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No se llamaría Amor si no doliera. por Beitha KangChoi

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CAPÍTULO CUARENTA Y TRES: No se llamaría amor sino doliera.


El caminar de aquellas tres personas por encima de la nieve será preciso y sin dudar; Paul estaba al lado de Jasper y no dudó en dirigir su mirada a su alfa de manada y dar un asentimiento de cabeza. Alice por su parte también giró en dirección a todos los que estaban reunidos en aquella oportunidad y no pudo evitar regalarle una pequeña sonrisa a su sobrino, quien en sus ojos solo reflejaba miedo por lo que fuera a suceder.


Después de todo, Naim solo era un bebé de meses de nacido.


–Mí querida, querida Alice. – La voz emocionada de Aro se escuchó, sin embargo parte de la guardia de los tres grandes les bloqueo el paso –Es un gusto tenerte aquí después de todo. – Paul se puso parcialmente enfrente de Jasper para protegerlo, y aquello era claramente visto ya que le regaló un gruñido al vampiro encapuchado.


–Tengo evidencia de que el niño no será un riesgo para nosotros. – La voz tranquila de la pequeña mujer hizo dudar a Aro y le miró afiladamente aun esperando algo más para poder creerle. –Te mostraré. – Habló extendiendo su mano por en medio de los dos de la guardia que le bloqueaban a ella, Jasper y Paul.


–Hermano. – Habló Caius para darle su consentimiento. Aro elevó la mano lo suficiente para poder dar su consentimiento y de inmediato Alice empujo al guardia para poder quitarlo de su camino, mostrando su enojo por ellos. Alice se abrió paso y Demetri no dudó en desfogar su enojo con Jasper, dándole una bofetada la cual no pasó desapercibida por Paul quien no dudó en devolverle esa bofetada convertida en un enorme puñetazo, resquebrajando el rostro del vampiro quien terminó sobre la nieve. El vapor comenzó a emanar del cuerpo de Paul dando vistazos de que entraría en fase en cualquier momento.


Jasper le sujetó del brazo sintiendo la alta temperatura a la que estaba. –Por favor, contrólate, estoy bien. No olvides lo que hemos hablado. – Aquel simple susurro hizo que Paul retrocediera un paso y mirara aun a los dos guardias frente a él que le sujetaron de los brazos, notando que éste era un licántropo más, quien no dejaba de gruñirles.


Aro tomó la mano de Alice y pronto comenzó a concentrarse para visualizar lo que la pequeña mujer le tendría que decir acerca del niño; sus ojos se concentraron en los de la pequeña mujer y se vio reflejados en los dorados que terminó por perderse por un instante en ellos hasta que sintió la pequeña mano de la mujer retirado de un tirón.


–No. No importa lo que te haya mostrado, aun viéndolo todo, no cambiarás tu decisión. – la fiera mirada de Alice le hizo darse cuenta a Aro de que tenerla en su poder no sería fácil. Alice giró el cuerpo hacia Seth y mencionó palabras mudas “Ahora”, y aquello hizo que el corazón se le encogiera al neófito picándole los ojos por las lágrimas que amenazaban con salir.


Seth observó a su pequeño que tenía los ojos cristalizados y sus pequeños labios entreabiertos.


– ¿Papi?– El menor no pudo más que apretar los labios mientras observaba lagrimas caer por las sonrosadas mejillas de su hijo. Naim giró en dirección a Emmett y también le llamó para que le dijera que iba a suceder.


El vampiro de gran musculatura se acercó hasta Liam y apretó la mandíbula aun teniendo aquellas palabras en la garganta que no querían salir, mas bien, no quería dejarlas salir.


–Cuida bien de mi hijo, Liam. Por favor. – El lobo no dudó en asentir con su gran cabeza a las palabras de su ex enemigo.


–Te amo con toda mi alma, mi amor. – Seth acarició la mejilla de su niño.


–Siempre serás mi orgullo, hijo. – Emmett dio a conocer sus palabras y el niño solo pudo soltar mas lagrimas silenciosas sintiendo como Liam se comenzó a movilizar hacia atrás y pronto girando para comenzar a correr; el corazón de ambos padres se encogió viendo como su pequeño se iba, sin embargo el mandato de Aro de no dejar que su pequeño huyera puso en alerta a todo el clan; uno de ellos dio una rápida carrera evadiendo a ambos padres y dando por ultimo un gran salto para caer encima del niño y el lobo, pero lo que no vieron venir es como el gran animal giraba y el pequeño en su lomo elevaba la mano en el aire deteniendo al vampiro de ojos carmín, suspendiéndolo en el aire, todo quedaron estáticos observando al niño. Liam no dejaba de gruñir con fuerza.


–No. Toques. A. Mis. Padres. – habló lento el niño.


Naim tenía una mezcla de emociones muy peligrosa que puso en alerta a Jasper; elevó aun más al sanguinario vampiro y pronto utilizó su otra pequeña mano, mostrándola al aire mientras la volvía un puño y se escuchaba la roca crujir y pronto el niño separó ambas manos y el vampiro perteneciente a los Vulturi terminó destrozado de extremidades superiores e inferiores junto a su cabeza a un lado.


Los fríos ojos azules de Naim se dirigieron a Aro quien no dudó en enviar a un par más detrás del niño, era una hermosa joya en bruto que sin duda podría pulir con el tiempo.


Liam no dudó en volver a girar y correr, queriendo sacar del lugar a su imprimación.


Pronto todos los ojos estuvieron en Aro quien salió volando por los aires gracias a un movimiento agraciado de Alice. Una vez aterrizó en la nieve, Aro no lo pensó dos veces y mandó a su guardia por la pequeña mujer. Primero sería ella, después el niño.


–Llévensela. – la voz demandante de Aro se escuchó y tanto Jasper como Paul se removieron del agarre de los guardias reales de los Vulturi.


