Tener angustia, dolor de cabeza, dolor en su pecho, y unas terribles ganas de llorar, era una combinación que Kim Kibum, no quería volver a experimentar. Mucho menos con Choi Minho, y Daehyun frente a él.
Kibum sintió que podía caer justo ahí, frente a ellos, y llorar por todo lo que estaba pasando en su vida.
Si alguien le hubiera dicho que en el futuro él tendría a dos personas frente a él a las que quería de una manera completamente distinta y tener que decidir por uno de los dos, Kibum hubiera reído. Él simplemente se hubiera carcajeado, porque para él, Choi Minho siempre sería el único, y él último.
Pero las cosas no eran así, y Kibum estaba viviendo una realidad distinta a la que había imaginado.
—Tengo que arreglar esto. —Kibum murmuró, pero no estaba seguro de si estaba dirigiendo a Minho, Daehyun o a él mismo. Aunque la tercera opción parecía la correcta.
—Bum. —Fue el turno de Minho de hablar, le sintió tomar su codo y tratar de acercarse a él, pero Kibum lo impidió.
Se alejó de él, por Daehyun y por él mismo. No estaba seguro de qué podía suceder, pero Kibum sabía que estaba jugando con juego y no quería quemarse de la peor manera. No, él tenía que arreglar las cosas antes.
—Necesito arreglar esto. —Repitió y asintió suavemente hacía Daehyun. —Sólo, por favor, Minho, déjame hacer esto.
—No quiero dejarte solo, Kibum. —Minho rebatió y le miró con sus ojos brillantes que pedían todo. —Quiero enfrentar esto contigo.
Y Kibum estaría dispuesto a hacerlo también, si tan sólo supiera qué era lo que estaba enfrentando.
Sí, había pasado una maravillosa noche con Minho, pero Kibum tenía montones de cosas que pensar y hacer. Y tal vez alejarse de Minho un tiempo y tratar de averiguar qué debían hacer.
—Necesito hacerlo solo. —Dijo, y su espalda choco contra la puerta de su departamento. —Yo te llamaré cuando todo esto se arregle, ¿bien?—Asintió y trató de sonreírle a Minho. —Ahora será mejor para los dos que te marches.
Kibum esperó haberse escuchado suave, sutil y demás. Pensó que no lo había sido luego de la larga mirada de Minho. Kibum podía verlo debatir con él mismo, él podía ver la lucha interna detrás de sus grandes ojos. Y cuando Kibum pensó que Minho se opondría, él parpadeó y asintió lentamente, como aceptando su decisión.
—Bien. —Murmuró. —Lo haré.
Después de eso, Minho caminó desapareciendo minutos después dentro del elevador. Y entonces quedaron sólo él y Daehyun.
Él le miró desde el otro extremo del pasillo, enarcando una ceja suavemente.
—Creo que tenemos mucho de qué hablar, ¿no es así?
Sucedió como Daehyun quería, porque una vez que estuvieron dentro del apartamento, las palabras escaparon de Kibum más rápido de lo que imaginó.
Se encontró así mismo contándole a Daehyun parte de su vida. De lo que Minho significó para él en el pasado, de la relación que llevaban, de la forma en que separaron.
Kibum habló de todo, desde su primer encuentro con Minho, hasta la vez en que le pidió una nueva oportunidad. Kibum habló porque de alguna forma sentía que Daehyun merecía una gran explicación para sus actos.
Tal vez Daehyun no había regresado a casa por los pasados tres días, pero ellos no se habían dicho un adiós definitivo. Y definitivamente no habían terminado nada.
—Entonces. —Daehyun murmuró con la mirada perdida en algún punto inexistente de la pared. —Minho y tú…
Pero lo que sea que Daehyun había querido decir se había perdido, él sólo dejó de hablar y entonces su mirada le encontró.
—Sí, Minho y yo fuimos pareja. —Confirmó. —Y realmente tenemos un pasado detrás.
Y más que eso, más que un pasado, más que besos, más que caricias olvidadas que bailaban entre ellos. Kibum mordió su labio inferior y entonces esperó por las palabras de Daehyun. Sin embargo, lo que escapó de Daehyun no era nada de lo que esperaba.
