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No se llamaría Amor si no doliera. por Beitha KangChoi

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Notas del capitulo:

Un nuevo personaje en la vida de Seth se aproxima, y solo puede saber que es diferente, tan rápido que le heló la sangre cuando le tocó el cabello.

Eso no era humano, y sabía que moriría, si tenía que decir una ultima palabra, tendría que ser alo que nunca podría decir y ese era un "Te quier, Emmett".

 

 

 

Enyoy!

CAPÍTULO SIETE: Una última palabra: Te quiero.

 

Seth soñaba con esos besos, durante dos días, soñó con esos besos que recibió y dio a Emmett, sonreía cada vez que soñaba o hasta imaginaba ese momento. A sus 14 años, Seth ya sentía lo que era el amor, se lo había preguntado una vez a su hermana, ya que se tenía torturando desde aquella noche.

 

─ ¿Cómo sabes si te has enamorado de alguien? ¿Qué es el amor, Leah? ─

 

Lo poco que había experimentado una vez con Sam, fue su respuesta, claramente se escuchaba a un Leah dolida aún, y que quería olvidar por completo esos momentos, esos momentos tan felices que había pasado, y aun no sabía qué era lo que había sucedido para que Sam cambiara tan rápido de actitud y se fijara en Emily, su prima. ¿Le dolía? Si, le dolía mucho. Por que amaba a Sam, aún tenía ese rastro del amor que le tuvo.

 

Cuando Seth escuchaba las palabras de su hermana, exploraba sus sentimientos; era claro que su corazón retumbaba cada vez que tenía a Emmett cerca, cada vez que le abrazaba, y sonreír, y adoraba cuando le sonreía el vampiro al menor, ya que Seth tenía una vista privilegiada de los hoyuelos de Emmett, era tierno con él y siempre se preocupaba por que estuviera bien, lo cuidaba como un hermano mayor, quizás más de lo que Leah cuidaba de él, era un tipo de cuidado que adoraba ya que se sentía el centro de Emmett, adoraba cuando reía, y le contaba sus malos chistes. Él lo había dicho, siempre quería ver al pequeño sonreír y nunca llorar; a pesar de no necesitarlo, Emmett siempre le daba explicaciones de donde había estado y del porqué, o porque había dicho tal cosa. Siempre lo tomaba en cuenta. Todo eso le había dicho su hermana con relación al amor, pero había un detalle que le había dejado pensativo.

 

─También… esa persona busca cualquier forma para darte un beso, o robarte uno. ─ Seth lo pensó bien y se percató de que era verdad, Emmett de alguna forma le había querido besar, ya sea directa o indirectamente. Entonces ¿será que él también… este enamorado? Seth sintió su rostro rojo en ese momento y su hermana dedujo que su pequeño hermanito comenzaba a tener su primer amor asegurando de que sería una chica quizás más evidente al momento de dar a conocer que realmente le gusta Seth. Leah sonrió por ese hecho, ya que quería ver a su hermano feliz, por lo menos que él sea feliz con alguien que si lo quiera y cuiden mutuamente. Después de eso Seth sólo podía pensar en las palabras de su hermana, necesitaba saber si realmente Emmett estaba enamorado tanto o más de lo que el menor lo estaba, porque si era de ese modo entonces quizás podrían salir sin ningún problema, a su mente llego todo lo que tuvo que hacer para lograr salir con Emmett, y se dio cuenta de un problema que aún no había pensado; la edad.

 

Emmett tenía 20 años y Seth solo contaba con 14 años. Seis tontos años era lo que los separaba y también comenzó a pensar que si Emmett estuviera igualmente enamorado, para los ojos del mayor siempre sería solo un niño, sin experiencia y sin un primer beso aún. Nuevamente Seth estaba en ese abismo de pensamientos y dolores de cabeza en los cuales no podía descifrar cual sería el resultado de tanto que pensaba. Se comenzaba a frustrar de sólo pensar en el tema. Giró el rostro hacia su ventana la cual estaba abierta y las cortinas ondeando al ritmo del viento que entraba en su alcoba. Se encontraba recostado en su cama mirando el techo debatiéndose con su problema existencial.