Sin embargo lo que no esperaban era la fuerte interferencia y demanda de Carlisle porque soltaran a su hija, y ésta vez no fue algún subordinado que se atrevió a detener al joven doctor, sino el mismo Aro quien tras una breve pelea en los aires, terminó con la muerte del líder de aquel aquelarre; todas las familias reunidas quedaron en shock al escuchar el desgarrador grito de Esme al ver como Aro cogía del cabello la cabeza inerte de Carlisle Cullen y pronto no dudaron en prenderle fuego a aquel cuerpo; Aro no dudó en lanzar la cabeza del que alguna vez llamo amigo a las brasas del fuego.


Emmett y Edward fueron los primeros en comenzar a correr al recuperarse de aquel shock e incentivaron a los demás quienes emprendieron en la labor de vengar la muerte de un gran amigo.


Aro elevó ambas manos y pronto quienes serían los peones en un juego de ajedrez comenzaron a correr para ir contra todos los que estaban de parte de los Cullen. La cabeza de los Vulturi, Aro, giró en dirección a aquel lobo y al hijo de Emmett y Seth quienes estaban ya en un risco. Y fue el pequeño quien dio una mirada rápida al panorama con lágrimas corriendo por aquellas sonrosadas mejillas, y sin evitarlo observó aquellas dos lagunas que terminaron por llamarle una vez más la atención.


–Lo quiero ya. No dejen que escape. – Un par más de la guardia de los Vulturi fue en dirección al niño. El agudo oído de Edward logró escucharlo mientras peleaba con uno de los lacayos de la realeza y no dudó en gritar en dirección de Emmett quien estaba protegiendo que nadie tocara a su esposo.


– ¡Emmett! ¡Van tras Naim!– El musculado hombre giró la cabeza con fuerza y terminó decapitando a uno de aquellos seres antes de girar en dirección a Seth quien no tardó en mirarle a los ojos y fue él quien giró en dirección al lobo de color negro para llamar su atención.


– ¡Sam! ¡Por favor! ¡VAN TRAS MI HIJO!– El mencionado tiró el brazo del chupasangre que había matado y elevó la cabeza para soltar un aullido que podría escucharlo Liam; sin embargo uno de los lobos salió corriendo frenético y Seth logró identificarlo, claramente no era Paul, ya que el malhumorado lobo peleaba al lado de Jasper con lo mejor que podía, Jacob tampoco, estaba terminando de cazar a uno de los peones de Aro en el aire para después desmembrarlo.


Joshua.


Aquel joven lobo corrió sin importar nada tras su pequeño hijo y Liam para ayudarlos.


Joshua, cuídate y cuida de mi hijo.


El neófito volvió a la batalla esperando que todo vaya bien y que su hijo estuviera a salvo. Su mirada se quedó clavada en aquella niña rubia espeluznante que dirigió su mirada a Jasper y, Seth ni lento ni perezoso comenzó a expandir su don, sabía lo que esa niña era capaz de hacer y no iba a permitir que nadie de su familia saliera lastimado.


Jasper continuó peleando y ello descolocó a Jane hasta que giró en dirección de Seth quien le regaló una sonrisa torcida para provocarla; era una adolescente después de todo, y ellos eran muy susceptibles a provocaciones. Sin embargo no se esperó que Alec lo notara y fuera contra Seth, lanzándolo a la nieve, rodeándolo con sus brazos y aquellos segundos le recordaron al Vulturi lo que observó en Brasil y no dudó en mirar a los ojos a Seth quien comenzó a patear con fuerza para liberarse hasta que le dio un gran derechazo en la mandíbula, descolocándolo por un instante y siendo suficiente para incorporarse antes de que el vampiro fuera nuevamente contra él; Emmett estaba lo suficientemente ocupado con tres peones más que no le dejaban en paz, pareciera que lo estuvieran distrayendo.


Seth tomó velocidad y pateó con fuerza el pecho del vampiro pero no esperó a que le cogiera del tobillo y nuevamente éste cayera a la nieve tocándose el abdomen, algo le punzó con fuerza y no hizo más que cubrirse para recibir el impacto.


–Serás ahora parte de los Vulturi y después mi compañero. – sentenció el vampiro casaca roja mientras comenzaba a expandir su humo paralizante, pero no contó con que Emmett estuviera lo suficientemente cerca para escuchar lo que Alec había mencionado.


– ¡AUN ESTOY VIVO PARA IMPEDIRLO! ¡AAHH!– Emmett estaba muy enojado, lo suficiente para taclearlo y seguido colocar su pie en el cuello del hermano de Jane quien miró anonadada como Emmett la miraba a los ojos mientras sujetaba con fuerza la ropa de Alec y desprendía su cuerpo de la cabeza y hacía volar el primero por los aires notándose enojado. –No toques a mi esposo. – habló mirando el cuerpo inerte de Alec caer a la nieve y giró para ver como Seth se incorporaba y abrazaba a Emmett.


– ¿Estás bien?– preguntó Seth y eso le sacó una ligera sonrisa al vampiro.


–No robes mis líneas. – habló Emmett.


Jane al ver a su hermano muerto no dudó en dirigir su mirada hacia Jasper mientras Emmett y Seth entraban en una corta conversación. Le haría sufrir lo mismo.


Demetri junto a Félix se encargaron de darle fin a Jasper, desmembrándolo y decapitándolo, el grito de Alice llamo la atención de la pareja de casados y vieron con horror el final de su hermano. Alice no tardó en liberarse de aquellos dos subordinados de los Vulturi y comenzó a correr rumbo a la mujer que le quitó a la persona que amaba. Jane no se inmutó se giró al ver lo que había caído justo enfrente suyo, era uno de esos asquerosos lobos, éste era de color rojizo y no dudó en aplicar su don, verlo retorcerse era la gloria y a esto ayudó que Félix estuviera cerca para darle un fin, escuchando sus huesos quebrarse como palillos.


El grito de Seth solo hizo que la retorcida rubia sonriera. Era una persona especial para él. Perfecto.


