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No se llamaría Amor si no doliera. por Beitha KangChoi

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Notas del capitulo:

Muchas veces no nos lo esperamos pero esas extrañas sensaciones nos dan indicios de que algo va a suceder, en esta oportunidad Seth dio en el blanco y es que algo sucedería con su padre.

Un último Adios a la cabeza de la familia Clearwater.

Ese solo acontecimiento traerá consigo a que Seth haga cosas que nunca hubiera imaginado de ninguna forma, tales como intentar matar a la causante de la muerte de su papá.

Y para Emmett solo queda la espera.

 

 

 

Enyoy!

PD: Nanami, tu voz de camionero me puso gey y actualicé pronto XD jajaj ayy :3 casate conmigo caray XD okno._.

CAPÍTULO NUEVE: El llanto de la inocencia junto a un “te quiero” esperado.


 


Emmett estaba con la mirada fija en el techo de su habitación sin poder pesar en nada más que no fuera Seth, sus manos tras su nuca tratando y el gran ventanal del tamaño de una pared entera abierta mientras todo el aire posible ingresaba al lugar. El rostro del vampiro estaba pensativo por el mensaje que Seth le había enviado hace unas 4 horas, el menor le había dejado una extraña sensación.


“Emmett, el corazón me duele, tanto como si quisiera llorar y no pudiera hacerlo. Ten cuidado si es que vas a ir de casería, papá irá, cuídate tú y tu padre, por favor. No dejes que nada suceda.”


Después de ese mensaje, Emmett se quedó pensativo, solo miró la hora una última vez antes de estar en estado zombie y eran las 3:42AM, quizás habían pasado como unos 40 minutos o algo por ahí.


Llegó hasta un punto donde su cabeza estaba hecho un completo lío de tanto pensar y deseaba tanto poder dormir para que sus pensamientos se disolvieran y el momento cuando despertara todo estuviera mejor y le diera una respuesta a sus interrogantes, aquel mensaje era sólo un aviso a que tenía que tener cuidado, sabía que los vampiros terminarían matándolo por hacer algo que no estaba permitido, pero por Seth lo valía. Valía ya que pudo ver a Seth, su Seth sonreír, llorar, emocionarse, reír viendo esos pequeños ojos hacerse más pequeños cuando una brillante sonrisa surcaba su inocente rostro, pudo tocar con sus labios fríos la suave mejilla del menor en medio de tanta lluvia, y sentir tan cerca esa respiración que por un momento claramente sintió desaparecía. Quizás podía ya morir por que conoció a Seth. Y fue él, ese niño, ese… ese chico quien le hizo sentir más de lo que pensó nunca volvería a sentir en su vida, sintió, gracias a sus sonrisas, su corazón casi palpitar, y como es que le era tan importante; nunca hubiera dejado que nadie le tocara o hiciera daño de esa forma tan horrenda como esos estúpidos niños pensaban. No podían irrumpir en la pureza de Seth, esa inocencia que lo hacía atractivo a lo horrendo de la vida, que por toda oportunidad quería lograr llegar a Seth y coger algo de esa inocencia, alimentarse de él. Emmett se quería alimentar, y no sabía si de Seth, ansiaba cuidarlo tanto, abrazarle y no soltarle nunca; pelear contra quien fuese solo por tenerlo un poco más cerca y no poder dejarlo ir.


El vampiro tenía esa idea que gracias a él había puesto en peligro a Seth con vampiros y que solo rogaba a cualquier deidad que fuera escuchar aquella alma condenada a que Victoria no supiera nada de él, por los Vulturi no había mucho de qué preocuparse, ellos a pesar de tener muchos informantes, seguro tenían la idea de que los Cullen habían dejado ya Forks. Toda la familia.


“Siempre tengo que poner en peligro a Seth. A veces pienso que la decisión de Edward fue la más acertada para Bella, si Edward se iba, Bella ya no correría peligro. Pero yo no puedo alejarme de mi Seth, sería… como si intentaran asesinarme. No puedo dejarlo y tampoco lo haré. Perdóname Seth, una vez más perdóname por hacerte esto pero no puedo alejarme de ti, eres mi alma, esa que está condenada y que ya no tengo, todo en mi lo has reemplazado con todo lo que eres tú.”


***


Ese día llego.


Y ese día, extrañamente había salido el sol, tenue pero había algunos rayos de sol que se colaban entre las copas de los frondosos árboles. Los lobos se prepararon en casa de los Clearwater ya que Harry les diría por donde es que harían el recorrido, ello evitaría que se cruzaran y que alguien terminara lastimado, Harry tenía lista su arma la cual había cargado dejándola con el seguro. Seth solo miraba a todos desde las escaleras que conducían al segundo pido de la casa y miraba a su padre, tuvo esas ganas inexplicables de abrazarlo con fuerza, el menor de los hijos de aquel matrimonio bajó la cabeza soltando un suspiro, no queriendo que su papá fuera, sabía muy en claro la primera vez que lo vio tomando unas pastillas que eran para su enfermedad, esa mañana muy temprano, las había tomado como lo hacía cada día. Luego de haber desayunando los Quileutes llegaron a casa y Seth solo se quedó sentado en las escaleras mirando lo que hacían y de lo que hablaban, solo sabía pocas cosas de la conversación y otras que le eran totalmente ajenas por no saber bien a lo que se referían en ocasiones.


