No sabía cuándo ni cómo comenzó todo exactamente, simplemente sabía que cada vez que estaba a su lado sentía que su mundo perdía el sentido y que sólo giraba alrededor suyo, que nadie era tan importante como él. No sabía qué era lo que le habían hecho, qué truco tan barato habían utilizado o si era un hechizo o algo parecido, lo único que lograba entender era que necesitaba estar a su lado para protegerle, darle apoyo cuando lo necesitara, para hacerlo feliz o velar por sus sueños incluso a metros de distancia y que él no supiera que estaba cerca. Necesitaba saber que estaría a salvo en todo momento, por eso no podía dejarlo sólo, por eso les dijo a sus amigos que estén todo el día pendiente de él y él lo haría por las noches, aunque eso último no tuvo la necesidad de decírselos, ellos ya lo sabían.
Habían pasado varios meses desde que decidió que tenía que cuidar a su pequeño y no dejar que nada le pasase, a pesar de que cuando estén juntos le tratara bastante mal y ya había recibido varias quejas provenientes de los amigos del chico diciendo que tenía que cambiar, que tenía que hacerle sentir especial si en realidad quería enamorarlo. Pero para él era imposible creer que el humano algún día se podría enamorar de él, le era imposible creer tan sólo el hecho de que él le podría dar algo más que sólo los gruñidos, las cejas alzadas y los brazos en jarras que muchas veces le ponía. No se veía de nuevo con alguien agarrado de la mano o simplemente besando sus labios. No. Todas las personas con las que se imaginó un futuro le habían abandonado, sea porque él lo había decidido o porque estas se fueron por su propia voluntad. Incluso ya dejó de creer en el destino después de que su hermana fuera encontrada muerta y despedazada en su viejo pueblo por su propio tío.
Ahora se podría decir que sentía algo parecido a lo que sintió por Paige y al tratar de estar por siempre con ella y crear un futuro juntos, la había cagado. No quería que eso volviera a pasar, no quería que después de pensar en muchas cosas bellas juntos la volviera a cagar. Sabía que el humano sentía algunas cosas por él, pero no creía que era amor, para él este sólo sentía admiración hacia él, lo cual lo alagaba. A pesar de que el mejor amigo del humano y su mano derecha como alfa le hubiese dicho varias veces que el olor que el humano lanzaba cuando estaba a su lado era algo distinto y el no creía que era admiración, él se negó rotundamente a creer que el humano podría sentir algo más que no sea simple admiración por él.
Más de alguna vez estando sólo en el bosque, sentado en algún tronco seco que en algún momento fue parte de algún árbol que estaba por ahí y que ahora estaba tirado en el piso lleno de lodo y hojas, se puso a pensar que quizás se estaba equivocando con el humano, que quizás debería darle una oportunidad, quizás debería darse una oportunidad a él mismo y comenzar de cero, cortejar al menor como se debe. También se puso a pensar como sería la idea de estar juntos. En ese momento se permitió pensar en cómo sería su futuro junto a él, como novios, siendo parejas. Se permitió imaginarse a él y al humano agarrados de la mano, besándose, celebrando sus primeros años juntos como pareja. Se permitió imaginarse como le pediría la mano, hasta se permitió imaginarse en la gran mansión de su familia ya reconstruida y con varios niños corriendo por el jardín mientras ellos abrazados los miraban desde la puerta y recordaban lo difícil que había sido estar donde estaban en ese momento, los inconvenientes que tuvieron y todas las malas rachas que pasaron, como también todas las cosas bonitas que les llevaron a estar ahí. Y por un momento pudo ser feliz, una sonrisa se pintó en los labios y sin darse cuenta los ojos se le pusieron borrosos por pequeñas lágrimas de felicidad que se hacían presencia en estos hasta que volvió a la realidad y se dio cuenta que eso jamás pasaría, el jamás le diría de sus sentimientos hacia él al menor, mucho menos lo admitiría en alto. Al recordar que estaba en el hoy, que ese futuro jamás existiría, que jamás volvería a ser feliz de verdad la sonrisa que tenía en los labios al imaginarse cómo sería su vida con ese humano hiperactivo a su lado se desvaneció de estos como si fuera que alguien se la hubiese arrebatado. Sintió un vacio en el interior y sin poder contenerlas más, las lágrimas que antes eran de felicidad se convirtieron en unas de tristeza pura y comenzaron a danzar por sus mejillas, cayendo y perdiéndose en alguna parte de la tierra. Esta era la primera vez en muchos años que se permitía llorar. Después de mucho tiempo sufriendo en silencio dejó que los sentimientos salieran de él mostrándose a si mismo vulnerable. Agradeció que nadie estuviera en el bosque en ese momento. Agradeció poder estar solo para poder sacar sus penas en esas lágrimas que habían estado esperando para salir hace muchísimo tiempo. Esas pequeñas lágrimas que corrieron libres por sus mejillas por un primer momento y que ahora parecía que estaban jugando alguna carrera para ver quién llegaba más rápido al final de sus mejillas.
