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The One And Only por keny_shawol

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Notas del capitulo:

Sí, es Domingo. Debí actualizar ayer, pero necesitaba un descanso largo, largo. 

Minho sabía que estaba haciendo todo mal, pero de alguna manera no podía detenerse.

 

Estaba alejando a Kibum cada día más, y le recordó al tiempo en donde él había decidido casarse. Le estaba alejando como en los viejos tiempos, para que Kibum se acostumbrara a la idea no tenerle junto a él.

 

Sólo que esta vez era un poco diferente.

 

Esta vez no había un Yuri esperando por él para un matrimonio falso, no había un padre sintiéndose orgulloso de él, ni tampoco había fans llorando y alegrándose por él. Pero sí había un Kibum dolido por su causa, sí había un Kibum que estaba tratando de arreglar las cosas para ellos.

 

Minho se sentía como la mierda, peor que eso tal vez. De alguna manera sabía que todo estaba mal, pero era como si simplemente no pudiera parar.

 

Kibum estaba ahí, como cada noche, él hablaba sobre su día, sobre Jinki, sobre Taemin, sobre qué deberían cenar, y sobre cómo todo parecía estar bien.

 

Kibum tenía la respuesta correcta. Todo parecía estar bien. Pero realmente no lo estaba.

 

Estaba muriendo de miedo por dentro. No sólo al pensar que Yuri podía hablar con todos, revelarle al mundo su secreto, lo tenía de esa manera. Era un combinación fuerte de todo que parecía un mala película.

 

Era una combinación de todo que le hacía doler la cabeza y querer sólo dormir y olvidar todo por un momento. Minho deseó sólo por un momento no ser parte de la vida pública, pero tan pronto como la idea llegó a él, la desechó.

 

Si él nunca hubiera estado con SHINee, siendo parte de SHINee, tal vez Kibum nunca se hubiera atravesado en su vida. Tal vez entonces estaría peor que en ese momento, con un matrimonio falso, con hijos, y con una familia que no le hacía sentir querido.

 

Pensó en Kibum, a su lado, sonriendo, Kibum no tenía ni idea de todo lo que atravesaba por su mente. Minho quería decirle, pero algo dentro de él, se lo impedía. Kibum tenía demasiadas preocupaciones esperando por él, para agregarle una más, como su miedo.

 

No, Kibum no merecía eso.

—¿Qué tal un paseo?—Kibum murmuró después de un tiempo, su mirada fija en la pared frente a ellos, como si no pudiera verle cuando le diera su respuesta.

 

Minho se sintió aún peor. Él había hecho eso. Él había hecho a Kibum dudar una vez más.

 

Kibum sólo estaba pidiendo algo de su tiempo. Una vida juntos después de todos sus problemas. Kibum estaba pidiendo tan poco, que él podía darle con tan solo unas palabras, pero algo le detenía. Minho creía que era el miedo. Podía ser realmente maldito si se lo proponía.

 

—Yo creo que no es una buena idea. —Él dijo, ¿Por qué? no tenía realmente idea. Kibum parpadeó, sus ojos enfocados en él. Algo brilló en los pequeños y encantadores ojos de Kibum, algo parecido al dolor y el miedo, una terrible combinación. —Estoy cansado. Tal vez otro día. —Ofreció, pero no era suficiente.

 

Los ojos de Kibum bajaron, sus pestañas viéndose realmente largas viéndolas desde otro ángulo. Su labio inferior fue apresado entre sus dientes, y Minho estaba seguro que Kibum se estaba mordiendo un comentario con ese gesto.

 

Su mano se alargó dispuesto a atrapar a la de Kibum, pero paró justo a la mitad cuando los ojos de Kibum le miraron de nuevo.

 

Él no sabía qué decir, Minho le conocía realmente bien.

 

—Sí, tal vez otro día. —Susurró tan bajo y tan suave, que si Minho no hubiera estado cerca lo hubiera perdido.  Sin embargo, lo hizo, escuchando el tinte de duda en Kibum.

 

—Lo siento.

 

Kibum negó con la cabeza rápidamente y sonrió hacía él tan suave y rápido que Minho pensó que lo había imaginado. Pero no era así, los ojos de Kibum aún brillaban con el rastro de la sonrisa, y sin embargo, a pesar de eso, Minho sentía que algo se quebró entre ellos.

 

—No. —Kibum negó con la cabeza una vez más, esta vez apartando sus ojos de él. Minho quería que le mirara, porque era más fácil leerle de esa manera, era más fácil saber qué atormentaba a Kibum. —Entiendo, realmente entiendo.