Jacob le miró y sabiendo bien lo que Harry había dicho como recomendaciones, fue hasta quedar sentado al lado del menor, este no se inmutó en levantar la cabeza.


–Tú estás muy extraño, Seth. – el mencionado solo apoyó su cabeza en la pared mirando regularmente a quien le hablaba en ese momento. El menor se giró solo un poco para poder verle.


–Solo… cuídense mucho, y Jake…– el menor colocó una de sus manos sobre la ajena mirándole a los ojos con total miedo en estos, casi como si hubiera pena enterrado. –Cuida de mi papá, por favor.– sus pequeños ojos se cristalizaron de inmediato, –No sé lo que harán… pero cuídalo, me dijiste que había un vampiro cerca, y no quiero que le pase nada a nadie, no dejes que pase algo. –


Jacob miraba aquellos ojos cristalizados por el llanto que amenazaba por desbordarse en cualquier momento, pero que Seth contenía para que no saliera, el mayor de ambos solo le sonrió un poco mientras tomaba su mano.


–Lo prometo. Nada les pasara a esos cazadores, al sheriff, a tu papá o a mí. Los cuidaré a todo. – Jacob los acercó y abrazó, inmediatamente Seth se abrazó con fuerza a su amigo, mordiéndose el labio intentado controlar ese extraño dolor que abrazaba su corazón con tanta fuerza que temía fuera asfixiante. En uno de los llamados de Sam, ambos se separaron y se incorporaron de lo sentados que habían estado ene se momento, Jacob le sonrió de forma leve y la mirada del niño se posó en su papá quien llevaba algunas cosas al hombro, se acercó un poco a paso lento y quedó frente a su padre, no sabía lo que iba a decir, y pasaba saliva a cada nada.


–P-papá… – el mencionado giró un poco viéndole y sonriéndole un poco mientras escuchaba la puerta cerrarse, quedándose solos en aquella pequeña sala, Charlie llegaría en pocos minutos. –Cuídate ¿sí? Por lo que he podido escuchar será algo complicado, –


–Sólo es estar con Charlie, aparentar, escuchar como reniega por no haber encontrado nada, una cerveza para calmarlo y volveré a casa, hijo. Nada del otro mundo. – nuevamente esa sensación de opresión en su pecho hizo que se acercara más.


–No vayas. – los ojos de Seth estaban al borde de las lágrimas cuando Harry giró y se preocupó por su hijo. Limpió con los nudillos de su índice, las lágrimas que ya salían.


–Seth, volveré, hago siempre esto con Charlie, ir de casería, sólo que en esta oportunidad es algo distinto. – Seth comenzaba  a exaltarse un poco y su cuerpo comenzaba a sufrir de unos espasmos leves por el llanto.


–N-no sé lo que es... p-pero no vayas. Sé que sucederá algo, papá… n-no vayas, por favor. Por favor. – Harry no tenía palabras para poder hacer sentir bien a su hijo menor, él también lo sentía, sabía que por un vampiro estaban ahí los lobos y que tenían que cuidar aún más a los de su pueblo.


–Hijo, para eso está la manada, ellos sabrán que hacer, tengo que ir a cuidarlos, aunque sea extraño. Cuando vuelva hablaremos de más cosas sobre los Quileutes, es tiempo de que ya sepas algo más. – Harry limpió todas aquellas lágrimas y le dio un abrazo a su hijo, uno tan fuerte que no supo porqué lo daba de esa forma, regularmente las muestras de cariño no eran mucho de su personalidad. En ese momento solo pedía para que sus ancestros cuidaran de su familia y de él, solo eso. Extrañamente sentía ese momento tan vivido, Sue y Leah junto con Seth, aunque este último no sonriendo, despidieron al hombre y le dijeron que volviera pronto ya que aquella mujer de cabellera negra y larga, prepararía una cena especial para su esposo y para Charlie si es que él también les quería acompañar.


Cuando el hombre se subió a la camioneta del jefe de policía de Forks, saludo a su amigo y miró a las tres personas que estaban en la entrada de su hogar, les sonrió y la camioneta arrancó dirigiéndolos hasta un punto donde cazadores y policías de Forks los esperaban, Charlie daba las indicaciones a todos, y sobre la tierra libre dibujaba los sectores donde posiblemente se podrían encontrar dichos animales, la mente de Harry estaba en otro lugar en ese momento ya que a cada nada sentía como si les estuviesen vigilando, giraba la cabeza y no veía a nadie, pero casi esos instintos escondidos que poseía le alentaba a que estuviera en guardia y que se cuidara en todo momento.


Los lobos estaban todos en fase para poder de una vez atrapar a esa chupasangre que ya casi estaba por terminar con la paciencia de los jóvenes, Sam estaba a la cabeza intentado rastrearla hasta que sintió un tipo olor a sanguijuela que le hizo arrugar el hocico mostrando unos prominentes dientes caminos que quizás frente a los de un animal hermano en ese aspecto, quedaría pequeño. Comenzaron a correr en dirección de ese olor, viéndola ir de árbol en árbol en ese momento.