 

─Siento que se me coagulará la sangre de tanto pensar. ─ murmuró haciendo un ligero puchero. El día estaba algo soleado lo que claramente daba indicios de que Emmett no llegaría en ningún momento para ambos hablar como siempre solían hacerlo. Entonces decidió dar un paseo por su cuenta, quizás hacer un día de campo junto con sus pensamientos y nadie más, eso le ayudaría a pensar mejor las cosas y no estar tan ido y ya con dolores de cabeza. Se levantó soltando un suspiro mientras cogía una banda elástica para atar su cabello en una media cola, cogió una mochila y bajó hasta la cocina, se preparó un par de sándwiches uno de mermelada de fresa y el otro de jamón y queso, el cual le gustaba mucho, cabe recalcar, metió ambas en una pequeña vianda de plástico y colocó en su mochila. Cogió una soda, una botella de agua y fueron ambas de igual forma a su mochila. Se quedó apoyado en el lavavajillas pensando que más podría llevar, mientras lo hacía se comenzó a hacer un tercer sándwich para el camino y colocó un manzana junto con la demás comida. No pensó más y le dejó una nota a su mamá, ya que nadie estaba en casa.

 

Mamá, salí a dar un paseo por el bosque hace un bonito día  y estoy algo aburrido en casa. Volveré cuando antes, no te preocupes. Te quiero. Seth.

 

 Dejó la nota adherida gracias a un imán del refrigerador y colocó su mochila en su espalda y su sándwich en la mano mientras salía de casa y comenzaba a caminar por el mismo sendero que le llevaba al bosque a ver a Emmett, iba a dar un mordisco cuando ese nombre ya estaba en su cabeza. Suspiro dando una buena mordida a su sándwich comenzó a subir por todo un camino que no conocía del todo bien pero que se guiaba por la posición del sol y claro, porque estaba más elevado y podría ver todo para no perderse y terminar como la cena de algún animal. Cuando dio un último mordisco utilizó ambas manos para sujetarse de una de las ramas de un árbol y poder subir más rápido ya que había visto un perfecto lugar para poder hacer su propio día de campo, pasó por un último arroyo que había por ese lugar y tras dejar atrás los grandes árboles, pudo divisar un perfecto prado de bellas flores violetas que nunca había visto, se sentó en el lugar y suspiró tomando un poco de aire y también sol. Sabía claramente que en cualquier momento ese día soleado se haría totalmente oscuro como siempre solía pasar en los días como esos, por lo cual disfrutaría lo más que pudiera. Sacó su comida comenzando con los sándwiches mientras se recostaba en del lugar sintiendo el aire mover parte de sus cabellos, cerró los ojos por un momento y pensó en Emmett, nunca lo había visto en un día soleado como ese, siempre que se veían era en días fríos y sin sol, sintiendo siempre sus manos heladas por éste, en ese momento Seth quiso sentir que tan cálido podría ser un abrazo de Emmett o alguna de sus caricias en un día de sol. Que tan cálido podría ser su corpulento cuerpo al acercarse. Hasta ahora todo de Emmett le había resultado frío por las bajas temperaturas en las cuales se encontraban, pero un día soleado y solo ellos dos… sentir su calidez. Seth sonrió abriendo los ojos e incorporándose para beber un poco de su soda y comer a la vez, así lo hizo mientras miraba todo a su alrededor, era un lugar hermoso y que nunca había visto algo como eso, el viento le soplaba en ocasiones y hacía que los arboles alrededor de todo el lugar se movieran creando sonidos increíbles, casi como si bailaran al son de la brisa.