 

Él podía decir, pero Minho sabía que una parte era mentira. Kibum tal vez podía entenderle en algunas cuestiones, pero atravesarlo con él, era otra cosa totalmente diferente. Kibum podía cansarse de sus miedos, de él, de todo lo relacionado, y tal vez en esa ocasión el amor no iba a hacer suficiente.

 

Minho no esperaba eso. Porque en algún lugar de su mente, él estaba esperando un maldito final como el que los libros y películas vendían, él esperaba algo como eso, algo mejor que eso entre él y Kibum.

 

Pero primero, tenía que dar los pasos adecuados.

 

—¿Te quedaras esta noche?—Preguntó, y esta vez su mano no dudó en atrapar la de Kibum.

 

Kibum miró sus manos entrelazadas y una rápida sonrisa cruzó en sus labios. Minho trazó con su pulgar figuras sin sentido contra su piel y rió hacía Kibum cuando sus miradas se encontraron una vez más.

 

Minho esperaba un ‘sí’ como respuesta. Él de alguna forma necesitaba sentir a Kibum entre sus brazos esa noche, sólo para recordarle una vez más quién era él, qué era por lo que estaba luchando y todo lo que podía obtener con sólo una palabra de sus labios.

 

—No esta noche. —Kibum murmuró, alejando sus manos. —No creo que sea una buena idea.

 

Las palabras de Kibum no era una burla de sus palabras antes dichas, no en absoluto. Él leía la sinceridad en su pareja y Minho asintió sin poder hacer o decir más. Dejó ir su mano, sintiendo ya que lo extrañaba entre él. Tampoco dijo nada más, cuando Kibum se incorporó y tomó su móvil olvidado, dispuesto a marcharse.

 

—¿Nos vemos mañana?—Minho preguntó, queriendo asegurarse que Kibum estuviera con él un día más. Era algo totalmente egoísta, pero ese era el sostén de Minho.

 

Kibum mordió su labio inferior y lentamente, como si estuviera reconsiderándolo, asintió hacía él. Después de eso, Kibum le dio la espalda y abandonó el lugar sin mirar atrás.

 

 

 

Bien, eso era todo.

 

Kibum aún no podía recordar como una simple conversación sobre la cena, había llegado hasta una discusión en donde su nombre se relacionaba con ser el pequeño y sucio secreto de Minho.

 

Él no lo nunca lo había pensado de esa manera. Nunca. Pero después de los últimos días, de Minho alejándose de él cada día un poco más, Kibum comenzaba a preguntarse si en verdad sería el pequeño y sucio secreto de Minho.

 

Dios, en verdad podía serlo.

 

Si lo pensaba mejor, Kibum podía decir que lo era. Minho y él estaban manteniendo esa relación entre las cuatro paredes de su pequeño departamento o la casa de Minho. No había más de eso fuera, no había un ellos ante el mundo, sólo en ese pequeño espacio.

 

Kibum había estado de acuerdo con eso, también. Una parte de él, sabía que no podía presionar a Minho. Diablos, él había rogado a Yuri que mantuviera su secreto como tal. Y no es como si pensara decir el secreto de Minho ante todos. Kibum sólo esperaba un reconocimiento de ellos como pareja, y no de como si él fuera el amante ocasional de Choi Minho.

 

—No puedo permitirlo más, Minho. —Él dijo, mientras sus pasos se dirigían a cada rincón de la habitación de Minho. —No estoy pidiendo un maldito matrimonio, ni un reconocimiento a cada medio de comunicación, Minho, sólo quiero a mi novio, conmigo, sin que se avergüence de eso.

 

Kibum necesitaba a su novio, tomarlo de su mano, salir a dar un maldito paseo o tener una cena que no incluyera los alimentos de su despensa. Kibum necesitaba que su novio le diera la seguridad de que todo estaría bien, de que algún día, Minho tendría el valor suficiente para decirle al mundo quién era, y qué era Kibum para él.

 

—Necesito tiempo, ¿bien? ¡Aún necesito tiempo!—Kibum parpadeó hacía Minho.

 

Él le entendía. Él le entendía. Él le entendía.

 

Kibum lo hacía, en verdad lo hacía. Pero comenzaba a cansarse de todo. De Minho, de su relación, de no poder tener al Minho completo para él.

Él necesita al Minho que reía en los programas de televisión, él necesitaba al Minho que había llorado en su primer Tokyo Dome, él necesitaba al Minho infantil, al que sonreía, el que le murmuraba palabras cursis al oído. No necesitaba al Minho con miedo más, porque no sabía cuánto el miedo duraría en Minho.

