortal se quedara en aquella posición.


–Puedo sentir tu miedo por sobre tu admiración. – Aro se tensó al escuchar en un suave susurro la voz del niño. –Me tienes miedo a mí y a mi hermano. Le temes a lo nuevo y a perder contra mí. Sabes cosas de mí, pero yo también se cosas sobre ti, Aro. – El niño dejó de rodear el cuello del vampiro y se alejó un paso mirando a los ojos rojos de aquel ser, emitiendo una pequeña sonrisa de lado. Seth tomó de los hombros a su hijo y lo llevó nuevamente en medio de sus progenitores para mantenerlo a salvo.


El gran Aro Vulturi no pudo evitar sentirse estremecido por las palabras y el actuar de aquel niño, pero su admiración estaba tan palpable sobre él que deseó poder tener más tiempo para saber más de aquel don.


Casi podía ver una joya nueva en su corona.


– ¡Mitad mortal, mitad inmortal! Fue llevado por éste… neófito cuando aún era parcialmente mortal, así como lleva a otro más en su vientre. –


–Imposible. –habló Caius y el semblante de Aro se ensombreció girando para enfrentar a su hermano Caius.


– ¿Crees que me engañaron, hermano?– La familia, junto a Edward y Jacob aprovechó aquel descuidó para comenzar a caminar en dirección a los suyos, sin embargo Liam se quedó estático mientras gruñía con fuerza en dirección de la cabeza del clan superior. Una vez terminado de emitir su desagrado por los vampiros, comenzó a seguir a Naim quien era sujetado de la mano por ambos padres.


–Traigan a la informante. – la voz sepulcral de Caius se escuchó y pronto Irina fue puesta cerca de los tres grandes para atestiguar sobre lo que estaba ocurriendo, las cosas no cuadraban como el rubio Vulturi había pensado. – ¿Es esa la niña que mencionaste haber visto?– Irina mostró un semblante arrepentido por lo que no pudo mantener la vista puesta sobre aquellos tres, y aun mas sabiendo que el muchacho estaba llevando otro más en su vientre, no podía darles muerte por sus impulsos.


–No lo sé. –


–Jane. –


–Cambió.  Cuando lo vi tenía el cabello largo y supuse que era una niña. Y es más grande. –


–Entonces… tus acusaciones son falsas. – finalizó el rubio.


–Los Cullen son inocentes. Me equivoque y asumo mi responsabilidad. – Los ojos de Irina fueron a parar a sus dos hermanas y las miró con total amor y arrepentimiento.


Naim lo sintió. Algo se avecinaba y jaló ligeramente la mano de Emmett sin dejar de mirar mientras no dejaba de hacer aquel movimiento intentando llamar la atención de su progenitor. Irina por su parte solo pudo articular lo siento de forma silenciosa en dirección a la familia McCarthy, y Emmett pudo comprender.


Una antorcha se encendió y Emmett soltó la mano de su hijo dando un par de pasos hacia adelante.


– ¡CAIUS, NO!–  luego de ello solo se pudo escuchar la roca siendo partida, y Seth se apresuró a desviar la mirada de su pequeño, ocultándola en su vientre para que no presenciara tal masacre. Los gritos de las mujeres de Denali se escucharon y todo comenzó a asustar al pequeño Naim quien pronto se vio en brazos de Seth y no pudo evitar mirar mientras su papá caminaba; solo veía un cuerpo en llamas y aquello se reflejó en los tiernos ojos azules del pequeño Naim.


Seth colocó a su pequeño ojiazul en el lomo de Liam quien gustoso lo recibió, sintiéndose más seguro de tener cerca a su imprimación para poder cuidarlo de lo que fuera a suceder.


Naim continuó viendo como aquel cuerpo ardía en llamas y lagrimas se comenzaban a acumular en sus ojos; giró en dirección a todo el alboroto que estaban causando las primas de Denali y comprendió bien su dolor, lo sentía en el aire, después de todo Irina era su hermana. Tanto Emmett como Edward comenzaron a razonar con ellas hasta que las notaron más tranquilas en medio de algunos susurros por parte de Edward.


Emmett se separó de las mujeres, caminando en dirección a su familia sin quitar la vista de los Vulturi, estando atento a lo que podría suceder, en embargo Jane se hizo presente.


– ¡Papá! –


–Dolor. – Un ligero grito por parte de Naim y la caída abrupta de Emmett alteraron a Seth quien no pensó dos veces y se concentró en su don, no dejaría que su familia o alguien saliera lastimado.


Su don se esparció en cada uno de los testigos de Carlisle, observó a su esposo incorporarse y de inmediato le tomó de la mano mientras colocaba su izquierda sobre la pequeña pierna de su bebé, queriendo protegerlos a ambos a como diera lugar. Los ojos de aquella adolescente que se llamaba Jane escudriño en cada uno hasta que se posó en los de Seth quien le sonrió de forma burlona y aquello provocó a la rubia quien fue detenida por Alec para no comenzar un ataque por su parte.


–No solo es mental. Me sorprendes, Seth. – habló Aro mostrando una sonrisa.


–Aro, no se ha quebrantado ninguna ley. – habló Carlisle.


–De acuerdo… ¿Pero eso significa que ya no existe el peligro?– Aro comenzó a caminar hacia adelante abriendo los brazos.  – ¡Por primera vez en nuestra historia los humanos son una amenaza para nosotros! Con sus inventos y su… tecnología moderna… – Emmett y Seth pasaron saliva al escucharle, en definitiva había visto a ambos doctores y la conversación que habían tenido, lo interesante de todo era que no lo había mencionado en voz alta, solo atisbos de aquello. –Han fabricado armas que podrían destruirnos. Proteger nuestro secreto nunca ha sido más imperativo. – se giró observando a sus subordinados. –En tan peligrosos tiempos, solo lo conocido es seguro. – Caius supo cual era la intensión de su hermano y no dudo en emitir una sonrisa malévola de su parte. – ¡Y no tenemos ninguna idea de lo que éste niño… podría provocar!– Aro señalo a Naim quien miró a su papá Emmett, quien le regaló una ligera sonrisa. – ¿Evitamos una pelea hoy para dejar de existir mañana?– murmullos por parte de sus subordinados se escucharon mientras Seth no podía creer lo bajo que caía Aro para conseguir una batalla, ¡Su hijo era un ser inocente sin atisbos de maldad!


La expresión de sorpresa de Aro no pasó desapercibida por todos mientras giraba el cuello a su izquierda.


– ¡Alice!– mencionó el líder de los Vulturi.


Esperaban que la pequeña mujer trajera buenas noticias o por lo menos algo que salvara a Naim.

Notas finales:

¡HOLA PUEBLO!

¿Adivinen quien volvió? TuT Realmente los extrañé y espero disfruten mucho de éste capítulo :3 realmente me esforce en hacerlo ya que no dispongo del tiempo necesario y no, ¡NO ESTABA VIENDO EL MUNDIAL! xD ya quisiera yo, pero no tuve tiempo ni para eso jaja.

¡¡¡POR FAVOR NO SE OLVIDEN DE LOS REVIEWS!!!


¡Mando un saludo enorme hasta Colombia desde donde me leen!

PREGUNTA DEL MES(?)

¿Tienes preguntas para mi que les gustaría les respondiera en un Live?


Nos leemos pronto y no se olviden de dejarme sus reviews que son mi motor para continuar, EL PROXIMO CAPÍTULO YA ES EL ULTIMO!! Y NOS DESPEDIMOS DE ÉSTE HERMOSO FIC T-T

¡Los quiero mucho!

¡Panditerroristas al poder!

¡B&M al poder!


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