Tan inmerso en su sufrimiento estaba el hombre que no se percató que alguien lo observaba escondido desde el tronco de un árbol que aún estaba en pie, alguien que no podía verlo así. Se acercó un poco al cuerpo que estaba haciendo pequeños movimientos que este interpretó como sollozos. No sabía si molestar al hombre sería una de las ideas más brillantes que había tenido alguna vez ya que él era el ideista de la manada por así decirlo y ver a su alfa en ese estado le dolía. Le dolía porque aunque él lo tratara mal y lo odiara éste lo veía como su amigo y él odiaba ver mal a sus amigos.
Derek de pronto escuchó un ruido detrás suyo, como si algo cayera desde una altura bastante alta. La sorpresa que se había llevado al darse cuenta que lo que se había caído por seguramente estar espiándolo era uno de los motivos por el cual él estaba llorando hace unos segundos.
– ¡Derek! – Dijo este mientras se levantaba del piso por donde había caído. Se maldijo mentalmente por ser tan torpe y por tropezarse con sus propios pies en uno de los momentos en lo que más cuidadoso tendría que haber sido. – ¡Tanto tiempo! ¿No? – Miró al hombre que hace unos momentos estaba largando varios hipidos e incluso sollozos y que ahora adoptaba una expresión seria. Si no hacía algo en ese mismo momento este le arrancaría la garganta con los dientes como se lo había dicho innumerables veces.
– ¿Styles? ¿Qué coño haces aquí? ¿Viniste sólo? ¿Hay alguien más aquí? – La voz quebrada de este le hizo parar la diarrea mental que estaba pensando para saber qué era lo que estaba por decir para que no lo mate. Este sólo negó con la cabeza ya que no sabía que decir. Hubo un silencio entre ambos, mientras el hombre lobo se quedaba mirando a la nada limpiándose algunas lágrimas que aún se derramaban por sus mejillas. Fue en ese momento en el que el humano pudo observar mejor al hombre lobo que estaba sentado en un tronco viejo y ver las ojeras que tenía bajo sus ojos rojos, pero no era la mirada de alfa, eran los ojos rojos por tantas lágrimas derramadas. – ¿Qué sigues haciendo aquí? Si valoras tu vida es mejor que te vayas porque te aclaro que no tendré remordimientos después de matarte.
El chico en vez de irse como el hombre le había recomendado se quedó parado y se atrevió a acercarse un paso. Se quedó inmóvil imaginando la siguiente posible reacción del hombre, la cual seguramente sería levantarse del lugar donde estaba y arrancarle los ojos, luego la lengua y tirarlo enfrente de su casa con un cartel que diga “cortesía de D.H”. Pero para la sorpresa del chico la única reacción de Derek fue pestañear y mirarlo expectante, como esperando para ver que haría. Entonces se envalentonó y comenzó a caminar dando dos pasos más hacia el moreno quedando parado a sólo un paso de distancia de este. Los ojos de Derek nunca dejaron de observar los de Styles por lo cual en este momento tenía la cabeza un poco más levantaba y lo miraba tras esas pobladas cejas desde la altura de su cadera, más o menos. Lo cual para Styles, tenerlo así y en esa posición se podría decir que le calentó muchísimo. Tomó aire y se agachó hasta quedar en frente del moreno que lo miraba con una ceja levantada, intentando ocultar su rostro divertido con el idioma de cejas que sólo los Hale entienden.