Se unió el rugido de Edward quien terminó la batalla con Demetri lanzándolo lejos, sabiendo que volvería en poco, veía el cuerpo inerte de Jacob sobre la nieve y corrió hacia él. Y gritó al cielo mientras tocaba la gran cabeza del lobo teniendo los ojos bien abiertos. Pronto un aullido por parte de Leah y Paul se escuchó, sintiéndose tan triste y dando a la distancia malas noticias.


Naim lo escuchó.


Liam lo escuchó.


Pero fue el más pequeño quien comenzó a soltar lagrimas al escuchar que dos de sus tíos habían muerto.


–Liam, por favor ¡Ha-ay que volver! ¡Ellos n-nos necesitan!– los constantes hipido del menor pusieron en duda al lobo quien comenzó a bajar la velocidad al pensar en aquellas dos personas.


–Yo… yo…. no sé…– Naim escuchaba quejidos lastimeros por parte de Liam y no dudó abrazarlo, pero en el proceso observó que una sombra negra los seguía y mirando con detenimiento era uno de los que tenían ojos rojos.


–Liam… ¡Liam! ¡Reacciona!– El lobo escuchaba a lo lejos la voz de su imprimación aun escuchando en su mente las devastadoras noticias. – ¡LIAM TENGO MIEDO! ¡LIAM!– Y como si alguien hubiera escuchado el ruego del pequeño, el vampiro se lanzó sobre ambos pero fue interceptado en el aire por un lobo quien comenzó una dura batalla con el enorme vampiro moreno.


En medio de todo, Naim salió desprendido del lomo de Liam yendo hacia un arbusto seco el cual le causó algunas raspaduras en el rostro y manos al cubrirse.


Como pudieron, ambos lobos se deshicieron del vampiro quien terminó con la cabeza separada del cuerpo. Pero hubo un herido y aquel fue Joshua quien cojeaba de una de sus patas.


El menor de todos salió de en medio de los arbustos y corrió a abrazar a Liam por aquel enorme cuello peludo que ahora tenía.


– ¿Estás bien, Liam?– El gran lobo disfrutó del gesto de cariño del niño y asintió con su gran cabeza, su mirada se posó en el herido y pronto el de ojos azules se dio cuenta de eso y corrió a él, notando como se iba transformando nuevamente en humano teniendo en su ahora rostro una expresión de dolor mientras sujetaba su antebrazo el niño se arrodilló a su lado y pronto se quitó su mochila y comenzó a buscar una venda.


– ¿Qué haces?– habló por fin Joshua observando lo que sacaba de su mochila, ¿Acaso no recordaba que se podía curar él mismo?


–Acomodarte el hueso y después vendarte para que el hueso sane en su lugar. Leí uno de los libros del abuelo Carlisle. – En definitiva el niño no sabía aun nada de lo que había pasado con el doctor y era mejor así, Josh no se arriesgaría a decirle algo que le hiciera quedarse y pusiera su vida en riesgo, Sam lo asesinaría.


Observó al niño tocar su antebrazo y pronto se escuchó un crack, que hizo maldecir en voz alta recibiendo un gruñido por parte de Liam a quien no le hizo gracia lo que dijo. Después de todo Naim aun era un bebé para escuchar tales palabras. El niño vendó en antebrazo con la suficiente fuerza para que ésta no se saliera y al finalizar dejó un beso en la zona que hizo que se le subiera los colores al lobo joven.


– ¿P-por qué hiciste eso?– habló teniendo los ojos en grande.


–Mi papi dice que todo sana más rápido y mejor con un beso. – ambos se quedaron callados y pronto Liam dirigió su mirada hacia el niño.


–Es tiempo de irnos, pueden venir más. – el niño asintió con la cabeza.


–Está bien. –


– ¿Tu… lo entiendes?– habló Josh observando los ojos azules del niño quien le sonrió y asintió con la cabeza.


–Dice que es mejor irnos antes de que vengan más de esos ojos rojos. – Josh asintió con la cabeza tocando su antebrazo.


–Entonces ellos vendrán por aquí, me quedaré para asegurarme de que nadie los siga. – Naim se puso de pie acomodando su mochila en su espalda y pronto abrazó a Josh por el cuello, tocando con sus pequeños dedos parte de la piel del lobo para transmitirle algo de tranquilidad y sentir lo que Josh estaba emanando en ese momento.


–Cuídate mucho, no dejes que te lastimen, volveré cuando sea seguro, mis papás me dirán cuando. – la esperanza en la voz del niño quebró un poco a Josh, ni si quiera él sabía quiénes iban a sobrevivir.


–Está bien. – Llevó su mano dubitativamente hasta la espalda del niño, teniéndola por encima de la mochila, miró directo a los ojos de Liam y vio como éste gruñía mientras achicaba los ojos de forma amenazante y, quizás sea su propia estupidez o porque algo había comprendido inconscientemente, le sonrió de forma ladina sin dejar de abrazar al niño. –Te estaré esperando Naim. –


–Volveré antes de que vuelvas a decir “Naim”. Nos vemos, Josh. – El niño se separó y le regaló una tierna sonrisa antes de subirse en el lomo del lobo quien le volvió a gruñir y emprendió nuevamente el camino hacia la frontera para alejarse de todo aquel peligro. Era la primera vez que Naim le llamaba por su nombre.


Josh miró la venda y el beso que el niño había dejado en aquel trozo de tela y no dudó en acariciarla antes de mirar el lugar por donde ambos se habían ido; el comportamiento de aquel pequeño ser era todo ternura que por ese solo instante se hizo replantearse nuevas cosas aquel adolescente y al incorporarse y concentrarse volvió a tomar forma de lobo mientras mirada por unos segundos más el camino por donde se fueron.


Naim– pronunció el lobo en su mente, recordando las últimas palabras que le dijo aquel niño de ojos azules.


***


Jane asustada miró en su dirección para expandir su don pero no surtía efecto.


Seth.