—Él no te quiere. —Dijo tan seguro de sí mismo, como si él hubiera vivido la historia de ellos. —Te cambió por una chica, se casó con una chica. Kibum, lo siento, pero eso no quiere decir que él te amé. —Negó con la cabeza suavemente y continuó. —No al menos para mí.
Las palabras de Daehyun golpearon en él de una manera única. Se encontró pensando las palabras de Daehyun y comparándolas con lo vivido con Minho en los últimos días. Bien, Minho se había casado con una chica, y sí, las cosas entre ellos estaban mal, demasiado diría él, pero entonces su corazón aun latía por la cercanía de Minho, y sus labios aun querían encontrar los de Minho.
—Es complicado.
—Pero yo sí. —Daehyun dijo, ignorando sus palabras. —Yo si te quiero, Kibum, más de lo que puedas imaginarte. —Daehyun alcanzó unas de sus manos y tiró de él suavemente. —Y estabas dispuesto a marcharte conmigo, Kibum, y eso me dice que me quieres también.
Bien, él no podía negar eso. Daehyun era una persona que él quería, no de la misma en que quería a Minho, pero algo como eso. Y sí, él estaba dispuesto a dejar su pasado atrás y marcharse con Daehyun, pero por las mismas razones que ahora necesitaba para quedarse ahí: Minho.
Y todo era una locura en su mente y su corazón y mientras que una parte le gritaba que huyera antes de salir lastimado una vez más, otra le decía que tenía que intentarlo una vez más. Sólo una más.
—Lo hago, te quiero, Daehyun, pero…
Daehyun negó con la cabeza, y entonces delicadamente colocó su índice contra sus labios, callándolo suavemente.
—Te quiero, Kibum, y quiero una vida contigo, ¿bien? —Murmuró y sonrió suavemente mientras atrapaba su mirada con sus brillantes ojos. —Sé que lo podemos lograr, sólo marchémonos de este lugar, todo está listo.
Kibum hubiera querido que Daehyun dijera esas palabras tal vez un par de semanas atrás, porque eso era justamente lo que estaba esperando escuchar. Y ahora, aunque la idea era demasiado tentadora, era como si la mente de Kibum le gritara lo incorrecto que podía llegar a ser.
—¿Todo está listo?—Preguntó estúpidamente, esperando que Daehyun dijera que sólo era una broma y que aún faltaba mucho para irse de ahí. —¿En verdad podemos marcharnos ya?
Daehyun sonrió, ese tipo de sonrisas que llegaban hasta sus ojos y los volvían más brillantes, ese tipo de sonrisa que le regalaba por noches cuando le abrazaba.
—Aún faltan pequeños detalles, pero podemos irnos dentro de unos días.
—¿En verdad quieres irte conmigo?—Kibum preguntó, queriendo estar seguro de las palabras de Daehyun. —¿En verdad? Después de todo lo que te he confesado. ¿Aun después de eso?
El dolor cruzo por los ojos de Daehyun un momento, un solo momento y entonces sonrió como comunicándole silenciosamente que todo estaba bien. Después de unos momentos él suspiró y dejó caer su cabeza contra la de Kibum.
—No voy a decir que no estoy dolido, Kibum, pero te quiero, en verdad lo hago. Y sólo quiero pasar mi vida contigo. —Susurró suavemente. —Como dije, sé que podemos lograrlo. Y, Kibum, sé que puedes llegar a quererme de la misma manera en que yo lo hago.
Kibum pensaba que eso sucedería en el pasado. Él tenía la certeza de que algún día un amor hacia Daehyun crecería en él, pero ahora no parecía que sucedería en algún futuro cercano.
—Daehyun, yo te quiero, pero Minho…
Sus palabras murieron porque no parecía correcto decir que Minho era su amor. Sería demasiado decir que aún sentía cosas por Minho, cosas inimaginables que removían todo en su interior. Pero tampoco quería mentir, no más al menos.
—Todos tenemos un pasado, lo sé, y el tuyo es con Minho. —Dijo, dejando escapar un nuevo suspiro. —Y también sé que el pasado se deja atrás, Kibum, y creo que es tiempo para ti de hacerlo.
Kibum pensaba lo mismo porque hasta hace solo un tiempo atrás, él sólo quería eso, pero Minho removía todo, y le hacía querer cosas, muchas más cosas.