Al estar frente a frente en esa posición Styles lo miró directamente a los ojos y arqueó un poco los labios haciendo presencia de una minúscula sonrisa, pero tan íntima que se la contagió a Derek, se sentó a su lado en el tronco y así quedaron. Styles pensando en por qué el lobo que tenía a su lado no lo apartaba, le pegaba un puñetazo o simplemente se iba diciendo que tenía cosas mucho más importantes que estar sentado en el bosque con un adolescente estúpido que lo vio llorar. Otra cosa que no entendía, ¿Por qué no le cortó la lengua para que no hablara de lo que vio? ¿Eso quería decir que confiaba en él tanto como él lo hacía? ¿Derek confiaba en Styles?
– Cálmate – dijo Derek a su lado –, tu corazón está rompiéndome los tímpanos – se justificó.
– Si, yo sólo, si –. Dijo tartamudeando intentando calmarse. ¿Por qué estaba tan nervioso? Sabía que Derek no hablaría de lo que le pasa, no le contaría a él ni en un millón de años, pero tenía que preguntar aunque eso sea arriesgarse a que le arranquen la garganta con los dientes y que entierren su cuerpo en el bosque – ¿Por qué estabas llorando? –. La mirada de Derek chocó con la suya y su corazón comenzó a latir más fuerte – si no quieres hablar, está bien, no te obligo, no te preocupes, todos pasamos por cosas tristes en nuestras vidas, y tú eres uno de los ejemplos perfectos. Como yo también –. Dejó de mirarlo y miró el piso y luego sus manos entrelazadas arriba de las rodillas, para luego volver a mirar el piso y sus manos, así durante unos segundos pensando en que Derek lo mataría por querer meterse en sus cosas, pero en vez de un gruñido o algo parecido, Derek se quedó callado, y hasta pudo sentir que le sonreía.
– Estaba recordando a Laura, a mamá, a Peter cuando era adolescente. Los recordaba justo antes de irme a Nueva York. Estaba recordando cómo era vivir en la mansión cerca de mi familia. Además, estaba pensando en una persona a la que quiero mucho y no se da una idea de cuánto –. Confesó con tanta sinceridad que hasta a él le sorprendió. Algo tenía ese chico que siempre hacia que se tranquilizase y le contase todo lo que le perturbaba. Styles era bastante inteligente, por eso Derek no entendía por qué este chico no se había dado cuenta de sus verdaderos sentimientos hacía él.
– ¿Esto quiere decir que nuestro querido alfa está enamorado? ¡No creía que eso era siquiera posible! – Como respuesta lo único que Styles pudo conseguir fue un gruñido, que si no conociera tanto a Derek lo hubiese pasado por alto, pero a estas alturas, él sabía que era una pequeña risa. Lo miró girando un poco la cabeza mientras se contagiaba de la sonrisa que tenía Derek en su rostro –. Y cuéntame, ¿Quién es la pobre que tiene que aguantarte?
– ¿Quién dijo que era una mujer? – Styles lo miró con una ceja levantada y con la boca medio abierta con indudable sorpresa. Tenía un aspecto bastante tierno con esa expresión. De pronto Styles lanzó una carcajada y volvió a mirar a los ojos a Derek. Este lo miró con ambas cejas levantadas sin entender a que se debía esa carcajada. Por un momento se sintió despreciado, como el humano se había reído cuando él había hecho una pequeña insinuación de que era gay. Si así reaccionaba solamente cuando le decía que sus preferencias sexuales no eran las “normales” ¿cómo reaccionaría si se enteraba que era él de quién estaba enamorado?
– No sabía que eras gay Derek –. Dijo Styles con una sonrisa en los labios. Aún con la expresión divertida en el rostro –. Aunque no me extraña después de que casi todas tus novias nos intentaran matar – su sonrisa se pronunció más –. Entonces, ¿Quién es el afortunado? – La expresión divertida dio paso a una comprensiva. Como si Styles se estuviera preparando para escuchar una historia. A Derek esto le hizo sonreír.
– Es alguien que me gusta desde hace mucho tiempo, no sé desde cuándo exactamente, sólo que de pronto comencé a sentir la necesidad de estar junto a él, de ayudarlo y hacer todo lo que esté en mis manos para que sea feliz –. Confesó Derek. Styles lo miró con una sonrisa al escuchar tal declaración del mayor.