Giró en dirección del neófito y lo vio concentrado en la pequeña mujer quien esquivaba a cada uno de los vampiros de ojos rojos. Emmett ayudaba a despejarle el paso y pronto no dudó en comenzar a correr, sin su don no era más que una niña con poco más de la fuerza normal de un vampiro. Sus manos cogieron su largo vestido para poder correr mejor pero se estaba tropezando hasta con sus propios pies y fue cuando paró abruptamente. Alice estaba frente a ella y su mirada estaba cargada de odio puro.


Por primera vez en su vida tuvo miedo.


Alice la tomó del cuello haciendo una fuerte presión y pronto sintió como se le desprendía el cuello.


–Mataste a Jasper. Te mataría yo, pero sería como darte un regalo, hay alguien quien que te quiere ver, Jane. – La joven rubia fue lanzada a la nieve a los pies de aquella bestia color plomo, mostraba unos fieros colmillos mientras lanzaba una de las extremidades superiores de un vampiro a un lado.


Se vio reflejado en aquellos grandes ojos y Jane hizo algo que no pensó haría en su vida como vampiro. Rogar por su vida.


– ¡P-POR FAVOR! ¡NO!– El gran lobo lejos de compadecerse, aquello solo le hizo enojar más a Paul y terminó atacando su cuello y pronto desprendiéndolo de su cuerpo, tirando los restos a un lado mientras su mirada se iba hacia el vampiro que había hablado con la familia Cullen. Él estaba a cargo de todo. Él es quien debía de morir.


Aro por su parte se mostraba entre asustado y sorprendido. Su pequeña niña había muerto tan fácil a manos de una bestia. Sin embargo lo que le descolocó fue aquel abrupto movimiento, parecía un terremoto, pero notó que aquello lo había provocado uno de los jóvenes vampiros que acompañaban a los Cullen. Había terminado partiendo el suelo por la mitad haciendo que varios de sus seguidores se fueran al mismo magma.


Estaba perdiendo.


Y él nunca perdía.


Y no comenzaría hoy.


Mandó a uno de sus peones por Esme Cullen quien rápidamente terminó con taclearla junto a dos más y aquello le hizo sonreír de forma espeluznante.


Por otro lado Emmett y Seth tenían un debate mientras peleaban conjuntamente contra dos de los seguidores de los Vulturi.


–Tienes que irte ¡YA!–


– ¿QUÉ?– Habló Seth sin comprender el punto de su esposo, sin embargo un nuevo dolor en su zona abdominal le hizo doblarse por lo fuerte que fue. Emmett tuvo que terminar con ambos vampiros por sí solo y pronto fue a ayudar a su esposo quien se sujetaba el abdomen con fuerza.


– ¡SETH! ¡SETH! ¿Qué está pasando? ¿Es el bebé?– El mencionado solo pudo asentir con la cabeza habiendo dolor en su rostro. –Te tienes que ir. Ahora. –


–N-no me iré. ¡ERES MI IMPRIMACIÓN Y MI ESPOSO! ¡M-Mi deber es estar a tu lado! ¡Ahh!– Se volvió a doblar por el dolor y se tuvo que sujetar de su esposo al sentir un fuerte movimiento sísmico al parecer. Al girar solo pudo ver como Esme era atacada por varios vampiros, iba a comenzar a correr y ayudarla pero una nueva punzada de dolor le recorrió el cuerpo y terminó por apoyarse en Emmett quien miraba a todo lado para no ser atacado por sorpresa y a la vez buscando a Rosalie para que sacara a Seth del campo de batalla.


– ¡NOOOO!– El fuerte grito del menor le hizo volver a girar la mirada y observó aquel desgarrador cuadro. Leah corriendo para poder salvar a Esme, llevándose consigo a los vampiros hacia el magma, salvando la vida de la ahora matriarca del aquelarre. También escuchó el grito de su madre gritando el nombre de su cuñada. –NOOO… ¡LEAH!– Seth intentó correr hacia su hermana pero los fuertes brazos del vampiro lo detuvieron mientras lagrimas bajaban por su rostro.


Seth se aferró al vampiro mientras continuaba gritando.


Aro lo escuchó.


Era el grito proveniente de Seth lo que le hizo seguir en pie tras ver como sus dos hermanos habían muerto. Iba a tener a Seth y a la cosa que tenía dentro. Ya había perdido demasiado como para irse con las manos vacías. Y fue cuando se topó con la mirada llena de odio del nuevo vampiro.


Habían muerto personas muy importantes para él. Se suponía que nadie tendría que salir herido y todo por él. Aro Vulturi.


Pese a que estaba preso del dolor en su abdomen, aun podría soportarlo antes de que el bebé le rompiera por dentro. Tenía que hacerlo por todos ellos. No soportaría perder a nadie más. No soportaría perder a Emmett.


Seth miró directo a aquellos rojos ojos y se deshizo del agarre del vampiro rubio mientras comenzó a correr a gran velocidad hacia aquel ser sin alma sin embargo su movimiento no fue lo suficientemente rápido y Aro le terminó haciendo volar por los aires tras un fuerte golpe en el pecho. El neófito terminó en medio de los brazos del vampiro quien recibió todo el impacto, haciendo que impactaran contra la nieve, rodando ambos al final. Emmett observó a su esposo y le tomó de la mano para ayudar a incorporarlo y Seth hizo lo mismo, tocando aquella mano donde estaba su anillo de casado. Eran un equipo.


Ambos observaron como Aro volvía a la carrera y fue cuando el vampiro tomó por debajo de los brazos a su esposo y lo elevó justo a la altura precisa para hacer que su cachorro impactara con uno de sus pies en la cabeza del viejo vampiro, haciendo que se desestabilizara. Pero aquel movimiento fue demasiado audaz y Seth terminó con un muy fuerte dolor en el abdomen, haciendo que se acuclillara sujetando su abdomen. Aro vio la oportunidad y atacó rápidamente a Emmett quien se había distraído a causa de los dolores del neófito.