Comenzaba la casería.


Los hombres de Harry comenzaron a peinar la primera zona junto con Charlie, con armas en manos y el mayor se fijaba donde pisaba o más bien revisaba todo a su alrededor, claramente se le veía nervioso y ansioso a la vez. Charlie se giró para ver a su amigo el cual estaba parado mirando a su alrededor.


– ¿Encontraste algo?– dijo el de bigote mientras le miraba y este elevaba la cabeza para poder responderle.


–No, nada. – a pesar de verse indeciso, su respuesta fue algo vaga; Charlie se volvió a girar caminando nuevamente y Harry bajo su mirada hasta una clara huella en medio de tierra húmeda, sin pensarlo dos veces pasó la suela de su zapato sobre la huella, borrando todo rastro de que un lobo hubiera estado por aquella zona, miró en dirección a Charlie y continuo tras él. Su mirada estaba en todo lado, hasta que sintió un ligero cosquilleo en su espalda lo que hizo que se detuviera enseguida y olfateara el aire, claramente había algo que apestaba en el lugar; apretó el arma entre sus manos mientras sus ojos giraban a su izquierda mientras cogía el arma apuntando a la zona, pero no había nada, a pesar de tener ya varios años, ese instinto nunca le fallaba y sabía claramente que había un vampiro cerca, se sentía en el aire.


Se giró nuevamente y miró a Charlie, su amigo, quien estaba ajeno a lo que realmente sucedía en ese momento, fue cuando vio que con tal silencio, aquella vampira se situó tras el hombre dispuesto a matarlo, Harry elevó inmediatamente el arma sin pensarlo dos veces intentando disparar, la vampira en menos de 2 segundos estaba frente al hombre desviando el arma y tomándole de la camisa del cuello, elevándole del suelo, le miraba a los ojos; la mujer fría solo giró su rostro en una ligera sonrisa sarcástica, dispuesta a todo, entonces noto el hombre se notaba molesto, pero su corazón tenía un ligero ritmo que nunca había escuchado en sus tantos años. Los demás cazadores estaban a varios metros lejos del lugar, por lo que no se percataron de lo que sucedía.


Un chico, Harry lo sintió, era también un frío, atacó a aquella mujer, lo que hizo que ella le soltara y cayera al suelo estrepitosamente.


Victoria rodó varios metros alejándose del lugar y por fi quedar sobre sus dos pies mirando a aquel chico que había conocido una vez junto a los Cullen, era uno de ellos, el chico estaba frente a ella en posición de ataque, pronto un lobo de pelaje rojizo llegó hasta el lugar y miró la escena, primero terminaría con la mujer y luego pensaría que hacer con uno de los Cullen, estaba en sus tierras, o por lo menos lejos del límite permitido a los vampiros de esa zona. Victoria solo sonrió de lado y miró al lobo como al chico, el lobo comenzó la carrera por atraparla y dejara de perturbar la paz en sus tierras, Emmett solo aseguraría la seguridad de Seth y lo estaba haciendo al atacar a victoria antes de que matara al padre de su Seth. Jacob mostró los colmillos y se le erizó el pelaje mientras soltaba un rugido, Victoria no se movió ni un solo centímetro retándole con la mirada. Unos rayos de sol tocaron a Emmett lo que hizo que brillara de inmediato.


Antes de si quiera tocar a la vampira, ésta giró sobre el lobo, evadiéndolo con gran facilidad, Emmett corrió a velocidad, mostrando en su rostro enojo,  la tomó por aquel impermeable verde, azotándola contra el piso duro, pero antes de darle un golpe, ésta le empujó haciendo que terminara chocando su espalda contra un gran árbol de tronco grueso; Jacob tras ver aquello no dudó en continuar aquel seguimiento, viniendo tras él más lobos, Emmett no se inmutó y comenzó a correr junto con ellos, y que claramente dieron una mirada rápida al vampiro Cullen.


“Primero la pelirroja, luego éste,” la voz de Sam retumbó en la cabeza de cada miembro de la manada. La persecución seguía y la pelirroja solo les hacia enfadar cada vez más. A Emmett no le importó estar con cinco lobos que posiblemente terminarían asesinándolo por estar en un lugar que no le pertenecía. Pero cuando se trataba de Seth, no le importaba nada más. Los rugidos por parte de los lobos era notorio, y Emmett solo incrementaba su velocidad para tener la dicha de ser el primero en dar el golpe de gracia. Victoria corría cada vez más rápido y en múltiples oportunidades, Emmett la había interceptado pero por poco tiempo, no logrando nada, cuando estaba por atraparla, esta dio un salto a una pendiente, para los lobos no fue nada, y continuaron mientras salían fueron rugidos; Emmett logró saltar volviendo a impulsarle, un olor a sal llenó sus fosas nasales, leyendo claramente lo que haría la mujer.