 

─Vaya… es hermoso. ─ murmuró mientras daba otro sorbo a su soda casi terminándola. No era de imaginarse que Seth era un soñador innato, todo lo que se imaginaba siempre creía que en algún momento de su vida se tornaría realidad, que todo podría ser felicidad y nada de tristeza o miedo tontos que le limitaran a tantas cosas. Siempre creyó que encontraría a una bella chica con la cual podría compartir aficiones y salir a cenar, quizás, solo si las cosas iban más que mejor, cuando terminaran de estudiar, le pediría que se casaran en medio de la hermosa naturaleza, siempre eso. Tendrían por lo menos dos hijos para que se hicieran compañía mutuamente, y ambos envejecerían juntos en una cabaña junto al mar.

 

El niño suspiro sonriendo a ello, pero solo había un pequeño cambio; quería a Emmett a su lado para que pudieran estar siempre juntos, sin preocupaciones o temores de por medio. Quería a Emmett a su lado. Quería a Emmett. A Emmett.

 

─Realmente me gusta, y sé que papá lo desaprobará; que me guste un chico, y todavía mucho mayor que yo es tonto, Leah seguro me apoyará, pero papá me odiará por mi decisión, soy su único hijo varón y lo decepcionaré. ─ Seth bajó la mirada muy triste por ello, su padre nunca aceptaría que le gustara un chico. Sería tan raro y de seguro le daría asco. Ya no quería más pensar en cosas tristes, pero se le hacia un mundo el pensar que diría su familia con relación a eso. Si todo salía bien, de seguro su padre lo echaría de casa, le quitaría el orgullo de tener el apellido Clearwater.

 

─Ahora sé porque las parejas siempre lo piensan mucho antes de serlo. Muchos problemas. Muchas cosas que lastiman. ─ hizo una ligera mueca y se recostó nuevamente después de haber sacado la manzana que había llevado consigo mismo. Recordó el móvil que Emmett le había dado en su cumpleaños y lo sacó de su mochila, lo miró y desbloqueo para luego teclear en la pantalla; le daría una respuesta al mensaje que Emmett le había enviado en la noche y que a causa del sueño no pudo contestar.

 

Hola, Emmett. Perdón por no haber contestado, me quedé dormido. Al parecer hoy no nos veremos ya que hace algo de sol, no salgas de casa.

 

Después de haber enviado ello, se colocó el móvil en el abdomen junto a la manzana que aún no había comenzado a comer, miró el cielo, y como las nubes en oportunidades cubrían el sol, dándole esa peculiar forma redonda a la estrella diurna, el viento corría cuando sonó aquel sonido de un mensaje nuevo. Abrió la carpeta y vio que era de Emmett.

 

Lo haré, cuídate y no salgas de casa, papá me dijo que hay últimamente animales peligrosos por el bosque. ¿Dónde estás?

 

Seth sonrió por ese mensaje, siempre el vampiro se preocupaba por el niño y siempre le preguntaba si estaba bien, o le daba recomendaciones con relación al clima, algo tonto pero que a Seth le daba gracia. Tecleo y envió.

 

En el bosque. Te enviaré una foto.                                                             

 

El niño hizo lo que mencionó y en corto tiempo de que cargaba la imagen, se envió y Seth se incorporó, estirándose un poco, moviendo el cuello de un lado a otro mientras cerraba los ojos, pero el timbre de su móvil lo alarmó un poco. Contestó.

 

─Seth tienes que irte a casa ahora, no es seguro el bosque. Ve a casa, hazme caso. ─

 

─ ¿Emmett? No comprendo. ¿Por qué? ¿Sucede algo? ─ El menor no comprendía porque el mayor se le notaba tan alarmado con relación a que saliera de inmediato del bosque, frunció un poco el entrecejo como si ellos ayudara a que comprendiera mejor.