–Serán míos. – Susurró el viejo chupasangre mientras cruzaba los brazos del fuerte vegetariano para poder tener la oportunidad de llevar una de sus manos hacia la mandíbula del rubio, haciéndola subir poco a poco y escuchando aquel fantástico ruido que emitía alguno de sus súbditos cuando estaba siendo ejecutado.


Roca quebrándose.


Seth tomó aire y pronto voló sobre los hombros de Aro, haciendo sus pies sobre aquellos mientras con sus manos intentaba desprender la cabeza del cuello del viejo vampiro, si lo hacía, todo acabaría y tendría a sus hijos consigo. Su familia estaría a salvo.


Lo estaba escuchando. Era ese ruido que le pondría fin a todo. Solo un poco más.


El fuerte golpe que recibió solo le hizo perder el equilibrio, dejando libre a Aro mientras aquel peón peleaba con Emmett, no iba a dejar que el Vulturi volviera a atacar a su familia, y reuniendo toda la fuerza que tenía en ese momento se incorporó y tomó del cuello al vampiro para que le mirara a los ojos antes de lanzarlo por los aires, haciendo que cayera muy cerca del vacío hacia el magma. Seth utilizó su velocidad para llegar a aquella zona y le volvió a tomar del cuello. El vampiro estaba ya acabado.


–Serás mío. Los tres. – Seth apretó la mandíbula por la corriente de dolor que le recorrió el cuerpo en un solo instante, y lo observó, su vientre estaba moviéndose, su bebé se estaba moviendo con violencia dentro de él y Aro solo pudo reír al sentirse ganador.


–Un muerto no puede tener algo que no existe. – Seth se colocó detrás de Aro sujetándolo con sus brazos por el torso y cuello mientras veía como Emmett se había parado en seco junto a Rosalie y Paul al ver las intensiones de su esposo. Seth derramó un par de lágrimas regalándole una sonrisa a su vampiro.


–No…– Murmuró Emmett.


“Te amamos” logró articular Seth sin soltar un solo ruido y se abrazó con más fuerza a su enemigo mientras dejaba caer su cuerpo y el que estaba consigo hacia atrás. Emmett gritó su nombre mientras corría en dirección a él.


Seth sintió el vacio en su espalda y pronto comenzó a forcejear con Aro al cual tuvo que volver a someter, terminando sobre él mientras aun caían y estaban cada vez más cerca del magma. Seth hizo un movimiento y terminó por desprender la cabeza del cuello del vampiro.


–No tendrás a mis hijos, a mi esposo o a mí. – Aro reflejaba terror al verse en aquellos ojos del neófito y como el cuerpo de Seth pronto lo dejó. Viendo que era sujeto por Emmett y éste era sujetado con esfuerzo por Rosalie. La cabeza de Aro giró en su eje y se vio cara a cara con el fuego ardiente.


Era su fin.


Su cuerpo terminó siendo consumido por el fuego mientras sentía volverse nada.


Un pestañeo.


Solo un pestañeo fue suficiente para que Aro volviera a la “vida”. El gran Vulturi soltó la mano de Alice quien mostraba un rostro tranquilo. Hasta podía sentir su pecho subir y bajar como si hubiera casi corrido una maratón por todo el mundo.


Sus ojos pasaron a todos aquellos que estaban presentes del lado de los Cullen y pronto se quedó observando a aquel niño de ojos azules eléctricos quien le miraba sin si quiera pestañear. Y de esta forma terminó teniendo en su campo de visión solo a Seth quien le sostuvo la mirada como Emmett a su lado.


En definitiva todos estaban ahí.


Fue una visión demasiado real como para que solo ocurriera en su mente gracias a Alice. Había sentido el fuego en su cuerpo y eso le asustó.


Carlisle. Su buen amigo aún seguía ahí.


–Ahora lo sabes. Ese es tu futuro. A menos que decidas alterar su curso. – La voz de Alice le sacó de sus pensamientos.


–No podemos hacer eso. El niño sigue siendo una gran amenaza. – Habló Caius


– ¿Y si se asegura que se mantendrá oculto de los humanos? ¿Podemos irnos en paz?– La fuerte voz de Edward se hizo escuchar, tenía que buscar alguna otra salida y soluciones para su sobrino, él había visto lo que Alice mostró y no quería que ocurriera. Nadie lo merecía.


Ahora Aro sabía lo que Naim podía hacer.


–Por supuesto. ¿Pero cómo piensan hacerlo?– La burlona voz de Caius volvió a aparecer.


–Ya te lo dirá. – Tanto Seth como Emmett fruncieron el ceño al no comprender a lo que su hermano se refería.


Alice retrocedió unos pasos colocándose al lado de Paul y Jasper, no sin antes regalarle una sonrisa a Emmett.


Pasos sobre la nieve se escucharon y todos comenzaron a posar sus ojos en los nuevos protagonistas de ésta parte de la historia y que sin duda tenían a Aro más que curioso por lo que podría llegar a suceder.


Un hombre y una mujer con trajes autóctonos de alguna tribu al parecer.


–Estuve buscando mis propios testigos en las tribus Tikuna de Brasil. –


–Hay suficientes testigos. –


–Déjala hablar. – Aro mando a callar a Caius y Alice prosiguió, sin embargo fue el hombre frente a los Vulturi quien comenzó a hablar.


–Yo soy mitad humano, mitad vampiro como el niño y como hombre lobo que tiene al niño en su lomo. – Aro frunció el ceño al no comprender del todo la información.


El hibrido comenzó a contar parte de su historia y su alimentación sorprendiendo a muchos de los presentes que podían escucharlo. Una vez culminó, Aro realizó la pregunta que había estado rondándole la cabeza.


– ¿A qué te refieres con el lobo que tiene al niño?– El mencionado le gruñó al escuchar que se dirigía a él.


–Su nombre es Liam, es mitad vampiro y mitad lobo. – Habló Alice y pronto elevó la mano en su dirección para que éste se acercara. La expresión dubitativa del lobo hizo dudar a Aro, sin embargo le pareció curioso lo que ocurrió a continuación.