– ¡Saltará para huir!– gritó dándolo como advertencia mientras Sam soltaba un fuerte rugido y los lobos mostraban sus colmillos, tanto Jacob como Emmett estaban cabeza a cabeza, y cuando sentían que la atraparían, Victoria saltó al océano, Emmett resbaló un poco hasta que agarró un árbol de ancla para no irse hasta el mar como la mujer. Jacob bajó un poco más mirando como el mar azotaba con fuerza y como esa oportunidad de acabar con ella se iba, cojeó un poco en signo de fastidio y tras un minuto miró como el vampiro golpeaba el tronco grueso de aquel árbol totalmente enojado, se acercó un poco mostrándole los dientes claramente enojado porque se hubiera metido en un lugar solo de lobos. Solo de su pueblo.


– ¡¿Qué hace aquí un chupasangre?!– escupió Paul mientras intentaba acercarse más pero Sam lo tenía al mismo tiempo en que lanzaba una muda de ropa en el hocico de Jacob y este se retiraba sin quitarle la viste de encima a Emmett.


–No iba a dejar que Victoria asesinara a alguien más. Ella le debe muchas a mi familia, y solo deseo asesinarla como ustedes. – habló el vampiro observando a todos quien solo recibía miradas inquisidoras de los chicos frente a él.


–Uno de los puntos del tratado era que no se acercaran a nuestras tierras. ¿Qué hace un solo Cullen aquí? Todos debieron haberse ido hace mucho. – Emmett miró a Sam quien preguntó aquello, giró su rostro en dirección a Jacob quien se acercaba y se colocaba junto a Sam.


–Ningún Cullen debe pisar nuestras tierras. – escupió Jake enojado, odiaba tanto a esa familia, pero odiaba más al chupasangre que le había quitado la oportunidad de decirle a Bella cuanto la amaba. –Maldito chupasangre. – Jacob intentó dar un paso pero Sam lo frenó en seco colocando su brazo para que no diera un solo paso más.


–Basta Jacob, no es momento para esto. – Jacob retrocedió lo poco que había avanzado mirando enfurecido al vampiro. –Aún no me has respondido, Cullen. –


–Me quedé… para cuidar de Bella, sabíamos que Victoria estaría detrás de ella, por eso me quedé. Le hago un favor a mi hermano. – dijo pasando su vista por aquellos chicos que le miraban aún con aquella rara mirada que le ponía nervioso. –Se que Bella se fue, pero aún así… quería atrapar a Victoria y terminar con todo. –


–Tienes que estar consciente que has violado uno de los puntos del tratado…–


–Pero no el más importante, y lo hice para salvar a alguien, salve a uno de los suyos. Estamos casi en la frontera del punto que se trató. –


–Eso no justifica nada, lárgate de aquí. – masculló Paul aun molesto, casi mostrándole los dientes.


–Tranquilo, hígado, solo quise ayudar. – aquellas palabras dieron en el blanco en el botón rojo de ira sin controlar de Paul quien se abalanzó contra el vampiro. Sam intentó frenarlo rápido pero no lo logró y ambos hombres cayeron al violento mar, y solo una ola de varios metros de alto logró separarlos mientras intentaban pelear en pleno océano. A diferencia de Emmett, Paul si necesitaba respirar, por lo que salió a llenar sus pulmones de una solo inhalada, Emmett también salió a flote pero sin estar necesitado de oxigeno, el mar se tranquilizó solo un poco, dando suaves olajes en ese momento.


–Aléjate de aquí, vampiro. Aléjate de Seth. – Emmett abrió los ojos y casi extrañamente jadeo suave mirándole sin poder decir algo al comentario dicho por el contrario, sintió que todo se le iba abajo con solo esa pequeña frase. –Quizás los demás no se dieron cuenta, pero llevas el olor de Seth, no tan intenso, pero si se puede descifrar que es de él y no sé el por qué, por algo soy quien mejor rastrea de todos. Aléjate o no será Jacob quien termine contigo. Todos apreciamos a Seth, y lo cuidamos mucho, entre todos nos cuidamos. Debiste haberte ido con el resto de tu familia. – Paul comenzó a nadar hacia la orilla acompañado de olas que le ayudaban a acercarse más, Emmett comenzó a hacer lo mismo, no sabía que le sorprendía más, el hecho que a pesar de estar en sus tierras estuviera vivo o que ese lobo supiera que estaba cerca a Seth.


No lo sabía.


Comenzó a nadar y llegó un poco antes que el lobo; ambos salieron totalmente empapados, y fue cuando Sam junto con Jared llegó corriendo.


–Paul, tenemos que irnos rápidamente. – el mencionada pasaba sus dedos por en medio de sus hebras negras mirando al alpha de su manada.


– ¿Qué sucede? ¿Victoria volvió? ¿Atacó a alguien?– Emmett preguntaba mientras miraba a los lobos, se sentía tan fuera de lugar que no dudo en quedarse callado luego de aquellas preguntas planteadas.


–No precisamente, Cullen. Uno de los nuestros… –


–Silencio. – sentenció Sam, callando a Jared cuando se disponía a hablar. –Será mejor que te vayas en este momento. Nuestro pueblo está de duelo y todo gracias a esa chupasangre. Olvidaré esta falta al tratado, pero nunca más vuelvas a cruzar por aquí o yo mismo te despedazaré. –


– ¿Quién?– preguntó Paul un tanto más interesado.