 

—No quiero ser egoísta. —Kibum murmuró, mientras caminaba hacia atrás, dejando que su espalda chocara contra la puerta. —Pero ya he sido lastimado una vez, y no estoy seguro de poder soportarlo otra vez.

 

El dolor cruzó por los ojos de Minho, y Kibum deseó poder borrarlo de esos enormes y hermosos ojos, pero esa ya no era su tarea. Minho tenía que salir de eso por sí solo, no obligado, Minho tenía que quererlo, desearlo.

 

Kibum había dicho las palabras correctas. Él ya había sido lastimado una vez, y había durado años su dolor, Kibum no estaba seguro de cómo le afectaría si Minho y él salieran lastimados de esa relación si todo saliera mal.

 

Kibum era realista. Sabía que las cosas no serían fáciles, y que había un gran camino que recorrer, y si las cosas no funcionaban entre Minho y él tenía que ser porque las cosas al final no funcionaron a pesar de haberlo intentando. Kibum no esperaba que su relación terminara por peleas y miedos.

 

—Lo sé, Kibum, Dios, lo sé. —Minho le miró directamente a los ojos, dejándole ver el dolor una vez más. A Kibum también le dolía, él amaba a Minho y verle así, no era lo mejor para él. —Sólo no sé si estoy preparado, tengo miedo, no sé qué hacer.

 

—Yo también tengo miedo, Minho. —Confesó. —Tengo miedo a que me dejes como la última vez, tengo miedo que un día no regreses a mí, tengo miedo por ti también. —Su mano despeinó su cabello y sus ojos se cerraron un momento. —Sólo quiero que seas feliz, que seamos felices.

 

Sus palabras causaron algo en Minho, pero Kibum no podía pensar en qué. Minho dejó caer sus hombros, y parecía realmente agotado. Kibum le estudió y fue como si después de ese momento, se diera cuenta una vez más, de los grandes que ellos eran. Ya no eran Minho y Key, de SHINee, ya no más.

 

Se suponía que era adultos, se suponía que para esa altura ellos sabrían qué hacer con su vida y qué no. Los años  se veían en ellos, porque no se hacían más jóvenes, pero en el ámbito amoroso, Kibum les pensó un tanto como el pasado.

 

—Lo siento. —Minho dijo, sus manos pasearon entre su cabello, y Kibum encontró adorable – a pesar del momento – lo despeinado que Minho se veía.

 

—Deja de pedir disculpas, Minho. —Eso no solucionaba nada. Kibum dejó caer su cabeza contra la madera y sus ojos miraron a Minho. Minho le miró, y Kibum sólo quería sostenerlo entre sus brazos, porque así, con el cabello despeinado y el dolor inundando sus ojos, Minho le recordaba a un niño.

 

Él quería decirle que todo estaría bien, como Minho le había dicho en el pasado, pero Kibum no creía que esas fueran las palabras correctas. No en ese momento.

 

Minho le miró y Kibum sabía que él estaba buscando las palabras correctas, pero nada parecía correcto entre ellos.

 

—No quiero esconderme en tu casa o en mi departamento. Quiero tomarte de las manos, y quiero poder decirles a los otros que te amo. —Kibum susurró. —Te amo, pero no me siento bien estando escondido contigo, porque esto me está lastimando.

 

Los ojos de Minho se abrieron  y sus labios se separaron lentamente, pero no dijo nada. Y Kibum tomó eso como una respuesta.

 

Kibum se marchó después de eso, sin mirar a Minho y dejando que las lágrimas que tanto le costó retener, mojaran rápidamente sus mejillas.

 

 

 

¿Esa era una advertencia?

 

Minho no podía estar seguro. De lo único que podía estar seguro era del dolor que sentía al ver a Kibum de esa manera, de verlo desparecer, para tal vez nunca volverlo a ver.

 

Algo se quebró, esta vez más fuerte y más doloroso, dentro de él. De pronto pensar estar sin Kibum era peor que la última vez, le faltaba el aire con sólo pensarlo, las lágrimas querían salir rápido de sus ojos, y sólo quería correr hacía Kibum y amarlo como se merecía.

 

Pero no lo hizo. En cambio, Minho tomó su móvil e hizo la llamada que cambiaría su vida.

 

 

Notas finales:

Debo decir que el final está cerca, no diré cuántos capítulos restan, pero sí que el final está cerca.


Espero que nos podamos leer el sábado~


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