–Anda, Liam, ve. – El niño comenzó a hablar con el lobo mientras acariciaba su pelaje. –Sí, yo estaré bien. – Una tierna sonrisa se dibujó en el rostro del ojiazul. –Yo pienso que el asustado es otro. – Naim bajó del lomo del lobo con ayuda de Emmett quien lo mantuvo en sus brazos para estar más seguro.


El lobo comenzó a caminar a paso lento e imponente hasta quedar a la altura del hibrido a quien miró de soslayo para volver a dirigir su mirada al vampiro; Liam algo dubitativo salió de fase, terminando sobre sus dos piernas y teniendo los ojos sobre los rojos contrarios.


–Impresionante. – Habló el líder y se acercó observando cómo emanaba vapor de su cuerpo, a Liam poco le importó estar desnudo frente al vampiro, por el contrario se veía decidido y enojado.


–Mi padre era un hombre lobo, perteneciente a la tribu Quileute y mi madre era una hibrida, mitad humana, mitad vampiro. –


–Miente. – se volvió a manifestar Caius, y Liam le regaló un gruñido mientras avanzaba un paso.


–Deben de recordarlos, ustedes malditas sanguijuelas los asesinaron. – El odio palpable en la voz de Liam hizo sonreír a Aro y pudo recordarlo. Recordó esa noche, iban tras una abominación.


–Claro que los recuerdo, han pasado varios años. Íbamos tras lo que había nacido de aquella unión. Tu. –


–Mi madre, Naim, él y yo somos iguales. – Liam había señalado a cada uno de los que estaba mencionando, incluyendo el nuevo personaje en cuestión.


– ¿Qué edad tiene él?– Preguntó Seth en dirección al recién llegado, quien giró para poder verle directamente.


–Ciento cincuenta años. – Seth sintió que el alma se le devolvía al cuerpo al escuchar la respuesta.


– ¿A qué edad llegaron a su madurez?– Interrogó Aro.


–Yo me hice adulto siete años después de nacer. Desde entonces soy así. – habló el recién llegado.


–A la misma edad. – intervino Liam.


– ¿Y su dieta?– Volvió a intervenir el Vulturi.


–Sangre. Comida humana, puedo vivir de ambas. –


–Podemos vivir de sangre o de comida humana. No hay peligro alguno. – Gruñó Liam.


–Éstos niños son parecidos a nosotros. – Marcus se hizo presente en la conversación.


–Aún así los Cullen se han vuelto íntimos amigos de los lobos. Dos de ellos son parte de esa familia. Son nuestros enemigos naturales. – Aro giró en dirección a sus hermanos y a todos los que estaban tras ellos.


–Queridos míos, aquí no hay peligro alguno. – La voz apacible de Aro se hizo notar, casi si estuviera dando un discurso motivacional a cada uno de los que estaban presentes de su lado en ese momento. –No habrá pelea. Hoy. – Y recalcó la última palabra.


Pronto todos comenzaron a retroceder y en un abrir y cerrar de ojos ya ninguno de los ojos rojos estaba cerca a excepción de Aro quien se quedó viendo a Seth, Naim y Alice por un breve momento más.


Su rostro se amplió en una sonrisa cómplice. –Pero que recompensa. Tutto mio. – Mencionó aquellas últimas palabras antes de retirarse por completo.


Liam volvió a su estado de lobo rápidamente mientras los vampiros más viejos incitaban a un ataque por la espalda sin embargo Carlisle les negó aquello haciendo que ambos hombres salieran de su visión mientras todos comenzaban a celebrar el haber prevenido una guerra.


Solo Alice y Edward sabían la verdad y quizás sería algo para contar a la familia. Después. Ahora era momento de celebrar y conocer a los dos recién llegados.


***


En los días siguientes una noticia terminó por sorprender a cada uno de la manada; Leah Clearwater terminó imprimando del recién llegado, Nahuel.


La noticia en efecto le creó una desazón de boca a Sam, sabía que debería de por fin sentirse feliz por Leah y sobretodo tranquilo de que por fin aquella mujer a la que alguna vez amo y quien sufrió por él, encontrara a su otra mitad, pero… no podía sentirse feliz. No podía ni quería.


Sentía que hasta le robaban algo.


Era extraño el sentimiento a pesar de tener su imprimación esperándolo en casa.


Los amigos de Carlisle y Esme fueron yéndose en el transcurrir de los días, pocos fueron los que pudieron conocer al nuevo miembro de la familia de Emmett y Seth, entre ellos solo fueron el clan Denali junto a su nuevo miembro, el clan de Egipto y los dos recién llegados de Brasil.


Seth pudo soportar una vez más el fuerte dolor con el que enterrado aquel bisturí en su abdomen, todo el proceso tuvo que ser rápido ya que el cuerpo del menor comenzaría a currarse en cuestión de segundos, Carlisle hizo un trabajo fenomenal al poder traer al mundo a un bebé en solo dos minutos, contando desde que hizo la incisión.


Naim Kiran McCarthy Clearwater Cullen.


Luke Philipe McCarthy Clearwater Cullen.


Esos eran los nombres de sus dos hijos y ahora nuevos miembros de un clan y manada.


Seth estaba bajo constante revisión de Carlisle y había una pregunta que moría por preguntar hasta que el doctor terminó su chequeo y una vez más verificó que la incisión estaba totalmente cerrada y no había rastro de la misma.


–Carlisle… yo… ¿Podré tener más hijos?– El doctor observó la mirada del menor, era una extraña mezcla entre miedo y emoción a la vez.


–Tras el nacimiento de Luke tu ritmo cardiaco ha disminuido aun más, casi en su totalidad, parece que era el bebé quien te mantenía “vivo”, por lo que podría deducir que no. – Seth frunció el ceño, no sabía cómo sentir en realidad, estaba feliz y a la vez decepcionado. – ¿Tenías en mente tener más hijos?– La voz de Carlisle terminó por sacar a Seth de sus pensamientos.