 

─En la foto que me enviaste, hay… hay…─ Emmett dudaba en decirle lo que había visto, pero optó por lo que no sonaba tan descabellado y loco. ─En la imagen hay un animal que papá describió como uno que ha estado matando animales y personas en Seattle, pero ahora está el Forks ¡Ve a casa hora! ─ Seth se incorporó rápido, colocando su mochila en su espalda, asustado por lo que le decía Emmett. El viento sopló con más fuerza y los cielos terminaron nublándose por completo, volviendo a esa oscuridad temprana que solo Forks poseía. Un animal sumamente peligroso y él en un lugar sumamente alejado. Quiso contestarle a Emmett pero algo notó a unos 5 metros de distancia, era un hombre de tez morena, Seth escuchaba los llamados del mayor por el móvil pero se quedó quieto, algo en su interior se removió casi ferozmente que retrocedió un paso y al hacerlo pestañeo, teniendo al hombre frente a él. Seth sintió pavor por lo que había visto, quizás no había sido ni un segundo y ya lo tenía frente a él, el niño tenía los labios entreabiertos, asustado por que algo fuera a sucederle, ese no era del animal del que hablaban, o quizás sí.

 

“Es muy veloz. ¿Qué es él? ¿Qué es esa cosa? Tengo miedo. No quiero morir.”

 

Seth soltó la manzana que tenía en la mano por la impresión que le había causado ese solo movimiento del hombre de piel morena, la cual cayó en pie del hombre, sólo ahí notó Seth que el contrario tenía los pies descalzos, con un rápido movimiento, elevó este y la manzana cayó en medio de las manos ajenas, Seth miró aquellas manos y luego subió hasta sus ojos pasando saliva, era tan rojos como la sangre, y tan grandes que pensó se sentía en un cuento. Se sentía más que con miedo, incómodo, algo en su interior luchaba, como si deseara salir, pero Seth lo retenía. Sólo la voz de Emmett por el móvil le sacó de su trance.

 

─Estas muy lejos de casa, niño. ─ Seth presionó uno de los botones laterales y finalizó la llamada. Seth bajó un poco la mirada temeroso de lo que fuera a sucederle. Ese hombre, según le había dicho Emmett, había matado animales y personas, y el menor no quería ser parte de ese número de muertos. Lo que no comprendía era el porqué matar a alguien. ─Se te cayó tu manzana. ─ el hombre acercó más ambas manos que sostenían la fruta roja, Seth un poco nervioso la tomó de entre aquellas manos y sin proponérselo, rosó con uno de sus dedos su piel y sintió tan frío que el invierno no se comparaba.

 

─G-gracias, t-tengo que volver con mi padre. ─ Laurent sintió ese olor peculiar del niño, muy distinto del de Bella, pero eso no lo hacía menos apetitoso, fue lo que lo trajo hasta Forks, luego de matar a Bella de parte de Victoria, ese olor le había llegado cuando estaba en la frontera, un golpe en la nariz y garganta que le dio tana sed que acabó matando algunos cuantos humanos ya que ese olor iba  y venía de forma mística.

 

─Pero no hace falta. Estoy perdido y estoy buscando a los Cullen, fui a su casa y vi algunas pertenencias, uno de ellos se quedó, ¿Has visto a alguno de ellos? ─ Seth se extraño por esa forma de hablarle, seseante, comprensible pero le daba temor que en cualquier comento terminara con un cuchillo clavado en el cuello y que le atravesara el abdomen, muriendo ahí. Había escuchado mucho de los Cullen cuando el padre de Jake y el suyo se reunían para hablar en su casa. Nunca vio a uno y nunca supo porque era el tema de conversación favorito de aquellos hombres. Laurent recordó que al ir vio claras cosas de uno de los hombres de aquella familia, pero sintió ese olor dulce en aquella habitación, buscó por esa habitación y pudo hallarla, era una bufanda que contenía un olor que nunca espero encontrar en toda su vida como inmortal, dulce, tan dulce. Toda su ponzoña se acumulaba en su boca. Entonces supo que ese peculiar olor era cercano a los Cullen, ya no solo tenían a Bella de mascota sino a alguien más.