–Harry Clearwater. Murió de un ataque al corazón. Acaban de darle la noticia a la familia, tenemos que estar ahí, la familia Clearwater siempre nos ha apoyado y les debemos respeto. Ve a mi casa con los demás de ahí vayan con la familia, nos necesitan. – Emmett se quedó sin habla cuando escuchó aquello y sinceramente no sabía a dónde ir en ese momento, su cabeza le decía que corriera donde Seth, ver cómo es que estaba por la dura noticia, tuvo unas inmensas ganas de volver al océano y matar a Victoria con sus manos, poder vengar la muerte del padre de Seth. Sus manos poco a poco en cuestión de segundos se volvieron unos puños que tronaron cuando apretaba cada vez más. Comenzó a caminar sin importarle los lobos en ese momento, no escuchaba nada, solo caminaba mientras su mente volaba a un lugar fuera de ahí, casi y pudo sentir el dolor de Seth plagado en su inerte corazón, sentir las lágrimas caer por sus mejillas siendo Seth quien llorara, y pudo casi escuchar un grito lastimero por una muerte irreparable y que solo haría que esa inocencia que tanto caracterizaba a Seth se perdiera en lo que es el odio, la rabia, el dolor. En ese momento se odiaba por no ser un humano normal, poder ir a aquella casa y consolarlo, no soltarlo nunca, poder sentir que ayudaba en el dolor de su Seth cuando este llorara o gritara por la impotencia. En esa oportunidad quizás Emmett no haya resultado herido, pero sentía el dolor de Seth enlazado a su cuerpo, tan fuerte que pensó que Jane estaba cerca y le estaba infligiendo su don.


“Seth… lo siento tanto. Tengo tantas ganas de estar a tu lado, pero no podré hacer nada si estos lobos me matan, no sé cómo pero estaré a tu lado. Lo prometo.”


Antes de que los lobos pudieran decir algo, Emmett había desaparecido, saliendo del lugar, saliendo de aquellas tierras, tan débil y humano que pensó que no era posible; en ese momento hubiera deseado poder llorar, llorar por el dolor de Seth, por el dolor de aquella familia.


***


Seth estaba parado en el umbral de las escaleras cuando vio a su madre y hermana hablando con Charlie, no comprendía a simple vista que era lo que sucedía, y pareciera como si todo se hubiera enmudecido por algunos minutos, solo se podía escuchar la respiración del menor, intentaba poder saber. Sus ojos se movían de hito en hito, y fue cuando las facciones de ambas mujeres se desfiguraron en según, como volvieron a la realidad en cuestión de solo unas palabras.


–Lo siento Sue, Harry murió. –


Una exhalación, una de Seth cuando escuchó aquellas palabras y no supo que decir en ese momento, no pensaba en nada, y por trillado que pareciera, recordó esa última conversación con su papá, ese mismo día, en esos cortos minutos antes de que se fuera. Seth cerró los ojos apretando los labios, y las lágrimas salieron en cuestión de nada-, todo estaba en cámara lenta, cada gesto de Seth, ansiando que aquello que escuchaba no era real, que era una típica broma de mal gusto. Fue cuando todo volvió a la normalidad y en aquella casa solo se escuchaba el lamento de dos mujeres, gritos, lágrimas y jadeos de puro dolor. Su garganta dolió, porque estaba reteniendo cada vez más ese grito que amenazaba con salir, sin pensarlo dos veces, se giró lento y aquello fue captado por los mayores, Charlie intento detenerlo, pero en sus brazos estaba Sue llorando junto con Leah. Nadie se percató que el menor subía las escaleras en un mar de lágrimas y jadeos de dolor que intentaban ser reprimidos por sí mismo.


–No… es mentira. – negación. En momentos como ese… la negación era lo que más dolía. Y lo único que nos da nuestra mente para poder pensar.


“Papá no está muerto, él prometió estar aquí y comer junto con Charlie, mamá y Leah. Prometió estar y contarme más sobre un mundo que nunca pensé que existía.”


Sus pasos eran lentos, hasta que llegó a su habitación y cerró echándole seguro, no quería a nadie ahí, se giró con los ojos llenos de lágrimas y tropezó con sus propios pies terminando de bruces en el piso de su habitación, solo en ese momento su llanto comenzó, tan doloroso, que cerrando los ojos lloro con más intensidad, jadeos por el llanto salían de sus labios, y no aguantó más hasta que un grito salió de su garganta, tan desgarrador que quiso destrozarse la garganta en ese solo grito que había lanzado, sus manos estaban empuñadas mientras lloraba y se repetía más de una vez que quería a su papá, en ese momento lo quería a su lado a cuesta de lo que sea.


–P-papá… ven… te estoy esperando… me lo prometiste… que volverías… ¡PAPÁ!–  un nuevo grito que salió no de sus pulmones que intentaban llenarse de aire por los constantes jadeos que daba Seth, salió de su corazón, de su alma, ahora más resquebrajados que nunca. Y aquel cuerpo en medio de la habitación se quedó en posición fetal mientras lloraba hasta no poder más, como le dolía todo, no quería a nadie en ese momento, su garganta dolía y sorbía la nariz en ocasiones, luego de horas de llorar, aquellas ultimas lágrimas que dejaba salir sus ojos, resbalaban de sus ojos y caían en la madera del piso.