–El sueño de Emmett siempre ha sido tener hijos y no solo tiene uno, sino dos hijos, yo estaría dispuesto a darle los hijos que él quisiera pero siempre habría un peligro en todo esto. No me siento triste, quizás solo decepcionado de escuchar en voz alta lo que ya tenía en mente. –


–Emmett es más que feliz con los dos hijos que tiene y sobre todo con su matrimonio. –


–Gracias por todo. –


–Eres mi familia, Seth, y soy yo quien debería de darte las gracias, diste a ésta familia emociones y alegrías, me hiciste abuelo, dos veces. Yo nunca hubiera pensando en esa posibilidad antes de conocerte. Gracias Seth. – El menor iba a replicar pero decidió callar y asentir con la cabeza a lo mencionado.


Una vez Carlisle salió de aquella habitación, Seth soltó un suspiro muy habitual en él mientras recapitulaba todo lo ocurrido en éstos años, a su corta edad había pasado por mucho; casado y con hijos. Había dado a luz a uno de ellos, había tenido que dar la cara por sus tres razones de vida frente a lo más alto de la realeza en el mundo de los vampiros.


–Piensas mucho. –Seth elevó la vista y la posó en aquel magnifico ser que estaba en el marco de la puerta sosteniendo algo pequeño en brazos.


–Lo necesario. – Sonrió viendo como Emmett comenzaba a caminar hacia él, sentándose en la cama y recostando la espalda hacia atrás, permaneciendo sentado y con aquel pequeño ser en sus brazos el cual se movía dormido teniendo su chupón en movimiento. Seth lo tomó en sus brazos y se mantuvo adorándole con la mirada.


–Has hecho tanto por mí y yo nada por ti. – La voz del vampiro le sacó del trance y se centró en su esposo.


–Emmett, si no fuera por ti, nada de lo que vivo ahora sería realidad, tú hiciste todo posible, yo solo imprimé. Más bien, siento que no te di opción. –


–Recuerda lo que Sue dijo, nuestro amor es grande debido a que ya te amaba antes de imprimar, todo el tema de la imprimación solo fue un plus a lo que yo sentía por ti. – Seth asintió con la cabeza. –No pensé que podría amar como te amo y tampoco tener una familia. Me diste todo en ésta vida, solo en unos pocos años, no pensé que encontraría todo esto. –


–Para mi fueron muchos. –


–Cuando pase éste primer año, te darás cuenta de que uno es solo un segundo a comparación de la vida que nos espera por delante. – El pequeño Luke comenzó a quejarse en brazos de Seth, sin embargo a comparación de Naim quien normalmente quebraba vidrios, hacia volar objetos, nada de ello pasó salvo el comienzo de un llanto debido a que éste tenía hambre, pronto unos golpes sutiles se escucharon y vieron a Esme ingresar con un pequeño biberón. Seth y Emmett le brindaron una sonrisa y el menor de ambos le entregó a su hijo para que pudiera alimentarlo, en realidad le gustaría hacerlo él mismo, pero no podría robarle ese privilegio a su querida suegra, sabía que ella también disfrutaba de sus dos hijos y los amaba. Le hacían vivir cada día por completo.


Le agradeció a Esme y pronto su pequeño Luke desapareció junto a Esme quedando solo con Emmett quien le rodeo con sus brazos. Era interesante que ante cualquier llanto de Luke o Naim, Rosalie o Esme estaban en menos de un segundo con ellos para reconfortarlos; ésta vez sorprendió a ambos ya que la pareja de casado estaban en su propia casa y no en la Cullen. Seguro Esme ya tenía a Luke comiendo en la casa central con Rosalie, Naim y Liam rodeándole.


–Ciento que recién estamos iniciando todo, que después de lo ocurrido con los Vulturi, recién estamos comenzando a vivir como se debe. –


–Seth, no tienes que temer a nada, tienes a toda nuestra familia para cuidarnos y sobretodo me tienes a mí. – Seth guardó silencio mientras su mente iba a mil por hora en ese momento, estaba pensando mucho las cosas en realidad.


– ¿Qué hubiera pasado si… esos niños abusaban de mi en el bosque? ¿Y si nunca llegabas y en verdad me mataban a golpes? ¿Si solo hubieras encontrado mi cadáver?– Emmett frunció marcadamente su ceño al escucharle hablar y giro la cabeza para poder verle de frente mientras con la fuerza propia de un vampiro colocaba al menor sobre sí mismo, aun estando Emmett recostado en el espaldar de la gran cama matrimonial, ambas piernas del menor quedaron a los lados del vampiro mientras sus brazos descansaban sobre aquellos amplios y fuertes hombros.


–En primer lugar, esos bastardos no era unos niños, eran adolescentes y en segundo lugar, ¿A qué vienen esas interrogantes?– Seth se acercó y besó el entrecejo de su esposo.


–Solo dije algunas de las cientos de preguntas que tengo en mente cada vez que veo a nuestra familiar y a ti. Pienso inconscientemente en el “¿qué hubiera pasado si…?” y siempre me doy cuenta de que tuve suerte. –


–Algo que aprendí estando a tu lado y pasar por lo que ya hemos pasado es que la suerte no existe, solo decisiones. Y cada una que he tomado hasta ahora han sido las correctas para poder estar a tu lado, para poder tener lo que ambos tenemos ahora. – Las fuertes y grandes manos de Emmett se afianzaron a la cintura de Seth quien le brindó una linda sonrisa; si fuera por él mismo, estaría en casa de sus suegros o de su madre en éste instante, pero la insistencia de Emmett de que quizás aun sienta dolor le hicieron quedarse a regañadientes en la cama, pese a que ya habían pasado tres días desde que Luke nació. Seth se sentía más fuerte que nunca pero tenía a un vampiro terco por esposo.