—No lo sé. —Kibum mordió su labio inferior, confundido sobre lo que realmente debía y no hacer. —No lo sé. —Repitió.
—No te estoy obligando a nada, Kibum, solo quiero que seas feliz con lo que tu decidas. —Daehyun separó sus cuerpos un poco, y sonrió hacía él. —Piénsalo, Kibum, y si decides ir conmigo, entonces yo estaré ahí.
Daehyun dejó a su pulgar vagar por sobre sus labios y antes de que Kibum pudiera pensar en algo más, Daehyun estrelló sus bocas juntas y le besó, murmurándole lo mucho que lo quería.
Kibum no había hablado a Minho como lo había prometido. Había estado encerrado en casa, ahogándose con sus problemas y pensando una y otra vez que se suponía que era lo mejor para él. Pero nada parecía correcto, nada parecía la mejor idea, y nada lo dejaba satisfecho con su decisión.
Había evitado llamar a Minho, porque, ¿Qué se suponía que le diría? Sí, te doy una oportunidad más. No, creo que me marcharé del país.
Ninguna de esas opciones parecía la correcta y le tiempo que había pasado sin Minho, sólo hacia estragos en él. Kibum de pronto quería verle el rostro, tocarle y entonces después de eso, decidir sobre qué haría con su vida. Y con Minho.
Decidido, Kibum tomó su móvil y arrastró su pulgar sobre la pantalla, buscando el nombre de Minho entre sus contactos. Sólo bastaron unos segundos antes que diera con el nombre y su pulgar presionara la opción llamar.
—¿Kibum?—La voz de Minho sonó extraña, Kibum pensó, sus palabras arrastradas y su voz cansada, le dijeron a Kibum que algo andaba mal. —¿Qué sucede?
—¿Estás bien?—Kibum preguntó, olvidando por ese momento lo que tenía que decirle a Minho. Se concentró en escuchar mejor su voz y tratar de averiguar que sucedía con Minho.
—Estoy bien. —Confirmó, pero después de eso Kibum pudo escuchar un gran estornudo y otro más y uno más.
Entonces le recordó. De pronto a su mente vinieron un Minho enfermo, y con los ojos rojos, la mirada vacía, y el cuerpo temblando. Recordó también la manera en que el cuidaba y no le importaba terminar contagiado también, porque sólo quería ver a Minho bien.
—Creo que no lo estás.
—Bien, estoy un poco enfermo, pero no es nada grave.
Pero a Kibum no le importaba si era grave o no, él sólo quería ir con Minho y verlo, confirmar que no fuera nada grave como él decía y entonces sólo pasar un momento con él.
—Iré a tu casa. —Dijo y terminó la llamada antes que Minho pudiera replicar.
Su viaje hasta la casa de Minho tardó más de lo que él hubiera esperado y mordisqueó su labio demasiado fuerte, mientras pensaba en Minho y él solo cuidándose de alguna enfermedad.
Ahora Minho no tenía a Yuri para ayudarle. Estaba solo. Fue en ese momento que Kibum cayó en cuenta de la realidad. Minho estaba solo. Completamente solo.
Movió la cabeza y rogó silenciosamente que sus pasos fueran más rápidos, y cuando llegó a la puerta y Minho le abrió, fue como si tuviera un flashback.
Minho estaba ahí con la nariz roja y los ojos cansados, su cabello caía desordenadamente sobre su frente y vestía pantalones deportivos, y Dios, se veía malditamente adorable.
—Debí saber que colgarías.
—Sí, bueno, me conoces.
Minho rió y después de eso estornudo, tambaleándose un poco y dejando su mano caer contra el marco de la puerta. Kibum frunció el ceño y dejó que sus manos volaran entre ellos, para ayudar a Minho a sostenerse.
—Estás aquí. —Minho dijo y las esquinas de su boca trataron de tirar una sonrisa, fue algo suave y lindo, Kibum tenía que aceptarlo.
—Estoy aquí. —Murmuró, dejando a su mano caer a la cintura de Minho.
Minho se presionó más cerca de él, pero después de un momento, se alejó un poco, tomando distancia entre ellos.
—Te contagiaras.
—No me importa.
Sus dedos viajaron hasta la barbilla de Minho y sonrió antes de besarle suavemente su mejilla y entrar en el lugar. Él podía caer enfermo, pero no le importaba en lo más mínimo.