Seth ya no estaba ahí, la vida de una forma muy cruel le hacía saber al niño, que ya no podía ser un niño, que ahora era un hombre, un hombre de 14 años que su mamá y hermana necesitaban, el hombre de la casa. Pero no estaba preparado, aún esperaba a que su papá le diera un abrazo, o le hiciera una que otra broma, y que con una sola muestra de cariño demostrara cuanto es que amaba a su hijo. Deseaba tanto un abrazo en ese momento, que no pudo hacer más que volver a llorar en aquella habitación, solo, abrazándose a sí mismo, creyendo una y otra vez que quería despertar, que era de sus pesadillas, una de esas que siempre Leah terminaba por deshacer.


En esas horas, su madre y hermana hicieron de todo para que Seth les abriera la puerta, pero no decía nada, solo se podía escuchar como lloraba y esos gritos que hicieron que las mujeres volvieran a llorar. Se hacía de noche y a él no le importaba en lo absoluto, solo esperaría a que su papá volviera de casería. Todo el llanto cesó cuando ya no había más que sus ojos pudieran dar en ese momento, se quedó aún en el suelo de su habitación sin moverse en lo absoluto. Solo podía escuchar voces en la parte baja de la casa, no reaccionaba, hasta que pudo escuchar la voz de Sam, y cuando escuchó una sola palabra, supo quién era el culpable de todo.


“Un vampiro… o mejor dicho… una maldita chupasangre. Una pelirroja.”


 Aún en estado catatónico, Seth sentía como sus fuerzas volvían y solo por una cosa.


Quería matar a esa mujer.


Y en ese momento, la vida dio un último golpe queriendo más de aquella inocencia de Seth, teniendo hambre de ese joven niño que quería a su papá, Seth se debatía entre lo bueno y lo malo. Quería matar a esa mujer, no le importaba nada, pero por otra… no podía, no podía asesinar a alguien, su padre no lo hubiera aceptado. Su mente estaba en shock aún, a pesar de que escuchaba como tocaban, nunca respondía. Su madre le dijo, tras la puerta, que irían al hospital de Forks para ver a su padre, Seth no dijo nada en ese momento, se podía escuchar la voz quebrada de su madre y luego de eso… silencio.


El cuerpo de Seth se sentía raro, y frunció el ceño, había tantas emociones mezcladas en su interior que se sintió explotar en ese momento. Torpemente se puso de pie aun con rastros de lágrimas en sus mejillas.


“Perdóname papá… pero mataré a esa chupasangre. Perdón.”


Abrió la ventana de su habitación, viéndose un Seth totalmente destrozado, casi como si fuera sólo un alma que rondaba esta vida dentro de un cuerpo sin energía y sin vida. Vio como algunos entraban a una camioneta, que claramente era de Charlie, junto con algunos de la manada. Su hermana no estaba. Y no sabía que había sucedido con ella. No supo en qué momento pero nuevamente lágrimas adornaban sus mejillas, en sus ojos y en todo su rostro se notaba tanto dolor que sorprendería a cualquiera.


– ¡Seth! ¡¿Qué estás haciendo?! ¡No saltes!– era Sam, pero Seth solo lo miró con indiferencia mientras giraba su cabeza, Sam se sorprendió de no ver nada en esos ojos. Quizás era ese el momento en el cual Seth dejara salir su naturaleza. Tenía que estar con el niño en ese momento. A pesar de los gritos desesperados de su mamá, Seth no respondía. Empuñó sus manos y frunció con suavidad su ceño andes de derramar una última lágrima.


–La mataré. – dijo más para sí mismo, pero claramente los chicos de la manada lo oyeron con claridad. Y como si todo fuera lento, Seth comenzó a correr, cada paso sobre el tejado se veía la fuerza que colocaba, totalmente decidido y con el alma destrozada, una vez llegó al borde del tejado, saltó y no le importó si se rompía un hueso, después de todo ya le habían roto costillas hace meses atrás. Para sorpresa de todos, cayó en suelo en perfectas condiciones y una vez en el suelo emprendió carrera hacia el bosque, Sam aseguro a Sue que el niño estaría bien, que fuera al hospital. El alpha junto con sus lobos, entraron en fase y corrieron tras el niño, que ya les aventajaba.


Ramas. Hojas. Troncos de árboles muertos y otros bien plantados en el suelo firme.


No le importaba nada, Seth continuaba corriendo decidido sin poder evitar que una u otra lágrima escapara. Su corazón dolía y sentía esa opresión en el pecho que en ocasiones le hacía querer volver o quedar tirado en el bosque a la merced de lo que fuera y terminara por fin en paz. Su corazón martillaba y no sabía si era por lo que corría o por el dolor que sentía en ese momento. Sus pulmones se expandían lo más que podían, y dolía.


No sabía lo que sentía en ese momento mientras sus ojos se nublaban por las lágrimas. Aquello era nuevo, quizás era aquello a lo que le decían Odio y Rencor.