 

─N-no conozco a ningún Cullen. ─ ese corazón martilleando tan fuerte contra el pecho del humano era como música para sus oídos, la sangre cada vez que se asustaban corría más rápida y eso lo hacía más delicioso al paladar de los vampiros, o por lo menos eso era lo que creía él.

 

─ ¿Estás seguro? Al parecer uno de ellos te conoce a ti, niño, y muy bien. ─ el vampiro tomó uno de los mechones de cabello del menor haciendo que éste girara el rostro cerrando los ojos. El moreno llevó ese mechón hasta su nariz sintiendo ese aroma dulce, lo sintió en sus dedos, tan sedoso que le sorprendió fuera un niño.  Pudo ver su cuello, y se tentó tanto que se dejaría de hablar y pronto comería un pequeño pero totalmente delicioso manjar.

 

─Yo no conozco a nadie de esa familia─

 

─Siempre los Cullen adoptando mascotas de un olor tan delicioso, y ahora más jóvenes. Supongo que serás la mascota de la rubia y el fortachón de la familia, la rubia quiere hijos. No te engañes niño, a la primera oportunidad que ellos tengan te asesinaran, y ese Cullen en particular lo hará. ─ la nariz del vampiro pasó por la cabeza, mandíbula y mejilla del menor, un perfecto y único olor, tal extraño, pero delicioso. ─Tendré que dejarles sin mascotas, primero Bella, y ahora tu, niño. Pero a Victoria no le importara si me como un bocadillo, ella no te quiere a ti. ─ el vampiro cogió del brazo a Seth con fuerza causándole daño y que gritara cerrando los ojos. ─Hora de despedirse, niño. Delicioso. ─ Seth intentó huir mas no pudo, la fuerza que ejercía el vampiro era demasiada y casi sintió su brazo el tronar de su hueso partido a la mitad. Seth cerró los ojos con temor.

 

─Te quiero Emmett. ─ Si esas serían sus últimas palabras, tendría que ser algo que nunca más diría. Se escuchó unos gruñidos y Seth abrió los ojos viendo un claro animal, más alto que el de un caballo, de pelaje negro, detrás veían otros más mostrando los filosos dientes que traían como armadura, el vampiro soltó al niño.

 

─ ¿Qué es esto? ─ Laurent dejó al niño y comenzó a correr, Seth cayó de lado y su manzana con ésta, rodando y se incorporó permaneciendo de rodillas, uno de ellos se acercó y Seth temió por su vida; pensó en su sueño, pero no le asustó del todo es como si fuera algo más que familiar para el niño. El gran lobo pelirrojo le miró y luego comenzó a correr detrás de lo que fuera aquello. Seth se incorporó rápido mientras guardaba su móvil en el bolsillo de su mochila. Comenzó a correr lejos de ahí, temblando, cuando se disponía a bajar por algunos troncos de árboles viejos, alguien le abrazó por detrás y comenzó a forcejear temiendo que fuera aquel sujeto.

 

─Tranquilo, tranquilo, Seth, soy yo, Emmett, soy yo─ giró al mencionado para que le mirase y Seth se abrazó a él como nunca, temblaba del miedo, aguantándose esas ganas de llorar como nunca, porque estaba al borde de la muerte, sentía que en ese preciso momento moriría, que no volvería a ver a su familia que no lo volvería a ver a Emmett.

 

─Ya pasó, está todo bien. ─ Emmett le hablaba despacio  mientras una de sus manos estaba en su espalda para reconfortarlo y dejara de temblar, su corazón estaba latiendo tan fuerte que Emmett pensó que el niño había terminado de correr una maratón.