– ¿Él sabe que eso es lo que sientes? – Preguntó Styles, en su rostro se reflejaba una sonrisa tímida que se asomaba por sus labios y sus ojos miraban a Derek directamente.
– No claro que no – se apresuró a contestar Derek –, creo que hasta piensa que lo odio –. Se mordió la lengua después de decir eso. Le había dado una pista bastante grande a Styles, y conociendo a este chico como lo conocía no dejaría de preguntar y si no le decía comenzaría sacar conclusiones que no eran.
– Wow, ¿Y por qué no haces algo para cambiar eso? – Preguntó Styles mientras sonreía a Derek y entrecerraba imperceptiblemente los ojos intentando buscar alguna respuesta en su rostro que le diga quién era la persona de la cual estaba tan enamorado el lobo alfa amargado.
– No creo que pueda cambiarlo, es más, no quiero que cambie. A pesar de que lo quiera con mi vida, no puedo permitir que esté a mi lado. ¿A caso no ves como terminan todas las personas que están a mi lado? Yo no puedo ofrecer algo que no sea dolor y odio. – Se volvió a sorprender a él mismo de la sinceridad con la que le hablaba a Styles. No sabía qué era lo que tenía ese chico que además de volverlo loco hacía que de la noche a la mañana confíe en él de tal forma que le confesara sus sentimientos hacia una persona que amaba y que estaba a su lado aunque él no supiera de quién estuviese hablando y pensara que es de un desconocido.
– Mira Derek, sé que eres una persona que ha sufrido mucho, yo también y quizá no de la misma forma, pero te aseguro que te entiendo. Eres mucho mayor que yo y más maduro, supongo, pero aún así, entiendo lo que sentiste cuando perdiste a tu familia. Y más cuando siempre la chica de la que te enamoras termina siendo o una pirómana asesina o una loca psicótica que te utiliza para hacer sacrificios humanos. Bueno, no a las mismas dimensiones, pero yo perdí a mi madre cuando tenía trece años, creía estar enamorado hasta hace un año de una chica la cual estaba enamorada de uno de mis amigos, luego me di cuenta que en realidad nunca estuve enamorado de ella y que sólo la utilizaba como excusa a que me sentía atraído por algunos chicos. – Tomó aire y dirigió una mirada a su costado mirando directamente a Derek. Este estaba sorprendido ante tal declaración. Él no sabía que Styles era gay. – Si Derek, yo también soy gay. – Sonrió y dijo esto último con aire cansado pero divertido. – Como te estaba diciendo antes de irme del tema, no porque hayas sufrido tanto, quiere decir que no tengas otras oportunidades para ser feliz. – Volvió a sonreír pero esta vez la sonrisa se pronunció aún más en sus labios. Para Derek verlo sonreír de tal manera tan cerca de él era tanto que se vio contagiado por su sonrisa.
Lentamente se acercó más a él sin quitar sus ojos de esa sonrisa tan hermosa que tenía a centímetros. Se fue acercando hasta que podía sentir la respiración entrecortada del menor sobre sus labios y su corazón latir tan rápido que le lastimaban los tímpanos. Aunque no le importó, aún así se acercó más a él y unió sus labios con los suyos.
La sensación que sintió no fue ni parecida a lo que se imaginaba que sentiría. Ambos habían besado a varias personas antes, por lo cual ya tenían experiencia en el arte del beso, pero el sentir los labios de Styles fue tan increíble para Derek que en el momento en el que abrió la boca pegado a los labios del castaño se enamoró aún más de él y sintió que si ese fuera el último momento de su vida no se arrepentiría de morir besando esos labios tan perfectos. El beso era lento, ambos movían los labios lentamente y despacio, como si tuvieran todo el tiempo del mundo. Se separaron unos minutos después, pero no del todo ya que Derek siguió dejando pequeños besitos en los labios de Styles. Cuando este abrió los ojos se fijó en la mirada expectante de Derek y sus labios con un pequeño toque rojizo de tanto estar besándose. Se quedaron mirando unos segundos hasta que Styles no lo soportó más y se acercó esta vez dando él el primero paso y besándolo con más ganas, y un poco más rápido. Cuando se alejaron ambos tenían una sonrisa en el rostro que pronto se volvió en una carcajada hasta que se volvieron a besar.