Por un momento se detuvo de tanto correr, le faltaba el aire y sentía que se desmayaría en cualquier momento, pero su hambre por querer asesinar a aquella mujer se tornó nuevamente pero algo le hizo declinar a aquella decisión, un toque suave en su hombro y cerró los ojos mientras volvía a soltar lágrimas de dolor. Emmett sabía bien lo que veía, a pesar de que Seth le diera la espalda en ese momento. su pequeño sufría y no pudo hacer más que girarle poco a poco y vio su rostro, lo que hizo que deseara llorar en ese momento para acompañarle, el menor no le miró en ningún momento mientras tenía los ojos cerrados, soltando lastimeros sonidos de dolor en medio de las lágrimas. Emmett no lo dudo en ningún momento y le atrajo hasta su cuerpo y Seth hundió su rostro en el fornido pecho del vampiro comenzando a llorar sin parar, esas ganas de asesinar, se apaciguaron nuevamente por el dolor.


Emmett escuchaba como el menor lloraba con tanto dolor y cerró los ojos cuando le escuchó gritar. Nunca pensó que se le partiría el alma y corazón, ya que uno no tenía y el otro no servía; las manos de Seth empuñaron la camiseta del mayor mientras lloraba y soltaba aquellos gritos. Y nuevamente recordaba el porqué lloraba con tanto ahínco, nunca más volvería a ver a su papá, nunca lo es cucharía reír o hablar. Nunca estaría su padre para él y le dolía tanto. Era tanto dolor albergado en un cuerpo tan pequeño y Emmett penó que Seth perdería la vida de solo llorar.


–Porque… duele tanto… duele tanto… que… yo… – el pequeño cuerpo de Seth comenzó a temblar y Emmett se acuclillo no queriendo que sucediera algo que luego terminaría por arrepentirse.


–Mírame… Seth. Lo sé… duele pero…– ¿Qué decir en un momento como ese cuando has sido la última persona que lo vio minutos antes de que muriera? Nada. –Estoy para ti, aquí estoy si deseas llorar, te acompañe cuando reías, ahora lo haré mientras lloras. – Seth no detenía sus lágrimas mientras se mordía ligeramente el labio, esos temblores de su cuerpo desaparecieron poco a poco con solo ver a Emmett a los ojos. Algo desde el centro de su pecho ansiaba salir y poder gritar con tanta libertad pero se detuvo cuando Emmett le miró a los ojos, a pesar de siempre llevar esas lentillas de contacto, Seth se vio reflejado y apoyado, notó dolor en esos ojos.


Seth solo le volvió a abrazar mientras soltaba aire deseando que el dolor se vaya de su alma, Emmett le abrazaba con tanta fuerza que sintió apoyo de inmediato, algo que le reconfortaba o bajaba el dolor, casi como si fuera anestesia, dormía sus sentidos y apaciguaba el dolor que sentía en ese momento.


El cuerpo de Seth, aun lleno de dolor termino rodeado de los brazos de Emmett, y éste terminó sentado teniendo el cuerpo de Seth abrazado, como queriendo protegerlo del dolor, sabía que Victoria andaba cerca, toda esa tarde se la pasó buscando a Victoria, solo tuvo una oportunidad para asesinarla, pero como la víbora que era, se escabullía con agilidad. Bajó su mirada hasta ver a Seth el cual estaba con los ojos cerrados, pero aún así se veían lágrimas salir. Su espalda estaba apoyada en un tronco de árbol; nunca había tenido tan cerca a Seth de esa forma tan intima.


–Emmett, te quiero. – el vampiro no dejó de mirarle en ningún momento mientras le escuchaba a pesar de que su voz era un susurro, casi pareciendo como si estuviera dormido. La voz del niño rompió ese silencio. –Emmett, me gustas. Gracias por estar a mi lado. – el vampiro no dijo nada y solo le escuchó hasta que el cuerpo del menor se hacia un poco más pesado, se había quedado dormido; después de casi tres horas llorando con los  brazos de Emmett, el niño se había quedado dormido y Emmett pensó en esas palabras, sonrió un poco, recordando igual a un disco rayado esas dos palabras Te quiero.


“Yo también, Seth, y no sé si te parecerá enfermizo cuando lo hago o desde cuando lo hago.”


Pasó uno de sus dedos por la mejilla ajena y la sintió caliente, fue hasta su frente y la sintió igual. Era casi como si tuviera fiebre, colocó su mentón suavemente sobre la coronilla del menor y comenzó a susurrar.


–Tranquilo, Seth, no lo saques, no liberes esa parte de ti, estoy aquí, estaré el tiempo que quieras que este a tu lado… comencemos con un para siempre. – murmuró suave acariciándole uno de sus brazos y notando como este se acomodaba, colocó su mentó en la frente ajena y a pesar de estar aún con algo de temperatura, no era como antes, esta vez era más leve. Cerró los ojos agradeciendo por eso. No dejaría que Seth se convirtiera en lo que esa manada quería que fuera. Seth tiene un futuro y ya sea a su lado o con alguien más, haría lo imposible porque su Seth tuviera una vida normal, alejado de todo un mundo que el menor desconocía. Emmett protegería esa inocencia que se veía amenazada en ese momento, daría su vida, pero nadie le arrebataría ello a quien quería. Porque Emmett se había dado cuenta de que quería a Seth, lo quería de muchas formas y en todas eran prohibidas.


