El castaño caminaba muy alegre por las calles de Namimori, su madre había salido a comprar varias cosas para la cena y no volvería, hasta más tarde.
Esa era una de las razones por las que estaba muy feliz. No es que le desagradara la compañía de su madre, al contrario, la amaba mucho y gustaba de estar cercas de ella... pero...
Cuando un plato de comida estaba de por medio... deseaba mejor estar solo... muy muy solo...
Pero ahora no estaba muy seguro de si eso era lo que quería. Pues había ido a buscar a sus amigos de la infancia, esperando que no lo confundieran con una chica.
Pero no tuvo que preocuparse mucho por eso...
Cuando fue a la casa de cada uno, sus padres lo recibieron, y se entero de tristes noticias...
Gokudera-kun y Yamamoto-san, habían escapado de casa por un amor que sus padres no aceptaban.
Hibari-san había ganado una beca en Australia.
Mukuro y Chrome... a saber... de ellos no tenía ni pista.
Ryohei y su hermana, se habían ido a vivir a Estados Unidos...
En resumen... estaba SOLO.
Ya eran las 7 p.m.
El sol se estaba poniendo y aun no encontraba nada interesante que hacer, cuando de repente...
-GYAAAAHHH!!!!- el grito de varios niños lo asusto.
Giro a todos lados, buscando el lugar de donde se originaba aquel grito. Lo localizo un par de cuadras más adelante y corrió hacía ese lugar.
¿Para proteger a los niños?
¿Un acto de heroísmo?
No... Para nada...
La razón por la que corría como alma que lleva el diablo hacía aquel lugar, era puro y simple...
Aburrimiento.
Siete cuadras fue lo que avanzo, para poder encontrar el lugar en el que gritaban los niños.
"Gritan fuerte" pensó, pero dejo de lado el pensamiento para analizar todo a su alrededor.
En primer lugar... estaba alejado de las casas conocidas, se encontraba casi al pie del bosque, solo por un pequeño detalle, y ese era, la enorme casa de madera frente a él.
Su estructura era hermosa, de dos pisos, varias ventanas y adornos de casa muy bonitos, pero lo que la opacaba, eran esas telarañas y hoyos, que probablemente hicieron las termitas.
/// POV de Tsuna ///
Observe el pie de la casa, ahí era donde se encontraban los niños que habían soltado aquel grito.
En total eran tres, todos varones, pelo negro, y... ah... son trillizos.
Bueno, eso es lo que menos importa.
-¿Paso algo?- les pregunte acercándome hacía ellos, lo cual, solo causo que se asustaran más, ya que dieron un fuerte respingo.
Sin embargo, ninguno giro a verme.
Miré a todos lados, buscando algo que me indicara alguna terrible travesura por parte de aquellos chiquillos, pero no encontré nada.
Los rodee para verlos mejor, ¿Quién sabe?, a lo mejor alguno estaba herido.
Al dar la vuelta los vi y... nada... no había sangre, moretones o rasguños.
Entonces... ¿Qué paso?
Observe sus ojitos de color azul y... estos demostraban... ¿miedo?, ¿horror?
Seguí la mirada de esos tres pares de ojos, y encontré lo que ellos miraban con tanto temor.
Una pelota verde con espirales rojas, estaba atorada en una de las ventanas de la planta baja.
Mire a los niños de nuevo.
-¿Quieren que vaya por su pelota?- les pregunte amablemente, y ellos me miraron con preocupación, pero aun así, me dieron una afirmativa.
Camine con paso tranquilo hasta aquella casa y...
/// POV de Alguien ///
Me encontraba del otro lado de la ventana, sosteniendo con diversión aquella pelota de color chillón, hasta que vi a ese chico castaño interactuar con los mocosos.
Desde mi ángulo no podía ver su rostro, hasta que lo vi acercarse, al parecer venía por la pelota.
Perfecto, hoy traumare a cuatro idiotas.
Espere pacientemente a que se acercara, y una vez frente a mí... hable.
-Más te vale que te marches, si no quieres morir...
/// POV de Tsuna ///
Escuche que me decía una voz lejana, pero a la vez tan cercas... era algo tétrico y profundo... pero... hasta cierto punto, era muy atractiva.
Mire la ventana y busque al poseedor de tan hermoso timbre, y...
/// POV de Alguien ///
Me sonrió...
Me asuste ante tal acto...
Esta... es la primera vez que una persona viva me sonríe.
Ahora que estábamos más cercas pude ver su rostro...
Es hermoso... de esos labios como cerezas, hasta esas hermosas mejillas sonrojadas como manzanas, su piel canela, sus cabellos de chocolate y... esos ojos miel...
¡Dios!, este niño está para comerse completo.
Relamí un poco mis labios... y él...
¡Carajos!, ¿me está provocando?, de ser así, lo hace jodidamente bien.
/// POV de Tsuna ///
Al parecer lo sorprendí.
Qué extraño... ¿él es un fantasma, no?
En Italia, Daemon me hablaba mucho de ellos, siempre decía que no debíamos de tenerles miedo.
Que ellos son almas penitentes y no tienen la opción de morir para acabar con su soledad... es por eso, que debíamos de ser comprensivos al verlos...
Cuando dijo eso los chicos se rieron mucho de él pero yo me quede admirado, Daemon siempre me ha parecido increíble... miedo... pero es genial.
Es por eso que no me asusto con él, se que solo quiere atención... además... es demasiado guapo como para temerle...
Vi como se relamió los labios... de una forma tan... ¿sensual?
Sin poder evitarlo, mordí mi labio inferior, con un pensamiento, que no sé si está mal...
Pero me antojaba besar esos finos labios...
/// Fin de los POV'S ///
Y así fue como ocurrió, en un frió diciembre, "Alguien", quería asustar a un bello castaño desde el ventanal...
Pero al mirar sus ojos, él cayó en su fondo hasta su corazón...
Al igual que el castaño... algo le decía que no podría alejarse de esos pozos negros, que lo observaban y devoraban por completo.
8 p.m.
Los niños se habían marchado y el cielo había oscurecido...
Pero no les importaba... solo ellos... el que tenían enfrente... era lo que importaba.
¿Fin…?
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