–A excepción cuando me mentiste. –Emmett soltó una sonrisa torcida mientras bajaba la mirada; aquella era una parte que aun no se perdonaba en lo absoluto. Una mentira provocó que Seth sufriera demasiado por su culpa, llevo al borde de la muerte al pequeño ser que juró cuidar desde el momento en el cual lo vio moribundo en medio del bosque. Sabía que su esposo solo lo decía en son de broma pero no podía evitar sentirlo como reproche.


–Emmett… –


–Sabes que no me perdono esa etapa. –


–Y tú sabes que solo bromeo. Tienes que dejar eso atrás, no es divertido si te lo tomas enserio. –


– ¡Pero lo es! ¡En verdad te lastime!– Seth acunó el rostro de su esposo en medio de sus manos, acariciando la tallada mandíbula del cual era poseedor, visualizó los rasgos de aquel vampiro que le había robado el corazón y no había imperfección alguna.


“No se llamaría amor sino doliera”. Pienso en esa frase cada vez que recuerdo los momentos difíciles, pese a todo el dolor que nosotros mismos nos hemos podido causar…– Emmett le miró directo a los ojos casi reprendiéndole que aquello no parecía nada justo. –… está bien, todo el dolor que uno pudo causarle más al otro…– El vampiro asintió ligeramente con la cabeza al estar ya de acuerdo con las palabras del joven Clearwater. –… el amor siempre ha estado presente, pese a todo el dolor, ese sentimiento estuvo siempre ahí con nosotros, con nuestras familias, con nuestros hijos. Tuvo que doler para poder sentir el amor en toda su magnitud. El amor duele a fin de cuentas, decepciones, engaños, desamores, el amor siempre duele, solo se le tiene que encontrar la esencia, así como nosotros lo hicimos. Y me siento feliz de que haya sido a tu lado. – Sentía algo llenarle el pecho al hablar, sus ojos los sentía húmedos y amenazaba con llorar, estaba exponiendo sus sentimientos en aquel momento. –Estoy feliz de que el amor haya dolido a tu lado y de que ahora lo disfrute totalmente y quiero que siempre recuerdes que nadie va a amarte como yo lo hago, que nadie amara como lo hago yo… y que nadie podría entregar todo lo que he entregado yo, incluso mi propia vida. –


Emmett se quedó mudo ante aquellas palabras, sintiendo como algo volvía a darle calor en el pecho, como si unos suaves latidos aparecieran en su pecho solo por escuchar aquellas bellas palabras.


–Sabes que… hay solo una excepción. – Las palabras de Emmett hicieron que Seth desbordaran en lágrimas mientras sonreía mostrando unas hermosas bellas lunas por ojos, aquel gesto que uno de sus hijos heredó. Seth estuvo de acuerdo con las palabras de su esposo y asintió fervientemente con la cabeza mientras quedaba arrodillado en la cama y comenzaba a besar con vehemencia y pasión los labios de su vampiro siendo correspondido en el acto viéndose rodeado por dos grandes brazos.


Era un alivio para ambos seres el no tener que respirar, Seth sentía que aquella capacidad de que su corazón aun palpitara bajamente quizás desaparecería con los años, así como también todo lo humano que estaba en él se iría borrando con el pasar del tiempo.


El matrimonio continuó besándose hasta que Seth fue empujado hacia atrás trayendo consigo el gran cuerpo del vampiro sobre el suyo, teniéndolo en medio de sus piernas sin dejar de verle a los ojos, habiéndose separado un instante par realizar dicha acción.


–Se hace tarde, quiero ver a todos. – la voz de Seth se presentó y Emmett negó con la cabeza. –No tenemos tiempo. –


–El tiempo ahora se tendrá que detener por nosotros, Seth, ahora es nuestro momento de dejar de correr. Ya lo dije en nuestra boda: “Comencemos con un para siempre”. Que éste sea el inicio de nuestro para siempre. – Seth sonrió ampliamente quedando solos rastros de aquellas lágrimas que se perdieron en medio de los besos que ambos se dieron.


–Para siempre. –


Emmett volvió a plasmar sus labios sobre los de su esposo, saboreando en cada movimiento que aquellos solo eran suyos, que nadie más podría tener tan privilegio y que nadie podría amarle como él lo amaba. Que nadie podría tener su cuerpo y sobretodo su corazón ya que éstos le pertenecían a él. Disfrutaba de lo primero y atesoraba lo segundo.


Quizás era momento de demostrarle a Seth como se comenzaba un “Para siempre” en aquella cama y en aquel día. “No se llamaría amor sino doliera” entonces prometía que haría gritar a Seth solo de placer y hacerle llorar de alegría.


Que hoy diera inicio a su “Para siempre”.


Fin.

Notas finales:

¡Hola pueblo!

OFICIALMENTE DOY POR CULMINADO ÉSTE HERMOSO FIC.
Muchas gracias a todas las personas que me apoyaron desde el primer capítulo.

Siento que el corto espacio que me dan aquí para poder agradecer es minimo y por ello solo les digo: "GRACIAS POR TODO".
Cortas pero verdaderas palabras de agradecimiento por todo éstos años.

Éste proyecto inició con la idea de ser solo un OneShot o historia corta y se convirtió en una historia de TRES TEMPORADAS COMPLETAS.

Cada uno de los reviews que he recibido me han dado el aliento necesario para poder continuar. GRACIAS INFINITAS.

A los 352 reviews en Amor Yaoi y a los 153 habitantes en Wattpad. Mis infinitas gracias. Apostaron por mi y espero no haberlos decepcionado.

Por ser el último capítulo, espero de todo corazón recibir muchos reviews y hacer un vídeo contestando o leyendo cada uno de sus mensajes, se los agradecería en verdad. Sería una linda forma de despedir el FIC, NUESTRO FIC.

Nos leemos en próximos proyectos que espero apoyen como lo han hecho con éste; son geniales. ¡Que viva el EmmSeth!

Yo soy BlissHat/Beitha KangChoi y... ya nos leemos en otra historia.


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