Escuchó claramente ramas quebrarse y abrió los ojos teniendo en frente a toda esa manada de lobos, les miraba retadoramente a cada uno de ellos, notó que Jacob no estaba entre ellos y le pareció un tanto extraño ya que Jacob hubiera dado la vida por Seth.


–Su madre está preocupada y su hermana lo necesita. – habló el alpha manteniéndose aún firme, Seth estaba ajeno a lo que sucedía, tratando de estar a salvo en un mundo donde nadie le haría daño, en los sueños. – ¿Crees que en Seth no despertará su metamorfosis? Cullen, Seth lo lleva en la sangre, no has ganado nada. –


–No dejaré que se convierta en un lobo. Seth necesita ahora una vida normal, no necesita un mundo donde existan seres que deberían estar en libros. Él ya sufrió, lo hace ahora. – Emmett se incorporó con cuidado, teniendo Seth en brazos quien se aferraba al cuerpo de Emmett inconscientemente.


–No intentes meterte en algo que no te incumbe, Seth tiene enterado quienes son los de la manada y quien un vampiro, y por lo visto, no le has dicho nada de tu verdadera identidad. – Sam soltó mientras Emmett le miraba a los ojos de forma retadora. Estaba claro que no le había dicho nada de que era un vampiro y que si violaba el tratado, Seth lo podría asesinar sin ninguna culpa. Emmett desvió la mirada y la dirigió a Seth quien dormía.


–Sólo aléjate de Seth, si quieres que tenga una vida normal, comienza alejándote de él, si Seth lo desea… entonces se unirá a la manada, nosotros no obligamos a nadie, todos los hacen por su propia voluntad. No te vuelvas a acercar a nuestras tierras, a ninguno de nosotros porque no dudaremos en matarte. No pensamos dar una segunda oportunidad. – Un deja vu, eso fue lo que sintió Emmett al escuchar esas palabras, no era con los lobos que trataba, casi pareciese que era con los Vulturi.


–Será Seth quien decida. Si él quiere verme, lo hará, caso contrario no. – Sam se acercó más y tomó en brazos a Seth, que cansado a las lágrimas y gritos estaba más que dormido por todo. Emmett sintió algo extraño, algo que no dejaba que se alejara tanto de Seth, y más al verlo tan ajeno al mundo que le rodeaba en ese momento. Siempre estaría esperándole, siempre. Sabía que en algún momento Seth volvería.


Sam se giró con Seth en brazos mientras caminaban nuevamente a casa de la familia Clearwater, Leah había aceptado su licantropía y se encontraba con su madre en ese momento. De Jacob aún no sabía nada, lo último que supo de él, fue que había ido a casa de Charlie por algunas cosas del sheriff ya que se quedaría acompañando a la familia en ese momento. Los lobos se preguntaban cómo es que Seth había terminado conociendo y haciéndose amigo de un vampiro, en medio de un silencio que casi y parecía incómodo si no fuera por la respiración tranquila de Seth, a pesar de ser ya muy tarde, la casa de dicha familia se hallaba con las luces encendidas y en la entrada estaban Leah y su mamá. La mujer al verlo sano, le besó el rostro y soltó lágrimas al verlo nuevamente, dormido, pero bien. Leah se sentía contenta al ver a su hermano, mas no se acerco, aún temía dañarle o algo, tal y como había hecho con Sam cuando se transformó.


Charlie le tomó en brazos y le llevó hasta su habitación seguido de Sam, Leah y Sue. La mujer le arropó acariciando su mejilla teniendo aquellos ojos rojos por las lágrimas y aquel rostro cansado, cuando dejaron al niño en su cama, todos fueron hasta la sala, Sue volvió a agradecer a los chicos, dedicándoles una cansada sonrisa, los cuales luego de algunas palabras se fueron y dejaron a las dos mujeres y a Charlie sumidos en un profundo silencio para luego cada quien irse a su habitación, el día de mañana iba a ser aún más duro para la familia. Un último adiós a Harry Clearwater.


“Confío en ti Seth, volverás y te daré una respuesta a lo que dijiste, no dejes que esos lobos te quiten lo que me gusta de ti, no dejes que ellos cambien esa inocencia, no cambies, no lo hagas. No tienes una idea de cuánto necesito decirte que también me gustas, de que es enfermizo lo que siento por ti, algo efímero. Siempre te voy a esperar, Seth… esperaré todo lo que sea necesario. Volverás y yo estaré esperándote. Porque solo quiero aliviar tu dolor, quiero ser parte de ti, quiero que seas parte de mi, solo quiero que seamos uno.”

Notas finales:

Espero que les haga gustado bastante este cap, y espero Reviews. Se que quizás no se esperaban esto, epro siempre dicen que lo mejor siempre viene al final.

Nuestro querido Seth va a tener que sufrir un poquito más pero, todos sabemos que lo vale si es que está al lado de Emmett :3

Jujuju, Gracias por los geys reviews que me dejaron y espero que lluevan en esta oportunidad. Extraño muchos reviews que ahora no veo U.U

Los amo

¡Panditerroristas al Poder!

¡TSC al Poder!

Coming Soon, COMEBACK (?) okya._.


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