 

-N-no… e-esa… esa… cosa, hablaba cosas que no comprendía, pareciera como si me fuera a comer o algo así, me preguntó por persona que no conozco, de habló de Bella, no sé… solo… me dio tanto miedo. Hasta… que esas cosas grandes… esos… lobos llegaron y me salvaron… yo… no… yo no…─ Emmett trataba de comprender lo que Seth decía más no le comprendía del todo ya que tartamudeaba y comenzaba a respirar agitado. ─Y-yo no sé quiénes con los Cullen, s-sentí que te describía por un momento pe-pero luego recordé que tu apellido no es Cullen sino McCarthy. ─ Emmett cayó en cuenta de que se trataba todo y de quien había sido ese asqueroso olor a muerte que había invadido su habitación encontrando afuera  de su cajón de ropa la bufanda de Seth. Sintió tanto pánico que de  inmediato fue en busca de Seth, ayudaba el hecho de que el sol se había ido.

 

─Respira despacio, Seth. Tranquilo─ Emmett trataba de controlarse ya que deseaba tanto ir y matar con sus propias manos a ese asqueroso vampiro traidor que por un momento casi le hace daño a Seth. A su pequeño Seth. Porque raramente lo sentía como suyo, que solo él tenía el privilegio de cuidarle, abrazarle, darle esos pequeños besos en la mejilla, solo él.

 

─Qu-quiero irme a casa, no me siento seguro aquí, por favor. ─ Emmett asintió y se colocó de espaldas al menor.

 

─Súbete, llegaremos más rápido. ─ Seth un poco indeciso rodeo con sus brazos en cuello de Emmett y sus piernas de igualmente quedaron a los lados del cuerpo del vampiro, los brazos de éste rodearon tras sus rodillas. Y Seth recostó su cabeza casi detrás del hombro ajeno, aun tenía miedo, su corazón aun latía tan fuerte que le dolía, pero aún así, ese extraño sentimiento de que algo quería salir de él no desaparecía. Éste cerró los ojos y Emmett aprovechó para ir un poco más rápido a comparación del paso humano al que solía ir siempre para aparentar frente a Seth. ¿Qué hubiera hecho si lo hubiera perdido? ¿Qué hubiera hecho que realmente Laurent hubiera terminado matando a Seth y que bebiera su sangre? ¿Qué hubiera hecho si al llegar encontrara el cuerpo sin vida de su Seth y que los lobos pensaran que había sido él quien lo había matado? Sencillamente hubiera dejado que esos lobo lo asesinaran, por que vivir sin ese pequeño tan lindo, era como vivir para siempre en la oscuridad de la que todos los días Seth lo rescataba.

 

No quería pensar en eso, pero notó la clara mirada de uno de esos lobos cuando corría en dirección a Seth, guiándose de su olor. Lo había visto. Había visto que iba tras Seth. Ese lobo le había mostrado esos filosos dientes para luego seguir desmembrando a Laurent.

 

Extrañamente sintió más caliente a Seth y temió de que enfermara o algo peor. Al pasar de largo por algunos troncos de árboles, saltarlos y terminar con total cuidado sin mover mucho a Seth, llegaron al punto en el cual siempre se reunían y bajó al menor.

 

─Hasta aquí puedo llegar, Seth. Ve a casa rápido. ─ mencionaba mientras se giraba para verlo, el pequeño ya no se veía tan alterado pero le podía sentir temblar un poco al colocar sus manos en sus brazos para calmarle un poco más. ─Corre a casa. ─

 

─Tú no puedes irte de nuevo por ahí, esa… esa cosa te puede hacer algo. ─ Emmett le sonrió un poco para que confiara en él. Adoraba tanto esa forma de preocuparse por personas que no era él, tan desinteresado, tan hermoso, tan Seth,

 

