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Autobus por Topo

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Notas del fanfic:

¿Ya dije antes que el KaiSoo Day me pone culeca? Pues si, asi ando xD

Aca va un TaoRis -nohayrespeto-

 

Tao ya no sabía que hacer.

Se dejó caer con un último gemido y un estremecimiento sobre la superficie plana de la mesa, jadeando. Unas manos en su cintura ayudándolo a incorporarse y unos jadeos más profundos que los suyos invadieron su oído.

Tras él, un chico de pelo rubio y mirada intimidante repartía besos descuidados por su nuca y hombros, dándole a saber que aun faltaba la segunda ronda.

Quien diría que a Tao le encantaba cuando su hermano mayor lo hacía gritar sobre la mesa cuando su madre no estaba.

Quizá si alguien se lo hubiera advertido tres años antes seguro se hubiera reído en su cara.

Lo más posible era que se fueran al infierno por esto. Pero, mientras Yifan estuviera allí con él, pues todo estaba bien.

····················

Caminó con prisas. El timbre de salida había sonado hacía al menos un cuarto de hora, pero no lo escucho, tan enfrascado como estaba junto a Luhan y Yixing, estudiando en la silenciosa biblioteca hasta que la muy amable bibliotecaria les preguntó con aspereza si estaba entre sus planes acampar allí.

Luhan había salido disparado, balbuceando maldiciones y recordando su cita con su rubio novio de un curso inferior, Sehun. Yixing había recordado que la tienda de guitarras cerraba en pocos minutos, y con una rápida despedida recorrió velozmente la distancia hasta la puerta, con la mochila al hombro.

El menor de los tres abrió mucho los ojos, colgándose la mochila al hombro y colocando a toda prisa los volúmenes de libros en sus respectivos estantes, ganándose una mirada de reprobación de la bibliotecaria por sus modales impulsivos cuando cruzo corriendo por su lado, mascullando una rápida despedida.

Tao sonrió, acompasando su paso cuando divisó la esbelta figura de su hermano mayor recostado perezosamente en la verja del frente. Yifan tenía los auriculares puestos y miraba distraído la parada de autobuses que quedaba a pocos metros.

El mayor alzó los ojos hasta el cuando estuvo a su lado, regalándole una de sus sonrisas y quitándose los auriculares.

Sin decirse nada más, los dos chicos echaron a caminar hasta la parada de autobuses, esperando con paciencia.

-¿Biblioteca otra vez? -rompió el silencio el de más edad, clavando los ojos en la esbelta figura de su hermano.

-Un reporte larguísimo, por culpa de las risas de Yixing en clase de historia. -se quejó el mas joven, haciendo un mohín.

Yifan alzó la mano, alborotando el pelo de su hermano menor, sonriendo.

El autobús se detuvo ante ellos, y lo abordaron en silencio.

Pagaron los pasajes y se dirigieron al final del autobús, divisando un par de asientos vacíos junto a la ventana.

Yifan fue el primero en sentarse, tomando el lugar de la ventana, y Tao se sentó a su lado, dejando salir un suspiro de cansancio y recostándose del hombro de su hermano.

Yifan volvió a sacar sus auriculares, cediéndole uno a Tao y colocándose el otro después. Miro detenidamente a su hermano menor que dormitaba recostado de él, conteniendo una sonrisa.

No mucho después, una afable señora de avanzada edad abordo el autobús, y miro a su alrededor buscando un asiento libre. Tao abrió los ojos y la miró, alzando una mano y haciéndole una seña para que tomara su asiento.

Yifan sonrió, y cuando su hermano se levantaba, lo haló hacia su propio regazo, obligándolo a sentarse allí. La señora avanzó con lentitud y se sentó, agradeciéndoles afable y sonriendo con dulzura. Minutos después, dormitaba plácidamente.

Tao se removió incomodo, viendo la sonrisa de su hermano mayor que no le auguraba nada bueno.

Yifan se acomodó, pasándole las mochilas para que las colocara en la rejilla portaequipajes que estaba sobre sus cabezas. Tao obedeció, incorporándose para acomodar las mochilas y sentándose con cautela poco después, acomodando sus largas piernas.

Tao se relajó cuando su hermano no parecía prestarle atención, mirando distraídamente por la ventana. Dio un respingo poco después cuando sintió el toque de las manos que ya conocía sujetarlo de las caderas, tensándose.

No se atrevería. No.

Giro la cabeza con rapidez, lanzándole una mirada de advertencia que Yifan solo contestó con otra sonrisa, empezando a restregar con suavidad sus caderas contra su entrepierna.

Tao abrió mucho los ojos cuando un bulto presionando contra el le avisó que estaba en problemas, dando un saltito cuando una de las manos de Yifan se posaron sobre la creciente carpa en la parte delantera de sus pantalones escolares.