─Se bien como cuidarme, Seth, no me pasará nada, iré por un camino distinto y rápido para que nada suceda, cuando llegues envíame un mensaje para saber que estar bien. Ven. ─ lo atrajo hasta si y le abrazó y Seth hizo lo mismo cerrando sus ojos, no podría ver como esa cosa asesina a Emmett, no podría verse a él sin Emmett, no podría. Cuando menos lo esperó se separó de Emmett y comenzó a correr a casa sin poder recuperar el aliento en cualquier momento, solo corría, su cabello oleando, su corazón a mil, y sus piernas sentía que ya no daba para más, aún creía sentir a esa cosa siguiéndole, queriendo comerle, porque había sentido aquella sensación cuando le hablaba, cuando le olfateaba como si quisiera comprobar algo. Cuando vio cerca su casa, se saltó aquellos escalones y abrió la puerta, y notando en la pequeña sala a Charlie Swan y a su papá hablando. Su padre le había dicho que había algo peligroso en el bosque, y que se alejara lo más que podía de aquel sitio, según le había contado el sheriff, eran osos.

 

─P-papá, no son osos, Sr. Swan no eran osos, con lobos, lobos enormes, los vi en el bosque, yo…─ Seth cayó en cuenta lo que había dicho; Bosque.

 

─ ¿Bosque? ¿Qué hacías en el bosque Seth? ─ El menor no supo que decir por lo que dijo nada más que la verdad.

 

─Salí a dar un paseo, solo eso papá. Eran lobos enormes, iban tras… una cosa…─ no supo bien como definirlo, ya que no conocía el nombre de lo que pudiera ser. Seth miraba a ambos hombres en la sala y como éstos se miraban. Su padre tenía una mirada algo preocupada y el sheriff se notaba que solo quería saber quién era el culpable de los asesinatos y desapariciones que se había suscitado por ese mes.

 

─ ¿Quieres ir de casería? ─ preguntó el sheriff mientras mirada al hombre mayor, y este solo se notaba preocupado por lo que le había dicho uno de sus mejores amigos en Forks. Éste solo asintió algo preocupado y nervioso al parecer. Seth aun tenía la respiración un tanto agitada y fue hasta la cocina donde estaba su hermana y mamá, les comenzó a contar como eran esos lobos, y lo que parecía ser esa cosa que intentó atacarlo, obviando algunas cosas. Sue era quien sabía bien de lo que su hijo hablaba, pero aun no era el momento de decirle todo sobre la magia que había en su sangre, y que al parecer pronto despertaría. Leah solo sabía lo elemental sobre aquellas leyendas que su padre le contaba de niña, y que su mamá se encargaba de reforzar siempre que podía, al igual que Seth, su cabello sería cortado, nunca supo cuando lo haría, solo le dijeron que ese día, tanto para su hermano y para ella, todo sería muy distinto a como realmente ellos conocían la vida. Leah por un momento temió porque fuera algo sumamente malo, pero confiaba en sus padres, lo hacía y si algo sucedía, cuidaría de su pequeño hermano, pase lo que pase.

 

“De alguna forma, tengo culpa en que casi Laurent asesinara a Seth, si no hubiera sido por los lobos, era un hecho de que así sería. Ahora más que nunca temo porque Victoria no solo haga algo en contra de Bella, sino Seth; ella está en Florida, un lugar donde estaría segura, pero Seth, mi pequeño Seth aun está en Forks. Perdóname Seth, se que prometí cuidarte, pero no lo estoy haciendo. Laurent te hubiera dicho quien soy y todo se acabaría. Siempre seré egoísta porque no quiero que te alejen de mi, nadie ni nada. Ésta vez te cuidaré más, mucho más.”

Notas finales:

Lo se, lo sé he estado desaparecida ;3; tuve muchos problemas con un grupo de baile ;3; y me puse  emo, lo siento, pero ya volví y espero que els guste el capítulo :v

era inevitable no poder a SETH TODO EN SHOCK, ES TAN BONI UuU Jujuju

las quiero y muchas gracias por esos Reviews tan geys que amo!

:3 fALTA POQUITO PARA LOS 50 Reviews, que emoción, muchas gracias por ello.

¡Panditerroristas al poder!

PD: Gracias a mis lectoras y a esos lectores fantasmitas que no dejan review pero que saranjean a mi fic :3 los amo UuU


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