Negó rápidamente con la cabeza, echando un rápido vistazo por encima y comprobando que nadie se fijaba en ellos. Yifan se detuvo, serio, y le señaló su mochila. Tao entendió y se incorporo, alcanzando la mochila del mayor.

El mas alto la colocó sobre el regazo del menor, buscando algo en ella, haciendo que inevitablemente el leve movimiento rozara la dureza del menor.

Tao se relajó cuando Yifan encontró lo que buscaba en su mochila, y la dejo allí. El chico de pelo rojizo se negaba a alzar la cabeza y abrir los ojos. Sabía que su cara estaba colorada por la vergüenza y no le daría el gusto a su hermano de verlo así.

Yifan acomodó su mochila, tapando la erección de cualquier mirada, ganándose una mirada de su avergonzado hermano menor y un suspiro de alivio y agradecimiento. Pero su mirada cambió al instante a una de odio infinito cuando sus experimentadas manos trabajaron velozmente con la bragueta de su pantalón y sus manos estuvieron jugueteando con el elástico de los boxers del menor.

Tao se mordió el labio con furia y lo miró, queriendo matarlo.

Yifan sencillamente era un sinvergüenza, un maldito, un desgraciado, un...

No pudo seguir insultándolo mentalmente porque tuvo que forzarse a sí mismo a mantenerse callado cuando las manos del rubio pronto tomaron su erección con firmeza.

Intentó removerse, pero la yema del dedo pulgar ajeno le acarició con cariño, y su hermano se inclinó hacia delante, pegando su pecho a su espalda y susurrando bajo en su oído.

-Shh... Taozi... no quieres que te pillen cuando explotes, ¿no? -le hablo, con un toque de socarronería.

-M-maldito seas... -susurro bajito, furioso.

-Shh... no provoques a tu suerte... sé bueno y quédate quieto. -rió bajo, bombeando lentamente la caliente extensión del menor.

Todos los insultos que Tao se preparaba a escupir murieron en alguna parte de su garganta y sus ojos amenazaron con ponerse en blanco.

Sintió cuando su hermano lo obligó a inclinarse hacia adelante hasta que su frente descansó en la parte posterior del asiento que les quedaba delante mientras sus manos imponían un ritmo tortuosamente lento y constante.

Era incómodo, porque los dos eran bastante altos, con las piernas largas y el espacio entre los asientos era algo reducido, haciéndolo todo mas molesto.

Tao apretó los ojos, acallándose con una mano, y sus caderas rodaron un poco. Su rostro rojo se giró hasta su hermano y le miro con súplica, y Yifan le dedicó una suave sonrisa antes de acelerar el ritmo, viendo a su hermano temblar casi imperceptiblemente, entreabrir los labios y morderse la mano para mantenerse en silencio.

Tao era consciente de la mano que se movía arriba y abajo por toda su extensión con rapidez, del sudor que empezaba a formarse en su frente, de su pelo húmedo pegándose a su frente, de las cosquillas en su abdomen bajo.

Yifan disfrutó verlo a su merced, temblando incontrolablemente y conteniendo los gemidos silenciosos cuando se corrió en su mano. Yifan usó el pañuelo para recoger toda la esencia del menor, ocupándose de que no llegara a ensuciar los pantalones escolares, mientras Tao se recuperaba con lentitud de su orgasmo, respirando acelerado.

Retiró sus manos y el pañuelo manchado, metiendo el pañuelo en una bolsita plástica que tenía en uno de los bolsillos de su mochila y acomodando la ropa interior de Tao de manera que no se notara nada.

El menor lo miro acusadoramente, y el mayor ignoro su mirada asesina para sacar otro pañuelo e su mochila y enjugar el sudor de la frente de Tao.

-Voy a matarte, Wu, realmente voy a matarte. -siseó, apretando los dientes con fuerza y evitando despertar a la señora que dormía apaciblemente en el asiento contiguo.

Yifan esbozó una leve sonrisa torcida y terminó de acomodarle los pantalones y los mechones rebeldes.

····················

Un par de paradas mas tarde, los hermanos se levantaron, despertando a la señora, quien sonrió y les dio espacio, dedicándole una sonrisa sabedora a Yifan y articulando con los labios un “Procura que no te mate por eso después”.

Yifan no pudo evitar sorprenderse, pero le correspondió la sonrisa, asintiendo.

Cuando se desmontaron del autobús, Tao caminaba por delante de Yifan, pisando con fuerza, los labios fruncidos, las orejas rojas y con una cara nada amigable. Unos pasos mas atrás, Yifan miraba a su hermano, riéndose silenciosamente.

Quizá había metido la pata, pero valió la pena, solo por ver la cara de Tao.

 

Notas finales:

Bueno, pos' miau *huye*


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